sábado, 23 de junio de 2018

Evangelio meditado

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    II Crónicas 24:17-25
    17 Después de la muerte de Yehoyadá vinieron los jefes de Judá a postrarse delante del rey, y entonces el rey les prestó oído.
    18 Abandonaron la Casa de Yahveh, el Dios de sus padres, y sirvieron a los cipos y a los ídolos; la cólera estalló contra Judá y Jerusalén a causa de esta culpa suya.
    19 Yahveh les envió profetas que dieron testimonio contra ellos para que se convirtiesen a él, pero no les prestaron oído.
    20 Entonces el espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá que, presentándose delante del pueblo, les dijo: «Así dice Dios: ¿Por qué traspasáis los mandamientos de Yahveh? No tendréis éxito; pues por haber abandonado a Yahveh, él os abandonará a vosotros.»
    21 Mas ellos conspiraron contra él, y por mandato del rey le apedrearon en el atrio de la Casa de Yahveh.
    22 Pues el rey Joás no se acordó del amor que le había tenido Yehoyadá, padre de Zacarías, sino que mató a su hijo, que exclamó al morir: «¡Véalo Yahveh y exija cuentas!»
    23 A la vuelta de un año subió contra Joás el ejército de los arameos, que invadieron Judá y Jerusalén, mataron de entre la población a todos los jefes del pueblo, y enviaron todo el botín al rey de Damasco,
    24 pues aunque el ejército de los arameos había venido con poca gente, Yahveh entregó en sus manos a un ejército muy grande; porque habían abandonado a Yahveh, el Dios de sus padres. De este modo los arameos hicieron justicia con Joás.
    25 Y cuando se alejaron de él, dejándole gravemente enfermo, se conjuraron contra él sus servidores, por la sangre del hijo del sacerdote Yehoyadá, le mataron en su lecho y murió. Le sepultaron en la Ciudad de David, pero no le sepultaron en los sepulcros de los reyes.
  • Salmo responsorial

    Salmo 89:4-5, 29-34
    4 «Una alianza pacté con mi elegido, un juramento hice a mi siervo David:
    5 Para siempre jamás he fundado tu estirpe, de edad en edad he erigido tu trono.»
    29 «Le guardaré mi amor por siempre, y mi alianza será leal con él;
    30 estableceré su estirpe para siempre, y su trono como los días de los cielos.
    31 «Si sus hijos abandonan mi ley, y no siguen mis juicios,
    32 si profanan mis preceptos, y mis mandamientos no observan,
    33 «castigaré su rebelión con vara, y su culpa con azote,
    34 mas no retiraré de él mi amor, en mi lealtad no fallaré.
  • Evangelio

    Mateo 6:24-34
    24 Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.
    25 «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
    26 Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?
    27 Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida?
    28 Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan.
    29 Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos.
    30 Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?
    31 No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos?
    32 Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.
    33 Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.
    34 Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal.

Evangelio meditado

Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia
Santo Evangelio según San Mateo 6, 24-34. Sábado XI de Tiemo Ordinario.


Por: H. David Mauricio Sánchez Mejía, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por darme un día más de vida, por darme la oportunidad de acercarme cada vez más a Ti. Ayúdame a darme cuenta que Tú debes ser el centro de mi vida alrededor del cual todas las otras preocupaciones deben girar.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas".


Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús quiere que no seamos presa de las preocupaciones y angustias del mundo. Por eso, nos invita a contemplar los animales del campo, la naturaleza, y a darnos cuenta de que Dios es quien los cuida y alimenta. Parece decirnos: "No te preocupes por el trabajo o el vestido. ¡Relájate! Yo me preocupo por ti".
"Demasiado bueno para ser verdad" pensamos nosotros o, por lo menos, no lo tomamos lo suficientemente en serio. ¿Cómo podríamos no preocuparnos por nuestro bienestar, si vemos que lo que no conseguimos nadie nos lo da? ¿Cómo no angustiarme cuando tengo que pagar la renta y no tengo dinero? ¿Cómo no desanimarme cuando alguien que amo está enfermo?
Jesús nos muestra el camino cuando nos pide que busquemos primero a Dios. Nos pide que tengamos los ojos fijos en Él y nos promete que así llegaremos a la plenitud que tanto anhelamos. Es verdad, nosotros tendremos que seguir trabajando, haciendo esfuerzos para pagar la renta, o incluso para acompañar aquellos enfermos, pero la prioridad no estará en aquello que hacemos, sino que Dios nos dará un corazón libre para amar y bendecirá todas nuestras acciones.
Es realmente un amor sorprendente y misterioso, porque donándonos Jesús como Pastor que da la vida por nosotros, ¡el Padre nos ha dado todo lo más grande y precioso que podía darnos! Es el amor más alto y más puro, porque no está motivado por ninguna necesidad, no está condicionado por ningún cálculo, no es atraído por ningún deseo de intercambio interesado. Frente a este amor de Dios, nosotros experimentamos una alegría inmensa y nos abrimos al reconocimiento por lo que hemos recibido gratuitamente.
Pero contemplar y dar gracias no basta. Es necesario también seguir al Buen Pastor.
(Homilía de S.S. Francisco, 26 de abril de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicaré algún tiempo antes de dormir para poner delante de Dios mis preocupaciones del día y para pedirle que me ayude a ponerlo siempre a Él primero.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

viernes, 22 de junio de 2018

Evangelio 22 de Junio de 2018

Color: Rojo

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    II Reyes 11:1-4, 9-18, 20
    1 Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que había muerto su hijo, se levantó y exterminó toda la estirpe real.
    2 Pero Yehosebá, hija del rey Joram y hermana de Ocozías, tomó a Joás, hijo de Ocozías y lo sacó de entre los hijos del rey a quienes estaban matando, y puso a él y a su nodriza en el dormitorio, ocultándolo de la vista de Atalia, y no le mataron.
    3 Seis años estuvo escondido con ella en la Casa de Yahveh, mientras Atalía reinaba en el país.
    4 El año séptimo, Yehoyadá envió a buscar a los jefes de cien de los carios y de los corredores, y los hizo venir donde él a la Casa de Yahveh y, haciendo un pacto con ellos, les hizo prestar juramento y les mostró al hijo del rey.
    9 Los jefes de cien hicieron cuanto les mandó el sacerdote Yehoyadá. Cada uno tomó sus hombres, los que entraban el sábado y los que salían el sábado, y vinieron junto al sacerdote Yehoyadá.
    10 El sacerdote dio a los jefes de cien las lanzas y escudos del rey David que estaban en la Casa de Yahveh.
    11 La guardia se apostó cada uno con sus armas en la mano, desde el lado derecho de la Casa hasta el lado izquierdo, entre el altar y la Casa, para que rodeasen al rey.
    12 Hizo salir entonces al hijo del rey, le puso la diadema y el Testimonio y le ungió. Batieron palmas y gritaron: «¡Viva el rey!»
    13 Oyó Atalía el clamor del pueblo y se acercó al pueblo que estaba en la Casa de Yahveh.
    14 Cuando vio al rey de pie junto a la columna, según la costumbre, y a los jefes y las trompetas junto al rey, y a todo el pueblo de la tierra lleno de alegría y tocando las trompetas, rasgó Atalía sus vestidos y gritó: « ¡Traición, traición!»
    15 El sacerdote Yehoyadá dio orden a los jefes de las tropas diciendo: «Hacedla salir de las filas y el que la siga que sea pasado a espada», porque dijo el sacerdote: «Que no la maten en la Casa de Yahveh.»
    16 Le echaron mano y, cuando llegó a la casa del rey, por el camino de la Entrada de los Caballos, allí la mataron.
    17 Yehoyadá hizo una alianza entre Yahveh, el rey y el pueblo, para ser pueblo de Yahveh; y entre el rey y el pueblo.
    18 Fue todo el pueblo de la tierra al templo de Baal y lo derribó. Destrozaron sus altares y sus imágenes, y mataron ante los altares a Matán, sacerdote de Baal. El sacerdote puso centinelas en la Casa de Yahveh,
    20 Todo el pueblo de la tierra estaba contento y la ciudad quedó tranquila; en cuanto a Atalía, había muerto a espada en la casa del rey.
  • Salmo responsorial

    Salmo 132:11-14, 17-18
    11 Juró Yahveh a David, verdad que no retractará: «El fruto de tu seno asentaré en tu trono.
    12 «Si tus hijos guardan mi alianza, el dictamen que yo les enseño, también sus hijos para siempre se sentarán sobre tu trono.»
    13 Porque Yahveh ha escogido a Sión, la ha querido como sede para sí:
    14 «Aquí está mi reposo para siempre, en él me sentaré, pues lo he querido.
    17 «Allí suscitaré a David un fuerte vástago, aprestaré una lámpara a mi ungido;
    18 de vergüenza cubriré a sus enemigos, y sobre él brillará su diadema».
  • Evangelio

    Mateo 6:19-23
    19 «No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban.
    20 Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben.
    21 Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
    22 «La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso;
    23 pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    I Pedro 4:12-19
    12 Queridos, no os extrañéis del fuego que ha prendido en medio de vosotros para probaros, como si os sucediera algo extraño,
    13 sino alegraos en la medida en que participáis en los sufrimientos de Cristo, para que también os alegréis alborozados en la revelación de su gloria.
    14 Dichosos de vosotros, si sois injuriados por el nombre de Cristo, pues el Espíritu de gloria, que es el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.
    15 Que ninguno de vosotros tenga que sufrir ni por criminal ni por ladrón ni por malhechor ni por entrometido:
    16 pero si es por cristiano, que no se avergüence, que glorifique a Dios por llevar este nombre.
    17 Porque ha llegado el tiempo de comenzar el juicio por la casa de Dios. Pues si comienza por nosotros, ¿qué fin tendrán los que no creen en el Evangelio de Dios?
    18 Si el justo se salva a duras penas ¿en qué pararán el impío y el pecador?
    19 De modo que, aun los que sufren según la voluntad de Dios, confíen sus almas al Creador fiel, haciendo el bien.
  • Salmo responsorial

    Salmo 126:1-6
    1 Canción de las subidas. Cuando Yahveh hizo volver a los cautivos de Sión, como soñando nos quedamos;
    2 entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegría. Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho Yahveh con éstos!
    3 ¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros Yahveh, el gozo nos colmaba!
    4 ¡Haz volver, Yahveh, a nuestros cautivos como torrentes en el Négueb!
    5 Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos.
    6 Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas.
  • Evangelio

    Mateo 10:34-39
    34 «No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada.
    35 Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra;
    36 y enemigos de cada cual serán los que conviven con él.
    37 «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
    38 El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí.
    39 El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.

Evangelio meditado

¿En quién está nuestra confianza?
Santo Evangelio según San Mateo 6, 19-23. Viernes XI de Tiempo Ordinario.


Por: H. Jesús Salazar, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Ayúdame, Señor, a que mi verdadero tesoro seas sólo Tú.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 6, 19-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho los destruyen, donde los ladrones perforan las paredes y se los roban. Más bien acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho los destruyen, ni hay ladrones que perforen las paredes y se los roben; porque donde está tu tesoro, ahí también está tu corazón.
Tus ojos son la luz de tu cuerpo; de manera que, si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz. Pero si tus ojos están enfermos, todo tu cuerpo tendrá oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz, no es más que oscuridad, ¡qué negra no será tu propia oscuridad!"
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio


El Evangelio que meditamos hoy nos alerta para hacer un alto en el camino y replantearnos: ¿Dónde está nuestro tesoro?
Dios nos bendice abundantemente con tesoros muy buenos.En la juventud nos da energía, libertad, nuevos proyectos, oportunidades, opciones de vida; en la madurez nos puede dar estabilidad de vida, trabajo, el tener nuestra propia familia, un matrimonio feliz; en la ancianidad el poder ver los frutos de nuestra vida, el cariño de la familia. ¿Quién pondría en duda que estos tesoros son enormes? Inclusive las cruces y momentos de dificultad también son tesoros magníficos porque nos permiten participar del sacrificio de Jesús. Pero falta algo, si nuestro tesoro no tiene a Dios en el centro se herrumbra.
Cristo nos invita a ser ambiciosos espiritualmente hablando, a invertir en el cielo. Eso lo comenzamos haciendo aquí y ahora buscando tener una relación más cercana y profunda con Dios, no por interés, sino por amor. Una persona que tiene ese encuentro diario con Dios va cambiando sin darse cuenta y cambia a los que están a su alrededor con su espíritu positivo y lleno de caridad. Vivir esta cercanía con Dios nos permite vivir un pedazo de cielo en la tierra. Esto no es algo abstracto ni difícil de comprender, quien busca a Dios se le nota; ésa es la luz en los ojos de la cual nos habla el Evangelio. Lo mejor de esta amistad, es que Cristo viene en nuestro auxilio aun cuando somos débiles. ¿Quién dijo que es imposible ser santo en este siglo?
Podemos preguntarnos: ¿dónde está mi corazón? Jesús decía: tu tesoro está donde está tú corazón. ¿Cuál es mi tesoro? ¿Es Jesús y su doctrina? ¿El corazón es bueno o el tesoro es otra cosa? Por lo tanto es el corazón el que tiene que ser purificado y convertirse. Sin un corazón purificado, no se puede tener nunca las manos verdaderamente limpias y los labios que pronuncien palabras sinceras de amor, de misericordia y de perdón.
(Homilía de S.S. Francisco, 30 de agosto de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicaré un breve tiempo a hacer un examen de conciencia para reflexionar en qué tengo puesto mi corazón que no me permite tener una relación más profunda con Dios.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 21 de junio de 2018

Evangelio 21 de Junio de 2018

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    Eclesiástico 48:1-14
    1 Después surgió el profeta Elías como fuego, su palabra abrasaba como antorcha.
    2 El atrajo sobre ellos el hambre, y con su celo los diezmó.
    3 Por la palabra del Señor cerró los cielos, e hizo también caer fuego tres veces.
    4 ¡Qué glorioso fuiste, Elías, en tus portentos! ¿quién puede jactarse de ser igual que tú?
    5 Tú que despertaste a un cadáver de la muerte y del seol, por la palabra del Altísimo;
    6 que hiciste caer a reyes en la ruina, y a hombres insignes fuera de su lecho;
    7 oíste en el Sinaí la reprensión, y en el Horeb los decretos de castigo;
    8 ungiste reyes para tomar venganza, y profetas para ser tus sucesores;
    9 en torbellino de fuego fuiste arrebatado en carro de caballos ígneos;
    10 fuiste designado en los reproches futuros, para calmar la ira antes que estallara, para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y restablecer las tribus de Jacob.
    11 Felices aquellos que te vieron y que se durmieron en el amor, que nosotros también viviremos sin duda.
    12 Cuando Elías en el torbellino quedó envuelto, Eliseo se llenó de su espíritu. En sus días no fue zarandeado por príncipe, y no pudo dominarle nadie.
    13 Nada era imposible para él, hasta en el sueño de la muerte profetizó su cuerpo.
    14 Durante su vida hizo prodigios, y después de su muerte fueron admirables sus obras.
  • Salmo responsorial

    Salmo 97:1-7
    1 ¡Reina Yahveh! ¡La tierra exulte, alégrense las islas numerosas!
    2 Nube y Bruma densa en torno a él, Justicia y Derecho, la base de su trono.
    3 Delante de él avanza fuego y a sus adversarios en derredor abrasa;
    4 iluminan el orbe sus relámpagos, lo ve la tierra y se estremece.
    5 Los montes como cera se derriten ante el Dueño de la tierra toda;
    6 los cielos anuncian su justicia, y todos los pueblos ven su gloria.
    7 ¡Se avergüenzan los que sirven a los ídolos, los que se glorían de vanidades; se postran ante él todos los dioses!
  • Evangelio

    Mateo 6:7-15
    7 Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados.
    8 No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
    9 «Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;
    10 venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
    11 Nuestro pan cotidiano dánosle hoy;
    12 y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
    13 y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
    14 «Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
    15 pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    I Juan 5:1-5
    1 Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a aquel que da el ser ama también al que ha nacido de él.
    2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.
    3 Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados,
    4 pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.
    5 Pues, ¿quien es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
  • Salmo responsorial

    Salmo 16:1-2, 5, 7-8, 11
    1 media voz. De David. Guárdame, oh Dios, en ti está mi refugio.
    2 Yo digo a Yahveh: «Tú eres mi Señor. mi bien, nada hay fuera de ti»;
    5 Yahveh, la parte de mi herencia y de mi copa, tú mi suerte aseguras;
    7 Bendigo a Yahveh que me aconseja; aun de noche mi conciencia me instruye;
    8 pongo a Yahveh ante mí sin cesar; porque él está a mi diestra, no vacilo.
    11 Me enseñarás el caminó de la vida, hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre.
  • Evangelio

    Mateo 22:34-40
    34 Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo,
    35 y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba:
    36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?»
    37 El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
    38 Este es el mayor y el primer mandamiento.
    39 El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
    40 De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»

Evangelio meditado

El Reino de Cristo
Santo Evangelio según San Mateo 6, 7-15. Jueves XI de Tiempo Ordinario


Por: H. José Romero, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
¡Cristo Rey nuestro! ¡Venga tu Reino!
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando ustedes hagan oración, no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes pues, oren así:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas".


Palabra de Dios.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
La primera reunión que tuve con el Movimiento Regnum Christi me pareció bastante interesante que se respondiera a la invocación ¡Cristo Rey nuestro!,con un ¡Venga tu Reino! Y por la forma como lo decían, sentí que su deseo era que el Reino de Cristo gobernara la Tierra.
Pero ¿cuál es el significado del Reino de Cristo? El significado es el gobierno del amor de Dios. ¿Y qué pedimos cuando decimos,¡Venga tu Reino!? Que ese gobierno llegue al corazón de todos los hombres. ¡Venga tu Reino! se convierte en más que una frase bonita, se convierte en una oración de petición por el amor de Dios en nuestras vidas.
Y en la oración al Padre que Cristo nos enseña también aparecen las palabrasvenga tu reino, porque para que el amor de Dios se haga presente en la Tierra se debe hacer presente en el corazón de cada hombre, empezando por el de cada uno de nosotros. Cada vez que decimos esta frase le pedimos al Padre que su amor se acobije en nuestro corazón.
Pero los miembros del Movimiento Regnum Christi iban más lejos al colocar esa frase como expresión de su carisma. Pedían que el amor de Cristo llegara a todos; pedían que el amor de Dios llegara a los corazones de todos los hombres.
Venga tu Reino expresa la confianza que el amor de Dios desciende del Cielo y habita en nuestros corazones ¡Cristo Rey nuestro! ¡Venga tu Reino!
Que Cristo esté cada vez más presente en la vida de las personas, de las familias, de los pueblos y de las naciones, para la mayor gloria de Dios. Que esta gloria se manifieste en la cultura de la vida, en la hermandad, en la solidaridad, en la paz y en la justicia, con efectivo amor preferencial por los más pobres, a través del testimonio de los cristianos de las diversas comunidades y confesiones, de los creyentes de otras tradiciones religiosas, y de los hombres de recta conciencia y buena voluntad. Oh Señor Jesús, nosotros somos solamente tus discípulos misioneros, tus humildes cooperadores para que venga tu Reino..
(Homilía de S.S. Francisco, 2 de mayo de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Transmitir el Reino de Cristo que tengo en mi corazón a los demás.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

miércoles, 20 de junio de 2018

Evangelio 20 de Junio de 2018

Color: Verde

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    II Reyes 2:1, 6-14
    1 Esto pasó cuando Yahveh arrebató a Elías en el torbellino al cielo. Elías y Eliseo partieron de Guilgal.
    6 Le dijo Elías: «Quédate aquí, porque Yahveh me envía al Jordán.» Respondió: «Vive Yahveh y vive tu alma que no te dejaré», y fueron los dos.
    7 Cincuenta hombres de la comunidad de los profetas vinieron y se quedaron enfrente, a cierta distancia; ellos dos se detuvieron junto al Jordán.
    8 Tomó Elías su manto, lo enrolló y golpeó las aguas, que se dividieron de un lado y de otro, y pasaron ambos a pie enjuto.
    9 Cuando hubieron pasado, dijo Elías a Eliseo: «Pídeme lo que quieras que haga por ti antes de ser arrebatado de tu lado.» Dijo Eliseo: «Que tenga dos partes de tu espíritu.»
    10 Le dijo: «Pides una cosa difícil; si alcanzas a verme cuando sea llevado de tu lado, lo tendrás; si no, no lo tendrás.»
    11 Iban caminando mientras hablaban, cuando un carro de fuego con caballos de fuego se interpuso entre ellos; y Elías subió al cielo en el torbellino.
    12 Eliseo le veía y clamaba: «¡Padre mío, padre mío! Carro y caballos de Israel! ¡Auriga suyo!» Y no le vio más. Asió sus vestidos y los desgarró en dos.
    13 Tomó el manto que se le había caído a Elías y se volvió, parándose en la orilla del Jordán.
    14 Tomó el manto de Elías y golpeó las aguas diciendo: ¿Dónde está Yahveh, el Dios de Elías?» Golpeó las aguas, que se dividieron de un lado y de otro, y pasó Eliseo.
  • Salmo responsorial

    Salmo 31:20-21, 24
    20 ¡Qué grande es tu bondad, Yahveh! Tú la reservas para los que te temen, se la brindas a los que a ti se acogen, ante los hijos de Adán.
    21 Tú los escondes en el secreto de tu rostro, lejos de las intrigas de los hombres; bajo techo los pones a cubierto de la querella de las lenguas.
    24 Amad a Yahveh, todos sus amigos; a los fieles protege Yahveh, pero devuelve muy sobrado al que obra por orgullo.
  • Evangelio

    Mateo 6:1-6, 16-18
    1 «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
    2 Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
    3 Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha;
    4 así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
    5 «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
    6 Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
    16 «Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga.
    17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,
    18 para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.