viernes, 3 de diciembre de 2010

Evangelio 4 de Diciembre de 2010

  • Primera Lectura: Isaías 30, 19-21.23-26
    "El Señor se compadece de ti al oír el clamor de tu voz"

    Esto dice el Señor, Dios de Israel:
    «Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no tendrás que llorar: el Señor misericordioso se apiadará de ti cuando clames a él, en cuanto te oiga, te responderá.
    El Señor les dará pan en la escasez, agua en la necesidad; tu Maestro no se esconderá ya, con tus ojos verás a tu Maestro; cuando te desvíes a derecha o izquierda, oirás con tus oídos una palabra a la espalda: “Este es el camino, síganlo”.
    El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en tu tierra; y el alimento que produzca la tierra será abundante y sustancioso; aquel día pastarán tus ganados en amplias praderas. Los bueyes y los burros que trabajan la tierra comerán un sabroso forraje, aventado con pala y horquilla. En toda montaña alta y en toda colina elevada habrá arroyos y corrientes de agua el día de la gran matanza, cuando las torres caigan. El día que el señor vende la herida de su pueblo y sane las llagas de sus golpes, la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces mayor».

  • Salmo Responsorial: 146
    "Alabemos al Señor, nuestro Dios."

    ¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios, qué agradable y hermoso es alabarlo! El Señor reconstruye Jerusalén, congrega a los dispersos de Israel.
    R. Alabemos al Señor, nuestro Dios.

    Sana a los que tienen quebrantado el corazón y venda sus heridas; cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre.
    R. Alabemos al Señor, nuestro Dios.

    Grande y omnipotente es nuestro Señor, su sabiduría no tiene límite. El Señor engrandece a los humildes y humilla a los malvados hasta el polvo.
    R. Alabemos al Señor, nuestro Dios.

  • Evangelio: Mateo 9, 35-38; 10, 1.6-8
    "Al ver a la multitud se compadeció de ella"

    En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas judías, anunciando la buena noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.
    Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y desorientados como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
    «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos; rueguen por tanto al dueño de la cosecha que envíe trabajadores a recogerla».
    Después, llamando a sus doce discípulos, Jesús les dio poder para expulsar espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. Les dijo:
    «Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Vayan y proclamen que
    está llegando el Reino de los cielos.
    Curen a los enfermos, limpien a los leprosos, resuciten a los muertos, expulsen a los demonios.
    Gratis lo han recibido, entréguenlo también gratis».

El matrimonio ha configurado Europa: ambos están en riesgo

CIUDAD DEL VATICANO, viernes 3 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- “Europa ya no sería Europa si esta célula básica de la construcción social desapareciese o fuese sustancialmente transformada”, dijo el Papa en referencia a la institución matrimonial.

Benedicto XVI habló así este jueves al recibir en el Vaticano al nuevo embajador de Hungría ante la Santa Sede, Gábor Győriványi con motivo de la presentación de sus cartas credenciales.

El Papa destacó que “el matrimonio ha dado a Europa su particular aspecto y su humanismo, también y precisamente porque ha debido aprender a conseguir continuamente la característica de fidelidad y de renuncia trazada por él”.

Y constató el riesgo que corre tanto el matrimonio como la familia hoy, “por un lado por la erosión de sus valores más íntimos de estabilidad e indisolubilidad, a causa de una creciente liberalización del derecho de divorcio y de la costumbre, cada vez más difundida, de la convivencia de hombre y mujer sin la forma jurídica y la protección del matrimonio”.

“Por otro lado, por los diversos tipos de unión que no tienen ningún fundamento en la historia de la cultura y del derecho en Europa”.

En este sentido, recordó que “la Iglesia no puede aprobar iniciativas legislativas que impliquen una valoración de modelos alternativos a la vida de pareja y a la familia”.

Explicó que “éstos contribuyen al debilitamiento de los principios del derecho natural y así a la relativización de toda la legislación, además de la conciencia de los valores en la sociedad”.

Y añadió que “el matrimonio y la familia constituyen un fundamento decisivo para un sano desarrollo de la sociedad civil, de los países y de los pueblos”.

En su discurso, el Pontífice indicó que “la Santa Sede toma nota con interés de los esfuerzos de las autoridades políticas de elaborar un cambio en la Constitución”.

En el preámbulo de esta nueva Carta Magna se ha expresado la intención de querer hacer referencia a la herencia del cristianismo.

Según el Papa, “es también deseable que la nueva Constitución esté inspirada por los valores cristianos, de modo particular en lo que concierne a la posición del matrimonio y de la familia en la sociedad y la protección de la vida”.

Mediadora entre Oriente y Occidente

Por otra parte, el Pontífice se refirió al hecho de que, por primera vez, Hungría asumirá la presidencia del Consejo de la Unión Europea a principios del año que viene.

Y afirmó que “Hungría está llamada de modo particular a ser medidadora entre Oriente y Occidente”, indicando que esto se puede entender como un leitmotiv para el país.

“Ya la Sagrada Corona, herencia del rey Esteban, en la unión de la corona graeca circular con la corona latina colocada en arco sobre ella – ambas llevan el rostro de Cristo y están coronadas por la cruz – muestra cómo Oriente y Occidente deberían apoyarse mutuamente y enriquecerse uno a otro a partir del patrimonio espiritual y cultural y de la viva profesión de fe”, explicó.

Iglesia-Estado

Respecto a la función de la Iglesia católica en la sociedad húngara, Benedicto XVI destacó su compromiso “a gran escala” en el campo de la educación escolar y de la cultura, además de la asistencia social y su consiguiente contribución a la construcción moral.

Y auspició “que la colaboración entre Estado e Iglesia católica en este campo crezca también en el futuro y traiga provecho para todos”.

Las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y la República de Hungría se reanudaron en 1990 tras casi 45 años de gobierno comunista.

La fe católica, sin embargo, “forma sin duda parte de los pilares fundamentales de la historia de Hungría”, destacó el Papa.

En este sentido, se refirió a la figura del rey húngaro Esteban, cuya piedad personal, sentido de justicia y virtudes humanas “son un alto punto de referencia que sirve de estímulo e imperativo, hoy como entonces, a cuantos se les ha confiado un cargo de gobierno u otra responsabilidad análoga”.

Benedicto XVI recordó que “política y fe cristiana se tocan”, y que el Estado “debería más bien garantizar la libertad de confesar y practicar la fe”.

“No se trata de imponer normas o modos de comportamiento a quienes no comparten la fe -indicó, citando la encíclica Deus caritas est-. Se trata sencillamente de la purificación de la razón, que quiere ayudar a hacer que lo que es bueno y justo pueda, aquí y ahora, ser reconocido y después también realizado”.

Evangelio 3 de Diciembre de 2010

  • Primera Lectura: Isaías 29, 17-24
    "En aquel día los ojos de los ciegos se abrirán"

    Esto dice el Señor:
    «¿Acaso no está el Líbano a punto de convertirse en un vergel y el vergel en un bosque?
    Aquel día los sordos oirán las palabras de un libro; los ojos de los ciegos verán sin tinieblas ni oscuridad; los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor y los pobres se gozarán en el Santo de Israel; porque ya no no habrá opresores y los altaneros habrán sido exterminados. Serán aniquilados los que traman iniquidades, los que con sus palabras echan la culpa a los demás, los que tratan de enredar a los jueces y sin razón alguna hunden al justo».
    Esto dice a la casa de Jacob el Señor que rescató a Abrahán:
    «Ya no se avergonzará Jacob, ya no se demudará su rostro, porque al ver mis acciones en medio de los suyos, santificará mi nombre, santificará al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel. Los extraviados de espíritu entrarán en razón y los inconformes aceptarán la enseñanza».

  • Salmo Responsorial: 26
    "El Señor es mi luz y mi salvación."

    El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?
    R. El Señor es mi luz y mi salvación.

    Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia.
    R. El Señor es mi luz y mi salvación.

    La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Armate de valor y fortaleza y en el Señor confía.
    R. El Señor es mi luz y mi salvación.

  • Evangelio: Mateo 9, 27-31
    "Quedaron curados dos ciegos que creyeron en Jesús"

    Cuando Jesús salía de Cafarnaún, lo siguieron dos ciegos, que gritaban:
    «¡Hijo de David, compadécete de nosotros!»
    Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó:
    «Creen que puedo hacerlo?»
    Ellos le contestaron:
    «Sí, Señor».
    Entonces les tocó los ojos, diciendo:
    «Que se haga en ustedes conforme a su fe».
    Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente:
    «Que nadie lo sepa».
    Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Evangelio 2 de Diciembre de 2010

  • Primera Lectura: Isaías 26, 1-6
    "El pueblo justo se mantiene fiel al Señor"

    Aquel día se cantará este canto en el país de Judá:
    «Tenemos una ciudad fuerte; ha puesto el Señor para salvarla murallas y baluartes: Abran las puertas para que entre el pueblo justo, el que se mantiene fiel; su ánimo está firme para conservar la paz, porque confía en ti. Confíen siempre en el Señor, porque el Señor es la roca perpetua: doblegó a los que habitaban en la altura; derribó a la ciudad encumbrada, la derribó hasta el suelo, la arrojó en el polvo , y la pisan los pies, los pies de los humildes, las pisadas de los pobres».

  • Salmo Responsorial: 117
    "Bendito el que viene en nombre del Señor."

    Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza.
    R. Bendito el que viene en nombre del Señor.

    Abranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios. Esta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que le viven fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación.
    R. Bendito el que viene en nombre del Señor.

    Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine.
    R. Bendito el que viene en nombre del Señor.

  • Evangelio: Mateo 7, 21.24-27
    "El que cumple la voluntad de mi Padre entrará en el Reino de los cielos"

    En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
    «No todo el que me dice “¡Señor, Señor!” entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
    El que escucha mis palabras y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, bajaron las crecientes, soplaron los vientos y arremetieron contra la casa; pero no se cayó, porque estaba cimentada sobre roca.
    El que escucha mis palabras y no las pone en práctica, se parece a un hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, bajaron las crecientes, soplaron los vientos y chocaron contra la casa; y la arrasaron completamente».

Evangelio 1 de Diciembre de 2010

  • Primera Lectura: Isaías 25, 6-9
    "Invita el Señor a su banquete y enjuga las lágrimas de todos los rostros"

    En aquel día, el Señor todopoderoso preparará en este monte para todos los pueblos un banquete de exquisitos alimentos, un banquete de buenos vinos, sabrosos alimentos, vinos deliciosos. Y en este monte destruirá el velo que cubre a todos los pueblos, el lienzo que tapa a todas las naciones.
    Destruirá la muerte para siempre, secará las lágrimas de todos los rostros, y borrará de la tierra la deshonra de su pueblo –lo ha dicho el Señor–. Aquel día dirán:
    «Este es nuestro Dios, de quien esperábamos la salvación, éste es el Señor en quién confiábamos; alegrémonos y hagamos fiesta pues él nos ha salvado».

  • Salmo Responsorial: 22
    "Habitaré en la casa del Señor toda la vida."

    El Señor es mi pastor, nada me falta. En prados de hierba fresca me hace descansar; me conduce junto a aguas tranquilas y renueva mis fuerzas.
    R. Habitaré en la casa del Señor toda la vida.

    Me guía por la senda del bien, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por un valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú estas conmigo; tu vara y tu bastón me dan seguridad.
    R. Habitaré en la casa del Señor toda la vida.

    Me preparas un banquete para envidia de mis adversarios, perfumas con ungüento mi cabeza y mi copa está llena.
    R. Habitaré en la casa del Señor toda la vida.

    Tu amor y tu bondad me acompañan todos los días de mi vida; y habitaré por siempre en la casa del Señor.
    R. Habitaré en la casa del Señor toda la vida.

  • Evangelio: Mateo 15, 29-37
    "Jesús sana a muchos enfermos y multiplica los panes"

    En aquel tiempo, llegó Jesús a la orilla del lago de Galilea; subió a la montaña y se sentó allí. Se le acercó mucha gente trayendo tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y otros muchos enfermos; los pusieron a sus pies y Jesús los curó.
    La gente se maravillaba al ver que los lisiados quedaban curados, los ciegos veían, los mudos hablaban y los tullidos caminaban; y se pusieron a alabar al Dios de Israel.
    Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
    «Siento lástima de esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen nada para comer. No quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen por el camino».
    Los discípulos le dijeron:
    «¿Dónde vamos a conseguir pan en este lugar despoblado para dar de comer a tanta gente?»
    Jesús les preguntó:
    «¿Cuántos panes tienen?»
    Ellos contestaron:
    «Siete, y unos pocos pescados».
    Entonces Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces,
    dio gracias, los partió y se los iba dando a los discípulos y éstos a la gente.
    Todos comieron hasta hartarse, y con lo que sobró llenaron siete canastos.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Evangelio 30 de Noviembre de 2010

  • Primera Lectura: Romanos 10,9-18
    "La fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo"

    Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación.

    Dice la Escritura: "Nadie que cree en él quedará defraudado." Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues "todo el que invoca el nombre del Señor se salvará". Ahora bien, ¿cómo van a invocarlo si no creen en él?; ¿cómo van a creer, si no oyen hablar de él?; y ¿cómo van a oír sin alguien que proclame?; y ¿cómo van a proclamar si no los envían? Lo dice la Escritura: "¡Qué hermosos los pies de los que anuncian el Evangelio!"

    Pero no todos han prestado oído al Evangelio; como dice Isaías: "Señor, ¿quién ha dado fe a nuestro mensaje?" Así, pues, la fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo. Pero yo pregunto: "¿Es que no lo han oído?" Todo lo contrario: "A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje."

  • Salmo Responsorial: 18
    "A toda la tierra alcanza su pregón."

    El cielo proclama la gloria de Dios, / el firmamento pregona la obra de sus manos: / el día al día le pasa su mensaje, / la noche a la noche se lo susurra. R.

    Sin que hablen, sin que pronuncien, / sin que resuene su voz, / a toda la tierra alcanza su pregón / y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.

  • Evangelio: Mateo 4,18-22
    "Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron"

    En aquel tiempo, pasando Jesús ante el lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: "Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres." Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Benedicto XVI: “el hombre está vivo cuando espera”

Hoy durante el rezo del Ángelus

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 28 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación las palabras que el Papa Benedicto XVI pronunció hoy domingo a mediodía, al introducir el rezo del Ángelus con los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.

¡Queridos hermanos y hermanas!

Hoy, primer domingo de Adviento, la Iglesia inicia un nuevo Año Litúrgico, un nuevo camino de fe que, por una parte, hace memoria del acontecimiento de Jesucristo, y por otra, se abre a su cumplimiento final. Es precisamente desde esta doble perspectiva de donde vive el Tiempo de Adviento, mirando tanto a la primera venida del Hijo de Dios, cuando nació de la Virgen María, como a su vuelta gloriosa, cuando vendrá a “juzgar a vivos y muertos”, como decimos en el Credo. Sobre este sugestivo tema de la “espera” quisiera ahora detenerme brevemente, porque se trata de un aspecto profundamente humano, en el que la fe se convierte, por así decirlo, en un todo con nuestra carne y nuestro corazón.

La espera, el esperar es una dimensión que atraviesa toda nuestra existencia personal, familiar y social. La espera está presente en mil situaciones, desde las más pequeñas y banales hasta las más importantes, que nos implican totalmente y en lo profundo. Pensemos, entre estas, en la espera de un hijo por parte de dos esposos; a la de un pariente o de un amigo que viene a visitarnos de lejos; pensemos, para un joven, en la espera del éxito en un examen decisivo, o de una entrevista de trabajo; en las relaciones afectivas, en la espera del encuentro con la persona amada, de la respuesta a una carta, o de la acogida de un perdón... Se podría decir que el hombre está vivo mientras espera, mientras en su corazón está viva la esperanza. Y al hombre se le reconoce por sus esperas: nuestra “estatura” moral y espiritual se puede medir por lo que esperamos, por aquello en lo que esperamos.

Cada uno de nosotros, por tanto, especialmente en este Tiempo que nos prepara a la Navidad, puede preguntarse: yo, ¿qué espero? ¿A qué, en este momento de mi vida, está dirigido mi corazón? Y esta misma pregunta se puede plantear a nivel de familia, de comunidad, de nación. ¿Qué es lo que esperamos, juntos? ¿Qué une nuestras aspiraciones, qué las acomuna? En el tiempo precedente al nacimiento de Jesús, era fortísima en Israel la espera del Mesías, es decir, de un Consagrado, descendiente del rey David, que habría finalmente liberado al pueblo de toda esclavitud moral y política e instaurado el Reino de Dios. Pero nadie habría nunca imaginado que el Mesías pudiese nacer de una joven humilde como era María, prometida del justo José. Ni siquiera ella lo habría esperado nunca, pero en su corazón la espera del Salvador era tan grande, su fe y su esperanza eran tan ardientes, que Él pudo encontrar en ella una madre digna. Del resto, Dios mismo la había preparado, antes de los siglos. Hay una misteriosa correspondencia entre la espera de Dios y la de María, la criatura “llena de gracia”, totalmente transparente al designio de amor del Altísimo. Aprendamos de Ella, Mujer del Adviento, a gestionar los gestos cotidianos con un espíritu nuevo, con el sentimiento de una espera profunda, que solo la venida de Dios puede colmar.

[Después del rezo del Ángelus, el Papa dijo en español]

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana, así como a quienes se unen a ella a través de la radio y la televisión. Al iniciar el santo tiempo de Adviento, invito a todos a intensificar la oración y la meditación de la Palabra de Dios, para que se avive el deseo de salir al encuentro de Cristo, cuya primera venida recordamos con gozo, mientras nos preparamos a su segunda venida, al final de los tiempos, con atenta vigilancia y ardiente caridad. Que a ello nos ayude la amorosa protección de María Santísima, Virgen y Madre. Feliz Domingo.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

Evangelio 29 de Noviembre de 2010

  • Primera Lectura: Isaías 2,1-5
    "El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del reino de Dios"

    Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor, en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: "Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor."

    Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor.

  • Salmo Responsorial: 121
    "Vamos alegres a la casa del Señor."

    ¡Qué alegría cuando me dijeron: / "Vamos a la casa del Señor"! / Ya están pisando nuestros pies / tus umbrales, Jerusalén. R.

    Allá suben las tribus, / las tribus del Señor, / según la costumbre de Israel, / a celebrar el nombre del Señor; / en ella están los tribunales de justicia, / en el palacio de David. R.

    Desead la paz a Jerusalén: / "Vivan seguros los que te aman, / haya paz dentro de tus muros, / seguridad en tus palacios." R.

    Por mis hermanos y compañeros, / voy a decir: "La paz contigo." / Por la casa del Señor, nuestro Dios, / te deseo todo bien. R.

  • Evangelio: Mateo 8,5-11
    "Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos"

    En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: "Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho." Jesús le contestó: "Voy yo a curarlo." Pero el centurión le replicó: "Señor, no soy quien para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace."

    Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: "Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos."

Los cristianos afrontan la extinción sistemática en Irak

Un portal revela gráficamente la dramática vida en Bagdad

MADRID, domingo 28 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Un portal con enlaces a sitios cristianos asirio-caldeo-siriacos --en lengua árabe y versión en inglés--, aloja a más de cien sitios cristianos en diversas partes del mundo. El portal Ankawa.com revela gráficamente el martirio continuado de las comunidades cristianas en la capital iraquí, Bagdad.

En un reportaje gráfico remitido a ZENIT por Alberto López Espinosa, se pueden ver fotografías del funeral por los dos jóvenes sacerdotes católicos martirizados en Bagdad. También de otros ‘mártires’, como los denomina el portal.

“Murieron por seguir a Jesucristo y nada más, junto a 50 feligreses, entre ellos, niños, jóvenes y ancianos --dice el texto--. La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos, nos encomendamos a ellos pidiendo el don de la fidelidad y la fortaleza”.

Los dos sacerdotes --Wassim Sabih (Waseem Sabeeh Al-kas Butros) de 27 años, y Thaer (Thaer Saad-alla Abdal), de 32 años- fueron asesinados en el atentado contra la catedral sirocatólica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, mientras se celebraba la eucaristía. El padre Rafael Alkotaily fue herido y está siendo sometido a una serie de operaciones en el hospital Ibn Al-Nafis de Bagdad.

Más de sesenta y tres personas fueron asesinadas, y otras ciento veinte heridas. Centenares de personas que dependían de ellos se han quedado sin ayuda.

En los últimos siete años, los cristianos iraquíes han sido objetivo de oleadas de atentados terroristas a sus iglesias, monasterios, casas, negocios y personas. Un obispo y varios sacerdotes fueron asesinados e incluso sacrificados a sangre fría.

En menos de una semana, después del atentado a la catedral sirocatólica situada en el centro de Bagdad, según Ankawa, Al-Qaeda ha amenazado con otros atentados similares contra cristianos.

El grupo afiliado a Al-Qaeda Estado Islámico de Irak advirtió que sus atentados están legitimados y que ha llegado la hora de que los iraquíes cristianos afronten las puertas de la destrucción.

La advertencia terrorista fue publicada en sitios web militantes en los que anunciaba que su grupo extirparía y dispersaría a los cristianos de Irak. “Todos los centros cristianos, organizaciones e instituciones, líderes y seguidores, son objetivos legítimos para los muyaidines, donde quiera que los encuentren”, afirmaba la declaración.

Para saber más: http://www.ankawa.com/

Evangelio 28 de Noviembre de 2010

  • Primera Lectura: Isaías 2,1-5
    "El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios"

    Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: "Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor." Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor.

  • Salmo Responsorial: 121
    "Vamos alegres a la casa del Señor."

    Qué alegría cuando me dijeron: / "Vamos a la casa del Señor"! / Ya están pisando nuestros pies / tus umbrales, Jerusalén. R.

    Allá suben las tribus, / las tribus del Señor / según la costumbre de Israel, / a celebrar el nombre Señor; / en ella están los tribunales de justicia, / en el palacio de David. R.

    Desead la paz a Jerusalén: / "Vivan seguros los que te aman, / haya paz dentro de tus muros, / seguridad en tus palacios". R.

    Por mis hermanos y compañeros, / voy a decir: "La paz contigo". / Por la casa del Señor, nuestro Dios, / te deseo todo bien. R.

  • Segunda Lectura: Romanos 13,11-14
    "Nuestra salvación está cerca"

    Hermanos: Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo.

  • Evangelio: Mateo 24,37-44
    "Estad en vela para estar preparados"

    En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por lo tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.

Evangelio 27 de Noviembre de 2010

  • Primera Lectura: Apocalípsis 22, 1-7
    "Ya no habrá más noche, porque el Señor irradiará luz sobre ellos"

    El ángel del Señor me mostró a mí, Juan, el río de agua viva, luciente como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. A mitad de la calle de la ciudad, a ambos lados del río, crecía un árbol de la vida; da doce cosechas, una cada mes del año, y las hojas del árbol sirven de medicina a las naciones. Allí no habrá ya nada maldito. En la ciudad estarán el trono de Dios y el del Cordero, y sus siervos le prestarán servicio, lo verán cara a cara y llevarán su nombre en la frente. Ya no habrá más noche, ni necesitarán luz de lámpara o del sol, porque el Señor Dios irradiará luz sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.

    Me dijo: "Estas palabras son ciertas y verdaderas. El Señor Dios, que inspira a los profetas, ha enviado su ángel para que mostrase a sus siervos lo que tiene que pasar muy pronto. Mira que estoy para llegar. Dichoso quien hace caso del mensaje profético contenido en este libro."

  • Salmo Responsorial: 94
    "Marana tha! Ven, Señor Jesús."

    Venid, aclamemos al Señor, / demos vítores a la Roca que nos salva; / entremos a su presencia dándole gracias, / aclamándolo con cantos. R.

    Porque el Señor es un Dios grande, / soberano de todos los dioses: / tiene en su mano las simas de la tierra, / son suyas las cumbres de los montes; / suyo es el mar, porque él lo hizo, / la tierra firme que modelaron sus manos. R.

    Entrad, postrémonos por tierra, / bendiciendo al Señor, creador nuestro. / Porque él es nuestro Dios, / y nosotros su pueblo, / el rebaño que él guía. R.

  • Evangelio: Lucas 21, 34-36
    "Estad siempre despiertos, para escapar de todo lo que está por venir"

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.

    Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escaparde todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre."