sábado, 7 de febrero de 2015

Evangelio 7 de Febrero de 2015

  • Primera Lectura: Hebreos 13,15-17.20-21
    "Que el Dios de la paz, que hizo subir de entre los muertos al gran Pastor, os ponga a punto en todo bien"
    Hermanos: Por medio de Jesús, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que profesan su nombre. No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; ésos son los sacrificios que agradan a Dios. Obedeced con docilidad a vuestros dirigentes, pues ellos se desvelan por vuestro bien, sabiéndose responsables; así lo harán con alegría y sin lamentarse, con lo que salís ganando. Que el Dios de la paz, que hizo subir de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, en virtud de la sangre de la alianza eterna, os ponga a punto en todo bien, para que cumpláis su voluntad. Él realizará en nosotros lo que es de su agrado, por medio de Jesucristo; a él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
  • Salmo Responsorial: 22
    "El Señor es mi pastor, nada me falta."
    El Señor es mi pastor, nada me falta: / en verdes praderas me hace recostar; / me conduce hacia fuentes tranquilas / y repara mis fuerzas. R. Me guía por el sendero justo, / por el honor de su nombre. / Aunque camine por cañadas oscuras, / nada temo, porque tú vas conmigo: / tu vara y tu cayado me sosiegan. R. Preparas una mesa ante mí, / enfrente de mis enemigos; / me unges la cabeza con perfume, / y mi copa rebosa. R. Tu bondad y tu misericordia me acompañan / todos los días de mi vida, / y habitaré en la casa del Señor / por anos sin término. R.
  • Evangelio: Marcos 6,30-34
    "Andaban como ovejas sin pastor"
    En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: "Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco." Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

Francisco invita a los laicos a ser 'apóstoles del barrio'

Las ciudades presentan grandes oportunidades y grandes riesgos: puede ser magníficos espacios de libertad y de realización humana, pero también terribles espacios de deshumanización y de infelicidad. Además,los laicos son llamados a vivir un humilde protagonismo en la Iglesia y convertirse en fermento de vida cristiana para toda la ciudad”.  Es una reflexión del papa Francisco en su discurso a los participantes de la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos, que ha tratado el tema “Encontrar a Dios en el corazón de la ciudad”.


El tema elegido, ha observado el Papa, se coloca en el surco de la Evangelii gaudium para entrar en los “desafíos de las culturas urbanas”. Por eso, Francisco ha recordado que el fenómeno del urbanismo ha asumido ya dimensiones globales: más de la mitad de los hombres del planeta vive en las ciudades. Y el contexto urbano --ha explicado-- tiene un fuerte impacto en la mentalidad, la cultura, los estilos de vida, las relaciones interpersonales, la religiosidad de las personas.

Asimismo, ha observado que parece que cada ciudad, tiene la capacidad de generar dentro de sí una oscura “anti-ciudad”. Parece que junto a los ciudadanos existen también los no-ciudadanos: “personas invisibles, pobres de medios y de calor humano, que viven en “no-lugares”, que viven de las “no-relaciones”. Son individuos a los que nadie dirige “una mirada, una atención, un interés”, ha advertido el Papa.

Pero frente a estos tristes escenarios, el Santo Padre ha indicado que debemos recordar siempre que Dios no ha abandonado la ciudad.

Por otro lado, ha pedido no abandonarse nunca en el pesimismo y el derrotismo, sino tener una mirada de fe sobre la ciudad, una mirada contemplativa que descubra es Dios que habita en sus casas, en sus calles, en sus plazas.

Al respecto, el Pontífice ha recordado que los fieles laicos, sobre todo, están llamados a salir sin temor para ir al encuentro de los hombres de la ciudad: “en las actividades cotidianas, en el trabajo, como solteros o como familias, junto a la parroquia o en los movimientos eclesiales de los que forman parte, pueden romper el muro del anonimato y de indiferencia que a menudo reina en la ciudad. Se trata de ser “apóstoles del barrio”. Asimismo, ha recordado que en la ciudad a menudo hay un terreno de apostolado mucho más fértil de lo que muchos imaginan. Y por eso, ha reconocido el Pontífice, es importante cuidar la formación de los laicos.

Al mismo tiempo --ha proseguido-- es necesario alimentar en ellos el deseo del testimonio, para que puedan donar a los otros con amor el don de la fe que han recibido, acompañando con afecto a esos sus hermanos que mueven los primeros pasos en la vida de fe.

viernes, 6 de febrero de 2015

Evangelio 6 de Febrero de 2015

  • Primera Lectura: Hebreos 13,1-8
    "Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre"
    Hermanos: Conservad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad; por ella algunos recibieron sin saberlo la visita de unos ángeles. Acordaos de los que están presos, como si estuvierais presos con ellos; de los que son maltratados, como si estuvierais en su carne. Que todos respeten el matrimonio, el lecho nupcial que nadie lo mancille, porque a los libertinos y adúlteros Dios los juzgará. Vivid sin ansia de dinero, contentándoos con lo que tengáis, pues él mismo dijo: "Nunca te dejaré ni te abandonaré"; así tendremos valor para decir: "El Señor es mi auxilio: nada temo; ¿qué podrá hacerme el hombre?" Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.
  • Salmo Responsorial: 26
    "El Señor es mi luz y mi salvación."
    El Señor es mi luz y mi salvación, / ¿a quién temeré? / El Señor es la defensa de mi vida, / ¿quién me hará temblar? R. Si un ejército acampa contra mí, / mi corazón no tiembla; / si me declaran la guerra, / me siento tranquilo. R. Él me protegerá en su tienda / el día del peligro; / me esconderá en lo escondido de su morada, / me alzará sobre la roca. R. Tu rostro buscaré, Señor, / no me escondas tu rostro. / No rechaces con ira a tu siervo, / que tú eres mi auxilio; / no me deseches. R.
  • Evangelio: Marcos 6,14-29
    "Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado"
    En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: "Juan Bautista ha resucitado, y por eso los poderes actúan en él." Otros decían: "Es Elías." Otros: "Es un profeta como los antiguos." Herodes, al oírlo, decía: "Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado." Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: "Pídeme lo que quieras, que te lo doy." Y le juró: "Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino." Ella salió a preguntarle a su madre: "¿Qué le pido?" La madre le contestó: "La cabeza de Juan, el Bautista." Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: "Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista." El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Los Primeros Viernes

Una bendición que no pasa de moda
Aquella herejía jansenista quiso apartar a las almas de la Sagrada Comunión, pero Jesús le ganó la partida...


Por: Pedro García Cmf | Fuente: www.riial.org



Corrían los últimos años del siglo diecisiete y se había echado sobre toda Europa dentro de la Iglesia una herejía verdaderamente mala, maldita, nacida del mismo infierno. Se le llamó Jansenismo. ¿En qué consistía? Tenía las apariencias de algo muy justo, como era el respeto grande a Dios. Decían aquellos herejes, que se confesaban muy católicos: Como Dios es tan grande, tan santo, tan santísimo, solamente nos podemos acercar a El con un alma purísima, con una conciencia inmaculada, con una santidad digna de Dios. Esto es lo que decían ellos.

Pero, como nadie se veía con una limpieza de alma tan exquisita, ¿qué ocurría? Pues que las almas, en vez de acercarse confiadamente a Dios, huían de El por miedo. Sobre todo, se alejaron de la Sagrada Comunión. No se atrevían a comulgar porque nadie era digno de recibir al Señor. Total, que el Sacramento de los Sacramentos no servía para otra cosa sino para caer de rodillas ante él en adoración profunda, llena de temor, y para nada más.

El mal era muy grave. Pero fue el mismo Jesús quien puso remedio. Se aparece a Margarita María —precisamente en la octava del Corpus—, le muestra el Corazón sobre su pecho, y le dice unas palabras que han pasado a la historia de la piedad cristiana moderna:

- Este es el Corazón que tanto ha amado a los hombres, que no ha ahorrado nada hasta entregarse del todo por ellos, y, sin embargo, no recibo de ellos más que ingratitud y menosprecios. Encarga a Margarita María que propague la devoción al Corazón de Jesús, y le hace la gran promesa:

- Yo prometo la salvación a todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos como una reparación a mi Corazón divino. ¿Cuál fue el resultado? Las almas, antes tan miedosas de acercarse a comulgar, perdieron el temor. Empezaron a comulgar los Primeros Viernes, seguían comulgando los demás días, y después se convirtió la Sagrada Comunión —como lo fue desde el principio en la Iglesia— en el alimento normal del cristiano cara a la vida eterna. Jesús había conseguido con aquella aparición y aquella promesa lo que El pretendía: hacer de la Eucaristía el centro de la vida cristiana.

La verdad es que vale la pena conservar la costumbre de la Sagrada Comunión en los Primeros Viernes. Indiscutiblemente, que trae muchas bendiciones y gracias sobre toda la Iglesia.

En la evangelización primera de muchas Misiones modernas, la práctica de los Primeros Viernes ha jugado un gran papel y ha metido hondamente la costumbre de recibir al Señor en el Sacramento.

Se hizo célebre el caso de un indio piel roja en Norteamérica. El jefe de la tribu, llamado Ciprá, se hace un corte en la mano al trabajar. Ante el peligro de infección, el Padre Misionero le obliga a emprender un largo viaje en busca del médico, el cual, ante la gravedad del caso, le manda quedarse unos días para hacerle una cura radical, antes de que se extienda la gangrena. Y el indio:

- No puedo detenerme. Mañana es Primer Viernes y tengo que ir con los demás de mi tribu a la Misión a recibir la Comunión del “vestidura negra”. Ya volveré después.

- Pero después ya será demasiado tarde, y habré de cortarte la mano.

- No importa. Me cortarás la mano. Pero Ciprá no faltará a la Comunión del Primer Viernes con los demás de la tribu. No hubo manera de convencer a aquel indio cabezón. Marchó, recibió la Comunión de manos del “vestidura negra” —como llamaban al Padre con sotana—, y, al volver, la cosa ya no temía remedio.

- Ya te lo dije... Ahora es necesario amputarte tres dedos al menos. Y el cacique, simpático: - Pues, corta los tres dedos, que no valen lo que una Comunión.

En fin, dejemos al indio piel roja con su mano maltrecha, para preguntarnos ahora nosotros: ¿qué queda de aquella práctica tan bella de la Comunión en los Primeros Viernes? ¿Ha pasado de moda? No, afortunadamente. No ha pasado de moda, aunque hoy ya no tenga la fuerza que tuvo en años pasados. Son muchas las iglesias que se ven muy concurridas en los Primeros Viernes de mes, muchas las confesiones y muy nutridas las filas de los comulgantes. Quizá ya no se mira hoy tanto eso de la promesa de la salvación, que, al fin y al cabo, es una promesa de una revelación privada, en la cual nadie está obligado a creer.

El gran fruto de la práctica de los Primeros Viernes es que ahora se comulga para obsequiar al Corazón de Jesús, para desagraviarle por los pecados del mundo, para rogar por la salvación de todos. Y más que en la promesa a Margarita María, se mira a la gran promesa de Jesús en el Evangelio, que nos dice:

- Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día (Juan 6,57)

Por estas palabras de Jesús en el Evangelio de Juan, sabemos que es imposible se pierda quien ha hecho de la Comunión el alimento ordinario de su vida cristiana. Más que de los Primeros Viernes, hacemos caso de la Comunión en la Misa dominical. Y, lo que es mucho mejor, de la Misa de cada día. Porque son muchos los trabajadores que, después de las labores de la jornada, se meten en la Iglesia para no perder su Comunión diaria. Este, éste ha sido el gran fruto de esa práctica tan devota, que ha conseguido hacer de todos los días otros tantos Primeros Viernes de mes.

Aquella herejía jansenista quiso apartar a las almas de la Sagrada Comunión, pero Jesús le ganó la partida. Por nuestra parte, le decimos al Señor que sí, que cuente con nosotros cuando nos llama al comulgatorio. ¿Por qué no vamos a comulgar, si con la Comunión le damos al Corazón de Jesucristo la mayor de las alegrías?...

jueves, 5 de febrero de 2015

Evangelio 5 de Febrero de 2015

  • Primera Lectura: Hebreos 12,18-19.21-24
    "Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo"
    Hermanos: Vosotros no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando. Y tan terrible era el espectáculo, que Moisés exclamó: "Estoy temblando de miedo". Vosotros os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel.
  • Salmo Responsorial: 47
    "Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo."
    Grande es el Señor y muy digno de alabanza / en la ciudad de nuestro Dios, / su monte santo, altura hermosa, / alegría de toda la tierra. R. El monte Sión, vértice del cielo, / ciudad del gran rey; / entre sus palacios, / Dios descuella como un alcázar. R. Lo que habíamos oído lo hemos visto / en la ciudad del Señor de los ejércitos, / en la ciudad de nuestro Dios: / que Dios la ha fundado para siempre. R. Oh Dios, meditamos tu misericordia / en medio de tu templo: / como tu renombre, oh Dios, tu alabanza / llega al confín de la tierra; / tu diestra está llena de justicia. R.
  • Evangelio: Marcos 6,7-13
    "Los fue enviando"
    En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: "Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa." Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

10 razones prácticas y no religiosas para decir no a las relaciones sexuales en el noviazgo

Castidad
La abstinencia sexual prematrimonial tiene sentido


Por: Martha Morales | Fuente: Religión en Libertad/Tad.org.mx



La pureza y la castidad parecieran ser virtudes pasadas de moda. La crisis de valores ha hecho que muchos jóvenes vean el sexo como centro del noviazgo.
A los hombres se les considera “ganadores” y a las mujeres “experimentadas”, mientras que al que se conserva en castidad se le toma como un mojigato, incapaz sexual o reprimido por la Iglesia.
Sin embargo, la realidad es totalmente contraria. Conozcamos 10 razones para promover entre nuestros jóvenes la abstinencia sexual.
1. Ayuda a tener una buena comunicación en el noviazgo.
Cuando una pareja de novios vive la abstinencia sexual, su comunicación es buena porque no se centran solamente en el placer, sino en la alegría de compartir puntos de vista y vivencias; además, sus conversaciones son más profundas.
Por el contrario, la intimidad física es una forma fácil de relacionarse, pero eclipsa otras formas de comunicación. Es un modo de evitar el trabajo que supone la verdadera intimidad emocional, como hablar de temas personales y profundos y trabajar en las diferencias básicas que hay entre ambos.
2. Crece el lado amistoso de tu relación.
La cercanía física pueden llevar a que los adolescentes piensen que están emocionalmente cercanos, cuando en realidad no lo están. Una relación romántica consiste esencialmente en cultivar una amistad, y no hay amistad sin conversación y sin compartir intereses. La conversación personal crea lazos de amistad, y ayuda a que uno descubra al otro, que conozca sus defectos y sus cualidades.
Algunos jóvenes se dejan llevar por las pasiones y cuando se conocen en profundidad, se desencantan. Y no se conocieron porque no llegaron a ser amigos, sino “novios con derechos”.
3. Hay mejor relación con los padres de familia de ambos.
Cuando el hombre y la mujer se respetan mutuamente, maduran su cariño y mejoran la amistad con los padres de ambos. Generalmente, los padres de familia prefieren que sus hijos solteros vivan la continencia sexual, y se sienten preocupados si saben que están sexualmente activos sin ser casados.
Cuando una pareja sabe que debe esconder sus relaciones sexuales, crece en ellos la culpa y el estrés. Los novios que deciden esperar se relacionan más cordialmente con los padres de familia propios y de la pareja.
4. Te sientes más libre para cuestionar si ese noviazgo te conviene.
Las relaciones sexuales tienen el poder de unir a dos personas con fuerza, y pueden prolongar una relación poco sana basada en la atracción física o en la necesidad de seguridad. Una persona se puede sentir “atrapada” en una relación de la cual quisiera salir pues en fondo no la desea, pero no encuentra la salida.
Una persona que no tiene relaciones sexuales puede romper con mayor facilidad el vínculo afectivo que lo ata al otro, pues no ha habido una intimidad tan poderosa en el aspecto físico. Además, si llega a haber un embarazo, las personas no se sienten tan libres de decidir si se separan, se casan, se ponen a trabajar, etcétera.
5. Se fomenta la generosidad contra el egoísmo.
Las relaciones sexuales en el noviazgo invitan al egoísmo y a la propia satisfacción, inclinan a sentirse en competencia con otras personas que puede resultarle más atractivas a la propia pareja. Se fomenta la inseguridad y el egoísmo, ya que al empezar a entrar en intimidades la tendencia es pedir más y más.
6. Hay menos riesgo de abuso físico o verbal.
El sexo fuera del matrimonio se asocia a la violencia y a otras formas de abuso. Por ejemplo, se da más del doble de agresión física entre parejas que viven juntas sin compromiso, que entre las parejas casadas. Hay menos celos y menos egoísmo en las parejas de novios que deciden posponer las relaciones sexuales que en las que se dejan llevar por las pasiones.
7. Aumenta el repertorio de modos de mostrar afecto.
Los novios que vive la abstinencia encuentran detalles nuevos para mostrar afecto; cuenta con inventiva e ingenio para pasarla bien y demostrarse mutuamente su interés. La relación se fortalece y tienen más oportunidad de conocerse en cuanto a su carácter, hábitos y en el modo de mantener una relación.
8. Hay más posibilidades de triunfar en el matrimonio.
Las investigaciones han demostrado que las parejas que han cohabitado tienen más posibilidades de divorciarse que las que no han cohabitado. [Un repaso a los estudios sobre esto AQUÍ ]
9. Si decides “romper” esa relación, dolerá menos.
Los lazos que crea la actividad sexual por naturaleza, vinculan fuertemente, entonces, si hay una ruptura, se intensifica el dolor que produce la ruptura por los vínculos establecidos. Cuando no se han tenido relaciones íntimas, y deciden separarse, la separación es menos devastadora.
10. Te sentirás mejor como persona.
Los adolescentes sexualmente activos frecuentemente pierden autoestima y admiten vivir con culpas. Cuando deciden dejar de lado la intimidad física se sienten como nuevos y crecen como personas. Además, mejoran su potencial intelectual, artístico y social, al poner toda esa energía creativa en desarrollar sus talentos.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Evangelio 4 de Febrero de 2015

  • Primera Lectura: Hebreos 12,4-7.11-15
    "El Señor reprende a los que ama"
    Hermanos: Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado. Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron: "Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, no te enfades por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos." Aceptad la corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues, ¿qué padre no corrige a sus hijos? Ninguna corrección nos gusta cuando la recibimos, sino que nos duele; pero, después de pasar por ella, nos da como fruto una vida honrada y en paz. Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así el pie cojo, en vez de retorcerse, se curará. Buscad la paz con todos y la santificación, sin la cual nadie verá al Señor. Procurad que nadie se quede sin la gracia de Dios y que ninguna raíz amarga rebrote y haga daño, contaminando a muchos.
  • Salmo Responsorial: 102
    "La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos."
    Bendice, alma mía, al Señor, / y todo mi ser a su santo nombre. / Bendice, alma mía, al Señor, / y no olvides sus beneficios. R. Como un padre siente ternura por sus hijos, / siente el Señor ternura por sus fieles; / porque él conoce nuestra masa, / se acuerda de que somos barro. R. Pero la misericordia del Señor dura siempre, / su justicia pasa de hijos a nietos: / para los que guardan la alianza. R.
  • Evangelio: Marcos 6,1-6
    "No desprecian a un profeta más que en su tierra"
    En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: "¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?" Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía: "No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa." No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

El escapismo

El escapista busca vías de escape frente a los problemas, pero no los resuelve


Por: Alfonso Aguiló Pastrana | Fuente: www.conoze.com




La fuerza de voluntad libera a las personas de las cadenas de su propia debilidad. Las hace más libres, porque la libertad exige posesión, es decir, señorío de uno mismo, y quien no logra dominarse a sí mismo no puede ser realmente libre.

Cuando una persona, haciendo uso de la libertad, elige obrar mal, el vicio correspondiente acabará por atraparle y, entonces, esa libertad no será tal libertad. Las personas libres hacen las cosas «porque les da la gana», no simplemente «porque les viene en gana».

La verdadera libertad es aquella que es capaz de elegir dentro del bien. La libertad puede elegir el mal, es cierto, pero dentro de esa mala elección hay siempre una merma en la misma libertad, una autocondena de la libertad que poco a poco se esclaviza al error.

Algo similar sucede cuando una persona, a la hora de decidir qué va a hacer, no se enfrenta con valentía a la realidad de las cosas, para calibrar su verdadera conveniencia, sino que cae en un oscuro género de escapismo, de engaño y huida de uno mismo, cosa siempre bastante triste.

El escapista busca vías de escape frente a los problemas, pero no los resuelve. Se evade. Esquiva la incomodidad a toda costa. Teme a la realidad. Ignora sus consecuencias futuras. Si el problema no desaparece, será él quien desaparezca.

Cuando una persona actúa diciendo cosas como «no sé si está bien o mal, pero me gusta y lo hago», está maniobrando torpemente para rehuir un compromiso que le resulta difícil de aceptar, pero al final acabará ligada a un compromiso mucho más lacerante y doloroso: su propia flojedad.

Por cerrar los ojos a la realidad, ésta no va a desaparecer. Cuando una persona comienza a internarse en el tenebroso mundo de la droga, cierra de alguna manera sus ojos a la realidad. Lo mismo sucede cuando un adolescente adquiere una dependencia más o menos seria del alcohol. O, en otro orden de cosas, al estudiante que es víctima de su frivolidad o su pereza, o al enamorado que no lo es tanto y está dominado por la lujuria, o al egoísta que ya no sabe dejar de pensar obsesivamente en sí mismo. Otros están cogidos por el juego, otros por el ansia de trabajo o de dinero, y otros incluso —hay de todo— por la compra compulsiva, los tranquilizantes o las máquinas tragaperras.

Son diversos ejemplos de adicciones que aguan la fiesta del placer. Ejemplos de personas que —si les queda la necesaria lucidez— no tardan en descubrir que si no se practica la templanza al final puede ser preciso acudir al médico. Es la propia naturaleza quien se encarga de castigarles con esa dura dependencia de su fragilidad.

martes, 3 de febrero de 2015

Evangelio 3 de Febrero de 2015

  • Primera Lectura: Hebreos 12,1-4
    "Corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos"
    Hermanos: Una nube ingente de testigos nos rodea: por tanto, quitémonos lo que nos estorba y el pecado que nos ata, y corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Recordad al que soportó la oposición de los pecadores, y no os canséis ni perdáis el ánimo. Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado.
  • Salmo Responsorial: 21
    "Te alabarán, Señor, los que te buscan."
    Cumpliré mis votos delante de sus fieles. / Los desvalidos comerán hasta saciarse, / alabarán al Señor los que lo buscan: / viva su corazón por siempre. R. Lo recordarán y volverán al Señor / hasta de los confines del orbe; / en su presencia se postrarán / las familias de los pueblos. / Ante él se postrarán las cenizas de la tumba, / ante él se inclinarán los que bajan al polvo. R. Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá, / hablarán del Señor a la generación futura, / contarán su justicia al pueblo que ha de nacer: / todo lo que hizo el Señor. R.
  • Evangelio: Marcos 5,21-43
    "Contigo hablo, niña, levántate"
    En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al lago. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: "Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva." Jesús se fue con él, acompañado de mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacia doce años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase de tratamientos, y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido curaría. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió en seguida, en medio de la gente, preguntando: "¿Quién me ha tocado el manto?" Los discípulos le contestaron: "Ves como te apretuja la gente y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"" Él seguía mirando alrededor, para ver quién había sido. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. Él le dijo: "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud." Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: "Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?" Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: "No temas; basta que tengas fe." No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos. Entró y les dijo: "¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida." Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: "Talitha qumi" (que significa: "Contigo hablo, niña, levántate"). La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y se quedaron viendo visiones. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

El Evangelio meditado

Jesús cura a los enfermos por su fe
Milagros
Marcos 5, 21-43. Tiempo Ordinario. La fe es la llave que abre el corazón de Cristo que quiere derramar todas sus gracias sobre nosotros.


Por: H. Laureano López | Fuente: Catholic.net



Del  santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43
Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a él mucha gente; él estaba a la orilla del mar. Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva». Y se fue con él.
Le seguía un gran gentío que le oprimía. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré». Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?» Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"». Pero él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante él y le contó toda la verdad. El le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad».
Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?» Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe». Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos. Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de él. Pero él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dice: «Talitá kum», que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate». La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.


Oración introductoria
Jesús, gracias porque te has hecho hombre y has querido venir al mundo para curar nuestras dolencias y sanar nuestras almas. Señor, alivia nuestras enfermedades, las de nuestros padres, familias y amigos. Te ofrezco esta meditación por todos aquellos que sufren, especialmente por los que no te conocen o no creen en tu poder sanador. Dios mío, aumenta mi fe para que Tú puedas entrar en mi corazón y curarme de todas mis enfermedades.

Petición
Señor, aumenta mi fe para que te conozca más en profundidad y te ame con más fuerza.

Meditación del Papa Francisco
Tampoco dudó en alertar de que incluso en el corazón del hombre de fe se alberga “algo de incredulidad”. El relato del evangelio de Marcos, dio pie al Papa Francisco para subrayar que los milagros siguen existiendo, pero para consentir al Señor que los realice es necesaria una oración valiente, capaz de superar esa incredulidad, con una oración que debe “poner la carne en el asador”, implicar nuestra persona y comprometer toda nuestra vida.»(L’Osservatore Romano, 20 de mayo 2013).
Una oración valiente, que lucha por conseguir tal milagro; no esas oraciones gentiles: ´Ah, voy a orar por ti´, y digo un Padre Nuestro, un Ave María y me olvido. No, sino una la oración valerosa, como la de Abraham, que luchaba con el Señor para salvar la ciudad, como la de Moisés, que tenía las manos en alto y se cansaba, orando al Señor; como la de muchas personas, de tantas personas que tienen fe y con la fe oran y oran. La oración hace milagros, ¡pero tenemos que creer! Creo que podemos hacer una hermosa oración... y decirla hoy, todo el día: «Señor, creo, ayúdame en mi incredulidad»...y cuando nos piden que oremos por tanta gente que sufre en las guerras, por todos los refugiados, por todos aquellos dramas que hay en este momento, rezar, pero con el corazón al Señor: «¡Hazlo!», y decirle: «Señor, yo creo. Ayúdame en mi incredulidad» Hagamos esto hoy. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 20 de mayo de 2013, en Santa Marta).
Reflexión 
La virtud de la fe es la llave que abre el corazón de Cristo que arde por derramar todas sus gracias sobre nosotros. Esforcémonos particularmente por acrecentar en nuestra vida esta virtud, pues Dios ha querido que le pidamos todo lo que necesitamos con fe y confianza. Transmitamos en nuestra familia esta actitud de fe, sobre todo cuando nos enfrentemos ante el sufrimiento físico o moral de un ser querido.

Propósito
Al iniciar las actividades del día haré un acto sincero de fe en Dios diciendo: "Creo en ti, Dios mío!"

Diálogo con Cristo
Jesús, me acerco a ti porque quiero tocarte con lo más profundo de mi alma para ser sanado. Sé que puedes curarme de todas mis enfermedades, sobre todo las del alma, pues tú has venido a traernos la salvación y el perdón de los pecados. Ayúdame a incrementar mi fe, con la oración, para poder acercarme más a ti con un corazón sencillo y abierto a tus dones.

lunes, 2 de febrero de 2015

Evangelio 2 de Febrero de 2015

  • Primera Lectura: Malaquías 3,1-4
    "Entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis"
    Así dice el Señor: "Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar -dice el Señor de los ejércitos-. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos."
  • Salmo Responsorial: 23
    "El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria."
    ¡Portones!, alzad los dinteles, / que se alcen las antiguas compuertas: / va a entrar el Rey de la gloria. R. -¿Quién es ese Rey de la gloria? / -El Señor, héroe valeroso; / el Señor, héroe de la guerra. R. ¡Portones!, alzad los dinteles, / que se alcen las antiguas compuertas: / va a entrar el Rey de la gloria. R. -¿Quién es ese Rey de la gloria? / -El Señor, Dios de los ejércitos. / Él es el Rey de la gloria. R.
  • Segunda Lectura: Hebreos 2,14-18
    "Tenía que parecerse en todo a sus hermanos"
    Los hijos de una familia son todos de la misma carne y sangre, y de nuestra carne y sangre participó también Jesús; así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaba la vida entera como esclavos. Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.
  • Evangelio: Lucas 2,22-40
    "Mis ojos han visto a tu Salvador"
    Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones." Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel." Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma." Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

Dioses de nuestro tiempo

Hoy nos conducimos como paganos, adorando ídolos que son máscaras del mismo satanás


Por: P. Antonio Rivero | Fuente: Catholic.net




Estos dioses -que son múltiples como Dios es uno- cambian frecuentemente de cara y de lenguaje, se procrean e inventan nuevos engaños. Son máscaras de satanás, quien tiene la propiedad de mimetizarse y transformase como la mentira, ya que no está sujeto al "si, sí, no, no" de la verdad, que es una sola y no se disfraza.

I. EL DIOS PROGRESO
  • Por ello los laicos, con su competencia en los asuntos profanos y con su actividad elevada desde dentro por la gracia de Cristo, contribuyan eficazmente a que los bienes creados, de acuerdo con el designio del Creador y la iluminación de su verbo, sean promovidos, mediante el trabajo humano, la técnica y la cultura civil, para utilidad de todos los hombres sin excepción (Lumen Gentium, 36).
Su credo es éste: "Caminamos en un progreso indefinido que no se detendrá. Ha habido guerras, genocidios y tragedias espantosas. Pero estamos progresando. Todo lo que es progreso es bueno, aunque esto suponga sacrificar el presente en aras de un futuro incierto. El progreso debe ser adorado.

Sin embargo, los remozones producidos por Hiroshima, Chernobil, la guerra química, el auge del ecologismo, la situación de miseria o de injusticia a que están sometidas grandes masas de población, la violencia siempre constante en algún lugar del mundo...han sacudido fuertemente las columnas del Progreso, llevando a veces desconfianza al mismo Progreso y sus promesas, y poniendo en disputa sus mismas bases filosóficas. ¿Y los pueblos enteros que sufren hambre y miseria por causa de la guerra, la corrupción, el colonialismo, la usura internacional? ¿Y los que no tienen acceso a la cultura, al confort, a la tecnología? Pueblos enteros sometidos a la esclavitud económica, social, política, psicológica...manipulados por los ideólogos, por los tecnócratas, por la usura internacional.

Por tanto, criticamos a este ídolo lo siguiente:

1. Los avances que lanza este progreso no siempre están de acuerdo con la ética y la moral, quedan desvinculados de ella. A este ídolo le interesa la ganancia, que llega a ser la prueba contundente de su bondad y acierto. Hace de esa ganancia ley, llegando, así, lo legal (derecho positivo) a ser lo justo (derecho natural). Una vez más, no sabe o no quiere distinguir entre derecho natural y derecho positivo. Se preocupa de la efectividad, no de la moralidad. Detrás de esta posición se esconde el influjo de Kant (1724-1804) que decía: el mérito proviene del deber y no del bien. Y este deber deriva de la decisión común a todos los hombres. Y si la decisión común dice que hay que esterilizar, estimular los experimentos in vitro que nos darán un día humanoides fríos (terrorismo de laboratorio enguantado y silencioso) , criados sin necesidad de madres, emplear la anticoncepción y el aborto para detener el crecimiento demográfico (que crece de modo geométrico, mientras que los alimentos crecen aritméticamente -a decir de Malthus-), legalizar la eutanasia ...entonces es bueno eso. Pero aquí la bien no nace de la verdad y la verdad no surge de la realidad. El bien para este dios depende del futuro, del proyecto del futuro, a donde él nos conduce.

2. Este progreso tiene poder para romper toda barrera; le da a la técnica y a la experimentación un cheque en blanco para someter incluso la intimidad del hombre. El dios Progreso llama progreso a toda costumbre nueva, por más desvergonzada que sea. Por eso, los países musulmanes desprecian tanto a Occidente.

3. La disidencia para este dios es un pecado gravísimo. En la URSS significaba la muerte o la cárcel. En Occidente significa la muerte civil, se excluye al sujeto de la sociedad, no se lo deja hablar ni se le oye, se le juzga sin ecuanimidad, y se le condena no por lo que hace, sino por lo que piensa y por lo que él mismo es. Si es un político, se le cierran todos los medios de comunicación. Si es un docente, se le persigue por no estar al día en las novedades pedagógicas. Si es un dirigente social, se lo condena por ser moralista y no ser práctico. Si es un promotor de la fe, se lo margina por estar fuera de tiempo.

4. Ese dios no ha podido quebrar esa búsqueda de sobrenaturalidad insaciable del alma humana. Dios está de moda siempre. Pero este dios progreso intenta confundir a la gente, proporcionándoles dioses en lugar de Dios, religiosidades en lugar de religión, sectas en lugar de Iglesias, opiniones en lugar de fe, mundalismo en lugar de unidad, consuelos en lugar de justicia y auténtica paz; fantasmas y reencarnaciones en lugar de Cristo, encarnado en el seno de María. Anécdota de la muerte de Malenkov, aquel jerarca soviético de la posguerra. Lo estaban velando, en presencia de altos jerarcas que venían a brindarle su homenaje. En ese momento, delante de todos, para despedirse, se acercó la viuda al féretro, le dio un beso e hizo sobre él la señal de la cruz, porque Malenkov en el último tiempo de su vida había pedido el bautismo.

II. EL DIOS LIBERTAD

Cada hombre, dice este dios, tiene una libertad absoluta. De esa libertad brotan los valores. Todo lo que vaya contra esa libertad es antisagrado (moral, religión católica con sus dogmas y mandamientos). No hay pecado. No hay límites. La libertad salva, rige y condena.

Digamos nosotros:

1. Hay influjo de la revolución francesa, inspirada a su vez en Rousseau, para quien "el hombre nació bueno, sin pecado original" (Contrato Social). Influjo también de Nietzche, padre del nacional-socialismo como del bolcheviquismo, cuyo mayor terrorismo fue decretar que "Dios está muerto" y, como lógica contrapartida, decretar la "inocencia dionisíaca de los hombres". Es como decir: Dios es el culpable y lo hemos guillotinado; y el hombre es inocente y lo adoramos.

2. En nombre de este dios se asesinaron durante la revolución francesa a 250.000 de una población de 600.000 personas, 778 parroquias. En España durante la guerra civil, se destruyeron 20.000 iglesias, incineración de tesoros de arte religioso, el asesinato del 80 por ciento de los sacerdotes; esto en la zona nacional. En la zona roja, 11 obispos y más de 10.000 sacerdotes. A esto se añade: la profanación de imágenes sagradas que luego sirvieron de blancos para práctica de tiro; los vasos sagrados como orinales.

3. Este dios ha dado a luz al terrorismo de Sendero luminoso en Perú, el de Hitler, el de Stalin, todos surgidos de la misma raíz iluminista. Otros: asesinatos en la plaza de Tianonmen en China Popular; la entrada de marines en Panamá y la demolición de barrios indefensos hostiles a los invasores; el bombardeo selectivo y discriminado de templos (mezquitas e iglesias católicas) y hospitales en Irak, durante la guerra del golfo. En Bosnia-Herzegovina, los serbios llevan más de 40.000 mujeres violadas, monjas incluidas.

4. Como es una libertad sin Dios, que se endiosa, y está destinada a esclavizar y no a liberar.

5. La libertad es un desafío y una responsabilidad. Es un fruto que se consigue ganando las batallas interiores del dominio propio y entregando las propias energías no a fines egoístas, sino a objetivos superiores y generoso.

III. EL DIOS CIENCIA
  • "La organización técnico-científica de ciertos países está engendrando una visión cientista del hombre cuya vocación es la conquista del universo. En esta visión, sólo se reconoce como verdad lo que la ciencia puede demostrar; el mismo hombre se reduce a su definición científica. En nombre de la ciencia todo se justifica, incluso lo que constituye una afrenta a la dignidad humana. Al mismo tiempo se someten las comunidades nacionales a decisiones de un nuevo poder, la tecnocracia. Una especie de ingeniería social puede controlar los espacios de libertad de individuos e instituciones, con el riesgo de reducirlos a meros elementos de cálculo" (Puebla, 315).

    "Es cierto que el progreso actual de las ciencias y de la técnica, las cuales, debido a su método no pueden penetrar hasta las íntimas esencias de las cosas, puede favorecer cierto fenomenismo y agnosticismo cuando el método de investigación usado por estas disciplinas se considera sin razón como la regla suprema para hallar toda la verdad. Es más, hay el peligro de que el hombre, confiado con exceso en los inventos actuales, crea que se baste a sí mismo y deje de buscar ya cosas más altas. (Gaudium et spes, 57)

Su credo: sólo la ciencia nos puede dar certezas, está por encima del bien común, de la ética, de la persona. Todo lo que no es ciencia es sentimiento, subjetivismo, espiritualismo.

A la diosa ciencia le corresponde un altar; el bien del hombre, su conciencia, su conducta, su integridad moral están por debajo de ella.

Esto es lo que expresó Roosevelt en 1912: "Creo que la asimilación de los países latinoamericanos será larga y difícil mientras esos países sigan siendo católicos". En la misma línea Rockefeller, en 1969, recomendó en Roma que sustituyera a los católicos de Latinoamérica por otros cristianos, recomendación que está en marcha con ingentes recursos de todo orden. Tendencia asociada con el control de natalidad y con la política monetarista del FMI.

Digamos:

1. Hay influjo de Comte y de Kant que decían había una separación absoluta e irreductible entre los sentimientos y los hechos. A los primeros -dicen- corresponde el mundo subjetivo; a los segundos, el objetivo, experimentable, científico. Si fuera verdad esto, tendríamos que eliminar el misterio que todo hombre lleva consigo.

2. Hay un reduccionismo científico. Nuestro conocimiento verdadero se entiende que es conocimiento de lo experimentable o de lo medible. Se niega a la inteligencia la capacidad de ponerse en contacto con lo que no está sujeto a ella ni es medible; se la reduce a la capacidad de conocer lo cuantitativo.

3. Hay un reduccionismo del hombre, de sus capacidades espirituales, su razonalidad

4. Hay que decir también que la fe no está contra la razón ni contra la ciencia. Por tanto, la ciencia se convierte en ídolo y en su soberbia quiere llenarlo todo cuando abandonaa su misión de instrumento y pretende dictar leyes al mismo Dios. Es el momento en que cae de su pedestal y se rompe.

IV. EL DIOS HOMBRE
  • "La religión del Dios que se hace hombre se ha encontrado con la religión del hombre que se hace Dios".(Pablo VI)
Su credo: el hombre es inmanentista, total y completo en sí mismo, nada sobre él. Es la medida de todas las cosas. Su placer, su tener, su yo, marcan su ley. Es él el principio supremo de la ley. Dios es válido en la medida en que le sirve.

Decimos:

1. Aquí el hombre ha perdido su condición de creatura. Estamos retornando a Feuerbach (1804-1872).

2. Aquí Dios viene suprimido, su gracia. El hombre consigue todo con sus fuerzas, incluso en cosas del espíritu. De ahí, el yoga, el control mental y la meditación trascendental para conseguir la experiencia mística. Ya no es Dios que llega y atrapa, sino el esfuerzo humano que quiere conseguir todo, incluso llegar a Dios.

3. Aquí el hombre dice a Cristo que baje de la cruz, que no necesita del sufrimiento. Predican una religiosidad de consumo, superficial y demagógica. Predican que vendrá una nueva era, la del Acuario, hacia el 2140, donde un maestro, la reencarnación de Cristo, enseñará a los hombres a salvarse por sí mismos.

V. EL DIOS UTILIDAD

Ley: lo útil es lo bueno. La eficiencia como tarjeta principal de presentación. El hombre como material humano, medido por el rendimiento (marxismo, capitalismo liberal). Utilitarismo y pragmatismo.

Juzgamos:

1. Nada de sentido heroico de la vida. Nada que no sea para conseguir algo práctico. Nada de poesía, de arte, de contemplación y de oración. Cualquiera de estas cosas, sí, si me traen beneficio. Si por la contemplación me voy a curar de mi estrés, ¡bienvenida!

2. Por el utilitarismo actual, y bajo el amparo del dios ciencia, hemos llegado a una civilización de la muerte.

3. Ha exaltado el hedonismo, el uso de droga para codearnos con el infinito.

4. En nombre de este dios se sacrifican muchas aberraciones: se justifica la esterilización de enfermos mentales, como lo hizo el Parlamento europeo, o el suicidioo voluntario, o por decisión de la familia, de los enfermos, como en Holanda.

5. Este ídolo es barato y chato. Sólo sociedades decadentes, que han perdido sus aspiraciones, están en condiciones de aceptarlo para regir sus vidas. Pero el hombre es un ser llamado a las más empinadas alturas y, por eso mismo, está también propenso a caer en los más profundos abismos.

VI. ALGUNOS SUBDIOSES

1. Democracia liberal: es un engaño de democracia. El pueblo vota y se le acaban sus atribuciones. Es un cero a la izquierda. Se anula el poder de las sociedades intermedias, que son las encargadas de tejer la red de relaciones sociales que hace fuerte a una nación; se acusa a las sociedades intermedias, o a los centros de fuerza de ser "corporaciones", que por su naturaleza producen tiranía, gobiernos derechistas, autoritarismo. Sociedades que son: Iglesia, sindicatos, universidades, fuerzas armadas, municipios, federaciones de comercio, agrarias o de industria, sociedades de beneficencia, clubes.

2. Paz: paz como no-guerra o no-conflicto. No como fruto de la justicia.

3. Vida: en forma de hedonismo. Vivir y gozar de la vida: sexo libre, droga, usura... ¿Qué decir de los mártires que sacrificaron sus vidas por causas superiores, o la consumen a diario por los demás? La vida no es lo supremo. Hay cosas superiores. Hay otra vida. Sin un sano desprecio por la vida nos convertimos en poco menos que gusanos. Una vida digna es la vida que se pone al servicio de lo que está por encima de la vida. La vida mejor vivida es la que aparentemente se pierde. No hay mayor gloria que darla por aquello que la trasciende.

4. Moda: es de los ídolos más estúpidos. Pero por su apariencia alegre e inofensiva es quizá el que tiene más seguidores. Es fanático y dogmático. Quien no hace caso a la moda es marginado de la sociedad. Es ídolo irracional e impuesto, pero funciona. Está relacionado con el dios Progreso. Detrás de este ídolo se esconde la concepción evolucionista, relativista e historicista de la vida. Niega la verdad objetiva, la estabilidad de la naturaleza, los principios inconmovibles de la moral. Incluso niega que la naturaleza humana sea algo terminado y proclama que es dependiente de las transformaciones sociales (por eso muchas veces está en manos de gente sexualmente promiscua, ambigua o cambiante). Niega la capacidad del hombre a definir, porque definir es la negación de la evolución y del progreso. Niega la capacidad del hombre a conocer las esencias, pues una cosa que ayer era hoy ya no es. Por eso los hombres debemos quedar libres incluso de la propia naturaleza humana, de la moral, de los principios, y adaptarnos a los cambios, aceptarlos y asumirlos porque no hay otra alternativa. La Moda se establece sobre la base de un anonimato. Se sigue una fuerza ciega, pero omnipotente. Satánica destrucción de las cosas, de la creación misma, de Dios.

5. Amor: es un idolillo del dios libertad absoluta. Total culto al cuerpo, predicado desde el púlpito de Hollywood. Amor de sentimiento, a primera vista. Amor que permite la infidelidad, el divorcio: "Ya no siento nada por el otro, no debo fingir...por tanto, debo separarme". Ya no es darse, sino sentir y gozar y abusar del otro. Amor pasajero, pues los sentimientos son pasajeros. Amor como sexopatía. Es un amor pordiosero que se contenta con migajas, que nunca está seguro, que no sabe a donde va, que sufre mucho y trata constantemente de acallar ese gemido interior con nuevas experiencias, que traen un analgésico cada vez más pasajero, y que aumenta la desesperanza. Digamos que el hombre ha sido hecho para amar. No meramente para sentir amor. Hecho para el matrimonio, para la familia, los hijos, la estabilidad, la vejez serena y confiada. No para aventuras, para el infinito y estúpido coqueteo, para la inseguridad y la inmadurez constante.

Conclusión: 

Hoy nos conducimos como paganos, adorando ídolos (Is 30, 1-5). Idolos que son máscaras del mismo satanás. Estos ídolos han sido llamados también como modernismo, secularismo, humanismo ateo. Con estos ídolos no podemos construir la ciudad de Dios, la civilización del amor. Se nos exige una verdadera cruzada.