sábado, 9 de abril de 2022

Lecturas 10 de Abril de 2022

 

Lecturas del día:

  • Primera Lectura

    Isaías 50:4-7

    4El Señor Yahveh me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora. Mañana tras mañana despierta mi oído, para escuchar como los discípulos;5el Señor Yahveh me ha abierto el oído. Y yo no me resistí, ni me hice atrás.6Ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba. Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos.7Pues que Yahveh habría de ayudarme para que no fuese insultado, por eso puse mi cara como el pedernal, a sabiendas de que no quedaría avergonzado.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 22:8-9, 17-20, 23-24

    8todos los que me ven de mí se mofan, tuercen los labios, menean la cabeza:9«Se confió a Yahveh, ¡pues que él le libre, que le salve, puesto que le ama!»17Perros innumerables me rodean, una banda de malvados me acorrala como para prender mis manos y mis pies.18Puedo contar todos mis huesos; ellos me observan y me miran,19repártense entre sí mis vestiduras y se sortean mi túnica.20¡Mas tú, Yahveh, no te estés lejos, corre en mi ayuda, oh fuerza mía,23¡Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré!:24«Los que a Yahveh teméis, dadle alabanza, raza toda de Jacob, glorificadle, temedle, raza toda de Israel».

  • Segunda Lectura

    Filipenses 2:6-11

    6El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios.7Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre;8y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.9Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre.10Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos,11y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SENOR para gloria de Dios Padre.

  • Evangelio

    Lucas 22:14--23:56

    2214Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles;15y les dijo: «Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer;16porque os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.»17Y recibiendo una copa, dadas las gracias, dijo: «Tomad esto y repartidlo entre vosotros;18porque os digo que, a partir de este momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.»19Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»20De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros.21«Pero la mano del que me entrega está aquí conmigo sobre la mesa.22Porque el Hijo del hombre se marcha según está determinado. Pero, ¡ay de aquel por quien es entregado!»23Entonces se pusieron a discutir entre sí quién de ellos sería el que iba a hacer aquello.24Entre ellos hubo también un altercado sobre quién de ellos parecía ser el mayor.25El les dijo: «Los reyes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los que ejercen el poder sobre ellas se hacen llamar Bienhechores;26pero no así vosotros, sino que el mayor entre vosotros sea como el más joven y el que gobierna como el que sirve.27Porque, ¿quién es mayor, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.28«Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas;29yo, por mi parte, dispongo un Reino para vosotros, como mi Padre lo dispuso para mí,30para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.31«¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo;32pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.»33El dijo: «Señor, estoy dispuesto a ir contigo hasta la cárcel y la muerte.»34Pero él dijo: «Te digo, Pedro: No cantará hoy el gallo antes que hayas negado tres veces que me conoces.»35Y les dijo: «Cuando os envié sin bolsa, sin alforja y sin sandalias, ¿os faltó algo?» Ellos dijeron: «Nada.»36Les dijo: «Pues ahora, el que tenga bolsa que la tome y lo mismo alforja, y el que no tenga que venda su manto y compre una espada;37porque os digo que es necesario que se cumpla en mí esto que está escrito: "Ha sido contado entre los malhechores." Porque lo mío toca a su fin.»38Ellos dijeron: «Señor, aquí hay dos espadas.» El les dijo: «Basta.»39Salió y, como de costumbre, fue al monte de los Olivos, y los discípulos le siguieron.40Llegado al lugar les dijo: «Pedid que no caigáis en tentación.»41Y se apartó de ellos como un tiro de piedra, y puesto de rodillas oraba42diciendo: «Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»43Entonces, se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba.44Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.45Levantándose de la oración, vino donde los discípulos y los encontró dormidos por la tristeza;46y les dijo: «¿Cómo es que estáis dormidos? Levantaos y orad para que no caigáis en tentación.»47Todavía estaba hablando, cuando se presentó un grupo; el llamado Judas, uno de los Doce, iba el primero, y se acercó a Jesús para darle un beso.48Jesús le dijo: «¡Judas, con un beso entregas al Hijo del hombre!»49Viendo los que estaban con él lo que iba a suceder, dijeron: «Señor, ¿herimos a espada?»50y uno de ellos hirió al siervo del Sumo Sacerdote y le llevó la oreja derecha.51Pero Jesús dijo: «¡Dejad! ¡Basta ya!» Y tocando la oreja le curó.52Dijo Jesús a los sumos sacerdotes, jefes de la guardia del Templo y ancianos que habían venido contra él: «¿Como contra un salteador habéis salido con espadas y palos?53Estando yo todos los días en el Templo con vosotros, no me pusisteis las manos encima; pero esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas.»54Entonces le prendieron, se lo llevaron y le hicieron entrar en la casa del Sumo Sacerdote; Pedro le iba siguiendo de lejos.55Habían encendido una hoguera en medio del patio y estaban sentados alrededor; Pedro se sentó entre ellos.56Una criada, al verle sentado junto a la lumbre, se le quedó mirando y dijo: «Este también estaba con él.»57Pero él lo negó: «¡Mujer, no le conozco!»58Poco después, otro, viéndole, dijo: «Tú también eres uno de ellos.» Pedro dijo: «Hombre, no lo soy!»59Pasada como una hora, otro aseguraba: «Cierto que éste también estaba con él, pues además es galileo.»60Le dijo Pedro: «¡Hombre, no sé de qué hablas!» Y en aquel momento, estando aún hablando, cantó un gallo,61y el Señor se volvió y miró a Pedro, y recordó Pedro las palabras del Señor, cuando le dijo: «Antes que cante hoy el gallo, me habrás negado tres veces.»62Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente.63Los hombres que le tenían preso se burlaban de él y le golpeaban;64y cubriéndole con un velo le preguntaban: «¡Adivina! ¿Quién es el que te ha pegado?»65Y le insultaban diciéndole otras muchas cosas.66En cuanto se hizo de día, se reunió el Consejo de Ancianos del pueblo, sumos sacerdotes y escribas, le hiceron venir a su Sanedrín67y le dijeron: «Si tú eres el Cristo, dínoslo.» El respondió: «Si os lo digo, no me creeréis.68Si os pregunto, no me responderéis.69De ahora en adelante, el Hijo del hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios.»70Dijeron todos: «Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?» El les dijo: «Vosotros lo decís: Yo soy.»71Dijeron ellos: «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos, pues nosotros mismos lo hemos oído de su propia boca?»231Y levantándose todos ellos, le llevaron ante Pilato.2Comenzaron a acusarle diciendo: «Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y diciendo que él es Cristo Rey.»3Pilato le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» El le respondió: «Sí, tú lo dices.»4Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «Ningún delito encuentro en este hombre.»5Pero ellos insistían diciendo: «Solivianta al pueblo, enseñando por toda Judea, desde Galilea, donde comenzó, hasta aquí.»6Al oír esto, Pilato preguntó si aquel hombre era galileo.7Y, al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que por aquellos días estaba también en Jerusalén.8Cuando Herodes vio a Jesús se alegró mucho, pues hacía largo tiempo que deseaba verle, por las cosas que oía de él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera.9Le preguntó con mucha palabrería, pero él no respondió nada.10Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándole con insistencia.11Pero Herodes, con su guardia, después de despreciarle y burlarse de él, le puso un espléndido vestido y le remitió a Pilato.12Aquel día Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues antes estaban enemistados.13Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo14y les dijo: «Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he interrogado delante de vosotros y no he hallado en este hombre ninguno de los delitos de que le acusáis.15Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido. Nada ha hecho, pues, que merezca la muerte.16Así que le castigaré y le soltaré.»18Toda la muchedumbre se puso a gritar a una: «¡Fuera ése, suéltanos a Barrabás!»19Este había sido encarcelado por un motín que hubo en la ciudad y por asesinato.20Pilato les habló de nuevo, intentando librar a Jesús,21pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícale, crucifícale!»22Por tercera vez les dijo: «Pero ¿qué mal ha hecho éste? No encuentro en él ningún delito que merezca la muerte; así que le castigaré y le soltaré.»23Pero ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado y sus gritos eran cada vez más fuertes.24Pilato sentenció que se cumpliera su demanda.25Soltó, pues, al que habían pedido, el que estaba en la cárcel por motín y asesinato, y a Jesús se lo entregó a su voluntad.26Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevará detrás de Jesús.27Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él.28Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos.29Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron!30Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Cubridnos!31Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?»32Llevaban además otros dos malhechores para ejecutarlos con él.33Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.34Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.» Se repartieron sus vestidos, echando a suertes.35Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían muecas diciendo: «A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido.»36También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre37y le decían: «Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!»38Había encima de él una inscripción: «Este es el Rey de los judíos.»39Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!»40Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena?41Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho.»42Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.»43Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.»44Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.45El velo del Santuario se rasgó por medio46y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y, dicho esto, expiró.47Al ver el centurión lo sucedido, glorificaba a Dios diciendo: «Ciertamente este hombre era justo.»48Y todas las gentes que habían acudido a aquel espectáculo, al ver lo que pasaba, se volvieron golpeándose el pecho.49Estaban a distancia, viendo estas cosas, todos sus conocidos y las mujeres que le habían seguido desde Galilea.50Había un hombre llamado José, miembro del Consejo, hombre bueno y justo,51que no había asentido al consejo y proceder de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios.52Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús53y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto todavía.54Era el día de la Preparación, y apuntaba el sábado.55Las mujeres que habían venido con él desde Galilea, fueron detrás y vieron el sepulcro y cómo era colocado su cuerpo,56Y regresando, prepararon aromas y mirra. Y el sábado descansaron según el precepto.

    O también:

    Lucas 23:1-49

    1Y levantándose todos ellos, le llevaron ante Pilato.2Comenzaron a acusarle diciendo: «Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y diciendo que él es Cristo Rey.»3Pilato le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» El le respondió: «Sí, tú lo dices.»4Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «Ningún delito encuentro en este hombre.»5Pero ellos insistían diciendo: «Solivianta al pueblo, enseñando por toda Judea, desde Galilea, donde comenzó, hasta aquí.»6Al oír esto, Pilato preguntó si aquel hombre era galileo.7Y, al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que por aquellos días estaba también en Jerusalén.8Cuando Herodes vio a Jesús se alegró mucho, pues hacía largo tiempo que deseaba verle, por las cosas que oía de él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera.9Le preguntó con mucha palabrería, pero él no respondió nada.10Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándole con insistencia.11Pero Herodes, con su guardia, después de despreciarle y burlarse de él, le puso un espléndido vestido y le remitió a Pilato.12Aquel día Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues antes estaban enemistados.13Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo14y les dijo: «Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he interrogado delante de vosotros y no he hallado en este hombre ninguno de los delitos de que le acusáis.15Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido. Nada ha hecho, pues, que merezca la muerte.16Así que le castigaré y le soltaré.»18Toda la muchedumbre se puso a gritar a una: «¡Fuera ése, suéltanos a Barrabás!»19Este había sido encarcelado por un motín que hubo en la ciudad y por asesinato.20Pilato les habló de nuevo, intentando librar a Jesús,21pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícale, crucifícale!»22Por tercera vez les dijo: «Pero ¿qué mal ha hecho éste? No encuentro en él ningún delito que merezca la muerte; así que le castigaré y le soltaré.»23Pero ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado y sus gritos eran cada vez más fuertes.24Pilato sentenció que se cumpliera su demanda.25Soltó, pues, al que habían pedido, el que estaba en la cárcel por motín y asesinato, y a Jesús se lo entregó a su voluntad.26Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevará detrás de Jesús.27Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él.28Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos.29Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron!30Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Cubridnos!31Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?»32Llevaban además otros dos malhechores para ejecutarlos con él.33Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.34Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.» Se repartieron sus vestidos, echando a suertes.35Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían muecas diciendo: «A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido.»36También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre37y le decían: «Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!»38Había encima de él una inscripción: «Este es el Rey de los judíos.»39Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!»40Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena?41Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho.»42Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.»43Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.»44Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.45El velo del Santuario se rasgó por medio46y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y, dicho esto, expiró.47Al ver el centurión lo sucedido, glorificaba a Dios diciendo: «Ciertamente este hombre era justo.»48Y todas las gentes que habían acudido a aquel espectáculo, al ver lo que pasaba, se volvieron golpeándose el pecho.49Estaban a distancia, viendo estas cosas, todos sus conocidos y las mujeres que le habían seguido desde Galilea

Lecturas 9 de Abril de 2022

 

Lecturas del día:

  • Primera Lectura

    Ezequiel 37:21-28

    21y diles: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo recojo a los hijos de Israel de entre las naciones a las que marcharon. Los congregaré de todas partes para conducirlos a su suelo.22Haré de ellos una sola nación en esta tierra, en los montes de Israel, y un solo rey será el rey de todos ellos; no volverán a formar dos naciones, ni volverán a estar divididos en dos reinos.23No se contaminarán más con sus basuras, con sus monstruos y con todos sus crímenes. Los salvaré de las infidelidades por las que pecaron, los purificaré, y serán mi pueblo y yo seré su Dios.24Mi siervo David reinará sobre ellos, y será para todos ellos el único pastor; obedecerán mis normas, observarán mis preceptos y los pondrán en práctica.25Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, donde habitaron vuestros padres. Allí habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos, para siempre, y mi siervo David será su príncipe eternamente.26Concluiré con ellos una alianza de paz, que será para ellos una alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré mi santuario en medio de ellos para siempre.27Mi morada estará junto a ellos, seré su Dios y ellos serán mi pueblo.28Y sabrán las naciones que yo soy Yahveh, que santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre.

  • Salmo Responsorial

    Jeremías 31:10-13

    10Oíd la palabra de Yahveh, naciones, y anunciad por las islas a lo lejos, y decid: «El que dispersó a Israel le reunirá y le guardará cual un pastor su hato.»11Porque ha rescatado Yahveh a Jacob, y le ha redimido de la mano de otro más fuerte.12Vendrán y darán hurras en la cima de Sión y acudirán al regalo de Yahveh: al grano, al mosto, y al aceite virgen, a las crías de ovejas y de vacas, y será su alma como huerto empapado, no volverán a estar ya macilentos.13Entonces se alegrará la doncella en el baile, los mozos y los viejos juntos, y cambiaré su duelo en recocijo, y les consolaré y alegraré de su tristeza;

  • Evangelio

    Juan 11:45-56

    45Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él.46Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.47Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales.48Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.»49Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada,50ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación.»51Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación52- y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.53Desde este día, decidieron darle muerte.54Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudada llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos.55Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse.56Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?»


viernes, 8 de abril de 2022

Lecturas 8 de Abril de 2022

 

Lecturas del día:

  • Primera Lectura

    Jeremías 20:10-13

    10Escuchaba las calumnias de la turba: «¡Terror por doquier!, ¡denunciadle!, ¡denunciémosle!» Todos aquellos con quienes me saludaba estaban acechando un traspiés mío: «¡A ver si se distrae, y le podremos, y tomaremos venganza de él!»11Pero Yahveh está conmigo, cual campeón poderoso. Y así mis perseguidores tropezarán impotentes; se avergonzarán mucho de su imprudencia: confusión eterna, inolvidable.12¡Oh Yahveh Sebaot, juez de lo justo, que escrutas los riñones y el corazón!, vea yo tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.13Cantad a Yahveh, alabad a Yahveh, porque ha salvado la vida de un pobrecillo de manos de malhechores.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 18:2-7

    2Dijo: Yo te amo, Yahveh, mi fortaleza, (mi salvador, que de la violencia me has salvado).3Yahveh, mi roca y mi baluarte, mi liberador, mi Dios; la peña en que me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvación, mi ciudadela y mi refugio.4Invoco a Yahveh, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos.5Las olas de la muerte me envolvían, me espantaban las trombas de Belial,6los lazos del seol me rodeaban, me aguardaban los cepos de la Muerte.7Clamé a Yahveh en mi angustia, a mi Dios invoqué; y escuchó mi voz desde su Templo, resonó mi llamada en sus oídos.

  • Evangelio

    Juan 10:31-42

    31Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle.32Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?»33Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios.»34Jesús les respondió: «¿No está escrito en vuestra Ley: Yo he dicho: dioses sois?35Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios - y no puede fallar la Escritura -36a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: "Yo soy Hijo de Dios"?37Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis;38pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre.»39Querían de nuevo prenderle, pero se les escapó de las manos.40Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado antes bautizando, y se quedó allí.41Muchos fueron donde él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad.»42Y muchos allí creyeron en él.


jueves, 7 de abril de 2022

Lecturas 7 de Abril de 2022

 

Lecturas del día:

  • Primera Lectura

    Génesis 17:3-9

    3Cayó Abram rostro en tierra, y Dios le habló así:4«Por mi parte he aquí mi alianza contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos.5No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre de muchedumbre de pueblos te he constituido.6Te haré fecundo sobremanera, te convertiré en pueblos, y reyes saldrán de ti.7Y estableceré mi alianza entre nosotros dos, y con tu descendencia después de ti, de generación en generación: una alianza eterna, de ser yo el Dios tuyo y el de tu posteridad.8Yo te daré a ti y a tu posteridad la tierra en que andas como peregrino, todo el país de Canaán, en posesión perpetua, y yo seré el Dios de los tuyos.»9Dijo Dios a Abraham: «Guarda, pues, mi alianza, tú y tu posteridad, de generación en generación.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 105:4-9

    4¡Buscad a Yahveh y su fuerza, id tras su rostro sin descanso,5recordad las maravillas que él ha hecho, sus prodigios y los juicios de su boca!6Raza de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido:7él, Yahveh, es nuestro Dios, por toda la tierra sus juicios.8El se acuerda por siempre de su alianza, palabra que impuso a mil generaciones,9lo que pactó con Abraham, el juramento que hizo a Isaac,

  • Evangelio

    Juan 8:51-59

    51En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás.»52Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: "Si alguno guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás."53¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?»54Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: "El es nuestro Dios",55y sin embargo no le conocéis, yo sí que le conozco, y si dijera que no le conozco, sería un mentiroso como vosotros. Pero yo le conozco, y guardo su Palabra.56Vuestro padre Abraham se regocijó pensando en ver mi Día; lo vio y se alegró.»57Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?»58Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy.»59Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo.

miércoles, 6 de abril de 2022

Lecturas 6 de Abril de 2022

 

Lecturas del día:

  • Primera Lectura

    Daniel 3:14-20, 91-92, 95

    14Nabucodonosor tomó la palabra y dijo: «¿Es verdad, Sadrak, Mesak y Abed Negó, que no servís a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que yo he erigido?15¿Estáis dispuestos ahora, cuando oigáis sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, a postraros y adorar la estatua que yo he hecho? Si no la adoráis, seréis inmediatamente arrojados en el horno de fuego ardiente; y ¿qué dios os podrá librar de mis manos?»16Sadrak, Mesak y Abed Negó tomaron la palabra y dijeron al rey Nabucodonosor: «No necesitamos darte una respuesta sobre este particular.17Si nuestro Dios, a quien servimos, es capaz de librarnos, nos librará del horno de fuego ardiente y de tu mano, oh rey;18y si no lo hace, has de saber, oh rey, que nosotros no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has erigido.»19Entonces el rey Nabucodonosor, lleno de cólera y demudada la expresión de su rostro contra Sadrak, Mesak y Abed Negó, dio orden de que se encendiese el horno siete veces más de lo corriente,20y mandó a los hombres más fuertes de su ejército que ataran a Sadrak, Mesak y Abed Negó y los arrojaran al horno de fuego ardiente.91Entonces el rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó a toda prisa y preguntó a sus consejeros: «¿No hemos echado nosotros al fuego a estos tres hombres atados?» Respondieron ellos: «Indudablemente, oh rey.»92Dijo el rey: «Pero yo estoy viendo cuatro hombres que se pasean libremente por el fuego sin sufrir daño alguno, y el cuarto tiene el aspecto de un hijo de los dioses.»95Nabucodonosor exclamó: «Bendito sea el Dios de Sadrak, Mesak y Abed Negó, que ha enviado a su ángel a librar a sus siervos que, confiando en él, quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a ningún otro fuera de su Dios.

  • Salmo Responsorial

    Daniel 3:52-56

    52«Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, loado, exaltado eternamente. Bendito el santo nombre de tu gloria, loado, exaltado eternamente.53Bendito seas en el templo de tu santa gloria, cantado, enaltecido eternamente.54Bendito seas en el trono de tu reino, cantado, exaltado eternamente.55Bendito tú, que sondas los abismos, que te sientas sobre querubines, loado, exaltado eternamente.56Bendito seas en el firmamento del cielo, cantado, glorificado eternamente.

  • Evangelio

    Juan 8:31-42

    31Decía, pues, Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos,32y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.»33Ellos le respondieron: «Nosotros somos descendencia de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?»34Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo.35Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre.36Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres.37Ya sé que sois descendencia de Abraham; pero tratáis de matarme, porque mi Palabra no prende en vosotros.38Yo hablo lo que he visto donde mi Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído donde vuestro padre.»39Ellos le respondieron: «Nuestro padre es Abraham.» Jesús les dice: «Si sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham.40Pero tratáis de matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham.41Vosotros hacéis las obras de vuestro padre.» Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; no tenemos más padre que a Dios.»42Jesús les respondió: «Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que él me ha enviado.

martes, 5 de abril de 2022

Lecturas 5 de Abril de 2022

 

Lecturas del día:

  • Primera Lectura

    Números 21:4-9

    4Partieron de Hor de la Montaña, camino del mar de Suf, rodeando la tierra de Edom. El pueblo se impacientó por el camino.5Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable.»6Envió entonces Yahveh contra el pueblo serpientes abrasadoras, que mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel.7El pueblo fue a decirle a Moisés: «Hemos pecado por haber hablado contra Yahveh y contra ti. Intercede ante Yahveh para que aparte de nosotros las serpientes,» Moisés intercedió por el pueblo.8Y dijo Yahveh a Moisés: «Hazte un Abrasador y ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá.»9Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y éste miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 102:2-3, 16-21

    2Yahveh, escucha mi oración, llegue hasta ti mi grito;3ne ocultes lejos de mí tu rostro el día de mi angustia; tiende hacia mí tu oído, ¡el día en que te invoco, presto, respóndeme!16Y temerán las naciones el nombre de Yahveh, y todos los reyes de la tierra tu gloria;17cuando Yahveh reconstruya a Sión, y aparezca en su gloria,18volverá su rostro a la oración del despojado, su oración no despreciará.19Se escribirá esto para la edad futura, y en pueblo renovado alabará a Yahveh:20que se ha inclinado Yahveh desde su altura santa, desde los cielos ha mirado a la tierra,21para oír el suspiro del cautivo, para librar a los hijos de la muerte.

  • Evangelio

    Juan 8:21-30

    21Jesús les dijo otra vez: «Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir.»22Los judíos se decían: «¿Es que se va a suicidar, pues dice: "Adonde yo voy, vosotros no podéis ir?»23El les decía: «Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.24Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados.»25Entonces le decían: «¿Quién eres tú?» Jesús les respondió: «Desde el principio, lo que os estoy diciendo.26Mucho podría hablar de vosotros y juzgar pero el que me ha enviado es veraz, y lo que le he oído a él es lo que hablo al mundo.»27No comprendieron que les hablaba del Padre.28Les dijo, pues, Jesús: «Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo.29Y el que me ha enviado está conmigo: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él.»30Al hablar así, muchos creyeron en él.