sábado, 27 de enero de 2018

Evangelio 27 de Enero de 2018

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    II Samuel 12:1-7, 10-17
    1 Envió Yahveh a Natán donde David, y llegando a él le dijo: «Había dos hombres en una ciudad, el uno era rico y el otro era pobre.
    2 El rico tenía ovejas y bueyes en gran abundancia;
    3 el pobre no tenía más que una corderilla, sólo una, pequeña, que había comprado. El la alimentaba y ella iba creciendo con él y sus hijos, comiendo su pan, bebiendo en su copa, durmiendo en su seno igual que una hija.
    4 Vino un visitante donde el hombre rico, y dándole pena tomar su ganado lanar y vacuno para dar de comer a aquel hombre llegado a su casa, tomó la ovejita del pobre, y dio de comer al viajero llegado a su casa.»
    5 David se encendió en gran cólera contra aquel hombre y dijo a Natán: «¡Vive Yahveh! que merece la muerte el hombre que tal hizo.
    6 Pagará cuatro veces la oveja por haber hecho semejante cosa y por no haber tenido compasión.»
    7 Entonces Natán dijo a David: «Tú eres ese hombre. Así dice Yahveh Dios de Israel: Yo te he ungido rey de Israel y te he librado de las manos de Saúl.
    10 Pues bien, nunca se apartará la espada de tu casa, ya que me has despreciado y has tomado la mujer de Urías el hitita para mujer tuya.
    11 Así habla Yahveh: Haré que de tu propia casa se alce el mal contra ti. Tomaré tus mujeres ante tus ojos y se las daré a otro que se acostará con tus mujeres a la luz de este sol.
    12 Pues tú has obrado en lo oculto, pero yo cumpliré esta palabra ante todo Israel y a la luz del sol.»
    13 David dijo a Natán: «He pecado contra Yahveh.» Respondió Natán a David: «También Yahveh perdona tu pecado; no morirás.
    14 Pero por haber ultrajado a Yahveh con ese hecho, el hijo que te ha nacido morirá sin remedio.»
    15 Y Natán se fue a su casa. Hirió Yahveh al niño que había engendrado a David la mujer de Urías y enfermó gravemente.
    16 David suplicó a Dios por el niño; hizo David un ayuno riguroso y entrando en casa pasaba la noche acostado en tierra.
    17 Los ancianos de su casa se esforzaban por levantarle del suelo, pero el se negó y no quiso comer con ellos.
  • Salmo responsorial

    Salmo 51:12-17
    12 Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí renueva;
    13 no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu.
    14 Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame;
    15 enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores volverán a ti.
    16 Líbrame de la sangre, Dios, Dios de mi salvación, y aclamará mi lengua tu justicia;
    17 abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.
  • Evangelio

    Marcos 4:35-41
    35 Este día, al atardecer, les dice: «Pasemos a la otra orilla.»
    36 Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él.
    37 En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca.
    38 El estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?»
    39 El, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: «¡Calla, enmudece!» El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza.
    40 Y les dijo: «¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?»
    41 Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: «Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?»

Evangelio meditado

¿Qué lugar ocupa Cristo en tu barca?
Santo Evangelio según San Marcos 4, 35-41. Sábado III de Tiempo Ordinario.


Por: H. Luis Adrián Olvera De la Cruz, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, te invito en estos momentos a que subas a mi barca y tomes el timón de mi vida para afrontar las tempestades que se me presenten ¡Mi alma está sedienta de ti! (Sal 42)
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41
Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: "Vamos a la otra orilla del lago". Entonces los discípulos despidieron a la gente y condujeron a Jesús en la misma barca en que estaba. Iban además otras barcas.
De pronto se desató un fuerte viento y las olas se estrellaban contra la barca y la iban llenando de agua. Jesús dormía en la popa, reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron: "Maestro, ¿no te importa que nos hundamos? ". El se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: “Cállate, enmudece!”. Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: "¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe? ". Todos se quedaron espantados y se decían unos a otros: "¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen? ".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio


¿Quién no se ha sentido alguna vez con el agua al cuello? Cuando nos encontramos en una situación límite queremos ayuda urgentemente, ahí es cuando nos acordamos de Jesús. Sin embargo, puede suceder que por más que oramos parece que Dios no nos escucha, que se ha olvidado de nosotros, que está dormido.
En el Evangelio que meditamos hoy, ¿será posible que verdaderamente Jesús se encuentre dormido en medio de la tempestad, el viento huracanado, los gritos de terror de sus amigos? Si Jesús hubiera querido jugar una broma, le salió muy mal, nadie le hubiera creído que estaba dormido.
Al inicio de nuestra vida sólo tenemos una certeza, que algún día vamos a morir. Ése es el momento crucial donde el Señor nos dice como a sus apóstoles ¡Vayan a la otra orilla! ¡Vayan al cielo! Pero en medio de este gran viaje a través de las aguas de la vida, la forma más segura de llegar a buen puerto es decirle a Jesús que se suba a nuestra barca.
Hoy si te encuentras sumido al borde de una tempestad y piensas que el Señor está ausente, recuerda por un instante, ¿a qué rincón de tu barca lo mandaste?
Jesús no merece estar en una esquina en la popa de nuestra barca, porque Él, además de ser el mejor capitán, puede tener el poder absoluto sobre tu tormenta. ¿Quieres ir a despertar al Señor?
¿Creemos que el Señor es fiel? ¿Cómo vivimos la novedad de Dios que todos los días nos transforma? ¿Cómo vivimos el amor firme del Señor, que se pone como barrera segura contra las olas del orgullo y de las falsas novedades? El Espíritu Santo nos ayude a ser siempre conscientes de este amor ‘rocoso’, que nos vuelve estables y fuertes en los pequeños y grandes sufrimientos, nos hace capaces de no cerrarnos ante las dificultades, de afrontar la vida con valentía y mirar al futuro con esperanza.
(Homilía de S.S. Francisco, 21 de julio de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Sólo por hoy intentaré darle a Cristo el lugar que se merece en mi vida haciendo algún acto de caridad con el prójimo, sonriéndole a las personas con las que me encuentre y, si me es posible, recibirle también en la Eucaristía o arrodillarme unos minutos ante Él en el sagrario.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén

viernes, 26 de enero de 2018

Evangelio 26 de Octubre de 2018

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    II Samuel 11:1-10, 13-17
    1 A la vuelta del año, al tiempo que los reyes salen a campaña, envió David a Joab con sus veteranos y todo Israel. Derrotaron a los ammonitas y pusieron sitio a Rabbá, mientras David se quedó en Jerusalén.
    2 Un atardecer se levantó David de su lecho y se paseaba por el terrado de la casa del rey cuando vio desde lo alto del terrado a una mujer que se estaba bañando. Era una mujer muy hermosa.
    3 Mandó David para informarse sobre la mujer y le dijeron: «Es Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías el hitita.»
    4 David envió gente que la trajese; llegó donde David y él se acostó con ella, cuando acababa de purificarse de sus reglas. Y ella se volvió a su casa.
    5 La mujer quedó embarazada y envió a decir a David: «Estoy encinta.»
    6 David mandó decir a Joab: «Envíame a Urías el hitita.» Joab envió a Urías adonde David.
    7 Llegó Urías donde él y David le preguntó por Joab, y por el ejército y por la marcha de la guerra.
    8 Y dijo David a Urías: «Baja a tu casa y lava tus pies.» Salió Urías de la casa del rey, seguido de un obsequio de la mesa real.
    9 Pero Urías se acostó a la entrada de la casa del rey, con la guardia de su señor, y no bajó a su casa.
    10 Avisaron a David: «Urías no ha bajado a su casa.» Preguntó David a Urías: «¿No vienes de un viaje? ¿Por qué no has bajado a tu casa?
    13 le invitó David a comer con él y le hizo beber hasta emborracharse. Por la tarde salió y se acostó en el lecho, con la guardia de su señor, pero no bajó a su casa.
    14 A la mañana siguiente escribió David una carta a Joab y se la envió por medio de Urías.
    15 En la carta había escrito: «Poned a Urías frente a lo más reñido de la batalla y retiraos de detrás de él para que sea herido y muera.»
    16 Estaba Joab asediando la ciudad y colocó a Urías en el sitio en que sabía que estaban los hombres más valientes.
    17 Los hombres de la ciudad hicieron una salida y atacaron a Joab; cayeron algunos del ejército de entre los veteranos de David; y murió también Urías el hitita.
  • Salmo responsorial

    Salmo 51:3-7, 10-11
    3 Tenme piedad, oh Dios, según tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito,
    4 lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame.
    5 Pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí;
    6 contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí. Por que aparezca tu justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas.
    7 Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre.
    10 Devuélveme el son del gozo y la alegría, exulten los huesos que machacaste tú.
    11 Retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas.
  • Evangelio

    Marcos 4:26-34
    26 También decía: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra;
    27 duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo.
    28 La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga.
    29 Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega.»
    30 Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos?
    31 Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra;
    32 pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra.»
    33 Y les anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle;
    34 no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado.

    O también:
    Lucas 10:1-9
    1 Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir.
    2 Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
    3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos.
    4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino.
    5 En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa."
    6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.
    7 Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa.
    8 En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan;
    9 curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros."

Evangelio meditado

El bosque de mi corazón
Santo Evangelio según San Marcos 4, 26-34. Viernes III de Tiempo Ordinario.


Por: H. Rodrigo Marín,L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, quiero glorificarte y alabarte en este rato de oración. Gracias por todo lo que has hecho por mí a lo largo de mi vida. Quiero disponer mi corazón para que tu Palabra vaya penetrando poco a poco y, así, pueda conocerte y amarte cada día más.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha".
Les dijo también: "¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra".
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Es impresionante pensar que los grandes bosques y selvas comenzaron con una semilla. En el parque nacional Redwood existe un árbol que mide115. 55 metros de altura. Y pensar que todo comenzó con una semilla que no era más grande que la uña del dedo más pequeño de la mano.
Jesús nos trae a nuestra mente esta imagen. El reino de los cielos es semejante al hombre que echa la semilla en la tierra. Sin que él sepa cómo la semilla va produciendo su fruto. Crece, germina y se pone bella.
El reino de los cielos es impresionante, pero comienza con una semilla. Cada día el sembrador pasa para dejar en nosotros una semilla de su reino. Dios pasa en nuestra vida en cada momento, pero es tan sencillo como un grano de mostaza. Cuando dejamos que se plante la semilla se convierte en un gran arbusto. Quiere hacer de nuestro corazón un bosque vivo.
Todo lo que nos acerca a Dios es una semilla que Él planta en nuestro corazón. Ir a misa, ayudar a un hermano, ser honesto, rezar… todo esto va haciendo que el reino de Dios crezca en nosotros. ¿Qué es el Reino de Dios? Muy sencillo: Ser feliz. Vivir a un lado de Dios.
Pidámosle a María que nos ayude a mantener siempre vivo el deseo de que crezca en nuesro corazón el Reino de Dios.
El primer paso es acoger la palabra, el primer paso en el camino de la docilidad es acoger la palabra: abrir el corazón, recibirla, dejarla entrar como la semilla que luego germinará.
(Homilía de S.S. Francisco, 12 de mayo de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
En una visita al Santísimo Sacramento le pediré al Señor la gracia de estar atento a las semillas que Él quiere sembrar en mi corazón.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 25 de enero de 2018

Evangelio 25 de Enero de 2018

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Hechos 22:3-16
    3 «Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la Ley de nuestros padres; estaba lleno de celo por Dios, como lo estáis todos vosotros el día de hoy.
    4 Yo perseguí a muerte a este Camino, encadenando y arrojando a la cárcel a hombres y mujeres,
    5 como puede atestiguármelo el Sumo Sacerdote y todo el Consejo de ancianos. De ellos recibí también cartas para los hermanos de Damasco y me puse en camino con intención de traer también encadenados a Jerusalén a todos los que allí había, para que fueran castigados.
    6 «Pero yendo de camino, estando ya cerca de Damasco, hacia el mediodía, me envolvió de repente una gran luz venida del cielo;
    7 caí al suelo y oí una voz que me decía: "Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?"
    8 Yo respondí: "¿Quién eres, Señor?" Y él a mí: "Yo soy Jesús Nazoreo, a quien tú persigues."
    9 Los que estaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba.
    10 Yo dije: "¿Qué he de hacer, Señor?" Y el Señor me respondió: "Levántate y vete a Damasco; allí se te dirá todo lo que está establecido que hagas."
    11 Como yo no veía, a causa del resplandor de aquella luz, conducido de la mano por mis compañeros llegué a Damasco.
    12 «Un tal Ananías, hombre piadoso según la Ley, bien acreditado por todos los judíos que habitaban allí,
    13 vino a verme, y presentándose ante mí me dijo: "Saúl, hermano, recobra la vista." Y en aquel momento le pude ver.
    14 El me dijo: "El Dios de nuestros padres te ha destinado para que conozcas su voluntad, veas al Justo y escuches la voz de sus labios,
    15 pues le has de ser testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído.
    16 Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su nombre."

    O también:
    Hechos 9:1-22
    1 Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote,
    2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.
    3 Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo,
    4 cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?»
    5 El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
    6 Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.»
    7 Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto; oían la voz, pero no veían a nadie.
    8 Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Le llevaron de la mano y le hicieron entrar en Damasco.
    9 Pasó tres días sin ver, sin comer y sin beber.
    10 Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: «Ananías.» El respondió: «Aquí estoy, Señor.»
    11 Y el Señor: «Levántate y vete a la calle Recta y pregunta en casa de Judas por uno de Tarso llamado Saulo; mira, está en oración
    12 y ha visto que un hombre llamado Ananías entraba y le imponía las manos para devolverle la vista.»
    13 Respondió Ananías: «Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los muchos males que ha causado a tus santos en Jerusalén
    14 y que está aquí con poderes de los sumos sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre.»
    15 El Señor le contestó: «Vete, pues éste me es un instrumento de elección que lleve mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel.
    16 Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre.»
    17 Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.»
    18 Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado.
    19 Tomó alimento y recobró las fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco,
    20 y en seguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas: que él era el Hijo de Dios.
    21 Todos los que le oían quedaban atónitos y decían: «¿No es éste el que en Jerusalén perseguía encarnizadamente a los que invocaban ese nombre, y no ha venido aquí con el objeto de llevárselos atados a los sumos sacerdotes?»
    22 Pero Saulo se crecía y confundía a los judíos que vivían en Damasco demostrándoles que aquél era el Cristo.
  • Salmo responsorial

    Salmo 117:1-2
    1 ¡Alabad a Yahveh, todas las naciones, celebradle, pueblos todos!
    2 Porque es fuerte su amor hacia nosotros, la verdad de Yahveh dura por siempre.
  • Evangelio

    Marcos 16:15-18
    15 Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación.
    16 El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.
    17 Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas,
    18 agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»

Evangelio meditado

Acompañar a Cristo
Santo Evangelio según San Marcos 16, 15-18, Fiesta de la Conversión de San Pablo.


Por: H. Jorge Alberto Leaños García, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Hoy me pongo en tu presencia para saber lo que quieres de mí. Es difícil, no puedo ocultar esta realidad, pero confiando en tus manos me esfuerzo y me dispongo, con espíritu abierto, a lo que me quieras transmitir a mí o a los demás, a través de mi humilde persona.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Cuántos encuentros hemos tenido con un Cristo inesperado. Los apóstoles, después de la pasión, no le esperaban. San Pablo, cegado por sus intereses, tuvo un encuentro imprevisto. Ahora tenemos un encuentro con Cristo, pero ¿qué esperamos de él? Podemos estar en la misma posición de los apóstoles y de san Pablo: no saber lo que voy a recibir, no sabemos qué voy a escuchar, no saber, éste es el temor.


Vigilad y orad que el espíritu de Dios puede pedir y, tras esta petición, podemos entrar en gran confusión. Sepamos acoger la voluntad de Dios. Meditemos con tiempo, con recogimiento todo lo que nos diga Dios a ejemplo de Pablo de Tarso que, tras sentimientos de confusión, temor e incomprensión, se retiró al desierto donde pudo pensar, luego pudo meditar y al final pudo elegir la mejor parte: Servir a Dios.
Veamos que, tras un encuentro con Dios, en el día menos pensado, a la hora menos esperada, llega Dios y habla, grita y aturde. Lo que debemos hacer es claro: seguir escuchándole atentamente en el silencio, y después de entender cuál es su voluntad, dar un "sí" que defina el rumbo de nuestras vidas.
Éste es un ejercicio de todos los días y como ejercicio cuesta seguir respondiendo constantemente. No solo valdrá la pena, sino que, por experiencia de san Pablo, podemos decir que vale la vida. Veamos también a los apóstoles que al oír este "Id y predicar", meditaron este deseo y se atrevieron a dar un "sí" hasta la muerte.
Hagamos el intento: escuchemos, meditemos y respondamos.
Lo primero que pide Jesús es ir, no permanecer en Jerusalén: "Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación". Es una invitación a salir, ir. El Evangelio es proclamado siempre en camino: nunca sentados, siempre en camino, siempre. Salir, por tanto, parar ir donde Jesús no es conocido y donde Jesús es perseguido o donde Jesús es desfigurado, para proclamar el verdadero Evangelio.
(Homilía de S.S. Francisco, 25 de abril de 2017, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Escuchemos, meditemos y respondamos.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

miércoles, 24 de enero de 2018

Evangelio 24 de Enero de 2018

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    II Samuel 7:4-17
    4 Pero aquella misma noche vino la palabra de Dios a Natán diciendo:
    5 «Ve y di a mi siervo David: Esto dice Yahveh. ¿Me vas a edificar tú una casa para que yo habite?
    6 No he habitado en una casa desde el día en que hice subir a los israelitas de Egipto hasta el día de hoy, sino que he ido de un lado para otro en una tienda, en un refugio.
    7 En todo el tiempo que he caminado entre todos los israelitas ¿he dicho acaso a uno de los jueces de Israel a los que mandé que apacentaran a mi pueblo Israel: "¿Por qué no me edificáis una casa de cedro?"
    8 Ahora pues di esto a mi siervo David: Así habla Yahveh Sebaot: Yo te he tomado del pastizal, de detrás del rebaño, para que seas caudillo de mi pueblo Israel.
    9 He estado contigo dondequiera has ido, he eliminado de delante de ti a todos tus enemigos y voy a hacerte un nombre grande como el nombre de los grandes de la tierra:
    10 fijaré un lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré allí para que more en él; no será ya perturbado y los malhechores no seguirán oprimiéndole como antes,
    11 en el tiempo en que instituí jueces en mi pueblo Israel; le daré paz con todos sus enemigos. Yahveh te anuncia que Yahveh te edificará una casa.
    12 Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré el trono de su realeza.
    13 (El constituirá una casa para mi Nombre y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre.)
    14 Yo seré para él padre y él será para mí hijo. Si hace mal, le castigaré con vara de hombres y con golpes de hombres,
    15 pero no apartaré de él mi amor, como lo aparté de Saúl a quien quité de delante de mí.
    16 Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí; tu trono estará firme, eternamente.»
    17 Natán habló a David según todas estas palabras y esta visión.
  • Salmo responsorial

    Salmo 89:4-5, 27-30
    4 «Una alianza pacté con mi elegido, un juramento hice a mi siervo David:
    5 Para siempre jamás he fundado tu estirpe, de edad em edad he erigido tu trono.»
    27 «El me invocará: ¡Tú, mi Padre, mi Dios y roca de mi salvación!
    28 Y yo haré de él el primogénito, el Altísimo entre los reyes de la tierra.
    29 «Le guardaré mi amor por siempre, y mi alianza será leal con él;
    30 estableceré su estirpe para siempre, y su trono como los días de los cielos.
  • Evangelio

    Marcos 4:1-20
    1 Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar.
    2 Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción:
    3 «Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar.
    4 Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron.
    5 Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra;
    6 pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó.
    7 Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto.
    8 Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento.»
    9 Y decía: «Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
    10 Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas.
    11 El les dijo: «A vosotros se os ha dado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas,
    12 para que por mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone.»
    13 Y les dice: «¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, comprenderéis todas las parábolas?
    14 El sembrador siembra la Palabra.
    15 Los que están a lo largo del camino donde se siembra la Palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, viene Satanás y se lleva la Palabra sembrada en ellos.
    16 De igual modo, los sembrados en terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, al punto la reciben con alegría,
    17 pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumben en seguida.
    18 Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la Palabra,
    19 pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda sin fruto.
    20 Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la Palabra, la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento.»
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    Efesios 3:8-12
    8 A mí, el menor de todos los santos, me fue concedida esta gracia: la de anunciar a los gentiles la inescrutable riqueza de Cristo,
    9 y esclarecer cómo se ha dispensado el Misterio escondido desde siglos en Dios, Creador de todas las cosas,
    10 para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia,
    11 conforme al previo designio eterno que realizó en Cristo Jesús, Señor nuestro,
    12 quien, mediante la fe en él, nos da valor para llegarnos confiadamente a Dios.
  • Salmo responsorial

    Salmo 37:3-6, 30-31
    3 Ten confianza en Yahveh y obra el bien, vive en la tierra y crece en paz,
    4 ten tus delicias en Yahveh, y te dará lo que pida tu corazón.
    5 Pon tu suerte en Yahveh, confía en él, que él obrará;
    6 hará brillar como la luz tu justicia, y tu derecho igual que el mediodía.
    30 La boca del justo sabiduría susurra, su lengua habla rectitud;
    31 la ley de su Dios está en su corazón, sus pasos no vacilan.
  • Evangelio

    Juan 15:9-17
    9 Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor.
    10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
    11 Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado.
    12 Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
    13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.
    14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
    15 No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
    16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
    17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.»