sábado, 5 de septiembre de 2015

Evangelio 5 de Septiembre de 2015

  • Primera Lectura: Colosenses 1,21-23
    "Dios os ha reconciliado para haceros santos, sin mancha"
    Hermanos: Antes estabais también vosotros alejados de Dios y erais enemigos suyos por la mentalidad que engendraban vuestras malas acciones; ahora, en cambio, gracias a la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo de carne, Dios os ha reconciliado para haceros santos, sin mancha y sin reproche en su presencia. La condición es que permanezcáis cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio que escuchasteis. En el mismo que se proclama en la creación entera bajo el cielo, y yo, Pablo, fui nombrado su ministro.
  • Salmo Responsorial: 53
    "Dios es mi auxilio."
    Oh Dios, sálvame por tu nombre, / sal por mí con tu poder. / Oh Dios, escucha mi súplica, / atiende a mis palabras. R. Pero Dios es mi auxilio, / el Señor sostiene mi vida. / Te ofreceré un sacrificio voluntario, / dando gracias a tu nombre, que es bueno. R.
  • Evangelio: Lucas 6,1-5
    "¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?"
    Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron: "¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?" Jesús les replicó: "¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros." Y añadió: "El Hijo del hombre es señor del sábado."

Evangelio meditado

El Hijo del hombre, señor del sábado
Tiempo Ordinario


Lucas 6, 1-5. Tiempo Ordinario. Lo importante es amar a Dios y su voluntad, con un corazón sencillo y verdadero.


Por: María Cruz | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 6, 1-5
Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban y comían espigas desgranándolas con las manos. Algunos de los fariseos dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito en sábado? Y Jesús les respondió: ¿Ni siquiera habéis leído lo que hizo David, cuando sintió hambre él y los que le acompañaban, cómo entró en la Casa de Dios, y tomando los panes de la presencia, que no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, comió él y dio a los que le acompañaban? Y les dijo: El Hijo del hombre es señor del sábado.

Oración introductoria

Señor, te alabo y te bendigo por todo lo que has hecho para nosotros. Gracias por tus dones. No permitas que una actitud farisaica me aleje de tu ley del amor. Que esta oración guíe mi día para amarte hoy más que ayer, porque sólo Tú eres digno de ser amado sobre todas las cosas.

Petición
Dios mío, te pido me concedas vivir con fidelidad el primer mandamiento de tu Ley que me manda amarte con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas.

Meditación del Papa Francisco
La Palabra de Jesús va al corazón porque es Palabra de amor, es palabra bella y lleva al amor, nos hace amar. Estos cortan el camino del amor: los ideólogos. Y también el de la belleza. Y se pusieron a discutir ásperamente entre ellos: "¿Cómo puede éste darnos de comer su carne?". ¡Todo un problema de intelecto! Y cuando entra la ideología en la Iglesia, cuando entra la ideología en la inteligencia del Evangelio, no se entiende nada.
Son los que caminan sólo por el camino del deber: es el moralismo de cuantos pretenden realizar del Evangelio sólo lo que entienden con la cabeza. No están en el camino de la conversión, esa conversión a la que nos invita Jesús: Y estos, por el camino del deber, cargan todo sobre las espaldas de los fieles. Los ideólogos falsifican el Evangelio. Toda interpretación ideológica, independientemente de donde venga –de una parte o de otra– es una falsificación del Evangelio. (S.S. Francisco, 19 de abril de 2013).

Reflexión
Jesús, caminando con los suyos, atraviesa un sembrado. Una jornada de normalidad en donde se dan cita el hambre, el cansancio y las preguntas sobre la Ley.

Comer las espigas en día de sábado suponía el esfuerzo de desgranarlas con las manos, y ese trabajo no estaba permitido hacer en sábado; por eso los celosos de la guarda de la Ley recriminan a los discípulos y se atreven a encararse con Jesús.

Si Jesús ha venido al mundo y se ha hecho uno entre los hombres es para decir al hombre que está salvado; que los mandamientos de “santificar las fiestas, no trabajar en sábado... son caminos por los que el hombre va a Dios, disposiciones que hacen encontrar al hombre la plenitud de su ser. La Ley por si misma no tiene sentido, es la pedagogía de Dios que ayuda al hombre a hacerse más humano y a la vez mas cercano a su fin.

Jesús es señor del sábado, está por encima de toda norma y quiere enseñar a los suyos que con un corazón libre todo es posible de realizar, porque lo importante es cumplir la voluntad de Dios con un corazón sencillo y verdadero. No podemos dejar que las cosas nos esclavicen, debemos usarlas para nuestra realización personal con la libertad de saber prescindir de ellas porque creemos que Dios es nuestro único todo, nuestra plenitud.

Propósito
Hacer una oración por las personas que critican a la Iglesia, y a sus pastores, para que encuentren el camino a su conversión.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Evangelio 4 de Septiembre de 2015

  • Primera Lectura: Colosenses 1,15-20
    "Todo fue creado por él y para él"
    Cristo Jesús es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.
  • Salmo Responsorial: 99
    "Entrad en la presencia del Señor con vítores."
    Aclama al Señor, tierra entera, / servid al Señor con alegría, / entrad en su presencia con vítores. R. Sabed que el Señor es Dios: / que él nos hizo y somos suyos, / su pueblo y ovejas de su rebaño. R. Entrad por sus puertas con acción de gracias, / por sus atrios con himnos, / dándole gracias y bendiciendo su nombre. R. "El Señor es bueno, / su misericordia es eterna, / su fidelidad por todas las edades." R.
  • Evangelio: Lucas 5,33-39
    "Llegará el día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán"
    En aquel tiempo, dijeron a Jesús los fariseos y los escribas: "Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber." Jesús les contestó: "¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán." Y añadió esta parábola: "Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: "Está bueno el añejo.

Evangelio meditado

Los discípulos de Jesús y el ayuno
Parábolas


Lucas 5, 33-39. Tiempo Ordinario. De qué nos sirve ayunar, rezar mucho, si no está presente Cristo en nuestra vida diaria.


Por: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 5, 33-39
En aquel tiempo los escribas y fariseos le dijeron a Jesús: Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y recitan oraciones, igual que los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben. Jesús les dijo: ¿Podéis acaso hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán en aquellos días. Les dijo también una parábola: Nadie rompe un vestido nuevo para echar un remiendo a uno viejo; de otro modo, desgarraría el nuevo, y al viejo no le iría el remiendo del nuevo. Nadie echa tampoco vino nuevo en odres viejos; de otro modo, el vino nuevo reventaría los pellejos, el vino se derramaría, y los odres se echarían a perder; sino que el vino nuevo debe echarse en odres nuevos. Nadie, después de beber el vino añejo, quiere del nuevo porque dice: El añejo es el bueno.

Oración introductoria
Señor Dios, aparta de mi oración esa actitud farisaica que me impide ver las maravillas de las inspiraciones de tu Espíritu Santo. Soy culpable de ese juicio severo que tiende a ver solo lo negativo. La oración es un don tuyo, concédemelo. Dame la gracia de orar con un corazón contrito que auténticamente busque renovarse espiritualmente.

Petición
Te pido el don de la humildad, para disponerme a recibir gratuitamente el don de la oración.

Meditación del Papa Francisco
La libertad cristiana está en la docilidad a la Palabra de Dios. Debemos estar siempre preparados a acoger la «novedad» del Evangelio y las «sorpresas de Dios». La Palabra de Dios, que es viva y eficaz, discierne los sentimientos y los pensamientos del corazón. Y para acoger verdaderamente la Palabra de Dios, hay que tener una actitud de «docilidad».
La Palabra de Dios es viva y por eso viene y dice lo que quiere decir: no lo que yo espero que diga o lo que me gustaría que dijera. Es una Palabra libre y también un sorpresa porque nuestro Dios es un Dios de las sorpresas.
La libertad cristiana y la obediencia cristiana son docilidad a la Palabra de Dios, y hay que tener esa valentía de convertirse en odres nuevos, para este vino nuevo que viene continuamente. Esta valentía de discernir siempre: discernir, digo, no relativizar. Discernir siempre qué hace el Espíritu en mi corazón, qué quiere el Espíritu en mi corazón, dónde me lleva el Espíritu en mi corazón. Y obedecer. Discernir y obedecer. Pidamos hoy la gracia de la docilidad a la Palabra de Dios, a esta Palabra de Dios, y esta Palabra que es viva y eficaz, que discierne los sentimientos y los pensamientos del corazón. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 20 de enero de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
Todos deseamos momentos para estar con las personas o la persona que nos cae bien, que estimamos, que amamos. Entre amigos, el novio con la novia o entre esposos. Y cuando alguien viene a arrebatarnos esos momentos más los anhelamos y más deseamos que vengan.

A los apóstoles les sucede algo semejante en este evangelio porque los fariseos, no sabiendo ya por donde fastidiar, pretenden hacer ver a Jesús que los suyos no se comportan como los discípulos de Juan que ayunan y rezan mucho. Pero perfectamente podríamos haberles dicho a los fariseos aquella frase de san Agustín que dice: "teme a la gracia de Dios que pasa y no vuelve". Y los apóstoles preferían disfrutar de la compañía del Mesías que ayunar y estar lejos de Él. O también les podríamos haber respondido con la misma frase que Jesús le dijo a la mujer de Betania: "Marta, Marta muchas cosas te preocupan pero una sola es importante y María ha elegido la mejor", que fue la de sentarse a sus pies.

He aquí por tanto la clave de este evangelio, la presencia de Cristo en nuestra vida. De qué nos sirve ayunar, rezar mucho, hacer penitencia si a la hora de la hora no acompañamos a Cristo donde realmente está que es en la Eucaristía.

Estaríamos ayunando y rezando por deporte. Por ello, si hasta ahora nuestros rezos o ayunos son sin una presencia de Cristo dominical o más frecuente pensemos que estamos desaprovechando la verdadera gracia de Dios para nuestra alma, que es la de estar cerca de Él.

Petición
Señor, que aprenda a olvidarme de mí, para escucharte y entender Tu Voluntad. El ayuno no es sólo algo externo como lo veían los fariseos. El ayuno va al interior del hombre. Consiste en cumplir lo que Tú me pides y amarte con todo el corazón.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Evangelio 3 de Septiembre de 2015

  • Primera Lectura: Colosenses 1,9-14
    "Nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido"
    Hermanos: Desde que nos enteramos de vuestra conducta, no dejamos de rezar a Dios por vosotros y de pedir que consigáis un conocimiento perfecto de su voluntad, con toda sabiduría e inteligencia espiritual. De esta manera, vuestra conducta será digna del Señor, agradándole en todo; fructificaréis en toda clase de obras buenas y aumentará vuestro conocimiento de Dios. El poder de su gloria os dará fuerza para soportar todo con paciencia y magnanimidad, con alegría, dando gracias al Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
  • Salmo Responsorial: 97
    "El Señor da a conocer su victoria."
    El Señor da a conocer su victoria, / revela a las naciones su justicia: / se acordó de su misericordia y de su fidelidad / en favor de la casa de Israel. R. Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Aclama al Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R. Tocad la cítara para el Señor, / suenen los instrumentos: / con clarines y al son de trompetas, / aclamad al Rey y Señor. R.
  • Evangelio: Lucas 5,1-11
    "Dejándolo todo, lo siguieron"
    En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Rema mar adentro, y echad las redes para pescar." Simón contestó: "Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes." Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador." Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres." Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Evangelio meditado

Los apóstoles, testigos y enviados de Cristo
Tiempo Ordinario


Lucas 5, 1-11. Tiempo Ordinario. Cristo va guiando con suavidad a sus hijos hacia la conversión. 


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 5, 1-11 
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la Palabra de Dios, estando él a la orilla del lago Genesaret; y vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar". Simón le respondió: "Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes". Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían. Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: "Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador". Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado. Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: "No temas. Desde ahora serás pescador de hombres". Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron. 

Oración introductoria
Jesús, gracias porque hoy tengo la oportunidad de suplicarte que entres a la barca de mi vida. Por intercesión de tu Madre santísima, quiero apartarme de mis preocupaciones y de todo lo que me distraiga o impida escucharte en esta oración.

Petición
Concédeme desprenderme de todo aquello que me ata al puerto de mi egoísmo.

Meditación del Papa francisco
La fuerza de la Palabra de Dios está en ese encuentro entre mis pecados y la sangre de Cristo, que me salva. Y cuando no existe ese encuentro, no hay fuerza en el corazón. Cuando se olvida ese encuentro que hemos tenido en la vida, nos hacemos mundanos, queremos hablar de las cosas de Dios con lenguaje humano, y no sirve: no da vida.
Asimismo, también Pedro -en el Evangelio de la pesca milagrosa- experimenta encontrar a Cristo viendo el propio pecado: ve la fuerza de Jesús y se ve a sí mismo. Se arroja a sus pies diciendo: «Señor, aléjate de mí porque soy un pecador». En este encuentro entre Cristo y mis pecados está la salvación.
De nuevo, el lugar privilegiado para el encuentro con Jesucristo son nuestros propios pecados. Si un cristiano no es capaz de sentirse precisamente pecador y salvado por la sangre de Cristo, este Crucificado, es un cristiano a mitad de camino, es un cristiano tibio. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 4 de septiembre de 2014, en Santa Marta).
Reflexión 
Es sorprendente la suavidad con que Cristo va guiando a sus amigos hacia la conversión. En este pasaje, se nos cuenta cómo logró conquistar a Pedro.

El apóstol San Pedro, antes de conocer al Señor, era Simón el pescador. Un hombre recio, acostumbrado a la dura tarea de la pesca. Seguramente era uno de los más importantes del negocio y uno de los más respetados, debido a su carácter fuerte. Jesús se acercó a él, se subió a una de las barcas y le pidió que se alejara un poco para poder predicar a la muchedumbre. Pedro estaba pendiente del timón y de los remos, quizás sin escuchar las palabras del Señor.

Pero luego, Jesús le miró y le dijo que fuera mar adentro, a pescar. Simón se extrañó. ¿Pero cómo? ¿No sabe éste que yo soy un profesional? Si no he pescado nada durante la noche, ¿cómo voy a hacerlo a pleno día? Sin embargo, le dijo: Lo haré porque tú me lo pides.

Jesús esperaba estas palabras, esperaba un poco de humildad por parte de Pedro, el impetuoso. Fue entonces cuando se obró el milagro. “Y pescaron gran cantidad de peces”. Al ver lo sucedido, Pedro se olvidó de la pesca y cayó de rodillas ante Jesús.

El Señor sabía muy bien cómo ganárselo, con amabilidad, sin recriminaciones. Y luego le dijo: "No temas, desde ahora serás pescador de hombres".

Petición
Señor, te pido que me des la la humildad para hacer lo que Tú me pides. Que confíe en que Tú sabes el camino para mi salvación.
No quiero pedirte que te apartes de mí. Soy un pecador, no soy digno de tu presencia, pero mi corazón se moriría sin el calor de tu gracia. Contigo lo tengo todo. Contigo puedo convertir mi nada en un maravilloso todo. Contigo puedo ser el pescador de esos hombres que navegan por su vida sin saber a qué puerto les conviene llegar. Contigo soy feliz y dichoso, nunca permitas que me aparte de Ti.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Evangelio 2 de Septiembre de 2015

  • Primera Lectura: Colosenses 1,1-8
    "El mensaje de la verdad ha llegado a vosotros y al mundo entero"
    Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos que viven en Colosas, hermanos fieles a Cristo. Os deseamos la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre. En nuestras oraciones damos siempre gracias por vosotros a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, desde que nos enteramos de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis a todos los santos. Os anima a esto la esperanza de lo que Dios os tiene reservado en los cielos, que ya conocisteis cuando llegó hasta vosotros por primera vez el Evangelio, la palabra, el mensaje de la verdad. Éste se sigue propagando y dando fruto en el mundo entero, como ha ocurrido entre vosotros desde el día en que lo escuchasteis y comprendisteis de verdad la gracia de Dios. Fue Epafras quien os lo enseñó, nuestro querido compañero de servicio, fiel ministro de Cristo para con vosotros, el cual nos ha informado de vuestro amor en el Espíritu.
  • Salmo Responsorial: 51
    "Confío en tu misericordia, Señor, por siempre jamás."
    Pero yo, como verde olivo, / en la casa de Dios, / confío en la misericordia de Dios / por siempre jamás. R. Te daré siempre gracias / porque has actuado; / proclamaré delante de tus fieles: / "Tu nombre es bueno." R.
  • Evangelio: Lucas 4,38-44
    "También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado"
    En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios." Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese. Pero él les dijo: "También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado." Y predicaba en las sinagogas de Judea.

Evangelio meditado

Curación de la suegra de Pedro
Milagros de Jesús


Lucas 4, 38-44. Tiempo Ordinario. Cristo te cura de las enfermedades del alma, siempre está atento...solo tienes que pedirlo.


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 4, 38-44
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella. Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre, y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles. A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero Él, conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que Él era el Cristo. Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando donde Él, trataban de retenerle para que no les dejara. Pero Él les dijo: También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado. E iba predicando por las sinagogas de Judea.

Oración introductoria

Señor, yo también estoy buscándote en mi interior. Ayúdame a ver qué es lo que necesito cambiar para que aprecie y valore más tu presencia en mi vida. Yo también estoy enfermo, te pido que en esta oración te dignes hacer algo por mí. Creo en Ti, confío en Ti y te amo.

Petición
Jesús, dame la humildad para saber reconocer tu presencia en mi vida.

Meditación del Papa Francisco
Con la predicación él anuncia el Reino de Dios y con las curaciones demuestra que el mismo está cerca, está en medio de nosotros.
Cuando entra en la casa de Simón Pedro, Jesús ve que su suegra está en cama con fiebre; en seguida la toma por la mano, la cura y la hace levantar.
Después del ocaso, cuando ha terminado el sábado, la gente puede salir y llevarle a los enfermos, cura a una multitud de personas afligidas por enfermedades de todo tipo: físicas, psíquicas y espirituales. Jesús que vino en la tierra para anunciar y realizar la salvación de todo el hombre y de todos los hombres, él demuestra una particular predilección por aquellos que están heridos en el cuerpo y en el espíritu: los pobres, los pecadores, los endemoniados, los enfermos, los marginados. Él así se revela médico, sea de las almas que de los cuerpos, buen samaritano del hombre, es el verdadero salvador. Jesús salva; Jesús cura; Jesús sana. (S.S. Francisco, Ángelus del 8 de febrero de 2015).

Reflexión
Es admirable el trabajo de los médicos. Nunca tienen un rato de descanso, porque allí donde van, aunque sea a una fiesta, todo el mundo se acerca para hablarles de sus padecimientos y enfermedades.

Así me imagino también a Jesús. No había llegado todavía a casa de su amigo Pedro cuando ya le piden un milagro. Y por la tarde vinieron a suplicarle que sanara a otros enfermos. Y al salir el sol le seguían buscando incluso en el desierto.

¡Qué grande es el Corazón de Cristo! Qué paciente, las veinticuatro horas del día, sin pedir nada a cambio. La Palabra ablanda cualquier corazón, aunque sea más duro que las piedras.. Le apasionaba su misión. Sabía que tenía que aprovechar los tres años de vida pública y no se permitió ni un momento de reposo.

Esto nos enseña a tomarnos en serio nuestra vida. El tiempo que Dios nos ha concedido no puede tirarse a la basura con entretenimientos estériles. Hay mucho que hacer, y algún día nos pedirán cuentas de lo que hayamos hecho. Seguro que tienes varias tareas pendientes que están esperando su momento. ¿Y cuando llegará? Quién sabe.

Es cuestión de organizarse bien, de tener el día programado para rendir al máximo, aun sacrificando el tiempo dedicado a la televisión. Debemos ser exigentes con el uso de las horas. No pueden desperdiciarse, porque nunca más volverán.

Primero es necesario establecer una jerarquía. ¿Qué es lo más importante para mí? No hay que descuidar el trabajo, ni la familia, ni los momentos para Dios, ni las actividades que enriquezcan a los que viven en la misma ciudad o país. Sepamos sacarle el jugo a la vida que Dios nos ha regalado.

Propósito
Consolar a una persona enferma, más que con palabras, con mi cercanía serena y sincera.

Diálogo con Cristo
Señor, gracias por venir a mi casa en esta oración. Estoy agradecido por la atención personal que me das, especialmente cuando estoy enfermo y necesitado de tu gracia. Quiero corresponder rápidamente, como lo hizo la suegra de Pedro, sirviendo con alegría y prontitud a todos mis hermanos. El mundo está enfermo, muchos tienen una gran necesidad de Ti. Te ofrezco ser generoso y compartir la fuerza de tu presencia en mi vida.

martes, 1 de septiembre de 2015

Evangelio diario


Martes de la vigésima segunda semana del tiempo ordinario


Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 5,1-6.9-11. 
Hermanos:
En cuanto al tiempo y al momento, no es necesario que les escriba.
Ustedes saben perfectamente que el Día del Señor vendrá como un ladrón en plena noche.
Cuando la gente afirme que hay paz y seguridad, la destrucción caerá sobre ellos repentinamente, como los dolores de parto sobre una mujer embarazada, y nadie podrá escapar.
Pero ustedes, hermanos, no viven en las tinieblas para que ese Día los sorprenda como un ladrón:
todos ustedes son hijos de la luz, hijos del día. Nosotros no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas.
No nos durmamos, entonces, como hacen los otros: permanezcamos despiertos y seamos sobrios.
Porque Dios no nos destinó para la ira, sino para adquirir la salvación por nuestro Señor Jesucristo,
que murió por nosotros, a fin de que, velando o durmiendo, vivamos unidos a él.
Anímense, entonces, y estimúlense mutuamente, como ya lo están haciendo.



Salmo 27(26),1.4.13-14. 
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida,
¿ante quién temblaré?

Una sola cosa he pedido al Señor,
y esto es lo que quiero:
vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida,
para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su Templo.
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor
en la tierra de los vivientes.

Espera en el Señor y sé fuerte;
ten valor y espera en el Señor.



Evangelio según San Lucas 4,31-37. 
Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados.
Y todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad.
En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un demonio impuro; y comenzó a gritar con fuerza;
"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios".
Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre". El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin hacerle ningún daño.
El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: "¿Qué tiene su palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen!".
Y su fama se extendía por todas partes en aquella región. 

Evangelio meditado

Jesús expulsa a un demonio
Tiempo Ordinario


Lucas 4, 31-37. Tiempo Ordinario. También nosotros somos objeto del ataque del demonio, porque el espíritu del mal no quiere nuestra santidad.


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 4, 31-37
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba. Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo, y se puso a gritar a grandes voces: ¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios. Jesús entonces le conminó diciendo:Callate y sal de él, y arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño. Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros:¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen. Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.

Oración introductoria
Señor Jesús, te quiero y te doy gracias por todo lo que haces por mí. A pesar de tus innumerables muestras de amor, no es extraño que convierta mi oración en un pliego de peticiones que nada tienen que ver con mi vida de gracia y de fe. Hoy tengo una actitud diferente: sin ataduras ni condiciones, me pongo a tu disposición confiando plenamente en tu voluntad.

Petición
Señor, dame la gracia de saber orar y que tu gracia purifique mi corazón para que desaparezca todo lo que me aparta de Ti.

Meditación del Papa Francisco
El diablo existe incluso en el siglo XXI. Hay que aprender cómo luchar contra él en el Evangelio, contra sus tentaciones. La vida de Jesús ha sido una lucha. Vino para vencer el mal, para vencer al príncipe de este mundo, para vencer al demonio.
Una lucha que debe afrontar todo cristiano. El demonio tentó a Jesús tantas veces, y Jesús sintió en su vida las tentaciones, así como también las persecuciones. Nosotros, los cristianos, que queremos seguir Jesús, debemos conocer bien esta verdad: También nosotros somos tentados, también nosotros somos objeto del ataque del demonio, porque el espíritu del mal no quiere nuestra santidad, no quiere el testimonio cristiano, no quiere que seamos discípulos de Jesús. ¿Y cómo hace el espíritu del mal para alejarnos del camino de Jesús con su tentación? La tentación del demonio tiene tres características y nosotros debemos conocerlas para no caer en las trampas. ¿Cómo hace el demonio para alejarnos del camino de Jesús? La tentación comienza levemente, pero crece: siempre crece. Segundo, crece y contagia a otro, se transmite a otro, trata de ser comunitaria. Y, al final, para tranquilizar el alma, se justifica. Crece, contagia y se justifica. (Homilia Santa Martha 11 abril 2014)
Reflexión
Un amigo mío llegó de Perú, donde había estado de misionero durante el verano. Me contó que esa experiencia le había enriquecido mucho, no tanto por lo que había dado -sus catequesis y actividades con los jóvenes de Huamachuco- sino por lo que había recibido.

Jesús se nos presenta también como catequista. Dice el evangelio que bajó a Cafarnaún donde enseñaba los sábados en la sinagoga. ¿Y cómo daba Jesús sus catequesis? Ante todo, con autoridad, es decir, con credibilidad, porque no llenaba sus predicaciones con palabrería, sino con verdad, con el Espíritu de Dios que es capaz de transformar los corazones.

Por tanto, dar catequesis es una actividad propia del cristiano. Consiste en enseñar la fe a los demás, explicar los principios de la religión enriqueciéndolos con la propia vida, iluminar las virtudes cristianas con ejemplos, acercar a otros a los sacramentos...

Mi amigo tenía veinte años. Y descubrió que al enseñar a otros estaba fortaleciendo su propia fe y aumentaba en él la pasión por Cristo y el Evangelio. Porque el que predica, se predica a sí mismo. El que habla del perdón queda más comprometido a perdonar, y el que exige debe hacerlo con el propio testimonio.

La experiencia de Perú hizo a mi amigo más cristiano, porque supo meterse en el papel de Cristo y llegó a quedar transformado por Él.

Propósito
Seguir el ejemplo de Cristo procurando que mi ayuda a los demás, trate de abarcar a la totalidad de la persona.

Diálogo con Cristo 
Señor, me conoces y sabes todo acerca de mí. No permitas que me ciegue la arrogancia de mis propias opiniones. Ayúdame a tenerte siempre como la meta de mi vida, quiero que tu gracia triunfe por encima de mi soberbia y de mi egoísmo. Quiero que tu voluntad impere sobre la mía, que tu vida divina resplandezca en mi conciencia

lunes, 31 de agosto de 2015

Evangelio 31 de Agosto de 2015

  • Primera Lectura: I Tesalonicenses 4,13-18
    "A los que han muerto, Dios, por medio Jesús, los llevará con él"
    Hermanos, no queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.
  • Salmo Responsorial: 95
    "El Señor llega a regir la tierra"
    Cantad al Señor un cántico nuevo, / cantad al Señor, toda la tierra. / Contad a los pueblos su gloria, / sus maravillas a todas las naciones. R.
    Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, / más temible que todos los dioses. / Pues los dioses de los gentiles son apariencia, / mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.
    Alégrese el cielo, goce la tierra, / retumbe el mar y cuanto lo llena; / vitoreen los campos y cuanto hay en ellos. R.
    Aclamen los árboles del bosque, / delante del Señor, que ya llega, / ya llega a regir la tierra: / regirá el orbe con justicia / y los pueblos con fidelidad. R.
  • Evangelio: Lucas 4,16-30
    "Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres... Ningún profeta es bien mirado en su tierra"
    En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desarrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor." Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él.
    Y él se puso a decirles: "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír." Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: "¿No es éste el hijo de José?" Y Jesús les dijo: "Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún." Y añadió: "Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio".
    Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Evangelio meditado

El Espíritu del Señor está sobre mí
Tiempo Ordinario


Lucas 4, 16-30. Tiempo Ordinario. En nuestra vida como cristianos todos tenemos una misión muy concreta que realizar.


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 4, 16-30
En aquel tiempo fue Jesús a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy. Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: ¿No es éste el hijo de José? Él les dijo: Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria. Y añadió: En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio. Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó. 

Oración introductoria
Jesús, concédeme iniciar esta meditación con una actitud abierta y dócil para poder escuchar y percibir tu presencia. No quiero ser un pasivo espectador, con un corazón duro y ciego, insensible y mediocre… porque estoy hecho para ser el reflejo de tu amor. Quiero reconocerte en todas las personas que hoy podría, por amor a Ti, servir.

Petición
Dios mío, dame la gracia de reconocerte y amarte más el día de hoy.

Meditación del Papa Francisco
Después de una primera reacción positiva, alguno movido por la polilla de la envidia comenzó a decir: ¿Dónde estudió éste? ¿No es el hijo de José? Y nosotros conocemos a toda su familia, ¿y en qué universidad estudió? Entonces pretendían que le hiciera un milagro: solamente después habrían creído. Entonces comenzaron a empujarlo para tirarlo por un barranco por celos, por envidia.
Pero no se trató de un evento de hace dos mil años atrás, esto sucede cada día, cada vez que se acoge a alguien hablando bien el primer día y después siempre menos, hasta llegar a la habladuría, casi hasta desollarlo. Quien en una comunidad habla contra un hermano acaba por querer asesinarlo.
El apóstol Juan nos dice esto: quien en su corazón odia a su hermano es un homicida. Nosotros estamos acostumbrados a los chismes, a las habladurías y muchas veces transformamos a nuestras comunidades y también a nuestra familia en un infierno en donde se manifiesta esta forma de criminalidad que lleva a asesinar al hermano y a la hermana con la lengua.
Para que haya paz en una comunidad, en una familia o en un país, en el mundo, tenemos que empezar a estar con el Señor. Porque donde está el Señor no hay envidia, no hay criminalidad, no hay celos, hay hermandad. Pidamos esto al Señor: nunca asesinar al prójimo con nuestra lengua y estar con el Señor, como estaremos todos nosotros en el cielo. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 2 de septiembre de 2013, en Santa Marta).
Reflexión
Es muy común preguntar a los niños pequeños: ¿qué quieres ser cuando seas grandes? Y para orgullo de los padres los niños responden: "quiero ser como mi papá". Si esta misma pregunta se la hiciéramos a Cristo durante su vida oculta en Nazaret, no cabe duda que respondería que Él sería lo que su Padre ha pensado para Él desde siempre. Prueba de ello es la respuesta que dio a su madre angustiada cuando se perdió en el templo: "pero no sabíais que debo ocuparme en las cosas de mi Padre", no debería haber motivo de preocupación por mi ausencia.

En nuestra vida como cristianos todos tenemos una misión muy concreta que realizar. Cristo desenrolló las escrituras (porque estaban en forma de pergaminos) y encontró justamente aquello que Dios Padre deseaba de Él. "Anunciar la Buena Nueva, proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor". Todo esto lo cumplió Jesús a lo largo de su vida terrena y aunque algunos se empeñaban en no abrir su corazón a las enseñanzas de Cristo, como es le caso de los escribas y fariseos. A pesar de su obstinada actitud Cristo no desmayó en su esfuerzo por predicarles la ley del amor.

Propósito
De la misma forma que Cristo predicaba las enseñanzas de su Padre nosotros también atrevámonos a predicar el evangelio sin temor ni vergüenza. Antes bien pidámosle confianza y valor para que nos haga auténticos defensores de nuestra fe.

Diálogo con Cristo
Padre Santo, ¿por qué tanta cerrazón y dureza de corazón? Tú siempre dispuesto a darme todo lo que me puede llevar a la santidad y yo pretendiendo ser el protagonista principal en vez de darte el lugar que te corresponde en mi vida. Gracias, Señor, por el don de mi fe que me lleva a reconocerte en el amor, en el ejercicio continuo de la caridad. Ayúdame a ser santo desde ahora para aprovechar, así, la fe que me has dado.

Evangelio 30 de Agosto de 2015

  • Primera Lectura: Deuteronomio 4, 1-2. 6-8
    "No añadáis nada a lo que os mando. . ., así cumpliréis los preceptos del Señor"
    Moisés habló al pueblo, diciendo: - "Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán:"Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente."Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?"
  • Salmo Responsorial: 14
    "Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?"
    El que procede honradamente / y practica la justicia, / el que tiene intenciones leales / y no calumnia con su lengua. R.
    El que no hace mal a su prójimo / ni difama al vecino, / el que considera despreciable al impío / y honra a los que temen al Señor. R.
    El que no presta dinero a usura / ni acepta soborno contra el inocente / El que así obra nunca fallará. R
  • Segunda Lectura: Santiago 1, 17-18. 21b-22.27
    "Llevad a la práctica la palabra"
    Mis queridos hermanos: Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra. Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas. Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.
  • Evangelio: Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23
    "Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres"
    En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. ( Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes la manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas. ) Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús "¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores"? Él contesto: / "Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: / "Este pueblo me honra con los labios, / pero su corazón está lejos de mí. / El culto que me dan está vacío, / porque la doctrina que enseñan / son preceptos humanos." / Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres." Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo: "Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer la hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro."