Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
1Cor 15,12-20
12 Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo algunos de vosotros dicen que no hay resurrección de los muertos? 13 Porque si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo ha resucitado. 14 Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana nuestra fe. 15 Incluso seríamos falsos testigos de Dios, pues contra Dios testificamos que ha resucitado a Cristo, mientras que no lo ha resucitado si los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado. 17 Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe: todavía estáis en vuestros pecados; 18 y, por tanto, los cristianos que han muerto están perdidos. 19 Si lo que esperamos de Cristo es sólo para esta vida, somos los hombres más desgraciados.
LA RESURRECCIÓN DE CRISTO, PRENDA DE LA NUESTRA 20 Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos como primicias de los que mueren.
1ª Lectura
1Cor 15,12-20
12 Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo algunos de vosotros dicen que no hay resurrección de los muertos? 13 Porque si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo ha resucitado. 14 Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana nuestra fe. 15 Incluso seríamos falsos testigos de Dios, pues contra Dios testificamos que ha resucitado a Cristo, mientras que no lo ha resucitado si los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado. 17 Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe: todavía estáis en vuestros pecados; 18 y, por tanto, los cristianos que han muerto están perdidos. 19 Si lo que esperamos de Cristo es sólo para esta vida, somos los hombres más desgraciados.
LA RESURRECCIÓN DE CRISTO, PRENDA DE LA NUESTRA 20 Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos como primicias de los que mueren.
Salmo Responsorial
Sal 17,1
1 Oración de David Justicia, Señor, escúchame, atiende a mi clamor, presta oído a mi súplica, que no hay engaño en mí;
Sal 17,6-7
6 Yo te llamo porque tú me respondes, oh Dios mío; tiende hacia mí tu oído, escucha mis palabras. 7 Despliega tu bondad, tú que salvas de sus opresores a los que buscan refugio en tu derecha;
Sal 17,8
8 guárdame como a las pupilas de tus ojos, escóndeme a la sombra de tus alas,
Sal 17,15
15 Yo, y esto es justicia, contemplaré tu rostro, al despertarme me saciaré de tu presencia.
Sal 17,1
1 Oración de David Justicia, Señor, escúchame, atiende a mi clamor, presta oído a mi súplica, que no hay engaño en mí;
Sal 17,6-7
6 Yo te llamo porque tú me respondes, oh Dios mío; tiende hacia mí tu oído, escucha mis palabras. 7 Despliega tu bondad, tú que salvas de sus opresores a los que buscan refugio en tu derecha;
Sal 17,8
8 guárdame como a las pupilas de tus ojos, escóndeme a la sombra de tus alas,
Sal 17,15
15 Yo, y esto es justicia, contemplaré tu rostro, al despertarme me saciaré de tu presencia.
Evangelio
Lc 8,1-3
1 Después de esto, iba por los pueblos y las aldeas predicando el reino de Dios. Le acompañaban los doce 2 y algunas mujeres que había curado de espíritus malignos y enfermedades; María Magdalena, de la que había echado siete demonios; 3 Juana, mujer de Cusa, administrador de Herodes; Susana y algunas otras, las cuales le asistían con sus bienes.
Lc 8,1-3
1 Después de esto, iba por los pueblos y las aldeas predicando el reino de Dios. Le acompañaban los doce 2 y algunas mujeres que había curado de espíritus malignos y enfermedades; María Magdalena, de la que había echado siete demonios; 3 Juana, mujer de Cusa, administrador de Herodes; Susana y algunas otras, las cuales le asistían con sus bienes.