Joseph Maraachli tiene 13 meses de edad y este lunes 28 de febrero podría enfrentar una muerte violenta si los médicos acatan la orden judicial. Sus padres han pedido a los médicos que practiquen una traqueotomía al bebé para llevárselo a casa y darle la oportunidad de luchar por su vida en lugar de que muera por asfixia.
Ante la negativa de los médicos, los Maraachli buscan que un hospital en Estados Unidos reciba a su hijo para intentar una recuperación milagrosa.
Para Suzanne Vitadamo, vocera de la Terri Schiavo Life and Hope Network, es inaceptable que las autoridades canadienses "decidan algo que terminará con la vida de Joseph y se nieguen a aceptar los deseos de sus padres".
"Todo paciente, sin importar sue dad, tiene el derecho de recibir atención médica adecuada y digna. Es alarmante que una vez más el gobierno usurpe los derechos que Dios concede a los padres para que amen y cuiden de su hijo en casa, especialmente cuando agoniza".
Vitadamo agregó que "ningún hospital tiene el derecho de acabar con la vida de un niño. Es derecho de los padres llevárselo a casa y cuidar de él si así lo desean. ¿Cómo es que los padres pueden perder su opción en un tema tan delicado?"
Esta red fue creada para proteger los derechos de personas con discapacidades cognitivas por los familiares de Terri Schiavo, una joven mujer de Florida que murió el 31 de marzo de 2005, unos 14 días después que por una orden judicial los médicos le retiraran los tubos que la alimentaban e hidrataban contra el deseo de sus padres que deseaban atenderla en casa.
Al mismo tiempo, Patrick J. Mahoney, director de la Christian Defense Coalition, viajó a Canadá para apoyar a la familia de Joseph, conseguir asistencia legal y un hospital en Estados Unidos que pueda atender al bebé.
"Estamos aquí para ofrecerles todo el apoyo de la comunidad de creyentes de Estados Unidos que está junto a ellos. Es trágico que las cortes y el hospital no permitan que el bebé Joseph pase los que pueden ser sus últimos días en los brazos de su amorosa familia en casa", afirmó.
Mahoney explicó que "es la familia la que debería tomar la decisión final sobre la mejor manera de proceder con este hermoso niño. Las cortes y el hospital han despreciado por complete los deseos de la familia y están atropellando los derechos de los padres".
"Animamos a todos a seguir en continua oración por el bebé Joseph y la familia y para que éste no sea el futuro de la atención sanitaria", agregó.