Salmo responsorial
Salmo 90:3-6, 12-14, 17
3 Tú al polvo reduces a los hombres, diciendo: «¡Tornad, hijos de Adán!»
4 Porque mil años a tus ojos son como el ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche.
5 Tú los sumerges en un sueño, a la mañana serán como hierba que brota;
6 por la mañana brota y florece, por la tarde se amustia y se seca.
12 ¡Enseñanos a contar nuestros días, para que entre la sabiduría en nuestro corazón!
13 ¡Vuelve, Yahveh! ¿Hasta cuándo? Ten piedad de tus siervos.
14 Sácianos de tu amor a la mañana, que exultemos y cantemos toda nuestra vida.
17 ¡La dulzura del Señor sea con nosotros! ¡Confirma tú la acción de nuestras manos!
Segunda lectura
Colosenses 3:1-5, 9-11
1 Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
2 Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra.
3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está oculta con Cristo en Dios.
4 Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos con él.
5 Por tanto, mortificad vuestros miembros terrenos: fornicación, impureza, pasiones, malos deseos y la codicia, que es una idolatría,
9 No os mintáis unos a otros. Despojaos del hombre viejo con sus obras,
10 y revestíos del hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento pefecto, según la imagen de su Creador,
11 donde no hay griego y judío; circuncisión e incircuncisión; bárbaro, escita, esclavo, libre, sino que Cristo es todo y en todos.
Evangelio
Lucas 12:13-21
13 Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.»
14 El le respondió: «¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?»
15 Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes.»
16 Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto;
17 y pensaba entre sí, diciendo: "¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?"
18 Y dijo: "Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes,
19 y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea."
20 Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?"
21 Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios.»
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