viernes, 7 de abril de 2023

lecturas 7 de Abril de 2023


  • Primera Lectura
  • Isaías 52:13--53:12
  • 52 13
  • He aquí que prosperará mi Siervo, será enaltecido, levantado y ensalzado sobremanera.
  • 14
  • Así como se asombraron de él muchos - pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía hombre, ni su apariencia era humana -
  • 15
  • otro tanto se admirarán muchas naciones; ante él cerrarán los reyes la boca, pues lo que nunca se les contó verán, y lo que nunca oyeron reconocerán.
  • 53 1
  • ¿Quién dio crédito a nuestra noticia? Y el brazo de Yahveh ¿a quién se le reveló?
  • 2
  • Creció como un retoño delante de él, como raíz de tierra árida. No tenía apariencia ni presencia; (le vimos) y no tenía aspecto que pudiésemos estimar.
  • 3
  • Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos en cuenta.
  • 4
  • ¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado.
  • 5
  • El ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. El soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados.
  • 6
  • Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y Yahveh descargó sobre él la culpa de todos nosotros.
  • 7
  • Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la boca.
  • 8
  • Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de sus contemporáneos, ¿quién se preocupa? Fue arrancado de la tierra de los vivos; por las rebeldías de su pueblo ha sido herido;
  • 9
  • y se puso su sepultura entre los malvados y con los ricos su tumba, por más que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca.
  • 10
  • Mas plugo a Yahveh quebrantarle con dolencias. Si se da a sí mismo en expiación, verá descendencia, alargará sus días, y lo que plazca a Yahveh se cumplirá por su mano.
  • 11
  • Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará. Por su conocimiento justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará.
  • 12
  • Por eso le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebledes.
  • Salmo Responsorial
  • Salmo 31:2, 6, 12-13, 15-17, 25
  • 2
  • En ti, Yahveh, me cobijo, ¡oh, no sea confundido jamás! ¡Recóbrame por tu justicia, líbrame,
  • 6
  • en tus manos mi espíritu encomiendo, tú, Yahveh, me rescatas. Dios de verdad,
  • 12
  • De todos mis opresores me he hecho el oprobio; asco soy de mis vecinos, espanto de mis familiares. Los que me ven en la calle huyen lejos de mí;
  • 13
  • dejado estoy de la memoria como un muerto, como un objeto de desecho.
  • 15
  • Mas yo confío en ti, Yahveh, me digo: «¡Tú eres mi Dios!»
  • 16
  • Está en tus manos mi destino, líbrame de las manos de mis enemigos y perseguidores;
  • 17
  • haz que alumbre a tu siervo tu semblante, ¡sálvame, por tu amor!
  • 25
  • ¡Valor, que vuestro corazón se afirme, vosotros todos que esperáis en Yahveh!
  • Segunda Lectura
  • Hebreos 4:14-16; 5:7-9
  • 4 14
  • Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos - Jesús, el Hijo de Dios - mantengamos firmes la fe que profesamos.
  • 15
  • Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado.
  • 16
  • Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna.
  • 5 7
  • El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente,
  • 8
  • y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia;
  • 9
  • y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen,
  • Evangelio
  • Juan 18:1--19:42
  • 18 1
  • Dicho esto, pasó Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, en el que entraron él y sus discípulos.
  • 2
  • Pero también Judas, el que le entregaba, conocía el sitio, porque Jesús se había reunido allí muchas veces con sus discípulos.
  • 3
  • Judas, pues, llega allí con la cohorte y los guardias enviados por los sumos sacerdotes y fariseos, con linternas, antorchas y armas.
  • 4
  • Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelanta y les pregunta: «¿A quién buscáis?»
  • 5
  • Le contestaron: «A Jesús el Nazareno.» Díceles: «Yo soy.» Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos.
  • 6
  • Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra.
  • 7
  • Les preguntó de nuevo: «¿A quién buscáis?» Le contestaron: «A Jesús el Nazareno».
  • 8
  • Respondió Jesús: «Ya os he dicho que yo soy; así que si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos.»
  • 9
  • Así se cumpliría lo que había dicho: «De los que me has dado, no he perdido a ninguno.»
  • 10
  • Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco.
  • 11
  • Jesús dijo a Pedro: «Vuelve la espada a la vaina. La copa que me ha dado el Padre, ¿no la voy a beber?»
  • 12
  • Entonces la cohorte, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, le ataron
  • 13
  • y le llevaron primero a casa de Anás, pues era suero de Caifás, el Sumo Sacerdote de aquel año.
  • 14
  • Caifás era el que aconsejó a los judíos que convenía que muriera un solo hombre por el pueblo.
  • 15
  • Seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Este discípulo era conocido del Sumo Sacerdote y entró con Jesús en el atrio del Sumo Sacerdote,
  • 16
  • mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Entonces salió el otro discípulo, el conocido del Sumo Sacerdote, habló a la portera e hizo pasar a Pedro.
  • 17
  • La muchacha portera dice a Pedro: «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?» Dice él: «No lo soy.»
  • 18
  • Los siervos y los guardias tenían unas brasas encendidas porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos calentándose.
  • 19
  • El Sumo Sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina.
  • 20
  • Jesús le respondió: «He hablado abiertamente ante todo el mundo; he enseñado siempre en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he hablado nada a ocultas.
  • 21
  • ¿Por qué me preguntas? Pregunta a los que me han oído lo que les he hablado; ellos saben lo que he dicho.»
  • 22
  • Apenas dijo esto, uno de los guardias que allí estaba, dio una bofetada a Jesús, diciendo: «¿Así contestas al Sumo Sacerdote?»
  • 23
  • Jesús le respondió: «Si he hablado mal, declara lo que está mal; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?»
  • 24
  • Anás entonces le envió atado al Sumo Sacerdote Caifás.
  • 25
  • Estaba allí Simón Pedro calentándose y le dijeron: «¿No eres tú también de sus discípulos?» El lo negó diciendo: «No lo soy.»
  • 26
  • Uno de los siervos del Sumo Sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dice: «¿No te vi yo en el huerto con él?»
  • 27
  • Pedró volvió a negar, y al instante cantó un gallo.
  • 28
  • De la casa de Caifás llevan a Jesús al pretorio. Era de madrugada. Ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y poder así comer la Pascua.
  • 29
  • Salió entonces Pilato fuera donde ellos y dijo: «¿Qué acusación traéis contra este hombre?»
  • 30
  • Ellos le respondieron: «Si éste no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado.»
  • 31
  • Pilato replicó: «Tomadle vosotros y juzgadle según vuestra Ley.» Los judíos replicaron: «Nosotros no podemos dar muerte a nadie.»
  • 32
  • Así se cumpliría lo que había dicho Jesús cuando indicó de qué muerte iba a morir.
  • 33
  • Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: «¿Eres tú el Rey de los judíos?»
  • 34
  • Respondió Jesús: «¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?»
  • 35
  • Pilato respondió: «¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?»
  • 36
  • Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí.»
  • 37
  • Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?» Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para est he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.»
  • 38
  • Le dice Pilato: «¿Qué es la verdad?» Y, dicho esto, volvió a salir donde los judíos y les dijo: «Yo no encuentro ningún delito en él.
  • 39
  • Pero es costumbre entre vosotros que os ponga en libertad a uno por la Pascua. ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos?»
  • 40
  • Ellos volvieron a gritar diciendo: «¡A ése, no; a Barrabás!» Barrabás era un salteador.
  • 19 1
  • Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle.
  • 2
  • Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de púrpura;
  • 3
  • y, acercándose a él, le decían: «Salve, Rey de los judíos.» Y le daban bofetadas.
  • 4
  • Volvió a salir Pilato y les dijo: «Mirad, os lo traigo fuera para que sepáis que no encuentro ningún delito en él.»
  • 5
  • Salió entonces Jesús fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Díceles Pilato: «Aquí tenéis al hombre.»
  • 6
  • Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron: «¡Crucifícalo, crucifícalo!» Les dice Pilato: «Tomadlo vosotros y crucificadle, porque yo ningún delito encuentro en él.»
  • 7
  • Los judíos le replicaron: «Nosotros tenemos una Ley y según esa Ley debe morir, porque se tiene por Hijo de Dios.»
  • 8
  • Cuando oyó Pilato estas palabras, se atemorizó aún más.
  • 9
  • Volvió a entrar en el pretorio y dijo a Jesús: «¿De dónde eres tú?» Pero Jesús no le dio respuesta.
  • 10
  • Dícele Pilato: «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo poder para soltarte y poder para crucificarte?»
  • 11
  • Respondió Jesús: «No tendrías contra mí ningún poder, si no se te hubiera dado de arriba; por eso, el que me ha entregado a ti tiene mayor pecado.»
  • 12
  • Desde entonces Pilato trataba de librarle. Pero los judíos gritaron: «Si sueltas a ése, no eres amigo del César; todo el que se hace rey se enfrenta al César.»
  • 13
  • Al oír Pilato estas palabras, hizo salir a Jesús y se sentó en el tribunal, en el lugar llamado Enlosado, en hebreo Gabbatá.
  • 14
  • Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia la hora sexta. Dice Pilato a los judíos: «Aquí tenéis a vuestro Rey.»
  • 15
  • Ellos gritaron: «¡Fuera, fuera! ¡Crucifícale!» Les dice Pilato: «¿A vuestro Rey voy a crucificar?» Replicaron los sumos sacerdotes: «No tenemos más rey que el César.»
  • 16
  • Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús,
  • 17
  • y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota,
  • 18
  • y allí le crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.
  • 19
  • Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito era: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos.»
  • 20
  • Esta inscripción la leyeron muchos judíos, porque el lugar donde había sido crucificado Jesús estaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en hebreo, latín y griego.
  • 21
  • Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: "El Rey de los judíos", sino: "Este ha dicho: Yo soy Rey de los judíos".»
  • 22
  • Pilato respondió: «Lo que he escrito, lo he escrito.»
  • 23
  • Los soldados, después que crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, con los que hicieron cuatro lotes, un lote para cada soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo.
  • 24
  • Por eso se dijeron: «No la rompamos; sino echemos a suertes a ver a quién le toca.» Para que se cumpliera la Escritura: Se han repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica. Y esto es lo que hicieron los soldados.
  • 25
  • Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena.
  • 26
  • Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
  • 27
  • Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.
  • 28
  • Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dice: «Tengo sed.»
  • 29
  • Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca.
  • 30
  • Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu.
  • 31
  • Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado - porque aquel sábado era muy solemne - rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran.
  • 32
  • Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él.
  • 33
  • Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas,
  • 34
  • sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.
  • 35
  • El que lo vio lo atestigua y su testimonio es válido, y él sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis.
  • 36
  • Y todo esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No se le quebrará hueso alguno.
  • 37
  • Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
  • 38
  • Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo.
  • 39
  • Fue también Nicodemo - aquel que anteriormente había ido a verle de noche - con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras.
  • 40
  • Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar.
  • 41
  • En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado.
  • 42
  • Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.

jueves, 6 de abril de 2023

Lecturas 6 de Abril de 2023



  • Éxodo 12:1-8, 11-14

    1Dijo Yahveh a Moisés y Aarón en el país de Egipto:2«Este mes será para vosatros el comienzo de los meses; será el primero de los meses del año.3Hablad a toda la comunidad de Israel y decid: El día diez de este mes tomará cada uno para sí una res de ganado menor por familia, una res de ganado menor por casa.4Y si la familia fuese demasiado reducida para una res de ganado menor, traerá al vecino más cercano a su casa, según el número de personas y conforme a lo que cada cual pueda comer.5El animal será sin defecto, macho, de un año. Lo escogeréis entre los corderos o los cabritos.6Lo guardaréis hasta el día catorce de este mes; y toda la asamblea de la comunidad de los israelitas lo inmolará entre dos luces.7Luego tomarán la sangre y untarán las dos jambas y el dintel de las casas donde lo coman.8En aquella misma noche comerán la carne. La comerán asada al fuego, con ázimos y con hierbas amargas.11Así lo habéis de comer: ceñidas vuestras cinturas, calzados vuestros pies, y el bastón en vuestra mano; y lo comeréis de prisa. Es Pascua de Yahveh.12Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, Yahveh.13La sangre será vuestra señal en las casas donde moráis. Cuando yo vea la sangre pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora cuando yo hiera el país de Egipto.14Este será un día memorable para vosotros, y lo celebraréis como fiesta en honor de Yahveh de generación en generación. Decretaréis que sea fiesta para siempre».

  • Salmo Responsorial

    Salmo 116:12-13, 15-18

    12¿Cómo a Yahveh podré pagar todo el bien que me ha hecho?13La copa de salvación levantaré, e invocaré el nombre de Yahveh.15Mucho cuesta a los ojos de Yahveh la muerte de los que le aman.16¡Ah, Yahveh, yo soy tu siervo, tu siervo, el hijo de tu esclava, tú has soltado mis cadenas!17Sacrificio te ofreceré de acción de gracias, e invocaré el nombre de Yahveh.18Cumpliré mis votos a Yahveh, sí, en presencia de todo su pueblo,

  • Segunda Lectura

    I Corintios 11:23-26

    23Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,24y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»25Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bibiereis, hacedlo en recuerdo mío.»26Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.

  • Evangelio

    Juan 13:1-15

    1Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.2Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle,3sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía,4se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó.5Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.6Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?»7Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde.»8Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás.» Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo.»9Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza.»10Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.»11Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios todos.»12Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?13Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy.14Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros.15Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros.

Lecturas 5 de Abril de 2023


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  • Isaías 50:4-9

    4El Señor Yahveh me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora. Mañana tras mañana despierta mi oído, para escuchar como los discípulos;5el Señor Yahveh me ha abierto el oído. Y yo no me resistí, ni me hice atrás.6Ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba. Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos.7Pues que Yahveh habría de ayudarme para que no fuese insultado, por eso puse mi cara como el pedernal, a sabiendas de que no quedaría avergonzado.8Cerca está el que me justifica: ¿quién disputará conmigo? Presentémonos juntos: ¿quién es mi demandante? ¡que se llegue a mí!9He aquí que el Señor Yahveh me ayuda: ¿quién me condenará? Pues todos ellos como un vestido se gastarán, la polilla se los comerá.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 69:8-10, 21-22, 31, 33-34

    8Pues por ti sufro el insulto, y la vergüenza cubre mi semblante;9para mis hermanos soy un extranjero, un desconocido para los hijos de mi madre;10pues me devora el celo de tu casa, y caen sobre mí los insultos de los que te insultan.21El oprobio me ha roto el corazón y desfallezco. Espero compasión, y no la hay, consoladores, y no encuentro ninguno.22Veneno me han dado por comida, en mi sed me han abrevado con vinagre.31El nombre de Dios celebraré en un cántico, le ensalzaré con la acción de gracias;33Lo han visto los humildes y se alegran; ¡viva vuestro corazón, los que buscáis a Dios!34Porque Yahveh escucha a los pobres, no desprecia a sus cautivos.

  • Evangelio

    Mateo 26:14-25

    14Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes,15y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?» Ellos le asignaron treinta monedas de plata.16Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle.17El primer día de los Azimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?»18El les dijo: «Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos."»19Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.20Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce.21Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará.»22Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?»23El respondió: «El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará.24El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!»25Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: «¿Soy yo acaso, Rabbí?» Dícele: «Sí, tú lo has dicho.»

martes, 4 de abril de 2023

Lecturas 4 de Abril de 2023

 

Lecturas del día:

  • Primera Lectura

    Isaías 49:1-6

    1¡Oídme, islas, atended, pueblos lejanos! Yahveh desde el seno materno me llamó; desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre.2Hizo mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me escondió; hízome como saeta aguda, en su carcaj me guardó.3Me dijo: «Tú eres mi siervo (Israel), en quien me gloriaré.»4Pues yo decía: «Por poco me he fatigado, en vano e inútilmente mi vigor he gastado. ¿De veras que Yahveh se ocupa de mi causa, y mi Dios de mi trabajo?»5Ahora, pues, dice Yahveh, el que me plasmó desde el seno materno para siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que Israel se le una. Mas yo era glorificado a los ojos de Yahveh, mi Dios era mi fuerza.6«Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob, y de hacer volver los preservados de Israel. Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.»

  • Salmo Responsorial

    Salmo 71:1-6, 15, 17

    1A ti, Yahveh, me acojo, ¡no sea confundido jamás!2¡Por tu justicia sálvame, libérame! tiende hacia mí tu oído y sálvame!3¡Sé para mí una roca de refugio, alcázar fuerte que me salve, pues mi roca eres tú y mi fortaleza.4¡Dios mío, líbrame de la mano del impío, de las garras del perverso y del violento!5Pues tú eres mi esperanza, Señor, Yahveh, mi confianza desde mi juventud.6En ti tengo mi apoyo desde el seno, tú mi porción desde las entrañas de mi madre; ¡en ti sin cesar mi alabanza!15publicará mi boca tu justicia, todo el día tu salvación.17¡Oh Dios, desde mi juventud me has instruido, y yo he anunciado hasta hoy tus maravillas!

  • Evangelio

    Juan 13:21-33, 36-38

    21Cuando dijo estas palabras, Jesús se turbó en su interior y declaró: «En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará.»22Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba.23Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús.24Simón Pedro le hace una seña y le dice: «Pregúntale de quién está hablando.»25El, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: «Señor, ¿quién es?»26Le responde Jesús: «Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar.» Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote.27Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto.»28Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía.29Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres.30En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche.31Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él.32Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto.»33«Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros.36Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?» Jesús le respondió: «Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde.»37Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti.»38Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces.»