Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
1Cor 4,6-15
6 Hermanos, me he aplicado esto a mí y a Apolo para que aprendáis a no ir más allá de lo que está escrito, a fin de que nadie se apasione por uno con detrimento para el otro. 7 Pues ¿quién te hace a ti superior? Y ¿qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué presumes como si no lo hubieras recibido? 8 ¡Ya estáis satisfechos! ¡Ya sois ricos! ¡Habéis llegado a reinar sin nosotros! ¡Ojalá reinaseis de verdad, para que reinásemos con vosotros! 9 Pues creo que Dios nos ha presentado a nosotros, los apóstoles, como lo último, como condenados a muerte, porque hemos llegado a ser el espectáculo del mundo, de los ángeles y de los hombres.
10 Nosotros tontos por Cristo, vosotros sabios en Cristo; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros honrados, nosotros despreciados. 11 Hasta ahora padecemos hambre, sed y falta de ropa. Somos abofeteados, andamos errantes 12 y nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos. Nos insultan, y bendecimos; nos persiguen, y aguantamos; 13 nos calumnian, y respondemos con bondad. Hemos sido hasta ahora como basura del mundo, como desecho de todos.
EXHORTACIÓN PATERNAL
14 No os escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos muy queridos. 15 Porque aunque tuvierais diez mil pedagogos que os hablen de Cristo, no tendríais muchos padres, pues por medio del evangelio yo os he engendrado en Cristo Jesús.
Salmo Responsorial
Sal 145,17-18
17 El Señor es justo en todos sus caminos, leal en todas sus acciones; 18 el Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad.
Sal 145,19-20
19 Él cumple los deseos de sus fieles, escucha su clamor y los libera; 20 el Señor guarda a todos sus amigos, y extermina a todos los malvados.
Sal 145,21
21 Mi boca dirá la alabanza del Señor, todos los muertos bendecirán su santo nombre por siempre jamás.
Evangelio
Lc 6,1-5
1 Un sábado, Jesús atravesaba unos sembrados, y sus discípulos comenzaron a cortar espigas y a comerlas, desgranándolas con las manos. 2 Unos fariseos dijeron: «¿Por qué hacéis lo que no está permitido hacer en sábado?». 3 Jesús les respondió: «¿No habéis leído lo que hizo David cuando tuvo hambre él y los suyos? 4 ¿Cómo entró en la casa de Dios, comió los panes de la proposición y dio a los que le acompañaban, aunque a nadie le es permitido comer de ellos, sino sólo a los sacerdotes?». 5 Y les decía: «El hijo del hombre es Señor también del sábado».
Calle L- 6, Jardines de Cuscatlan, Ciudad Merliot, Antiguo Cuscatlan, El Salvador, CentroAmerica
sábado, 6 de septiembre de 2008
jueves, 4 de septiembre de 2008
Evangelio y lecturas 05 de Septiembre 2008
Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
1Cor 4,1-5
1 Que la gente nos tenga como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. 2 Ahora bien, lo que se pide a los administradores es que sean fieles. 3 A mí poco me importa ser juzgado por vosotros o por un tribunal humano. Ni yo mismo me juzgo. 4 No me siento culpable de nada; pero no por esto quedo justificado, porque quien me juzga es el Señor. 5 Así pues, nada juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Señor, que iluminará los escondrijos de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones del corazón, y entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merezca.
Salmo Responsorial
Sal 37,3-4
3 Confía en el Señor y haz el bien, para habitar en tu tierra y vivir tranquilo; 4 busca en el Señor tus delicias, y él te dará lo que tu corazón desea.
Sal 37,5-6
5 Confía al Señor toda tu vida y fíate de él, que él sabrá lo que hace: 6 hará que luzca tu justicia como la aurora y que tu derecho resplandezca como el mediodía.
Sal 37,27-28
27 Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás un lugar donde vivir; 28 porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles; los malhechores serán para siempre aniquilados y la raza de los criminales será exterminada;
Sal 37,39-40
39 La salvación de los justos viene del Señor, él es su fortaleza en tiempos de peligro; 40 el Señor los ayuda y los libra, los libra de los malvados y los salva porque en él han buscado su refugio.
Evangelio
Lc 5,33-39
33 Ellos le dijeron: «Los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan con frecuencia y hacen oraciones, pero tus discípulos comen y beben». 34 Jesús les contestó: « ¿Es que pueden ayunar los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? 35 Pero vendrán días en que les quiten al esposo; entonces ayunarán». 36 Les dijo además una parábola: «Nadie corta una pieza de un traje nuevo para remendar un vestido viejo, pues estropearía el nuevo y la pieza nueva no caería bien en el viejo. 37 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo reventaría los odres, el vino se derramaría y los odres se perderían; 38 sino que el vino nuevo se echa en odres nuevos. 39 Y nadie, después de haber bebido vino añejo, quiere luego el nuevo, pues dice: El vino añejo es mejor».
1ª Lectura
1Cor 4,1-5
1 Que la gente nos tenga como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. 2 Ahora bien, lo que se pide a los administradores es que sean fieles. 3 A mí poco me importa ser juzgado por vosotros o por un tribunal humano. Ni yo mismo me juzgo. 4 No me siento culpable de nada; pero no por esto quedo justificado, porque quien me juzga es el Señor. 5 Así pues, nada juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Señor, que iluminará los escondrijos de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones del corazón, y entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merezca.
Salmo Responsorial
Sal 37,3-4
3 Confía en el Señor y haz el bien, para habitar en tu tierra y vivir tranquilo; 4 busca en el Señor tus delicias, y él te dará lo que tu corazón desea.
Sal 37,5-6
5 Confía al Señor toda tu vida y fíate de él, que él sabrá lo que hace: 6 hará que luzca tu justicia como la aurora y que tu derecho resplandezca como el mediodía.
Sal 37,27-28
27 Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás un lugar donde vivir; 28 porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles; los malhechores serán para siempre aniquilados y la raza de los criminales será exterminada;
Sal 37,39-40
39 La salvación de los justos viene del Señor, él es su fortaleza en tiempos de peligro; 40 el Señor los ayuda y los libra, los libra de los malvados y los salva porque en él han buscado su refugio.
Evangelio
Lc 5,33-39
33 Ellos le dijeron: «Los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan con frecuencia y hacen oraciones, pero tus discípulos comen y beben». 34 Jesús les contestó: « ¿Es que pueden ayunar los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? 35 Pero vendrán días en que les quiten al esposo; entonces ayunarán». 36 Les dijo además una parábola: «Nadie corta una pieza de un traje nuevo para remendar un vestido viejo, pues estropearía el nuevo y la pieza nueva no caería bien en el viejo. 37 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo reventaría los odres, el vino se derramaría y los odres se perderían; 38 sino que el vino nuevo se echa en odres nuevos. 39 Y nadie, después de haber bebido vino añejo, quiere luego el nuevo, pues dice: El vino añejo es mejor».
miércoles, 3 de septiembre de 2008
Evangelio y lecturas 04 de septiembre 2008
Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
1Cor 3,18-23
18 Nadie se engañe a sí mismo. Si alguno entre vosotros piensa que es sabio según la sabiduría de este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. 19 Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como dice la Escritura: Atrapa a los sabios en su astucia. 20 Y además: El Señor conoce cuán vanos son los pensamientos de los sabios. 21 Por tanto, que nadie presuma de los que son sólo hombres, pues todo es para vosotros: 22 Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente y el futuro, todo es vuestro; 23 vosotros, de Cristo, y Cristo, de Dios.
Salmo Responsorial
Sal 24,1-2
1 Salmo de David Del Señor es la tierra y lo que en ella hay, el universo y los que en él habitan; 2 porque él echó sus cimientos y la asentó sobre los mares y ríos.
Sal 24,3-4
3 ¿Quién podrá subir al monte del Señor?, ¿quién podrá estar en su recinto santo? 4 El hombre de manos inocentes y limpio corazón, que no entrega su alma a la mentira y nunca jura en falso.
Sal 24,5-6
5 Ése recibirá la bendición del Señor, y Dios, su salvador, le hará justicia.
6 Tal es la raza de los que lo buscan, los que buscan el rostro del Dios de Jacob.
Evangelio
Lc 5,1-11
1 Mientras la gente se agolpaba en torno a él para oír la palabra de Dios, él estaba junto al lago de Genesaret 2 y vio dos barcas situadas al borde del lago. Los pescadores habían bajado a tierra y estaban lavando las redes. 3 Subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que la separase un poco de la tierra. Se sentó en ella, y enseñaba a la gente desde la barca. 4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro y echad vuestras redes para la pesca». 5 Simón le respondió: «Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero ya que tú lo dices, echaremos las redes». 6 Así lo hicieron, y pescaron tan gran cantidad de peces que casi se rompían las redes. 7 Hicieron señas a sus compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían. 8 Al ver esto Simón Pedro, cayó a los pies de Jesús, diciendo: «Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador». 9 Y es que tanto él como sus compañeros habían quedado pasmados ante la pesca realizada; 10 y lo mismo Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No tengas miedo; desde ahora serás pescador de hombres». 11 Ellos llevaron las barcas a tierra, lo dejaron todo y lo siguieron.
1ª Lectura
1Cor 3,18-23
18 Nadie se engañe a sí mismo. Si alguno entre vosotros piensa que es sabio según la sabiduría de este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. 19 Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como dice la Escritura: Atrapa a los sabios en su astucia. 20 Y además: El Señor conoce cuán vanos son los pensamientos de los sabios. 21 Por tanto, que nadie presuma de los que son sólo hombres, pues todo es para vosotros: 22 Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente y el futuro, todo es vuestro; 23 vosotros, de Cristo, y Cristo, de Dios.
Salmo Responsorial
Sal 24,1-2
1 Salmo de David Del Señor es la tierra y lo que en ella hay, el universo y los que en él habitan; 2 porque él echó sus cimientos y la asentó sobre los mares y ríos.
Sal 24,3-4
3 ¿Quién podrá subir al monte del Señor?, ¿quién podrá estar en su recinto santo? 4 El hombre de manos inocentes y limpio corazón, que no entrega su alma a la mentira y nunca jura en falso.
Sal 24,5-6
5 Ése recibirá la bendición del Señor, y Dios, su salvador, le hará justicia.
6 Tal es la raza de los que lo buscan, los que buscan el rostro del Dios de Jacob.
Evangelio
Lc 5,1-11
1 Mientras la gente se agolpaba en torno a él para oír la palabra de Dios, él estaba junto al lago de Genesaret 2 y vio dos barcas situadas al borde del lago. Los pescadores habían bajado a tierra y estaban lavando las redes. 3 Subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que la separase un poco de la tierra. Se sentó en ella, y enseñaba a la gente desde la barca. 4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro y echad vuestras redes para la pesca». 5 Simón le respondió: «Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero ya que tú lo dices, echaremos las redes». 6 Así lo hicieron, y pescaron tan gran cantidad de peces que casi se rompían las redes. 7 Hicieron señas a sus compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían. 8 Al ver esto Simón Pedro, cayó a los pies de Jesús, diciendo: «Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador». 9 Y es que tanto él como sus compañeros habían quedado pasmados ante la pesca realizada; 10 y lo mismo Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No tengas miedo; desde ahora serás pescador de hombres». 11 Ellos llevaron las barcas a tierra, lo dejaron todo y lo siguieron.
Evangelio y lecturas 03 de septiembre 2008
Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
1Cor 3,1-9
1 Hermanos, yo no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Os di a beber leche, no alimento sólido, porque no lo podíais soportar; ni podéis todavía, 3 pues aún sois carnales. Desde el momento que hay envidias y discordias entre vosotros, ¿no es porque aún sois carnales y vivís a lo humano? 4 Porque cuando uno dice: «Yo soy de Pablo», y otro: «Yo de Apolo», ¿no procedéis de una manera puramente humana?
DIGNIDAD Y OBLIGACIONES DE LOS
PREDICADORES
5 Pues ¿qué es Apolo y qué es Pablo? Simples servidores, por medio de los cuales habéis abrazado la fe, según la medida que Dios ha repartido a cada uno. 6 Yo planté y Apolo regó, pero quien hizo crecer fue Dios. 7 Nada son ni el que planta ni el que riega, sino Dios, que hace crecer. 8 El que planta y el que riega son lo mismo, y cada uno recibirá la recompensa según su trabajo. 9 Nosotros somos colaboradores de Dios; vosotros, labrantío de Dios, edificio de Dios.
Salmo Responsorial
Sal 33,12-13
12 Dichosa la nación que tiene al Señor por Dios, el pueblo que él se escogió por heredad.13 El Señor se asoma desde el cielo y contempla a todos los humanos;
Sal 33,14-15
14 desde el lugar de su morada observa a todos los habitantes de la tierra; 15 él formó el corazón de cada uno y vigila todo lo que hacen.
Sal 33,20-21
20 Nosotros esperamos al Señor, él es nuestro auxilio y nuestro escudo;
21 en él se goza nuestro corazón, en su nombre santo confiamos.
Evangelio
Lc 4,38-44
38 Salió de la sinagoga y fue a casa de Simón. La suegra de éste se encontraba enferma con fiebre muy alta, y le pidieron que la curara. 39 Él se inclinó sobre ella, ordenó a la fiebre, y la fiebre la dejó. Ella se levantó inmediatamente y se puso a atenderle. 40 A la puesta del sol, todos los que tenían enfermos de cualquier dolencia se los llevaron; Jesús imponía las manos sobre cada uno de ellos y los curaba. 41 De muchos salían también los demonios, gritando: «Tú eres el hijo de Dios». Pero los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el mesías.
JESÚS PREDICA EN JUDEA
42 Al amanecer se fue a un lugar solitario, y la gente andaba buscándolo. Lo encontraron y trataron de que no se alejara de ellos. 43 Pero él les dijo: «Debo anunciar también el reino de Dios a las demás ciudades, porque para esto he sido enviado». 44 E iba predicando por las sinagogas de Judea.
1ª Lectura
1Cor 3,1-9
1 Hermanos, yo no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Os di a beber leche, no alimento sólido, porque no lo podíais soportar; ni podéis todavía, 3 pues aún sois carnales. Desde el momento que hay envidias y discordias entre vosotros, ¿no es porque aún sois carnales y vivís a lo humano? 4 Porque cuando uno dice: «Yo soy de Pablo», y otro: «Yo de Apolo», ¿no procedéis de una manera puramente humana?
DIGNIDAD Y OBLIGACIONES DE LOS
PREDICADORES
5 Pues ¿qué es Apolo y qué es Pablo? Simples servidores, por medio de los cuales habéis abrazado la fe, según la medida que Dios ha repartido a cada uno. 6 Yo planté y Apolo regó, pero quien hizo crecer fue Dios. 7 Nada son ni el que planta ni el que riega, sino Dios, que hace crecer. 8 El que planta y el que riega son lo mismo, y cada uno recibirá la recompensa según su trabajo. 9 Nosotros somos colaboradores de Dios; vosotros, labrantío de Dios, edificio de Dios.
Salmo Responsorial
Sal 33,12-13
12 Dichosa la nación que tiene al Señor por Dios, el pueblo que él se escogió por heredad.13 El Señor se asoma desde el cielo y contempla a todos los humanos;
Sal 33,14-15
14 desde el lugar de su morada observa a todos los habitantes de la tierra; 15 él formó el corazón de cada uno y vigila todo lo que hacen.
Sal 33,20-21
20 Nosotros esperamos al Señor, él es nuestro auxilio y nuestro escudo;
21 en él se goza nuestro corazón, en su nombre santo confiamos.
Evangelio
Lc 4,38-44
38 Salió de la sinagoga y fue a casa de Simón. La suegra de éste se encontraba enferma con fiebre muy alta, y le pidieron que la curara. 39 Él se inclinó sobre ella, ordenó a la fiebre, y la fiebre la dejó. Ella se levantó inmediatamente y se puso a atenderle. 40 A la puesta del sol, todos los que tenían enfermos de cualquier dolencia se los llevaron; Jesús imponía las manos sobre cada uno de ellos y los curaba. 41 De muchos salían también los demonios, gritando: «Tú eres el hijo de Dios». Pero los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el mesías.
JESÚS PREDICA EN JUDEA
42 Al amanecer se fue a un lugar solitario, y la gente andaba buscándolo. Lo encontraron y trataron de que no se alejara de ellos. 43 Pero él les dijo: «Debo anunciar también el reino de Dios a las demás ciudades, porque para esto he sido enviado». 44 E iba predicando por las sinagogas de Judea.
martes, 2 de septiembre de 2008
Evangelio y lecturas 02 de Septiembre 2008
Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
1Cor 2,10-16
10 Y a nosotros nos lo manifestó Dios por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo penetra todo, hasta las cosas más profundas de Dios. 11 ¿Qué hombre, en efecto, conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? De la misma manera, nadie conoce las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios generosamente nos ha dado. 13 Hablamos de esto con un lenguaje que no nos ha enseñado la sabiduría humana, sino el Espíritu, que expresa las cosas espirituales en términos espirituales. 14 El hombre mundano no acepta las cosas del Espíritu de Dios; son locura para él, y no puede entenderlas, ya que hay que juzgarlas espiritualmente. 15 El espiritual, por el contrario, lo juzga todo, y a él nadie le juzga. 16 Porque, ¿quién conoció el pensamiento del Señor para poder enseñarlo? Pero nosotros poseemos el pensamiento de Cristo.
Salmo Responsorial
Sal 145,8-9
8 El Señor es tierno y compasivo, paciente y lleno de bondad; 9 el Señor es bueno con todos, lleno de ternura con todas sus obras.
Sal 145,10-11
10 Te alabarán, Señor, todas tus obras, y tus fieles te bendecirán; 11 anunciarán la gloria de tu reino y hablarán de tus proezas,
Sal 145,12-13
12 explicando a los hombres tus proezas y la gloria deslumbrante de tu reino. 13 Tu reino es un reino eterno y tu imperio dura por todas las edades. El Señor es fiel a su palabra, leal en todas sus acciones.
Evangelio
Lc 4,31-37
31 Fue a Cafarnaún, ciudad de Galilea, donde les enseñaba los sábados. 32 Y ellos se asombraban de su doctrina porque hablaba con autoridad. 33 En la sinagoga había un hombre poseído de un espíritu inmundo, que se puso a gritar: 34 «¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús nazareno? ¿Has venido a perdernos? Sé quién eres: El Santo de Dios». 35 Jesús le increpó: «Cállate, y sal de él». El demonio lo tiró por tierra, pero salió de él sin hacerle daño. 36 Todos quedaron estupefactos y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Manda con autoridad y energía a los espíritus inmundos, y le obedecen!». 37 Y su fama se extendió por toda la comarca.
1ª Lectura
1Cor 2,10-16
10 Y a nosotros nos lo manifestó Dios por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo penetra todo, hasta las cosas más profundas de Dios. 11 ¿Qué hombre, en efecto, conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? De la misma manera, nadie conoce las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios generosamente nos ha dado. 13 Hablamos de esto con un lenguaje que no nos ha enseñado la sabiduría humana, sino el Espíritu, que expresa las cosas espirituales en términos espirituales. 14 El hombre mundano no acepta las cosas del Espíritu de Dios; son locura para él, y no puede entenderlas, ya que hay que juzgarlas espiritualmente. 15 El espiritual, por el contrario, lo juzga todo, y a él nadie le juzga. 16 Porque, ¿quién conoció el pensamiento del Señor para poder enseñarlo? Pero nosotros poseemos el pensamiento de Cristo.
Salmo Responsorial
Sal 145,8-9
8 El Señor es tierno y compasivo, paciente y lleno de bondad; 9 el Señor es bueno con todos, lleno de ternura con todas sus obras.
Sal 145,10-11
10 Te alabarán, Señor, todas tus obras, y tus fieles te bendecirán; 11 anunciarán la gloria de tu reino y hablarán de tus proezas,
Sal 145,12-13
12 explicando a los hombres tus proezas y la gloria deslumbrante de tu reino. 13 Tu reino es un reino eterno y tu imperio dura por todas las edades. El Señor es fiel a su palabra, leal en todas sus acciones.
Evangelio
Lc 4,31-37
31 Fue a Cafarnaún, ciudad de Galilea, donde les enseñaba los sábados. 32 Y ellos se asombraban de su doctrina porque hablaba con autoridad. 33 En la sinagoga había un hombre poseído de un espíritu inmundo, que se puso a gritar: 34 «¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús nazareno? ¿Has venido a perdernos? Sé quién eres: El Santo de Dios». 35 Jesús le increpó: «Cállate, y sal de él». El demonio lo tiró por tierra, pero salió de él sin hacerle daño. 36 Todos quedaron estupefactos y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Manda con autoridad y energía a los espíritus inmundos, y le obedecen!». 37 Y su fama se extendió por toda la comarca.
domingo, 31 de agosto de 2008
Evangelio y lecturas Lunes 1 de septiembre
Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
1Cor 2,1-5
1 Hermanos, cuando llegué a vuestra ciudad, llegué anunciándoos el misterio de Dios no con alardes de elocuencia o de sabiduría; 2 pues nunca entre vosotros me precié de saber otra cosa que a Jesucristo, y a Jesucristo crucificado. 3 Me presenté entre vosotros débil y temblando de miedo. 4 Y mi palabra y mi predicación no se basaban en la elocuencia persuasiva de la sabiduría, sino en la demostración del poder del Espíritu, 5 para que vuestra fe no se fundase en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios.
Salmo Responsorial
Sal 119,97
97 Cuánto amo tu ley: todo el día estoy pensando en ella;
Sal 119,98
98 tu mandamiento me hace más sabio que mis enemigos, y siempre está conmigo;
Sal 119,99
99 soy más listo que todos mis maestros, porque medito en tus decretos;
Sal 119,100
100 soy más sabio que todos los ancianos, pues guardo tus preceptos;
Sal 119,101
101 he apartado mi pie de todo mal camino con el fin de guardar tu palabra;
Sal 119,102
102 no me he apartado nunca de tus decisiones, pues tú me has instruido;
Evangelio
Lc 4,16-30
16 Llegó a Nazaret, donde se había criado. El sábado entró, según su costumbre, en la sinagoga y se levantó a leer. 17 Le entregaron el libro del profeta Isaías, desenrolló el volumen y encontró el pasaje en el que está escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a anunciar la libertad a los presos, a dar la vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos 19 y a proclamar un año de gracia del Señor. 20 Enrolló el libro, se lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó; todos tenían sus ojos clavados en él; 21 y él comenzó a decirles: «Hoy se cumple ante vosotros esta Escritura». 22 Todos daban su aprobación y, admirados de las palabras tan hermosas que salían de su boca, decían: «¿No es éste el hijo de José?». 23 Él les dijo: «Seguramente me diréis aquel refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún, hazlo también aquí, en tu patria». 24 Y continuó: «Os aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. 25 Os aseguro, además, que en tiempo de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses y hubo gran hambre en toda la tierra, había muchas viudas en Israel, 26 y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta, en Sidón. 27 Y había muchos leprosos en Israel cuando Eliseo profeta, pero ninguno de ellos fue limpiado de su lepra sino Naamán, el sirio».28 Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, 29 se levantaron, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron a la cima del monte sobre el que estaba edificada la ciudad para despeñarlo. 30 Pero Jesús pasó por en medio de todos y se fue.
1ª Lectura
1Cor 2,1-5
1 Hermanos, cuando llegué a vuestra ciudad, llegué anunciándoos el misterio de Dios no con alardes de elocuencia o de sabiduría; 2 pues nunca entre vosotros me precié de saber otra cosa que a Jesucristo, y a Jesucristo crucificado. 3 Me presenté entre vosotros débil y temblando de miedo. 4 Y mi palabra y mi predicación no se basaban en la elocuencia persuasiva de la sabiduría, sino en la demostración del poder del Espíritu, 5 para que vuestra fe no se fundase en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios.
Salmo Responsorial
Sal 119,97
97 Cuánto amo tu ley: todo el día estoy pensando en ella;
Sal 119,98
98 tu mandamiento me hace más sabio que mis enemigos, y siempre está conmigo;
Sal 119,99
99 soy más listo que todos mis maestros, porque medito en tus decretos;
Sal 119,100
100 soy más sabio que todos los ancianos, pues guardo tus preceptos;
Sal 119,101
101 he apartado mi pie de todo mal camino con el fin de guardar tu palabra;
Sal 119,102
102 no me he apartado nunca de tus decisiones, pues tú me has instruido;
Evangelio
Lc 4,16-30
16 Llegó a Nazaret, donde se había criado. El sábado entró, según su costumbre, en la sinagoga y se levantó a leer. 17 Le entregaron el libro del profeta Isaías, desenrolló el volumen y encontró el pasaje en el que está escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a anunciar la libertad a los presos, a dar la vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos 19 y a proclamar un año de gracia del Señor. 20 Enrolló el libro, se lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó; todos tenían sus ojos clavados en él; 21 y él comenzó a decirles: «Hoy se cumple ante vosotros esta Escritura». 22 Todos daban su aprobación y, admirados de las palabras tan hermosas que salían de su boca, decían: «¿No es éste el hijo de José?». 23 Él les dijo: «Seguramente me diréis aquel refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún, hazlo también aquí, en tu patria». 24 Y continuó: «Os aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. 25 Os aseguro, además, que en tiempo de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses y hubo gran hambre en toda la tierra, había muchas viudas en Israel, 26 y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta, en Sidón. 27 Y había muchos leprosos en Israel cuando Eliseo profeta, pero ninguno de ellos fue limpiado de su lepra sino Naamán, el sirio».28 Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, 29 se levantaron, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron a la cima del monte sobre el que estaba edificada la ciudad para despeñarlo. 30 Pero Jesús pasó por en medio de todos y se fue.
Evangelio y lecturas 31 de Agosto 2008
Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
Jer 20,7-9
7 Tú me has seducido, Señor, y yo me he dejado seducir; has sido más fuerte que yo, me has podido. Me he convertido en irrisión continua, todos se burlan de mí. 8 Pues cada vez que hablo tengo que gritar y proclamar: «¡Violencia y ruina!».La palabra del Señor es para mí oprobio y burla todo el día. 9 Yo me decía: No pensaré más en él, no hablaré más en su nombre. Pero había en mi corazón como un fuego abrasador encerrado en mis huesos; me he agotado en contenerlo y no lo he podido soportar.
Salmo Responsorial
Sal 63,2
2 Oh Dios, tú eres mi Dios; desde el amanecer ya te estoy buscando, mi alma tiene sed de ti, en pos de ti mi ser entero desfallece cual tierra de secano árida y falta de agua.
Sal 63,3-4
3 Así en el santuario te contemplo para ver tu gloria y tu poder. 4 Tu amor vale más que la vida, mis labios te alabarán;
Sal 63,5-6
5 toda mi vida te bendeciré, en tu nombre levantaré mis manos; 6 me saciaré como en banquete espléndido, mi boca te alabará con labios jubilosos.
Sal 63,8-9
8 porque tú eres mi auxilio y a la sombra de tus alas me recreo; 9 me abrazo a ti con toda el alma, y tu diestra me sostiene.
2ª Lectura
Rom 12,1-2
1 Hermanos, os ruego, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, consagrado, agradable a Dios; éste es el culto que debéis ofrecer. 2 Y no os acomodéis a este mundo; al contrario, transformaos y renovad vuestro interior para que sepáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Evangelio
Mt 16,21-27
21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que él tenía que ir a Jerusalén y padecer mucho de parte de los ancianos del pueblo, de los sumos sacerdotes y de los maestros de la ley, ser matado y resucitar al tercer día. 22 Pedro se lo llevó aparte y se puso a reprenderle: «¡Dios te libre, Señor! ¡No te sucederá eso!». 23 Pero él, volviéndose, le dijo: «¡Apártate de mí, Satanás!, pues eres un obstáculo para mí, porque tus sentimientos no son los de Dios, sino los de los hombres».
NECESIDAD DE LA ABNEGACIÓN24 Luego dijo a sus discípulos: «El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. 25 Porque el que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mí la encontrará. 26 ¿Qué le vale al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué dará el hombre a cambio de su vida? 27 Porque el hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno según sus obras.
1ª Lectura
Jer 20,7-9
7 Tú me has seducido, Señor, y yo me he dejado seducir; has sido más fuerte que yo, me has podido. Me he convertido en irrisión continua, todos se burlan de mí. 8 Pues cada vez que hablo tengo que gritar y proclamar: «¡Violencia y ruina!».La palabra del Señor es para mí oprobio y burla todo el día. 9 Yo me decía: No pensaré más en él, no hablaré más en su nombre. Pero había en mi corazón como un fuego abrasador encerrado en mis huesos; me he agotado en contenerlo y no lo he podido soportar.
Salmo Responsorial
Sal 63,2
2 Oh Dios, tú eres mi Dios; desde el amanecer ya te estoy buscando, mi alma tiene sed de ti, en pos de ti mi ser entero desfallece cual tierra de secano árida y falta de agua.
Sal 63,3-4
3 Así en el santuario te contemplo para ver tu gloria y tu poder. 4 Tu amor vale más que la vida, mis labios te alabarán;
Sal 63,5-6
5 toda mi vida te bendeciré, en tu nombre levantaré mis manos; 6 me saciaré como en banquete espléndido, mi boca te alabará con labios jubilosos.
Sal 63,8-9
8 porque tú eres mi auxilio y a la sombra de tus alas me recreo; 9 me abrazo a ti con toda el alma, y tu diestra me sostiene.
2ª Lectura
Rom 12,1-2
1 Hermanos, os ruego, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, consagrado, agradable a Dios; éste es el culto que debéis ofrecer. 2 Y no os acomodéis a este mundo; al contrario, transformaos y renovad vuestro interior para que sepáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Evangelio
Mt 16,21-27
21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que él tenía que ir a Jerusalén y padecer mucho de parte de los ancianos del pueblo, de los sumos sacerdotes y de los maestros de la ley, ser matado y resucitar al tercer día. 22 Pedro se lo llevó aparte y se puso a reprenderle: «¡Dios te libre, Señor! ¡No te sucederá eso!». 23 Pero él, volviéndose, le dijo: «¡Apártate de mí, Satanás!, pues eres un obstáculo para mí, porque tus sentimientos no son los de Dios, sino los de los hombres».
NECESIDAD DE LA ABNEGACIÓN24 Luego dijo a sus discípulos: «El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. 25 Porque el que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mí la encontrará. 26 ¿Qué le vale al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué dará el hombre a cambio de su vida? 27 Porque el hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno según sus obras.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)