viernes, 20 de septiembre de 2024

Lecturas 20 de Septiembre de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    I Corintios 15:12-20

    12Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos ¿cómo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resurrección de los muertos?13Si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo resucitó.14Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe.15Y somos convictos de falsos testigos de Dios porque hemos atestiguado contra Dios que resucitó a Cristo, a quien no resucitó, si es que los muertos no resucitan.16Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.17Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana: estáis todavía en vuestros pecados.18Por tanto, también los que durmieron en Cristo perecieron.19Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, ¡somos los más dignos de compasión de todos los hombres!20¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 17:1, 6-8, 15

    1Oración. De David. Escucha, Yahveh, la justicia, atiende a mi clamor, presta oído a mi plegaria, que no es de labios engañosos.6Yo te llamo, que tú, oh Dios, me respondes, tiende hacia mí tu oído, escucha mis palabras,7haz gala de tus gracias, tú que salvas a los que buscan a tu diestra refugio contra los que atacan.8Guárdame como la pupila de los ojos, escóndeme a la sombra de tus alas15Mas yo, en la justicia, contemplaré tu rostro, al despertar me hartaré de tu imagen.

  • Evangelio

    Lucas 8:1-3

    1Y sucedió a continuación que iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce,2y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios,3Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.

  • Primera Lectura

    Sabiduría 3:1-9

    1En cambio, las almas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará tormento alguno.2A los ojos de los insensatos pareció que habían muerto; se tuvo por quebranto su salida,3y su partida de entre nosotros por completa destrucción; pero ellos están en la paz.4Aunque, a juicio de los hombres, hayan sufrido castigos, su esperanza estaba llena de inmortalidad;5por una corta corrección recibirán largos beneficios. pues Dios los sometió a prueba y los halló dignos de sí;6como oro en el crisol los probó y como holocausto los aceptó.7El día de su visita resplandecerán, y como chispas en rastrojo correrán.8Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos y sobre ellos el Señor reinará eternamente.9Los que en él confían entenderán la verdad y los que son fieles permanecerán junto a él en el amor, porque la gracia y la misericordia son para sus santos y su visita para sus elegidos.

    OR

    Romanos 8:31-39

    31Ante esto ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?32El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas?33¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica.34¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros?35¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?,36como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero.37Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó.38Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades39ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 126:1-6

    1Canción de las subidas. Cuando Yahveh hizo volver a los cautivos de Sión, como soñando nos quedamos;2entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegría. Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho Yahveh con éstos!3¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros Yahveh, el gozo nos colmaba!4¡Haz volver, Yahveh, a nuestros cautivos como torrentes en el Négueb!5Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos.6Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas.

  • Evangelio

    Lucas 9:23-26

    23Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.24Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará.25Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?26Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles.

jueves, 19 de septiembre de 2024

Lecturas 19 de Septiembre de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    I Corintios 15:1-11

    1Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis firmes,2por el cual también sois salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué... Si no, ¡habríais creído en vano!3Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;4que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras;5que se apareció a Cefas y luego a los Doce;6después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron.7Luego se apareció a Santiago; más tarde, a todos los apóstoles.8Y en último término se me apareció también a mí, como a un abortivo.9Pues yo soy el último de los apóstoles: indigno del nombre de apóstol, por haber perseguido a la Iglesia de Dios.10Mas, por la gracia de Dios, soy lo que soy; y la gracia de Dios no ha sido estéril en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Pero no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.11Pues bien, tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 118:1-2, 16-17, 28

    1¡Dad gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor!2¡Diga la casa de Israel: que es eterno su amor!16excelsa la diestra de Yahveh, la diestra de Yahveh hace proezas!»17No, no he de morir, que viviré, y contaré las obras de Yahveh;28Tú eres mi Dios, yo te doy gracias, Dios mío, yo te exalto.

  • Evangelio

    Lucas 7:36-50

    36Un fariseo le rogó que comiera con él, y, entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa.37Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume,38y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume.39Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora.»40Jesús le respondió: «Simón, tengo algo que decirte.» El dijo: «Di, maestro.»41Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta.42Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?»43Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más.» El le dijo: «Has juzgado bien»,44y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos.45No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies.46No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume.47Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.»48Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados.»49Los comensales empezaron a decirse para sí: «¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?»50Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado. Vete en paz.»

  • Primera Lectura

    Filipenses 2:13-18

    13pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece.14Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones15para que seáis irreprochables e inocentes, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación tortuosa y perversa, en medio de la cual brilláis como antorchas en el mundo,16presentándole la Palabra de vida para orgullo mío en el Día de Cristo, ya que no habré corrido ni me habré fatigado en vano.17Y aun cuando mi sangre fuera derramada como libación sobre el sacrificio y la ofrenda de vuestra fe, me alegraría y congratularía con vosotros.18De igual manera también vosotros alegraos y congratulaos conmigo.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 112:1, 4-7, 9

    1¡Aleluya! ¡Dichoso el hombre que teme a Yahveh, que en sus mandamientos mucho se complace!4En las tinieblas brilla, como luz de los rectos, tierno, clemente y justo.5Feliz el hombre que se apiada y presta, y arregla rectamente sus asuntos.6No, no será conmovido jamás, en memoria eterna permanece el justo;7no tiene que temer noticias malas, firme es su corazón, en Yahveh confiado.9Con largueza da a los pobres; su justicia por siempre permanece, su frente se levanta con honor.

  • Evangelio

    Juan 15:12-17

    12Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.13Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.14Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.15No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.16No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.17Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.»

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Lecturas 18 de Septiembre de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    I Corintios 12:31--13:13

    1231¡Aspirad a los carismas superiores! Y aun os voy a mostrar un camino más excelente.131Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.2Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.3Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.4La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe;5es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal;6no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.7Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.8La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia.9Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía.10Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial.11Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño.12Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido.13Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 33:2-5, 12, 22

    2¡dad gracias a Yahveh con la cítara, salmodiad para él al arpa de diez cuerdas;3cantadle un cantar nuevo, tocad la mejor música en la aclamación!4Pues recta es la palabra de Yahveh, toda su obra fundada en la verdad;5él ama la justicia y el derecho, del amor de Yahveh está llena la tierra.12¡Feliz la nación cuyo Dios es Yahveh, el pueblo que se escogió por heredad!22Sea tu amor, Yahveh, sobre nosotros, como está en ti nuestra esperanza.

  • Evangelio

    Lucas 7:31-35

    31«¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generacíon? Y ¿a quién se parecen?32Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: "Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis llorado."33«Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: "Demonio tiene."34Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: "Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores."35Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos.»

  • Primera Lectura

    I Corintios 12:31; 13:1-10, 13

    1231¡Aspirad a los carismas superiores! Y aun os voy a mostrar un camino más excelente.131Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.2Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.3Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.4La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe;5es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal;6no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.7Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.8La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia.9Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía.10Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial.13Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 25:1-5, 8-10

    1De David A ti, Yahveh, levanto mi alma,2oh Dios mío. En ti confío, ¡no sea confundido, no triunfen de mí mis enemigos!3No hay confusión para el que espera en ti, confusión sólo para el que traiciona sin motivo.4Muéstrame tus caminos, Yahveh, enséñame tus sendas.5Guíame en tu verdad, enséñame, que tú eres el Dios de mi salvación. En ti estoy esperando todo el día,8Bueno y recto es Yahveh; por eso muestra a los pecadores el camino;9conduce en la justicia a los humildes, y a los pobres enseña su sendero.10Todas las sendas de Yahveh son amor y verdad para quien guarda su alianza y sus dictámenes.

  • Evangelio

    Mateo 11:25-30

    25En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.26Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.27Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.28«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.29Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.30Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»

martes, 17 de septiembre de 2024

Lecturas 17 de Septiembre de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Gálatas 6:14-18

    14En cuanto a mí ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo!15Porque nada cuenta ni la circuncisión, ni la incircuncisión, sino la creación nueva.16Y para todos los que se sometan a esta regla, paz y misericordia, lo mismo que para el Israel de Dios.17En adelante nadie me moleste, pues llevo sobre mi cuerpo las señales de Jesús.18Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.

  • Salmo Responsorial

    Gálatas 2:16, 20. Filipenses 1:20-21

    216conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley, pues por las obras de la ley nadie será justificado.20y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí.120conforme a lo que aguardo y espero, que en modo alguno seré confundido; antes bien, que con plena seguridad, ahora como siempre, Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte,21pues para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia.

  • Evangelio

    Lucas 9:23-26

    23Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.24Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará.25Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?26Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles.

lunes, 16 de septiembre de 2024

Lecturas 16 de Septiembre de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    I Corintios 11:17-26, 33

    17Y al dar estas disposiciones, no os alabo, porque vuestras reuniones son más para mal que para bien.18Pues, ante todo, oigo que, al reuniros en la asamblea, hay entre vosotros divisiones, y lo creo en parte.19Desde luego, tiene que haber entre vosotros también disensiones, para que se ponga de manifiesto quiénes son de probada virtud entre vosotros.20Cuando os reunís, pues, en común, eso ya no es comer la Cena del Señor;21porque cada uno come primero su propia cena, y mientras uno pasa hambre, otro se embriaga.22¿No tenéis casas para comer y beber? ¿O es que despreciáis a la Iglesia de Dios y avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué voy a deciros? ¿Alabaros? ¡En eso no los alabo!23Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,24y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»25Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bibiereis, hacedlo en recuerdo mío.»26Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.33Así pues, hermanos míos, cuando os reunáis para la Cena, esperaos los unos a los otros.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 40:7-10, 17

    7Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas,8dije entonces: Heme aquí, que vengo. Se me ha prescrito en el rollo del libro9hacer tu voluntad. Oh Dios mío, en tu ley me complazco en el fondo de mi ser.10He publicado la justicia en la gran asamblea; mira, no he contenido mis labios, tú lo sabes, Yahveh.17¡En ti se gocen y se alegren todos los que te buscan! Repitan sin cesar: «¡Grande es Yahveh!», los que aman tu salvación.

  • Evangelio

    Lucas 7:1-10

    1Cuando hubo acabado de dirigir todas estas palabras al pueblo, entró en Cafarnaúm.2Se encontraba mal y a punto de morir un siervo de un centurión, muy querido de éste.3Habiendo oído hablar de Jesús, envió donde él unos ancianos de los judíos, para rogarle que viniera y salvara a su siervo.4Estos, llegando donde Jesús, le suplicaban insistentemente diciendo: «Merece que se lo concedas,5porque ama a nuestro pueblo, y él mismo nos ha edificado la sinagoga.»6Iba Jesús con ellos y, estando ya no lejos de la casa, envió el centurión a unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo,7por eso ni siquiera me consideré digno de salir a tu encuentro. Mándalo de palabra, y quede sano mi criado.8Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: "Vete", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo hace.»9Al oír esto Jesús, quedó admirado de él, y volviéndose dijo a la muchedumbre que le seguía: «Os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande.»10Cuando los enviados volvieron a la casa, hallaron al siervo sano.

  • Primera Lectura

    II Corintios 4:7-15

    7Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros.8Atribulados en todo, mas no aplastados; perplejos, mas no desesperados;9perseguidos, mas no abandonados; derribados, mas no aniquilados.10Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.11Pues, aunque vivimos, nos vemos continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.12De modo que la muerte actúa en nosotros, mas en vosotros la vida.13Pero teniendo aquel espíritu de fe conforme a lo que está escrito: "Creí, por eso hablé," también nosotros creemos, y por eso hablamos,14sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará con Jesús y nos presentará ante él juntamente con vosotros.15Y todo esto, para vuestro bien a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 126:1-6

    1Canción de las subidas. Cuando Yahveh hizo volver a los cautivos de Sión, como soñando nos quedamos;2entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegría. Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho Yahveh con éstos!3¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros Yahveh, el gozo nos colmaba!4¡Haz volver, Yahveh, a nuestros cautivos como torrentes en el Négueb!5Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos.6Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas.

  • Evangelio

    Juan 17:11-19

    11Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros.12Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura.13Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada.14Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo.15No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno.16Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo.17Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad.18Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo.19Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad.