sábado, 25 de noviembre de 2017

Evangelio 25 de Noviembre de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Ezequiel 34:11-12, 15-17
    11 Porque así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy yo; yo mismo cuidaré de mi rebaño y velaré por él.
    12 Como un pastor vela por su rebaño cuando se encuentra en medio de sus ovejas dispersas, así velaré yo por mis ovejas. Las recobraré de todos los lugares donde se habían dispersado en día de nubes y brumas.
    15 Yo mismo apacentaré mis ovejas y yo las llevaré a reposar, oráculo del Señor Yahveh.
    16 Buscaré la oveja perdida, tornaré a la descarriada, curaré a la herida, confortaré a la enferma; pero a la que está gorda y robusta la exterminaré: las pastorearé con justicia.
    17 En cuanto a vosotras, ovejas mías, así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío.
  • Salmo responsorial

    Salmo 23:1-3, 5-6
    1 Salmo. De David. Yahveh es mi pastor, nada me falta.
    2 Por prados de fresca hierba me apacienta. Hacia las aguas de reposo me conduce,
    3 y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre.
    5 Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa.
    6 Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de los días.
  • Segunda lectura

    I Corintios 15:20-26, 28
    20 ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron.
    21 Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos.
    22 Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo.
    23 Pero cada cual en su rango: Cristo como primicias; luego los de Cristo en su Venida.
    24 Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el Reino, depués de haber destruido todo Principado, Dominación y Potestad.
    25 Porque debe él reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies.
    26 El último enemigo en ser destruido será la Muerte.
    28 Cuando hayan sido sometidas a él todas las cosas, entonces también el Hijo se someterá a Aquel que ha sometido a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todo.
  • Evangelio

    Mateo 25:31-46
    31 «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria.
    32 Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos.
    33 Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
    34 Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
    35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis;
    36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme."
    37 Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber?
    38 ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos?
    39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?"
    40 Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis."
    41 Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles.
    42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
    43 era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis."
    44 Entonces dirán también éstos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?"
    45 Y él entonces les responderá: "En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo."
    46 E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.»

Evangelio 25 de Noviembre de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Macabeos 6:1-13
    1 El rey Antíoco, en su recorrido por la región alta, tuvo noticia de que había una ciudad en Persia, llamada Elimaida, famosa por sus riquezas, su plata y su oro.
    2 Tenía un templo rico en extremo, donde se guardaban armaduras de oro, corazas y armas dejadas allí por Alejandro, hijo de Filipo, rey de Macedonia, que fue el primer rey de los griegos.
    3 Allá se fue con intención de tomar la ciudad y entrar a saco en ella. Pero no lo consiguió, porque los habitantes de la ciudad, al conocer sus propósitos,
    4 le ofrecieron resistencia armada, y tuvo que salir huyendo y marcharse de allí con gran tristeza para volverse a Babilonia.
    5 Todavía se hallaba en Persia, cuando llegó un mensajero anunciándole la derrota de las tropas enviadas a la tierra de Judá.
    6 Lisias, en primer lugar, había ido al frente de un poderoso ejército, pero había tenido que huir ante los judíos. Estos se habían crecido con las tropas y los muchos despojos tomados a los ejércitos vencidos.
    7 Habían destruido la Abominación levantada por él sobre el altar de Jerusalén. Habían rodeado de altas murallas como antes el santuario, así como a Bet Sur, ciudad del rey.
    8 Ante tales noticias, quedó el rey consternado, presa de intensa agitación, y cayó en cama enfermo de pesadumbre por no haberle salido las cosas como él quisiera.
    9 Muchos días permaneció allí, renovándosele sin cesar la profunda tristeza, hasta que sintió que se iba a morir.
    10 Hizo venir entonces a todos sus amigos y les dijo: «Huye el sueño de mis ojos y mi corazón desfallece de ansiedad.
    11 Me decía a mí mismo: ¿Por qué he llegado a este extremo de aflicción y me encuentro en tan gran tribulación, siendo así que he sido bueno y amado en mi gobierno?
    12 Pero ahora caigo en cuenta de los males que hice en Jerusalén, cuando me llevé los objetos de plata y oro que en ella había y envié gente para exterminar sin motivo a los habitantes de Judá.
    13 Reconozco que por esta causa me han sobrevenido los males presentes y muero de inmensa pesadumbre en tierra extraña.»
  • Salmo responsorial

    Salmo 9:2-4, 6, 16, 19
    2 Te doy gracias, Yahveh, de todo corazón, cantaré todas tus maravillas;
    3 quiero alegrarme y exultar en ti, salmodiar a tu nombre, Altísimo.
    4 Mis enemigos retroceden, flaquean, perecen delante de tu rostro;
    6 Has reprimido a las gentes, has perdido al impío, has borrado su nombre para siempre jamás;
    16 Se hundieron los gentiles en la fosa que hicieron, en la red que ocultaron, su pie quedó prendido.
    19 Que no queda olvidado el pobre eternamente, no se pierde por siempre la esperanza de los desdichados.
  • Evangelio

    Lucas 20:27-40
    27 Acercándose algunos de los saduceos, esos que sostienen que no hay resurrección, le preguntaron:
    28 «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno, que estaba casado y no tenía hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano.
    29 Eran siete hermanos; habiendo tomado mujer el primero, murió sin hijos;
    30 y la tomó el segundo,
    31 luego el tercero; del mismo modo los siete murieron también sin dejar hijos.
    32 Finalmente, también murió la mujer.
    33 Esta, pues, ¿de cuál de ellos será mujer en la resurrección? Porque los siete la tuvieron por mujer.»
    34 Jesús les dijo: «Los hijos de este mundo toman mujer o marido;
    35 pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido,
    36 ni pueden ya morir, porque son como ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección.
    37 Y que los muertos resucitan lo ha indicado también Moisés en lo de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.
    38 No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos viven.»
    39 Algunos de los escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien.»
    40 Pues ya no se atrevían a preguntarle nada.

Evangelio meditado

Un Dios de vivos
Santo Evangelio según San Lucas 20, 27-40. Sábado XXXIII del tiempo ordinario.


Por: H. Jorge Alberto Leaños García, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Ilumina, Señor, mi mente para poder pensar en Ti; forma mi inteligencia para saber qué quieres de mí; enciende mi corazón para poder amar sin medida; da fuerza a mi voluntad para poder cumplir tu voluntad.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-40
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: "Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?".
Jesús les dijo: "En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven".
Entonces, unos escribas le dijeron: "Maestro, has hablado bien". Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada.


Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Somos hijos de Dios en esta vida y en la resurrección. Antes de ser casado o divorciado, antes de ser padre o hijo, antes de ser santo o pecador, debemos tener presente que somos hijos de Dios. Qué cosa tan importante y al mismo tiempo tan acostumbrados de escuchar.
Ser hijo de Dios es la mayor dicha que nos pudieron haber dado. No hemos conseguido ningún mérito para ser adoptados por Dios. Él nos vio abandonados en las tinieblas, solos y sin hogar, sin amor, sin todo aquello que un padre puede dar. Se podría pensar que Dios derramó la primera lágrima al ver al primer hombre pecar.
Es aquí cuando Dios, compadecido, en un misterioso acto de amor, nos mandó a su hijo único. Es así como cada uno de nosotros, en el momento en que rociaron agua sobre nuestras cabezas, escuchamos con oídos de niño, de joven o de adulto, esas bellas palabras que marcaron toda nuestra eternidad: "Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
Por eso creemos en un Dios de vivos. No moriremos si cerramos nuestros ojos al final de nuestra vida y confiamos en que los abriremos en el cielo.
Pensemos de cara a la eternidad como verdaderos hijos de Dios y resucitaremos, ya no para vivir como hombres heridos por el pecado, sino como ángeles que contemplan en la eternidad la maravilla del Señor.
Para ridiculizar la resurrección y poner a Jesús en una situación difícil, le presentan un caso paradójico y absurdo: una mujer que ha tenido siete maridos, todos hermanos entre ellos, los cuales, uno detrás de otro, han muerto. Y he aquí entonces la pregunta maliciosa dirigida a Jesús: Esa mujer, en la resurrección, ¿de quién será mujer? Jesús no cae en la trampa y reafirma la verdad de la resurrección, explicando que la existencia después de la muerte será distinta de la de la tierra. Él hace entender a sus interlocutores que no es posible aplicar las categorías de este mundo a las realidades que van más allá y que son más grandes de lo que vemos en esta vida.
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de noviembre de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscaré la fecha de mi bautizo, intentaré recordarla y la celebraré cada año por el resto de mi vida.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Evangelio 24 de Noviembre de 2017

Color: Rojo

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Macabeos 4:36-37, 52-59
    36 Judas y sus hermanos dijeron: «Nuestros enemigos están vencidos; subamos, pues, a purificar el Lugar Santo y a celebrar su dedicación.»
    37 Se reunió todo el ejército y subieron al monte Sión.
    52 El día veinticinco del noveno mes, llamado Kisléu, del año 148, se levantaron al romper el día
    53 y ofrecieron sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían construido un sacrificio conforme a la Ley.
    54 Precisamente fue inaugurado el altar, con cánticos, cítaras, liras y címbalos, en el mismo tiempo y el mismo día en que los gentiles la habían profanado.
    55 El pueblo entero se postró rostro en tierra, y adoró y bendijo al Cielo que los había conducido al triunfo.
    56 Durante ocho días celebraron la dedicación del altar y ofrecieron con alegría holocaustos y el sacrificio de comunión y acción de gracias.
    57 Adornaron la fachada del Templo con coronas de oro y pequeños escudos, restauraron las entradas y las salas y les pusieron puertas.
    58 Hubo grandísima alegría en el pueblo, y el ultraje inferido por los gentiles quedó borrado.
    59 Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, decidió que cada año, a su debido tiempo y durante ocho días a contar del veinticinco del mes de Kisléu, se celebrara con alborozo y regocijo el aniversario de la dedicación del altar.
  • Salmo responsorial

    I Crónicas 29:10-12
    10 Después bendijo David a Yahveh en presencia de toda la asamblea diciendo: «¡Bendito tú, oh Yahveh, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre hasta siempre!
    11 Tuya, oh Yahveh, es la grandeza, la fuerza, la magnificencia, el esplendor y la majestad; pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyó, oh Yahveh, es el reino; tú te levantas por encima de todo.
    12 De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú lo gobiernas todo; en tu mano están el poder y la fortaleza, y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia.
  • Evangelio

    Lucas 19:45-48
    45 Entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían,
    46 diciéndoles: «Está escrito: Mi Casa será Casa de oración. ¡Pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos!»
    47 Enseñaba todos los días en el Templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y también los notables del pueblo buscaban matarle,
    48 pero no encontraban qué podrían hacer, porque todo el pueblo le oía pendiente de sus labios.

Evangelio meditado

Una casa de oración
Santo Evangelio según San Lucas 19, 45-48. Viernes XXXIII del tiempo ordinario.


Por: H. Iván Yoed González Aréchiga, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Cada instante de esta vida es un don. Hoy tengo éste entre las manos. Quiero vivirlo con todo mi ser. Gracias por este regalo, Señor.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Lucas 19, 45-48
Aquel día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban allí, diciéndoles: "Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones.
Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo intentaban matarlo, pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio


La casa del Señor era casa de oración. Mi casa, ¿es casa de oración también? Podría examinar, ¿con qué actitud se vive en mi casa?, ¿con qué actitud vivo yo?, ¿con una actitud de búsqueda de Dios?, ¿con una actitud de vivir en la verdad?, ¿con una actitud de honestidad?, ¿qué valores transmito en mi casa?, ¿qué transmite mi persona?, ¿qué dirección lleva mi vida?, ¿cuáles son las intenciones de mi corazón?
Orar es vivir en unión con Dios. Él es la verdad, la caridad, la bondad, la belleza. Uno puede unirse a Dios por medio de las palabras, de los pensamientos, de las acciones. Sin embargo, la oración más completa, la unión más completa, es la que se hace con toda la vida, con todo mi ser. Y mi ser comienza por manifestarse a través de mis intenciones. Toda verdadera intención madura en una acción.
Te pido la gracia, Señor, de tener un corazón lleno de buenas y verdaderas intenciones, con intenciones grandes, con intenciones altas, con intenciones que vayan siempre buscándote a Ti. Y así comenzará mi casa a ser también una casa de oración.
Los jefes del templo, los jefes de los sacerdotes y los escribas había cambiado un poco las cosas. Habían entrado en un proceso de degradación y habían convertido en impuro al templo, habían ensuciado el templo. Esto tiene algo que decir también a los cristianos de hoy, porque el templo es un icono de la Iglesia. La Iglesia siempre -¡siempre!- experimentará la tentación de la mundanidad y la tentación de un poder que no es el poder que Jesucristo quiere para ella. Jesús no dice: "No, esto no se hace, hacedlo fuera"; sino "vosotros habéis hecho aquí una cueva de ladrones". Cuando la Iglesia entra en este proceso de degradación el final es muy feo. ¡Muy feo!"
(Homilía de S.S. Francisco, 20 de noviembre de 2015, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Rezaré un Vía Crucis para unirme y encontrarme con Cristo en su pasión, buscando aplicar lo meditado en mi corazón.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Evangelio 23 de Noviembre de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Eclesiástico 50:22-24
    22 Y ahora bendecid al Dios del universo, el que por todas partes hace grandes cosas, el que exaltó nuestros días desde el seno materno, y que nos trata según su misericordia.
    23 Que nos dé contento de corazón, y que haya paz en nuestros días en Israel por los siglos de los siglos.
    24 Que su misericordia sea fiel con nosotros y en nuestros días nos rescate.
  • Salmo responsorial

    Salmo 138:1-5
    1 De David. Te doy gracias, Yahveh, de todo corazón, pues tú has escuchado las palabras de mi boca. En presencia de los ángeles salmodio para ti,
    2 hacia tu santo Templo me prosterno. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu promesa ha superado tu renombre.
    3 El día en que grité, tú me escuchaste, aumentaste la fuerza en mi alma.
    4 Te dan gracias, Yahveh, todos los reyes de la tierra, porque oyen las promesas de tu boca;
    5 y cantan los caminos de Yahveh: «¡Qué grande la gloria de Yahveh!
  • Segunda lectura

    I Corintios 1:3-9
    3 gracia a vosotros y paz de parte de Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.
    4 Doy gracias a Dios sin cesar por vosotros, a causa de la gracia de Dios que os ha sido otorgada en Cristo Jesús,
    5 pues en él habéis sido enriquecidos en todo, en toda palabra y en todo conocimiento,
    6 en la medida en que se ha consolidado entre vosotros el testimonio de Cristo.
    7 Así, ya no os falta ningún don de gracia a los que esperáis la Revelación de nuestro Señor Jesucristo.
    8 El os fortalecerá hasta el fin para que seáis irreprensibles en el Día de nuestro Señor Jesucristo.
    9 Pues fiel es Dios, por quien habéis sido llamados a la comunión con su hijo Jesucristo, Señor nuestro.
  • Evangelio

    Lucas 17:11-19
    11 Y sucedió que, de camino a Jerusalén, pasaba por los confines entre Samaría y Galilea,
    12 y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia
    13 y, levantando la voz, dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!»
    14 Al verlos, les dijo: «Id y presentaos a los sacerdotes.» Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios.
    15 Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz;
    16 y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano.
    17 Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
    18 ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?»
    19 Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado.»

Evangelio meditado

Y no te reconocí
Santo Evangelio según San Lucas 19, 41-44. Jueves XXXIII del tiempo ordinario.


Por: H. Rubén Tornero, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, gracias por este momento que me regalas para poder estar contigo. Tienes algo que decirme hoy. Tu amor infinito y eterno busca todas las maneras de entrar en mi corazón y una de tus favoritas es traerme hasta Ti para tener un rato de intimidad.
Creo en Ti, Jesús, pero ayúdame a creer en mi día a día que tu amor por mí es infinito, eterno, maravilloso y que te ha llevado hasta el extremo de darlo todo por mí.


Aumenta mi confianza. Ayúdame realmente a abandonarme en tus manos de Padre. Tú sólo quieres mi felicidad…
Te amo, Jesús, pero dame la fuerza de amar en cada momento como Tú amas. Enciende en mí el fuego de tu amor para permitirte amar y glorificar al Padre sirviendo a los que me rodean.
En tus manos pongo todo mi ser y te suplico que me ayudes a escuchar tu voz.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 19, 41-44


En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó:
"¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús, ¿cuántas veces has venido a mí también sin que yo te sepa reconocer? Has venido a tocar a la puerta de mi corazón tantas veces, ¡y qué pocas he sabido reconocerte y dejarte entrar!
Has sido Tú quien por la calle me ha extendido la mano pidiendo un poco de pan para comer.
Eras Tú quien, tantas veces, vino a mí pidiéndome un consejo o suplicando un poco de comprensión.
Eras Tú quien tocaba mi hombro y sufría conmigo cuando pasé por ese momento difícil que me hizo levantar mi voz y preguntarte dónde estabas.
Has venido tantas veces a mí en una buena noticia, en una enfermedad, en un amigo, en un necesitado, en la Eucaristía y en la calle… ¡y no siempre te he sabido reconocer en mi prójimo!
Perdóname, Jesús, si hasta ahora no he sabido reconocerte. ¡Aumenta mi fe! Ayúdame a saberte descubrir en cada momento de mi vida y en cada persona que me rodea. No permitas que sea indiferente a tu venida y dame la gracia de servirte en los demás como Tú te lo mereces. Amén.
"Si nosotros caemos en esta insensatez y nos alejamos, él experimenta esta nostalgia. Nostalgia de nosotros. Hasta el punto que Jesús con esta nostalgia llora, lloró por Jerusalén: era la nostalgia de un pueblo que él había elegido, había amado, pero que se había alejado por insensatez; había preferido las apariencias, los ídolos o las ideologías."
(Homilía de S.S. Francisco, 17 de octubre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy agendar mi próxima dirección espiritual que preparé con empeño para descubrir qué lugar ocupa realmente Jesús en mi vida.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.