miércoles, 3 de agosto de 2016

Evangelio 3 de Agosto de 2016

Color: Verde

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Jeremías 31:1-7
    1 En aquel tiempo - oráculo de Yahveh - seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo.
    2 Así dice Yahveh: Halló gracia en el desierto el pueblo que se libró de la espada: va a su descanso Israel.
    3 De lejos Yahveh se me apareció. Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti.
    4 Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel; aún volverás a tener el adorno de tus adufes, y saldrás a bailar entre gentes festivas.
    5 Aún volverás a plantar viñas en los montes de Samaría: (plantarán los plantadores, y disfrutarán).
    6 Pues habrá un día en que griten los centinelas en la montaña de Efraím: «¡Levantaos y subamos a Sión, adonde Yahveh, el Dios nuestro!»
    7 Pues así dice Yahveh: Dad hurras por Jacob con alegría, y gritos por la capital de las naciones; hacedlo oír, alabad y decid: «¡Ha salvado Yahveh a su pueblo, al Resto de Israel!»
  • Salmo responsorial

    Jeremías 31:10-13
    10 Oíd la palabra de Yahveh, naciones, y anunciad por las islas a lo lejos, y decid: «El que dispersó a Israel le reunirá y le guardará cual un pastor su hato.»
    11 Porque ha rescatado Yahveh a Jacob, y le ha redimido de la mano de otro más fuerte.
    12 Vendrán y darán hurras en la cima de Sión y acudirán al regalo de Yahveh: al grano, al mosto, y al aceite virgen, a las crías de ovejas y de vacas, y será su alma como huerto empapado, no volverán a estar ya macilentos.
    13 Entonces se alegrará la doncella en el baile, los mozos y los viejos juntos, y cambiaré su duelo en recocijo, y les consolaré y alegraré de su tristeza;
  • Evangelio

    Mateo 15:21-28
    21 Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón.
    22 En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.»
    23 Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.»
    24 Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.»
    25 Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!»
    26 El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.»
    27 «Sí, Señor - repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.»
    28 Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija.

No hay comentarios: