sábado, 3 de febrero de 2024

Lecturas 3 de Febrero de 2024

 

Lecturas diarias:

Primera Opción

  • Primera Lectura

    I Reyes 3:4-13

    4Fue el rey a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, porque aquel es el alto principal. Salomón ofreció mil holocaustos en aquel altar.5En Gabaón Yahveh se apareció a Salomón en sueños por la noche. Dijo Dios: «Pídeme lo que quieras que te dé.»6Salomón dijo: «Tú has tenido gran amor a tu siervo David mi padre, porque él ha caminado en tu presencia con fidelidad, con justicia y rectitud de corazón contigo. Tú le has conservado este gran amor y le has concedido que hoy se siente en su trono un hijo suyo.7Ahora Yahveh mi Dios, tú has hecho rey a tu siervo en lugar de David mi padre, pero yo soy un niño pequeño que no sabe salir ni entrar.8Tu siervo está en medio del pueblo que has elegido, pueblo numeroso que no se puede contar ni numerar por su muchedumbre.9Concede, pues, a tu siervo, un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal, pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande?»10Plugo a los ojos del Señor esta súplica de Salomón,11y le dijo Dios: «Porque has pedido esto y, en vez de pedir para ti larga vida, riquezas, o la muerte de tus enemigos, has pedido discernimiento para saber juzgar,12cumplo tu ruego y te doy un corazón sabio e inteligente como no lo hubo antes de ti ni lo habrá después.13También te concedo lo que no has pedido, riquezas y gloria, como no tuvo nadie entre los reyes.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 119:9-14

    9¿Cómo el joven guardará puro su camino? Observando tu palabra.10De todo corazón ando buscándote, no me desvíes de tus mandamientos.11Dentro del corazón he guardado tu promesa, para no pecar contra ti.12Bendito tú, Yahveh, enséñame tus preceptos.13Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca.14En el camino de tus dictámenes me recreo más que en toda riqueza.

  • Evangelio

    Marcos 6:30-34

    30Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado.31El, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer.32Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario.33Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos.34Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

Segunda Opción

  • Primera Lectura

    Romanos 5:1-5

    1Habiendo, pues, recibido de la fe nuestra justificación, estamos en paz con Dios, por nuestro Señor Jesucristo,2por quien hemos obtenido también, mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.3Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia;4la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza,5y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 117:1-2

    1¡Alabad a Yahveh, todas las naciones, celebradle, pueblos todos!2Porque es fuerte su amor hacia nosotros, la verdad de Yahveh dura por siempre.

  • Evangelio

    Marcos 16:15-20

    15Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación.16El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.17Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas,18agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»19Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.20Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.

viernes, 2 de febrero de 2024

Lecturas 2 de Febrero de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Malaquías 3:1-4

    1He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y enseguida vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el Angel de la alianza, que vosotros deseáis, he aquí que viene, dice Yahveh Sebaot.2¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién se tendrá en pie cuando aparezca? Porque es él como fuego de fundidor y como lejía de lavandero.3Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata; y serán para Yahveh los que presentan la oblación en justicia.4Entonces será grata a Yahveh la oblación de Judá y de Jerusalén, como en los días de antaño, como en los años antiguos.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 24:7-10

    7¡Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria!8¿Quién es ese rey de gloria? Yahveh, el fuerte, el valiente, Yahveh, valiente en la batalla.9¡Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria!10¿Quién es ese rey de gloria? Yahveh Sebaot, él es el rey de gloria.

  • Segunda Lectura

    Hebreos 2:14-18

    14Por tanto, así como los hijos participan de la sangre y de la carne, así también participó él de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al Diablo,15y libertar a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud.16Porque, ciertamente, no se ocupa de los ángeles, sino de la descendencia de Abraham.17Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo que toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo.18Pues, habiendo sido probado en el sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados.

  • Evangelio

    Lucas 2:22-40

    22Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor,23como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor24y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones , conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.25Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.26Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.27Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él,28le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:29«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;30porque han visto mis ojos tu salvación,31la que has preparado a la vista de todos los pueblos,32luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»33Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.34Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -35¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»36Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido,37y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones.38Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.39Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.40El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él.

    OR

    Lucas 2:22-32

    22Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor,23como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor24y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones , conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.25Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.26Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.27Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él,28le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:29«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;30porque han visto mis ojos tu salvación,31la que has preparado a la vista de todos los pueblos,32luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»

jueves, 1 de febrero de 2024

Lecturas 1 de Febrero de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    I Reyes 2:1-4, 10-12

    1Cuando se acercaron los días de la muerte de David, dio órdenes a su hijo Salomón:2«Yo me voy por el camino de todos. Ten valor y sé hombre.3Guarda las observancias de Yahveh tu Dios, yendo por su camino, observando sus preceptos, sus órdenes, sus sentencias y sus instrucciones, según está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en cuanto hagas y emprendas.4Para que Yahveh cumpla la promesa que me hizo diciendo: "Si tus hijos guardan su camino para andar en mi presencia con fidelidad, con todo su corazón y toda su alma, ninguno de los tuyos será arrancado de sobre el trono de Israel."10David se acostó con sus padres y le sepultaron en la Ciudad de David.11David reinó sobre Israel cuarenta años; reinó en Hebrón siete años; reinó en Jerusalén 33 años.12Salomón se sentó en el trono de David su padre y el reino se afianzó sólidamente en su mano.

  • Salmo Responsorial

    I Crónicas 29:10-12

    10Después bendijo David a Yahveh en presencia de toda la asamblea diciendo: «¡Bendito tú, oh Yahveh, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre hasta siempre!11Tuya, oh Yahveh, es la grandeza, la fuerza, la magnificencia, el esplendor y la majestad; pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyó, oh Yahveh, es el reino; tú te levantas por encima de todo.12De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú lo gobiernas todo; en tu mano están el poder y la fortaleza, y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia.

  • Evangelio

    Marcos 6:7-13

    7Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos.8Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja;9sino: «Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas.»10Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí.11Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos.»12Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran;13expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

miércoles, 31 de enero de 2024

Lecturas 31 de Enero de 2024

 

Lecturas diarias:

Primera Opción

  • Primera Lectura

    II Samuel 24:2, 9-17

    2El rey dijo a Joab y a los jefes del ejército que estaban con él: «Recorre todas las tribus de Israel desde Dan hasta Berseba y haz el censo para que yo sepa la cifra de la población.»9Joab entregó al rey la cifra del censo del pueblo. Había en Israel 800.000 hombres de guerra capaces de manejar las armas; en Judá había 500.000 hombres.10Después de haber hecho el censo del pueblo, le remordió a David el corazón y dijo David a Yahveh: «He cometido un gran pecado. Pero ahora, Yahveh, perdona, te ruego, la falta de tu siervo, pues he sido muy necio.»11Cuando David se levantó por la mañana, le había sido dirigida la palabra de Yahveh al profeta Gad, vidente de David, diciendo:12«Anda y di a David: Así dice Yahveh: Tres cosas te propongo; elije una de ellas y la llevaré a cabo.»13Llegó Gad donde David y le anunció: «¿Qué quieres que te venga, tres años de gran hambre en tu país, tres meses de derrotas ante tus enemigos y que te persigan, o tres días de peste en tu tierra? Ahora piensa y mira qué debo responder al que me envía.»14David respondió a Gad: «Estoy en grande angustia. Pero caigamos en manos de Yahveh que es grande su misericordia. No caiga yo en manos de los hombres.»15Y David eligió la peste para sí. Eran los días de la recolección del trigo. Yahveh envió la peste a Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado y murieron 70.000 hombres del pueblo, desde Dan hasta Berseba.16El ángel extendió la mano hacia Jerusalén para destruirla, pero Yahveh se arrepintió del estrago y dijo al ángel que exterminaba el pueblo: «¡Basta ya! Retira tu mano.» El ángel de Yahveh estaba entonces junto a la era de Arauná el jebuseo.17Cuando David vio al ángel que hería al pueblo, dijo a Yahveh: «Yo fui quien pequé, yo cometí el mal, pero estas ovejas ¿qué han hecho? Caiga, te suplico, tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre.»

  • Salmo Responsorial

    Salmo 32:1-2, 5-7

    1De David. Poema. ¡Dichoso el que es perdonado de su culpa, y le queda cubierto su pecado!2Dichoso el hombre a quien Yahveh no le cuenta el delito, y en cuyo espíritu no hay fraude.5Mi pecado te reconocí, y no oculté mi culpa; dije: «Me confesaré a Yahveh de mis rebeldías.» Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado.6Por eso te suplica todo el que te ama en la hora de la angustia. Y aunque las muchas aguas se desborden, no le alcanzarán.7Tú eres un cobijo para mí, de la angustia me guardas, estás en torno a mí para salvarme.

  • Evangelio

    Marcos 6:1-6

    1Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen.2Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos?3¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él.4Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio.»5Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos.6Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.

Segunda Opción

  • Primera Lectura

    Filipenses 4:4-9

    4Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres.5Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.6No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias.7Y la paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.8Por lo demás, hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta.9Todo cuanto habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, ponedlo por obra y el Dios de la paz estará con vosotros.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 103:1-4, 8-9, 13-14, 17-18

    1De David. Bendice a Yahveh, alma mía, del fondo de mi ser, su santo nombre,2bendice a Yahveh, alma mía, no olvides sus muchos beneficios.3El, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias,4rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y de ternura,8Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor;9no se querella eternamente ni para siempre guarda su rencor;13Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Yahveh para quienes le temen;14que él sabe de qué estamos plasmados, se acuerda de que somos polvo.17Mas el amor de Yahveh desde siempre hasta siempre para los que le temen, y su justicia para los hijos de sus hijos,18para aquellos que guardan su alianza, y se acuerdan de cumplir sus mandatos.

  • Evangelio

    Mateo 18:1-5

    1En aquel momento se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: «¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos?»2El llamó a un niño, le puso en medio de ellos3y dijo: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.4Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos.5«Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe.

martes, 30 de enero de 2024

Lecturas 30 de Enero de 2024

 

Lecturas diarias:

Primera Opción

  • Primera Lectura

    II Samuel 18:9-10, 14, 24-25, 30--19:3

    189Absalón se topó con los veteranos de David. Iba Absalón montado en un mulo y el mulo se metió bajo el ramaje de una gran encina. La cabeza de Absalón se trabó y quedó en la encina colgado entre el cielo y la tierra, mientras que el mulo que estaba debajo de él siguió adelante.10Lo vio un hombre y se lo avisó a Joab diciendo: «He visto a Absalón colgado de una encina.»14Respondió Joab: «No voy a estarme mirando tu cara.» Y tomando tres dardos en su mano los clavó en el corazón de Absalón, que estaba todavía vivo en medio de la encina.24Estaba David entre las dos puertas. El centinela que estaba en el terrado de la puerta, sobre la muralla, alzó la vista y vio a un hombre que venía corriendo solo.25Gritó el centinela y se lo comunicó al rey y el dijo: «Si viene solo, hay buenas noticias en su boca.» Mientras éste se acercaba corriendo,30El rey dijo: «Pasa y ponte acá.» El pasó y se quedó.31Llegó el kusita y dijo: «Recibe, oh rey mi señor, la buena noticia, pues hoy te ha liberado Yahveh de la mano de todos lo que se alzaban contra ti.»32Dijo el rey al kusita: «Está bien el joven Absalón?» Respondió el kusita: «Que les suceda como a ese joven a todos los enemigos de mi señor el rey y a todos los que se levantan contra ti para hacerte mal.»191Entonces el rey se estremeció. Subió a la estancia que había encima de la puerta y rompió a llorar. Decia entre sollozos: «¡Hijo mío, Absalón; hijo mío, hijo mío, Absalón! ¡Quién me diera haber muerto en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!»2Avisaron a Joab: «Mira que el rey está llorando y lamentándose por Absalón.»3La victoria se trocó en duelo aquel día para todo el pueblo, porque aquel día supo el pueblo que el rey estaba desolado por su hijo.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 86:1-6

    1Oración. De David. Tiende tu oído, Yahveh, respóndeme, que soy desventurado y pobre,2guarda mi alma, porque yo te amo, salva a tu siervo que confía en ti. Tú eres mi Dios,3tenme piedad, Señor, pues a ti clamo todo el día;4recrea el alma de tu siervo, cuando hacia ti, Señor, levanto mi alma.5Pues tú eres, Señor, bueno, indulgente, rico en amor para todos los que te invocan;6Yahveh, presta oído a mi plegaria, atiende a la voz de mis súplicas.

  • Evangelio

    Marcos 5:21-43

    21Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a él mucha gente; él estaba a la orilla del mar.22Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies,23y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva.»24Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía.25Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años,26y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor,27habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.28Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré.»29Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal.30Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?»31Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"»32Pero él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho.33Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante él y le contó toda la verdad.34El le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad.»35Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos dicendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?»36Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe.»37Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.38Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos.39Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida.»40Y se burlaban de él. Pero él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña.41Y tomando la mano de la niña, le dice: « Talitá kum », que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate.»42La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor.43Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.

Segunda Opción

  • Primera Lectura

    II Corintios 10:17--11:2

    1017El que se gloríe, gloríese en el Señor.18Que no es hombre de probada virtud el que a sí mismo se recomienda, sino aquel a quien el Señor recomienda.111¡Ojalá pudierais soportar un poco mi necedad! ¡Sí que me la soportáis!2Celoso estoy de vosotros con celos de Dios. Pues os tengo desposados con un solo esposo para presentaros cual casta virgen a Cristo.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 45:11-12, 14-17

    11Escucha, hija, mira y pon atento oído, olvida tu pueblo y la casa de tu padre,12y el rey se prendará de tu belleza. El es tu Señor, ¡póstrate ante él!14Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados;15con sus brocados el llevada ante el rey. Vírgenes tras ella, compañeras suyas, donde él son introducidas;16entre alborozo y regocijo avanzan, al entrar en el palacio del rey.17En lugar de tus padres, tendrás hijos; príncipes los harás sobre toda la tierra.

  • Evangelio

    Mateo 16:24-27

    24Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.25Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará.26Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?27«Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.