sábado, 7 de febrero de 2009

Evangelio 8 de Febrero 2009

Tiempo Ordinario: (1ª Parte)

1ª Lectura
Job 7,1-4
1 ¿No es un servicio la vida del hombre en la tierra? ¿No son sus días, días de jornalero? 2 Como el esclavo suspira por la sombra, como obrero que espera su salario, 3 así meses de aflicción me han caído en herencia, me han tocado noches de dolor. 4 Al acostarme, digo: «¿Cuándo llegará el día?».Y al levantarme: «¿Cuándo será de noche?». Y, presa de zozobras, doy vueltas hasta el crepúsculo.
Job 7,6-7
6 Mis días huyen más raudos que la lanzadera; se esfuman sin ninguna esperanza. 7 Recuerda que mi vida es un soplo, que mis huesos no volverán a ver la dicha.

Salmo Responsorial
Sal 147,1-2
1 ¡Qué bueno es cantar para el Señor!, ¡qué agradable alabar a nuestro Dios! 2 El Señor reconstruye Jerusalén y reúne a los dispersos de Israel,

Sal 147,3-4
3 él cura los corazones rotos y venda sus heridas. 4 Él cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre.

Sal 147,5-6
5 Nuestro Señor es grande y todopoderoso, su inteligencia es infinita. 6 El Señor sostiene a los humildes y humilla hasta el polvo a los malvados.

2ª Lectura
1Cor 9,16-19
16 Porque si predico el evangelio, no tengo de qué sentir orgullo; es mi obligación hacerlo. Pues ¡ay de mí si no evangelizare! 17 Si hiciera esto por propia voluntad, merecería recompensa; pero si lo hago por mandato, cumplo con una misión que se me ha confiado. 18 ¿Cuál es, pues, mi recompensa? Que predico el evangelio y lo hago gratuitamente, no haciendo valer mis derechos por la evangelización. 19 Libre, de hecho, como estoy de todos, me hago esclavo de todos para ganarlos a todos.
1Cor 9,22-23
22 Con los débiles en la fe me hago débil para ganar a los débiles; me hago todo para todos, para salvarlos a todos. 23 Todo lo hago por el evangelio, para participar de sus bienes.

Evangelio
Mc 1,29-39
29 Salieron de la sinagoga y fueron a la casa de Simón y de Andrés, con Santiago y Juan. 30 Le dijeron que la suegra de Simón estaba en cama con fiebre. 31 Él la agarró de la mano y la levantó. La fiebre desapareció, y ella se puso a atenderle. 32 Al anochecer le llevaron todos los enfermos y
endemoniados, 33 y toda la ciudad se agolpó a la puerta. 34 Jesús curó a muchos pacientes de diversas enfermedades y lanzó muchos demonios; pero no les dejaba hablar, porque lo conocían.
JESÚS RECORRE GALILEA
35 Muy de madrugada se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, y allí estuvo rezando. 36 Simón y sus compañeros lo buscaron, 37 lo encontraron y le dijeron: «Todos te están buscando». 38 Él les dijo: «Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, a predicar también allí, pues para eso he salido». 39 Y marchó a predicar en las sinagogas por toda Galilea, y echaba a los demonios.

Evangelio 7 de Febrero 2009

Tiempo Ordinario: (1ª Parte)

1ª Lectura
Heb 13,15-17
15 Por él ofrezcamos a Dios sin cesar un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre. 16 No os olvidéis de hacer el bien y de compartir vuestros bienes con los demás, pues ésos son los sacrificios que agradan a Dios. 17 Obedeced a vuestros jefes y estadles sumisos, porque ellos cuidan de vuestras vidas, de las cuales deberán dar cuenta, para que lo hagan con alegría y no con lágrimas, lo que no os beneficiaría nada.
DESPEDIDA
Heb 13,20-21
20 El Dios de la paz, que por la sangre de la alianza eterna resucitó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesucristo, 21 os haga aptos para cumplir su voluntad en toda clase de obras buenas, obrando en vosotros lo que le es agradable a sus ojos por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo Responsorial
Sal 23,1-3
1 Salmo de David El Señor es mi pastor, nada me falta: 2 en verdes praderas me hace reposar,
me conduce hacia las aguas del remanso 3 y conforta mi alma; me guía por los senderos de justicia, por amor a su nombre;

Sal 23,3-4
3 y conforta mi alma; me guía por los senderos de justicia, por amor a su nombre; 4 aunque vaya por un valle tenebroso, no tengo miedo a nada, porque tú estás conmigo, tu voz y tu cayado me sostienen.

Sal 23,5
5 Me preparas una mesa ante mis enemigos, perfumas con ungüento mi cabeza y me llenas la copa a rebosar.

Sal 23,6
6 Lealtad y dicha me acompañan todos los días de mi vida; habitaré en la casa del Señor por siempre jamás.

Evangelio
Mc 6,30-34
30 Se reunieron de nuevo los apóstoles con Jesús y le contaron lo que habían hecho y enseñado. 31 Él les dijo: «Venid conmigo a un lugar retirado y tranquilo y descansad un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no tenían tiempo ni para comer. 32 Y se fueron en la barca a un lugar tranquilo ellos solos. 33 Al ver que se iban, muchos se dieron cuenta, y de todos los poblados corrieron allá a pie y se les adelantaron. 34 Jesús, al desembarcar y ver tanta gente, se compadeció de ellos porque eran como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

viernes, 6 de febrero de 2009

Evangelio 6 de Febrero 2009

Tiempo Ordinario: (1ª Parte)

1ª Lectura
Heb 13,1-8
1 Perseverad en el amor fraterno. 2 No olvidéis la hospitalidad, ya que, gracias a ella, algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles. 3 Acordaos de los presos, de los que sufren torturas, como si estuvieseis en su mismo cuerpo. 4 Que el matrimonio sea tenido en gran honor y el lecho conyugal esté sin mancha, porque Dios juzgará a los lujuriosos y a los adúlteros. 5 Que la avaricia no se apodere de vosotros. Contentaos con lo que tenéis, porque Dios mismo ha dicho: 6 No te dejaré ni te abandonaré; de suerte que podemos decir con confianza: El Señor es mi auxilio; no temeré. ¿Qué podrán hacerme los hombres?
FIDELIDAD EN EL SEGUIMIENTO DE CRISTO
7 Acordaos de vuestros jefes, aquellos que os anunciaron la palabra de Dios; y, considerando el fin de su vida, imitad su fe. 8 Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y lo será por siempre.

Salmo Responsorial
Sal 27,1
1 De David El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién podré temer? El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿ante quién puedo temblar?

Sal 27,3
3 Aunque un ejército acampe contra mí, mi corazón no teme; aunque una guerra estalle contra mí, estoy tranquilo.

Sal 27,5
5 Él me dará cobijo el día de la desgracia, me esconderá en lo oculto de su tienda,me subirá a lo alto de la roca;

Sal 27,8-9
8 De ti mi corazón me ha dicho: «Busca su rostro»; es tu rostro, Señor, lo que yo busco; 9 no me ocultes tu rostro, no rechaces con cólera a tu siervo; tú eres mi auxilio, no me abandones, no me dejes, oh Dios, salvador mío.

Evangelio
Mc 6,14-29
14 La fama de Jesús llegó a oídos del rey Herodes. Unos decían: «Ése es Juan Bautista, que ha resucitado y tiene el poder de hacer milagros»; 15 otros decían: «Es Elías», y otros: «Es un profeta como los antiguos». 16 Pero Herodes, al oír hablar de esto, decía: «Es Juan, a quien yo mandé cortar la cabeza, que ha resucitado».
MARTIRIO DEL BAUTISTA
17 Y es que Herodes había detenido a Juan y lo había metido en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, que él tenía como esposa. 18 Porque Juan le decía: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano». 19 Herodías odiaba a Juan y quería matarlo; pero no podía, 20 porque Herodes respetaba a Juan, pues reconocía que era un hombre justo y santo, y lo protegía; cuando lo oía quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto. 21 Y llegó el día oportuno. Herodes ofrecía un banquete en su cumpleaños a los magnates, a los tribunos y a los grandes personajes de Galilea. 22 La hija de Herodías en persona entró, danzó y agradó a Herodes y a los invitados. Entonces el rey dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré». 23 Y juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino». 24 Ella salió y preguntó a su madre: «¿Qué pido?». Su madre contestó: «La cabeza de Juan el Bautista». 25 Corrió de nuevo a donde estaba el rey, entró y dijo: «Quiero que me des inmediatamente la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja». 26 El rey se entristeció mucho, pero no quiso desairarla por el juramento y por los invitados. 27 Inmediatamente el rey mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. Él fue a la cárcel, le cortó la cabeza, 28 la trajo en una bandeja y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. 29 Sus discípulos, al enterarse, fueron, recogieron el cadáver y lo sepultaron.

martes, 3 de febrero de 2009

Evangelio 4 de Febrero de 2009

Tiempo Ordinario: (1ª Parte)

1ª Lectura
Heb 12,4-7
4 Todavía no habéis resistido hasta el derramamiento de sangre en la lucha contra el pecado PEDAGOGÍA DIVINA
5 Habéis olvidado la exhortación que os dirige como a hijos: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, ni te desalientes cuando te reprenda; 6 porque el Señor corrige al que ama, y castiga al que recibe como hijo. 7 El castigo que soportáis os sirve para educaros. Dios os trata como a hijos. ¿Hay algún hijo que no sea corregido por su padre?
Heb 12,11-15
11 Es cierto que todo castigo, en el momento de recibirlo, es desagradable y motivo de disgusto; pero después, en los que se han ejercitado en él, produce frutos de paz y de justicia. 12 Por lo cual, enderezad vuestras manos abatidas y vuestras rodillas debilitadas, 13 dirigid vuestros pasos por caminos llanos para que el pie cojo en lugar de dislocarse se cure.
FIDELIDAD A LA GRACIA DEL NUEVO TESTAMENTO
14 Buscad afanosamente la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor; 15 vigilad para que nadie sea privado de la gracia de Dios, para que ninguna raíz amarga vuelva a brotar y os perturbe, lo cual contaminaría la masa;

Salmo Responsorial
Sal 103,1-2
1 De David Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser su santo nombre; 2 bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus muchos beneficios.

Sal 103,13-14
13 Como se apiada un padre de sus hijos, así se apiada él de sus amigos; 14 él sabe de qué pasta estamos hechos, se acuerda de que no somos más que polvo.

Sal 103,17-18
17 Pero el amor del Señor a sus fieles es eterno, y su justicia para todas sus generaciones, 18 para aquellos que guardan su alianza y se acuerdan de cumplir sus mandamientos.

Evangelio
Mc 6,1-6
1 Jesús salió de allí y se fue a su tierra acompañado de sus discípulos. 2 El sábado se puso a enseñar en la sinagoga, y la gente, al oírlo, decía asombrada: «¿De dónde le viene a éste todo esto? ¿Cómo tiene tal sabiduría y hace tantos milagros? 3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven con nosotros?». Y se escandalizaban de él. 4 Jesús les dijo: «Sólo en su tierra, entre sus parientes y en su casa desprecian al profeta». 5 Y no pudo hacer allí ningún milagro, aparte de curar a algunos enfermos imponiéndoles las manos. 6 Y se quedó sorprendido de su falta de fe.
EL MAESTRO INSTRUYE Y ENVÍA A SUS DISCÍPULOS
Recorrió después las aldeas del contorno enseñando.

Evangelio 3 de Febrero 2009

Tiempo Ordinario: (1ª Parte)

1ª Lectura
Heb 12,1-4
1 Precisamente por eso también nosotros, envueltos como estamos en una gran nube de testigos, debemos liberarnos de todo aquello que es un peso para nosotros y del pecado, que fácilmente nos seduce, y correr con perseverancia en la prueba que se nos propone, 2 fijando nuestra mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien, para obtener la gloria que se le proponía,
soportó la cruz, aceptando valientemente la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios. 3 Pensad, pues, continuamente en aquel que soportó tan grande contradicción de parte de los pecadores, para que no desfallezcáis perdiendo el ánimo. 4 Todavía no habéis resistido hasta el derramamiento de sangre en la lucha contra el pecado.

Salmo Responsorial
Sal 22,26-27
26 Yo alabaré su lealtad en la asamblea, cumpliré mis promesas delante de sus fieles. 27 Los pobres comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que lo buscan: «¡Viva su corazón eternamente!».

Sal 22,28
28 El mundo entero recordará al Señor y al Señor volverá; lo adorarán, postrados ante él, todas las familias de los pueblos.

Sal 22,30
30 Los nobles de la tierra le rendirán honores, ante él se inclinarán los moribundos y dejarán de ser.

Sal 22,31-32
31 Mi descendencia servirá al Señor y hablará de él a la generación futura, 32 contará su justicia al pueblo venidero: «Todo fue obra del Señor».

Evangelio
Mc 5,21-43
21 Cuando Jesús regresó en barca a la otra orilla, se reunió con él mucha gente, y se quedó junto al lago. 22 Llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y, al ver a Jesús, se echó a sus pies 23 rogándole con insistencia: «Mi hijita se está muriendo; ven a poner tus manos sobre ella para que se cure y viva». 24 Jesús fue con él. Lo seguía mucha gente, que lo apretujaba.25 Y una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años, 26 que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado toda su fortuna sin obtener ninguna mejoría, e incluso había empeorado, 27 al oír hablar de Jesús, se acercó a él por detrás entre la gente y le tocó el manto, 28 pues se decía: «Con sólo tocar sus vestidos, me curo». 29 Inmediatamente, la fuente de las hemorragias se secó y sintió que su cuerpo estaba curado de la enfermedad. 30 Jesús, al sentir que había salido de él aquella fuerza, se volvió a la gente y dijo: «¿Quién me ha tocado?». 31 Sus
discípulos le contestaron: «Ves que la multitud te apretuja, ¿y dices que quién te ha tocado?». 32 Él seguía mirando alrededor para ver a la que lo había hecho. 33 Entonces la mujer, que sabía lo que había ocurrido en ella, se acercó asustada y temblorosa, se postró ante Jesús y le dijo toda la verdad. 34 Él dijo a la mujer: «Hija, tu fe te ha curado; vete en paz, libre ya de tu enfermedad». 35 Todavía estaba hablando, cuando llegaron algunos de casa del jefe de la sinagoga diciendo: «Tu hija ha muerto. No molestes ya al maestro». 36 Pero Jesús, sin hacer caso de ellos, dijo al jefe de la sinagoga: «No tengas miedo; tú ten fe, y basta». 37 Y no dejó que le acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. 38 Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, Jesús vio el alboroto y a la gente que no dejaba de llorar y gritar. 39 Entró y dijo: «¿Por qué lloráis y alborotáis así? La niña no está muerta, está dormida». 40 Y se reían de él. Jesús echó a todos fuera; se quedó sólo con los padres de la niña y los que habían ido con él, y entró donde estaba la niña. 41 La agarró de la mano y le dijo: «Talitha kumi», que significa: «Muchacha, yo te digo: ¡Levántate!». 42 Inmediatamente la niña se levantó y echó a andar, pues tenía doce años. 43 La gente se quedó asombrada. Y Jesús les recomendó vivamente que nadie se enterara. Luego mandó que diesen de comer a la niña.

domingo, 1 de febrero de 2009

Evangelio 1 de Febrero 2009

Tiempo Ordinario: (1ª Parte)

1ª Lectura
Dt 18,15-20
15 El Señor, tu Dios, suscitará de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, al que debéis obedecer. 16 Es precisamente lo que tú pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: No queremos oír más la voz del Señor, ni ver ese gran fuego para no morir, 17 y el Señor me dijo: Dicen bien. 18 Yo les suscitaré de en medio de sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande. 19 Al que no escuche las palabras que él dirá en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas. 20 Pero el profeta que tenga la osadía de anunciar en mi nombre lo que yo no le haya ordenado decir o hable en nombre de otros dioses, ese profeta morirá.

Salmo Responsorial
Sal 95,1-2
1 Venid, cantemos jubilosos al Señor, clamemos a la roca que nos salva; 2 vayamos ante él a darle gracias y a cantar himnos en su honor.

Sal 95,6-7 Sal 95,8-9
6 Venid a adorarlo, hinquemos las rodillas delante del Señor, nuestro creador. 7 Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, las ovejas que él guarda. Escuchad lo que dice: 8 «No endurezcáis vuestro corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto, 9 cuando vuestros padres me desafiaron y me pusieron a prueba aunque habían visto mis obras».

2ª Lectura
1Cor 7,32-35
32 Os quiero libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarle. 33 El casado se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a la mujer; está, pues, dividido. 34 La mujer no casada y la joven soltera se preocupan de las cosas del Señor, y se consagran a él en cuerpo y alma. Pero la que está casada se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a su marido. 35 Os digo esto para vuestro bien, no para tenderos un lazo, sino mirando a lo más perfecto y a lo que os unirá enteramente con el Señor.

Evangelio
Mc 1,21-28
21 Entraron en Cafarnaún, y, el sábado, Jesús fue a la sinagoga y se puso a enseñar. 22 Todos se maravillaban de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los maestros de la ley.
CURA A UN ENDEMONIADO
23 En la sinagoga había un hombre poseído de un espíritu inmundo, que se puso a gritar: 24 «¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a perdernos? Sé quién eres: ¡El santo de Dios!». 25 Jesús le increpó: «Cállate y sal de él». 26 Y el espíritu inmundo, retorciéndole y gritando, salió de él. 27 Todos quedaron estupefactos y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva con tanta autoridad! ¡Manda a los espíritus inmundos y le obedecen!». 28 Y su fama se extendió rápidamente por todas partes en todo el territorio de Galilea.