- Primera Lectura: I Juan 1,1-4"Os anunciamos lo que hemos visto y oído"Queridos hermanos: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.
- Salmo Responsorial: 96"Alegraos, justos, con el Señor."El Señor reina, la tierra goza, / se alegran las islas innumerables. / Tiniebla y nube lo rodean, / justicia y derecho sostienen su trono. R. Los montes se derriten como cera / ante el dueño de toda la tierra; / los cielos pregonan su justicia, / y todos los pueblos contemplan su gloria. R. Amanece la luz para el justo, / y la alegría para los rectos de corazón. / Alegraos, justos, con el Señor, / celebrad su santo nombre. R.
- Evangelio: Juan 20,2-8"El otro discípulo corría más que Pedro y llegó primero al sepulcro"El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto." Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Calle L- 6, Jardines de Cuscatlan, Ciudad Merliot, Antiguo Cuscatlan, El Salvador, CentroAmerica
sábado, 27 de diciembre de 2014
Evangelio 27 de Diciembre de 2014
El Evangelio meditado
Pedro y Juan en el sepulcro
Navidad
Navidad
Juan 20, 2-9. Fiesta de San Juan apóstol y evangelista. ¡Jesús está vivo! Es la certeza de la fe.
Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Juan 20, 2-9
El primer día después del sábado, María Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:"Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto". Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Observó los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vió y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Oración introductoria
Señor Jesús, creo, espero y te amo. Quiero en esta oración recostarme espiritualmente sobre tu pecho, como lo hizo el apóstol san Juan y hablar contigo durante estos momentos de corazón a corazón.
Petición
Señor, dame el don de conocerte para que pueda amarte más y así pueda seguirte mejor.
Meditación del Papa Francisco
El primer día después del sábado, María Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:"Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto". Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Observó los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vió y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Oración introductoria
Señor Jesús, creo, espero y te amo. Quiero en esta oración recostarme espiritualmente sobre tu pecho, como lo hizo el apóstol san Juan y hablar contigo durante estos momentos de corazón a corazón.
Petición
Señor, dame el don de conocerte para que pueda amarte más y así pueda seguirte mejor.
Meditación del Papa Francisco
San Pedro fue rápido al sepulcro y pensaba que lo habían robado. Al igual que María Magdalena, no entraba en su cabeza una resurrección real. Ellos no conseguían entender ese paso nuestro de la muerte a la vida a través de la resurrección. Han aceptado la de Jesús porque la han visto, pero la de los cristianos no era entendida así.
Cuando san Pablo habló de la resurrección, los griegos sabios y filósofos se asustaban. La resurrección de los cristianos es un escándalo, no pueden entenderlo. Y por esto Pablo hace este razonamiento: Si Cristo ha resucitado, también los muertos resucitarán. Hay una resistencia a la obra del Espíritu, que hemos recibido en el Bautismo, nos transforme en la resurrección. (Cf. Papa Francisco, homilía en santa Marta, 19 de septiembre de 2014)
Reflexión
El texto evangélico relata una de las experiencias que los discípulos tuvieron con el Cristo Resucitado. No se trata de un aparición, sino literalmente de una de las "etapas que los discípulos han tenido que recorrer" para comenzar a vislumbrar los nuevos horizontes de esperanza que el hecho de la Resurrección abriría en sus vidas. El acontecimiento se insinuaba ya en la tumba vacía, en las vendas que yacían en el suelo y en el sudario plegado en un lugar aparte. Ante estos hechos San Juan sentía que una certeza se fue apoderando de su corazón, la certeza de la fe: "Jesús está vivo".
"Jesús está vivo", esta convicción llena el corazón de todo creyente cristiano. La fe en la Persona viva de Jesucristo tiene el poder de abrir nuestros ojos para reconocerlo operante y presente en los sacramentos de la Iglesia, en los demás hombres, sobre todo en los que sufren y en nosotros mismos. Cristo, a través de su Iglesia, "está vivo" y pone su tienda en medio de nosotros.
Pero así como Jesucristo nació primero en el seno del Padre Eterno y luego en el seno de la Virgen María, así también tiene que nacer en nuestro corazón. Esto es lo que sucede en cada acto de fe.
Por eso tiene también sentido volver a celebrar su nacimiento en estas fechas. Sí, Belén fue un acontecimiento único, que ocurrió hace más de 2000 años, cuando, en un momento histórico concreto, el Hijo de Dios tomó nuestra carne y nació de la Virgen María. Pero este acontecimiento va teniendo sus repercusiones en la historia de los hombres como una piedra lanzada al centro de un lago, cuyo impacto va provocando ondas que se perciben hasta en los rincones más remotos del lago.
Por eso, Belén no es un acontecimiento aislado. A todas horas Cristo puede nacer en el corazón de cada hombre dispuesto a acogerlo. Con Él nuestro interior se alumbra y esto siempre nos da la certeza de que "está vivo".
Propósito
Ser testimonio de alegría cristiana y esperanza en mi entorno social y familiar.
Diálogo con Cristo
Gracias, Padre, por estos minutos de oración, quiero salir de esta meditación decidido a trabajar para que muchos otros tengan la dicha de experimentar tu amor. Me has llamado a ser tu discípulo y misionero, con tu gracia, Señor, lo podré lograr.
El texto evangélico relata una de las experiencias que los discípulos tuvieron con el Cristo Resucitado. No se trata de un aparición, sino literalmente de una de las "etapas que los discípulos han tenido que recorrer" para comenzar a vislumbrar los nuevos horizontes de esperanza que el hecho de la Resurrección abriría en sus vidas. El acontecimiento se insinuaba ya en la tumba vacía, en las vendas que yacían en el suelo y en el sudario plegado en un lugar aparte. Ante estos hechos San Juan sentía que una certeza se fue apoderando de su corazón, la certeza de la fe: "Jesús está vivo".
"Jesús está vivo", esta convicción llena el corazón de todo creyente cristiano. La fe en la Persona viva de Jesucristo tiene el poder de abrir nuestros ojos para reconocerlo operante y presente en los sacramentos de la Iglesia, en los demás hombres, sobre todo en los que sufren y en nosotros mismos. Cristo, a través de su Iglesia, "está vivo" y pone su tienda en medio de nosotros.
Pero así como Jesucristo nació primero en el seno del Padre Eterno y luego en el seno de la Virgen María, así también tiene que nacer en nuestro corazón. Esto es lo que sucede en cada acto de fe.
Por eso tiene también sentido volver a celebrar su nacimiento en estas fechas. Sí, Belén fue un acontecimiento único, que ocurrió hace más de 2000 años, cuando, en un momento histórico concreto, el Hijo de Dios tomó nuestra carne y nació de la Virgen María. Pero este acontecimiento va teniendo sus repercusiones en la historia de los hombres como una piedra lanzada al centro de un lago, cuyo impacto va provocando ondas que se perciben hasta en los rincones más remotos del lago.
Por eso, Belén no es un acontecimiento aislado. A todas horas Cristo puede nacer en el corazón de cada hombre dispuesto a acogerlo. Con Él nuestro interior se alumbra y esto siempre nos da la certeza de que "está vivo".
Propósito
Ser testimonio de alegría cristiana y esperanza en mi entorno social y familiar.
Diálogo con Cristo
Gracias, Padre, por estos minutos de oración, quiero salir de esta meditación decidido a trabajar para que muchos otros tengan la dicha de experimentar tu amor. Me has llamado a ser tu discípulo y misionero, con tu gracia, Señor, lo podré lograr.
viernes, 26 de diciembre de 2014
Evangelio 26 de Diciembre de 2014
- Primera Lectura: Hechos 6,8-10;7,54-60"Veo el cielo abierto"En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios." Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: "Señor Jesús, recibe mi espíritu." Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado." Y, con estas palabras, expiró.
- Salmo Responsorial: 30"A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu."Sé la roca de mi refugio, / un baluarte donde me salve, / tú que eres mi roca y mi baluarte; / por tu nombre dirígeme y guíame. R. A tus manos encomiendo mi espíritu: / tú, el Dios leal, me librarás. / Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. / Te has fijado en mi aflicción. R. Líbrame de los enemigos que me persiguen; / haz brillar tu rostro sobre tu siervo, / sálvame por tu misericordia. R.
- Evangelio: Mateo 10,17-22"No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre"En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará."
Evangelio meditado
"No se preocupen por lo que les pueda pasar"
Solemnidades y fiestas
Solemnidades y fiestas
Mateo 10, 17-22. Fiesta San Esteban. Perseveren en el testimonio de los valores humanos y cristianos tan profundamente radicados en la fe.
Por: José Rodrigo Escorza | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 17-22
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "Cuidense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque, en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes. El hermano entregará al hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin se salvará.
Oración introductoria
Gracias, Señor, por este momento de oración. Te doy gracias también por las cruces que pones en mi camino, porque sé que en ellas te puedo encontrar. Guía mi oración para que sepa perseverar en tu amor.
Petición
Jesús, convénceme de que la cruz es el único camino para llegar a la salvación, y la oración el medio para poder aceptarla y vivirla con plenitud.
Meditación del Papa Benedicto XVI
Debemos prestar atención a lo que los evangelistas nos relatan sobre la actitud de Jesús durante su oración. Mateo y Marcos dicen que "cayó rostro en tierra"; asume por consiguiente la actitud de total sumisión, que ha sido conservada en la liturgia romana del Viernes Santo. Lucas, en cambio, afirma que Jesús oraba arrodillado. En los Hechos de los Apóstoles, habla de los santos, que oraban de rodillas: Esteban durante su lapidación, Pedro en el contexto de la resurrección de un muerto, Pablo en el camino hacia el martirio. Así, Lucas ha trazado una pequeña historia del orar arrodillados de la Iglesia naciente. Los cristianos con su arrodillarse, se ponen en comunión con la oración de Jesús en el Monte de los Olivos. En la amenaza del poder del mal, ellos, en cuanto arrodillados, están de pie ante el mundo, pero, en cuanto hijos, están de rodillas ante el Padre. Ante la gloria de Dios, los cristianos nos arrodillamos y reconocemos su divinidad, pero expresando también en este gesto nuestra confianza en que él triunfe. Benedicto XVI, 5 de abril de 2012.
Reflexión
La advertencia del Señor de guardarnos de los hombres está precedida en el Evangelio por la invitación de ser "prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas". Nuestro Señor Jesucristo no se hacía ilusiones acerca de los hombres. Conociendo lo que había en el hombre (Jn 2, 25), sólo se confiaba a aquellos, que buscaban ante todo la mayor gloria de Dios, no sus propios intereses.
La prudencia y la sencillez no son virtudes que se excluyen mutuamente, sino que pueden complementarse, llegando a formar en el hombre un hermoso equilibrio.
La serpiente y la paloma tienen cada una su propio hábitat. Mientras que la serpiente se desliza en el suelo, la paloma se lanza por los aires. Así también el seguidor de Jesucristo debe tener los pies firmemente puestos sobre la tierra, pero su corazón debe aspirar siempre hacia lo alto.
Al encontrar apoyo en el suelo, la serpiente nunca cae. Así el cristiano también está prevenido para no exponerse al peligro, sobre todo evitando el pecado y la tibieza. Además, la serpiente no tiene brazos, así se convierte en imagen del hombre que no se apega a nada, porque usa las cosas como si no le pertenecieran, precisamente "deslizándose" entre ellas, palpándolo todo y refiriéndolo a Dios.
En tiempos antiguos los hombres se servían de las palomas para enviar correo de un lugar a otro. Así, la paloma es símbolo del que tiene una misión, un mensaje, del cristiano que debe poseer una familiaridad profunda con las cosas de Dios, para poder dar testimonio de ellas ante los demás.
Por eso, el verdadero cristiano no es ni soñador, ni terrenal, sino cándido y transparente en sus intenciones, práctico y realista al ponerlas por obra.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "Cuidense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque, en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes. El hermano entregará al hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin se salvará.
Oración introductoria
Gracias, Señor, por este momento de oración. Te doy gracias también por las cruces que pones en mi camino, porque sé que en ellas te puedo encontrar. Guía mi oración para que sepa perseverar en tu amor.
Petición
Jesús, convénceme de que la cruz es el único camino para llegar a la salvación, y la oración el medio para poder aceptarla y vivirla con plenitud.
Meditación del Papa Benedicto XVI
Debemos prestar atención a lo que los evangelistas nos relatan sobre la actitud de Jesús durante su oración. Mateo y Marcos dicen que "cayó rostro en tierra"; asume por consiguiente la actitud de total sumisión, que ha sido conservada en la liturgia romana del Viernes Santo. Lucas, en cambio, afirma que Jesús oraba arrodillado. En los Hechos de los Apóstoles, habla de los santos, que oraban de rodillas: Esteban durante su lapidación, Pedro en el contexto de la resurrección de un muerto, Pablo en el camino hacia el martirio. Así, Lucas ha trazado una pequeña historia del orar arrodillados de la Iglesia naciente. Los cristianos con su arrodillarse, se ponen en comunión con la oración de Jesús en el Monte de los Olivos. En la amenaza del poder del mal, ellos, en cuanto arrodillados, están de pie ante el mundo, pero, en cuanto hijos, están de rodillas ante el Padre. Ante la gloria de Dios, los cristianos nos arrodillamos y reconocemos su divinidad, pero expresando también en este gesto nuestra confianza en que él triunfe. Benedicto XVI, 5 de abril de 2012.
Reflexión
La advertencia del Señor de guardarnos de los hombres está precedida en el Evangelio por la invitación de ser "prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas". Nuestro Señor Jesucristo no se hacía ilusiones acerca de los hombres. Conociendo lo que había en el hombre (Jn 2, 25), sólo se confiaba a aquellos, que buscaban ante todo la mayor gloria de Dios, no sus propios intereses.
La prudencia y la sencillez no son virtudes que se excluyen mutuamente, sino que pueden complementarse, llegando a formar en el hombre un hermoso equilibrio.
La serpiente y la paloma tienen cada una su propio hábitat. Mientras que la serpiente se desliza en el suelo, la paloma se lanza por los aires. Así también el seguidor de Jesucristo debe tener los pies firmemente puestos sobre la tierra, pero su corazón debe aspirar siempre hacia lo alto.
Al encontrar apoyo en el suelo, la serpiente nunca cae. Así el cristiano también está prevenido para no exponerse al peligro, sobre todo evitando el pecado y la tibieza. Además, la serpiente no tiene brazos, así se convierte en imagen del hombre que no se apega a nada, porque usa las cosas como si no le pertenecieran, precisamente "deslizándose" entre ellas, palpándolo todo y refiriéndolo a Dios.
En tiempos antiguos los hombres se servían de las palomas para enviar correo de un lugar a otro. Así, la paloma es símbolo del que tiene una misión, un mensaje, del cristiano que debe poseer una familiaridad profunda con las cosas de Dios, para poder dar testimonio de ellas ante los demás.
Por eso, el verdadero cristiano no es ni soñador, ni terrenal, sino cándido y transparente en sus intenciones, práctico y realista al ponerlas por obra.
miércoles, 24 de diciembre de 2014
Evangelio 24 de Diciembre de 2014
- Primera Lectura: II Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16"El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor"Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: "Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda." Natán respondió al rey: "Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo." Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: "Ve y dile a mi siervo David: "Esto dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los ariscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.""
- Salmo Responsorial: 88"Cantaré eternamente tus misericordias, Señor."Cantaré eternamente las misericordias del Señor, / anunciaré tu fidelidad por todas las edades. / Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno, / más que el cielo has afianzado tu fidelidad." R. Sellé una alianza con mi elegido, / jurando a David, mi siervo: / "Te fundaré un linaje perpetuo, / edificaré tu trono para todas las edades." R. Él me invocará: "Tú eres mi padre, / mi Dios, mi Roca salvadora." / Le mantendré eternamente mi favor, / y mi alianza con él será estable. R.
- Evangelio: Lucas 1,67-79"Nos visitará el sol que nace de lo alto"En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz."
Evangelio meditado
Dios ha redimido a su pueblo
Adviento
Adviento
Lucas 1, 67-79. Navidad. Hemos llegado a la hora cero, la noche santa, la Nochebuena. Noche en la que todos nos hacemos niños, y dejamos que hable el corazón.
Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 67-79
En aquel tiempo, Zacarias, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso salvador en la casa de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a nuestros padres y acordarse de su santa alianza.
El Señor juró a nuestro padre Abraham concedernos que, libres ya de nuestros enemigos, lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia delante de él, todos los días de nuestra vida. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos y a anunciar a su pueblo la salvación, mediante el perdón de los pecados. Y por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en las tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz
Oración introductoria
Bendito seas, Señor, porque siendo Dios te abajas a mi humanidad para que pueda comprender la grandeza de tu amor. Permite que esta oración me prepare a celebrar santamente la Navidad, en el gozo de la fe y animado con el empeño de una conversión sincera.
Petición
Señor, haz que tu Encarnación me transforme en tu amor.
Meditación del Papa Francisco
En aquel tiempo, Zacarias, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso salvador en la casa de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a nuestros padres y acordarse de su santa alianza.
El Señor juró a nuestro padre Abraham concedernos que, libres ya de nuestros enemigos, lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia delante de él, todos los días de nuestra vida. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos y a anunciar a su pueblo la salvación, mediante el perdón de los pecados. Y por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en las tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz
Oración introductoria
Bendito seas, Señor, porque siendo Dios te abajas a mi humanidad para que pueda comprender la grandeza de tu amor. Permite que esta oración me prepare a celebrar santamente la Navidad, en el gozo de la fe y animado con el empeño de una conversión sincera.
Petición
Señor, haz que tu Encarnación me transforme en tu amor.
Meditación del Papa Francisco
En esta noche, como un haz de luz clarísima, resuena el anuncio del Apóstol: “Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres”.
La gracia que ha aparecido en el mundo es Jesús, nacido de María Virgen, Dios y hombre verdadero. Ha venido a nuestra historia, ha compartido nuestro camino. Ha venido para librarnos de las tinieblas y darnos la luz. En Él ha aparecido la gracia, la misericordia, la ternura del Padre: Jesús es el Amor hecho carne. […]
Nuestro Padre tiene paciencia con nosotros, nos ama, nos da a Jesús como guía en el camino a la tierra prometida. Él es la luz que disipa las tinieblas. Él es la misericordia. Nuestro Padre nos perdona siempre. Y Él es nuestra paz.»(Papa Francisco, 24 de diciembre de 2013)
Reflexión
Hemos llegado a la hora cero, la noche santa, la Nochebuena. ¡Qué nombre tan bello se le ha puesto! Noche en la que todos nos hacemos niños, y dejamos que hable el corazón, qu e se haga villancico, luz, ternura, amor familiar, bondad e ingenuidad. Noche en la que sale fuera el niño que somos por dentro, y hablan el Niño del pesebre, la mula y el buey, los ángeles y los pastores....narraciones simbóloicas que revelan lo más hondo de nosotros mismos y del sentido de nuestra existencia.
Vivamos con intencidad estos días. Detengámonos -¡como sea!- para encontrar un tiempo de paz, de sabor, de oración ante el misterio: el misterio de Dios, el de Jesús, el de los seres humanos, el mio..
El tiempo de Navidad es un tiempo de amnesia. Se nos invita a olvidar todo aquello que nos disminuye y enferma. En toda comunidad hay roces y malos entendidos. Todospasamos por muy malos ratos, con reacciones tan injustas como crueles hacia los demás. Todos somos heridos y heridores. Todos necesitamos olvidar. No solo perdonar desde lo alto de nuestra dignidad herida, cuando alimentamos con el recuerdo de nuestro perdón el recuerdo de la ofensa. Hagamos en este tiempo un esfuerzo definido y sistemático para expulsar de nuestra memoria la convicción de que somos víctimas.
Todos nos regocijamos hoy por el nacimiento de Jesucristo en la tierra. "¡Un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado!" -canta alegremente la Iglesia en la misa de Nochebuena, con las palabras del profeta Isaías. Sí, Jesús ha nacido, y en Él "ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres" -nos dice san Pablo en la lectura de la carta a Tito-. Y en el Evangelio escuchamos el mensaje jubiloso que el ángel anuncia a los pastores: "Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: ¡el Mesías, el Señor! Y aquí tenéis la señal: encontraréis a un Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre".
¡Dios se ha hecho hombre! ¡El Verbo eterno del Padre se ha hecho carne para redimirnos del pecado, para abrirnos las puertas del cielo y darnos la salvación! Es un misterio insondable, incapaz de ser abarcado ni comprendido suficientemente por nuestra pobre y oscura razón humana. El Dios infinito se hace un ser pequeñísimo; el Dios eterno se hace hombre temporal y mortal; el Dios omnipotente se hace un niño frágil, impotente e indefenso; el Dios creador de todo cuanto existe y a quien no puede contener el universo entero, se hace una creatura capaz de ser contenida en el vientre de María y luego envuelta en pañales... ¡Sí, este Niño es Dios! Y nace en la más absoluta pobreza, en la más profunda humildad, silencio, desprendimiento, obediencia al Padre... ¿Por qué? Por amor a cada uno de nosotros. ¿Para qué? Para darnos la vida eterna. Como bellamente nos dice san Ireneo, "el Hijo de Dios se hizo hijo del Hombre para que el hombre llegara a ser hijo de Dios".
Ojalá que en esta Navidad meditemos hondamente en el significado y en el sentido profundo de lo que estamos celebrando.
Propósito
Celebrar con un espíritu auténticamente cristiano esta Noche Buena y que meditemos hondamente en el significado y en el sentido profundo de lo que estamos celebrando.
Diálogo con Cristo
Hoy es 24 de diciembre, me he preocupado para que esté lista y preparada la fiesta de convivencia familiar, pero ¿me he preparado espiritualmente para recibirte en la intimidad de mi corazón? Señor, esta Nochebuena quiero humildemente darte el regalo de mi libertad, no te merezco pero no puedo vivir sin tu amor, sin tu gracia, ven, Señor Jesús.
Hemos llegado a la hora cero, la noche santa, la Nochebuena. ¡Qué nombre tan bello se le ha puesto! Noche en la que todos nos hacemos niños, y dejamos que hable el corazón, qu e se haga villancico, luz, ternura, amor familiar, bondad e ingenuidad. Noche en la que sale fuera el niño que somos por dentro, y hablan el Niño del pesebre, la mula y el buey, los ángeles y los pastores....narraciones simbóloicas que revelan lo más hondo de nosotros mismos y del sentido de nuestra existencia.
Vivamos con intencidad estos días. Detengámonos -¡como sea!- para encontrar un tiempo de paz, de sabor, de oración ante el misterio: el misterio de Dios, el de Jesús, el de los seres humanos, el mio..
El tiempo de Navidad es un tiempo de amnesia. Se nos invita a olvidar todo aquello que nos disminuye y enferma. En toda comunidad hay roces y malos entendidos. Todospasamos por muy malos ratos, con reacciones tan injustas como crueles hacia los demás. Todos somos heridos y heridores. Todos necesitamos olvidar. No solo perdonar desde lo alto de nuestra dignidad herida, cuando alimentamos con el recuerdo de nuestro perdón el recuerdo de la ofensa. Hagamos en este tiempo un esfuerzo definido y sistemático para expulsar de nuestra memoria la convicción de que somos víctimas.
Todos nos regocijamos hoy por el nacimiento de Jesucristo en la tierra. "¡Un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado!" -canta alegremente la Iglesia en la misa de Nochebuena, con las palabras del profeta Isaías. Sí, Jesús ha nacido, y en Él "ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres" -nos dice san Pablo en la lectura de la carta a Tito-. Y en el Evangelio escuchamos el mensaje jubiloso que el ángel anuncia a los pastores: "Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: ¡el Mesías, el Señor! Y aquí tenéis la señal: encontraréis a un Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre".
¡Dios se ha hecho hombre! ¡El Verbo eterno del Padre se ha hecho carne para redimirnos del pecado, para abrirnos las puertas del cielo y darnos la salvación! Es un misterio insondable, incapaz de ser abarcado ni comprendido suficientemente por nuestra pobre y oscura razón humana. El Dios infinito se hace un ser pequeñísimo; el Dios eterno se hace hombre temporal y mortal; el Dios omnipotente se hace un niño frágil, impotente e indefenso; el Dios creador de todo cuanto existe y a quien no puede contener el universo entero, se hace una creatura capaz de ser contenida en el vientre de María y luego envuelta en pañales... ¡Sí, este Niño es Dios! Y nace en la más absoluta pobreza, en la más profunda humildad, silencio, desprendimiento, obediencia al Padre... ¿Por qué? Por amor a cada uno de nosotros. ¿Para qué? Para darnos la vida eterna. Como bellamente nos dice san Ireneo, "el Hijo de Dios se hizo hijo del Hombre para que el hombre llegara a ser hijo de Dios".
Ojalá que en esta Navidad meditemos hondamente en el significado y en el sentido profundo de lo que estamos celebrando.
Propósito
Celebrar con un espíritu auténticamente cristiano esta Noche Buena y que meditemos hondamente en el significado y en el sentido profundo de lo que estamos celebrando.
Diálogo con Cristo
Hoy es 24 de diciembre, me he preocupado para que esté lista y preparada la fiesta de convivencia familiar, pero ¿me he preparado espiritualmente para recibirte en la intimidad de mi corazón? Señor, esta Nochebuena quiero humildemente darte el regalo de mi libertad, no te merezco pero no puedo vivir sin tu amor, sin tu gracia, ven, Señor Jesús.
Y se hizo hombre
Navidad es el nacimiento más conmovedor de un niño sobre el que gravita el abisal misterio
Por: Roberto Esteban Duque | Fuente: www.revistaecclesia.com
Mis recuerdos de navidad más persistentes (los más humanos y profundos) son relativos a las raíces, al lugar de nacimiento, donde el pueblo sustenta con esperanza y sabiduría bellas tradiciones religiosas, preparando así el auténtico porvenir, manteniendo al hombre al servicio de una causa mayor y vinculando la vida a su verdadero origen y destino, haciendo el tiempo permeable a lo eterno, renovando la alianza de lo humano y lo divino, de la historia y de Dios presente en ella.
Cuando llega la Nochebuena, en Mira -una delicia de pueblo enclavado en la Sierra baja de Cuenca, vertiginoso en sus calles empinadas y sereno en su dilatada vega- irrumpe con gozo, finalizada “la Misa del Gallo”, la costumbre de cantar la “albá” a la Virgen, unos sencillos y dignos versos donde los más jóvenes (los extinguidos “quintos”) reconocen y adoran con sus voces, acompañadas de guitarras y bandurrias, el misterio celebrado ante el asombro y la alegría de todos.
Si le preguntamos a cualquier hombre sensato sobre el motivo por el que en navidad se imponen desde el interior los sentimientos enterrados durante largo tiempo, experimentando una poderosa atracción hacia el bien en una ternura que se quiere eterna; si le decimos al hombre cabal cuál es la causa por la que ahora se abren las puertas que permanecían selladas con obstinación de espanto y brota como un fuego místico antes apagado; si solicitamos su humana respuesta para encontrar una razón por la que se busca a la familia, como si lo externo apenas importase al descubrir el valor de lo interior, como si el cielo fuese lo más parecido a un hogar, ese hombre exclamaría con la espontaneidad propia de la infancia que se trata de un tiempo de fraternidad fundado en la filiación, de alegría por tener entre nosotros a Aquel que, en expresión de San Atanasio, “se hizo hombre para que nosotros llegáramos a ser Dios”.
Navidad es el nacimiento más conmovedor de un niño sobre el que gravita el abisal misterio y donde confluyen la omnipotencia y la indefensión, la fuerza de un Dios que nace en la debilidad y la dependencia de su madre. Navidad es la creciente vigilancia del amor de un hombre y una mujer cuyo gozo, circundado por la pobreza y las dificultades, descansa en la presencia de un niño donde cristaliza el cumplimiento de las promesas de Dios para todos los hombres. Navidad es una cueva utilizada como establo por los montañeros de Belén; un lugar oscuro, apenas reconocible; el santuario de Dios donde la Sagrada Familia se hace acreedora del carácter sagrado de la vida al poner su morada un Dios cercano entre nosotros. Navidad es el gesto del don tan absoluto como escandaloso: “Tanto amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo” (Jn 3, 16), la celebración de la infinita dignidad del hombre, llamado a la alianza y comunión divinas, en permanente éxodo y acogida de todo hombre.
Tras el pecado de nuestros primeros padres, Adán y Eva, Dios no abandonó al hombre, sino que les prometió un Salvador (Gn 3,15), cuyo nacimiento tendría lugar en Belén (Mi 5,1), de la estirpe de David (Is 11,1), que se le pondría por nombre “Emmanuel”, que significa Dios con nosotros (Is 7,14).
Descendiente de David, su misión será redentora. Toda la vida de Cristo es redentora, cualquier acto de Jesús posee un valor trascendente de salvación, porque son actos del Verbo encarnado. Su vida cotidiana en familia, su trabajo en Nazaret, su entera vida oculta, creciendo y viviendo como uno de nosotros, nos revelan, como afirma San Josemaría, que la existencia humana, el quehacer corriente y ordinario, tiene un sentido divino.
La encarnación hace que todas las cosas asuman un carácter sagrado. Dios se hace hombre, entra en la historia y la “deifica”; el hombre deviene así signo sacramental del Dios encarnado. Para Chesterton, desde la encarnación, cada cosa material es un signo sagrado. La representación del Belén, el árbol de Navidad, la cena de Nochebuena en familia, los regalos de Navidad…tienen un sentido profundo que nace de la realidad misma de la encarnación: “La idea de corporizar el afecto, esto es, de ponerlo en un cuerpo, es la enorme y primigenia idea de la encarnación”.
La misma paz entre los hombres sólo es posible desde la encarnación. Nos lo recuerda Benedicto XVI en su Mensaje con motivo de la celebración de la XLVI Jornada Mundial de la Paz: “Dios mismo, mediante la encarnación del Hijo, y la redención que él llevó a cabo, ha entrado en la historia, haciendo surgir una nueva creación y una alianza nueva entre Dios y el hombre (cfr. Jr 31, 31-34), y dándonos la posibilidad de tener “un corazón nuevo” y “un espíritu nuevo” (Ez 36, 26).
A esta exaltación de la naturaleza humana, sacralizada porque el Verbo se hizo carne, se unirá como consecuencia de la encarnación la adopción de hijos (Gá 4, 4-5): somos hijos en el Hijo; el alimento para el alma: “echado en un pesebre” (Lc 2, 12) para saciarnos con el trigo de su carne; así como alcanzar una mayor bienaventuranza: “quien por mí entrare será salvo, y entrará y saldrá, y hallará pastos” (Jn 10,9).
El tiempo de navidad nos revela una verdad esencial, incomprensible para un hombre empeñado en asirse a honores y poderosos medios, cautivo y enemigo de sí mismo: lo grande sucede en lo pequeño. La historia es el formidable drama de una alegría que, en medio de dificultades, concibe fraternidad. Dios desciende y se acerca a los hombres por el camino de hacerse pequeño. Desprovisto de todo, en la soledad y el abandono de los hombres, revestido de la fragilidad y humildad de la carne humana de un niño, desapercibido y carente de dignidades humanas, el escándalo de la Palabra hecha carne será el de un Dios que nos da al Hijo, para que éste a su vez, amante del cuidado y del amor por lo débil, dando fruto a través de una vida entregada, dé la vida a quienes creen en él.
Esta verdad debe aplicarse al cristiano de nuestros días, envuelto también en debilidad, pero portador de una promesa de vida y esperanza para el mundo en la persona de un niño esperado con amor. El cristiano, convencido de ser una minoría, será capaz de crecer y transformarlo todo, sin renunciar a su fe y a la fidelidad del don recibido. Atento siempre a lo pequeño y pobre, al amor por los pequeños, construirá algo nuevo por medio de una entrega generosa, de un camino de amor concreto en el que transmitir un cuidado humano y divino.
Con motivo de la encarnación, en ninguna persona como en la Virgen –nos recuerda Santo Tomás de Aquino-, las tres divinas personas encuentran alegría en vivir en su alma llena de gracia. A ella, la “albá” de mi pueblo, y también a San José el olvidado, el hombre justo, con una justicia más parecida a la divina que a la humana. Y todas las “albás” del alma en honor al Dios que se hizo hombre -como afirma el Credo- “por nosotros los hombres y por nuestra salvación”, para salvarnos reconciliándonos con Dios y para que conociésemos así el amor de Dios, para ser nuestro modelo de santidad y hacernos “partícipes de la naturaleza divina” (2 P 1,6).
Cuando llega la Nochebuena, en Mira -una delicia de pueblo enclavado en la Sierra baja de Cuenca, vertiginoso en sus calles empinadas y sereno en su dilatada vega- irrumpe con gozo, finalizada “la Misa del Gallo”, la costumbre de cantar la “albá” a la Virgen, unos sencillos y dignos versos donde los más jóvenes (los extinguidos “quintos”) reconocen y adoran con sus voces, acompañadas de guitarras y bandurrias, el misterio celebrado ante el asombro y la alegría de todos.
Si le preguntamos a cualquier hombre sensato sobre el motivo por el que en navidad se imponen desde el interior los sentimientos enterrados durante largo tiempo, experimentando una poderosa atracción hacia el bien en una ternura que se quiere eterna; si le decimos al hombre cabal cuál es la causa por la que ahora se abren las puertas que permanecían selladas con obstinación de espanto y brota como un fuego místico antes apagado; si solicitamos su humana respuesta para encontrar una razón por la que se busca a la familia, como si lo externo apenas importase al descubrir el valor de lo interior, como si el cielo fuese lo más parecido a un hogar, ese hombre exclamaría con la espontaneidad propia de la infancia que se trata de un tiempo de fraternidad fundado en la filiación, de alegría por tener entre nosotros a Aquel que, en expresión de San Atanasio, “se hizo hombre para que nosotros llegáramos a ser Dios”.
Navidad es el nacimiento más conmovedor de un niño sobre el que gravita el abisal misterio y donde confluyen la omnipotencia y la indefensión, la fuerza de un Dios que nace en la debilidad y la dependencia de su madre. Navidad es la creciente vigilancia del amor de un hombre y una mujer cuyo gozo, circundado por la pobreza y las dificultades, descansa en la presencia de un niño donde cristaliza el cumplimiento de las promesas de Dios para todos los hombres. Navidad es una cueva utilizada como establo por los montañeros de Belén; un lugar oscuro, apenas reconocible; el santuario de Dios donde la Sagrada Familia se hace acreedora del carácter sagrado de la vida al poner su morada un Dios cercano entre nosotros. Navidad es el gesto del don tan absoluto como escandaloso: “Tanto amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo” (Jn 3, 16), la celebración de la infinita dignidad del hombre, llamado a la alianza y comunión divinas, en permanente éxodo y acogida de todo hombre.
Tras el pecado de nuestros primeros padres, Adán y Eva, Dios no abandonó al hombre, sino que les prometió un Salvador (Gn 3,15), cuyo nacimiento tendría lugar en Belén (Mi 5,1), de la estirpe de David (Is 11,1), que se le pondría por nombre “Emmanuel”, que significa Dios con nosotros (Is 7,14).
Descendiente de David, su misión será redentora. Toda la vida de Cristo es redentora, cualquier acto de Jesús posee un valor trascendente de salvación, porque son actos del Verbo encarnado. Su vida cotidiana en familia, su trabajo en Nazaret, su entera vida oculta, creciendo y viviendo como uno de nosotros, nos revelan, como afirma San Josemaría, que la existencia humana, el quehacer corriente y ordinario, tiene un sentido divino.
La encarnación hace que todas las cosas asuman un carácter sagrado. Dios se hace hombre, entra en la historia y la “deifica”; el hombre deviene así signo sacramental del Dios encarnado. Para Chesterton, desde la encarnación, cada cosa material es un signo sagrado. La representación del Belén, el árbol de Navidad, la cena de Nochebuena en familia, los regalos de Navidad…tienen un sentido profundo que nace de la realidad misma de la encarnación: “La idea de corporizar el afecto, esto es, de ponerlo en un cuerpo, es la enorme y primigenia idea de la encarnación”.
La misma paz entre los hombres sólo es posible desde la encarnación. Nos lo recuerda Benedicto XVI en su Mensaje con motivo de la celebración de la XLVI Jornada Mundial de la Paz: “Dios mismo, mediante la encarnación del Hijo, y la redención que él llevó a cabo, ha entrado en la historia, haciendo surgir una nueva creación y una alianza nueva entre Dios y el hombre (cfr. Jr 31, 31-34), y dándonos la posibilidad de tener “un corazón nuevo” y “un espíritu nuevo” (Ez 36, 26).
A esta exaltación de la naturaleza humana, sacralizada porque el Verbo se hizo carne, se unirá como consecuencia de la encarnación la adopción de hijos (Gá 4, 4-5): somos hijos en el Hijo; el alimento para el alma: “echado en un pesebre” (Lc 2, 12) para saciarnos con el trigo de su carne; así como alcanzar una mayor bienaventuranza: “quien por mí entrare será salvo, y entrará y saldrá, y hallará pastos” (Jn 10,9).
El tiempo de navidad nos revela una verdad esencial, incomprensible para un hombre empeñado en asirse a honores y poderosos medios, cautivo y enemigo de sí mismo: lo grande sucede en lo pequeño. La historia es el formidable drama de una alegría que, en medio de dificultades, concibe fraternidad. Dios desciende y se acerca a los hombres por el camino de hacerse pequeño. Desprovisto de todo, en la soledad y el abandono de los hombres, revestido de la fragilidad y humildad de la carne humana de un niño, desapercibido y carente de dignidades humanas, el escándalo de la Palabra hecha carne será el de un Dios que nos da al Hijo, para que éste a su vez, amante del cuidado y del amor por lo débil, dando fruto a través de una vida entregada, dé la vida a quienes creen en él.
Esta verdad debe aplicarse al cristiano de nuestros días, envuelto también en debilidad, pero portador de una promesa de vida y esperanza para el mundo en la persona de un niño esperado con amor. El cristiano, convencido de ser una minoría, será capaz de crecer y transformarlo todo, sin renunciar a su fe y a la fidelidad del don recibido. Atento siempre a lo pequeño y pobre, al amor por los pequeños, construirá algo nuevo por medio de una entrega generosa, de un camino de amor concreto en el que transmitir un cuidado humano y divino.
Con motivo de la encarnación, en ninguna persona como en la Virgen –nos recuerda Santo Tomás de Aquino-, las tres divinas personas encuentran alegría en vivir en su alma llena de gracia. A ella, la “albá” de mi pueblo, y también a San José el olvidado, el hombre justo, con una justicia más parecida a la divina que a la humana. Y todas las “albás” del alma en honor al Dios que se hizo hombre -como afirma el Credo- “por nosotros los hombres y por nuestra salvación”, para salvarnos reconciliándonos con Dios y para que conociésemos así el amor de Dios, para ser nuestro modelo de santidad y hacernos “partícipes de la naturaleza divina” (2 P 1,6).
martes, 23 de diciembre de 2014
Evangelio 23 de Diciembre de 2014
- Primera Lectura: Malaquías 3,1-4.23-24"Os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor"Así dice el Señor: "Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar -dice el Señor de los ejércitos-. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos. Mirad: os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible. Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la tierra."
- Salmo Responsorial: 24"Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación."Señor, enséñame tus caminos, / instrúyeme en tus sendas: / haz que camine con lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R. El Señor es bueno y es recto, / y enseña el camino a los pecadores; / hace caminar a los humildes con rectitud, / enseña su camino a los humildes. R. Las sendas del Señor son misericordia y lealtad / para los que guardan su alianza y sus mandatos. / El Señor se confía con sus fieles / y les da a conocer su alianza. R.
- Evangelio: Lucas 1,57-66"El nacimiento de Juan Bautista"A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: "¡No! Se va a llamar Juan." Le replicaron: "Ninguno de tus parientes se llama así." Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre." Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: "¿Qué va a ser este niño?" Porque la mano del Señor estaba con él.
Evangelio meditado
Dios envía un precursor
Adviento
Adviento
Lucas 1, 57-66. Adviento. Juan Bautista sigue hablando a lo largo de los siglos a todas las generaciones. Sus palabras claras y duras
Por: Juan Pablo López Castellanos, L.C. | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 57-66
Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan». Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues, ¿qué será este niño?». Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.
Oración introductoria
Señor, gracias por venir para quedarte con nosotros. Gracias por mostrarte cercano a nosotros y hacerte uno como nosotros. Gracias por enviarnos a Juan para avisarnos de tu llegada. Sin duda, nunca estaremos listos para recibirte. Pero, ¿qué sería de nosotros si Tú no te hicieras presente en nuestra vida? En cada Eucaristía, Tú vienes nuevamente a nuestro corazón. Por favor, quédate con nosotros y ayúdanos a recibirte cada día con un corazón más limpio y más enamorado de Ti.
Petición
Señor, permíteme experimentar de tal manera tu amor, que me lleve a ser, a ejemplo de San Juan, mensajero de tu amor.
Meditación del Papa Francisco
Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan». Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues, ¿qué será este niño?». Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.
Oración introductoria
Señor, gracias por venir para quedarte con nosotros. Gracias por mostrarte cercano a nosotros y hacerte uno como nosotros. Gracias por enviarnos a Juan para avisarnos de tu llegada. Sin duda, nunca estaremos listos para recibirte. Pero, ¿qué sería de nosotros si Tú no te hicieras presente en nuestra vida? En cada Eucaristía, Tú vienes nuevamente a nuestro corazón. Por favor, quédate con nosotros y ayúdanos a recibirte cada día con un corazón más limpio y más enamorado de Ti.
Petición
Señor, permíteme experimentar de tal manera tu amor, que me lleve a ser, a ejemplo de San Juan, mensajero de tu amor.
Meditación del Papa Francisco
El padre de Juan, Zacarías -marido de Isabel, pariente de María- era sacerdote del culto judío. Él no creyó de inmediato en el anuncio de una paternidad así inesperada, y por esto se mantuvo mudo hasta el día de la circuncisión del niño, al que él y su esposa dieron el nombre dado por Dios, es decir, Juan, que significa "el Señor da la gracia".
Animado por el Espíritu Santo, Zacarías habló así de la misión de su hijo: "Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo / pues irás delante del Señor para preparar sus caminos, / y dar a su pueblo el conocimiento de la salvación / mediante el perdón de sus pecados". Todo esto se hizo evidente treinta años más tarde, cuando Juan comenzó a bautizar.» (Benedicto XVI, 24 de junio de 2012)
Reflexión apostólica
En nuestra vida diaria, Dios nos sigue enviando "juanes" o precursores de la gran noticia: "El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn 1, 14). ¿Qué mayor signo de amor podemos pedirle a Dios, que el verle envuelto en pañales, tiritando de frío y pidiendo posada para nacer? Ésta es sin duda una muestra inconmensurable de su amor. Él no tenía ninguna necesidad de nuestro amor y aun así no dudó hacerse dependiente de un buey, una mula y un poco de paja para calentar su cuerpecito.
Pero nosotros muchas veces no somos conscientes, o no nos damos cuenta, del gran amor que Dios nos tiene. Por eso, sigue enviándonos gente, acontecimientos, retrasos, accidentes, ejemplos, llamadas, sonrisas... para recordarnos que Él es amor. Cada día, Dios busca acercarse a nuestro corazón, se esfuerza de mil formas para tocar la puerta de nuestra alma y no cesa de intentar para penetrar en la cueva de nuestro corazón, para conseguir un poco de calor en medio del mundo que le dice que no hay sitio para Él.
Propósito
Hacer una visita al Santísimo, para agradecerle todas las muestras de amor que me ha dado durante el día.
Diálogo con Cristo
Señor, gracias por todo lo que me has dado, porque siempre has estado a mi lado y porque nunca me dejas solo. Enséñame a amarte cada día más para corresponder a tu amor. Permíteme ver en todo tu mano de Padre. Que te reconozca en todos los que me rodean, viendo en ellos al Niño de Belén, y que, como hubiera querido hacer contigo, les lleve calor, luz y amor.
"Es preciso adorar devotamente a este Dios escondido: es el mismo Jesucristo que nació de María Virgen; el mismo que padeció, que fue inmolado en la Cruz; el mismo de cuyo costado traspasado manó agua y sangre" (San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 84)
En nuestra vida diaria, Dios nos sigue enviando "juanes" o precursores de la gran noticia: "El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn 1, 14). ¿Qué mayor signo de amor podemos pedirle a Dios, que el verle envuelto en pañales, tiritando de frío y pidiendo posada para nacer? Ésta es sin duda una muestra inconmensurable de su amor. Él no tenía ninguna necesidad de nuestro amor y aun así no dudó hacerse dependiente de un buey, una mula y un poco de paja para calentar su cuerpecito.
Pero nosotros muchas veces no somos conscientes, o no nos damos cuenta, del gran amor que Dios nos tiene. Por eso, sigue enviándonos gente, acontecimientos, retrasos, accidentes, ejemplos, llamadas, sonrisas... para recordarnos que Él es amor. Cada día, Dios busca acercarse a nuestro corazón, se esfuerza de mil formas para tocar la puerta de nuestra alma y no cesa de intentar para penetrar en la cueva de nuestro corazón, para conseguir un poco de calor en medio del mundo que le dice que no hay sitio para Él.
Propósito
Hacer una visita al Santísimo, para agradecerle todas las muestras de amor que me ha dado durante el día.
Diálogo con Cristo
Señor, gracias por todo lo que me has dado, porque siempre has estado a mi lado y porque nunca me dejas solo. Enséñame a amarte cada día más para corresponder a tu amor. Permíteme ver en todo tu mano de Padre. Que te reconozca en todos los que me rodean, viendo en ellos al Niño de Belén, y que, como hubiera querido hacer contigo, les lleve calor, luz y amor.
"Es preciso adorar devotamente a este Dios escondido: es el mismo Jesucristo que nació de María Virgen; el mismo que padeció, que fue inmolado en la Cruz; el mismo de cuyo costado traspasado manó agua y sangre" (San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 84)
lunes, 22 de diciembre de 2014
Evangelio 22 de Diciembre de 2014
Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (1,24-28):
En aquellos días, cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con él al templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. El niño era aun muy pequeño.
Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Elí, diciendo: «Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo.»
Después se postraron ante el Señor.
Palabra de Dios
Salmo
1S 2,1.45.6-7.8abcd
R/. Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador
Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación. R/.
Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía. R/.
El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece. R/.
Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,46-56):
En aquel tiempo, María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
Palabra del Señor
¿Hay un Dios?
¿Hay un Dios?
¿Existe Dios? ¿Hay pruebas? El siguiente artículo ofrece razones honestas y directas para creer en la existencia de Dios...
por Marilyn Adamson
¿No te gustaría que alguien te mostrase -de una manera simple- la evidencia de la existencia de Dios? Sin forzar ni frases como "solo tienes que creer". Bien, aquí presentaremos honestamente algunas de las razones que sostienen que Dios existe.
Pero, primero consideremos esto. Si una persona se opone aun a la posibilidad que haya un Dios, podría cuestionar o descartar cualquier evidencia. Para quien rehúsa creer que el hombre ha caminado en la luna, no hay información que cambie su manera de pensar. Las filmaciones de los astronautas caminando en la luna, las entrevistas a estos astronautas, las rocas lunares... todas las evidencias no tendrían ningún valor porque esta persona ya ha determinado y concluido que el hombre no puede ir a la luna.
Cuando se refiere a la existencia de Dios, la Biblia dice que hay personas que han visto suficiente evidencia, pero que ellos han suprimido la verdad acerca de Dios.1 En cambio, para aquellos que quieren saber si Dios está allí, El dice, "Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón".2 Antes de ver los hechos que manifiestan la existencia de Dios, pregúntate, "¿Si Dios existe, quisiera conocerlo?" Aquí entonces, están algunas razones a considerar...
1. ¿Dios existe? La complejidad de nuestro planeta apunta a un Diseñador quien deliberadamente no sólo creó nuestro Universo sino que lo sustenta hoy en día.
Muchísimos ejemplos de diseño de un Dios podrían ser dados -posiblemente un sin fin. Aquí, unos pocos:
La Tierra ...su tamaño es perfecto. El tamaño de la Tierra y su respectiva gravedad contienen una capa delgada compuesta en mayoría de nitrógeno y oxígeno que se extiende a 80 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Si la Tierra fuese más pequeña, sería imposible que tuviese atmósfera, como es el caso del planeta Mercurio. Si la Tierra fuera más grande, su atmósfera contendría hidrógeno libre, como Júpiter.3
La Tierra es el único planeta conocido equipado con una atmósfera compuesta por una mezcla adecuada de gases que dan sustento a las plantas, animales y seres humanos.
La Tierra está ubicada a la distancia adecuada del sol. Considere que las temperaturas que tenemos, aproximadamente varían desde -35º C a 50º C. Si la Tierra estuviese un poco más lejos del sol, todos nos congelaríamos. Si estuviese un poco más cerca, nos quemaríamos. Incluso una pequeña variación -una fracción- en la posición de la Tierra con respeto del sol haría imposible la vida sobre la Tierra. La Tierra permanece a una distancia perfecta del sol mientras rota alrededor de él a una velocidad cerca de 107.000 kilómetros por hora. Esta también rotando sobre su eje, permitiendo que la superficie entera de la Tierra sea perfectamente calentada y enfriada cada día.
Nuestra luna tiene el tamaño y la distancia de la Tierra perfectos para su atracción gravitacional. La Luna crea las mareas y los movimientos de los océanos de tal manera que sus aguas no se estanquen, y al mismo tiempo evita que estas mismas inunden los continentes.4
Agua... incolora, inodora y sin sabor, aun así, ningún ser viviente puede sobrevivir sin ella. Las plantas, los animales y los seres humanos están compuestos en su mayoría por agua (alrededor de dos tercios del cuerpo humano está compuesto por agua). Ahora veamos porque las características del agua son únicas y especiales para la vida:
Tiene los puntos de ebullición y de congelamiento inusualmente altos. El agua nos permite vivir en un ambiente de temperaturas cambiantes, mientras mantiene a nuestros cuerpos a una temperatura de 37º C.
El agua es un disolvente universal. Esta propiedad del agua permite que miles de químicos, minerales y nutrientes sean transportados a través de nuestros cuerpos y hacia los conductos sanguíneos más pequeños.5
El agua es también químicamente neutra. Sin afectar la composición de las substancias, el agua hace posible que la comida, medicinas y minerales sean absorbidos y usados por el cuerpo.
El agua tiene una única tensión superficial que permite que en las plantas pueda fluir hacia arriba a pesar de la gravedad, lo que lleva agua y nutrientes vitales hasta la copa de los árboles más altos.
El agua se congela de arriba hacia abajo, y flota de tal manera que los peces pueden sobrevivir en el invierno.
Noventa y siete por ciento del agua de la Tierra esta en los océanos. Pero en nuestra Tierra, hay un sistema diseñado que remueve la sal del agua y luego la distribuye por todo el globo. La evaporación toma el agua de los océanos, deja la sal, y forma nubes que son fácilmente movidas por el viento para que dispersen agua sobre la tierra, para la vegetación, los animales y las personas. Es un sistema de purificación y abastecimiento que sustenta la vida del planeta, es un sistema de reciclar y reusar agua.6
2. ¿Dios existe? La complejidad del cerebro humano muestra una inteligencia superior tras él.
El cerebro humano... procesa simultáneamente una asombrosa cantidad de información. Tu cerebro capta todos los colores y objetos que ves, la temperatura a tu alrededor, la presión de tus pies sobre el piso, los sonidos a tu alrededor, lo seco de tu boca, hasta la textura de tu teclado. Tu cerebro registra y procesa todas tus emociones, pensamientos y memorias. Al mismo tiempo monitorea las funciones continuas de tu cuerpo como la respiración, el parpadeo, el hambre y el movimiento de los músculos en tus manos.
El cerebro humano procesa más de un millón de mensajes por segundo.7 Tu cerebro evalúa la importancia de todos estos datos, filtrando lo que relativamente no tiene importancia. Esta función de filtrado es lo que te permite enfocar y funcionar efectivamente en tu mundo. Un cerebro que procesa más de un millón de datos por segundo, mientras evalúa la importancia de ellos y te permite actuar de acuerdo a la información más relevante... ¿surgió como producto de la mera casualidad?
¿Fueron simplemente causas biológicas, las que formaron perfectamente el tejido adecuado, el flujo sanguíneo, las neuronas, y la estructura? El cerebro funciona de manera muy distinta que otros órganos. Hay inteligencia en él, la habilidad de razonar, generar sentimientos, de soñar y planear, de actuar, y relacionarse a otras personas. ¿Cómo uno explica el cerebro humano?.
3. ¿Dios existe? La mera casualidad o "causas naturales" son explicaciones inadecuadas.
La alternativa a un Dios existente es que todo lo que existe alrededor de nosotros apareció por causa natural y al azar. Si alguien esta jugando con dados, la probabilidad de lograr un par de seis es una cosa. Pero la probabilidad que el dado este en blanco, y aparezcan los puntos negros es completamente distinto. Lo que Pasteur intento probar siglos atrás, y la ciencia confirma, es que la vida no puede surgir de la no-vida. ¿De dónde vienen la vida humana, animal y vegetal?
Asimismo, las "causas naturales" son una explicación inadecuada para la cantidad de precisa información contenida en un DNA humano. Una persona que descarta a Dios queda con la conclusión que todo esto apareció sin causa, sin diseño, producto simplemente de la buena fortuna. Esta queriendo intelectualmente observar un diseño intrincado, y lo atribuye a la suerte.
4. ¿Dios existe? Para afirmar con seguridad que no hay Dios, la persona tiene que ignorar la pasión de un vastísimo numero de personas quienes están convencidos que hay Dios.
Esto no es decir que si suficientes personas creen algo, por tanto es cierto. La Ciencia, por ejemplo, ha descubierto nuevas verdades acerca del universo que prevalecen sobre conclusiones previas. Mientras la ciencia ha progresado, no hay descubrimiento científico que contradiga la probabilidad numérica de un Ser Inteligente existente detrás de todo esto. De hecho, mientras más la ciencia descubre acerca de la vida humana y el universo, más complejos y precisamente diseñados nos damos cuenta que lo son. En vez de apuntar afuera de Dios, la evidencia se acumula y orienta hacia una fuente Inteligente. Pero evidencia objetiva no lo es todo.
Hay un aspecto mucho más grande. A través de la historia, billones de personas en el mundo han atestiguado sus convicciones esenciales y firmes acerca de la existencia de Dios -alcanzadas desde su subjetiva y personal relación con Dios. Millones podrían dar cuenta detallada de su experiencia con Dios. Ellos nos hablarían de sus oraciones atendidas y las asombrosas maneras en que Dios satisfizo sus necesidades, y los guió a través de importantes decisiones personales. Ellos ofrecerían, no solo una descripción de sus creencias, sino reportes detallados de las acciones de Dios en sus vidas. Muchos están seguros que un Dios amoroso existe y les ha mostrado ser fiel. Si tú eres un escéptico, puedes decir con seguridad: "Yo estoy absolutamente en lo cierto y todos ellos están equivocados acerca de Dios".
5. ¿Dios existe? Sabemos que Dios existe porque nos busca. El esta constantemente iniciando el buscarnos para ir a su encuentro.
Yo fui atea en un tiempo. Y como muchos ateos, el tema de gente creyendo en Dios me molestaba grandemente. Que hace que los ateos pasemos tanto tiempo, atención y energía refutando algo que nosotros no creemos que aun existe?. ¿Qué nos motiva a hacer eso? Cuando era atea, atribuí mis intenciones al verdadero interés por aquellas pobres y desilusionadas personas... a ayudarles a entender que su esperanza era completamente infundada. Para ser honesta, también tenía otro motivo. Mientras cuestionaba a aquellos que creen en Dios, estaba profundamente curiosa por ver si ellos podían convencerme. Parte de mi búsqueda era liberarme del tema de Dios. Si yo podía probar definitivamente a los creyentes que estaban equivocados, entonces el tema quedaba fuera de discusión y estaría libre para continuar mi vida.
No me di cuenta que la razón del porqué el tema de Dios pesaba tanto en mi mente, era porque Dios lo estaba apremiando. He llegado a averiguar que Dios quiere ser conocido. Nos ha creado con la intención que lo conozcamos. Nos ha rodeado de evidencias acerca de El, y mantiene el tema de su existencia directamente ante nosotros. Era como si yo no podía escapar de pensar acerca de la posibilidad de la existencia de Dios. De hecho, el día que yo escogí aceptar la existencia de Dios, mi oración comenzó con "OK, tu ganas.." Podría ser que la razón subyacente que a los ateos les moleste los creyentes en Dios es porque Dios esta activamente buscándolos.
No soy la única quien ha experimentado esto. Malcolm Muggeridge, autor socialista y filosófico, escribió, "Tenia la noción que de alguna manera, además de estar buscando, yo estaba siendo buscado". Clive S. Lewis dijo recordar "...noche tras noche, sentía que cuando mi mente dejaba por un segundo mi trabajo, un continuo e inexorable acercamiento de El, a quien yo tan intensamente deseaba no conocer. Yo me rendí, y admitiendo que Dios era Dios, me arrodille y recé: quizás, esa noche, fui el converso más abatido y reacio de todo Inglaterra".
Lewis procedió a escribir un libro titulado "Sorprendido de Alegría" como un resultado de conocer a Dios.
Yo tampoco no tenía más expectativas que el correctamente admitir la existencia de Dios. Pero en los siguientes meses, quedé asombrada de su amor por mí.
6. ¿Dios existe? A diferencia de cualquier otra revelación de Dios, Jesucristo es la imagen más clara, más especifica de un Dios buscándonos.
¿Porqué Jesús? Mira a través de las principales religiones del Mundo, y encontrarás que Buda, Mahoma, Confucio y Moisés, todos ellos, se autoidentifican como maestros o profetas. Ninguno de ellos jamás reivindicó ser igual a Dios. Sorprendentemente, Jesús lo hizo. Eso es lo que separa a Jesús de todos los demás. El dijo, Dios existe y tu lo estas mirando a El. Aunque El habló de su Padre en el Cielo, no fue desde la posición de separación, sino de estrecha unión. Jesús dijo que cualquiera quien lo viese, había visto el Padre, cualquiera quien creyese en El, creía en El Padre.
Él dijo, "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".8 Él reivindicó tener atributos que sólo pertenecen a un Dios: poder perdonar los pecados de la gente, liberarlos de los hábitos del pecado, dar una vida más abundante y darles vida eterna en el Cielo. A diferencia de otros maestros que hacían enfocar a la gente en sus palabras, Jesús dirigía a la gente a sí mismo. Él no solo dijo, "sigan mis palabras y encontrarán la verdad". Él dijo, "Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino a trabes de Mí".9
¿Qué pruebas dio Jesús de Su divinidad? Él hizo lo que la gente no puede hacer. Jesús hizo milagros. Sanó gente... ciegos, paralíticos, sordos, incluso resucitó a un par de personas de la muerte. Él tenía poder sobre los objetos... sacó comida de la nada, suficiente para alimentar a miles de personas. Él hizo milagros en la naturaleza... caminó sobre un lago, ordenó detenerse a una fuerte tormenta para ayudar a sus amigos. Gente por todas partes seguía a Jesús porque Él constantemente satisfacía sus necesidades, haciendo lo milagroso. Él dijo, "Si ustedes no quieren creer lo que les estoy diciendo, deberían al menos creer en mí por los milagros que están viendo".10
Jesucristo nos mostró a un Dios tierno, amoroso, consciente de nuestro egoísmo y limitaciones, aún así deseando profundamente una relación íntima con nosotros. Jesús revela que aunque Dios nos ve como pecadores, y merecedores de su castigo, su Amor por nosotros prevaleció, y creó un plan diferente. Jesucristo -un Dios también- tomó la forma de un Hombre y aceptó el castigo por nuestros pecados, en nuestra representación. Suena absurdo? Quizás, pero muchos padres amorosos cambiarían de lugar con sus hijos enfermos en una sala de cáncer si ellos pudiesen. La Biblia dice que la razón para que amemos a Dios es porque El nos amó primero.
Jesús murió en nuestro lugar para que nosotros seamos perdonados. De todas las religiones conocidas por la humanidad, sólo a través de Jesús verás a un Dios acercándose hacia la humanidad, brindándonos una manera de tener una relación con El. Jesús nos prueba un corazón divino de amor, satisfaciendo nuestras necesidades, acercándonos a El. Debido a la muerte y resurrección de Jesús, El nos ofrece una nueva vida hoy. Nosotros podemos ser perdonados, completamente aceptados por Dios y genuinamente aceptados por Dios. El dice "Te he amado con un amor sin fin, por tanto he mantenido mi Fe en ti"11. Ese es Dios, en acción.
¿Dios existe? Si tu quieres saber, investiga a Jesucristo. Se nos ha dicho "Dios amó tanto el mundo que dic a su único Hijo, que quienquiera que crea en El no perecerá sino que tendrá vida eterna".12
Dios no nos fuerza a creer en El, aunque pudiera. En vez de eso, El nos ha provisto de suficiente prueba de su existencia para que nosotros voluntaria y gustosamente le respondamos. La perfecta distancia de la Tierra al Sol, las únicas propiedades químicas del agua, el cerebro humano, el DNA, el número de personas que atestiguan conocer a Dios, el ansia en nuestros corazones y mentes por determinar si Dios esta allí, el enorme deseo de Dios de ser conocido a través de Jesucristo. Si necesitas saber más acerca de Jesús y razones para creer en El, por favor ve: Más allá de la Fe Ciega.
Si quieres iniciar una relación con Dios ahora, tu puedes.
Esa es tu decisión, no hay coerción acá. Pero si tu quieres ser perdonado por Dios y alcanzar una relación con El, puedes empezar ya mismo pidiéndole te perdone y venga a tu vida. Jesús dijo, "Mira, estoy en la puerta [de tu corazón] y tocándola. Quien escuche mi voz y abra la puerta, yo vendré hacia él [o ella]."13
Si tu quieres hacerlo, pero no estas seguro como ponerlo en palabras, esto puede ayudar: "Jesús, gracias por morir por mis pecados. Tú conoces mi vida y que necesito ser perdonado. Te pido perdonarme ya mismo y venir hacia mi vida. Quiero conocerte realmente. Ven a mi vida ahora. Te agradezco que quieras tener una relación conmigo. Amen".
Dios ve tu relación con El como permanente. Refiriéndose a todos aquellos quienes creen en El, Jesucristo dijo de nosotros, "Los conozco, y ellos me siguen, y les doy vida eterna, ellos nunca perecerán, y nadie los sacara de mi mano".14
Entonces, ¿Dios existe? Mirando todos estos hechos, uno puede concluir que un amoroso Dios existe y puede ser conocido en una manera personal e intima. Si tú necesitas más información acerca de la divinidad de Jesús, o de la existencia de Dios, o si tú tienes preguntas importantes similares, por favor contáctanos por correo electrónico.
Acerca del Autor: Siendo atea, Marilyn Adamson encontró difícil refutar como continuamente Dios atendía las oraciones de su intima amiga. En el cuestionar las creencias de esa amiga, Marilyn se asombraba al conocer la inmensa cantidad de evidencia objetiva que apunta a la existencia de Dios. Después de un año de persistente cuestionamiento, ella respondió el ofrecimiento de Dios de venir a su vida y ha encontrado su fe en El ser constantemente fortalecida y grandemente recompensada.
(1) Romanos 1:19-21;
(2) Jeremías 29:13-14;
(3) R.E.D. Clark, Creation (La Creación) London: Tyndale Press, 1946, p. 20;
(4-7) The Wonders of God's Creation, (Las Maravillas de la Creación de Dios) Moody Institute of Science, Chicago, IL;
(8) San Juan 8:12;
(9) San Juan 14:6;
(10) San Juan 14:11;
(11) Jeremías 31:3;
(12) San Juan 3:16;
(13) Apocalipsis 3:20;
(14) San Juan 10:27-29
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