jueves, 9 de diciembre de 2010

Doscientos mil jóvenes siguen la Jornada Mundial 2011 en “Facebook”

Superado el millón de visitas en la página oficial en internet

MADRID, jueves 9 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Las redes sociales han sido un vehículo para que los seguidores de la Jornada Mundial de la Juventud puedan participar en la organización del encuentro.

En Facebook, ya está en veinte idiomas y doscientos mil jóvenes siguen la JMJ 2011 de la misma, aparte otras redes sociales. Más de un millón han contactado con la información que ofrece la página oficial de la Jornada de Madrid.

Algunos de los datos que ofrece la organizaciòn de la JMJ de Madrid 2011 son que ya han llegado a doscientos mil los fans en Facebook, que se mantienen informados al día sobre las novedades de la Jornada además de participar en ella con su opinión y sus aportaciones.

El rumano y el húngaro son las últimas incorporaciones y con estos dos nuevosidiomas son ya veinte en los que se puede participar en la JMJ de Madrid a través de Facebook.

Cristina del Campo, community manager de Madrid11, explica que “los voluntarios, son quienes nos han propuesto la apertura de la página en su propio idioma, comprometiéndose a administrar la página, traduciendo los textos que les enviamos y gestionando el día a día. De esta forma, la JMJ Madrid11 llega a todos los jóvenes de todos los rincones del mundo”.

La mayor parte de las intervenciones y preguntas de los usuarios de redes sociales hacen referencia a las inscripciones o a la participación en la JMJ como voluntarios. También realizan sugerencias ante las preguntas que les lanzamos o muestran su alegría por asistir a la Jornada.

Además se han lanzado concursos que han tenido gran participación, como la elección de las mejores frases del Mensaje del Papa para la JMJ de Madrid. Los usuarios seleccionaban su cita favorita y quien recibía más “me gusta” por parte del resto de los usuarios ha ganado una entrada doble en primera fila en el aeródromo de Cuatro Vientos pata la Vigilia y la misa final.

¿Y quién gestiona todo esto? Más de setenta voluntarios animan, traducen y responden a las cuestiones que surgen de cada uno de los perfiles de la JMJ en Facebook.

Desde sus países de origen, los voluntarios tratan con los futuros asistentes a la Jornada de Madrid.

La JMJ de Madrid también está presente en otras redes sociales líderes en otros países: Orkut –red social más usada en Brasil--, Mixi –Japón--, Tuenti –España--, y Vkontakte –Rusia--.

Por otra parte, la Jornada de Madrid también se comunica a través de Twitter --5.600 seguidores-, YouTube –casi 400.000 reproducciones de sus vídeos--, y Flickr –más de 57.000 visitas--.

Además de las redes sociales, la presencia de la Jornada Mundial de la Juventud en Internet es clave a través de la página web oficial (www.madrid11.com).

Desde su estreno en noviembre de 2009, las visitas a sus páginas no han parado de crecer. Desde ese primer mes en el que la web comenzaba a ofrecer sus primeras informaciones, las visitas se han multiplicado por trece, hasta llegar a las casi 200.000 el pasado noviembre. En total, la web –que ya se ofrece en ocho idiomas- ha recibido más de un millón de visitas.

Las consultas a la página de la JMJ ya suman más de cuatro millones de páginas vistas. Los lectores de la página web se informan, sobre todo, acerca de cuestiones referidas a la organización de la Jornada, como la agenda de la semana o las inscripciones.

En cuanto al número de inscritos también se ha superado la cifra recientemente alcanzada por las redes sociales: más de 200.000 personas han confirmado su asistencia a la JMJ de Madrid.

El país que más inscripciones ha formalizado ha sido Francia, desde donde –por el momento- llegarán más de 45.000 personas. De cerca, le sigue Italia –más de 41.000-, España –25.000--, y Estados Unidos, más de 13.000.

Evangelio 10 de Diciembre de 2010

  • Primera Lectura: Isaías 48, 17-19
    "¡Ojalá hubieras obedecido mis mandatos!"

    Esto dice el Señor, tu redentor, el Santo de Israel:
    «Yo, el Señor tu Dios, te instruyo por tu bien, te marco el camino a seguir. ¡Ojalá hubieras atendido mis mandatos! Tu bienestar sería como un río; tu prosperidad, como las olas del mar; tu descendencia sería como la arena; como sus granos, los frutos de tus entrañas; tu nombre no habría sido borrado ni apartado de mi presencia».

  • Salmo Responsorial: 1
    "Dichoso quien confía en el Señor."

    Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se entretiene en el camino de los pecadores, ni se sienta con los arrogantes, sino que pone su alegría en la ley del Señor, meditándola día y noche.
    R. Dichoso quien confía en el Señor.

    Es como un árbol plantado junto al río: da fruto a su tiempo y sus hojas no se marchitan; todo lo que hace le sale bien.
    R. Dichoso quien confía en el Señor.

    No sucede lo mismo con los malvados, pues son como paja que se lleva el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los malvados lleva a la perdición.
    R. Dichoso quien confía en el Señor.

  • Evangelio: Mateo 11, 16-19
    "No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre"

    En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
    «¿Con quién compararé a esta generación? Es como esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros este refrán: “Hemos tocado la flauta y no han bailado, hemos entonado lamentaciones y no han llorado”. Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dicen: “Está endemoniado”. Viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tienen un comilón y un borracho, amigo de recaudadores de impuestos y pecadores”.
    Pero la sabiduría ha quedado avalada por sus obras».

Juan Bautista, el precursor

Autor: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net

Mateo 11,11-15. Adviento. El don que Cristo viene a traer, lo trae a través de otras personas, a través de precursores.
Juan Bautista, el precursor
Mateo 11,11-15


En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: «Les aseguro que no ha surgido entre los hombres nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos es mayor que él. Desde que apareció Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos sufre violencia, y los violentos pretenden apoderarse de él. Pues todos los profetas y la ley anunciaron esto hasta que vino Juan. Y es que, lo acepten o no, él es Elías, el que tenía que venir. El que tenga oídos, que oiga».


Reflexión


Juan Bautista aparece en el Evangelio como la figura del hombre que precede a Cristo. Y no cabe duda que la misión de Juan Bautista, la misión de preparar el camino del Redentor, la misión de precursor se encaja en su vida como algo que él tiene que vivir, que tiene que aceptar.

La vocación de Juan Bautista no se da simplemente por el hecho de que Dios llama a su vida; también se da, se cuaja, se fecunda, se madura porque, con su libertad, Juan Bautista acepta esta misión. Ya su padre Zacarías había hablado de su misión cuando Juan es llevado a circuncidar. Zacarías dice que ese niño “será llamado Profeta del Altísimo porque irá delante del Señor a preparar sus caminos, para anunciar a su pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados”.

Esta es la misión del precursor, ser el hombre que va delante del Señor, que prepara sus caminos y que anuncia el gran don que es el perdón de los pecados. Lo que hace grande a Juan es que la misión que Dios le propone, él la lleva a cabo. Y el hecho de que sea el precursor, de alguna manera, se convierte para Juan Bautista no sólo en un motivo de gloria para él, sino que también se convierte en el modo en el que él llega a nuestras vidas.

También en cada uno de nosotros se realiza una misión semejante. En cierto sentido, cada uno de nosotros es un precursor, es un hombre o una mujer que va delante en el camino de la Redención. Todos estamos llamados, al igual que Juan Bautista, a realizar, a llevar a cabo nuestra misión.

¿Hasta qué punto valoramos la misión que se nos encomienda? ¿Sabemos apreciar el don que hemos recibido? Un don que, como dirá Zacarías, no es otra cosa sino “el Sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte y para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”. Ese es el don que recibimos, el don que Cristo viene a traer.

Pero, el don que Cristo viene a traer, lo trae a través de otras personas, a través de precursores. ¿Yo valoro el don de Cristo, el don que yo puedo dar a mis hermanos? ¿Me doy cuenta de la inmensa riqueza que supone para mi vida, pero también la inmensa riqueza que supone para los demás? Cuántos hombres —como dirá también Zacarías— viven en manos de sus enemigos y en manos de todos los que los aborrecen. Cuántos hombres y mujeres son atacados, denigrados, humillados, hundidos, manipulados.

Y sin embargo, la misericordia de Dios tiene que llegar a sus vidas. Pero ¿cómo va a llegar si no hay nadie que lo proclame, si no hay nadie que vaya delante del Señor para preparar sus caminos y anunciar a su pueblo la salvación? ¿Cuántos corazones no podrán encontrarse con Cristo en esta Navidad?

En estos días en que nos estamos preparando de una forma más intensa para el Nacimiento de Nuestro Señor, tendríamos que preguntarnos ¿cuántos corazones, por mi omisión, por mi falta de delicadeza, por mi falta de preocupación, quedarán sin encontrarse con Dios? ¿Cuántos corazones en las familias, cuántos corazones en el ambiente, cuántos corazones en el ámbito laboral y social no van a saber que Cristo nace para ellos y por ellos? ¿No va a haber nadie que se los enseñe, no va a haber nadie que les predique el camino de la Salvación?

¿Podremos ser tan egoístas como para cerrar el conocimiento de la salvación a los demás? Nuestro corazón no puede pensar tanto en sí mismo como para olvidarse del don que tiene para dárselo a otro. Es una tarea que tenemos que hacer; pero no la podemos hacer si no valoramos primero el don que podemos tener en nuestras manos, si no somos nosotros los que acogemos, los que recibimos el don de Dios. Un don que tiene que vivirse, que tiene que manifestarse, de una manera muy especial, a través de nuestro testimonio de vida; un don que no es tanto la teoría y consejos que podemos decir a los demás, sino sobre todo, lo que nosotros estamos haciendo con nuestra vida.

¡De qué poco nos serviría decir que valoramos mucho el don de Cristo que viene en esta Navidad si no lo transmitiéramos, si no lo diéramos a los demás! ¡De qué poco serviría que dijéramos que queremos ser estos profetas del Altísimo que van delante del Señor para preparar sus caminos, si nuestra vida no se transforma, si nuestra vida no recibe esa visita de Dios, si nuestra vida no quiere ser recibida por Cristo nuestro Señor! No se puede, es imposible. Antes que redimir a otros, hay que redimir mi corazón, hay que cambiar mis actitudes, hay que cambiar mi comportamiento. Tengo que ser el primer redimido. Tengo que redimir mi corazón, tengo que cambiar mis actitudes, tengo que ser el primero que acepta a Cristo como el que me salva de mis pecados, como el que me salva de mis fragilidades.

Jesús en el Evangelio dice: “El que tenga oídos para oír, que oiga”, que es una forma hebrea de decir que quien esté dispuesto, quien quiera, que escuche mi palabra. Pero hay una cosa muy clara, ninguno de nosotros entrará en el camino de la paz que Zacarías profetiza cuando ve a su hijo, si no somos capaces de oír lo que Dios nos pide, el cambio concreto que Dios pide a cada uno.

Evangelio 9 de Diciembre de 2010

  • Primera Lectura: Isaías 41, 13-20
    "Yo soy tu redentor, el Dios de Israel"

    Yo, el Señor tu Dios, sostengo tu brazo y te digo: «No temas, yo mismo te auxilio». No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel; yo te auxilio, palabra del Señor; tu redentor es el Santo de Israel.
    Te convertiré en trilladora afilada, trilladora nueva de doble filo; trillarás los montes hasta molerlos, reducirás a paja las colinas. Los echarás al viento y éste se los llevará, el ventarrón los esparcirá. Y tú podrás alegrarte gracias al Señor, gracias al Santo de Israel te gloriarás. Los necesitados y los pobres buscan agua y no la encuentran; su lengua está reseca por la sed.
    Pero yo, el Señor, los atenderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré que broten ríos en las colinas secas y fuentes en medio de los valles; trasformaré el desierto en estanque, la tierra árida en manantiales de agua. Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivares; plantaré en la llanura abetos, y también cipreses y olmos, para que vean y sepan, para que reflexionen y aprendan que el poder del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado.

  • Salmo Responsorial: 144
    "Bueno es el Señor para con todos."

    Te glorificaré, rey y Dios mío, bendeciré tu nombre por siempre. El Señor es bondadoso con todos, a todas sus obras se extiende su ternura.
    R. Bueno es el Señor para con todos.

    Que tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que proclamen la gloria de tu reinado y hablen de tus hazañas.
    R. Bueno es el Señor para con todos.

    Das a conocer a los hombres tus hazañas, la gloria y el esplendor de tu reinado. Tu reinado es eterno, tu gobierno permanece para siempre.
    R. Bueno es el Señor para con todos.

  • Evangelio: Mateo 11, 11-15
    "No ha habido ninguno más grande que Juan el Bautista"

    En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
    «Les aseguro que no ha surgido entre los hombres nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo,
    el más pequeño en el Reino de los cielos es mayor que él.
    Desde que apareció Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos sufre violencia, y los violentos pretenden apoderarse de él. Pues todos los profetas y la ley anunciaron esto hasta que vino Juan. Y es que, lo acepten o no, él es Elías, el que tenía que venir.
    El que tenga oídos, que oiga».

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Evangelio 8 de Diciembre de 2010

  • Primera Lectura: Génesis 3, 9-15.20
    "Establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya"

    Después que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor Dios llamó al hombre diciendo:
    «¿Dónde estás?»
    El hombre respondió:
    «Oí tus pasos en el jardín, tuve miedo y me escondí, porque estaba desnudo».
    El Señor Dios le preguntó:
    «¿Quién te hizo saber que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te prohibí comer?» Respondió el hombre:
    «La mujer que me diste por compañera me ofreció el fruto del árbol, y comí».
    Entonces el Señor Dios dijo a la mujer:
    «¿Qué es lo que has hecho?»
    Y ella respondió:
    «La serpiente me engaño, y comí».
    Entonces el Señor Dios dijo a la serpiente:
    «Por haber hecho eso, serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; ella te herirá en la
    cabeza, pero tú sólo herirás su talón».
    El hombre puso a su mujer el nombre de Eva –es decir, Vitalidad–, porque ella sería madre de todos los vivientes.

  • Salmo Responsorial: 97
    "Canten al Señor un canto nuevo, porque ha hecho maravillas."

    Canten al Señor un canto nuevo, porque ha hecho maravillas; su mano le ha dado la victoria, su santo brazo.
    R. Canten al Señor un canto nuevo, porque ha hecho maravillas.

    El Señor hace pública su victoria, a la vista de las naciones muestra su salvación; ha recordado su amor y su fidelidad en favor de Israel.
    R. Canten al Señor un canto nuevo, porque ha hecho maravillas.

    Toda la tierra ha visto la victoria de nuestro Dios. Aclamen al Señor habitantes de toda la tierra, estallen de gozo, griten de alegría, canten.
    R. Canten al Señor un canto nuevo, porque ha hecho maravillas.

  • Segunda Lectura: Efesios 1, 3-6.11-12
    "Dios nos eligió en Cristo antes de crear el mundo"

    Hermanos: Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que desde lo alto del cielo nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales. El nos eligió en Cristo, antes de la creación del mundo, para que fuéramos su pueblo y nos mantuviéramos sin mancha en su presencia. Movido por su amor, él nos destinó de antemano, por decisión gratuita de su voluntad, a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, y ser así un himno de alabanza a la gloriosa gracia que derramó sobre nosotros, por medio de su Hijo querido.
    En él hemos sido hechos herederos y destinados de antemano, según el proyecto de quien todo lo hace conforme al deseo de su voluntad. Así nosotros, los que tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, seremos un himno de alabanza a su gloria.

  • Evangelio: Lucas 1, 26-38
    "Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo"

    En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una joven desposada con un hombre llamado José, de la descendencia de David; el nombre de la joven era María. El ángel entró donde estaba María y le dijo:
    «Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo».
    Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué significaba tal saludo. El ángel le dijo:
    «No temas, María, pues Dios te ha concedido su favor. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. El será grande, será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y reinará sobre la descendencia de Jacob por siempre, y su reino no tendrá fin».
    María dijo entonces al ángel:
    «¿Cómo será ésto, pues no tengo relaciones con ningún hombre?»
    El ángel le contestó:
    «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que va a nacer será Santo y se llamará Hijo de Dios. Mira, tu pariente Isabel también ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que todos tenían por estéril; porque para Dios no hay nada imposible».
    María dijo:
    «Aquí está la esclava del Señor, cúmplase en mí como tú dices».
    Y el ángel se retiró.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Los atentados contra la vida desafían a la doctrina social cristiana

Conferencia de monseñor Zimowski en Roma

ROMA, lunes 6 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Las actuales amenazas a la vida, especialmente el aborto, la eutanasia y la destrucción de embriones, “introducen desafíos inéditos para la doctrina social cristiana y requieren respuestas adecuadas”, alertó el presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud.

Monseñor Zygmunt Zimowski intervino recientemente en un encuentro internacional organizado por la Universidad Católica del Sacro Cuore de Roma sobre el tema Respeto a la vida y desarrollo de los pueblos, informa L'Osservatore Romano en su edición de este martes.

El arzobispo advirtió que esta emergencia ética se está transformando lentamente en emergencia política.

Y destacó que la falta de respeto a la vida humana posee “implicaciones, en ciertos aspectos, dramáticas porque afectan directamente a la dignidad de la vida de individuos y pueblos”.

Según monseñor Zimowski, la doctrina social cristiana debe responder a los “fenómenos sociales” generados tras la legalización del aborto y de algunas formas de eutanasia, y la práctica usual de la inseminación artificial y la crioconservación de embriones humanos en numerosos países.

El arzobispo ofreció algunos números: 46 millones de abortos legales realizados cada año en el mundo; 50.000 niños nacidos cada año en los Estados Unidos a través de técnicas para la fecundación asistida.

Crisis cultural

Y destacó tres puntos de análisis. En primer lugar, explicó que la opinión pública está influida por campañas ideológicas que llevan a percibir atentados contra la vida como el aborto, la eutanasia o la experimentación con embriones como “derechos de la libertad individual”.

También indicó que la práctica médica los legitima socialmente: “El contexto científico y la autoridad moral del servicio sanitario son ampliamente suficientes, a los ojos de muchos, para hacerlos aceptables”, lamentó.

Y en tercer lugar, indicó que “la normativa jurídica del Estado confiere a estas prácticas la acreditación de una ley, aprobada por la mayoría y que por tanto dispensa de posteriores escrúpulos de conciencia”.

En opinión del representante vaticano, nos encontramos ante una verdadera crisis cultural, en cuya raíz se encuentra el fenómeno de la tendencia a disociar conciencia privada y sistema socio-civil.

Finalmente, monseñor Zimowski se refirió también al conflicto distributivo que se manifiesta en la cuestión de la patente escasez de recursos para ayudar a los pueblos necesitados, y apuntó a la encíclica Caritas in veritate como una “luz a seguir”.

Evangelio 7 de Diciembre de 2010

  • Primera Lectura: Isaías 40, 1-11
    "Dios consuela a su pueblo"

    «Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del Señor castigo doble por todos sus pecados».
    Una voz clama:
    «Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán».
    Así ha hablado la boca del Señor. Una voz dice:
    «Griten!», y yo le respondo: «¿Qué debo gritar?»
    «Todo hombre es como la hierba y su grandeza es como flor del campo. Se seca la hierba y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre».
    Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén. Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá:
    «Aquí esta su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo. El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará a su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá solícito a sus madres».

  • Salmo Responsorial: 95
    "Ya viene el Señor a renovar el mundo."

    Cantemos al Señor un nuevo canto; que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo, proclamemos su amor día tras día.
    R. Ya viene el Señor a renovar el mundo.

    Su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación, sus maravillas. «Reina el Señor», digamos a los pueblos, gobierna a las naciones con justicia.
    R. Ya viene el Señor a renovar el mundo.

    Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo.
    R. Ya viene el Señor a renovar el mundo.

    Regocíjence todos ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.
    R. Ya viene el Señor a renovar el mundo.

  • Evangelio: Mateo 18, 12-14
    "Dios no quiere que se pierda uno solo de los pequeños"

    En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
    «¿Que les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa ya nueve que no se le perdieron.
    De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños».

domingo, 5 de diciembre de 2010

¡Dime qué esperas y te diré quién eres!

Recordar las maravillas de Dios en la historia
¡Dime qué esperas y te diré quién eres!
¡Dime qué esperas y te diré quién eres!
La Iglesia ha entrado en el tiempo litúrgico de Adviento. Los cristianos proclaman que el Mesías ha venido realmente y que el reino de Dios está a nuestro alcance. El Adviento no cambia a Dios. El Adviento profundiza en nuestro deseo y en nuestra espera de que Dios realice lo que los profetas anunciaron. Rezamos para que Dios ceda a nuestra necesidad de ver y sentir la promesa de salvación aquí y ahora.

Durante este tiempo de deseo y de espera del Señor, se nos invita a rezar y a profundizar en la Palabra de Dios, pero estamos llamados ante todo a convertirnos en reflejo de la luz de Cristo, que en realidad es el mismo Cristo. De todas formas, todos sabemos lo difícil que es reflejar la luz de Cristo, especialmente cuando hemos perdido nuestras ilusiones, cuando nos hemos acostumbrado a una vida sin luz y ya no esperamos más que la mediocridad y el vacío. Adviento nos recuerda que tenemos que estar listos para encontrar al Señor en todo momento de nuestra vida. Como un despertador despierta a su propietario, Adviento despierta a los cristianos que corren el riesgo de dormirse en la vida diaria.

¿Qué esperamos de la vida o a quién esperamos? ¿Por qué regalos o virtudes rezamos en este año? ¿Deseamos reconciliarnos en nuestras relaciones rotas? En medio de nuestras oscuridades, de nuestras tristezas y secretos, ¿qué sentido deseamos encontrar? ¿Cómo queremos vivir las promesas de nuestro Bautismo? ¿Qué cualidades de Jesús buscaremos para nuestras propias vidas en este Adviento? Con frecuencia, las cosas, las cualidades, los regalos o las personas que buscamos y deseamos dicen mucho sobre quiénes somos realmente. ¡Dime qué esperas y te diré quién eres!

Adviento es un período para abrir los ojos, volver a centrarse, prestar atención, tomar conciencia de la presencia de Dios en el mundo y en nuestras vidas.

Nuestro Bautismo nos hace participar en la misión real y mesiánica de Jesús. Cada persona que participa en esta misión participa también en las responsabilidades regias, en particular, en el cuidado de los afligidos y de los heridos. Adviento ofrece la maravillosa oportunidad de realizar las promesas y el compromiso de nuestro Bautismo.

Benedicto XVI ha escrito que "el objetivo del año litúrgico consiste en recordar sin cesar la memoria de su gran historia, despertar la memoria del corazón para poder discernir la estrella de la esperanza. Esta es la hermosa tarea del Adviento: despertar en nosotros los recuerdos de la bondad, abriendo de este modo las puertas de la esperanza".

En este tiempo de Adviento, permítanme presentarles algunas sugerencias. Acaben con una riña. Hagan la paz. Busquen a un amigo olvidado. Despejen la sospecha y sustitúyanla por la confianza. Escriban una carta de amor.

Compartan un tesoro. Respondan con dulzura, aunque les gustara una respuesta brutal. Alienten a un joven a tener confianza en él mismo. Mantengan una promesa. Encuentren tiempo, tómense tiempo. No guarden rencor. Perdonen al enemigo. Celebren el sacramento de la reconciliación. Escuchen más a los otros. Pidan perdón si se han equivocado. ¡Sean gentiles aunque no se hayan equivocado! Traten de comprender. No sean envidiosos. Piensen antes en el otro.

Rían un poco. Ríanse un poco más. Gánense la confianza. Opónganse a la maldad. Sean agradecidos. Vayan a la iglesia. Quédense en la iglesia más tiempo de lo acostumbrado. Alegren el corazón de un niño. Contemplen la belleza y la maravilla de la tierra. Expresen su amor. Vuélvanlo a expresar. Exprésenlo más fuerte. Exprésenlo serenamente.

¡Alégrense porque el Señor está cerca!

Evangelio 6 de Diciembre de 2010

  • Primera Lectura: Isaías 35, 1-10
    "Dios mismo viene a salvarnos"

    Esto dice el Señor:
    «Saltarán de alegría el desierto y la tierra reseca; la llanura se regocijará y florecerá; florecerá como el lirio, se regocijará y dará gritos de alegría. Le han dado la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón; y verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan las manos cansadas, afiancen las rodillas vacilantes, digan a los cobardes de corazón:
    “¡Animo!, no teman. Miren a su Dios: trae la venganza y el desquite; viene en persona a salvarlos”.
    Se despegarán los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos se abrirán, saltará el cojo como un venado, la lengua del mudo cantará. Brotarán aguas en el desierto y torrentes en la llanura; el desierto se convertirá en estanque, la tierra sedienta en manantial. En la guarida de los chacales brotarán cañas y juncos. Cruzará por allí un camino cuyo nombre será: “Vía Santa”. Los impuros no pasarán por ella. El mismo Señor guiará al caminante, y los inexpertos no se extraviarán. No habrá en ella leones, ni se acercarán las fieras. Los rescatados caminarán por ella, por ella volverán los liberados del Señor. Llegarán a Sión entre gritos de júbilo; una alegría eterna iluminará su rostro, gozo y alegría los acompañarán, la tristeza y el llanto se alejarán».

  • Salmo Responsorial: 84
    "Nuestro Dios viene a salvarnos."

    Voy a escuchar lo que promete Dios: el Señor anuncia la paz a su pueblo y a sus fieles. Sí, la salvación está cerca de los que le honran, Dios habitará en nuestra tierra.
    R. Nuestro Dios viene a salvarnos.

    El amor y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se abrazan; la fidelidad surge de la tierra y la justicia se asoma desde el cielo.
    R. Nuestro Dios viene a salvarnos.

    El Señor también nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su cosecha; la justicia irá delante de él y seguirá su camino.
    R. Nuestro Dios viene a salvarnos.

  • Evangelio: Lucas 5, 17-26
    "Hoy hemos visto maravillas"

    Un día, mientras Jesús enseñaba, estaban allí sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea, de la región de Judea y de Jerusalén. Y el poder del Señor lo impulsaba a sanar enfermos.
    En esto, aparecieron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y buscaban cómo presentárselo a Jesús; pero, como no veían la manera de hacerlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron en la camilla a través del tejado y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Viendo la fe que tenían, Jesús dijo:
    «Hombre, tus pecados quedan perdonados».
    Los escribas y los fariseos empezaron a pensar:
    «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?»
    Pero Jesús, dándose cuenta de lo que pensaban, les dijo:
    «¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué es más fácil decir: Tus pecados quedan perdonados, o decir: Levántate y camina?
    Pues ahora sabrán que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder para perdonar los pecados».
    Entonces se dirigió al paralítico y le dijo:
    «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».
    El se levantó inmediatamente en presencia de todos, tomó la camilla en que lo llevaban y se fue a su casa alabando a Dios. Todos quedaron maravillados y alababan a Dios, llenos de temor, diciendo:
    «Hoy hemos visto cosas extraordinarias».

Evangelio 5 de Diciembre de 2010

  • Primera Lectura: Isaías 11, 1-10
    "Le hará justicia a los pobres"

    En aquel día brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de piedad y temor de Dios.
    No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá con justicia al desamparado, con equidad dará sentencia al pobre; herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará al impío. Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará su cintura.
    Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchachito los pastoreará. La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas; el león comerá paja con el buey.
    El niño jugará sobre el agujero de la víbora, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No hará daño ni estrago por todo mi monte santo:porque así como las aguas colman el mar, así está lleno el país de la ciencia del Señor. Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los pueblos: la buscarán todas las naciones y será gloriosa su casa.

  • Salmo Responsorial: 71
    "Ven, Señor, rey de justicia y de paz."

    Comunica, Señor, al rey tu juicio, tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres.
    R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

    De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. Les hará justicia a los pobres y al débil librará del poderoso. Ayudará al que se encuentra sin amparo, se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado.
    R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

    Que bendigan al Señor eternamente, tanto como el sol viva su nombre. Que sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones.
    R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

  • Segunda Lectura: Romanos 15,4-9
    "Cristo salvó a todos los hombres"

    Hermanos: Todo lo que en el pasado ha sido escrito en los libros santos, se escribió para instrucción nuestra, a fin de que, por la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.
    Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda a ustedes vivir en perfecta armonía unos con otros, conforme al espíritu de Cristo Jesús, para que, con un solo corazón y una sola voz alaben a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.

  • Evangelio: Mateo 3, 1-12
    "Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos está cerca"

    En aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista a predicar en el desierto de Judea, diciendo:
    «Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos está cerca». Juan es aquel que anunció el profeta Isaías diciendo:
    Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.
    Juan usaba un vestido de piel de camello, con un cinturón de cuero a la cintura, y se alimentaba de grillos y miel silvestre. Acudían a oírlo los habitantes de Jerusalén, de Judea y de la región cercana al Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.
    Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
    «Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar al castigo que les aguarda? Hagan ver con obras su arrepentimiento. Y no se hagan ilusiones pensando que tienen por padre a Abrahán, porque les aseguro que hasta de estas piedras puede Dios sacar hijos de Abrahán. Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será cortado y arrojado al fuego.
    Yo los bautizo con agua para que se arrepientan;pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y yo no soy digno ni de quitarle las sandalias. El los bautizará con Espíritu Santo y fuego. El tiene la horquilla en la mano para separar el trigo de la paja y reunir el trigo en su granero; quemará la paja en un una hoguera que no se apaga».