sábado, 30 de diciembre de 2017

Evangelio 30 de Diciembre de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Juan 2:12-17
    12 Os escribo a vosotros, hijos míos, porque se os han perdonado los pecados por su nombre.
    13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al Maligno.
    14 Os he escrito a vosotros, hijos míos, porque conocéis al Padre, Os he escrito, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os he escrito, jóvenes, porque sois fuertes y la Palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al Maligno.
    15 No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
    16 Puesto que todo lo que hay en el mundo - la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la jactancia de las riquezas - no viene del Padre, sino del mundo.
    17 El mundo y sus concupiscencias pasan; pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre.
  • Salmo responsorial

    Salmo 96:7-10
    7 Rendid a Yahveh, familias de los pueblos, rendid a Yahveh gloria y poder,
    8 rendid a Yahveh la gloria de su nombre. Traed ofrendas y en sus atrios entrad,
    9 postraos ante Yahveh en esplendor sagrado, ¡tiemble ante su faz la tierra entera!
    10 Decid entre las gentes: «¡Yahveh es rey!» El orbe está seguro, no vacila; él gobierna a los pueblos rectamente.
  • Evangelio

    Lucas 2:36-40
    36 Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido,
    37 y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones.
    38 Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
    39 Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
    40 El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él.

Evangelio meditado

El encuentro de Ana con el niño Jesús
Santo Evangelio según San Lucas 2, 36-40. Día Sexto de la Octava de Navidad.


Por: H. Rogelio Suárez, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, aumenta mi fe, para creer con sentimientos vivísimos, que Tú te has quedado realmente en el sacramento de la eucaristía para saberme amado por Ti, y que en este preciso momento estás aquí conmigo, me estás acompañando, estás a mi lado y quieres compartir este momento de oración junto a mí. Señor, aumenta mi esperanza para saberme acompañado por tu gran misericordia y que, algún día, yo llegaré a ese cielo que Tú me prometiste; pero ayúdame a esperar con fidelidad, pues Tú sabes de qué estoy hecho y sabes que te puedo fallar, mas dame la fuerza necesaria para no hacerlo. Señor, aumenta mi caridad, primero para amarte a Ti por encima de todo, de mis vanidades, de mi orgullo, de mi propio amor; y a mi prójimo que pueda y aprenda amarlo en Ti, con un amor puro, desinteresado, que pueda buscarle no por lo que me pueda dar, sino por lo que es, tu hijo y mi hermano, sabiendo que juntos estamos llamados a ser santos y llegar a la patria celestial.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según Lucas 2, 36-40
En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. (Cuando José y María entraban en el templo para la presentación del niño). Ana se acercó, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Una vez que José y María cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia del Dios estaba con él.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio


Parece que Ana tenía muy claro lo primordial, lo que es esencial y a lo que estamos llamados todos nosotros:"Servir a Dios nuestro Señor". Ella, después de haber quedado viuda, después de entregar su único amor terrenal (marido), quiere buscar a Aquél que da la verdadera felicidad en esta tierra, y en la eternidad, de una manera inexplicable. Y yo, ¿qué estoy dispuesto a dejar para entregarle mi felicidad a Jesús para que pueda transformarla en felicidad verdadera? Cristo conoce muy bien toda mi entrega, todos mis pequeños sacrificios, mis molestias, mis dolores, puesto que mi dolor es también el dolor de Cristo. De ahí que Ana experimenta gran alegría al ver al niño Jesús, al tenerle en los brazos, al contemplar su rostro, al saber que para Cristo no es indiferente, como me pasa a mí cuando pongo mis oraciones y mis sacrificios en sus manos.
"Crecer en el Nazaret de mi hogar de la mano del niño Jesús". Lo único que sé de la infancia y juventud de Jesús por medio del Evangelio es que, "regresó a Nazaret"(Lc 2, 39) y que "el niño crecía en gracia y sabiduría delante de Dios y de los hombres" (Lc 2, 40). No debo tener miedo de traer a este Niño a mi hogar, a ir creciendo de la mano del Niño Jesús, de María santísima y san José; que ellos sean las columnas fundamentales en mi hogar para ir creciendo en gracia y santidad delante de Dios. Basta contemplar cómo hablaban, cómo rezaban, cómo era el trato que tenía entre ellos y preguntarme, ¿cómo estoy creciendo en mi hogar?
Pondré todas las intenciones en manos de María Santísima, para que ella las presente a su Hijo y me conceda las gracias que tanto necesito.
Cuando las familias tienen hijos, los forman en la fe y en sanos valores, y les enseñan a colaborar en la sociedad, se convierten en una bendición para nuestro mundo. La familia puede ser bendición para el mundo. El amor de Dios se hace presente y operante a través de nuestro amor y de las buenas obras que hacemos. Extendemos el reino de Cristo en este mundo. Y al hacer esto, somos fieles a la misión profética que hemos recibido en el bautismo. Durante este año, […], os pediría, como familias, que fuerais especialmente conscientes de vuestra llamada a ser discípulos misioneros de Jesus. Esto significa estar dispuestos a salir de vuestras casas y atender a nuestros hermanos y hermanas más necesitados.
(Homilía de S.S. Francisco, 16 de enero de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré una visita al Niño Jesús y le daré la prioridad en mi vida.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

viernes, 29 de diciembre de 2017

Evangelio 29 de Diciembre de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Juan 2:3-11
    3 En esto sabemos que le conocemos: en que guardamos sus mandamientos.
    4 Quien dice: «Yo le conozco» y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él.
    5 Pero quien guarda su Palabra, ciertamente en él el amor de Dios ha llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.
    6 Quien dice que permanece en él, debe vivir como vivió él.
    7 Queridos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo, que tenéis desde el principio. Este mandamiento antiguo es la Palabra que habéis escuchado.
    8 Y sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo - lo cual es verdadero en él y en vosotros - pues las tinieblas pasan y la luz verdadera brilla ya.
    9 Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano, está aún en las tinieblas.
    10 Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.
    11 Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.
  • Salmo responsorial

    Salmo 96:1-3, 5-6
    1 ¡Cantad a Yahveh un canto nuevo, cantad a Yahveh, toda la tierra,
    2 cantad a Yahveh, su nombre bendecid! Anunciad su salvación día tras día,
    3 contad su gloria a las naciones, a todos los pueblos sus maravillas.
    5 Pues nada son todos los dioses de los pueblos. Mas Yahveh los cielos hizo;
    6 gloria y majestad están ante él, poder y fulgor en su santuario.
  • Evangelio

    Lucas 2:22-35
    22 Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor,
    23 como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor
    24 y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones , conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
    25 Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.
    26 Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.
    27 Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él,
    28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
    29 «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;
    30 porque han visto mis ojos tu salvación,
    31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos,
    32 luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»
    33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.
    34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -
    35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»

Evangelio meditado

Llevar a Jesús
Santo Evangelio según San Lucas 2,22-35. Día Quinto de la Octyava de Navidad.


Por: H. César Yali Molina Flores, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Concédeme la gracia, Señor,de encontrarme contigo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según San Lucas 2,22-35
Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo:
"Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos, luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María la madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma".


Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En esta octava de Navidad el Evangelio invita a llevar a Jesús a los demás, para que tengan un encuentro personal con Cristo y pongan sus vidas en las manos de Dios, como lo hizo el anciano Simeón: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz."
¿Llevar a Jesús a los demás? Es válida la pregunta de cómo hacerlo, y la respuesta depende de nosotros, basta que reconozcamosnuestra dignidad de hijos de Dios, nos acerquemos a los sacramentos - como el hijo pródigo que retorna a la casa del Padre -, que vivamos cada día dando lo mejor de nosotros, siendo agradecidos, llevando esperanza y sonrisas a los corazones tristes. Esto es lo que hicieronsan José y la Virgen María, como hijos de Dios, se presentaron en el templo y consagraron al niño Jesús, llevaron esperanza y alegría a Simeón y Ana (Lc 2, 22-40). Llevar a Jesús es tan fácil, que basta recordar las palabras atribuidas a san Francisco de Asís, con quien nace la tradición del pesebre:"predica el Evangelio en todo momento y si es necesario usa las palabras".
El Espíritu Santo, que obra en Simeón, está presente y realiza su acción también en todos los que, como aquel santo anciano, han aceptado a Dios y han creído en sus promesas, en cualquier tiempo.
(S.S Juan Pablo II, Audiencia general, 20 de junio de 1990).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Concédeme, Señor, la gracia de poder dar testimonio de Ti a todas las personas con quien me encuentre.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Me pondré a disposición de quien necesite mi ayuda.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 28 de diciembre de 2017

Evangelio 28 de Diciembre de 2017

Color: Rojo

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Juan 1:5--2:2
    5 Y este es el mensaje que hemos oído de él y que os anunciamos: Dios es Luz, en él no hay tiniebla alguna.
    6 Si decimos que estamos en comunión con él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos la verdad.
    7 Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
    8 Si decimos: «No tenemos pecado», nos engañamos y la verdad no está en nosotros.
    9 Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia.
    10 Si decimos: «No hemos pecado», le hacemos mentiroso y su Palabra no está en nosotros.
    1 Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo.
    2 El es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
  • Salmo responsorial

    Salmo 124:2-5, 7-8
    2 si Yahveh no hubiera estado por nosotros, cuando contra nosotros se alzaron los hombres,
    3 vivos entonces nos habrían tragado en el fuego de su cólera.
    4 Entonces las aguas nos habrían anegado, habría pasado sobre nosotros un torrente,
    5 habrían pasado entonces sobre nuestra alma aguas voraginosas.
    7 Nuestra alma como un pájaro escapó del lazo de los cazadores. El lazo se rompió y nosotros escapamos;
    8 nuestro socorro en el nombre de Yahveh, que hizo el cielo y la tierra.
  • Evangelio

    Mateo 2:13-18
    13 Después que ellos se retiraron, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.»
    14 El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto;
    15 y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
    16 Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos.
    17 Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías:
    18 Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen.

Evangelio meditado

El llanto que no ha sido escuchado
Santo Evangelio según San Mateo 2, 13-18. Festividad de los Santos Inocentes.


Por: H. Jorge Alberto Leaños García, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Vengo ante Ti para hablar con un amigo, con un hermano. Quiero tener un auténtico encuentro al grado de olvidarme de mí y servirte solo a Ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según Mateo 2, 13-18
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió a Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
  1. Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado.
Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quieren que la consuelen, porque ya están muertos.
Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Es extraño ver, entre la alegría de la navidad, el egoísmo y la ira de un hombre cegado por la maldad. Los santos inocentes aparecen, en medio de este ambiente de gozo, para no olvidar el dolor de los hombres cuyos llantos no han sido escuchados.
Podemos formarnos, entre regalos y adornos, entre amistades y comidas, una esfera o una burbuja en donde nos aislamos de todo sufrimiento ajeno. Se trata de un dolor silencioso que puede estar a nuestro lado. ¿Quién hace caso de este sufrimiento en medio de la navidad?
Dios da el ejemplo. Nos acompaña como la luz entre las tinieblas. Por eso se ha encarnado. Se ha puesto a lado de los que sufren y se desesperan, trayendo la esperanza a los que, a lo largo de toda la historia, han llevado el nombre de inocentes.
Aunque no sepamos quién es el inocente que sufre en silencio podemos acompañarlo ¿Cómo hacerlo? Intercedamos ante Dios por los que llevan el nombre de inocentes para que puedan ser Santos inocentes.
¿Dónde está Dios cuando las personas inocentes mueren a causa de la violencia, el terrorismo, las guerras? ¿Dónde está Dios, cuando enfermedades terribles rompen los lazos de la vida y el afecto? ¿O cuando los niños son explotados, humillados, y también sufren graves patologías? ¿Dónde está Dios, ante la inquietud de los que dudan y de los que tienen el alma afligida? Hay preguntas para las cuales no hay respuesta humana. Sólo podemos mirar a Jesús, y preguntarle a él. Y la respuesta de Jesús es esta: "Dios está en ellos", Jesús está en ellos, sufre en ellos, profundamente identificado con cada uno. Él está tan unido a ellos, que forma casi como "un solo cuerpo". Jesús mismo eligió identificarse con estos hermanos y hermanas que sufren por el dolor y la angustia, aceptando recorrer la vía dolorosa que lleva al calvario.
(Homilía de S.S. Francisco, 29 de julio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si creesque es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré un esfuerzo sincero para ayudar a algún inocente.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Evangelio 27 de Diciembre de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Juan 1:1-4
    1 Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida,
    2 - pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna, que estaba vuelta hacia el Padre y que se nos manifestó -
    3 lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo.
    4 Os escribimos esto para que nuestro gozo sea completo.
  • Salmo responsorial

    Salmo 97:1-2, 5-6, 11-12
    1 ¡Reina Yahveh! ¡La tierra exulte, alégrense las islas numerosas!
    2 Nube y Bruma densa en torno a él, Justicia y Derecho, la base de su trono.
    5 Los montes como cera se derriten ante el Dueño de la tierra toda;
    6 los cielos anuncian su justicia, y todos los pueblos ven su gloria.
    11 La luz se alza para el justo, y para los de recto corazón la alegría.
    12 Justos, alegraos en Yahveh, celebrad su memoria sagrada.
  • Evangelio

    Juan 20:1-8
    1 El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro.
    2 Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.»
    3 Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro.
    4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro.
    5 Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró.
    6 Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo,
    7 y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte.
    8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó,

Evangelio meditado

Vio sus signos y creyó
Santo Evangelio según San Juan 20, 2-9. Festividad de San Juan Apóstol.


Por: H. Jesús Salazar Brenes, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Abre los ojos de mi alma, Señor, para poder ver tus signos en mí y prepara mi corazón para un nuevo nacimiento.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 20, 2-9
El primer día después del sábado, María Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El Evangelio que hoy meditamos pareciera estar fuera de lugar, estamos en la celebración de la octava de navidad y la liturgia nos propone un evangelio sobre la resurrección.
Hoy la Iglesia nos pone como ejemplo de santidad a san Juan evangelista. Juan era joven inquieto, que nunca se conformaba, que siempre quería estar lo más cerca posible de su amigo Jesús, pero lo más importante, fue un joven que supo entender muy bien lo que significa nacer de nuevo.
Durante estos últimos tres días hemos estado celebrando nacimientos. En primer lugar, el de nuestro Señor, en segundo lugar, ayer celebrábamos el martirio de san Esteban, que es el nacimiento al cielo del primer hombre que dio la sangre por Cristo, y por último, hoy celebramos el nacimiento en la fe con san Juan.
Juan amaba tanto al Señor, que apenas supo que había resucitado, salió corriendo sin importar que lo apresaran en el camino por ser seguidor de Jesús. Su "nuevo nacimiento" en la fe lo está viviendo en este relato evangélico con la fuerza de la alegría que produce una experiencia real y cercana con Jesús como mejor amigo.
Jesús desea ardientemente que nosotros también tengamos ese nuevo nacimiento en espíritu. Hoy nos invita a que corramos en la fe. A lo mejor cojeamos un poco con una fe cansada y rutinaria, o puede ser que los "músculos" de nuestra fe se encuentren débiles y acalambrados. Para ganar este maratón el mejor entrenamiento es amar y dejarnos tocar por Dios para nacer de nuevo.
Al final de la carrera, según nos cuenta el Evangelio, Juan no vio al Señor al instante, pero vio sus signos y creyó ¿Cuántos signos nos ha dado a nosotros?
¿Cuáles son los criterios para hacer un buen discernimiento de lo que sucede en mi alma?. Juan propone un solo criterio y lo presenta con estas palabras: "Todo espíritu -toda emoción, toda inspiración que siento- que reconoce a Jesucristo venido en la carne, es de Dios; y todo espíritu que no reconoce a Jesús, no es de Dios".
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de enero de 2016, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy intentaré ejercitar mis "músculos" para correr en la fe y hablaré de Jesús con otra persona.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.