viernes, 10 de septiembre de 2010

La oración por las vocaciones, una llamada a los corazones, dice el Papa

ANCHORAGE, Alaska, viernes, 10 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- La oración por las vocaciones es una manera que tiene Dios de tocar los corazones de los jóvenes llamados a seguirlo de una manera especial.

Lo afirma Benedicto XVI en un mensaje enviado por el secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, al congreso del grupo dedicado a rezar por las vocaciones y fomentarlas Serra International celebrado del 2 al 5 de septiembre en la ciudad estadounidense de Anchorage.

El periódico de la arquidiócesis de Anchorage, Catholic Anchor informó del mensaje del Papa, en el que el cardenal Bertone cita la homilía del Pontífice en la clausura del Año Sacerdotal el pasado mes de junio.

"Su Santidad está convencido de que la oración por las vocaciones es en sí misma la propia manera de Dios de llamar a los corazones de los jóvenes que se consideran capaces de hacer lo que Él considera que son capaces de hacer", señala el cardenal.

El mensaje anima a los miembros de Serra a "renovar su compromiso de rezar como alma de su apostolado, confiando en que la voz del Señor se hará escuchar y levantará una nueva generación de sacerdotes y religiosos comprometidos en la difusión del Evangelio, la renovación de la Iglesia en santidad y la transformación de la sociedad según los valores del Reino de Dios".

El arzobispo de Anchorage, monseñor Roger Schwietz, leyó la carta el 2 de septiembre después de la misa de apertura del congreso, celebrada por el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, el cardenal Francis George, arzobispo de Chicago.

Serra International fue fundada como un apostolado para laicos hace 75 años. Ha crecido hasta contar con 700 clubes en 40 países y sólo en los Estados Unidos cuenta con 11.000 miembros.


Evangelio 11 de Septiembre de 2010

  • Primera Lectura: I Corintios 10, 14-22
    "Aunque somos muchos, formemos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan"

    Amigos míos, no tengáis que ver con la idolatría. Os hablo como a gente sensata, formaos vuestro juicio sobre lo que digo. El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan. Considerad a Israel según la carne: los que comen de las víctimas se unen al altar.

    ¿Qué quiero decir? ¿Que las víctimas son algo o que los ídolos son algo? No, sino que los gentiles ofrecen sus sacrificios a los demonios, no a Dios, y no quiero que os unáis a los demonios. No podéis beber de los dos cálices, del del Señor y del de los demonios. No podéis participar de las dos mesas, de la del Señor y de la de los demonios. ¿Vamos a provocar al Señor? ¿Es que somos más fuertes que él?

  • Salmo Responsorial: 115
    "Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza."

    ¿Cómo pagaré al Señor / todo el bien que me ha hecho? / Alzaré la copa de la salvación, / invocando su nombre. R.

    Te ofreceré un sacrificio de alabanza, / invocando tu nombre, Señor. / Cumpliré al Señor mis votos / en presencia de todo el pueblo. R.

  • Evangelio: Lucas 6, 43-49
    "¿Por qué me llamáis "Señor, Señor", y no hacéis lo que digo?"

    En aquel tiempo decía Jesús a sus discípulos: "No hay árbol sano que dé fruto dañoso, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto: porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos. El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal, porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca. ¿Por que me llamáis "Señor, Señor", y no hacéis lo que digo? El que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra, os voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida. El que escucha y no pone por obra, se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y en seguida se derrumbó desplomándose".

Evangelio 10 de Septiembre de 2010

  • Primera Lectura: I Corintios 9, 16-19. 22b-27
    "Me he hecho todo a todos, para ganar a algunos"

    Hermanos: El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo.

    No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!

    Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga.

    Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio.

    Entonces, ¿cuál es la paga?

    Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio.

    Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles.

    Me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.

    Ya sabéis que en el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el premio.

    Corred así: para ganar.

    Pero un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita.

    Por eso corro yo, pero no al azar; boxeo, pero no contra el aire; mis golpes van a mi cuerpo y lo tengo a mi servicio, no sea que, después de predicar a los otros, me descalifiquen a mí.

  • Salmo Responsorial: 83
    "¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!"

    Mi alma se consume y anhela / los atrios del Señor, / mi corazón y mi carne / retozan por el Dios vivo. R.

    Hasta el gorrión ha encontrado una casa; / la golondrina, un nido / donde colocar sus polluelos: / tus altares, Señor de los ejércitos, / Rey mío y Dios mío. R.

    Dichosos los que viven en tu casa, / alabándote siempre. / Dichosos los que encuentran en ti su fuerza / al preparar su peregrinación. R.

    Porque el Señor es sol y escudo, / él da la gracia y la gloria; / el Señor no niega sus bienes / a los de conducta intachable. R.

  • Evangelio: Lucas 6, 39-42
    "¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?"

    En aquel tiempo ponía Jesús a sus discípulos esta comparación: "¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano".

jueves, 9 de septiembre de 2010

Evangelio 9 de Septiembre de 2010

  • Primera Lectura: I Corintios 8, 1b-7. 11-13
    "Al pecar contra los hermanos, turbando su conciencia insegura, pecáis contra Cristo"

    Hermanos: El conocimiento engríe, lo constructivo es el amor.

    Quien se figura haber terminado de conocer algo, aún no ha empezado a conocer como es debido. En cambio, al que ama a Dios, Dios lo reconoce.

    Vengamos a eso de comer de lo sacrificado.

    Sabemos que en el mundo real un ídolo no es nada, y que Dios no hay más que uno; pues, aunque hay los llamados dioses en el cielo y en la tierra-y son numerosos los dioses y numerosos los señores-, para nosotros no hay más que un Dios, el Padre, de quien procede el universo y a quien estamos destinados nosotros, y un solo Señor, Jesucristo, por quien existe el universo y por quien existimos nosotros.

    Sin embargo, no todos tienen ese conocimiento: algunos, acostumbrados a la idolatría hasta hace poco, comen pensando que la carne está consagrada al ídolo y, como su conciencia está insegura, se mancha. Así, tu conocimiento llevará al desastre al inseguro, a un hermano por quien Cristo murió. Al pecar de esa manera contra los hermanos, turbando su conciencia insegura, pecáis contra Cristo. Por eso, si por cuestión de alimento peligra un hermano mío, nunca volveré a comer carne, para no ponerlo en peligro.

  • Salmo Responsorial: 138
    "Guíame, Señor, por el camino eterno."

    Señor, tú me sondeas y me conoces; / me conoces cuando me siento o me levanto, / de lejos penetras mis pensamientos; / distingues mi camino y mi descanso, / todas mis sendas te son familiares. R.

    Tú has creado mis entrañas, / me has tejido en el seno materno. / Te doy gracias, / porque me has escogido portentosamente, / porque son admirables tus obras. R.

    Señor, sondéame y conoce mi corazón, / ponme a prueba y conoce mis sentimientos, / mira si mi camino se desvía, / guíame por el camino eterno. R.

  • Evangelio: Lucas 6, 27-38
    "Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo"

    En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen. Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores con intención de cobrárselo. ¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada: tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desgraciados. Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados; dad y se os dará; os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis la usarán con vosotros.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Evangelio 8 de Septiembre de 2010

  • Primera Lectura: Miqueas 5,1-4a
    "El tiempo en que la madre dé a luz"

    Así dice el Señor: "Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial. Los entrega hasta el tiempo en que la madre dé a luz, y el resto de sus hermanos retornará a los hijos de Israel. En pie, pastoreará con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor, su Dios. Habitarán tranquilos, porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y éste será nuestra paz."

  • Salmo Responsorial: 12
    "Desbordo de gozo con el Señor."

    Porque yo confío en tu misericordia: / alegra mi corazón con tu auxilio. R.

    Y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho. R.

  • Evangelio: Mateo 1,1-16.18-23
    "La criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo"

    [Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.

    David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amos a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

    Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.]

    El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados." Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios con nosotros"."

martes, 7 de septiembre de 2010

La elección de los doce

Lucas 6, 12-19. Tiempo Ordinario. El gran secreto de la vida es... sabernos amados por Dios.
Elección de los doce
Elección de los doce
Lucas 6, 12-19


Sucedió que por aquellos días se fue Jesús al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor. Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos.


Reflexión


En nuestra sociedad donde todo se hace para usar y tirar, las cosas salen en serie, sin características propias: los mismos modelos de zapatos, el mismo estilo de vestir, las mismas comidas, el mismo diseño de construcción, las mismas expresiones de vocabulario... queremos igualarnos tanto que perdemos hasta la identidad. La sociedad nos masifica, nos despersonaliza, nos hace iguales.

Con Dios no es así; para Él cada uno es único, singular e irrepetible: Dios no hace las cosas en serie. Dios nos conoce y nos llama por nuestro propio nombre y al identificarnos nos da el ser que nos autentifica. Su amor nos crea en cada momento porque su Palabra llega directa al corazón y desde esta interpelación nos potencia y dinamiza para la misión que cada uno trae a la vida. El gran secreto de la vida es sabernos amados. Con esta certeza nuestra vida se llena de sentido, basta que Él susurre mi nombre al oído para que todo se llene de emoción. Es la confianza de sabernos amados con un único amor, grande y fuerte.

¡Oh Dios, que desde la eternidad pensaste en mí y que en un momento concreto de la historia pronunciaste mi nombre para llamarme a la vida. Gracias por el amor que me regalas cada día. Te pido tu gracia para que siempre pueda cumplir la misión que me encomiendas y así cooperar a la salvación del mundo en nombre de tu Hijo Jesucristo nuestro Señor.

Evangelio 7 de Septiembre de 2010

  • Primera Lectura: I Corintios 6, 1-11
    "Un hermano tiene que estar en pleito con otro, y además entre no creyentes"

    Hermanos: Cuando uno de vosotros está en pleito con otro, ¿cómo tiene el descaro de llevarlo a un tribunal pagano y no ante los santos?

    ¿Habéis olvidado que los santos juzgarán el universo?

    Pues si vosotros vais a juzgar al mundo, ¿no estaréis a la altura de juzgar minucias?

    Recordad que juzgaremos a ángeles: cuánto más asuntos de la vida ordinaria.

    De manera que para juzgar los asuntos ordinarios dais jurisdicción a ésos que en la Iglesia no pintan nada.

    ¿No os da vergüenza?

    ¿Es que no hay entre vosotros ningún entendido que sea capaz de arbitrar entre dos hermanos?

    No señor, un hermano tiene que estar en pleito con otro, y además entre no creyentes.

    Desde cualquier punto de vista ya es un fallo que haya pleitos entre vosotros.

    ¿No estaría mejor sufrir la injusticia?

    ¿No estaría mejor dejarse robar?

    En cambio, sois vosotros los injustos y los ladrones, y eso con hermanos vuestros.

    Sabéis muy bien que la gente injusta no heredará el reino de Dios.

    No os llaméis a engaño: los inmorales, idólatras, adúlteros, afeminados, invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios.

    Así erais algunos antes.

    Pero os lavaron, os consagraron, os perdonaron en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y por Espíritu de nuestro Dios.

  • Salmo Responsorial: 149
    "El Señor ama a su pueblo."

    Cantad al Señor un cántico nuevo, / resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; / que se alegre Israel por su Creador, / los hijos de Sión por su Rey. R.

    Alabad su nombre con danzas, / cantadle con tambores y cítaras; / porque el Señor ama a su pueblo / y adorna con la victoria a los humildes. R.

    Que los fieles festejen su gloria / y canten jubilosos en filas: / con vítores a Dios en la boca; / es un honor para todos sus fieles. R.

  • Evangelio: Lucas 6, 12-19
    "Pasó la noche orando. Escogió a doce y los nombró apóstoles"

    Por entonces subió Jesús a la montaña a orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso el nombre de Pedro; y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón apodado el Zelotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.

    Bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

Evangelio 6 de Septiembre de 2010

  • Primera Lectura: I Corintios 5, 1-8
    "Quitad la levadura vieja, porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo"

    Hermanos: Se sabe públicamente que hay un caso de unión ilegítima en vuestra comunidad, y tan grave que ni los gentiles la toleran; me refiero a ése que vive con la mujer de su padre.

    ¿Y todavía os engreís? Estaría mejor ponerse de luto, para que el que ha hecho eso desaparezca de vuestro grupo.

    Lo que es yo, ausente en el cuerpo, pero presente en espíritu, ya he tomado una decisión como si estuviera presente: reunidos vosotros en nombre de nuestro Señor Jesús, y yo presente en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús entregar al que ha hecho eso en manos del diablo; en la carne quedará destrozado, pero así su espíritu se salvará en el día del Señor.

    Ese orgullo vuestro no tiene razón de ser. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Quitad la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ázimos. Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así, pues, celebremos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad.

  • Salmo Responsorial: 5
    "Señor, guíame con tu justicia."

    Tú no eres un Dios que ame la maldad, / ni el malvado es tu huésped, / ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R.

    Detestas a los malhechores, / destruyes a los mentirosos; / al hombre sanguinario y traicionero / lo aborrece el Señor. R.

    Que se alegren los que se acogen a ti, / con júbilo eterno; / protégelos, para que se llenen de gozo / los que aman tu nombre. R.

  • Evangelio: Lucas 6, 6-11
    "Estaban al acecho para ver si curaba en sábado"

    Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los letrados y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: "Levántate y ponte ahí en medio". El se levantó y se quedó en pie. Jesús les dijo: "Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido hacer en sábado: hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?" Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: "Extiende el brazo".

    El lo hizo, y el brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Evangelio 5 de Septiembre de 2010

  • Primera Lectura: Sabiduría 9, 13-18
    "¿Quién comprende lo que Dios quiere?"

    ¿Qué hombre conoce el designio de Dios?

    ¿Quién comprende lo que Dios quiere?

    Los pensamientos de los mortales son mezquinos,

    y nuestros razonamientos son falibles;

    porque el cuerpo mortal es lastre del alma,

    y la tienda terrestre abruma la mente que medita.

    Apenas conocemos las cosas terrenas

    y con trabajo encontramos lo que está a mano:

    pues, ¿quién rastreará las cosas del cielo?

    ¿Quién conocerá tu designio,

    si tú no le das sabiduría,

    enviando tu santo espíritu desde el cielo?

    Sólo así fueron rectos los caminos de los terrestres,

    los hombres aprendieron lo que te agrada,

    y la sabiduría los salvó.

  • Salmo Responsorial: 89
    "Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación."

    Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: "Retornad, hijos de Adán." Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó; una vela nocturna. R.

    Los siembras año por año, como hierba que se renueva: que florece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan y se seca. R.

    Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos. R.

    Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. R.

  • Segunda Lectura: Filemón 9b-10. 12-17
    "Recíbelo, no como esclavo, sino como hermano querido"

    Querido hermano:

    Yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús, te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión; te lo envío como algo de mis entrañas.

    Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en tu lugar, en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo; así me harás este favor, no a la fuerza, sino con libertad.

    Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido.

    Si yo lo quiero tanto, cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano.

    Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo.

  • Evangelio: Lucas 14, 25-33
    "El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío"

    En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: "Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.

    Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío.

    Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?

    No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: "Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar."

    ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil?

    Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.

    Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío."