sábado, 14 de enero de 2017

Evangelio 14 de Enero de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Hebreos 4:12-16
    12 Ciertamente, es viva la Palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón.
    13 No hay para ella criatura invisible: todo está desnudo y patente a los ojos de Aquel a quien hemos de dar cuenta.
    14 Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos - Jesús, el Hijo de Dios - mantengamos firmes la fe que profesamos.
    15 Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado.
    16 Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna.
  • Salmo responsorial

    Salmo 19:8-10, 15
    8 La ley de Yahveh es perfecta, consolación del alma, el dictamen de Yahveh, veraz, sabiduría del sencillo.
    9 Los preceptos de Yahveh son rectos, gozo del corazón; claro el mandamiento de Yahveh, luz de los ojos.
    10 El temor de Yahveh es puro, por siempre estable; verdad, los juicios de Yahveh, justos todos ellos,
    15 ¡Sean gratas las palabras de mi boca, y el susurro de mi corazón, sin tregua ante ti, Yahveh, roca mía, mi redentor.
  • Evangelio

    Marcos 2:13-17
    13 Salió de nuevo por la orilla del mar, toda la gente acudía a él, y él les enseñaba.
    14 Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme.» El se levantó y le siguió.
    15 Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían.
    16 Al ver los escribas de los fariseos que comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos: «¿Qué? ¿Es que come con los publicanos y pecadores?»
    17 Al oír esto Jesús, les dice: «No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.»

Evangelio meditado

Mateo, un hombre como yo
Marcos 2, 13-17. Sábado I de Tiempo Ordinario. Ciclo A.


Por: H. Rubén Tornero, LC | Fuente: www.missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, te doy gracias de todo corazón por lo que me regalas. Creo en Ti, Señor, pero dame Tú la fe que me falta. Espero en Ti, pero ayúdame a realmente abandonar mi vida entera en tus manos amorosas. Te amo, Jesús, ayúdame a experimentar el infinito amor que me tienes. Quiero consolar tu corazón y adorarte con mi vida. Gracias, Jesús, por ser quien eres. Por favor, ven a reinar en mi vida y en la de mis hermanos. Cristo Rey Nuestro, ¡venga tu Reino!
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 2, 13-17
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a caminar por la orilla del lago; toda la muchedumbre lo seguía y él les hablaba. Al pasar, vio a Leví (Mateo), el hijo de Alfeo, sentado en el banco de los impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron a la mesa junto con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguían. Entonces unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con los pecadores y publicanos, preguntaron a sus discípulos: “¿Por qué su maestro come y bebe en compañía de publicanos y pecadores?”
Habiendo oído esto, Jesús les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido para llamar a los justos, sino a los pecadores”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Jesús, ¿cómo habrás visto a Mateo?, ¿cómo habrá sido tu voz que con una sola palabra hiciste que un hombre lo dejara todo?
Mateo era un hombre. Un hombre y nada más. No un gran místico, no un fariseo devoto, no un rey poderoso. No, sólo un hombre… ¡Y qué hombre! Un pecador público, un avaro, ladrón y traidor de su patria… sólo un hombre como tantos hombres, un hombre entre tantos hombres...
Quizá ninguno de los que te seguían se hubiera sorprendido de que hubieras llamado a alguien bueno como al joven rico, a Nicodemo o a tu amigo Lázaro… pero ¿a Mateo?, ¿a ese pecador? Sí, Tú lo llamas a él… Como igual me llamas a mí… ¡A MÍ! que tantas veces me creo indigno de tu llamada a la vida, al amor, a la santidad… en particular, Jesús, me llamas a esta última que tantas veces me parece casi inalcanzable...
Sin embargo Tú me llamas a soltar mis seguridades, a dejar mi banco de impuestos, ese pecado que me encadena a las cosas de este mundo, que me hace encerrarme en mí mismo, en mi sacristía, en vez de seguirte con sinceridad y alegría.
San Mateo, intercede por mí para que, al igual que tú, sepa dejar todo lo que me impida seguir al Maestro en una vida cristiana coherente. Que me dé cuenta que Cristo me llama, no por mis méritos, sino porque lo necesito. Pídele a Cristo que me dé la fuerza para responder siempre afirmativamente y con presteza a su llamado a ser un verdadero apóstol de su Reino.
«Todos somos pecadores, todos hemos pecado. Llamando a Mateo, Jesús muestra a los pecadores que no mira su pasado, la condición social, las convenciones exteriores, sino que más bien les abre un futuro nuevo. Una vez escuché un dicho bonito: «No hay santo sin pasado y no hay pecador sin futuro». Esto es lo que hace Jesús. No hay santo sin pasado, ni pecador sin futuro. Basta responder a la invitación con el corazón humilde y sincero. La Iglesia no es una comunidad de perfectos, sino de discípulos en camino, que siguen al Señor porque se reconocen pecadores y necesitados de su perdón. La vida cristiana, entonces, es escuela de humildad que nos abre a la gracia.»
(Homilía de S.S. Francisco, 13 de abril de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a hacer un pequeño sacrificio para seguir a Cristo más de cerca.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

viernes, 13 de enero de 2017

Evangelio 13 de Enero de 2016

Color: Verde

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Hebreos 4:1-5, 11
    1 Temamos, pues; no sea que, permaneciendo aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de vosotros parezca llegar rezagado.
    2 También nosotros hemos recibido una buena nueva, lo mismo que ellos. Pero la palabra que oyeron no aprovechó nada a aquellos que no estaban unidos por la fe a los que escucharon.
    3 De hecho, hemos entrado en el descanso los que hemos creído, según está dicho: Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán en mi descanso! Y eso que las obras de Dios estaban terminadas desde la creación del mundo,
    4 pues en algún lugar dice acerca del día séptimo: Y descansó Dios el día séptimo de todas sus obras.
    5 Y también en el pasaje citado: ¡No entrarán en mi descanso!
    11 Esforcémonos, pues, por entrar en ese descanso, para que nadie caiga imitando aquella desobediencia.
  • Salmo responsorial

    Salmo 78:3, 4, 6-8
    3 Lo que hemos oído y que sabemos, lo que nuestros padres nos contaron,
    4 no se lo callaremos a sus hijos, a la futura generación lo contaremos: Las alabanzas de Yahveh y su poder, las maravillas que hizo;
    6 que la generación siguiente lo supiera, los hijos que habían de nacer; y que éstos se alzaran y se lo contaran a sus hijos,
    7 para que pusieran en Dios su confianza, no olvidaran las hazañas de Dios, y sus mandamientos observaran;
    8 para que no fueran, lo mismo que sus padres, una generación rebelde y revoltosa, generación de corazón voluble y de espíritu desleal a Dios.
  • Evangelio

    Marcos 2:1-12
    1 Entró de nuevo en Cafarnaúm; al poco tiempo había corrido la voz de que estaba en casa.
    2 Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y él les anunciaba la Palabra.
    3 Y le vienen a traer a un paralítico llevado entre cuatro.
    4 Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico.
    5 Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados.»
    6 Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones:
    7 «¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?»
    8 Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué pensáis así en vuestros corazones?
    9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate, toma tu camilla y anda?"
    10 Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -:
    11 "A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."»
    12 Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: «Jamás vimos cosa parecida.»

Evangelio meditado

Más allá de la necesidad aparente
Marcos 2, 1-12, Viernes I de Tiempo Ordinario. Ciclo A


Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC | Fuente: www.missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Muchas gracias por este día, Señor, sobre todo por este momento en el que me das la gracia de estar contigo…Quiero escucharte…quiero contarte… quiero decirte…quiero simplemente ESTAR contigo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 2, 1-12
Cuando Jesús volvió a Cafarnaúm, corrió la voz de que estaba en casa, y muy pronto se aglomeró tanta gente, que ya no había sitio frente a la puerta. Mientras él enseñaba su doctrina, le quisieron presentar a un paralítico, que iban cargando entre cuatro. Pero como no podían acercarse a Jesús por la cantidad de gente, quitaron parte del techo, encima de donde estaba Jesús, y por el agujero bajaron al enfermo en una camilla.
Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: “Hijo, tus pecados te quedan perdonados”. Algunos escribas que estaban allí sentados comenzaron a pensar: “¿Por qué habla éste así? Eso es una blasfemia. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?”.
Conociendo Jesús lo que estaban pensando, les dijo: “¿Por qué piensan así? ¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: ‘Tus pecados te son perdonados' o decirle: ‘Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa’? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados —le dijo al paralítico—: Yo te lo mando: levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa”.
El hombre se levantó inmediatamente, recogió su camilla y salió de allí a la vista de todos, que se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: “¡Nunca habíamos visto cosa igual!”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
La cotidianidad de los años, meses y días me revelan las múltiples necesidades que se pueden tener. Desde las más básicas y generales, hasta las más personales y particulares. La comida, el descanso; el trabajo, la familia; la salud, las amistades, el amor.
Todas son necesidades que se presentan cuando me veo carente de ellas. Muchas de estas necesidades las busco casi instintivamente sin darme cuenta y otras puedo incluso volcar toda mi vida para obtenerlas. 
Muchas plegarias dirijo a Ti, Señor, con espíritu de petición y como me conoces tan bien siempre estás pendiente. Sin embargo, al conocerme tan bien, más de lo que yo me puedo conocer, sabes que lo que verdaderamente necesito es la paz de mi alma que va más allá de cualquier cosa que pueda necesitar.
Lo demás puede faltar, pero Tú sabes cuál es mi verdadero descanso… Descubro que aquello de lo que verdaderamente tengo hambre y sed es solo de Ti.
El paralítico quería curarse y Tú lo escuchaste, te compadeciste… No sólo le respondes…, vas más allá de lo que  te pide. Ves la necesidad más profunda y sanas el corazón, lo sanas con tu perdón.
Señor, tengo tantas cosas que pedirte, pero muchas más tengo que agradecerte. Te agradezco por siempre estar pendiente de mí, aunque a veces no me dé cuenta que estás ahí. Sé que un corazón agradecido es un corazón arrepentido y eso es lo que te quiero ofrecer. Gracias por ir siempre más allá de lo que pienso que puedo necesitar.
«Jesús nos quiere de pie. Esa palabra bonita que Jesús decía a los paralíticos: “levántate”. Dios nos ha creado para estar de pie. Hay una canción hermosa que cantan los alpinos cuando suben a la montaña. La canción dice así: «en el arte de subir, lo importante no es no caer, sino no permanecer caído». Tener la valentía de levantarse, de dejarse levantar por la mano de Jesús. Y esta mano muchas veces viene a través de la mano de un amigo, de la mano de los padres, de la mano de aquellos que nos acompañan en la vida. También el mismo Jesús está allí. Levantaos. Dios os quiere de pie, siempre de pie.»
(Homilía de S.S. Francisco, 24 de abril de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hacer un buen examen de conciencia y, si no he acudido al sacramento de la confesión, acercarme a él, con la confianza de que aquel perdón es el descanso que verdaderamente necesita mi corazón.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 12 de enero de 2017

Evangelio 12 de Enero de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    Hebreos 3:7-14
    7 Por eso, como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy su voz,
    8 no endurezcáis vuestros corazones como en la Querella, el día de la provocación en el desierto,
    9 donde me provocaron vuestros padres y me pusieron a prueba, aun después de haber visto mis obras
    10 durante cuarenta años. Por eso me irrité contra esa generación y dije: Andan siempre errados en su corazón; no conocieron mis caminos.
    11 Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán en mi descanso!
    12 ¡Mirad, hermanos!, que no haya en ninguno de vosotros un corazón maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo;
    13 antes bien, exhortaos mutuamente cada día mientras dure este hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca seducido por el pecado.
    14 Pues hemos venido a ser partícipes de Cristo, a condición de que mantengamos firme hasta el fin la segura confianza del principio.
  • Salmo responsorial

    Salmo 95:6-11
    6 Entrad, adoremos, prosternémonos, ¡de rodillas ante Yahveh que nos ha hecho!
    7 Porque él es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su pasto, el rebaño de su mano. ¡Oh, si escucharais hoy su voz!:
    8 «No endurezcáis vuestro corazón como en Meribá, como el día de Massá en el desierto,
    9 donde me pusieron a prueba vuestros padres, me tentaron aunque habían visto mi obra.
    10 «Cuarenta años me asqueó aquella generación, y dije: Pueblo son de corazón torcido, que mis caminos no conocen.
    11 Y por eso en mi cólera juré: ¡No han de entrar en mi reposo!»
  • Evangelio

    Marcos 1:40-45
    40 Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme.»
    41 Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio.»
    42 Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio.
    43 Le despidió al instante prohibiéndole severamente:
    44 «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio.»
    45 Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes.
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    Ezequiel 33:12-16
    12 Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no le salvará el día de su perversión, ni la maldad del malvado le hará sucumbir el día en que se aparte de su maldad. Pero tampoco el justo vivirá en virtud de su justicia el día en que peque.
    13 Si yo digo al justo: «Vivirás», pero él, fiándose de su justicia, comete la injusticia, no quedará memoria de toda su justicia, sino que morirá por la injusticia que cometió.
    14 Y si digo al malvado: «Vas a morir», y él se aparta de pecado y practica el derecho y la justicia,
    15 si devuelve la prenda, restituye lo que robó, observa los preceptos que dan la vida y deja de cometer injusticia, vivirá ciertamente, no morirá.
    16 Ninguno de los pecados que cometió se le recordará más: ha observado el derecho y la justicia; ciertamente vivirá.
  • Salmo responsorial

    Salmo 51:8-12, 17, 19
    8 Mas tú amas la verdad en lo íntimo del ser, y en lo secreto me enseñas la subiduría.
    9 Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
    10 Devuélveme el son del gozo y la alegría, exulten los huesos que machacaste tú.
    11 Retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas.
    12 Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí renueva;
    17 abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.
    19 El sacrificio a Dios es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.
  • Evangelio

    Lucas 15:3-7
    3 Entonces les dijo esta parábola.
    4 «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra?
    5 Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros;
    6 y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido."
    7 Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión.

Evangelio meditado

Quiero, queda sano
Marcos 1,40-45. Jueves I de Tiempo Ordinario, Ciclo A.


Por: H. Hiram Galán LC | Fuente: www.missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey Nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, déjame sentir los latidos de tu corazón, que tu amor llene el vacío de mi alma; estoy cansado de buscar mi plenitud en la creaturas pues sé que sólo Tú me puedes llenar.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 1,40-45:
En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: "Si tú quieres, puedes curarme". Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: "¡Sí quiero: Sana!". Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio.
Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: "No se lo cuentes a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés".
Pero aquel hombre comenzó a divulgar tanto el hecho, que Jesús no podía ya entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares solitarios, a donde acudían a Él de todas partes.
Palabra de Dios.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
La conciencia del leproso era clara, su cuerpo era horrible a la vista de los hombres, olía mal, era excluido de la sociedad y condenado a llevar una campana que avisara de su presencia a los demás. Sabía que no podía cargar con esa cruz de sufrimiento solo, que superaba sus fuerzas.
Con esta conciencia se tira de rodillas frente a Jesús, y le grita con gemidos, «Jesús si quieres puedes curarme».  Sabía claramente qué era lo que tenía que hacer.
Por ello, en este momento, también quiero gritar junto al leproso, ¡si quieres puedes curarme! Con la consciencia de que la lepra de mi corazón se debe sobre todo al rencor que tantas heridas han producido en mi alma.
Es el perdón que no he sabido dar. Es el rencor que se ha adherido a mi carne. Jesús, de rodillas ante Ti, te pido que sanes mi corazón, no puedo vivir así, esta lepra me consume. No me siento con la fuerza para cambiar, pero sé que una sola palabra tuya bastará para sanarme.
«Quien no sabe llorar, no sabe reír y por lo tanto, no sabe vivir. Jesús sabe que en este mundo de tanta competencia, envidia y tanta agresividad, la verdadera felicidad pasa por aprender a ser pacientes, a respetar a los demás, a no condenar ni juzgar a nadie. El que se enoja, pierde, dice el refrán. No le des el corazón a la rabia, al rencor. Felices los que tienen misericordia. Felices los que saben ponerse en el lugar del otro, en los que tienen la capacidad de abrazar, de perdonar..»
(Discurso de S.S. Francisco, 12 de julio de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración. Disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Si en este día el Señor me llamara a su presencia, ¿podría decir que no tengo ninguna cuenta pendiente con nadie? Buscaré pedir por esa persona que tanto ha herido mi corazón, y si Jesús me da la gracia, le hare saber mi perdón de manera externa, en la medida de lo posible.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

miércoles, 11 de enero de 2017

Evangelio 11 de Enero de 2017

Color: Verde

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Hebreos 2:14-18
    14 Por tanto, así como los hijos participan de la sangre y de la carne, así también participó él de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al Diablo,
    15 y libertar a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud.
    16 Porque, ciertamente, no se ocupa de los ángeles, sino de la descendencia de Abraham.
    17 Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo que toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo.
    18 Pues, habiendo sido probado en el sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados.
  • Salmo responsorial

    Salmo 105:1-4, 6-9
    1 ¡Dad gracias a Yahveh, aclamad su nombre, divulgad entre los pueblos sus hazañas!
    2 ¡Cantadle, salmodiad para él, sus maravillas todas recitad;
    3 gloriaos en su santo nombre, se alegre el corazón de los que buscan a Yahveh!
    4 ¡Buscad a Yahveh y su fuerza, id tras su rostro sin descanso,
    6 Raza de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido:
    7 él, Yahveh, es nuestro Dios, por toda la tierra sus juicios.
    8 El se acuerda por siempre de su alianza, palabra que impuso a mil generaciones,
    9 lo que pactó con Abraham, el juramento que hizo a Isaac,
  • Evangelio

    Marcos 1:29-39
    29 Cuando salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
    30 La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella.
    31 Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles.
    32 Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados;
    33 la ciudad entera estaba agolpada a la puerta.
    34 Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían.
    35 De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración.
    36 Simón y sus compañeros fueron en su busca;
    37 al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan.»
    38 El les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido.»
    39 Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

Evangelio meditado

Se busca
Marcos 1, 29-39, Miércoles I Tiempo Ordinario. Ciclo A.


Por: H. Javier Castellanos LC | Fuente: www.missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Permíteme acompañarte un momento, Señor. Quiero rezar contigo y hacerlo como Tú, que en tantas ocasiones te retirabas a hacer oración. Cristo, Tú eres la medicina para mi enfermedad, el pan que me alimenta y da las fuerzas para trabajar. Por eso, Señor, te pido que me acompañes en este día, que no me dejes solo y me ayudes a transmitir tu Evangelio a mi alrededor. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le avisaron a Jesús. Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero no dejó que 1os demonios hablaran, porque sabían quién era él.
De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le dijeron: “Todos te andan buscando”. Él les dijo: “Vamos a los pueblos cercanos para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido”. Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Salir al encuentro es el corazón de la fe cristiana. Cristo, antes de nosotros, ha tomado la iniciativa de acercarse. Vino al mundo, vivió entre nosotros, salió a las calles. Vino a buscar amigos, como Santiago, Juan, Simón, Andrés. Vino a curar a los enfermos, a compartir la Buena Noticia.
Cristo ni siquiera piensa en su propio descanso, pues en el Evangelio lo vemos curando y predicando todo el día. Y cuando todavía es de madrugada, no se queda durmiendo hasta que lo despierten otros: sale de casa y dedica esas preciosas horas de soledad para su Padre en oración. En definitiva, dio su vida por los demás, con el corazón hacia fuera, es decir, para su Padre y para cada uno de nosotros.
Su cercanía nos sana, como sucede con la suegra de Pedro. La salvación que nos ofrece nos invita, a su vez, a seguir su ejemplo. Nos levanta para que podamos salir de nosotros mismos. Nos sana para poder atender a otros que lo necesitan. Nos libera para ir en busca de hombres y mujeres que viven aún en algún tipo de esclavitud. Pues la gracia de Cristo es como el agua de un río: si se estanca sólo produce suciedad y enfermedades, pero cuando fluye, da vida a lo largo de todo su recorrido.
No nos cansemos de buscar a Cristo, la fuente de vida eterna. Dejémonos encontrar por Él, que nos ha buscado primero. Y una vez que lo encontramos, salgamos al camino, y transmitamos el Agua de Vida a todos aquellos que aún la están buscando.
«Hoy más que nunca se traduce principalmente en salir al encuentro de las heridas del hombre, llevando la presencia fuerte y sencilla de Jesús, su misericordia que consuela y anima. Dios desea habitar entre los hombres, pero puede hacerlo solamente a través de hombres y mujeres que, al igual que los grandes evangelizadores del continente, estén tocados por él y vivan el Evangelio sin buscar otras cosas.»
(Discurso de S.S. Francisco, 6 de mayo de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Voy a salir al encuentro de alguien que me necesite hoy en casa o en el trabajopara ayudarle.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.