sábado, 17 de septiembre de 2016

Evangelio 17 de Septiembre de 2016

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Gálatas 6:14-18
    14 En cuanto a mí ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo!
    15 Porque nada cuenta ni la circuncisión, ni la incircuncisión, sino la creación nueva.
    16 Y para todos los que se sometan a esta regla, paz y misericordia, lo mismo que para el Israel de Dios.
    17 En adelante nadie me moleste, pues llevo sobre mi cuerpo las señales de Jesús.
    18 Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
  • Salmo responsorial

    Gálatas 2:16, 20; Filipenses 1:20-21
    16 conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley, pues por las obras de la ley nadie será justificado.
    20 y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí.
    20 conforme a lo que aguardo y espero, que en modo alguno seré confundido; antes bien, que con plena seguridad, ahora como siempre, Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte,
    21 pues para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia.
  • Evangelio

    Lucas 9:23-26
    23 Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
    24 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará.
    25 Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?
    26 Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles.

Evangelio meditado

Explicación de la parábola del sembrador
Parábolas


Lucas 8, 4-15. Tiempo Ordinario. Que la Palabra de Dios entre como una semilla y de fruto en nuestro corazón.


Por: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 8, 4-15 
En aquel tiempo, se le juntaba a Jesús mucha gente, y viniendo a él de todas las ciudades, dijo en parábola: Salió un sembrador a sembrar su simiente; y al sembrar, una parte cayó al borde del camino, fue pisada, y las aves del cielo se la comieron; otra cayó sobre terreno pedregoso, y después de brotar, se secó, por no tener humedad; otra cayó en medio de abrojos, y creciendo con ella los abrojos, la ahogaron. Y otra cayó en tierra buena, y creciendo dio fruto centuplicado. Dicho esto, exclamó: El que tenga oídos para oír, que oiga. Le preguntaban sus discípulos qué significaba esta parábola, y él dijo: A vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás sólo en parábolas, para que viendo, no vean y, oyendo, no entiendan. La parábola quiere decir esto: La simiente es la Palabra de Dios. Los del borde del camino, son los que han oído; después viene el diablo y se lleva de su corazón la Palabra, no sea que crean y se salven. Los del terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, la reciben con alegría; pero éstos no tienen raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba desisten. Lo que cayó entre los abrojos, son los que han oído, pero a lo largo de su caminar son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a madurez. Lo que en buena tierra, son los que, después de haber oído, conservan la Palabra con corazón bueno y recto, y dan fruto con perseverancia.

Oración Introductoria
Padre mío, quiero tener un corazón bueno y bien dispuesto para ser esa tierra buena que acoja tu semilla y la haga fructificar. Los afanes, dificultades y distracciones de la vida ordinaria pueden ahogar fácilmente esta semilla, por ello te pido humildemente que tu gracia la riegue y fertilice en esta meditación.

Petición
Jesús, concede que la semilla de tu gracia crezca y dé muchos frutos para estar cerca de ti y llevarte a los demás.

Meditación del Papa Francisco
Para hablar de salvación, se recuerda aquí la experiencia de cada año que se renueva en el mundo agrícola: el momento difícil y fatigoso de la siembra, y la alegría tremenda de la recogida. Una siembra que se acompaña con las lágrimas, porque se tira lo que todavía se podría convertir en pan, exponiéndose a una espera llena de inseguridades: campesino trabaja, prepara el terreno, esparce la semilla, pero, como tan bien ilustra la parábola del sembrador, no sabe donde caerá esta semilla, si los pájaros se la comerán, si se echará raíces, si se convertirá en espiga. Esparcir la semilla es un gesto de confianza y de esperanza; es necesario el trabajo del hombre, pero luego se entra en una espera impotente, sabiendo que muchos factores serán determinantes para el buen resultado de la recogida y que el riesgo de un fracaso está siempre presente. [...] En la cosecha todo se transforma, el llanto termina, deja su lugar a gritos de alegría exultante. Benedicto XVI, 13 de octubre de 2011.

Reflexión
Todos los hombres, de todos los países y épocas, hemos recibido la redención de Cristo. El pagó por todos los pecados; los de ayer, los de hoy y los de mañana. A todos se nos han abierto las puertas del cielo.
Sin embargo, la actitud de cada uno ante este regalo de infinito valor es muy diversa.
Para algunos, Cristo no representa nada en su vida. O porque no han recibido todavía su mensaje, o porque no les interesa. Dan verdadera lástima, porque viven sin saber a lo que están llamados. Pasan los años como si todo terminase aquí, sin más esperanza.
Otros han oído hablar del Señor, pero su fe es superficial. Viven metidos en el pecado sin preocuparse lo más mínimo. Son los cristianos que han adaptado sus costumbres a las del mundo. Piensan que así están bien y que al final todo se solucionará. Pero sus malas acciones le duelen profundamente al Corazón de Jesús.
Sin embargo, un número considerable de personas es consciente de que realmente Dios les ama y tiene un plan de salvación para cada uno. Son los que, a pesar de sus limitaciones y caídas, se levantan y siguen por el camino que Cristo les ha marcado. Son los que han acogido el Evangelio, y los que dan frutos, construyen y santifican la Iglesia. Son el modelo y testimonio de la vida cristiana. Por ellos ha valido la pena la entrega de Cristo en la cruz.

Propósito
Preguntarme qué puedo hacer para hacer fructificar mi fe y la de mi familia.

Diálogo con Cristo
Qué fácilmente me olvido de la semilla de gracia que sembraste en mí el día de mi bautismo. Ayúdame a aprender la lección del Evangelio y dame la fuerza para saber renunciar a todo lo que me aparte del fruto que mi semilla puede y debe dar. Que sepa renunciar a mi egoísmo y a todo aquello que constituya un obstáculo para amarte mejor a Ti y a los demás.



Si necesitas enfrentar y sobrellevar un duelo, tristeza o situación difícil que estás viviendo,  a la luz del Evangelio, que te permita mirar tu situación de una manera nueva, y encuentres la fortaleza, el gozo, el consuelo y la paz que sólo Dios podrá darte, consulta  Hospitalidad Católica  un servicio fraterno de acompañamiento en torno a la Palabra de Dios.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Evangelio 16 de Septiembre de 2016

Color: Rojo

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    I Corintios 15:12-20
    12 Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos ¿cómo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resurrección de los muertos?
    13 Si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo resucitó.
    14 Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe.
    15 Y somos convictos de falsos testigos de Dios porque hemos atestiguado contra Dios que resucitó a Cristo, a quien no resucitó, si es que los muertos no resucitan.
    16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.
    17 Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana: estáis todavía en vuestros pecados.
    18 Por tanto, también los que durmieron en Cristo perecieron.
    19 Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, ¡somos los más dignos de compasión de todos los hombres!
    20 ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron.
  • Salmo responsorial

    Salmo 17:1, 6-8, 15
    1 Oración. De David. Escucha, Yahveh, la justicia, atiende a mi clamor, presta oído a mi plegaria, que no es de labios engañosos.
    6 Yo te llamo, que tú, oh Dios, me respondes, tiende hacia mí tu oído, escucha mis palabras,
    7 haz gala de tus gracias, tú que salvas a los que buscan a tu diestra refugio contra los que atacan.
    8 Guárdame como la pupila de los ojos, escóndeme a la sombra de tus alas
    15 Mas yo, en la justicia, contemplaré tu rostro, al despertar me hartaré de tu imagen.
  • Evangelio

    Lucas 8:1-3
    1 Y sucedió a continuación que iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce,
    2 y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios,
    3 Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    II Corintios 4:7-15
    7 Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros.
    8 Atribulados en todo, mas no aplastados; perplejos, mas no desesperados;
    9 perseguidos, mas no abandonados; derribados, mas no aniquilados.
    10 Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
    11 Pues, aunque vivimos, nos vemos continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
    12 De modo que la muerte actúa en nosotros, mas en vosotros la vida.
    13 Pero teniendo aquel espíritu de fe conforme a lo que está escrito: "Creí, por eso hablé," también nosotros creemos, y por eso hablamos,
    14 sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará con Jesús y nos presentará ante él juntamente con vosotros.
    15 Y todo esto, para vuestro bien a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios.
  • Salmo responsorial

    Salmo 126:1-6
    1 Canción de las subidas. Cuando Yahveh hizo volver a los cautivos de Sión, como soñando nos quedamos;
    2 entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegría. Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho Yahveh con éstos!
    3 ¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros Yahveh, el gozo nos colmaba!
    4 ¡Haz volver, Yahveh, a nuestros cautivos como torrentes en el Négueb!
    5 Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos.
    6 Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas.
  • Evangelio

    Juan 17:11-19
    11 Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros.
    12 Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura.
    13 Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada.
    14 Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo.
    15 No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno.
    16 Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo.
    17 Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad.
    18 Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo.
    19 Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad.

Evangelio meditado

Las mujeres acompañan a Jesús
Tiempo Ordinario


Lucas 8, 1-3. Tiempo Ordinario. Son el reflejo del amor a toda prueba, de la fidelidad y de la ayuda a la obra de Cristo.


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 8, 1-3
En aquel tiempo, Jesús iba caminando por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.

Oración Introductoria
Qué dicha la de los Doce y de las mujeres que supieron reconocerte y por ello dejaron todo para acompañarte y servirte. Permite que encuentre la luz y la fortaleza en esta oración para permanecer siempre fiel a tu gracia, aun cuando se presenten dificultades y problemas.

Petición
Jesucristo, ayúdame a escucharte, acompañandote en la oración, en el Santísimo Sacramento.

Meditación del Papa Francisco
Es indudable que debemos hacer mucho más a favor de la mujer, si queremos dar más fuerza a la reciprocidad entre hombres y mujeres. Es necesario de hecho, que la mujer no solamente sea más escuchada, sino que su voz tenga un peso real, un prestigio reconocido en la sociedad y en la iglesia.
El modo mismo con el cual Jesús ha considerado a las mujeres -el evangelio lo indica así- era un contexto menos favorable del nuestro, porque en esos tiempos la mujer era puesta en segundo lugar. Pero Jesús la considera de una manera que da una luz potente que ilumina un camino que lleva lejos, del cual hemos recorrido solamente un tramo. Aún no hemos entendido en profundidad cuales son las cosas que nos puede dar el genio femenino de la mujer en la sociedad. Tal vez haya que ver las cosas con otros ojos para que se complemente el pensamiento de los hombres. Es un camino que es necesario recorrer con más creatividad y más audacia. (Audiencia de S.S. Francisco, 15 de abril de 2015).
Reflexión

Tres mujeres en primera línea. Cada una con su vocación particular y las tres seguidoras incansables de las huellas de Jesús.

María Magdalena pasó a la historia por ser la primera persona que vio a Cristo resucitado. Todos recordamos esa escena: ella, llorando junto al sepulcro; el Señor que se le aparece como si fuera el hortelano. Luego el encuentro y el anuncio a los apóstoles. María Magdalena, la apasionada discípula que está junto a la cruz en el Calvario, junto a la Virgen y san Juan.

Había otras mujeres que seguían al Maestro de Nazaret. Juana también le acompañó desde los tiempos felices de los milagros hasta el dolor del sepulcro tras la muerte de Cristo. Era una persona importante en la ciudad. Una de esas santas mujeres que sabían estar, al mismo tiempo, entre la alta sociedad de la época y entre los pobres que escuchaban las palabras del Mesías.

También Susana ejerció un papel importante. Ella colaboraba con sus bienes para que el Señor y sus discípulos pudiesen dedicarse a lo importante: la predicación del Reino de los Cielos.

Son mujeres de actualidad, con un testimonio muy vivo. Son el reflejo del amor a toda prueba, de la fidelidad y de la ayuda a la obra de Cristo.

Propósito
Acompañar a Cristo en el Santísimo Sacramento y llevar a los demás un mensaje de amor de Jesús.

Diálogo con Cristo
Permite, Señor, que tanto los hombres como las mujeres de hoy tengamos una gran necesidad de Ti y seammos apóstoles que propaguen tu mensaje de verdad y de caridad.



Si necesitas enfrentar y sobrellevar un duelo, tristeza o situación difícil que estás viviendo,  a la luz del Evangelio, que te permita mirar tu situación de una manera nueva, y encuentres la fortaleza, el gozo, el consuelo y la paz que sólo Dios podrá darte, consulta  Hospitalidad Católica  un servicio fraterno de acompañamiento en torno a la Palabra de Dios.

Evangelio 15 de Septiembre de 2016

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Hebreos 5:7-9
    7 El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente,
    8 y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia;
    9 y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen,
  • Salmo responsorial

    Salmo 31:2-6, 15-16, 20
    2 En ti, Yahveh, me cobijo, ¡oh, no sea confundido jamás! ¡Recóbrame por tu justicia, líbrame,
    3 tiende hacia mí tu oído, date prisa! Sé para mí una roca de refugio, alcázar fuerte que me salve;
    4 pues mi roca eres tú, mi fortaleza, y, por tu nombre, me guías y diriges.
    5 Sácame de la red que me han tendido, que tú eres mi refugio;
    6 en tus manos mi espíritu encomiendo, tú, Yahveh, me rescatas. Dios de verdad,
    15 Mas yo confío en ti, Yahveh, me digo: «¡Tú eres mi Dios!»
    16 Está en tus manos mi destino, líbrame de las manos de mis enemigos y perseguidores;
    20 ¡Qué grande es tu bondad, Yahveh! Tú la reservas para los que te temen, se la brindas a los que a ti se acogen, ante los hijos de Adán.
  • Evangelio

    Juan 19:25-27
    25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena.
    26 Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
    27 Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.

    O también:
    Lucas 2:33-35
    33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.
    34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -
    35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Evangelio 14 de Septiembre de 2016

Color: Rojo

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Números 21:4-9
    4 Partieron de Hor de la Montaña, camino del mar de Suf, rodeando la tierra de Edom. El pueblo se impacientó por el camino.
    5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable.»
    6 Envió entonces Yahveh contra el pueblo serpientes abrasadoras, que mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel.
    7 El pueblo fue a decirle a Moisés: «Hemos pecado por haber hablado contra Yahveh y contra ti. Intercede ante Yahveh para que aparte de nosotros las serpientes,» Moisés intercedió por el pueblo.
    8 Y dijo Yahveh a Moisés: «Hazte un Abrasador y ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá.»
    9 Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y éste miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida.
  • Salmo responsorial

    Salmo 78:1-2, 34-38
    1 Poema. De Asaf. Escucha mi ley, pueblo mío, tiende tu oído a las palabras de mi boca;
    2 voy a abrir mi boca en parábolas, a evocar los misterios del pasado.
    34 Cuando los mataba, le buscaban, se convertían, se afanaban por él,
    35 y recordaban que Dios era su roca, su redentor, el Dios Altísimo.
    36 Mas le halagaban con su boca, y con su lengua le mentían;
    37 su corazón no era fiel para con él, no tenían fe en su alianza.
    38 El, con todo, enternecido, borraba las culpas y no exterminaba; bien de veces su cólera contuvo y no despertó todo su furor:
  • Segunda lectura

    Filipenses 2:6-11
    6 El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios.
    7 Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre;
    8 y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.
    9 Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre.
    10 Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos,
    11 y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SENOR para gloria de Dios Padre.
  • Evangelio

    Juan 3:13-17
    13 Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
    14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre,
    15 para que todo el que crea tenga por él vida eterna.
    16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
    17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

Evangelio meditado

Actitud de los publicanos y fariseos
Tiempo Ordinario


Lucas 7, 31-35. Tiempo Ordinario. Ellos no creen en la misericordia ni en el perdón: creen en los sacrificios. Misericordia quiere, no sacrificios. 


Por: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 7, 31-35 
En aquel tiempo dijo el Señor: ¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis llorado. Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores. Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos. 

Oración Introductoria
Señor Jesús, acércate a mi vida, quiero tu sabiduría para poder tener un auténtico encuentro con Dios en esta oración, creo, espero y te amo. Ven Señor, ¡no tardes!

Petición
Jesús, te quiero, te pido que pueda gozarte en esta oración.

Meditación del Papa Francisco
Y así se entienden los diálogos fuertes de Jesús, con la clase dirigente de su tempo: se pelean, lo ponen a la prueba, le ponen trampas para ver si cae, porque se trata de la resistencia a ser salvados. Jesús les dice: “Pero yo no les entiendo” y señala que ellos “son como aquellos niños: hemos sonado la flauta y no han bailado; hemos cantado un lamento y no han llorado. ¿Pero qué quieren? ¡Queremos salvarnos como nos gusta!”. Es siempre este el cierre al mundo de Dios.
Por el contrario, el 'pueblo creyente' el cual entiende y acepta la salvación traída por Jesús. Salvación que al contrario, para los jefes del pueblo se reducía en sustancia a cumplir los 613 preceptos creados por su fiebre intelectual y teológica.
Ellos no creen en la misericordia ni en el perdón: creen en los sacrificios. Misericordia quiere, no sacrificios. Quieren que todo esté bien acomodado, bien ordenado, todo claro. Este es el drama de la resistencia para la salvación. También nosotros, cada uno de nosotros tiene este drama dentro de sí.
Pero nos hará bien preguntarnos: ¿Cómo quiero ser salvado? ¿A mi manera? ¿Con una espiritualidad que es buena, que me hace bien, pero que está fija, tiene todo claro y no hay riesgo? O del modo divino, o sea en la vía de Jesús, que siempre nos sorprende, que siempre nos abre las puertas a aquel misterio de la omnipotencia de Dios, que es la misericordia y el perdón. Nos hará bien pensar que este drama está en nuestro corazón.(Cf Homilía de S.S. Francisco, 3 de octubre 2014, en Santa Marta).


Reflexión
Las sectas se aprovechan de la indecisión de muchos cristianos para derrumbarles su fe y para incorporarlos en sus organizaciones. Por eso hemos de estar vigilantes, afianzando cada vez más los principios de nuestra fe católica.

Jesús compara a los indecisos con unos chiquillos que han perdido la capacidad de reaccionar ante las invitaciones de sus amigos, pues ni bailan ni lloran. Es como cuando vemos el telediario y, después de una noticia trágica, pasamos a la información deportiva como si nada. Nos conmovimos unos segundos y luego nos olvidamos.

Lo mismo sucede cuando entramos en una iglesia y vemos un crucifijo. Ya no nos llama la atención. ¿Y si viéramos a un hermano nuestro retorciéndose de dolor, colgado en el madero por cuatro terribles clavos? ¿No haríamos todo lo posible por bajarle de ahí?

Cristo espera que nuestro corazón vuelva a palpitar y reaccione ante nuestra realidad y la del mundo. Si nuestra fe está marchita, es hora de que rejuvenezca. Si Jesús sigue clavado en la cruz por nosotros, es tiempo de aprovechar la redención.

Porque si no abrimos los ojos, vendrá alguien a tocar a nuestra puerta y nos arrebatará lo más valioso que tenemos, sin darnos cuenta.

Propósito
Buscar en Dios, y en la oración, la respuesta a mis inquietudes y conocer la palabra de Dios.

Diálogo con Cristo
Jesús, no quiero que lleguen los problemas, las enfermedades o el momento de la muerte para saber reconocer la gran necesidad que tengo de tu presencia en mi vida. Por eso, a raíz de este encuentro contigo en la oración, me propongo valorar mi fe y luchar por conocer más Tu Palabra y la Iglesia.

 
 
Si necesitas enfrentar y sobrellevar un duelo, tristeza o situación difícil que estás viviendo,  a la luz del Evangelio, que te permita mirar tu situación de una manera nueva, y encuentres la fortaleza, el gozo, el consuelo y la paz que sólo Dios podrá darte, consulta  Hospitalidad Católica  un servicio fraterno de acompañamiento en torno a la Palabra de Dios.

martes, 13 de septiembre de 2016

Evangelio 13 de Septiembre de 2016

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    I Corintios 12:12-14, 27-31
    12 Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo.
    13 Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
    14 Así también el cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos.
    27 Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte.
    28 Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas.
    29 ¿Acaso todos son apóstoles? O ¿todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Todos con poder de milagros?
    30 ¿Todos con carisma de curaciones? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?
    31 ¡Aspirad a los carismas superiores! Y aun os voy a mostrar un camino más excelente.
  • Salmo responsorial

    Salmo 100:1-5
    1 Salmo. Para la acción de gracias. ¡Aclamad a Yahveh, toda la tierra,
    2 servid a Yahveh con alegría, llegaos ante él entre gritos de júbilo!
    3 Sabed que Yahveh es Dios, él nos ha hecho y suyos somos, su pueblo y el rebaño de su pasto.
    4 ¡Entrad en sus pórticos con acciones de gracias, con alabanzas en sus atrios, dadle gracias, bendecid su nombre!
    5 Porque es bueno Yahveh, para siempre su amor, por todas las edades su lealtad.
  • Evangelio

    Lucas 7:11-17
    11 Y sucedió que a continuación se fue a una ciudad llamada Naím, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre.
    12 Cuando se acercaba a la puerta de la ciuadad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad.
    13 Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores.»
    14 Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: «Joven, a ti te digo: Levántate.»
    15 El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre.
    16 El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran profeta se ha levantado entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo».
    17 Y lo que se decía de él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    Efesios 4:1-7, 11-13
    1 Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados,
    2 con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor,
    3 poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
    4 Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados.
    5 Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,
    6 un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.
    7 A cada uno de nosotros le ha sido concedido el favor divino a la medida de los dones de Cristo.
    11 El mismo «dio» a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros,
    12 para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo,
    13 hasta que llegemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo.
  • Salmo responsorial

    Salmo 40:2, 4, 7-11
    2 En Yahveh puse toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
    4 Puso en mi boca un canto nuevo, una alabanza a nuestro Dios; muchos verán y temerán, y en Yahveh tendrán confianza.
    7 Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas,
    8 dije entonces: Heme aquí, que vengo. Se me ha prescrito en el rollo del libro
    9 hacer tu voluntad. Oh Dios mío, en tu ley me complazco en el fondo de mi ser.
    10 He publicado la justicia en la gran asamblea; mira, no he contenido mis labios, tú lo sabes, Yahveh.
    11 No he escondido tu justicia en el fondo de mi corazón, he proclamado tu lealtad, tu salvación, ne he ocultado tu amor y tu verdad a la gran asamblea.
  • Evangelio

    Marcos 4:1-10, 13-20
    1 Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar.
    2 Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción:
    3 «Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar.
    4 Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron.
    5 Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra;
    6 pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó.
    7 Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto.
    8 Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento.»
    9 Y decía: «Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
    10 Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas.
    13 Y les dice: «¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, comprenderéis todas las parábolas?
    14 El sembrador siembra la Palabra.
    15 Los que están a lo largo del camino donde se siembra la Palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, viene Satanás y se lleva la Palabra sembrada en ellos.
    16 De igual modo, los sembrados en terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, al punto la reciben con alegría,
    17 pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumben en seguida.
    18 Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la Palabra,
    19 pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda sin fruto.
    20 Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la Palabra, la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento.»

    O también:
    Marcos 4:1-9
    1 Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar.
    2 Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción:
    3 «Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar.
    4 Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron.
    5 Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra;
    6 pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó.
    7 Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto.
    8 Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento.»
    9 Y decía: «Quien tenga oídos para oír, que oiga.»

Evangelio meditado

El hijo de la viuda de Naím
Milagros de Jesús


Lucas 7, 11-17. Tiempo Ordinario. Dios sigue haciendo milagros para que nosotros podamos ser felices en Él.


Por: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 7, 11-17
En aquel tiempo iba Jesús de camino a una ciudad llamada Naím, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores. Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: Joven, a ti te digo: Levántate. El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre. El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo. Y lo que se decía de Él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina. 

Oración introductoria 
Dios mío, Tan grande es tu amor que no dejas de compadecerte de mí, a pesar de mis debilidades, porque digo y no hago, ofrezco y no cumplo. ¡Ven a iluminar mi oración! Dame la gracia que me hará crecer en amor y en fidelidad.

Petición
Señor, quiero ser todo para Ti, concédeme olvidarme de mis preocupaciones para poder escucharte.

Meditación del Papa
«Así les habló a los discípulos, expresando con la metáfora del sueño el punto de vista de Dios sobre la muerte física: Dios la considera precisamente como un sueño, del que se puede despertar.
Jesús demostró un poder absoluto sobre esta muerte: se ve cuando devuelve la vida al joven hijo de la viuda de Naím y a la niña de doce años. Precisamente de ella dijo: "La niña no ha muerto; está dormida", provocando la burla de los presentes. Pero, en verdad, es precisamente así: la muerte del cuerpo es un sueño del que Dios nos puede despertar en cualquier momento.
Este señorío sobre la muerte no impidió a Jesús experimentar una sincera compasión por el dolor de la separación. Al ver llorar a Marta y María y a cuantos habían acudido a consolarlas, también Jesús "se conmovió profundamente, se turbó" y, por último, "lloró". El corazón de Cristo es divino-humano: en él Dios y hombre se encontraron perfectamente, sin separación y sin confusión. Él es la imagen, más aún, la encarnación de Dios, que es amor, misericordia, ternura paterna y materna, del Dios que es Vida.Benedicto XVI, 9 de marzo de 2008.

Reflexión
Hay una diferencia abismal entre las demás religiones y el Cristianismo. En las demás, el hombre va en busca de Dios. En el Cristianismo es Dios el que busca al hombre.

Y en la Iglesia Católica, fundada por Cristo, lo vemos todos los días. Este Evangelio es una prueba más del amor de Dios hacia nosotros, que es infinito. Tiene el arrojo y tesón del amor de padre y el candor y profundidad del amor de madre. Cristo al ver a la viuda que se le había muerto todo lo que tenía en el mundo, se compadece de ella. Del Corazón de Cristo brota esa necesidad de consolar a la viuda y le vuelve a entregar a su hijo. Y así como Cristo entregó alegría a esta viuda, hoy día Cristo entrega a muchos padres angustiados su joven hijo que se fue de casa días atrás, ablanda los corazones de los esposos a punto de separarse, inspira a los grandes empresarios a cambiar de actitud hacia sus colaboradores y, en vez de hundirles en deudas estratosféricas, hacen un trato para arreglar cuentas, etc.

Dios sigue obrando milagros para que nosotros podamos ser felices en Él. Es imposible que a Dios le guste vernos tristes, porque nos ama. Pero si lo estamos... ¿acaso será porque no le hemos permitido a Cristo entrar en nuestras vidas? Pidamos hoy esta gracia a Cristo Eucaristía.

Propósito
Hacer una visita al Santísimo Sacramento para escuchar lo que Dios me quiere decir hoy y dejarlo entrar en nuestra vida.

Diálogo con Cristo
Señor, sé, como decía san Agustín, que las aflicciones y tribulaciones que a veces sufrimos nos sirven de advertencia y corrección, y que si tuviera la fe debida, no temería a nada ni a nadie, porque todo pasa para nuestro bien, si sabemos poner todo en tus manos. Pero bien conoces mi debilidad, mi necesidad de sentir tu consuelo y tu presencia, ven a mi corazón, que quiere resucitar contigo, para poder experimentar el amor de Dios.