sábado, 30 de abril de 2016

Evangelio 30 de abril de 2016

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Hechos 16:1-10
    1 Llegó también a Derbe y Listra. Había allí un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente y de padre griego.
    2 Los hermanos de Listra e Iconio daban de él un buen testimonio.
    3 Pablo quiso que se viniera con él. Le tomó y le circuncidó a causa de los judíos que había por aquellos lugares, pues todos sabían que su padre era griego.
    4 Conforme iban pasando por las ciudades, les iban entregando, para que las observasen, las decisiones tomadas por los apóstoles y presbíteros en Jerusalén.
    5 Las Iglesias, pues, se afianzaban en la fe y crecían en número de día en día.
    6 Atravesaron Frigia y la región de Galacia, pues el Espíritu Santo les había impedido predicar la Palabra en Asia.
    7 Estando ya cerca de Misia, intentaron dirigirse a Bitinia, pero no se lo consintió el Espíritu de Jesús.
    8 Atravesaron, pues, Misia y bajaron a Tróada.
    9 Por la noche Pablo tuvo una visión: Un macedonio estaba de pie suplicándole: «Pasa a Macedonia y ayúdanos.»
    10 En cuanto tuvo la visión, inmediatamente intentamos pasar a Macedonia, persuadidos de que Dios nos había llamado para evangelizarles.
  • Salmo responsorial

    Salmo 100:1-3, 5
    1 Salmo. Para la acción de gracias. ¡Aclamad a Yahveh, toda la tierra,
    2 servid a Yahveh con alegría, llegaos ante él entre gritos de júbilo!
    3 Sabed que Yahveh es Dios, él nos ha hecho y suyos somos, su pueblo y el rebaño de su pasto.
    5 Porque es bueno Yahveh, para siempre su amor, por todas las edades su lealtad.
  • Evangelio

    Juan 15:18-21
    18 «Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros.
    19 Su fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo.
    20 Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán.
    21 Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.

Secuestran a obispo católico en la India

Mons. Prasad Gallela / Foto: Ucanews.com
Mons. Prasad Gallela / Foto: Ucanews.com
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ROMA, 29 Abr. 16 / 01:29 pm (ACI/UCANews).- El Obispo de Cuddapah en Andhra Pradesh (India), Mons. Prasad Gallela, fue golpeado y secuestrado el 25 de abril por un grupo de desconocidos cuando estaba regresando a su casa luego de celebrar Misa en el Santuario de Karunagiri.
El Prelado de 54 años fue liberado al día siguiente a 90 kilómetros de su diócesis. En declaraciones brindadas a Ucanews, Mons. Gallela dijo que los secuestradores llegaron en dos vehículos y “me llevaron a un lugar desconocido”.
“Ellos me golpearon hasta dejarme lesiones en todo el cuerpo. No me resistí”, señaló. Añadió que los delincuentes lo interrogaron sobre las transacciones financieras de la Diócesis, y le exigieron 5 millones de rupias (unos 75.000 dólares), pues como “ayudo a mucha gente, debía también ayudarlos a ellos”.
“Cuando les pregunté quiénes eran, dijeron que eran policías, pero la Policía no se comporta así”, señaló. Mons. Gallela dijo que a la mañana del día siguiente los secuestradores lo dejaron a unos 90 kilómetros de su diócesis.
El Prelado dijo que los secuestradores “parecían ser matones y no cristianos por la forma como hablaban y se comportaban”.
Por su parte, el Arzobispo de Hyderabad, Mons. Thumma Bala, condenó el secuestro. Dijo que “es increíble que tal acto de violencia atroz se cometa contra un alto líder religioso de una comunidad minoritaria y que está totalmente dedicado al servicio de los necesitados y marginados”.
En ese sentido, pidió a las autoridades que investiguen este caso y hallen a los culpables.
La Diócesis de Cuddapah tiene 114.800 fieles católicos y es sufragánea de la Arquidiócesis de Hyderabad.

viernes, 29 de abril de 2016

Evangelio 29 de Abril de 2016

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    Hechos 15:22-31
    22 Entonces decidieron los apóstoles y presbíteros, de acuerdo con toda la Iglesia, elegir de entre ellos algunos hombres y enviarles a Antioquía con Pablo y Bernabé; y estos fueron Judas, llamado Barsabás, y Silas, que eran dirigentes entre los hermanos.
    23 Por su medio les enviaron esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos, saludan a los hermanos venidos de la gentilidad que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia.
    24 Habiendo sabido que algunos de entre nosotros, sin mandato nuestro, os han perturbado con sus palabras, trastornando vuestros ánimos,
    25 hemos decidido de común acuerdo elegir algunos hombres y enviarlos donde vosotros, juntamente con nuestros queridos Bernabé y Pablo,
    26 que son hombres que han entregado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo.
    27 Enviamos, pues, a Judas y Silas, quienes os expondrán esto mismo de viva voz:
    28 Que hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que éstas indispensables:
    29 abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de los animales estrangulados y de la impureza. Haréis bien en guardaros de estas cosas. Adiós.»
    30 Ellos, después de despedirse, bajaron a Antioquía, reunieron la asamblea y entregaron la carta.
    31 La leyeron y se gozaron al recibir aquel aliento.
  • Salmo responsorial

    Salmo 57:8-12
    8 A punto está mi corazón, oh Dios, mi corazón a punto; voy a cantar, voy a salmodiar,
    9 ¡gloria mía, despierta!, ¡despertad, arpa y cítara!, ¡a la aurora he de despertar!
    10 Te alabaré entre los pueblos, Señor, te salmodiaré entre las gentes;
    11 porque tu amor es grande hasta los cielos, tu verdad hasta las nubes.
    12 ¡Alzate, oh Dios, sobre los cielos, sobre toda la tierra, tu gloria!
  • Evangelio

    Juan 15:12-17
    12 Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
    13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.
    14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
    15 No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
    16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
    17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.»
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    I Juan 1:5--2:2
    5 Y este es el mensaje que hemos oído de él y que os anunciamos: Dios es Luz, en él no hay tiniebla alguna.
    6 Si decimos que estamos en comunión con él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos la verdad.
    7 Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
    8 Si decimos: «No tenemos pecado», nos engañamos y la verdad no está en nosotros.
    9 Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia.
    10 Si decimos: «No hemos pecado», le hacemos mentiroso y su Palabra no está en nosotros.
    1 Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo.
    2 El es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
  • Salmo responsorial

    Salmo 103:1-4, 8-9, 13-14, 17-18
    1 De David. Bendice a Yahveh, alma mía, del fondo de mi ser, su santo nombre,
    2 bendice a Yahveh, alma mía, no olvides sus muchos beneficios.
    3 El, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias,
    4 rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y de ternura,
    8 Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor;
    9 no se querella eternamente ni para siempre guarda su rencor;
    13 Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Yahveh para quienes le temen;
    14 que él sabe de qué estamos plasmados, se acuerda de que somos polvo.
    17 Mas el amor de Yahveh desde siempre hasta siempre para los que le temen, y su justicia para los hijos de sus hijos,
    18 para aquellos que guardan su alianza, y se acuerdan de cumplir sus mandatos.
  • Evangelio

    Mateo 11:25-30
    25 En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.
    26 Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.
    27 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
    28 «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.
    29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
    30 Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»

Evangelio meditado

Amense los unos a los otros
Pascua


Juan 15, 12-17. Pascua. Como les sucedió a los Apóstoles, el encuentro personal con Cristo, que nos llama amigos, es el inicio de una aventura extraordinaria.


Por: Laureano López | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Juan 15, 12-17
Este es el mandamiento mío: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. No les llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes les he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre se los he dado a conocer. No me han elegido ustedes a mí, sino que yo los he elegido a ustedes, y los he destinado para que vayan y den fruto, y que su fruto permanezca; de modo que todo lo que pidan al Padre en mi nombre se lo conceda. Lo que les mando es que se amen los unos a los otros.

Oración introductoria
Jesús, me acerco a ti en este día porque quiero poner en práctica tu mandamiento del amor. Señor, ayúdame a amar a todos mis hermanos, como Tú me lo has mandado. Te ofrezco esta meditación para que todos podamos vivir este mandamiento y dejar a un lado el odio, el rencor y la división. Dios mío, enséñame a amar a las personas hasta dar mi vida por ellas siguiendo tu ejemplo.

Petición
Señor, que experimente más profundamente el amor que me tienes, para que pueda amar mejor a mis hermanos.

Meditación del Papa Francisco
En el Cenáculo, Jesús resucitado, enviado por el Padre, comunicó su mismo Espíritu a los Apóstoles y con su fuerza los envió a renovar la faz de la tierra. Salir, marchar, no quiere decir olvidar. La Iglesia en salida guarda la memoria de lo que sucedió aquí; el Espíritu Paráclito le recuerda cada palabra, cada gesto, y le revela su sentido.
El Cenáculo nos recuerda el servicio, el lavatorio de los pies, que Jesús realizó, como ejemplo para sus discípulos. Lavarse los pies los unos a los otros significa acogerse, aceptarse, amarse, servirse mutuamente. Quiere decir servir al pobre, al enfermo, al excluido, a aquel que me resulta antipático, al que me molesta.
El Cenáculo nos recuerda, con la Eucaristía, el sacrificio. En cada celebración eucarística, Jesús se ofrece por nosotros al Padre, para que también nosotros podamos unirnos a Él, ofreciendo a Dios nuestra vida, nuestro trabajo, nuestras alegrías y nuestras penas…, ofrecer todo en sacrificio espiritual.
Y el Cenáculo nos recuerda también la amistad. “Ya no les llamo siervos –dijo Jesús a los Doce–… a ustedes les llamo amigos”. El Señor nos hace sus amigos, nos confía la voluntad del Padre y se nos da Él mismo. Ésta es la experiencia más hermosa del cristiano, y especialmente del sacerdote: hacerse amigo del Señor Jesús, y descubrir en su corazón que Él es su amigo.» (Homilía de S.S. Francisco, 26 de mayo de 2014).


Estas palabras, pronunciadas durante la Última Cena, resumen todo el mensaje de Jesús; es más, resumen todo lo que Él ha hecho: Jesús dio la vida por sus amigos. Amigos que no le habían entendido, que en el momento crucial le abandonaron, traicionaron y renegaron. Esto nos dice que Él nos ama, a pesar de no merecer su amor. Así nos ama Jesús.
De esta manera, Jesús nos muestra el camino para seguirle, el camino del amor. Su mandamiento no es un simple precepto, que siempre es algo abstracto o ajeno a la vida. El mandamiento de Cristo es nuevo porque Él fue el primero en realizarlo, le dio carne, y así la ley del amor se escribe una vez y para siempre en el corazón del hombre.(Homilía de S.S. Francisco, 10 de mayo de 2015).
Reflexión 
La vida diaria nos ofrece múltiples oportunidades para practicar el mandamiento del amor con nuestros hermanos. La esencia del cristianismo no consiste en el cumplimiento riguroso de unos mandamientos, sino que es el encuentro con una persona que se llama Jesucristo. La elección que Cristo nos ha hecho para ser sus amigos nos debe llevar a corresponder a este amor de predilección, con el amor a Él y a todas las personas. Vivamos cada día con mayor intensidad el mandamiento del amor, para que resplandezca en nosotros el amor que Cristo ha tenido primero con nosotros.

Propósito
Hacer un acto de caridad cristiana con un hermano necesitado.

Diálogo con Cristo
Jesús, inflama mi corazón con tu divino amor para que, lleno con el fuego de tu caridad, pueda amar mejor a mis hermanos. Sé que Tú puedes aumentar mi caridad para que me pueda configurar cada vez más a ti. "Ámense los unos a los otros", ese es tu mandamiento. Ayúdame a vivirlo frente a mis hermanos, para que pueda poner mi granito de arena en la construcción de la civilización del amor.


La caridad es el océano donde nacen y a donde van a parar todas las restantes virtudes. (Lacordaire)

Preguntas o comentarios al autor Laureano López

jueves, 28 de abril de 2016

Evangelio 28 de Abril de 2016

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:



    Primera opción

  • Primera lectura

    Hechos 15:7-21
    7 Después de una larga discusión, Pedro se levantó y les dijo: «Hermanos, vosotros sabéis que ya desde los primeros días me eligió Dios entre vosotros para que por mi boca oyesen los gentiles la Palabra de la Buena Nueva y creyeran.
    8 Y Dios, conocedor de los corazones, dio testimonio en su favor comunicándoles el Espíritu Santo como a nosotros;
    9 y no hizo distinción alguna entre ellos y nosotros, pues purificó sus corazones con la fe.
    10 ¿Por qué, pues, ahora tentáis a Dios queriendo poner sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros pudimos sobrellevar?
    11 Nosotros creemos más bien que nos salvamos por la gracia del Señor Jesús, del mismo modo que ellos.»
    12 Toda la asamblea calló y escucharon a Bernabé y a Pablo contar todas las señales y prodigios que Dios había realizado por medio de ellos entre los gentiles.
    13 Cuando terminaron de hablar, tomó Santiago la palabra y dijo: «Hermanos, escuchadme.
    14 Simeón ha referido cómo Dios ya al principio intervino para procurarse entre los gentiles un pueblo para su Nombre.
    15 Con esto concuerdan los oráculos de los Profetas, según está escrito:
    16 «Después de esto volveré y reconstruiré la tienda de David que está caída; reconstruiré sus ruinas, y la volveré a levantar.
    17 Para que el resto de los hombres busque al Señor, y todas las naciones que han sido consagradas a mi nombre, dice el Señor que hace
    18 que estas cosas sean conocidas desde la eternidad.
    19 «Por esto opino yo que no se debe molestar a los gentiles que se conviertan a Dios,
    20 sino escribirles que se abstengan de lo que ha sido contaminado por los ídolos, de la impureza, de los animales estrangulados y de la sangre.
    21 Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad sus predicadores y es leído cada sábado en las sinagogas.»
  • Salmo responsorial

    Salmo 96:1-3, 10
    1 ¡Cantad a Yahveh un canto nuevo, cantad a Yahveh, toda la tierra,
    2 cantad a Yahveh, su nombre bendecid! Anunciad su salvación día tras día,
    3 contad su gloria a las naciones, a todos los pueblos sus maravillas.
    10 Decid entre las gentes: «¡Yahveh es rey!» El orbe está seguro, no vacila; él gobierna a los pueblos rectamente.
  • Evangelio

    Juan 15:9-11
    9 Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor.
    10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
    11 Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado.
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    I Corintios 1:18-25
    18 Pues la predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; mas para los que se salvan - para nosotros - es fuerza de Dios.
    19 Porque dice la Escritura: Destruiré la sabiduría de los sabios, e inutilizaré la inteligencia de los inteligentes.
    20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el docto? ¿Dónde el sofista de este mundo? ¿Acaso no entondeció Dios la sabiduría del mundo?
    21 De hecho, como el mundo mediante su propia sabiduría no conoció a Dios en su divina sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación.
    22 Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría,
    23 nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles;
    24 mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
    25 Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los hombres.
  • Salmo responsorial

    Salmo 40:2, 4, 7-10
    2 En Yahveh puse toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
    4 Puso en mi boca un canto nuevo, una alabanza a nuestro Dios; muchos verán y temerán, y en Yahveh tendrán confianza.
    7 Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas,
    8 dije entonces: Heme aquí, que vengo. Se me ha prescrito en el rollo del libro
    9 hacer tu voluntad. Oh Dios mío, en tu ley me complazco en el fondo de mi ser.
    10 He publicado la justicia en la gran asamblea; mira, no he contenido mis labios, tú lo sabes, Yahveh.
  • Evangelio

    Mateo 28:16-20
    16 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
    17 Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.
    18 Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
    19 Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
    20 y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.»

Evangelio meditado

Como el Padre me amó, yo también los he amado
Pascua


Juan 15, 9-11, Pascua. El amor de Dios deja huellas en nuestro corazón y quien es amado, sabe corresponder sin límites.


Por: Rafael Santos Varela | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. 

Oración introductoria
Señor, ¿cómo corresponder a tanto amor? ¿Cómo conservar en el corazón la alegría con la que colmas mi vida? ¡Ven, Espíritu Santo, lléname de tu amor para que pueda cumplir en todo tu voluntad, viviendo el mandamiento supremo de la caridad.

Petición
Señor, ayúdame a seguir el camino de mi felicidad, que es el de vivir la caridad.

Meditación del Papa Benedicto XVI
En cualquier necesidad y aridez, Él es la fuente de agua viva, que nos nutre y fortalece. Él en persona carga sobre sí el pecado, el miedo y el sufrimiento y, en definitiva, nos purifica y transforma misteriosamente en vino bueno. En esos momentos de necesidad nos sentimos a veces aplastados bajo una prensa, como los racimos de uvas que son exprimidos completamente. Pero sabemos que, unidos a Cristo, nos convertimos en vino de solera. Dios sabe transformar en amor incluso las cosas difíciles y agobiantes de nuestra vida. Lo importante es que "permanezcamos" en la vid, en Cristo. En esta breve perícopa, el evangelista usa la palabra "permanecer" una docena de veces. Este "permanecer-en-Cristo" caracteriza todo el discurso. En nuestro tiempo de inquietudes e indiferencia, en el que tanta gente pierde el rumbo y el fundamento; en el que la fidelidad del amor en el matrimonio y en la amistad es frágil y efímera; en el que desearíamos gritar, en medio de nuestras necesidades, como los discípulos de Emaús: "Señor, quédate con nosotros, porque anochece, porque las tinieblas nos rodean"; el Señor resucitado nos ofrece aquí un refugio, un lugar de luz, de esperanza y confianza, de paz y seguridad.  (Benedicto XVI, 22 de septiembre de 2011).
Un cristiano es aquel que “tiene” el Espíritu Santo y se deja guiar por él: permanecer en Dios y Dios permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. Estar atento: y aquí viene el problema. Estén atentos, no se fíen de cualquier espíritu, más bien pongan a prueba a los espíritus para examinar si vienen verdaderamente de Dios. Esta es la regla cotidiana de vida que nos enseña Juan. (Homilía de S.S. Francisco, 15 de enero de 2016).
Reflexión
El buen ejemplo de una persona siempre nos deja algo grabado en nuestro corazón. Nos dan ganas de querer imitar sus acciones, incluso superarlas. Qué mejor aún cuando estas acciones van profundamente ligadas a las virtudes que sobrepasa todo aquello que es común y corriente, lo de todos los días.

No podemos negar que al ver el trazo de la huella de esas almas que pasan por esta vida no sólo haciendo el bien sino que se sacrifican por dar todo de sí, nos hacen querer estar con ellas siempre, experimentamos un cierto magnetismo de tal grado que queremos pisar su rastro.

Unos simples pescadores vieron en la arena las huellas de un hombre. Le siguieron y le conocieron; al encontrarlo, les habló mucho más que de una pesca, les hizo conocer los misterios más profundos que los océanos, vieron sus obras, escucharon sus palabras y llegado el momento recibieron el consejo de preparar su alma para imitar su amor.

Quien es amado, sabe corresponder amando sin límites, como un padre que no duda en entregar su vida por el hijo. Es en este caso que el Hijo, amando al Padre, da la vida por muchos otros, para que su relación filial como hijos, sea recuperada y vuelva de nuevo la alegría.

Por ello, nuestra correspondencia debe ser de donación semejante. La entrega de lo que somos, a aquellos que amamos y conocemos, a los que nos son cercanos, pero también a los que no tenemos ni cercanos en nuestro corazón ni nos son conocidos. Allí radica nuestra alegría: "amor es donación".

miércoles, 27 de abril de 2016

Evangelio 27 de Abril de 2016

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Hechos 15:1-6
    1 Bajaron algunos de Judea que enseñaban a los hermanos: «Si no os circuncidáis conforme a la costumbre mosaica, no podéis salvaros.»
    2 Se produjo con esto una agitación y una discusión no pequeña de Pablo y Bernabé contra ellos; y decidieron que Pablo y Bernabé y algunos de ellos subieran a Jerusalén, donde los apóstoles y presbíteros, para tratar esta cuestión.
    3 Ellos, pues, enviados por la Iglesia, atravesaron Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles y produciendo gran alegría en todos los hermanos.
    4 Llegados a Jerusalén fueron recibidos por la Iglesia y por los apóstoles y presbíteros, y contaron cuanto Dios había hecho juntamente con ellos.
    5 Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron para decir que era necesario circuncidar a los gentiles y mandarles guardar la Ley de Moisés.
    6 Se reunieron entonces los apóstoles y presbíteros para tratar este asunto.
  • Salmo responsorial

    Salmo 122:1-5
    1 ¡Oh, qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la Casa de Yahveh!
    2 ¡Ya estamos, ya se posan nuestros pies en tus puertas, Jerusalén!
    3 Jerusalén, construida cual ciudad de compacta armonía,
    4 a donde suben las tribus, las tribus de Yahveh, es para Israel el motivo de dar gracias al nombre de Yahveh.
    5 Porque allí están los tronos para el juicio, los tronos de la casa de David.
  • Evangelio

    Juan 15:1-8
    1 «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador.
    2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto.
    3 Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado.
    4 Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
    5 Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.
    6 Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.
    7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.
    8 La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.

Evangelio meditado

Del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8
«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos».

Oración introductoria
Señor, tú me has dicho que si no estoy unido a la vid no puedo dar fruto. Yo sé que tú eres esa vid, y que la oración es lo que me une a ti. Ayúdame en esta meditación a conocerte más para estar tan unido a ti que no pueda separarme jamás y así pueda llevar mucho fruto de amor en mi vida.

Petición
Señor, que jamás me separe de ti.

Meditación del Papa
Para realizar esto, debéis permanecer unidos a Cristo. Sus palabras son la base de vuestra eficacia: "Yo soy la vid. Vosotros los sarmientos... porque sin mí no podéis hacer nada" (Jn 15,5). Él os llama también hoy a un mayor amor, porque os invita a una permanente conversión del corazón. Os llama a una mayor unión con El en su Iglesia, pues es allí donde le encontráis. Y la unión con Cristo en su Iglesia es la condición esencial de toda vuestra eficacia apostólica. Es Cristo quien os confía vuestra misión, una misión que, sin embargo, está coordinada dentro de la unidad de su Cuerpo mediante los Pastores de la Iglesia. Esto explica el gran valor que tiene una amorosa comunión de fe y disciplina con vuestros obispos quienes, como dice la Carta a los Hebreos, "velan sobre vuestras almas, como quien ha de dar cuenta de ellas" (He 13,17).
Habéis escuchado la Buena Noticia de la salvación y la habéis abrazado con alegría, produciendo frutos de justicia y santidad de vida. Pero es importante que la gracia de la fe se desarrolle en vosotros y en todos los creyentes con la ayuda de Dios, y os conduzca a un conocimiento más profundo de la persona y del mensaje de nuestro Señor Jesucristo (cf. Catechesi tradendae CTR 19). La necesidad de una catequesis sistemática es una de las mayores necesidades de la Iglesia en este momento. Es un gran reto para vosotros como católicos. Como seglares, estáis llamados, individual y colectivamente, a hacer frente a este reto.
Entre todas las oportunidades que tenéis abiertas para el ejercicio del apostolado individual, la familia ocupa un lugar de primordial importancia. La familia puede proporcionar una respuesta eficaz a la secularización del mundo; la familia tiene un carisma especial para transmitir la fe y para estimular en su desarrollo una evangelización inicial. Dentro de la intimidad de la familia, cada individuo puede encontrar la oportunidad para dar un testimonio personal del amor de Cristo. Los padres tienen el derecho y el deber de catequizar a sus hijos; tienen el inmenso privilegio de ser los primeros en enseñar a sus hijos a rezar. Con palabras de mi predecesor Juan Pablo I, me gustaría "estimular a los padres en su papel de educadores de los hijos; ellos son los primeros catequistas y los mejores. ¡Qué gran tarea tienen y qué reto! Enseñar a sus hijos a amar a Dios, a hacer de este amor una realidad de su vida. Y, por gracia de Dios, qué fácilmente aciertan algunas familias a cumplir la misión de ser primum seminarium; el germen de una vocación al sacerdocio se alimenta a través de la oración familiar, el ejemplo de fe y apoyo de amor" (Discurso en Filipinas de Juan Pablo II el 20 de febrero de 1981)

 
Jesús es la vid y a través de Él --como la linfa en el árbol-- hace llegar a los sarmientos el amor mismo de Dios, el Espíritu Santo. Es así: nosotros somos los sarmientos, y a través de esta parábola, Jesús nos quiere hacer entender la importancia de estar unidos con Él.
Los sarmientos no son autosuficientes, sino que dependen totalmente de la vid, en la cual se encuentra el manantial de la vida de ellos. Así es para nosotros los cristianos. Insertados con el bautismo en Cristo, hemos recibido de Él gratuitamente el don de la vida nueva y podemos quedarnos en comunión vital con Cristo. (Homilía de S.S. Francisco, 3 de mayo de 2015).
Reflexión
Cristo quiere que esté unido a Él, no sólo para que yo pueda seguir vivo, es decir en vida de gracia, sino también para que mi testimonio como cristiano sea verdadero y coherente, mi oración debe ser un querer llenarme de Dios para después poderlo transmitir.

martes, 26 de abril de 2016

Evangelio 26 de Abril de 2016

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Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Hechos 14:19-28
    19 Vinieron entonces de Antioquía e Iconio algunos judíos y, habiendo persuadido a la gente, lapidaron a Pablo y le arrastraron fuera de la ciudad, dándole por muerto.
    20 Pero él se levantó y, rodeado de los discípulos, entró en la ciudad. Al día siguiente marchó con Bernabé a Derbe.
    21 Habiendo evangelizado aquella ciudad y conseguido bastantes discípulos, se volvieron a Listra, Iconio y Antioquía,
    22 confortando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a perseverar en la fe y diciéndoles: «Es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios.»
    23 Designaron presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.
    24 Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia;
    25 predicaron en Perge la Palabra y bajaron a Atalía.
    26 Allí se embarcaron para Antioquía, de donde habían partido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían realizado.
    27 A su llegada reunieron a la Iglesia y se pusieron a contar todo cuanto Dios había hecho juntamente con ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
    28 Y permanecieron no poco tiempo con los discípulos.
  • Salmo responsorial

    Salmo 145:10-13, 21
    10 Te darán gracias, Yahveh, todas tus obras y tus amigos te bendecirán;
    11 dirán la gloria de tu reino, de tus proezas hablarán,
    12 para mostrar a los hijos de Adán tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino.
    13 Tu reino, un reino por los siglos todos, tu dominio, por todas las edades. Yahveh es fiel en todas sus palabras, en todas sus obras amoroso;
    21 ¡La alabanza de Yahveh diga mi boca, y toda carne bendiga su nombre sacrosanto, para siempre jamás!
  • Evangelio

    Juan 14:27-31
    27 Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
    28 Habéis oído que os he dicho: "Me voy y volveré a vosotros." Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
    29 Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.
    30 Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder;
    31 pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado. Levantaos. Vámonos de aquí.»