lunes, 6 de diciembre de 2010

Los atentados contra la vida desafían a la doctrina social cristiana

Conferencia de monseñor Zimowski en Roma

ROMA, lunes 6 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Las actuales amenazas a la vida, especialmente el aborto, la eutanasia y la destrucción de embriones, “introducen desafíos inéditos para la doctrina social cristiana y requieren respuestas adecuadas”, alertó el presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud.

Monseñor Zygmunt Zimowski intervino recientemente en un encuentro internacional organizado por la Universidad Católica del Sacro Cuore de Roma sobre el tema Respeto a la vida y desarrollo de los pueblos, informa L'Osservatore Romano en su edición de este martes.

El arzobispo advirtió que esta emergencia ética se está transformando lentamente en emergencia política.

Y destacó que la falta de respeto a la vida humana posee “implicaciones, en ciertos aspectos, dramáticas porque afectan directamente a la dignidad de la vida de individuos y pueblos”.

Según monseñor Zimowski, la doctrina social cristiana debe responder a los “fenómenos sociales” generados tras la legalización del aborto y de algunas formas de eutanasia, y la práctica usual de la inseminación artificial y la crioconservación de embriones humanos en numerosos países.

El arzobispo ofreció algunos números: 46 millones de abortos legales realizados cada año en el mundo; 50.000 niños nacidos cada año en los Estados Unidos a través de técnicas para la fecundación asistida.

Crisis cultural

Y destacó tres puntos de análisis. En primer lugar, explicó que la opinión pública está influida por campañas ideológicas que llevan a percibir atentados contra la vida como el aborto, la eutanasia o la experimentación con embriones como “derechos de la libertad individual”.

También indicó que la práctica médica los legitima socialmente: “El contexto científico y la autoridad moral del servicio sanitario son ampliamente suficientes, a los ojos de muchos, para hacerlos aceptables”, lamentó.

Y en tercer lugar, indicó que “la normativa jurídica del Estado confiere a estas prácticas la acreditación de una ley, aprobada por la mayoría y que por tanto dispensa de posteriores escrúpulos de conciencia”.

En opinión del representante vaticano, nos encontramos ante una verdadera crisis cultural, en cuya raíz se encuentra el fenómeno de la tendencia a disociar conciencia privada y sistema socio-civil.

Finalmente, monseñor Zimowski se refirió también al conflicto distributivo que se manifiesta en la cuestión de la patente escasez de recursos para ayudar a los pueblos necesitados, y apuntó a la encíclica Caritas in veritate como una “luz a seguir”.

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