sábado, 17 de octubre de 2015

Evangelio 17 de Octubre de 2015

  • Primera Lectura: Romanos 4,13.16-18
    "Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza"
    Hermanos: No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: "Te hago padre de muchos pueblos." Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe, Abrahán creyó. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: "Así será tu descendencia."
  • Salmo Responsorial: 104
    "El Señor se acuerda de su alianza eternamente."
    ¡Estirpe de Abrahán, su siervo; / hijos de Jacob, su elegido! / El Señor es nuestro Dios, / él gobierna toda la tierra. R. Se acuerda de su alianza eternamente, / de la palabra dada, por mil generaciones; / de la alianza sellada con Abrahán, / del juramento hecho a Isaac. R. Porque se acordaba de la palabra sagrada / que había dado a su siervo Abrahán, / sacó a su pueblo con alegría, / a sus escogidos con gritos de triunfo. R.
  • Evangelio: Lucas 12,8-12
    "El Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir"
    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir."

Evangelio meditado

El Espíritu Santo les enseñará
Tiempo Ordinario


Lucas 12, 8-12. Tiempo Ordinario. El sufrimiento, es pasajero, y el haberlo sufrido con amor es el sello más hermoso para el alma.


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 12, 8-12
«Yo os digo: Por todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios. Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. «A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará. Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir».

Oración introductoria
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Petición
Dame la gracia, Señor, de una entrega total de mi vida, sin cálculo ni interés humano, con una confianza sin reservas en Dios.

Meditación del Papa
Grande es el amor de Jesús por la Iglesia. Jesús se casó con la Iglesia por amor. Es su esposa: bella, santa, pecadora, pero la ama igual.
Es un amor fiel; es un amor perseverante, no se cansa nunca de amar a su Iglesia; es un amor fecundo. ¡Es un amor fiel! ¡Jesús es el fiel! San Pablo, en una de sus Cartas, dice: 'Si tú confiesas a Cristo, Él te confesará a ti, delante del Padre; si tú reniegas a Cristo, Él te renegará a ti; si tú no eres fiel a Cristo, Él permanece fiel, porque ¡no puede renegarse a sí mismo!' La fidelidad es precisamente el ser del amor de Jesús. Y el amor de Jesús en su Iglesia es fiel. Esta fidelidad es como una luz sobre el matrimonio. La fidelidad del amor. Siempre.
Fiel siempre, pero también incansable en su perseverancia. Precisamente como el amor de Jesús por su Esposa. Por ello la vida matrimonial debe ser perseverante. Porque al contrario el amor no puede ir adelante. La perseverancia en el amor, en los momentos bonitos y en los momentos difíciles, cuando hay problemas: los problemas con los hijos, los problemas económicos, los problemas aquí, los problemas allí. Pero el amor persevera, va adelante, siempre buscando resolver las cosas, para salvar la familia. Perseverantes: se alzan cada mañana, el hombre y la mujer, y llevan adelante la familia. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 2 de junio de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
Dar testimonio de Cristo es arriesgado y lleva muchas veces al martirio, como Cristo anuncia en el evangelio, pero no hay que olvidar la otra cara de la moneda; que si Cristo nos invita a dar testimonio de Él ante los hombres es porque sabe que el mundo está deseando que alguien le anuncie la palabra.

Cristo nos habla de dar testimonio de Él ante los hombres y luego habla del martirio. Está profetizando lo que será la vida de la Iglesia durante los veinte siglos de su existencia, desde la muerte de San Esteban, hasta la última monja asesinada en China por atreverse a predicar el Evangelio. En el mundo moderno, que tanto alardea de comprensión y tolerancia, la Iglesia sigue ofreciendo a Cristo la sangre caliente y enamorada de quienes no temen morir por él.

El siglo XX fue el de los millones -sí, sí, millones- de mártires, los del comunismo en Asia, Europa oriental y España; los del nazismo, o los del simple odio a Dios en la guerra cristera de México o del extremismo musulmán en África. Puede que a nosotros no se nos presente esta ocasión en nuestra vida, ni que el Señor nos pida esta muestra de amor. Pero sí nos pide el martirio que puede suponer día tras día levantarse a la primera y a la misma hora, sonreír cada jornada a esta persona que podemos llegar a no soportar, el callarnos por dentro cada vez que nos venga un juicio negativo sobre esa persona, el seguir poniendo nuestro cariño a pesar de no recibir nada a cambio, el no abandonar el trabajo estipulado por cansancio...y tantas cosas, que son pequeñas espinas que podemos ofrecer a Dios, pequeños martirios que hacen de nosotros «otros cristos» y que son manifestaciones de amor a Dios.

Conscientes de que el sufrimiento, por grande que sea es pasajero, y el haber sufrido no, el haber sufrido con amor es el sello más hermoso para el alma. No podemos olvidar, que el dolor siempre tiene que estar cargado de esperanza, la cruz por la cruz es inútil, y no lleva más que a la desesperación. Jesús sufrió como nadie, pero resucitó y su sufrimiento no fue inútil, ni estático. Se produjo en un periodo de tiempo limitado, y la respuesta a ese dolor fue la resurrección, el mayor milagro que se ha dado y se dará en toda la eternidad. Por eso, nuestro dolor es efectivo y a parte de producirnos la salvación podemos arrancar del Señor grandes gracias y milagros para nosotros y para nuestros hermanos los hombres.

Propósito
Contestar a llamamiento de Jesús con acciones concretas, a amarlo sobre todas las cosas y a servirle en los hermanos.

Diálogo con Cristo 
Frecuentemente resulta difícil manifestar o defender la propia fe frente a los demás. Un falso respeto humano paraliza y lleva al terrible pecado de la omisión. Reconozco, Señor, mis debilidades y suplico tu gracia pero saber ser fiel a las inspiraciones del Espíritu Santo.

viernes, 16 de octubre de 2015

Evangelio 16 de Octubre de 2015

  • Primera Lectura: Romanos 4,1-8
    "Abrahán creyó a Dios, y esto le valió la justificación"
    Hermanos: Veamos el caso de Abrahán, nuestro progenitor según la carne. ¿Quedó Abrahán justificado por sus obras? Si es así, tiene de qué estar orgulloso; pero, de hecho, delante de Dios no tiene de qué. A ver, ¿qué dice la Escritura?: "Abrahán creyó a Dios, y esto le valió la justificación." Pues bien, a uno que hace un trabajo el jornal no se le cuenta como un favor, sino como algo debido; en cambio, a éste que no hace ningún tabajo, pero tiene fe en que Dios hace justo al impío, esa fe se le cuenta en su haber. También David llama dichoso al hombre a quien Dios otorga la justificación, prescindiendo de sus obras: "Dichoso el hombre que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le cuenta el pecado."
  • Salmo Responsorial: 31
    "Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación."
    Dichoso el que está absuelto de su culpa, / a quien le han sepultado su pecado; / dichoso el hombre a quien el Señor / no le apunta el delito. R. Había pecado, lo reconocí, / no te encubrí mi delito; / propuse: "Confesaré al Señor mi culpa", / y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R. Alegraos, justos, y gozad con el Señor; / aclamadlo, los de corazón sincero. R.
  • Evangelio: Lucas 12,1-7
    "Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados"
    En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: "Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digáis de noche se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el sótano se pregonará desde la azotea. A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Os voy a decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después echar al infierno. A éste tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones."

Evangelio 16 de Octubre de 2015

Nada hay oculto que no haya de saberse
Tiempo Ordinario


Lucas 12, 1-7. Tiempo Ordinario. Siempre hay una oportunidad para rehacer la vida, para levantarse de la caída.


Por: Juan Gralla | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 12, 1-7
En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros. Jesús se puso a decir primeramente a sus discípulos: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse. Porque cuanto dijisteis en la oscuridad, será oído a la luz, y lo que hablasteis al oído en las habitaciones privadas, será proclamado desde los terrados. Os digo a vosotros, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más. Os mostraré a quién debéis temer: temed a Aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar a la gehena; sí, os repito: temed a ése. ¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno de ellos está olvidado ante Dios. Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; valéis más que muchos pajarillos.

Oración introductoria
Padre, ¿cuál es tu designio de Creador y de Padre sobre mi vida? ¿Cuál es tu voluntad? Yo deseo cumplirla y estoy seguro que me responderás, escuchando tu Palabra.

Petición
Señor, ayudanos a trabajar por salvar nuestra alma. Estamos en el tiempo para merecer las gracias que obtuvo para nosotros Jesús, en su Pasión y Resurrección.

Meditación del Papa Francisco
Dios es tan grande que tiene también sitio para nosotros. Y el hombre Jesús, que es al mismo tiempo Dios, es para nosotros la garantía de que ser-hombre y ser-Dios pueden existir y vivir eternamente uno en el otro. Esto quiere decir que de cada uno de nosotros no seguirá existiendo sólo una parte que nos viene, por así decirlo, arrancada, mientras las demás se arruinan; quiere decir más bien que Dios conoce y ama a todo el hombre, lo que somos. Y Dios acoge en su eternidad lo que ahora, en nuestra vida, hecha de sufrimiento y amor, de esperanza, de alegría y de tristeza, crece y llega a ser.
Todo el hombre, toda su vida es tomada por Dios y, purificada en Él, recibe la eternidad. ¡Queridos Amigos! Yo creo que esta es una verdad que nos debe llenar de profunda alegría. El Cristianismo no anuncia solo una cierta salvación del alma en un impreciso más allá, en el que todo lo que en este mundo nos fue precioso y querido sería borrado, sino que promete la vida eterna, “la vida del mundo futuro”: nada de lo que es precioso y querido se arruinará, sino que encontrará plenitud en Dios. Todos los cabellos de nuestra cabeza están contados, dijo un día Jesús. El mundo definitivo será el cumplimiento también de esta tierra, como afirma san Pablo: “la creación misma será liberada de la esclavitud de la corrupción para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios”. Por tanto se comprende que el cristianismo de una esperanza fuerte en un futuro luminoso y abra el camino hacia la realización de este futuro. Nosotros somos llamados, precisamente como cristianos, a edificar este mundo nuevo, a trabajar para que se convierta un día en el “mundo de Dios”, un mundo que sobrepasará todo lo que nosotros mismos podríamos construir. (Homilía de S.S. Benedicto XVI, 16 de agosto de 2010).
Reflexión
Cuando se nos estropea algo en casa (un electrodoméstico, el coche, la computadora...) nos inquietamos y hacemos todo lo posible para buscar una solución: llamamos al técnico para que lo arregle. Luego pagamos una cantidad de dinero, y listo. O si la reparación es muy cara hacemos planes para comprar uno nuevo.

Sin embargo, todas estas cosas no merecen el cuidado que precisa nuestra vida. Porque si dejamos de funcionar, ¿quien nos arregla? Los médicos pueden lograr curaciones asombrosas, pero ninguno sabe resucitar a un muerto.

Cristo nos advierte que debemos temer al pecado, porque ése sí que nos puede llevar donde no queremos.

Muchos santos contemplaban con frecuencia la realidad de la muerte, y se preguntaban: ¿cómo quisiera vivir yo este día si supiera que es el último día de mi vida?

Mientras vivimos, tenemos esperanzas de salvar nuestra alma. Estamos aún en el tiempo para merecer las gracias que obtuvo para nosotros Jesús, en su Pasión y Resurrección. Por eso, siempre hay una oportunidad para rehacer la vida, para levantarse de la caída, pedir perdón en el sacramento y seguir adelante pensando en el final, en el encuentro definitivo con Dios.

Propòsito
Como nos pide el Papa: ponernos a la escucha de Dios, que tiene un designio de amor para cada uno de nosotrs, a través de la oración.

Diálogo con Cristo
Gracias, Jesús, por tu amor y por este momento de oración. Conoces mi debilidad y cobardía ante las dificultades que hoy tendré que afrontar. Me preocupa el sacrificio que haré y me inquieta saber que los resultados pueden ser contrarios a lo que espero. Ayúdame a darme cuenta que Tú te harás cargo de cada minuto y detalle de este día y que todo lo bueno que resulte, será consecuencia de tu Providencia.

jueves, 15 de octubre de 2015

Evangelio 15 de Octubre de 2015

  • Primera Lectura: Romanos 3,21-30a
    "El hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley"
    Hermanos: Ahora, la justicia de Dios, atestiguada por la Ley y los profetas, se ha manifestado independientemente de la Ley. Por la fe en Jesucristo viene la justicia de Dios en todos los que creen, sin distinción alguna. Pues todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención de Cristo Jesús, a quien Dios constituyó sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre. Así quería Dios demostrar que no fue injusto dejando impunes con su tolerancia los pecados del pasado; se proponía mostrar en nuestros días su justicia salvadora, demostrándose a sí mismo justo y justificando al que apela a la fe en Jesús. Y ahora, ¿dónde queda el orgullo? Queda eliminado. ¿En nombre de qué? ¿De las obras? No, en nombre de la fe. Sostenemos, pues, que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley. ¿Acaso es Dios sólo de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Evidente que también de los gentiles, si es verdad que no hay más que un Dios.
  • Salmo Responsorial: 129
    "Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa."
    Desde lo hondo a ti grito, Señor; / Señor, escucha mi voz; / estén tus oídos atentos / a la voz de mi súplica. R. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, / ¿quién podrá resistir? / Pero de ti procede el perdón, / y así infundes respeto. R. Mi alma espera en el Señor, / espera en tu palabra; / mi alma aguarda al Señor. R.
  • Evangelio: Lucas 11,47-54
    "Se pedirá cuenta de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías"
    En aquel tiempo, dijo el Señor: "¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, después que vuestros padres los mataron! Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron, y vosotros les edificáis sepulcros. Por algo dijo la sabiduría de Dios: "Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos los perseguirán y matarán"; y así, a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario. Sí, os lo repito: se le pedirá cuenta a esta generación. ¡Ay de vosotros, maestros de la Ley, que os habéis quedado con la llave del saber; vosotros, que no habéis entrado y habéis cerrado el paso a los que intentaban entrar!" Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, para cogerlo con sus propias palabras.

Evangelio meditado

Y mataron a los profetas
Tiempo Ordinario


Lucas 11, 47-54. Tiempo Ordinario. Dios sigue mandando al mundo de hoy los profetas que predican la verdad.


Por: P. Luis Gralla | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 11, 47-54
En aquel tiempo, dijo el Señor: ¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron! Por tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros edificáis. Por eso dijo la Sabiduría de Dios: Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán, para que se pidan cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación. ¡Ay de vosotros, los juristas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido.
Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, buscando, con insidias, cazar alguna palbra de su boca.


Oración introductoria
Padre, Tú derramas tu amor sin distinción, quieres que todos experimenten tu cercanía y misericordia. ¡Ay de mí porque con mi pobre testimonio cristiano puedo alejar a otros de tu cariño! Ilumina mi oración, ven y haz morada en mi corazón, para que sea un auténtico testigo de tu amor.

Petición
Jesùs, te pedimos que tomemos la mano de María donde estaremos seguros de ir por el buen camino, por el camino de la verdad y de la Iglesia, que es la misma verdad.

Meditación del Papa Francisco
Jesús recuerda a los doctores de la ley, que Abrahán exultó en la esperanza al ver su día y se llenó de alegría.
Esto es lo que no entendían los doctores de la ley. No entendían la alegría de la promesa; no entendían la alegría de la esperanza; no entendían la alegría de la alianza. ¡No entendían!
No sabían ser felices, porque habían perdido el sentido de la felicidad, que solamente viene de la fe. Por eso, nuestro padre Abraham ha sido capaz de ser feliz porque tenía fe: se ha hecho justo en la fe. Estos habían perdido la fe. ¡Eran doctores de la ley, pero sin fe! Y aún más: ¡habían perdido la ley! Porque el centro de la ley es el amor, el amor por Dios y por el prójimo.
Solamente tenían un sistema de doctrinas precisas y que precisaban cada día más que nadie las tocara. Hombres sin fe, sin ley, sin ley, unidos a doctrinas que también se convertían en una actitud casuística: ¿se puede pagar la tasa al César, no se puede? Esta mujer, que se ha casado siete veces, ¿cuándo vaya al cielo será mujer de esos siete? Esta casuística… Este era su mundo, un mundo abstracto, un mundo sin amor, un mundo sin fe, un mundo sin esperanza, un mundo sin confianza, un mundo sin Dios. ¡Y por esto no podían ser felices! (Cf Homilía de S.S. Francisco, 26 de marzo de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
La hipocresía es aborrecida por Dios; porque no hay nada peor en el alma de un creyente que este terrible pecado. Dios aborrece al que no es sincero y quiere aparentar lo que no es en la realidad.

Dios sigue mandando al mundo de hoy los profetas que predican la verdad, pero de nuevo el hombre vuelve la vista y hace oídos sordos a la verdad. De nuevo volvemos a matar la verdad que Dios sigue proclamando.

El Santo Padre, el Papa, es el profeta que Dios ha elegido para que todos los miembros de su Iglesia encuentren siempre la verdad que salva. Mi fe en Cristo no puede estar separada de mi fe en la Iglesia y mi fe en el Papa; y de aquí ha de brotar mi certeza de que en todo momento he de defender al Papa y sus enseñanzas.

¿No seremos nosotros, tal vez, los que estamos matando a nuestros propios profetas? Porque con frecuencia se escuchan palabras de disconformidad y rechazo hacia quien ha recibido de Cristo la misión de guiar a la Iglesia. El Papa es esa voz que hoy defiende la verdad ante los atropellos y las injusticias. Y esa verdad es siempre la misma, no cambia con los años.

Propòsito
Rezar hoy en especial por el Papa, que tenga fortaleza para guiar a la Iglesia y nosotros seamos fieles a èl.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Evangelio 14 de Octubre de 2015

  • Primera Lectura: Romanos 2,1-11
    "Pagará a cada uno según sus obras, primero al judío, pero también al griego"
    Tú, el que seas, que te eriges en juez, no tienes disculpa; al dar sentencia contra el otro te condenas tú mismo, porque tú, el juez, te portas igual. Todos admitimos que Dios condena con derecho a los que obran mal, a los que obran de esa manera. Y tú, que juzgas a los que hacen eso, mientras tú haces lo mismo, ¿te figuras que vas a escapar de la sentencia de Dios? ¿O es que desprecias el tesoro de su bondad, tolerancia y paciencia, al no reconocer que esa bondad es para empujarte a la conversión? Con la dureza de tu corazón impenitente te estás almacenando castigos para el día del castigo, cuando se revelará el justo juicio de Dios, pagando a cada uno según sus obras. A los que han perseverado en hacer el bien, porque buscaban contemplar su gloria y superar la muerte, les dará vida eterna; a los porfiados que se rebelan contra la verdad y se rinden a la injusticia, les dará un castigo implacable. Pena y angustia tocarán a todo malhechor, primero al judío, pero también al griego; en cambio, gloria, honor y paz a todo el que obre el bien, primero al judío, pero también al griego; porque Dios no tiene favoristismos.
  • Salmo Responsorial: 61
    "Tú, Señor, pagas a cada uno según sus obras."
    Sólo en Dios descansa mi alma, / porque de él viene mi salvación; / sólo él es mi roca y mi salvación, / mi alcázar: no vacilaré. R. Descansa sólo en Dios, alma mía, / porque él es mi esperanza; / sólo él es mi roca y mi salvación, / mi alcázar: no vacilaré. R. Pueblo suyo, confiad en él, / desahogad ante él vuestro corazón, / que Dios es nuestro refugio. R.
  • Evangelio: Lucas 11,42-46
    "¡Ay de vosotros, fariseos! ¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley!"
    En aquel tiempo, dijo el Señor: "¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!" Un maestro de la Ley intervino y le dijo: "Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros." Jesús replicó: "¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!"

Evangelio meditado

Ay de vosotros, que imponéis a los demás cargas intolerables
Tiempo Ordinario


Lucas 11, 42-46. Tiempo Ordinario. Pedirle a Dios que nos ayude, que cure nuestros pecados y sane nuestra alma débil.


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 



Te adelantamos las Reflexiones del Evangelio de la Semana 28o. del Tiempo Ordinario, del domingo 11 al sábado 17 de octubre 2015.
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Del santo Evangelio según san Lucas 11, 42-46
Pero, ¡ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar aunque sin omitir aquello. ¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas y que se os salude en las plazas! ¡Ay de vosotros, pues sois como los sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres sin saberlo!» Uno de los legistas le respondió: «¡Maestro, diciendo estas cosas, también nos injurias a nosotros!» Pero él dijo: «¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!

 
Oración preparatoria
Señor Jesús, ¡gracias por tu amor! ¡Cuánto has hecho por mí! ¡Cuánto sufriste para redimirme! Toda tu vida fue un acto de amor para salvarme. Tu amor no tuvo ni tiene límites. Ilumina mi oración para que sepa corresponderte al dejarte entrar y actuar en mi mente y en mi corazón.
Petición 

Señor, dame un corazón sencillo y sincero para que, como santa Teresa de Jesús, me esfuerce por seguir el camino de la perfección en el amor.
Meditación del Papa Francisco
El mundo tiene necesidad de hombres y mujeres no cerrados, sino llenos de Espíritu Santo. El estar cerrados al Espíritu Santo no es solamente falta de libertad, sino también pecado.
Existen muchos modos de cerrarse al Espíritu Santo. En el egoísmo del propio interés, en el legalismo rígido – como la actitud de los doctores de la ley que Jesús llama hipócritas -, en la falta de memoria de todo aquello que Jesús ha enseñado, en el vivir la vida cristiana no como servicio sino como interés personal, entre otras cosas.
En cambio, el mundo tiene necesidad del valor, de la esperanza, de la fe y de la perseverancia de los discípulos de Cristo. El mundo necesita los frutos, los dones del Espíritu Santo, como enumera san Pablo: “amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí”. El don del Espíritu Santo ha sido dado en abundancia a la Iglesia y a cada uno de nosotros, para que podamos vivir con fe genuina y caridad operante, para que podamos difundir la semilla de la reconciliación y de la paz. Reforzados por el Espíritu Santo –que guía, nos guía a la verdad, que nos renueva a nosotros y a toda la tierra, y que nos da los frutos– reforzados en el espíritu y por estos múltiples dones, llegamos a ser capaces de luchar, sin concesión alguna, contra el pecado, de luchar, sin concesión alguna, contra la corrupción que, día tras día, se extiende cada vez más en el mundo, y de dedicarnos con paciente perseverancia a las obras de la justicia y de la paz. (Homilía de S.S. Francisco, 24 de mayo de 2015).
Reflexión
En el libro del Talmud se dice que algunos fariseos viven sólo para cumplir la ley y que sólo sabían buscar nuevos preceptos que cumplir y que hacer cumplir a los demás. Cristo no les critica por cumplir la ley, ya que él es el primero en cumplirla, sino por perder de vista que las leyes, divinas o humanas, tienen sentido desde la perspectiva del amor y para ayudarnos a ser mejores.

Lavarse las manos antes de comer es una costumbre bastante sana; seguramente que Cristo, después de salir de la cena, pidió a los discípulos que fuesen un poco más educados y que, por respeto al prójimo, se pasasen las manos bajo el grifo antes de sentarse. Jesús no critica al fariseo su observancia de la ley ni las buenas costumbres, sino el legalismo esclavizante que oprime a quienes viven la ley por la ley y que ni viven en paz ni dejan vivir tranquilos a los demás.

Cuando amamos a Dios cumplimos sus leyes con gusto y sentimos que nos liberan de la opresión de las tendencias bajas y de la esclavitud de las pasiones; vivimos con la felicidad de quien ama y se siente amado. Cuando dejamos de amar a Dios nos complicamos la vida y vemos como un peso horrible lo que es un don de Dios. Nunca se ha oído que una verdadera madre se queje de las incomodidades que conlleva el cuidado de sus hijos, ni a un enamorado agobiarse por tener que cumplir con los detalles que le pide su amor.

El cristiano que hace la experiencia de amar, se aleja del legalismo y experimenta la libertad verdadera que sólo Cristo sabe dar. La moral cristiana es la conformidad del ser no el cumplimiento estricto de las normas. Por eso San Agustín dice «Ama y haz lo que quieras». Es verdad que el amor no es sólo un sentimiento, o una verdad teórica, ha de ser mostrado con obras, y en ellas es dónde se ve su existencia. Pero no podemos olvidar de qué pasta estamos hechos, somos frágiles, de barro, patosos. Cuando queremos amar muchas veces no podemos, porque notamos nuestras debilidades que son auténtico obstáculo para nuestras buenas obras.

 
Diálogo con Cristo
Señor te  pido que me ayudes, que me cures de mis pecados, que sanes mi alma débil,  queremos amarte y a mis hermanos,  pero a veces  no se cómo, y aún sabiendo no puedo.
Propósito
Me examinaré a mí mismo para ver qué actitud es la que domina mis actividades para ponerme un propósito concreto que me ayude a crecer en el amor. 

martes, 13 de octubre de 2015

Evangelio 13 de Octubre de 2015

  • Primera Lectura: Romanos 1,16-25
    "Conociendo los hombres a Dios, no le han dado la gloria que Dios se merecía"
    Hermanos: Yo no me avergüenzo del Evangelio; es fuerza de salvación de Dios para todo el que cree, primero para el judío, pero también para el griego. Porque en él se revela la justicia salvadora de Dios para los que creen, en virtud de su fe, como dice la Escritura: "El justo vivirá por su fe." Desde el cielo Dios revela su reprobación de toda impiedad e injusticia de los hombres que tienen la verdad prisionera de la injusticia. Porque, lo que puede conocerse de Dios lo tienen a la vista; Dios mismo se lo ha puesto delante. Desde la creación del mundo, sus perfecciones invisibles, su poder eterno y su divinidad, son visibles para la mente que penetra en sus obras. Realmente no tienen disculpa, porque, conociendo a Dios, no le han dado la gloria y las gracias que Dios se merecía, al contrario, su razonar acabó en vaciedades, y su mente insensata se sumergió en tinieblas. Alardeando de sabios, resultaron unos necios que cambiaron lo gloria del Dios inmortal por imágenes del hombre mortal, de pájaros, cuadrúpedos y reptiles. Por esa razón, abandonándolos a los deseos de su corazón, los ha entregado Dios a la inmoralidad, con la que degradan ellos mismos sus propios cuerpos; por haber cambiado al Dios verdadero por uno falso, adorando y dando culto a la criatura en vez de al Creador. ¡Bendito él por siempre! Amén.
  • Salmo Responsorial: 18
    "El cielo proclama la gloria de Dios."
    El cielo proclama la gloria de Dios, / el firmamento pregona la obra de sus manos: / el día al día le pasa el mensaje, / la noche a la noche se lo susurra. R. Sin que hablen, sin que pronuncien, / sin que resuene su voz, / a toda la tierra alcanza su pregón / y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
  • Evangelio: Lucas 11,37-41
    "Dad limosna, y lo tendréis limpio todo"
    En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y se puso a la mesa. Como en fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: "Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo."

Orar no es lo mismo que repetir frases mecánicamente

Consideraciones para alcanzar la oración que sí funciona, 6ª Parte


Por: Diana R. García B. | Fuente: elobservadorenlinea.com 




«Al orar no multipliquen las palabras como hacen los paganos, que piensan que por mucho hablar serán atendidos. Ustedes no recen de ese modo...» (Mt 6, 7-8)

En su libro Catolicismo y Cristianismo, el telepredicador Jimmy Swaggart dice que el Rosario «fue copiado de los hindúes y los mahometanos. Recitar oraciones repetitivamente es una práctica pagana y está condenado explícitamente por Cristo». Éste y muchos otros practicantes del protestantismo gustan de tomar la cita bíblica de Mateo 6, 7 para criticar las fórmulas oracionales empleadas por la Iglesia, pasando por alto que el Nuevo Testamento exalta la oración insistente:
  • «Le suplica [Jairo a Jesús] con insistencia, diciendo: "Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva"» (Mc 5, 23).
  • «Éstos [ancianos que pedían a Cristo la curación del siervo del centurión], llegando donde Jesús, le suplicaban insistentemente diciendo: "Merece que se lo concedas"» (Lc 7, 4).
  • «Así pues, Pedro estaba custodiado en la cárcel, mientras la Iglesia oraba insistentemente por él a Dios» (Hch 12,5).
  • «Noche y día le pedimos [a Dios] insistentemente poder ver vuestro rostro y completar lo que falta a vuestra fe» (1 Tes 3, 10).
El Padrenuestro, sí o no
Orar insistentemente por una cosa es repetir una y otra vez lo mismo. Volver a las mismas palabras no tiene en sí nada de malo, defectuoso o inútil. De hecho, el mismo Señor nos dejó la oración del Padrenuestro para que la repitamos toda nuestra vida: «Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos...» (Mt 6, 9ss).
Pero algunos hasta dicen que el Padrenuestro es sólo una «oración modelo» para inspirarnos a hacer nuestra propia oración, sin fórmulas escritas ni memorizaciones, y que sólo de este modo evitaremos caer en el «pecado» de la vana repetición.
La enseñanza de Jesús
¿A qué se refiere Cristo al desaconsejarnos orar multiplicando las palabras «como hacen los paganos, que piensan que por mucho hablar serán atendidos» (Mt 6, 7)? Responde Fernando Sales-Mayor en Apologética.org:

«Jesús... no condena las oraciones repetitivas judías, de las cuales había muchas. Por ejemplo, el libro de los Salmos es una colección de himnos y oraciones usadas repetidamente en celebraciones judías en las cuales el mismo Jesús participaba. Uno de los salmos, el 136, es en sí mismo una oración repetitiva, en forma de letanía. La Pascua, celebrada por Jesús antes de su crucifixión, incluía oraciones fijas que eran repetidas anualmente, entre ellas los salmos del 113 al 118. A continuación de la Última Cena, Jesús fue al huerto de Getsemaní y oró la misma oración tres veces seguidas (cfr. Mt 26, 39-44). Así pues, también Él recurrió a la oración repetitiva.
«En Mt 6, 7-8 Jesús nos previene contra las prácticas de oración de los paganos, quienes tenían una visión mágica de la oración y cuyas oraciones repetitivas Él sí condenó... Pero no condena la mera repetición sino la charlatanería de los paganos. ¿Qué tipo de charlatanería practicaban los paganos? Miremos en 1 Reyes 18, 26-29, donde los profetas paganos en el monte Carmelo trataban de invocar a Baal durante todo el día, invocando repetidamente su nombre y llevando a cabo danzas rituales: "Pero no se oyó ni una respuesta"...
«Las oraciones de los profetas paganos eran vanas porque, después de pasar el día entero llamando desesperadamente a Baal, éste nunca les respondía. No era un dios real, a diferencia del Dios de Israel, que siempre responde a la oración sincera. El argumento de Jesús en Mt 6, 7 es que no necesitamos -como hacían esos paganos- pasarnos todo el día saltando sobre altares, cortándonos con cuchillos o delirando para ser escuchados por nuestro Padre del Cielo. Él escucha nuestras oraciones al margen de qué tipo de oración sea, larga o corta, compuesta o improvisada, en grupo o individual, repetitiva o única; eso sí, siempre y cuando sea sentida, entendida, y no "de corridillo", en cuyo caso es vana, vacía, reducida a palabrería».
Repeticiones «espaciadas»
Entonces, pues, al rezar no se falla por emplear oraciones escritas o aprendidas de memoria. Tampoco si nuestro rezo emplea palabras repetitivas; de hecho, la manera más fácil de hacer una oración perseverante es repitiéndola. Y al argumento de algunos de que, si nuestra oración es la misma, al menos debemos espaciarla en el tiempo para que no sea repetitiva, responde Sales-Mayor: «Dios está por encima del tiempo, le da igual que le pidamos lo mismo cada quince segundos que cada mucho rato»; y añade que conviene hacer esa oración sin espaciarla pues así «en un tiempo razonable presentamos nuestra oración más veces, mientras que al rezar un Avemaría cada mucho rato, difícilmente nos permitiría rezar el Rosario entero en un día, aparte de que interrumpiría constantemente nuestras actividades. San Pablo dice que tenemos que orar constantemente (cfr. 1Tes 5, 17); no dice "orar con moderación, no sea que nos repitamos", lo cual es inevitable en la oración continua».
Por su parte, el padre Jordi Rivero, en Corazones.org, dice que en Mateo 6 Jesús también nos advierte de la vanagloria que obstaculiza la auténtica oración: «Siempre hay la tentación en quien reza de creerse mejor que los demás por el hecho mismo de rezar. En el tiempo de Jesús los fariseos desarrollaron una élite religiosa con prácticas y rezos que eran inaccesibles al hombre común. Por eso se creían superiores. Repetían palabras en la oración poniendo más importancia en sus propios logros que en el don de Dios. Su pecado era la soberbia. "Algunos... se han dado a vanas palabrerías; pretenden ser maestros de la Ley, cuando no saben lo que dicen, ni lo que rotundamente afirman" (1 Tim 1,6-7).
«Podemos ver en este contexto por qué Jesús critica a los "que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados". Se trata de palabras que no surgen del corazón, a lo que hoy llamamos rezar "de la boca para afuera". Éstos ponen su confianza en el poder de sus propias palabras más que en Dios».
¿Oración o magia?
En realidad hay muchos hoy que siguen poniendo su confianza en las palabras, en lugar de ponerla en el Señor; caen, así, en la práctica de la magia, puesto que la magia pretende utilizar recursos (oraciones, ritos, etc.) que, se supone, guardan en sí mismos un poder tan grande sobre Dios que Él no puede resistirse. Así, las famosas cartas en cadena -ya también las hay por internet-, las populares imagenes en las redes sociales que invitan a publicarlas o a contestar amén como fórmla para "garantizar" obtener el favor requerido  y las novenas "infalibles" para obligar a Dios a conceder un favor -«pida un deseo de negocios y dos imposibles», dice una de las cadenas más famosas- son magia y, por tanto, pecado de superstición, porque pretenden conseguir un resultado garantizado con sólo repetir mecánicamente una serie de palabras, sin necesidad alguna de conversión.
Así, cualquier oración hecha en forma distraída es una total pérdida de tiempo. Santa Teresa advierte que cualquier oración vocal requiere «advertencia», es decir, tener clara conciencia de lo que se está diciendo en el momento mismo en que se dice, además de hacerlo con una actitud básica de amor a Dios. Reuniendo estas condiciones cualquier oración repetitiva es tan meritoria como una oración espontánea, y, por tanto, puede acercarnos a la vida en el Cielo, donde esperamos, con los cuatro vivientes del Apocalipsis, repetir «sin descanso día y noche: "Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo, aquel que era, que es y que ha de venir"» (Ap 4, 8).

lunes, 12 de octubre de 2015

Evangelio meditado

  • Primera Lectura: Romanos 1,1-7
    "Por Cristo hemos recibido este don y esta misión: hacer que los gentiles respondan a la fe"
    Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios. Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor. Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
  • Salmo Responsorial: 97
    "El Señor da a conocer su victoria."
    Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas: / su diestra le ha dado la victoria, / su santo brazo. R. El Señor da a conocer su victoria, / revela a las naciones su justicia: / se acordó de su misericordia y su fidelidad / en favor de la casa de Israel. R. Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Aclama al Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R.
  • Evangelio: Lucas 11,29-32
    "A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás"
    En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: "Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás."

Evangelio meditado

No se les dará otra señal que la de Jonás
Tiempo Ordinario


Lucas 11, 29-32. Tiempo Ordinario. Cristo, clavado en la cruz, es la gran señal de amor que anhelamos.


Por: Ignacio Sarre | Fuente: Catholic.net 



Te adelantamos las Reflexiones del Evangelio de la Semana 28o. del Tiempo Ordinario, del domingo 11 al sábado 17 de octubre 2015.
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Del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo la gente se apiñaba alrededor de Jesús y comenzó a decirles: Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. 

Oración introductoria
Padre, te pedimos que Cristo, clavado en la cruz, sea para nosotros la gran señal que anhelamos. La prueba de un amor incondicional y desinteresado.

Petición
Señor, ayudanos a ser "señales" para nuestro prójimo. Que cuando nos vean actuar, sepan y crean que existe el amor.

Meditaciòn del Papa Francisco
Su sordera expresa la incapacidad de escuchar y de comprender no solo las palabras de los hombres, sino también la Palabra de Dios. Y san Pablo nos recuerda que “la fe nace de la escucha de la predicación” […]
Dios no está cerrado en sí mismo, sino que se abre y se pone en comunicación con la humanidad. En su inmensa misericordia, supera el abismo de la infinita diferencia entre Él y nosotros, y sale a nuestro encuentro. Para realizar esta comunicación con el hombre, Dios se hace hombre: no le basta hablarnos a través de la ley y los profetas, sino que se hace presente en la persona de su Hijo, la Palabra hecha carne. Jesús es el gran “constructor de puentes” que construye en sí mismo el gran puente de la comunión plena con el Padre.
Pero este Evangelio nos habla también de nosotros: a menudo nosotros estamos replegados y encerrados en nosotros mismos, y creamos muchas islas inaccesibles e inhóspitas. Incluso las relaciones humanas más elementales a veces crean realidades incapaces de apertura recíproca: la pareja cerrada, la familia cerrada, el grupo cerrado, la parroquia cerrada, la patria cerrada. Y esto no es de Dios. Esto es nuestro. Es nuestro pecado. (Ángelus, S.S. Francisco, 6 de septiembre de 2015).


Reflexión

Deseamos una seguridad, una certeza. Queremos tener ante nuestros ojos una prueba, un milagro. Cada día es una buena ocasión para buscarla, o, más bien para encontrarla, para contemplarla, porque ya la tenemos.

Cristo, clavado en la cruz, es la gran señal que anhelamos. La prueba de un amor incondicional y desinteresado; un amor que se entrega hasta el extremo de dar la vida por el amigo. El crucificado nos hace ver un milagro más extraordinario que cualquier otro: el del amor, que se demuestra en el dolor. Basta que le contemplemos detenidamente para que obtengamos una plena seguridad sobre la cual construir nuestra vida: la de sabernos y sentirnos profundamente amados.

Esta señal constituye también una invitación. Cristo nos invita a convertirnos en “señales” para nuestro prójimo. Que cuando nos vean actuar, sepan y crean que existe el amor. Que por nuestro modo de vivir, tengan la seguridad de que vale la pena ser seguidor del hombre que aparentemente fue derrotado en la cruz. Para ser “señales”, pruebas vivas, hay que aprender como Cristo, a subir a la cruz. Ahí está la señal del amor.

Propòsito
Acercarme a un crucufico y pedirle a Jesùs que me enseñe a ser señal de amor para mi familia, trabajo, amigos.

Diálogo con Cristo
Señor, todo está bajo tu dominio menos mi libertad, porque Tú respetas mi decisión de cumplir o no tu voluntad. Me has dado tu Palabra en el Evangelio, te me ofreces en la Eucaristía, para que tu presencia viva transforme todo mi ser: inteligencia, voluntad, afectos, imaginación y sentimientos. Haz, Jesús, que sepa apreciar estos dones y que aproveche todas las oportunidades, circunstancias y situaciones de mi vida para amarte más.