sábado, 27 de junio de 2015

Evangelio 27 de Junio de 2015

  • Primera Lectura: Génesis 18,1-15
    "¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte, Sara habrá tenido un hijo"
    ¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte, Sara habrá tenido un hijo
    Enaquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina deMambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, porquehacía calor. Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él. Alverlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda y seprosternó en tierra, diciendo: "Señor, si he alcanzado tu favor, nopases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que oslavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un pedazode pan para que cobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasadojunto a vuestro siervo." Contestaron: "Bien, haz lo que dices."
    Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y ledijo: "Aprisa, tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz unahogaza." El corrió a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dioa un criado para que lo guisase en seguida. Tomó también cuajada,leche, el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba en piebajo el árbol, ellos comieron. Después le dijeron: "¿Dónde está Sara,tu mujer?" Contestó: "Aquí, en la tienda." Añadió uno: "Cuando vuelva ati, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo." Sara looyó, detrás de la entrada de la tienda. Abrahán y Sara eran ancianos,de edad muy avanzada, y Sara ya no tenía sus períodos. Sara se rió porlo bajo, pensando: "Cuando ya estoy seca, ¿voy a tener placer con unmarido tan viejo?" Pero el Señor dijo a Abrahán: "¿Por qué se ha reídoSara, diciendo: "Cómo que voy a tener un hijo, a mis años"? ¿Hay algodifícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte por esta época, dentro deltiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo." Pero Sara, que estabaasustada, lo negó: "No me he reído". Él replicó: "No lo niegues, te hasreído."
  • Interleccional: El Señor se acuerda de la misericordia. 

    Proclama mi alma la grandeza del Señor, 
    se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. R.

    Porque ha mirado la humillación de su esclava.
    Desde ahora mefelicitarán todas las generaciones, 
    porque el Poderoso ha hecho obrasgrandes por mí: 
    su nombre es Santo. R.

    Y su misericordia llega a sus fieles 
    de generación engeneración. 
    A los hambrientos los colma de bienes 
    y a los ricos losdespide vacíos. R.

    Auxilia a Israel, su siervo, 
    acordándose de la misericordia 
    -como lo había prometido a nuestros padres- 
    en favor de Abrahán y sudescendencia por siempre. R.
  • Evangelio: Mateo 8,5-17
    "Vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob"
    En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se leacercó rogándole: "Señor, tengo en casa un criado que está en camaparalítico y sufre mucho." Jesús le contestó: "Voy yo a curarlo." Peroel centurión le replicó: "Señor, no soy quién soy yo para que entresbajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano.Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes;y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Hazesto", y lo hace."
    Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: "Osaseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo quevendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaacy Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los ciudadanos delreino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y elrechinar de dientes." Y al centurión le dijo: "Vuelve a casa, que secumpla lo que has creído." Y en aquel momento se puso bueno el criado.
    Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en camacon fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la fiebre; se levantó yse puso a servirles. Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él,con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos. Asíse cumplió lo que dijo el profeta Isaías: "Él tomó nuestras dolencias ycargó con nuestras enfermedades."

El Evangelio meditado

Señor, no soy digno de que entres en mi casa
Milagros de Jesús
Mateo, 8, 5-17. Tiempo Ordinario. Él está siempre esperándonos y basta una sola palabra suya y seremos curados.


Por: Roberto Carlos Estévez | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Mateo 8, 5-17
En aquel tiempo, entrando Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos. Jesús le dijo: Yo iré a curarle. Replicó el centurión: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: "Vete", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo hace. Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos, mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Y dijo Jesús al centurión: Anda; que te suceda como has creído. Y en aquella hora sanó el criado. Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con fiebre. Le tocó la mano y la fiebre la dejó; y se levantó y se puso a servirle. Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; él expulsó a los espíritus con una palabra, y curó a todos los enfermos, para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: Él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades.

Oración introductoria
Señor, creo en Ti, creo que caminas conmigo y me acompañas. Hoy me presento ante Ti para que bendigas mi oración y me santifiques con tu amistad. No soy digno de tanto amor, pero tu amor me da la posibilidad de acercarme a Ti, ¡muchas gracias!

Petición
Padre santo, te pido perdón por todas las veces que no creo, no espero y no amo como Tú lo mereces de mí.

Meditación del Papa Francisco
Cuando somos nosotros solos los que encontramos al Señor, somos nosotros –digámoslo, entre comillas – los dueños de este encuentro; pero cuando nos dejamos encontrar por Él, es Él quien entra en nosotros, es Él el que vuelve a hacer todo de nuevo, porque esta es la venida, lo que significa cuando viene Cristo: volver a hacer todo de nuevo, rehacer el corazón, el alma, la vida, la esperanza, el camino. Nosotros estamos en camino con fe, con la fe de este centurión, para encontrar al Señor y, sobre todo, ¡para dejar que Él nos encuentre!
Pero se necesita un corazón abierto ¡para que Él me encuentre! Y me diga aquello que Él quiere decirme, ¡que no es siempre aquello que yo quiero que me diga! Él es Señor y Él me dirá lo que tiene para mí, porque el Señor no nos mira a todos juntos, como una masa. ¡No, no! Nos mira a cada uno a la cara, a los ojos, porque el amor no es un amor así, abstracto: ¡es un amor concreto! De persona a persona: el Señor persona me mira a mí persona. Dejarse encontrar por el Señor es precisamente esto: ¡dejarse amar por el Señor! (Cf Homilía de S.S. Francisco, 2 de diciembre de 2013, en Santa Marta).
Reflexión
El mensaje de este pasaje es un mensaje de esperanza. Sí, a nosotros que nos podemos sentir muchas veces cansados, sin ganas de seguir luchando, enfermos, afligidos o solos, se nos recuerda que Él tomó sobre sí nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades.

Cristo es el médico de todos los dolores, que con sólo decir una palabra nos salva, pero el ser curados depende mucho del modo en que nos acercamos a Cristo. Y aquí es maravilloso el ejemplo que nos da el centurión. Como nosotros, se encuentra ante un problema, ante una necesidad y acude a Cristo. Se acerca con fe y confianza, como un niño se acerca a su padre. Se acerca con humildad, con la humildad del siervo que se sabe indigno. Pero ante todo se acerca con amor, amor a Dios y amor a los hombres que le hacen olvidarse de sí mismo. Pide por los demás.

Probemos a poner estos elementos cuando nos acerquemos a Jesús. Él está siempre esperándonos y basta una sola palabra y seremos curados.

Propósito
Haré una visita al Santísimo Sacramento para pedirle a Jesús que aumente mi fe y pueda, así, servir mejor a mis hermanos.

Diálogo con Cristo
Dame, Señor, la fe y la humildad del centurión. Esa humildad que nace de la fe y que da la confianza, la seguridad, de ver en todos los sucesos de la vida tu mano providente y amorosa. Dame la gracia de entregarme completamente sin reservarme nada, porque únicamente así me haré digno de tanto amor.

viernes, 26 de junio de 2015

Evangelio 26 de Junio de 2015

  • Primera Lectura: Génesis 17,1.9-10.15-22
    "Circuncidad a todos vuestros varones en señal de mi pacto. Sara te va a dar un hijo"
    Cuando Abrán tenía noventa y nueve años, se le apareció el señor yle dijo: "Yo soy el Dios Saday. Camina en mi presencia con lealtad."Dios añadió a Abrahán: "Tú guarda mi pacto, que hago contigo y tusdescendientes por generaciones. Éste es el pacto que hago con vosotrosy con tus descendientes y que habéis de guardar: circuncidad a todosvuestros varones." Dios dijo a Abrahán: "Saray, tu mujer, ya no sellamará Saray, sino Sara. La bendeciré, y te dará un hijo, y lobendeciré; de ella nacerán pueblos y reyes de naciones."
    Abrahán cayó rostro en tierra y se dijo sonriendo: "¿Uncentenario va a tener un hijo, y Sara va a dar a luz a los noventa?" YAbrahán dijo a Dios: "Me contento con que te guardes vivo a Ismael."Dios replicó: "No; es Sara quien te va a dar un hijo, a quien llamarásIsaac; con él estableceré mi pacto y con sus descendientes, un pactoperpetuo. En cuanto a Ismael, escucho tu petición: lo bendeciré, loharé fecundo, lo haré multiplicarse sin medida, engendrará docepríncipes, y haré de él un pueblo numeroso. Pero mi pacto lo establezcocon Isaac, el hijo que te dará Sara el año que viene por estas fechas."Cuando Dios terminó de hablar con Abrahán, se retiró.
  • Salmo Responsorial: 127
    "Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor."
    Dichoso el que teme al Señor 
    y sigue sus caminos. 
    Comerás del fruto de tu trabajo, 
    serás dichoso, te irá bien. &R.

    Tu mujer, como parra fecunda, 
    en medio de tu casa; 
    tus hijos, como renuevos de olivo, 
    alrededor de tu mesa. R.

    Ésta es la bendición del hombre / que teme al Señor. 
    Que elSeñor te bendiga desde Sión, 
    que veas la prosperidad de Jerusalén 
    todos los días de tu vida. R.
  • Evangelio: Mateo 8,1-4
    "Si quieres, puedes limpiarme"
    En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. Enesto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: "Señor, siquieres, puedes limpiarme." Extendió la mano y lo tocó, diciendo:"Quiero, queda limpio." Y en seguida quedó limpio de la lepra. Jesús ledijo: "No se lo digas a nadie, pero, para que conste, ve a presentarteal sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés."

Cardenal: Divorciados que deciden no volver a casarse dan “testimonio heroico”

Imagen referencial. Foto: Flickr Siti Fatimah (CC-BY-NC-2.0)
Imagen referencial. Foto: Flickr Siti Fatimah (CC-BY-NC-2.0)
43
52
0
95
ROMA, 26 Jun. 15 / 02:15 am (ACI/EWTN Noticias).- El Presidente Emérito del Pontificio Consejo para la Familia, Cardenal Ennio Antonelli, hizo una reflexión sobre algunas personas que luego de separarse del cónyuge se mantienen fieles al matrimonio y deciden no volver a casarse, dando así un testimonio heroico de la indisolubilidad de este sacramento.
“Hay separados fieles, muchas veces heroicos, que son jóvenes, y que eligen no volver a casarse para permanecer fieles a su matrimonio, que es indisoluble. Así testimonian lo que quiere decir el amor como don de sí al modo de Cristo: 'Amaos como yo os he amado'. Y Cristo nos ha amado dándose a sí mismo, totalmente. Y nosotros, con la ayuda de Cristo, podemos avanzar mucho por esta vía”, explicó el Cardenal Antonelli en una entrevista concedida a ACI Prensa el 24 de junio en el Vaticano.
El Cardenal Antonelli, quien acaba de publicar el folleto “Crisis de matrimonio y Eucaristía”, quiso con este texto dar su personal contribución a la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Familia, que se celebrará durante el próximo mes de octubre en el Vaticano, abordando el tema “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y el mundo contemporáneo”.
En este texto, el Cardenal Antonelli trata entre otros temas, la cuestión de la admisión o no a la Eucaristía por parte de los divorciados vueltos a casar, así como las parejas que conviven, quienes “forman parte de la Iglesia aunque no estén en comunión plena con esta”, indicó.
La Eucaristía “es la máxima expresión visible de la Comunión con Cristo y con la Iglesia, esto supone que se comparta la doctrina de la fe de la Iglesia, y que se tengan en cuenta los Mandamientos de Dios”.
En este sentido “los divorciados vueltos a casar y quienes conviven no se encuentran en una situación de armonía ni con la doctrina ni con las enseñanzas sobre la sexualidad, están en contraste con esto y la Eucaristía, expresión de la Comunión Nupcial de Cristo con la Iglesia. Cristo se dona totalmente y para siempre a la Iglesia y les es indisolublemente fiel”.
“Los esposos cristianos están llamados por vocación a revivir esta alianza nupcial en su vida concreta de familia, y a mi personalmente me deja perplejo la admisión en estos casos a la Eucaristía, pero es muy importante que participen en la Misa y en la oración Eucarística, la escucha de la Palabra de Dios”, expresó.
El Cardenal dijo que “hay muchos divorciados vueltos a casar que van a Misa pero no reciben la Comunión. Hay muchos. Y esto es algo obvio para quien conoce realmente las enseñanzas de la Iglesia, saben que igualmente pueden confiar en la misericordia de Dios y caminar haciendo el bien que son capaces de hacer”.
Además, el Cardenal italiano explicó que la misión de la Iglesia es poner a estas personas en camino, teniendo confianza en la misericordia de Dios, “porque Él en primer lugar nos ama siempre, siempre nos ofrece su perdón, pero somos nosotros los que no siempre somos capaces de acogerlo, de recibirlo”.
“Es necesario ponerse en camino. ¿Cómo se pone uno en camino? Ante todo con humildad, es decir, no querer establecer lo que está bien y lo que está mal, sino buscar la voluntad de Dios. Es Dios la norma suprema del bien y del mal”, subrayó.
También la oración es importante: rezar para conocer siempre mejor la voluntad de Dios y tener la fuerza de cumplirla cada vez más, porque “solos no somos capaces ni de conocerla ni de cumplirla”.
Otro modo de ponerse en camino es “comprometerse cuanto antes a hacer el bien que uno es capaz de hacer: en la familia, en relación al compañero, la compañera, los hijos, los vecinos de casa, los compañeros de trabajo, en la sociedad, y con la comunidad eclesial”. “Comprometerse caritativamente con los pobres y los enfermos, especialmente si cuesta un sacrificio. Porque esta es la vía mejor para aprender a amar de verdad y acercarse a Dios”, indicó el Purpurado.
El Cardenal anima también a tener siempre confianza en la misericordia de Dios. “Dios es más grande que nuestro corazón, y que nuestros pecados, por eso no hay que perder esta confianza”, remarcó.
Por otro lado, el Cardenal Antonelli explicó que la Iglesia tiene un deber con estas personas: “ponerlas en camino y acompañarlas con la amistad, la fraternidad, la acogida, el consejo, las ocasiones de oración y la escucha de la Palabra, integrándolos en las actividades caritativas y de la Iglesia”.
Desde 1981, la Exhortación Apostólica “Familiaris Consortio” del Papa SanJuan Pablo II ha guiado a la familia dentro de la Iglesia, y el Purpurado considera que el texto sigue siendo de gran actualidad.
Yo no creo que con el próximo Sínodo pueda haber una revolución, ni tampoco inmovilidad. Habrá un desarrollo de las novedades pero coherentes con las enseñanzas anteriores, y la pastoral y la doctrina de Juan Pablo II”.
“Creo que esta será la línea que se seguirá. Por el momento el Papa no se ha expresado, simplemente ha escuchado, y ha dicho algo fundamental: 'Testimoniar la misericordia de Dios hacia todos', pero en esto todos están de acuerdo, también quienes sienten que no es posible admitir a estas personas en la Eucaristía”, remarcó.
El Cardenal Ennio Antonelli es Obispo desde 1982, primero en Gubbio, después en Perugia, y después fue Secretario General de la Conferencia Episcopal Italiana, más tarde fue nombrado Arzobispo de Florencia.
Entre 2008 y 2012 fue Presidente del Pontificio Consejo para la Familia. Actualmente vive en el Vaticano y sigue aportando nuevos conocimientos al estudios de la teología para la familia.

jueves, 25 de junio de 2015

Evangelio 25 de Junio de 2015

  • Primera Lectura: Génesis 16,1-12.15-16
    "Hagar dio un hijo a Abrán, y Abrán lo llamó Ismael"
    [Saray, la mujer de Abrán, no le daba hijos; pero tenía una siervaegipcia llamada Hagar. Y Saray dijo a Abrán: "El Señor no me deja tenerhijos; llégate a mi sierva a ver si ella me da hijos." Abrán aceptó lapropuesta. A los diez años de habitar Abrán en Canaán, Saray, la mujerde Abrán, tomó a Hagar, la esclava egipcia, y se la dio a Abrán, sumarido, como esposa. Él se llegó a Hagar, y ella concibió. Y, al verseencinta, le perdió el respeto a su señora. Entonces Saray dijo a Abrán:"Tú eres responsable de esta injusticia; yo he puesto en tus brazos ami esclava, y ella, al verse encinta, me pierde el respeto. Sea elSeñor nuestro juez." Abrán dijo a Saray: "De tu esclava dispones tú;trátala como te parezca."] Saray la maltrató, y ella se escapó.
    El ángel del Señor la encontró junto a la fuente del desierto,la fuente del camino de Sur, y le dijo: "Hagar, esclava de Saray, ¿dedónde vienes y adónde vas?" Ella respondió: "Vengo huyendo de miseñora." El ángel del Señor le dijo: "Vuelve a tu señora y sométete aella." Y el ángel del Señor añadió: "Haré tan numerosa tu descendenciaque no se podrá contar." Y el ángel del Señor concluyó: "Mira, estásencinta y darás a luz un hijo y lo llamarás Ismael, porque el Señor teha escuchado en la aflicción. Será un potro salvaje: él contra todos ytodos contra él; vivirá separado de sus hermanos."
    Hagar dio un hijo a Abrán, y Abrán llamó Ismael al hijo que lehabía dado Hagar. Abrán tenía ochenta y seis años cuando Hagar dio aluz a Ismael.
  • Salmo Responsorial: 105
    "Dad gracias al Señor porque es bueno."
    Dad gracias al Señor porque es bueno, 
    porque es eterna sumisericordia. 
    ¿Quién podrá contar las hazañas de Dios, 
    pregonartoda su alabanza? R.

    Dichosos los que respetan el derecho 
    y practican siempre la justicia. 
    Acuérdate de mí por amor a tu pueblo. R.

    Visítame con tu salvación: 
    para que vea la dicha de tusescogidos, 
    y me alegre con la alegría de tu pueblo, 
    y me gloríe contu heredad. R.
  • Evangelio: Mateo 7,21-29
    "La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena"
    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que medice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el quecumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchosdirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tunombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?"Yo entonces les declararé: "Nunca os he conocido. Alejaos de mí,malvados."
    El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica separece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó lalluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contrala casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El queescucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquelhombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, sesalieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, yse hundió totalmente." Al terminar Jesús este discurso, la gente estabaadmirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no comolos escribas.

El Evangelio meditado

Soplaron vientos contra la casa, pero no cayó
Parábolas
Mateo 7, 21-29. Tiempo Ordinario. Si construyes en roca firme, tendrás tu casa bien sólida en los días de tempestad.


Por: P José Rodrigo Escorza | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina. Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.

Oración introductoria
Señor, me acerco a Ti en esta oración para construir mi vida sobre la roca firme de tu amor. No permitas que me conforme con invocar tu nombre con los brazos cruzados, mis ojos cerrados y mis oídos tapados. Tengo sed de Ti, de encontrarme contigo, de dejarme guiar por Ti en esta meditación.

Petición
Padre Santo, dame el don de construir mi vida sobre la roca firme de tu amor.

Meditación del Papa Francisco
Cristo nos pide permanecer en su amor. Hay dos criterios que ayudan a distinguir el verdadero amor del que no lo es. El primer criterio es: el amor está más en los hechos que en las palabras, no es un amor de telenovela, una fantasía, historia que nos hacen latir el corazón pero nada más, está en los hechos concretos.
Jesús avisaba a los suyos: «No los que dicen ‘Señor, Señor’ entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que han hecho la voluntad de mi Padre, que cumplen mis mandamientos».
El verdadero amor es concreto, está en las obras, es un amor constante. No es un sencillo entusiasmo. También, muchas veces es un amor doloroso: pensemos en el amor de Jesús llevando la cruz. Pero las obras de amor son las que Jesús nos enseña en el pasaje del capítulo 25 de san Mateo. Quien ama hace esto, el protocolo del juicio: Estaba hambriento y me han dado de comer, etc. Las bienaventuranzas, que son elprograma pastoral de Jesús, son concretas.
El segundo criterio del amor es que al amor se comunica, no permanece aislado. El amor da de sí mismo y recibe, se da esa comunicación que existe entre el Padre y el Hijo, una comunicación que la hace el Espíritu Santo. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 7 de mayo de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
Nuestro Señor sabía algo de arquitectura, porque si alguien intenta construir en roca firme, tendrá su casa bien sólida en los días de tempestad, y si una persona quiere construir en arena no le durará su morada en pie.

Además si es verdad en la vida terrena, ¿cuanto más lo será para la vida espiritual?. En el alma los cimientos son las palabras que Cristo nos ha dejado. Por eso tenemos que leer con frecuencia el evangelio, que es en donde se recogen todas las palabras del Señor. En ellos encontraremos las fuerzas necesarias para ser fieles y tener una casa espiritual bien fundada en Cristo.

Así busquemos vivir siempre con el evangelio en la mano para cimentar bien nuestra vida y vivir fieles a Dios, siendo así ejemplo para todos nuestros hermanos.

Diálogo con Cristo
Jesús, contigo cada día es una bella oportunidad para hacer crecer mi amor por Ti y a los demás. Ayúdame a darte un «sí» en cada momento de mi vida, viviendo con la conciencia de que me creaste para ser santo y que la santidad no es sino una respuesta de amor, en cada momento del día, en lo pequeño y en lo grande.

miércoles, 24 de junio de 2015

Evangelio 24 de Junio de 2015


Solemindad de la Natividad de san Juan Bautista


Libro de Isaías 49,1-6. 
¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el seno materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre.
El hizo de mi boca una espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de mí una flecha punzante, me escondió en su aljaba.
El me dijo: "Tú eres mi Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré".
Pero yo dije: "En vano me fatigué, para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza". Sin embargo, mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios.
Y ahora, ha hablado el Señor, el que me formó desde el seno materno para que yo sea su Servidor, para hacer que Jacob vuelva a él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza.
El dice: "Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra".



Salmo 139(138),1-3.13-14ab.14c-15. 
Señor, tú me sondeas y me conoces,
tú sabes si me siento o me levanto;
de lejos percibes lo que pienso,
te das cuenta si camino o si descanso,

y todos mis pasos te son familiares.
Tú creaste mis entrañas,
me plasmaste en el seno de mi madre:
te doy gracias porque fui formado

de manera tan admirable.
¡Qué maravillosas son tus obras!
y nada de mi ser se te ocultaba,
cuando yo era formado en lo secreto,

cuando era tejido en lo profundo de la tierra.



Libro de los Hechos de los Apóstoles 13,22-26. 
Pablo decía:
"Cuando Dios desechó a Saúl, les suscitó como rey a David, de quien dio este testimonio: He encontrado en David, el hijo de Jesé, a un hombre conforme a mi corazón que cumplirá siempre mi voluntad.
De la descendencia de David, como lo había prometido, Dios hizo surgir para Israel un Salvador, que es Jesús.
Como preparación a su venida, Juan había predicado un bautismo de penitencia a todo el pueblo de Israel.
Y al final de su carrera, Juan decía: 'Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan que después de mí viene aquel a quien yo no soy digno de desatar las sandalias'.
Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios."



Evangelio según San Lucas 1,57-66.80. 
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.
Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre;
pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan".
Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre".
Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran.
Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados.
Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.
Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.

La presencia del mal

El mal parece levantar mil banderas de victoria, pero son banderas efímeras y engañosas


Por: Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net 




El padre abad estaba agotado. Acababa de terminar unas misiones populares: horas y horas de visitas a los hogares de la gente, de confesiones, de misas, de conferencias, de oración.

Pocas veces había tocado tan de cerca el pecado y el mal. Familias rotas, esposos infieles. Adolescentes y jóvenes “quemados” por el trío que forman droga, alcohol y sexo. Ancianos abandonados y tristes, dolidos por la ausencia de los hijos y por el avance imparable de enfermedades destructoras. Pobres sumergidos en su miseria. Mujeres humilladas y maltratadas por esposos prepotentes.

Al acostarse, el peso del cansancio selló sus ojos. Luego, en lo más profundo de la noche, empezó a soñar.

Veía a un diablo veterano, lleno de odio y vanidad, acercarse a un crucifijo. El diablo llegaba ufano, como quien ha logrado grandes victorias, como quien se siente satisfecho por su obra. Empezó a hablar con arrogancia:

“Nazareno: sigues clavado en una cruz. Tu derrota es cada vez más evidente. ¿No te rindes ante un mundo que te da las espaldas? ¿No sientes el dolor por tu sangre derramada inútilmente?

La victoria entre los hombres está en mis manos. Mira cómo tengo embobados a millones de adolescentes y jóvenes. Observa de qué manera inician a vivir borrachos de placeres y obsesionados por músicas estrambóticas.

Acogen cadenas de caprichos mientras sueñan con ser libres. Como si no supieran que el placer obsesiona, que sus rebeldías los esclavizan, que su presunta autonomía no es más que un sometimiento a las pasiones más bajas de la soberbia y la lujuria.

Observa a los adultos, que ya no quieren ni se atreven a educar a sus hijos. ¿Cómo pueden los padres pedir a sus hijos rectitud, pureza, altruismo, si ellos mismos ya no creen en los valores del espíritu? ¿Cómo van a enseñarles que el dinero no es todo si están obsesionados por los números de las cuentas bancarias? ¿Cómo van a mostrar la belleza del amor si llevan, en sus conciencias, el drama de egoísmos atroces, de uno o varios abortos, de trampas en la empresa, de mentiras y calumnias despiadadas, de infidelidades, de divorcios?

Observa a los que piensan que son “tuyos”, a los consagrados. Poco a poco han caído en mis manos. Cientos de sacerdotes, de religiosos y de religiosas, están más preocupados en la programación neurolingüística, el eneagrama, el Reiki, la meditación transcendental o el budismo zen que en el Evangelio. Han dejado atrás las páginas de la Biblia para leer las obras de Marx, Freud, Nietzsche, Kafka, Buda o Gandhi. Han abandonado los hábitos para vestir como el mundo, para vivir como el mundo, para buscar caminos de maduración y autorrealización lejos de la cruz y lejos del amor que Tú, Galileo, quisiste sembrar entre los hombres. Están más preocupados por su “estabilidad psicológica” que por transmitir tu mensaje de misericordia a los hombres. Viven encerrados en mundos pequeños donde la envidia, la crítica o la desesperanza son el alimento cotidiano de sus espíritus empobrecidos.

Observa a los políticos y a los intelectuales. No hacen más que promover mi programa: libertad para el aborto, libertad para el sexo, libertad para la diversión, libertad para la droga, libertad para la eutanasia. Imponen poco a poco, hasta los últimos rincones del planeta, la cultura de la tristeza y de la muerte, donde el aborto sea algo trivial e “higiénicamente correcto”, donde el suicidio y la eutanasia se disparan hasta llegar a ser el paso absurdo de quienes se olvidan de Ti y vienen a ponerse entre mis garras diabólicas...”

El Crucificado guardaba silencio. Un sudor denso, sangriento, caía por su Cuerpo flagelado. Pero en sus ojos había un fulgor extraño, una confianza intensa, una señal de esperanza. El diablo estaba inquieto: no podía resistir ante esos ojos del Nazareno, no comprendía por qué Jesús no reconocía una derrota que parecía irremediable, no aceptaba que pudiera surgir algo nuevo y noble entre los hombres.

El padre abad despertó. Sentía en su alma una extraña mezcla de pena y de sosiego. Había palpado, durante las misiones, la presencia del mal en tantos bautizados. Pero también recordaba a aquel borracho que había prometido dejar el vicio. A aquella esposa que perdonaba y amaba a su marido traicionero. A aquel enfermo que sonreía cada vez que miraba al Crucificado que estaba junto a su lecho de dolores y esperanzas.

Es cierto: el mal parece levantar mil banderas de victoria. Pero son banderas efímeras y engañosas. Mientras, en silencio, la Sangre de Cristo entra en corazones heridos, lava penas profundas, perdona pecados y enciende amores.

La última palabra de la historia será la del perdón y la alegría: la Cruz vence, la tumba queda vacía, la paz y la esperanza guían los pasos de las almas que se hacen sencillas como pequeñuelos. Mientras, Cristo el Nazareno nos susurra con cariño: “No estoy muerto: vivo para ti, corazón humano, corazón herido, corazón inquieto, corazón muy amado por mi Padre que también es Padre tuyo...”

martes, 23 de junio de 2015

Evangelio 23 de Julio de 2015

  • Primera Lectura: Génesis 13,2.5-18
    "No haya disputas entre nosotros dos, pues somos hermanos"
    Abrán era muy rico en ganado, plata y oro. También Lot, queacompañaba a Abrán, poseía ovejas, vacas y tiendas; de modo que ya nopodían vivir juntos en el país, porque sus posesiones eran inmensas yya no cabían juntos. Por ello surgieron disputas entre los pastores deAbrán y los de Lot. En aquel tiempo cananeos y fereceos ocupaban elpaís. Abrán dijo a Lot: "No haya disputas entre nosotros dos, ni entrenuestros pastores, pues somos hermanos. Tienes delante todo el país,sepárate de mí; si vas a la izquierda, yo iré a la derecha; si vas a laderecha yo iré a la izquierda." Lot echó una mirada y vio que toda lavega del Jordán, hasta la entrada de Zear, era de regadío (esto eraantes de que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra); parecía un jardíndel Señor, o como Egipto. Lot se escogió la vega del Jordán y marchóhacia levante; y así se separaron los dos hermanos. Abrán habitó enCanaán; Lot en las ciudades de la vega, plantando las tiendas hastaSodoma. Los habitantes de Sodoma eran malvados y pecaban gravementecontra el Señor.
    El Señor habló a Abrán después que Lot se había separado de él:"Desde tu puesto dirige la mirada hacia el norte, mediodía, levante yponiente. Toda la tierra que abarques te la daré a ti y a tusdescendientes para siempre. Haré a tus descendientes como el polvo; elque pueda contar el polvo podrá contar a tus descendientes. Anda, paseael país a lo largo y a lo ancho, pues te lo voy a dar." Abrán alzó latienda y fue a establecerse junto a la encina de Mambré, en Hebrón,donde construyó un altar en honor del Señor.
  • Salmo Responsorial: 14
    "Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?"
    El que procede honradamente 
    y practica la justicia, 
    el que tiene intenciones leales 
    y no calumnia con su lengua. R.

    El que no hace mal a su prójimo 
    ni difama al vecino,
    el queconsidera despreciable al impío 
    y honra a los que temen al Señor. R.

    El que no presta dinero a usura 
    ni acepta soborno contra el inocente. 
    El que así obra nunca fallará. R
  • Evangelio: Mateo 7,6.12-14
    "Tratad a los demás como queréis que ellos os traten"
    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No deis lo santo a losperros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán yluego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis queellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas. Entrad por lapuerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva ala perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta yqué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos."

Entrad por la puerta estrecha

Tiempo Ordinario
Mateo 7, 6.12-14. Tiempo Ordinario. Jesús nos invita a entrar por la puesta estrecha. Nos podemos preguntar: Señor, en mi vida diaria, ¿cuál es la puerta estrecha?


Por: H. Rafael Torres | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Mateo 7, 6.12-14
No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. Entrad por la puerta estrecha; porque es ancho y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la puerta y qué angosto el camino que lleva a la Vida! ¡Qué pocos son los que lo encuentran!

Oración introductoria
Señor, dame las fuerzas para estar convencido de mi misión como verdadero cristiano. Creo en ti, pero aumenta mi fe, hazla firme. Haz grande mi fe para poder amar a mis hermanos desinteresadamente. Tú eres mi fuerza, y contigo todo lo puedo. Ayúdame, pues sin ti no puedo nada.

Petición
Dios mío, concédeme ser un apóstol entregado, que salga de mi mundo y piense en los demás. Alcánzame la gracia de poder negarme a mí mismo; así estaré atento a las necesidades de mis hermanos, antes que a las mías.

Meditación del Papa Francisco
¿Qué quiere decir Jesús? ¿Cuál es la puerta por la que debemos entrar? Y, ¿por qué Jesús habla de una puerta estrecha?
La imagen de la puerta se repite varias veces en el Evangelio y se refiere a la de la casa, del hogar doméstico, donde encontramos seguridad, amor, calor. Jesús nos dice que existe una puerta que nos hace entrar en la familia de Dios, en el calor de la casa de Dios, de la comunión con Él. Esta puerta es Jesús mismo. Él es la puerta. Él es el paso hacia la salvación. Él conduce al Padre. Y la puerta, que es Jesús, nunca está cerrada, esta puerta nunca está cerrada, está abierta siempre y a todos, sin distinción, sin exclusiones, sin privilegios. Porque, sabéis, Jesús no excluye a nadie […]
Jesús en el Evangelio nos dice que ser cristianos no es tener una “etiqueta”. Yo les pregunto: ustedes, ¿son cristianos de etiqueta o de verdad? Y cada uno responda dentro de sí. Nunca cristianos de etiqueta. Cristianos de verdad, de corazón. Ser cristianos es vivir y testimoniar la fe en la oración, en las obras de caridad, en la promoción de la justicia, en hacer el bien. Por la puerta estrecha que es Cristo debe pasar toda nuestra vida. (S.S. Francisco, Ángelus del 25 de agosto de 2013).

Reflexión 
En este evangelio Jesús nos invita a entrar por la puesta estrecha. Nos podemos preguntar: "Señor, en mi vida diaria, ¿cuál es la puerta estrecha?" Y nos puede resultar algo confuso esta idea, y quizá no la entendamos. Pero lo que Cristo realmente nos está pidiendo es que seamos que vivamos las enseñanzas que nos ha dejado mediante el camino de la abnegación. ¿Y para qué todas estas negaciones? Para poder lograr entrar por la puerta estrecha que conduce a la vida eterna. Nosotros, los cristianos, tenemos una misión muy clara y precisa, predicar el Evangelio a todo el mundo, y no podemos estar satisfechos hasta no ver terminada nuestra tarea. Nuestras perlas preciosas están en nuestro corazón cada vez que le recibimos en el sacramento de la Eucaristía. De ahí nace la necesidad de pedirle a Dios nuestro Señor que nunca nos deje solos y que nos conceda la gracia de llegar a su presencia para gozar el fruto de nuestra abnegación.

Propósito
Voy a rezar un misterio del rosario para que siga caminando con esperanza por la senda estrecha que conduce a la Vida.

Diálogo con Cristo
Señor, ayúdame a dar más ejemplo de mi vocación como un cristiano auténtico. Señor y Dios mío, soy todo tuyo. Tú eres mi pastor. Señor, dame valor para seguir el camino del sacrificio, que es el que conduce al cielo. Quiero ser feliz en tu presencia. Concédeme ser un trasmisor incansable de la Verdad.