sábado, 29 de noviembre de 2008

Evangelio Domingo 30 de noviembre

Adviento
1ª Lectura
Is 63,16-17
16 porque tú eres nuestro padre! Pues Abrahán no nos conoce, ni Israel se acuerda de nosotros.Tú, Señor, eres nuestro padre; nuestro libertador es tu nombre desde antiguo. 17 ¿Por qué, Señor, nos haces andar errantes lejos de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te temamos? ¡Oh, vuelve, por amor de tus siervos y de las tribus de tu heredad!

Is 63,19
19 Somos desde hace tiempo gentes que tú no riges y que no llevan ya tu nombre. ¡Oh, si tú rasgases los cielos y bajases haciendo estremecer con tu presencia a las montañas,
Is 64,2-7
2 realizando maravillas inesperadas 3 de las que nadie jamás había sabido! Ni oído alguno oyó, ni ojo alguno vio jamás, fuera de ti, un Dios que hiciera tanto con quien confía en él. 4 Tú sales a recibir a los que practican la justicia y tienen en la mente tus caminos.Te has irritado, sí, porque pecamos; contra ti, desde antiguo, hemos sido rebeldes. 5 Todos nosotros éramos inmundicias, y todas nuestras obras buenas como un lienzo manchado. Todos hemos caído como hojas, y nuestras iniquidades nos barren como el viento. 6 No hubo nadie que invocara tu nombre, que despertara para apoyarse en ti, pues tú habías escondido tu rostro de nosotros y nos habías dejado a merced de nuestras iniquidades. 7 Y sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre; nosotros somos la arcilla y tú nuestro alfarero, todos somos obra de tus manos.

Salmo Responsorial
Sal 80,2
2 Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como un rebaño; tú que te sientas sobre los querubines, resplandece
Sal 80,3
3 ante Efraín, Benjamín y Manasés; despierta tu poder y ven a socorrernos.

Sal 80,15-16
15 Oh Dios omnipotente, vuelve ya, asómate desde el cielo y fíjate, ven a ver esta viña, 16 la viña que tu diestra plantó, el retoño que tú mismo hiciste fuerte.
Sal 80,18-19
18 Pon tu mano sobre el hombre de tu diestra, sobre el hijo del hombre que tú has fortalecido, 19 y jamás volveremos a apartarnos de ti; consérvanos la vida e invocaremos tu nombre.
2ª Lectura
1Cor 1,3-9
3 os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.
ACCIÓN DE GRACIAS
4 No ceso de dar gracias a Dios por la generosidad que ha tenido con vosotros. 5 Por medio de Cristo Jesús os ha enriquecido en todo, en el saber y en el hablar. 6 De tal manera que el testimonio de Cristo se ha consolidado en vosotros. 7 De este modo no carecéis de ningún carisma, mientras esperáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. 8 Él os mantendrá firmes hasta el fin, para que nadie os pueda reprochar nada el día de la venida de nuestro Señor Jesucristo. 9 Dios es fiel y él os ha llamado a vivir en unión con su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor.

Evangelio
Mc 13,33-37
33 Estad alerta; velad, porque ignoráis el momento. 34 Es como un hombre que marchó de viaje y, al dejar su casa, puso todo en manos de sus siervos, señalando a cada cual su tarea, y encargó al portero que vigilase. 35 Estad en vela, porque no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si por la tarde, si a medianoche, al canto del gallo o de madrugada; 36 no sea que llegue de repente y os encuentre dormidos. 37 Lo que os digo a vosotros, se lo digo a todos: ¡Estad en vela!».
III. PASIÓN Y TRIUNFO
(14,1-16,8)

Evangelio Sabado 29 de noviembre

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)

1ª Lectura

Ap 22,1-7

1 El ángel me mostró un río de agua viva, transparente como un cristal, que zanaba del trono de Dios y del cordero. 2 En medio de la plaza de la ciudad, y a un lado y otro del río, hay árboles de la vida, que dan doce frutos al año, una vez al mes. Las hojas de los árboles sirven para curar a las naciones. 3 Ya no habrá maldición alguna. El trono de Dios y del cordero estará en la ciudad, y los servidores de Dios lo adorarán; 4 verán su cara y llevarán su nombre en la frente. 5 No habrá ya noche, no tendrán ya necesidad de la luz de una lámpara ni de la del sol, porque el Señor Dios los alumbrará, y reinarán por los siglos de los siglos.

EPÍLOGO

6 Y me dijo: «Estas palabras son ciertas y auténticas, y el Señor Dios de los espíritus de los profetas ha enviado a su ángel a mostrar a sus servidores lo que va a suceder en seguida. 7 Voy a llegar en seguida. Dichoso el que guarda la palabra de la profecía de este libro».

Salmo Responsorial

Sal 95,1-2

1 Venid, cantemos jubilosos al Señor, aclamemos a la roca que nos salva;

2 vayamos ante él a darle gracias y a cantar himnos en su honor.

Sal 95,3-5

3 Porque el Señor es el Dios grande, el rey grande sobre todos los dioses.

4 Tiene en sus manos las profundidades de la tierra y suyas son las cumbres de los montes; 5 suyo es el mar, pues él mismo lo hizo, y la tierra firme, que formaron sus manos.

Sal 95,6-7

6 Venid a adorarlo, hinquemos las rodillas delante del Señor, nuestro creador. 7 Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, las ovejas que él guarda.

Escuchad lo que dice:

Evangelio

Lc 21,34-36

34 «Cuidad de que vuestros corazones no se emboten por el vicio, la borrachera y las preocupaciones de la vida, y caiga de improviso sobre vosotros este día 35 como un lazo, porque así vendrá ese día sobre todos los habitantes de la tierra. 36 Estad alerta y orad en todo momento para que podáis libraros de todo lo que ha de venir y presentaros ante el hijo del hombre».