sábado, 6 de febrero de 2016

Evangelio 7 de Febrero de 2016

Lecturas del día:

Primera lectura

  • Isaías 6:1-2, 3-8
    1 El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en un trono excelso y elevado, y sus haldas llenaban el templo.
    2 Unos serafines se mantenían erguidos por encima de él; cada uno tenía seis alas: con un par se cubrían la faz, con otro par se cubrían los pies, y con el otro par aleteaban,
    3 Y se gritaban el uno al otro: «Santo, santo, santo, Yahveh Sebaot: llena está toda la tierra de su gloria.».
    4 Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que clamaban, y la Casa se llenó de humo.
    5 Y dije: «¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Yahveh Sebaot han visto mis ojos!»
    6 Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar,
    7 y tocó mi boca y dijo: «He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado está expiado.»
    8 Y percibí la voz del Señor que decía: «¿A quién enviaré? ¿y quién irá de parte nuestra»? Dije: «Heme aquí: envíame.»

Salmo responsorial

  • Salmo 138:1-5, 7-8
    1 De David. Te doy gracias, Yahveh, de todo corazón, pues tú has escuchado las palabras de mi boca. En presencia de los ángeles salmodio para ti,
    2 hacia tu santo Templo me prosterno. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu promesa ha superado tu renombre.
    3 El día en que grité, tú me escuchaste, aumentaste la fuerza en mi alma.
    4 Te dan gracias, Yahveh, todos los reyes de la tierra, porque oyen las promesas de tu boca;
    5 y cantan los caminos de Yahveh: «¡Qué grande la gloria de Yahveh!
    7 Si ando en medio de angustias, tú me das la vida, frente a la cólera de mis enemigos, extiendes tú la mano y tu diestra me salva:
    8 Yahveh lo acabará todo por mí. ¡Oh Yahveh, es eterno tu amor, no dejes la obra de tus manos!

Segunda lectura

  • I Corintios 15:1-11
    1 Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis firmes,
    2 por el cual también sois salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué... Si no, ¡habríais creído en vano!
    3 Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;
    4 que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras;
    5 que se apareció a Cefas y luego a los Doce;
    6 después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron.
    7 Luego se apareció a Santiago; más tarde, a todos los apóstoles.
    8 Y en último término se me apareció también a mí, como a un abortivo.
    9 Pues yo soy el último de los apóstoles: indigno del nombre de apóstol, por haber perseguido a la Iglesia de Dios.
    10 Mas, por la gracia de Dios, soy lo que soy; y la gracia de Dios no ha sido estéril en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Pero no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.
    11 Pues bien, tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.

    O también:
    I Corintios 15:3-8, 11
    3 Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;
    4 que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras;
    5 que se apareció a Cefas y luego a los Doce;
    6 después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron.
    7 Luego se apareció a Santiago; más tarde, a todos los apóstoles.
    8 Y en último término se me apareció también a mí, como a un abortivo.
    11 Pues bien, tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.

Evangelio

  • Lucas 5:1-11
    1 Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios,
    2 cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes.
    3 Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre.
    4 Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.»
    5 Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes.»
    6 Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse.
    7 Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.
    8 Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.»
    9 Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado.
    10 Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.»
    11 Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.

Evangelio 6 de Febrero de 2016

  • Primera lectura

    I Reyes 3:4-13
    4 Fue el rey a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, porque aquel es el alto principal. Salomón ofreció mil holocaustos en aquel altar.
    5 En Gabaón Yahveh se apareció a Salomón en sueños por la noche. Dijo Dios: «Pídeme lo que quieras que te dé.»
    6 Salomón dijo: «Tú has tenido gran amor a tu siervo David mi padre, porque él ha caminado en tu presencia con fidelidad, con justicia y rectitud de corazón contigo. Tú le has conservado este gran amor y le has concedido que hoy se siente en su trono un hijo suyo.
    7 Ahora Yahveh mi Dios, tú has hecho rey a tu siervo en lugar de David mi padre, pero yo soy un niño pequeño que no sabe salir ni entrar.
    8 Tu siervo está en medio del pueblo que has elegido, pueblo numeroso que no se puede contar ni numerar por su muchedumbre.
    9 Concede, pues, a tu siervo, un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal, pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande?»
    10 Plugo a los ojos del Señor esta súplica de Salomón,
    11 y le dijo Dios: «Porque has pedido esto y, en vez de pedir para ti larga vida, riquezas, o la muerte de tus enemigos, has pedido discernimiento para saber juzgar,
    12 cumplo tu ruego y te doy un corazón sabio e inteligente como no lo hubo antes de ti ni lo habrá después.
    13 También te concedo lo que no has pedido, riquezas y gloria, como no tuvo nadie entre los reyes.
  • Salmo responsorial

    Salmo 119:9-14
    9 ¿Cómo el joven guardará puro su camino? Observando tu palabra.
    10 De todo corazón ando buscándote, no me desvíes de tus mandamientos.
    11 Dentro del corazón he guardado tu promesa, para no pecar contra ti.
    12 Bendito tú, Yahveh, enséñame tus preceptos.
    13 Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca.
    14 En el camino de tus dictámenes me recreo más que en toda riqueza.
  • Evangelio

    Marcos 6:30-34
    30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado.
    31 El, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer.
    32 Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario.
    33 Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos.
    34 Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

Evangelio meditado

Como ovejas sin Pastor
Tiempo Ordinario


Marcos 6, 30-34. Tiempo Ordinario. Cuando más queramos encerrarnos en nosotros mismos, levantemos la mirada del corazón y veamos a Cristo en la barca.


Por: Lorenzo Gómez, L.C | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34
Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

Oración introductoria
Jesucristo, te doy gracias por los momentos en que piensas en mí sin que yo me dé siquiera cuenta. Concédeme imitar tu ejemplo. Que aprenda a mirar las necesidades de los demás antes que las mías. Que lo haga de corazón, no por aparentar. Te pido por mis seres queridos, por mis amigos y por las personas que aún no te conocen. Quiero ofrecerte esta oración en acción de gracias por tu presencia en la Eucaristía y en mi corazón.

Petición
Llévame, Señor, al silencio de mi alma para estar contigo y gozar de tu presencia.

Meditación del Papa Francisco
El Evangelio de hoy nos dice que los apóstoles después de la experiencia de la misión, están contentos pero cansados. Y Jesús lleno de comprensión quiere darles un poco de alivio. Entonces les lleva a aparte, un lugar apartado para que puedan reposarse un poco. "Muchos entretanto los vieron partir y entendieron... y los anticiparon".
Y a este punto el evangelista nos ofrece una imagen de Jesús de particular intensidad, 'fotografiando' por así decir sus ojos y recogiendo los sentimientos de su corazón. Dice así el evangelista: “Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato”.
Retomemos los tres verbos de este sugestivo fotograma: ver, tener compasión, enseñar. Los podemos llamar los "verbos del Pastor".
El primero y el segundo están siempre asociados a la actitud de Jesús: de hecho su mirada no es la de un sociólogo o la de un fotoreporter, porque Él mira siempre "con los ojos de corazón".


Estos dos verbos: "ver" y "tener compasión", configuran a Jesús como el Buen Pastor. También su compasión no es solo un sentimiento humano, pero es la conmoción del Mesías en la que se hizo carne la ternura de Dios. Y de esta compasión nace el deseo de Jesús de nutrir a la multitud con el pan de su palabra. O sea, enseñar la palabra de Dios a la gente. Jesús ve; Jesús tiene compasión; Jesús enseña. ¡Que bello es esto! (S.S. Francisco, Angelus del19 de julio de 2015).
Reflexión 
La caridad de Jesucristo no conoce el ensimismamiento en los propios problemas o dificultades. Él nos enseña a salir del círculo estrecho de mi "yo y mis circunstancias", sean éstas felices o penosas. Cuando más queramos encerrarnos en nosotros mismos, levantemos la mirada del corazón y veamos a Cristo en la barca, predicando sin descanso a sus hermanos, los hombres. Imitemos su ejemplo y extendamos su Reino con generosidad. Pensemos en lo que realmente vale la pena: la salvación de las almas a nosotros encomendadas.

Propósito
Procuraré escuchar a mis amigos, familiares y compañeros con atención y sin dar muestras de prisas.

Diálogo con Cristo
¡Gracias Jesús por enseñarme a mirar las necesidades de los demás antes que las propias! Ayúdame a entender que sólo el contacto contigo en la Eucaristía logrará cambiar mi corazón. No lo logrará ni mi buena voluntad, ni medicina alguna en el mundo. Haz que anhele el recogimiento de mi alma, ese humilde sagrario donde me esperas para enseñarme a vivir como Tú.

viernes, 5 de febrero de 2016

Evangelio 5 de Febrero de 2016

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    Eclesiástico 47:2-11
    2 Como grasa puesta aparte en el sacrificio de comunión, así David de entre los hijos de Israel.
    3 Con leones jugó cual con cabritos, con osos como con corderos.
    4 ¿No mató de joven al gigante, y quitó el oprobio del pueblo, blandiendo en la mano la piedra de la honda y abatiendo la arrogancia de Goliat?
    5 Pues invocó al Señor Altísimo, que a su diestra dio vigor, para aniquilar a un potente guerrero, y realzar el cuerno de su pueblo.
    6 Por eso le dieron gloria por diez mil, y le alabaron con las bendiciones del Señor, ofreciéndole la diadema de gloria.
    7 Pues él aplastó a los enemigos del contorno, aniquiló a los filisteos, sus adversarios, para siempre quebrantó su cuerno.
    8 En todas sus obras elevó acción de gracias al Santo Altísimo en oráculo de gloria. Con todo su corazón entonó himnos, mostrando su amor a su Hacedor.
    9 Ante el altar instituyó salmistas y con sus voces dio dulzura a los cantos.
    10 Dio a las fiestas esplendor, vistosidad acabada a las solemnidades, cuando ellos alaban el santo nombre del Señor, cuando resuena desde la aurora el santuario.
    11 El Señor le perdonó sus pecados y exaltó su cuerno para siempre: le otorgó la alianza real, un trono de gloria en Israel.
  • Salmo responsorial

    Salmo 18:31, 47, 50-51
    31 Dios es perfecto en sus caminos, la palabra de Yahveh acrisolada. El es el escudo de cuantos a él se acogen.
    47 ¡Viva Yahveh, bendita sea mi roca, el Dios de mi salvación sea ensalzado,
    50 Por eso he de alabarte entre los pueblos, a tu nombre, Yahveh, salmodiaré.
    51 El hace grandes las victorias de su rey y muestra su amor a su ungido, a David y a su linaje para siempre.
  • Evangelio

    Marcos 6:14-29
    14 Se enteró el rey Herodes, pues su nombre se había hecho célebre. Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas.»
    15 Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los demás profetas.»
    16 Al enterarse Herodes, dijo: «Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha resucitado.»
    17 Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado.
    18 Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano.»
    19 Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía,
    20 pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto.
    21 Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea.
    22 Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré.»
    23 Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino.»
    24 Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?» Y ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista.»
    25 Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.»
    26 El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales.
    27 Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel
    28 y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre.
    29 Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura.

Evangelio meditado

Toma tu cruz cada día y sígueme
Solemnidades y fiestas


Lucas 9, 23-26. Fiesta de San Felipe de Jesús. Ofrecer los pequeños sacrificios de nuestra vida, para que Dios los convierta en gracias de salvación.


Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net 



Reflexión Evangélica del 5 de febrero en lugares donde no se festeja la fiesta de San Felipe de Jesús: 
Marcos 6, 14-29


Del santo Evangelio según san Lucas 9, 23-26 
Decía a todos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina? Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles.

Oración introductoria 
Señor, creo en Ti, espero en Ti y porque te amo quiero buscarte en este momento de oración. Abre mi mente y mi corazón para ser dócil a lo que hoy quieras pedirme, con tu gracia todo lo puedo lograr.

Petición
Jesucristo, quiero acoger tu llamada y entregarme completamente, sin cálculos egoístas ni beneficios personales.

Meditación del Papa Francisco
Este estilo de vida nos salvará, nos dará alegría y nos hará fecundos, porque este camino de renegarse a sí mismo es para dar vida, es contra el camino del egoísmo, de estar apegado a todos los bienes solo para mí... Este camino es abierto a los otros, porque ese camino que ha hecho Jesús, de anula miento, ese camino ha sido para dar vida. El estilo cristiano es precisamente este estilo de humildad, de dulzura, de mansedumbre. Quien quiere salvar la propia vida, la perderá. Y esto hay que vivirlo con alegría porque la alegría nos la da Él mismo. Seguir a Jesús es alegría, pero seguir a Jesús con el estilo de Jesús, no con el estilo del mundo. Seguir el estilo cristiano significa recorrer el camino del Señor, cada uno como puede, para dar vida a los otros, no para darse vida a sí mismo. Es el espíritu de la generosidad. Además, nuestro egoísmo nos empuja a querer aparecer importantes delante de los otros. Sin embargo, el libro de Imitación de Cristo nos da un consejo bellísimo: «Ama no ser conocido y ser juzgado como nada». Es la humildad cristiana, lo que ha hecho Jesús antes. Esta es nuestra alegría, y esta es nuestra fecundidad: ir con Jesús. Otras alegrías no son fecundas; solamente piensan - como dice el Señor - en ganar el mundo entero, pero al final pierde y estropea la vida. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 6 de marzo de 2014, en Santa Marta).

Reflexión
¿Quién puede soportar estas palabras? ¿Seremos capaces realmente de seguir esta doctrina que se nos presenta hoy? ¿Podremos vivir el significado cristiano de la palabra abnegación?

Son algunas preguntas que se me presentan al leer este pasaje. Cristo es claro: seguirle significa dolor, sufrimiento y abnegación. Sí, significa todo esto más la salvación eterna. Pero ¿qué quiere decir eso de salvación eterna? Muy fácil, es la plenitud de la propia felicidad, es el cielo, vivido con Jesús y María, y todas las demás potestades.

Ya los antiguos, tenían la certeza que existía un mundo después de esta vida, por eso no tiene que extrañarnos que Jesucristo nos quiera dar como premio la vida eterna.

Con una motivación tan fuerte, el sacrificio propio queda transformado como un medio para llegar a tener la felicidad que anhelamos. Ofrezcamos los pequeños sacrificios de nuestra vida diaria, para que Dios los convierta en gracias de salvación.

San Felipe de Jesús fue el protomártir mexicano. Fue un religioso de la orden de los franciscanos en Manila. Al venir a ordenarse a México, naufragó su barco y llegó a Japón donde lo mataron. Fue beatificado, junto con sus compañeros, el 14 de septiembre de 1627 y canonizado el 8 de julio de 1862.

Estos mártires son frecuentemente recordados por el Papa dando a saber que su sangre no fue derramada en balde. Llegaron al cielo.

Propósito
Este día nos podemos acercar a la Eucaristía para pedirle a Jesús nos ayude a realizar la vocación que tenemos en la vida. Recuerda que el testimonio de los santos confirma el amor a Dios (CEC 313). El testimonio de estas personas nos puede ayudar a crecer en nuestra vida espiritual, en nuestra vida de fe.

Diálogo con Cristo
Te agradezco, Jesús, que me recuerdes que el único camino para alcanzar la santidad es la cruz. Por la cruz y desde la cruz me enseñas que ése es el itinerario que me puede llevar a la santidad. Permite que salga de esta meditación decidido a cargar mi cruz, con convicción y, sobre todo, con gran amor, pues sé bien que todo lo que sucede en mi vida es una muestra amorosa de tu singular predilección.

jueves, 4 de febrero de 2016

Evangelio 4 de Febrero de 2016

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    I Reyes 2:1-4, 10-12
    1 Cuando se acercaron los días de la muerte de David, dio órdenes a su hijo Salomón:
    2 «Yo me voy por el camino de todos. Ten valor y sé hombre.
    3 Guarda las observancias de Yahveh tu Dios, yendo por su camino, observando sus preceptos, sus órdenes, sus sentencias y sus instrucciones, según está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en cuanto hagas y emprendas.
    4 Para que Yahveh cumpla la promesa que me hizo diciendo: "Si tus hijos guardan su camino para andar en mi presencia con fidelidad, con todo su corazón y toda su alma, ninguno de los tuyos será arrancado de sobre el trono de Israel."
    10 David se acostó con sus padres y le sepultaron en la Ciudad de David.
    11 David reinó sobre Israel cuarenta años; reinó en Hebrón siete años; reinó en Jerusalén 33 años.
    12 Salomón se sentó en el trono de David su padre y el reino se afianzó sólidamente en su mano.
  • Salmo responsorial

    I Crónicas 29:10-12
    10 Después bendijo David a Yahveh en presencia de toda la asamblea diciendo: «¡Bendito tú, oh Yahveh, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre hasta siempre!
    10 Después bendijo David a Yahveh en presencia de toda la asamblea diciendo: «¡Bendito tú, oh Yahveh, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre hasta siempre!
    11 Tuya, oh Yahveh, es la grandeza, la fuerza, la magnificencia, el esplendor y la majestad; pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyó, oh Yahveh, es el reino; tú te levantas por encima de todo.
    11 Tuya, oh Yahveh, es la grandeza, la fuerza, la magnificencia, el esplendor y la majestad; pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyó, oh Yahveh, es el reino; tú te levantas por encima de todo.
    12 De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú lo gobiernas todo; en tu mano están el poder y la fortaleza, y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia.
    12 De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú lo gobiernas todo; en tu mano están el poder y la fortaleza, y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia.
  • Evangelio

    Marcos 6:7-13
    7 Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos.
    8 Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja;
    9 sino: «Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas.»
    10 Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí.
    11 Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos.»
    12 Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran;
    13 expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    Isaías 52:7-10
    7 ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: «Ya reina tu Dios!»
    8 ¡Una voz! Tus vigías alzan la voz, a una dan gritos de júbilo, porque con sus propios ojos ven el retorno de Yahveh a Sión.
    9 Prorrumpid a una en gritos de júbilo, soledades de Jerusalén, porque ha consolado Yahveh a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén.
    10 Ha desnudado Yahveh su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y han visto todos los cabos de la tierra la salvación de nuestro Dios.
  • Salmo responsorial

    Salmo 126:1-5
    1 Canción de las subidas. Cuando Yahveh hizo volver a los cautivos de Sión, como soñando nos quedamos;
    2 entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegría. Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho Yahveh con éstos!
    3 ¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros Yahveh, el gozo nos colmaba!
    4 ¡Haz volver, Yahveh, a nuestros cautivos como torrentes en el Négueb!
    5 Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos.
  • Evangelio

    Mateo 10:16-25
    16 «Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas.
    17 Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas;
    18 y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles.
    19 Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento.
    20 Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros.
    21 «Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán.
    22 Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.
    23 «Cuando os persigan en una ciudad huid a otra, y si también en ésta os persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre.
    24 «No está el discípulo por encima del maestro, ni el siervo por encima de su amo.
    25 Ya le basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su amo. Si al dueño de la casa le han llamado Beelzebul, ¡cuánto más a sus domésticos!

Evangelio meditado

Llama Jesús a los doce y los envía de dos en dos
Tiempo Ordinario


Marcos 6, 7-13. Tiempo Ordinario. Ser cristiano es vivir según los mandamientos de Cristo y además ser misionero para transmitir a todos los hombres su mensaje.


Por: Luis Jesús Rodríguez | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Marcos 6, 7-13
Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; sino: «Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas». Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos». Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Oración introductoria
Señor, tú has querido llamarme a ser cristiano, no sólo para estar contigo, sino también para enviarme a predicar tu mensaje a los hombres y mujeres con quienes me encuentre. Te pido en esta oración por las familias cristianas para que sean un verdadero testimonio para el mundo.

Petición
Señor, haz que te conozca más profundamente para amarte más y transmitirte mejor.

Meditación del Papa Francisco
Cuántas veces pensamos la misión en base a proyectos o programas. Cuántas veces imaginamos la evangelización en torno a miles de estrategias, tácticas, maniobras, artimañas, buscando que las personas se conviertan en base a nuestros argumentos. Hoy el Señor nos lo dice muy claramente: en la lógica del Evangelio no se convence con los argumentos, con las estrategias, con las tácticas, sino simplemente aprendiendo a alojar, a hospedar.
La Iglesia es madre de corazón abierto que sabe acoger, recibir, especialmente a quien tiene necesidad de mayor cuidado, que está en mayor dificultad. La Iglesia, como la quería Jesús, es la casa de la hospitalidad. Y cuánto bien podemos hacer si nos animamos a aprender este lenguaje de la hospitalidad, este lenguaje de recibir, de acoger. Cuántas heridas, cuánta desesperanza se puede curar en un hogar donde uno se pueda sentir recibido. Para eso hay que tener las puertas abiertas, sobre todo las puertas del corazón.
Hospitalidad con el hambriento, con el sediento, con el forastero, con el desnudo, con el enfermo, con el preso, con el leproso, con el paralítico. Hospitalidad con el que no piensa como nosotros, con el que no tiene fe o la ha perdido. Y, a veces, por culpa nuestra. Hospitalidad con el perseguido, con el desempleado. Hospitalidad con las culturas diferentes, de las cuales esta tierra paraguaya es tan rica. Hospitalidad con el pecador, porque cada uno de nosotros también lo es. (Homilía de S.S. Francisco, 12 de julio de 2015).
Reflexión 
La llamada de Cristo a la fe no es una llamada estática, es una llamada a conocerlo cada vez más para transmitirlo mejor. Ser cristiano no significa sólo vivir según los mandamientos de Cristo, significa además ser misionero para transmitir a todos los hombres su mensaje, que es un mensaje de paz. Sin embargo, esta proclamación del mensaje de Cristo debe respetar la libertad de los hombres de acogerlo o no.

Propósito
Ofrecer mis actividades del día por el familiar que vive más alejado de Dios.

Diálogo con Cristo
Jesús, haz que viva mi vocación de cristiano fielmente, no apegado a las cosas materiales, sino buscando en todo tu mayor gloria. Haz que cumpla mi vocación de evangelizador en el lugar donde Tú me has puesto en esta vida. Te pido que mi familia viva cada día más unida a Ti, y así podamos un día todos gozar para siempre de Ti y de tu Madre Santísima.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Evangelio 3 de Febrero de 2016

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    II Samuel 24:2, 9-17
    2 El rey dijo a Joab y a los jefes del ejército que estaban con él: «Recorre todas las tribus de Israel desde Dan hasta Berseba y haz el censo para que yo sepa la cifra de la población.»
    9 Joab entregó al rey la cifra del censo del pueblo. Había en Israel 800.000 hombres de guerra capaces de manejar las armas; en Judá había 500.000 hombres.
    10 Después de haber hecho el censo del pueblo, le remordió a David el corazón y dijo David a Yahveh: «He cometido un gran pecado. Pero ahora, Yahveh, perdona, te ruego, la falta de tu siervo, pues he sido muy necio.»
    11 Cuando David se levantó por la mañana, le había sido dirigida la palabra de Yahveh al profeta Gad, vidente de David, diciendo:
    12 «Anda y di a David: Así dice Yahveh: Tres cosas te propongo; elije una de ellas y la llevaré a cabo.»
    13 Llegó Gad donde David y le anunció: «¿Qué quieres que te venga, tres años de gran hambre en tu país, tres meses de derrotas ante tus enemigos y que te persigan, o tres días de peste en tu tierra? Ahora piensa y mira qué debo responder al que me envía.»
    14 David respondió a Gad: «Estoy en grande angustia. Pero caigamos en manos de Yahveh que es grande su misericordia. No caiga yo en manos de los hombres.»
    15 Y David eligió la peste para sí. Eran los días de la recolección del trigo. Yahveh envió la peste a Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado y murieron 70.000 hombres del pueblo, desde Dan hasta Berseba.
    16 El ángel extendió la mano hacia Jerusalén para destruirla, pero Yahveh se arrepintió del estrago y dijo al ángel que exterminaba el pueblo: «¡Basta ya! Retira tu mano.» El ángel de Yahveh estaba entonces junto a la era de Arauná el jebuseo.
    17 Cuando David vio al ángel que hería al pueblo, dijo a Yahveh: «Yo fui quien pequé, yo cometí el mal, pero estas ovejas ¿qué han hecho? Caiga, te suplico, tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre.»
  • Salmo responsorial

    Salmo 32:1-2, 5-7
    1 De David. Poema. ¡Dichoso el que es perdonado de su culpa, y le queda cubierto su pecado!
    2 Dichoso el hombre a quien Yahveh no le cuenta el delito, y en cuyo espíritu no hay fraude.
    5 Mi pecado te reconocí, y no oculté mi culpa; dije: «Me confesaré a Yahveh de mis rebeldías.» Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado.
    6 Por eso te suplica todo el que te ama en la hora de la angustia. Y aunque las muchas aguas se desborden, no le alcanzarán.
    7 Tú eres un cobijo para mí, de la angustia me guardas, estás en torno a mí para salvarme.
  • Evangelio

    Marcos 6:1-6
    1 Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen.
    2 Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos?
    3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él.
    4 Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio.»
    5 Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos.
    6 Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.

Evangelio meditado

Nadie es profeta en su tierra
Tiempo Ordinario


Marcos 6, 1-6. Tiempo Ordinario. Pedir insistentemente la gracia de la fe porque es un inmenso don de Dios 


Por: Misael Cisneros | Fuente: Catholic.net 



Del Evangelio según san Marcos 6, 1-6
Salió Jesús de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio». Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.

Oración introductoria
Señor, permite, por tu gracia, que pueda reconocerte en esta meditación. Confío en Ti, en tu Palabra que me ha revelado que, a pesar de mis debilidades, puedo acercarme a Ti para ser curado y redimido por tu amor.

Petición
Jesús, ayúdame a conocerte más, para poder amarte más.

Meditación del Papa Francisco
Nosotros cristianos tenemos esta libertad de juzgar lo que sucede fuera de nosotros. Pero para juzgar debemos conocer bien lo que sucede fuera de nosotros. ¿Cómo se puede hacer esto que la Iglesia llama conocer los signos de los tiempos?
Los tiempos cambian. Es característico de la sabiduría cristiana conocer estos cambios, conocer los diversos tiempos y conocer los signos de los tiempos. Qué significa uno y qué significa lo otro.
Porque nosotros escuchamos muchos comentarios: «He escuchado que lo que sucedió allá es esto y lo que sucede allá es otra cosa; he leído esto, me han dicho esto...» Pero yo soy libre, debo emitir mi propio juicio y comprender qué significa todo esto. Se trata de un trabajo que a menudo nosotros no hacemos: nos conformamos, nos tranquilizamos con: me han dicho, he escuchado, la gente dice, he leído... Y así nos quedamos tranquilos. En cambio deberíamos preguntarnos: ¿Cuál es la verdad? ¿Cuál es el mensaje que el Señor quiere darme con ese signo de los tiempos? (Cf Homilía de S.S. Francisco, 30 de octubre de 2015, en Santa Marta).

Reflexión
¿Por qué un profeta no pude ser admitido en su propia tierra? Cristo nos da la respuesta. Por falta de fe de la gente, en este caso de sus parientes. Nos cuesta creer en una persona que ha convivido mucho tiempo con nosotros y ahora viene a darnos lecciones de vida. "¿Pero no es este el hijo del carpintero, cómo es que salen tantos milagros de sus manos?"

Necesitamos pedir insistentemente la gracia de la fe. Porque la fe es un inmenso don de Dios y vale más que la vida misma, pues sólo con ella puede el hombre caminar en su existencia hacia el destino eterno, aunque a veces no vea, aunque le rodeen espesas tinieblas, aunque le azote la duda, aunque le domine el miedo, aunque le invada el desaliento, ya que "el justo vive de la fe".

La fe fue la fuerza en su peregrinar par este mundo de todos aquellos hombres de Dios y lo seguirá siendo para todos aquellos que deseen y quieran ir tras las huellas de Cristo.

La fe no es un mero sentimiento de la presencia de Dios. Es caminar, sufrir, caer y levantarse tratando de ser fiel a Dios a quien no vemos con nuestros ojos materiales, pero sí con los ojos de la fe. Pues si vemos las cosas como nosotros queremos, entonces dejaría de ser fe y sería certeza de lo que queremos ver. En definitiva la fe es fiarse de Dios y confiar en Él. Por ello, digamos a Cristo con humildad: "Creo Señor, pero aumenta mi poca fe".

Propósito
Reconocer y honrar diariamente a Jesús, que se me manifiesta continuamente en la oración. Antes de tomar una decisión importante me preguntaré cuál es el ejemplo que Jesucristo me da en el Evangelio para tratar de imitarlo.

Diálogo con Cristo
Señor Jesús, ¿qué importancia le doy a tu Palabra? ¿Es ella la brújula en mi toma de decisiones? ¿Es mi fortaleza cuando aparecen las contrariedades? Ayúdame a buscarte en la lectura atenta y fervorosa de la Sagrada Escritura, libro vivo donde puedo aprender a conocerte, amarte y seguirte.

martes, 2 de febrero de 2016

Evangelio 2 de febrero de 2016

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Malaquías 3:1-4
    1 He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y enseguida vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el Angel de la alianza, que vosotros deseáis, he aquí que viene, dice Yahveh Sebaot.
    2 ¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién se tendrá en pie cuando aparezca? Porque es él como fuego de fundidor y como lejía de lavandero.
    3 Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata; y serán para Yahveh los que presentan la oblación en justicia.
    4 Entonces será grata a Yahveh la oblación de Judá y de Jerusalén, como en los días de antaño, como en los años antiguos.
  • Salmo responsorial

    Salmo 24:7-10
    7 ¡Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria!
    8 ¿Quién es ese rey de gloria? Yahveh, el fuerte, el valiente, Yahveh, valiente en la batalla.
    9 ¡Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria!
    10 ¿Quién es ese rey de gloria? Yahveh Sebaot, él es el rey de gloria.
  • Segunda lectura

    Hebreos 2:14-18
    14 Por tanto, así como los hijos participan de la sangre y de la carne, así también participó él de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al Diablo,
    15 y libertar a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud.
    16 Porque, ciertamente, no se ocupa de los ángeles, sino de la descendencia de Abraham.
    17 Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo que toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo.
    18 Pues, habiendo sido probado en el sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados.
  • Evangelio

    Lucas 2:22-40
    22 Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor,
    23 como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor
    24 y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones , conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
    25 Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.
    26 Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.
    27 Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él,
    28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
    29 «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;
    30 porque han visto mis ojos tu salvación,
    31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos,
    32 luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»
    33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.
    34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -
    35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»
    36 Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido,
    37 y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones.
    38 Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
    39 Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
    40 El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él.