sábado, 5 de septiembre de 2020

Lecturas 5 de Septiembre de 2020

 

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Corintios 4:6-15
    6 En esto, hermanos, me he puesto como ejemplo a mí y a Apolo, en orden a vosotros; para que aprendáis de nosotros aquello de «No propasarse de lo que está escrito» y para que nadie se engría en favor de uno contra otro.
    7 Pues ¿quién es el que te distingue? ¿Qué tienes que no lo hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿a qué gloriarte cual si no lo hubieras recibido?
    8 ¡Ya estáis hartos! ¡Ya sois ricos! ¡Os habéis hecho reyes sin nosotros! ¡Y ojalá reinaseis, para que también nosotros reináramos con vosotros!
    9 Porque pienso que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha asignado el último lugar, como condenados a muerte, puestos a modo de espectáculo para el mundo, los ángeles y los hombres.
    10 Nosotros, necios por seguir a Cristo; vosotros, sabios en Cristo. Débiles nosotros; mas vosotros, fuertes. Vosotros llenos de gloria; mas nosotros, despreciados.
    11 Hasta el presente, pasamos hambre, sed, desnudez. Somos abofeteados, y andamos errantes.
    12 Nos fatigamos trabajando con nuestras manos. Si nos insultan, bendecimos. Si nos persiguen, lo soportamos.
    13 Si nos difaman, respondemos con bondad. Hemos venido a ser, hasta ahora, como la basura del mundo y el desecho de todos.
    14 No os escribo estas cosas para avergonzaros, sino más bien para amonestaros como a hijos míos queridos.
    15 Pues aunque hayáis tenido 10.000 pedagogos en Cristo, no habéis tenido muchos padres. He sido yo quien, por el Evangelio, os engendré en Cristo Jesús.

  • Salmo responsorial

    Salmo 145:17-21
    17 Yahveh es justo en todos sus caminos, en todas sus obras amoroso;
    18 cerca está Yahveh de los que le invocan, de todos los que le invocan con verdad.
    19 El cumple el deseo de los que le temen, escucha su clamor y los libera;
    20 guarda Yahveh a cuantos le aman, a todos los impíos extermina.
    21 ¡La alabanza de Yahveh diga mi boca, y toda carne bendiga su nombre sacrosanto, para siempre jamás!

  • Evangelio

    Lucas 6:1-5
    1 Sucedió que cruzaba en sábado por unos sembrados; sus discípulos arrancaban y comían espigas desgranándolas con las manos.
    2 Algunos de los fariseos dijeron: «¿Por qué hacéis lo que no es lícito en sábado?»
    3 Y Jesús les respondió: «¿Ni siquiera habéis leído lo que hizo David, cuando sintió hambre él y los que le acompañaban,
    4 cómo entró en la Casa de Dios, y tomando los panes de la presencia, que no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, comió él y dio a los que le acompañaban?»
    5 Y les dijo: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»

viernes, 4 de septiembre de 2020

Lecturas 4 de Septiembre de 2020

 

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Corintios 4:1-5
    1 Por tanto, que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
    2 Ahora bien, lo que en fin de cuentas se exige de los administradores es que sean fieles.
    3 Aunque a mí lo que menos me importa es ser juzgado por vosotros o por un tribunal humano. ¡Ni siquiera me juzgo a mí mismo!
    4 Cierto que mi conciencia nada me reprocha; mas no por eso quedo justificado. Mi juez es el Señor.
    5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo hasta que venga el Señor. El iluminará los secretos de las tinieblas y pondrá de manifiesto los designios de los corazones. Entonces recibirá cada cual del Señor la alabanza que le corresponda.

  • Salmo responsorial

    Salmo 37:3-6, 27-28, 39-40
    3 Ten confianza en Yahveh y obra el bien, vive en la tierra y crece en paz,
    4 ten tus delicias en Yahveh, y te dará lo que pida tu corazón.
    5 Pon tu suerte en Yahveh, confía en él, que él obrará;
    6 hará brillar como la luz tu justicia, y tu derecho igual que el mediodía.
    27 Apártate del mal y obra el bien, tendrás para siempre una morada;
    28 porque Yahveh ama lo que es justo y no abandona a sus amigos. Los malvados serán por siempre exterminados, la estirpe de los impíos cercenada;
    39 La salvación de los justos viene de Yahveh, él su refugio en tiempo de angustia;
    40 Yahveh los ayuda y los libera, de los impíos él los libra, los salva porque a él se acogen.

  • Evangelio

    Lucas 5:33-39
    33 Ellos le dijeron: «Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y recitan oraciones, igual que los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben.»
    34 Jesús les dijo: «¿Podéis acaso hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el novio está con ellos?
    35 Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán en aquellos días.»
    36 Les dijo también una parábola: «Nadie rompe un vestido nuevo para echar un remiendo a uno viejo; de otro modo, desgarraría el nuevo, y al viejo no le iría el remiendo del nuevo.
    37 «Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino nuevo reventaría los pellejos, el vino se derramaría, y los pellejos se echarían a perder;
    38 sino que el vino nuevo debe echarse en pellejos nuevos.
    39 Nadie, después de beber el vino añejo, quiere del nuevo porque dice: «El añejo es el bueno.»

jueves, 3 de septiembre de 2020

Lecturas 3 de Septiembre de 2020

 

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    I Corintios 3:18-23
    18 ¡Nadie se engañe! Si alguno entre vosotros se cree sabio según este mundo, hágase necio, para llegar a ser sabio;
    19 pues la sabiduría de este mundo es necedad a los ojos de Dios. En efecto, dice la Escritura: El que prende a los sabios en su propia astucia.
    20 Y también: El Señor conoce cuán vanos son los pensamientos de los sabios.
    21 Así que, no se gloríe nadie en los hombres, pues todo es vuestro:
    22 ya sea Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro;
    23 y vosotros, de Cristo y Cristo de Dios.

  • Salmo responsorial

    Salmo 24:1-6
    1 Salmo. De David. De Yahveh es la tierra y cuanto hay en ella, el orbe y los que en él habitan;
    2 que él lo fundó sobre los mares, él lo asentó sobre los ríos.
    3 ¿Quién subirá al monte de Yahveh?, ¿quién podrá estar en su recinto santo?
    4 El de manos limpias y puro corazón, el que a la vanidad no lleva su alma, ni con engaño jura.
    5 El logrará la bendición de Yahveh, la justicia del Dios de su salvación.
    6 Tal es la raza de los que le buscan, los que van tras tu rostro, oh Dios de Jacob.

  • Evangelio

    Lucas 5:1-11
    1 Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios,
    2 cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes.
    3 Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre.
    4 Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.»
    5 Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes.»
    6 Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse.
    7 Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.
    8 Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.»
    9 Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado.
    10 Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.»
    11 Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.

  • Segunda opción

  • Primera lectura

    II Corintios 4:1-2, 5-7
    1 Por esto, misericordiosamente investidos de este ministerio, no desfallecemos.
    2 Antes bien, hemos repudiado el silencio vergonzoso no procediendo con astucia, ni falseando la Palabra de Dios; al contrario, mediante la manifestación de la verdad nos recomendamos a nosotros mismos a toda conciencia humana delante de Dios.
    5 No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por Jesús.
    6 Pues el mismo Dios que dijo: "De las tinieblas brille la luz," ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo.
    7 Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros.

  • Salmo responsorial

    Salmo 96:1-3, 7-8, 10
    1 ¡Cantad a Yahveh un canto nuevo, cantad a Yahveh, toda la tierra,
    2 cantad a Yahveh, su nombre bendecid! Anunciad su salvación día tras día,
    3 contad su gloria a las naciones, a todos los pueblos sus maravillas.
    7 Rendid a Yahveh, familias de los pueblos, rendid a Yahveh gloria y poder,
    8 rendid a Yahveh la gloria de su nombre. Traed ofrendas y en sus atrios entrad,
    10 Decid entre las gentes: «¡Yahveh es rey!» El orbe está seguro, no vacila; él gobierna a los pueblos rectamente.

  • Evangelio

    Lucas 22:24-30
    24 Entre ellos hubo también un altercado sobre quién de ellos parecía ser el mayor.
    25 El les dijo: «Los reyes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los que ejercen el poder sobre ellas se hacen llamar Bienhechores;
    26 pero no así vosotros, sino que el mayor entre vosotros sea como el más joven y el que gobierna como el que sirve.
    27 Porque, ¿quién es mayor, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.
    28 «Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas;
    29 yo, por mi parte, dispongo un Reino para vosotros, como mi Padre lo dispuso para mí,
    30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Lecturas 2 de Agosto de 2020

 

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Corintios 3:1-9
    1 Yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
    2 Os di a beber leche y no alimento sólido, pues todavía no lo podíais soportar. Ni aun lo soportáis al presente;
    3 pues todavía sois carnales. Porque, mientras haya entre vosotros envidia y discordia ¿no es verdad que sois carnales y vivís a lo humano?
    4 Cuando dice uno «Yo soy de Pablo», y otro «Yo soy de Apolo», ¿no procedéis al modo humano?
    5 ¿Qué es, pues Apolo? ¿Qué es Pablo?... ¡Servidores, por medio de los cuales habéis creído!, y cada uno según lo que el Señor le dio.
    6 Yo planté, Apolo regó; mas fue Dios quien dio el crecimiento.
    7 De modo que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que hace crecer.
    8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; si bien cada cual recibirá el salario según su propio trabajo,
    9 ya que somos colaboradores de Dios y vosotros, campo de Dios, edificación de Dios.

  • Salmo responsorial

    Salmo 33:12-15, 20-21
    12 ¡Feliz la nación cuyo Dios es Yahveh, el pueblo que se escogió por heredad!
    13 Yahveh mira de lo alto de los cielos, ve a todos los hijos de Adán;
    14 desde el lugar de su morada observa a todos los habitantes de la tierra,
    15 él, que forma el corazón de cada uno, y repara en todas sus acciones.
    20 Nuestra alma en Yahveh espera, él es nuestro socorro y nuestro escudo;
    21 en él se alegra nuestro corazón, y en su santo nombre confiamos.

  • Evangelio

    Lucas 4:38-44
    38 Saliendo de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella.
    39 Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre, y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles.
    40 A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba.
    41 Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: «Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él, conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo.
    42 Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando donde él, trataban de retenerle para que no les dejara.
    43 Pero él les dijo: «También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado.»
    44 E iba predicando por las sinagogas de Judea.

martes, 1 de septiembre de 2020

Lecturas 1 de Septiembre de 2020

 

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Corintios 2:10-16
    10 Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios.
    11 En efecto, ¿qué hombre conoce lo íntimo del hombre sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios.
    12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para conocer las gracias que Dios nos ha otorgado,
    13 de las cuales también hablamos, no con palabras aprendidas de sabiduría humana, sino aprendidas del Espíritu, expresando realidades espirituales.
    14 El hombre naturalmente no capta las cosas del Espíritu de Dios; son necedad para él. Y no las puede conocer pues sólo espiritualmente pueden ser juzgadas.
    15 En cambio, el hombre de espíritu lo juzga todo; y a él nadie puede juzgarle.
    16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor para instruirle? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.

  • Salmo responsorial

    Salmo 145:8-14
    8 Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y grande en amor;
    9 bueno es Yahveh para con todos, y sus ternuras sobre todas sus obras.
    10 Te darán gracias, Yahveh, todas tus obras y tus amigos te bendecirán;
    11 dirán la gloria de tu reino, de tus proezas hablarán,
    12 para mostrar a los hijos de Adán tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino.
    13 Tu reino, un reino por los siglos todos, tu dominio, por todas las edades. Yahveh es fiel en todas sus palabras, en todas sus obras amoroso;
    14 Yahveh sostiene a todos los que caen, a todos los encorvados endereza.

  • Evangelio

    Lucas 4:31-37
    31 Bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba.
    32 Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad.
    33 Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo, y se puso a gritar a grandes voces:
    34 «¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.»
    35 Jesús entonces le conminó diciendo: «Cállate, y sal de él.» Y el demonio, arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño.
    36 Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros: «¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen.»
    37 Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.

lunes, 31 de agosto de 2020

Lecturas 31 de Agosto de 2020

 

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Corintios 2:1-5
    1 Pues yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios,
    2 pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado.
    3 Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso.
    4 Y mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino que fueron una demostración del Espíritu y del poder
    5 para que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios.

  • Salmo responsorial

    Salmo 119:97-102
    97 ¡Oh, cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.
    98 Más sabio me haces que mis enemigos por tu mandamiento, que por siempre es mío.
    99 Tengo más prudencia que todos mis maestros, porque mi meditación son tus dictámenes.
    100 Poseo más cordura que los viejos, porque guardo tus ordenanzas.
    101 Retraigo mis pasos de toda mala senda para guardar tu palabra.
    102 De tus juicios no me aparto, porque me instruyes tú.

  • Evangelio

    Lucas 4:16-30
    16 Vino a Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura.
    17 Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito:
    18 El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos
    19 y proclamar un año de gracia del Señor.
    20 Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él.
    21 Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.»
    22 Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
    23 El les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria.»
    24 Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.»
    25 «Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país;
    26 y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón.
    27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.»
    28 Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira;
    29 y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle.
    30 Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó.

Lecturas 30 de Agosto de 2020

 

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Jeremías 20:7-9
    7 Me has seducido, Yahveh, y me dejé seducir; me has agarrado y me has podido. He sido la irrisión cotidiana: todos me remedaban.
    8 Pues cada vez que hablo es para clamar: «¡Atropello!», y para gritar: «¡Expolio!». La palabra de Yahveh ha sido para mí oprobio y befa cotidiana.
    9 Yo decía: «No volveré a recordarlo, ni hablaré más en su Nombre.» Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis huesos, y aunque yo trabajada por ahogarlo, no podía.

  • Salmo responsorial

    Salmo 63:2-6, 8-9
    2 Dios, tú mi Dios, yo te busco, sed de ti tiene mi alma, en pos de ti languidece mi carne, cual tierra seca, agotada, sin agua.
    3 Como cuando en el santuario te veía, al contemplar tu poder y tu gloria,
    4 - pues tu amor es mejor que la vida, mis labios te glorificaban -,
    5 así quiero en mi vida bendecirte, levantar mis manos en tu nombre;
    6 como de grasa y médula se empapará mi alma, y alabará mi boca con labios jubilosos.
    8 porque tú eres mi socorro, y yo exulto a la sombra de tus alas;
    9 mi alma se aprieta contra ti, tu diestra me sostiene.

  • Segunda lectura

    Romanos 12:1-2
    1 Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual.
    2 Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.

  • Evangelio

    Mateo 16:21-27
    21 Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día.
    22 Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!»
    23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!
    24 Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
    25 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará.
    26 Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?
    27 «Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.