Lecturas del día:
Primera lectura
Deuteronomio 6:4-134 Escucha, Israel: Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh.5 Amarás a Yahveh tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.6 Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy.7 Se la repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado;8 las atarás a tu mano como una señal, y serán como una insignia entre tus ojos;9 las escribirás en las jambas de tu casa y en tus puertas.10 Cuando Yahveh tu Dios te haya introducido en la tierra que a tus padres Abraham, Isaac y Jacob juró que te daría: ciudades grandes y prósperas que tú no edificaste,11 casas llenas de toda clase de bienes, que tú no llenaste, cisternas excavadas que tú no excavaste, viñedos y olivares que tú no plantaste, cuando hayas comido y te hayas saciado,12 cuida de no olvidarte de Yahveh que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre.13 A Yahveh tu Dios temerás, a él le servirás, por su nombre jurarás.Salmo responsorial
Salmo 18:2-4, 47, 512 Dijo: Yo te amo, Yahveh, mi fortaleza, (mi salvador, que de la violencia me has salvado).3 Yahveh, mi roca y mi baluarte, mi liberador, mi Dios; la peña en que me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvación, mi ciudadela y mi refugio.4 Invoco a Yahveh, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos.47 ¡Viva Yahveh, bendita sea mi roca, el Dios de mi salvación sea ensalzado,51 El hace grandes las victorias de su rey y muestra su amor a su ungido, a David y a su linaje para siempre.Evangelio
Mateo 17:14-2014 Cuando llegaron donde la gente, se acercó a él un hombre que, arrodillándose ante él,15 le dijo: «Señor, ten piedad de mi hijo, porque es lunático y está mal; pues muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua.16 Se lo he presentado a tus discípulos, pero ellos no han podido curarle.»17 Jesús respondió: «¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo acá!18 Jesús le increpó y el demonio salió de él; y quedó sano el niño desde aquel momento.19 Entonces los discípulos se acercaron a Jesús, en privado, y le dijeron: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?20 Díceles: «Por vuestra poca fe. Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: "Desplázate de aquí allá", y se desplazará, y nada os será imposible.»