Primera lectura
Eclesiástico 51:12-20
12 Por eso te daré gracias y te alabaré, bendeciré el nombre del Señor.
13 Siendo joven aún, antes de ir por el mundo, me di a buscar abiertamente la sabiduría en mi oración,
14 a la puerta delante del templo la pedí, y hasta mi último día la andaré buscando.
15 En su flor, como en racimo que madura, se recreó mi corazón. Mi pie avanzó en derechura, desde mi juventud he seguido sus huellas.
16 Incliné un poco mi oído y la recibí, y me encontré una gran enseñanza.
17 Gracias a ella he hecho progesos, a quien me dio sabiduría daré gloria.
18 Pues decidí ponerla en práctica, tuve celo por el bien y no quedaré confundido.
19 Mi alma ha luchado por ella, a la práctica de la ley he estado atento, he tendido mis manos a la altura y he llorado mi ignorancia de ella.
20 Hacia ella endurecé mi alma, y en la pureza la he encontrado. Logré con ella un corazón desde el principio, por eso no quedaré abandonado.
Evangelio
Marcos 11:27-33
27 Vuelven a Jerusalén y, mientras paseaba por el Templo, se le acercan los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos,
28 y le decían: «¿Con qué autoridad haces esto?, o ¿quién te ha dado tal autoridad para hacerlo?»
29 Jesús les dijo: «Os voy a preguntar una cosa. Respondedme y os diré con qué autoridad hago esto.
30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme.»
31 Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: "Del cielo", dirá: "Entonces, ¿por qué no le creísteis?"
32 Pero ¿vamos a decir: "De los hombres?"» Tenían miedo a la gente; pues todos tenían a Juan por un verdadero profeta.
33 Responden, pues, a Jesús: «No sabemos.» Jesús entonces les dice: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.»
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