sábado, 22 de agosto de 2020

Lecturas 22 de Agosto de 2020

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Isaías 9:1-6
    1 El pueblo que andaba a oscuras
    2 vio una luz grande. Los que vivían en tierra de sombras, una luz brilló sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría. Alegría por tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo botín.
    3 Porque el yugo que les pesaba y la pinga de su hombro - la vara de su tirano - has roto, como el día de Madián.
    4 Porque toda bota que taconea con ruido, y el manto rebozado en sangre serán para la quema, pasto del fuego.
    5 Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz».
    6 Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso.

  • Salmo responsorial

    Salmo 113:1-8
    1 ¡Aleluya! ¡Alabad, servidores de Yahveh, alabad el nombre de Yahveh!
    2 ¡Bendito sea el nombre de Yahveh, desde ahora y por siempre!
    3 ¡De la salida del sol hasta su ocaso, sea loado el nombre de Yahveh!
    4 ¡Excelso sobre todas las naciones Yahveh, por encima de los cielos su gloria!
    5 ¿Quién como Yahveh, nuestro Dios, que se sienta en las alturas,
    6 y se abaja para ver los cielos y la tierra?
    7 El levanta del polvo al desvalido, del estiércol hace subir al pobre,
    8 para sentarle con los príncipes, con los príncipes de su pueblo.

  • Evangelio

    Lucas 1:26-38
    26 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
    27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
    28 Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
    29 Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.
    30 El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;
    31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
    32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;
    33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.»
    34 María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?»
    35 El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.
    36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril,
    37 porque ninguna cosa es imposible para Dios.»

    38 Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue.

 

viernes, 21 de agosto de 2020

Lecturas 21 de Agosto de 2020

 

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    Ezequiel 37:1-14
    1 La mano de Yahveh fue sobre mí y, por su espíritu, Yahveh me sacó y me puso en medio de la vega, la cual estaba llena de huesos.
    2 Me hizo pasar por entre ellos en todas las direcciones. Los huesos eran muy numerosos por el suelo de la vega, y estaban completamente secos.
    3 Me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán vivir estos huesos?» Yo dije: «Señor Yahveh, tú lo sabes.»
    4 Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos. Les dirás: Huesos secos, escuchad la palabra de Yahveh.
    5 Así dice el Señor Yahveh a estos huesos: He aquí que yo voy a hacer entrar el espíritu en vosotros, y viviréis.
    6 Os cubriré de nervios, haré crecer sobre vosotros la carne, os cubriré de piel, os infundiré espíritu y viviréis; y sabréis que yo soy Yahveh.»
    7 Yo profeticé como se me había ordenado, y mientras yo profetizaba se produjo un ruido. Hubo un estremecimiento, y los huesos se juntaron unos con otros.
    8 Miré y vi que estaban recubiertos de nervios, la carne salía y la piel se extendía por encima, pero no había espíritu en ellos.
    9 El me dijo: «Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre. Dirás al espíritu: Así dice el Señor Yahveh: Ven, espíritu, de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos para que vivan.»
    10 Yo profeticé como se me había ordenado, y el espíritu entró en ellos; revivieron y se incorporaron sobre sus pies: era un enorme, inmenso ejército.
    11 Entonces me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos andan diciendo: Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, todo ha acabado para nosotros.
    12 Por eso, profetiza. Les dirás: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo abro vuestras tumbas; os haré salir de vuestras tumbas, pueblo mío, y os llevaré de nuevo al suelo de Israel.
    13 Sabréis que yo soy Yahveh cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío.
    14 Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en vuestro suelo, y sabréis que yo, Yahveh, lo digo y lo haga, oráculo de Yahveh.»

  • Salmo responsorial

    Salmo 107:2-9
    2 Que lo digan los redimidos de Yahveh, los que él ha redimido del poder del adversario,
    3 los que ha reunido de entre los países, de oriente y de poniente, del norte y mediodía.
    4 En el desierto erraban, por la estepa, no encontraban camino de ciudad habitada;
    5 hambrientos, y sedientos, desfallecía en ellos su alma.
    6 Y hacia Yahveh gritaron en su apuro, y él los libró de sus angustias,
    7 les condujo por camino recto, hasta llegar a ciudad habitada.
    8 ¡Den gracias a Yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán!
    9 Porque él sació el alma anhelante, el alma hambrienta saturó de bienes.

  • Evangelio

    Mateo 22:34-40
    34 Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo,
    35 y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba:
    36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?»
    37 El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
    38 Este es el mayor y el primer mandamiento.
    39 El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
    40 De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»

  • Segunda opción

  • Primera lectura

    I Tesalonicenses 2:2-8
    2 sino que, después de haber padecido sufrimientos e injurias en Filipos, como sabéis, confiados en nuestro Dios, tuvimos la valentía de predicaros el Evangelio de Dios entre frequentes luchas.
    3 Nuestra exhortación no procede del error, ni de la impureza ni con engaño,
    4 sino que así como hemos sido juzgados aptos por Dios para confiarnos el Evangelio, así lo predicamos, no buscando agradar a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones.
    5 Nunca nos presentamos, bien lo sabéis, con palabras aduladoras, ni con pretextos de codicia, Dios es testigo,
    6 ni buscando gloria humana, ni de vosotros ni de nadie.
    7 Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de Cristo, nos mostramos amables con vosotros, como una madre cuida con cariño de sus hijos.
    8 De esta manera, amándoos a vosotros, queríamos daros no sólo el Evangelio de Dios, sino incluso nuestro propio ser, porque habíais llegado a sernos muy queridos.

  • Salmo responsorial

    Salmo 89:2-5, 21-22, 25, 27
    2 El amor de Yahveh por siempre cantaré, de edad en edad anunciará mi boca tu lealtad.
    3 Pues tú dijiste: «Cimentado está el amor por siempre, asentada en los cielos mi lealtad.
    4 «Una alianza pacté con mi elegido, un juramento hice a mi siervo David:
    5 Para siempre jamás he fundado tu estirpe, de edad en edad he erigido tu trono.»
    21 «He encontrado a David mi servidor, con mi óleo santo le he ungido;
    22 mi mano será firme para él, y mi brazo le hará fuerte.
    25 «Mi lealtad y mi amor irán con él, por mi nombre se exaltará su frente;
    27 «El me invocará: ¡Tú, mi Padre, mi Dios y roca de mi salvación!

  • Evangelio

    Juan 21:15-17
    15 Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.»
    16 Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.»
    17 Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.

jueves, 20 de agosto de 2020

Lecturas 20 de Agosto de 2020

 

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    Ezequiel 36:23-28
    23 Yo santificaré mi gran nombre profanado entre las naciones, profanado allí por vosotros. Y las naciones sabrán que yo soy Yahveh - oráculo del Señor Yahveh - cuando yo, por medio de vosotros, manifieste mi santidad a la vista de ellos.
    24 Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos los países y os llevaré a vuestro suelo.
    25 Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificaré.
    26 Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
    27 Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas.
    28 Habitaréis la tierra que yo di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vustro Dios.

  • Salmo responsorial

    Salmo 51:12-15, 18-19
    12 Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí renueva;
    13 no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu.
    14 Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame;
    15 enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores volverán a ti.
    18 Pues no te agrada el sacrificio, si ofrezco un holocausto no lo aceptas.
    19 El sacrificio a Dios es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.

  • Evangelio

    Mateo 22:1-14
    1 Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo:
    2 «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo.
    3 Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.
    4 Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: "Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda."
    5 Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio;
    6 y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron.
    7 Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.
    8 Entonces dice a sus siervos: "La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos.
    9 Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda."
    10 Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales.
    11 «Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda,
    12 le dice: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?" El se quedó callado.
    13 Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes."
    14 Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.»

  • Segunda opción

  • Primera lectura

    Eclesiástico 15:1-6
    1 Así hace el que teme al Señor, el que abraza la Ley logra sabiduría.
    2 Como una madre le sale ella al encuentro, le acoge como una esposa virgen.
    3 Le alimenta con pan de inteligencia, el agua de la sabiduría le da a beber.
    4 Se apoya él en ella y no se dobla, a ella se adhiere y no queda confundido.
    5 Ella le exalta por encima de sus prójimos, en medio de la asamblea le abre la boca.
    6 Contento y corona de gloria encuentra él, nombre eterno en herencia recibe.

  • Salmo responsorial

    Salmo 119:9-14
    9 ¿Cómo el joven guardará puro su camino? Observando tu palabra.
    10 De todo corazón ando buscándote, no me desvíes de tus mandamientos.
    11 Dentro del corazón he guardado tu promesa, para no pecar contra ti.
    12 Bendito tú, Yahveh, enséñame tus preceptos.
    13 Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca.
    14 En el camino de tus dictámenes me recreo más que en toda riqueza.

  • Evangelio

    Juan 17:20-26
    20 No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí,
    21 para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
    22 Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno:
    23 yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
    24 Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplan mi gloria, la que ma has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo.
    25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado.
    26 Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos.»

miércoles, 19 de agosto de 2020

Lecturas 19 de Agosto de 2020

 

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    Ezequiel 34:1-11
    1 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:
    2 Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel, profetiza. Dirás a los pastores: Así dice el Señor Yahveh: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar el rebaño?
    3 Vosotros os habéis tomado la leche, os habéis vestido con la lana, habéis sacrificado las ovejas más pingües; no habéis apacentado el rebaño.
    4 No habéis fortalecido a las ovejas débiles, no habéis cuidado a la enferma ni curado a la que estaba herida, no habéis tornado a la descarriada ni buscado a la perdida; sino que las habéis dominado con violencia y dureza.
    5 Y ellas se han dispersado, por falta de pastor, y se han convertido en presa de todas las fieras del campo; andan dispersas.
    6 Mi rebaño anda errante por todos los montes y altos collados; mi rebaño anda disperso por toda la superficie de la tierra, sin que nadie se ocupe de él ni salga en su busca.
    7 Por eso, pastores, escuchad la palabra de Yahveh:
    8 Por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, lo juro: Porque mi rebaño ha sido expuesto al pillaje y se ha hecho pasto de todas las fieras del campo por falta de pastor, porque mis pastores no se ocupan de mi rebaño, porque ellos, los pastores, se apacientan a sí mismos y no apacientan mi rebaño;
    9 por eso, pastores, escuchad la palabra de Yahveh.
    10 Así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy yo contra los pastores: reclamaré mi rebaño de sus manos y les quitaré de apacentar mi rebaño. Así los pastores no volverán a apacentarse a sí mismos. Yo arrancaré mis ovejas de su boca, y no serán más su presa.
    11 Porque así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy yo; yo mismo cuidaré de mi rebaño y velaré por él.

  • Salmo responsorial

    Salmo 23:1-6
    1 Salmo. De David. Yahveh es mi pastor, nada me falta.
    2 Por prados de fresca hierba me apacienta. Hacia las aguas de reposo me conduce,
    3 y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre.
    4 Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan.
    5 Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa.
    6 Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de los días.

  • Evangelio

    Mateo 20:1-16
    1 «En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña.
    2 Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
    3 Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados,
    4 les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo."
    5 Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo.
    6 Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontar a otros que estaban allí, les dice: "¿Por qué estáis aquí todo el día parados?"
    7 Dícenle: "Es que nadie nos ha contratado." Díceles: "Id también vosotros a la viña."
    8 Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: "Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros."
    9 Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno.
    10 Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno.
    11 Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario,
    12 diciendo: "Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor."
    13 Pero él contestó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario?
    14 Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti.
    15 ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?".
    16 Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos.»

  • Segunda opción

  • Primera lectura

    Ezequiel 34:11-16
    11 Porque así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy yo; yo mismo cuidaré de mi rebaño y velaré por él.
    12 Como un pastor vela por su rebaño cuando se encuentra en medio de sus ovejas dispersas, así velaré yo por mis ovejas. Las recobraré de todos los lugares donde se habían dispersado en día de nubes y brumas.
    13 Las sacaré de en medio de los pueblos, las reuniré de los países, y las llevaré de nuevo a su suelo. Las pastorearé por los montes de Israel, por los barrancos y por todos los poblados de esta tierra.
    14 Las apacentaré en buenos pastos, y su majada estará en los montes de la excelsa Israel. Allí reposarán en buena majada; y pacerán pingües pastos por los montes de Israel.
    15 Yo mismo apacentaré mis ovejas y yo las llevaré a reposar, oráculo del Señor Yahveh.
    16 Buscaré la oveja perdida, tornaré a la descarriada, curaré a la herida, confortaré a la enferma; pero a la que está gorda y robusta la exterminaré: las pastorearé con justicia.

  • Salmo responsorial

    Salmo 23:1-6
    1 Salmo. De David. Yahveh es mi pastor, nada me falta.
    2 Por prados de fresca hierba me apacienta. Hacia las aguas de reposo me conduce,
    3 y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre.
    4 Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan.
    5 Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa.
    6 Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de los días.

  • Evangelio

    Juan 10:11-16
    11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
    12 Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa,
    13 porque es asalariado y no le importan nada las ovejas.
    14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí,
    15 como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.
    16 También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.

martes, 18 de agosto de 2020

Lecturas 16 de Agosto de 2020

 

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Ezequiel 28:1-10
    1 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:
    2 Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así dice el Señor Yahveh: ¡Oh!, tu corazón se ha engreído y has dicho: «Soy un dios, estoy sentado en un trono divino, en el corazón de los mares.» Tú que eres un hombre y no un dios, equiparas tu corazón al corazón de Dios.
    3 ¡Oh sí, eres más sabio que Danel! Ningún sabio es semejante a ti.
    4 Con tu sabiduría y tu inteligencia te has hecho una fortuna, has amontonado oro y plata en tus tesoros.
    5 Por tu gran sabiduría y tu comercio has multiplicado tu fortuna, y por su fortuna se ha engreído tu corazón.
    6 Por eso, así dice el Señor Yahveh: Porque has equiparado tu corazón al corazón de Dios,
    7 por eso, he aquí que yo traigo contra ti extranjeros, los más bárbaros entre las naciones. Desenvainarán la espada contra tu linda sabiduría, y profanarán tu esplendor;
    8 te precipitarán en la fosa, y morirás de muerte violenta en el corazón de los mares.
    9 ¿Podrás decir aún: «Soy un dios», ante tus verdugos? Pero serás un hombre, que no un dios, entre las manos de los que te traspasen.
    10 Tendrás la muerte de los incircuncisos, a manos de extranjeros. Porque he hablado yo, oráculo del Señor Yahveh.

  • Salmo responsorial

    Deuteronomio 32:26-28, 30, 35-36
    26 He dicho: A polvo los reduciría, borraría su recuerdo de en medio de los hombres,
    27 si no temiera azuzar el furor del enemigo, y que lo entiendan al revés sus adversarios, no sea que digan: «Nuestra mano prevalece, y no es Yahveh el que hace todo esto.»
    28 Porque es gente de consejo obtuso, y no hay inteligencia en ellos.
    30 Pues, ¿cómo un solo hombre puede perseguir a mil, y dos poner en fuga a una miríada, sino porque su Roca se los ha vendido, porque Yahveh los ha entregado?
    35 A mí me toca la venganza y el pago para el momento en que su pie vacile. Porque está cerca el día de su ruina, ya se precipita lo que les espera.
    36 (Que va hacer Yahveh justicia al pueblo suyo, va a apiadarse de sus siervos.) Porque verá que su fuerza se agota, que no queda ya libre ni esclavo.

  • Evangelio

    Mateo 19:23-30
    23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos.
    24 Os lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos.»
    25 Al oír esto, los discípulos, llenos de asombro, decían: «Entonces, ¿quién se podrá salvar?»
    26 Jesús, mirándolos fijamente, dijo: «Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible.»
    27 Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos, pues?»
    28 Jesús les dijo: «Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
    29 Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna.
    30 «Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros.»

lunes, 17 de agosto de 2020

Lecturas 17 de Agosto de 2020

 

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Ezequiel 24:15-23
    15 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:
    16 «Hijo de hombre, mira, voy a quitarte de golpe el encanto de tus ojos. Pero tú no te lamentarás, no llorarás, no te saldrá una lágrima.
    17 Suspira en silencio, no hagas duelo de muertos; ciñe el turbante a tu cabeza, ponte tus sandalias en los pies, no te cubras la barba, no comas pan ordinario.»
    18 Yo hablé al pueblo por la mañana, y por la tarde murió mi mujer; y al día siguiente por la mañana hice como se me había ordenado.
    19 El pueblo me dijo: «¿No nos explicarás qué significado tiene para nosotros lo que estás haciendo?»
    20 Yo les dije: «La palabra de Yahveh me ha sido dirigida en estos términos:
    21 Di a la casa de Israel: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo voy a profanar mi santurario, orgullo de vuestra fuerza, encanto de vuestros ojos, pasión de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas que habéis abandonado, caerán a espada.
    22 Y vosotros haréis como yo he hecho: no os cubriréis la barba, no comeréis pan ordinario,
    23 seguiréis llevando vuestros adornos en la cabeza y vuestras sandalias en los pies, no os lamentaréis ni lloraréis. Os consumiréis a causa de vuestras culpas y gemiréis los unos con los otros.

  • Salmo responsorial

    Deuteronomio 32:18-21
    18 (¡Desdeñas a la Roca que te dio el ser, olvidas al Dios que te engendró!)
    19 Yahveh lo ha visto y, en su ira, ha desechado a sus hijos y a sus hijas.
    20 Ha dicho: Les voy a esconder mi rostro, a ver en qué paran. Porque es una generación torcida, hijos sin lealtad.
    21 Me han encelado con lo que no es Dios, me han irritado con sus vanos ídolos; ¡pues yo también voy a encelarles con lo que no es pueblo, con una nación fatua los irritaré!

  • Evangelio

    Mateo 19:16-22
    16 En esto se le acercó uno y le dijo: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?»
    17 El le dijo: «¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.»
    18 «¿Cuáles?» - le dice él. Y Jesús dijo: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio,
    19 honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
    20 Dícele el joven: «Todo eso lo he guardado; ¿qué más me falta?»
    21 Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme.»
    22 Al oír estas palabras, el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes.

Lecturas 16 de agosto de 2020

 

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Isaías 56:1, 6-7
    1 Así dice Yahveh: Velad por la equidad y practicad la justicia, que mi salvación está para llegar y mi justicia para manifestarse.
    6 En cuanto a los extranjeros adheridos a Yahveh para su ministerio, para amar el nombre de Yahveh, y para ser sus siervos, a todo aquel que guarda el sábado sin profanarle y a los que se mantienen firmes en mi alianza,
    7 yo les traeré a mi monte santo y les alegraré en mi Casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios serán gratos sobre mi altar. Porque mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos.

  • Salmo responsorial

    Salmo 67:2-3, 5-6, 8
    2 ¡Dios nos tenga piedad y nos bendiga, su rostro haga brillar sobre nosotros!
    3 Para que se conozcan en la tierra tus caminos, tu salvación entre todas las naciones.
    5 Alégrense y exulten las gentes, pues tú juzgaz al mundo con justicia, con equidad juzgas a los pueblos, y a las gentes en la tierra gobiernas.
    6 ¡Te den, oh Dios, gracias los pueblos, todos los pueblos te den gracias!
    8 ¡Dios nos bendiga, y teman ante él todos los confines de la tierra!

  • Segunda lectura

    Romanos 11:13-15, 29-32
    13 Os digo, pues, a vosotros, los gentiles: Por ser yo verdaderamente apóstol de los gentiles, hago honor a mi ministerio,
    14 pero es con la esperanza de despertar celos en los de mi raza y salvar a alguno de ellos.
    15 Porque si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo ¿qué será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?
    29 Que los dones y la vocación de Dios son irrevocables.
    30 En efecto, así como vosotros fuisteis en otro tiempo rebeldes contra Dios, mas al presente habéis conseguido misericordia a causa de su rebeldía,
    31 así también, ellos al presente se han rebelado con ocasión de la misericordia otorgada a vosotros, a fin de que también ellos consigan ahora misericordia.
    32 Pues Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos de misericordia.

  • Evangelio

    Mateo 15:21-28
    21 Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón.
    22 En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.»
    23 Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.»
    24 Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.»
    25 Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!»
    26 El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.»
    27 «Sí, Señor - repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.»
    28 Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija.