viernes, 7 de enero de 2011

Evangelio 7 de Enero de 2011

  • Primera Lectura: I Juan 5, 5-13
    "El Espíritu, el agua y la sangre"

    Queridos hijos: ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Jesucristo se manifestó mediante sangre y agua; no sólo por agua, sino por agua y por sangre; y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Así pues, los testigos son tres: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo.

    Si aceptamos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios. Y Dios nos ha dado testimonio acerca de su Hijo: si uno cree en el Hijo de Dios, tiene ya el testimonio de Dios.

    Si uno no cree a Dios, lo hace mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo. Y el testimonio consiste en que Dios nos ha dado la vida eterna, la vida que está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.

    A ustedes, los que creen en el Hijo de Dios, les he escrito estas cosas para que sepan que tienen la vida eterna.

  • Salmo Responsorial: 147
    "Demos gracias y alabemos al Señor."

    Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión. Que él refuerza los cerrojos de tus puertas y bendice a tus hijos en medio de ti.
    R. Demos gracias y alabemos al Señor.

    El mantiene la paz en tus fronteras y te alimenta con la mejor harina; él envía a la tierra sus ordenes, veloz va corriendo su mensaje.
    R. Demos gracias y alabemos al Señor.

    Manifestó su palabra a Jacob, sus leyes y decretos a Israel; con ningún pueblo actuó así, ni les dio a conocer sus decretos.
    R. Demos gracias y alabemos al Señor

  • Evangelio: Lucas 5, 12-16
    "Al momento desapareció la lepra"

    En aquel tiempo, estando Jesús en un poblado, llegó un leproso; y al ver a Jesús, se postró rostro en tierra suplicando:

    «Señor, si quieres, puedes limpiarme».

    Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo:

    «Quiero, queda limpio».

    Y al momento desapareció la lepra. Jesús le ordenó que no lo dijera a nadie, y añadió: «Ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que Moisés prescribió. Eso les servirá de testimonio».

    Y su fama se extendía cada vez más, y las muchedumbres acudían a oírlo y a ser curados de sus enfermedades. Pero él se retiraba a lugares solitarios para orar.

miércoles, 5 de enero de 2011

Evangelio 6 de Enero de 2011

  • Primera Lectura: I Juan 4,19-5,4
    "Quien ama a Dios, ame también a su hermano"

    Queridos hermanos: Nosotros amamos a Dios, porque él nos amó primero. Si alguno dice: "Amo a Dios", y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Y hemos recibido de él este mandamiento: Quien ama a Dios, ame también a su hermano. Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él.

    En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.

  • Salmo Responsorial: 71
    "Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra."

    Dios mío, confía tu juicio al rey,
    tu justicia al hijo de reyes,
    para que rija a tu pueblo con justicia,
    a tus humildes con rectitud. R.

    Él rescatará sus vidas de la violencia,
    su sangre será preciosa a sus ojos.
    Que recen por él continuamente
    y lo bendigan todo el día. R.

    Que su nombre sea eterno,
    y su fama dure como el sol;
    que él sea la bendición de todos los pueblos,
    y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

  • Evangelio: Lucas 4,14-22a
    "Hoy se cumple esta Escritura"

    En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.

    Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor." Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír." Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.

Evangelio 5 de Enero de 2011

  • Primera Lectura: I Juan 4,11-18
    "Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros"

    Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él. En esto ha llegado el amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo. No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo; quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor.

  • Salmo Responsorial: 71
    "Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra."

    Dios mío, confía tu juicio al rey,
    tu justicia al hijo de reyes,
    para que rija a tu pueblo con justicia,
    a tus humildes con rectitud. R.

    Que los reyes de Tarsis y de las islas
    le paguen tributo.
    Que los reyes de Saba y de Arabia
    le ofrezcan sus dones;
    que se postren ante él todos los reyes,
    y que todos los pueblos le sirvan. R.

    Él librará al pobre que clamaba,
    al afligido que no tenía protector;
    él se apiadará del pobre y del indigente,
    y salvará la vida de los pobres. R.

  • Evangelio: Marcos 6,45-52
    "Está cerca el reino de los cielos"

    Después que se saciaron los cinco mil hombres, Jesús en seguida apremió a los discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran hacia la orilla de Betsaida, mientras él despedía a la gente. Y después de despedirse de ellos, se retiró al monte a orar.

    Llegada la noche, la barca estaba en mitad del lago, y Jesús, solo, en tierra. Viendo el trabajo con que remaban, porque tenían viento contrario, a eso de la madrugada, va hacia ellos andando sobre el lago, e hizo ademán de pasar de largo. Ellos, viéndolo andar sobre el lago, pensaron que era un fantasma y dieron un grito, porque al verlo se habían sobresaltado. Pero él les dirige en seguida la palabra y les dice: "Ánimo, soy yo, no tengáis miedo." Entró en la barca con ellos, y amainó el viento. Ellos estaban en el colmo del estupor, pues no habían comprendido lo de los panes, porque eran torpes para entender.

lunes, 3 de enero de 2011

México encomienda a la Virgen de Guadalupe el fin de la violencia

Misa de fin de año del representante del Papa

CIUDAD DE MÉXICO, sábado 1 de enero de 2011 (ZENIT.org-El Observador).- En la misa de fin de año en la Basílica de Guadalupe, el representante de Benedicto XVI para México, el arzobispo Christophe Pierre, pidió un esfuerzo renovado de todos los mexicanos a favor de la paz. Tras un año particularmente violento en la República, el nuncio de origen francés encomendó el país a la paz de su patrona, la Emperatriz de América, Santa María de Guadalupe.

En la homilía de la tradicional misa de Acción de Gracias y de inicio de año, el nuncio apostólico dijo: "Hoy queremos iniciar el año nuevo bajo la bendición de Santa María de Guadalupe, invocando para el pueblo mexicano abundantes bendiciones como el don de la paz".

Cabe resaltar que la lucha del gobierno mexicano en contra de las redes del narcotráfico ha dejado, luego de cuatro años, más de 30 mil víctimas, lo cual ha acarreado un ambiente de zozobra y desesperanza entre los mexicanos.

Por ello, monseñor Pierre exigió a las fieles católicos intensificar la oración. El purpurado francés expresó que orar por la paz es el camino necesario para que Dios "nos conceda esa paz que es el bien más valioso y construirla todos los hombres y mujeres de buena voluntad (...) la paz es necesaria para superar el año lastimado por la inseguridad".

Aunado al mensaje del Papa Benedicto XVI para este 1 de enero de 2011, sobre la paz como resultado del respeto a la libertad religiosa, monseñor Christophe Pierre subrayó que se trata de un derecho humano fundamental, que debe ser protegido por todas las naciones, en un ambiente de laicismo positivo en donde no haya discriminación o persecución por el hecho de manifestar la fe en público.

"Lamentablemente --expresó monseñor Pierre-- hoy son muchas las partes del mundo en donde se sufren las formas de discriminación y marginación en todos los planos, es inconcebible que los creyentes tengan que suprimir su fe para ser ciudadanos, nunca debe ser necesario renegar de Dios para gozar de los propios derechos. Los derechos asociados con Dios necesitan protección".

El tema de la libertad religiosa y su adecuación dentro de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ha sido uno de los puntales de la acción del actual nuncio de Su Santidad en México, quien ha expresado, en mucho foros, que para que este derecho humano fundamental, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas como uno de los derechos esenciales del hombre sea vivido en plenitud, los estados deben garantizarlo de forma positiva, tal y como reconoce el Papa Benedicto XVI con su mensaje para la Jornada Mundial por la Paz, celebrada este 1 de enero en todo el orbe católico.

Evangelio 4 de Enero de 2011

  • Primera Lectura: I Juan 4, 7-10
    "Dios es amor"

    Queridos hermanos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios; y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
    El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
    Dios ha manifestado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único, para que vivamos por él. El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.

  • Salmo Responsorial: 71
    "Que te adoren, Señor, todos los pueblos."

    Dios mío, da tu juicio al rey, tu justicia al heredero del trono; para que gobierne a tu pueblo con justicia, y a tus humildes con equidad.
    R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

    Que las montañas traigan la paz al pueblo, y las colinas, justicia; que él defienda a los humildes del pueblo y que salve a los necesitados.
    R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

    Que florezca en sus días la justicia y haya gran prosperidad mientras alumbre la luna; que domine de mar a mar, desde el Eufrates hasta los extremos de la tierra.
    R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos

  • Evangelio: Marcos 6, 34-44
    "Al multiplicar los panes, Jesús se manifiesta como profeta"

    En aquel tiempo, al desembarcar, vio Jesús una multitud, se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos a decirle:
    «Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despídelos para que vayan por los caseríos y poblados del contorno y se compren algo de comer».
    El les replicó:
    «Denles ustedes de comer».
    Ellos le dijeron:
    «¿Acaso vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?»
    El les preguntó:
    «¿Cuántos panes tienen? Vayan a ver».
    Cuando lo averiguaron, le dijeron:
    «Cinco panes y dos pecados».
    Jesús ordenó que la gente se sentara en grupos sobre la hierba verde y se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomando los cinco panes y los dos pescados, Jesús alzó los ojos al cielo, bendijo a Dios, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran; lo mismo hizo con los dos pescados.
    Comieron todos hasta saciarse, y con las sobras de pan y de pescado llenaron doce canastos. Los que comieron fueron cinco mil hombres.

domingo, 2 de enero de 2011

Queridos Reyes Magos ¡Feliz fin de viaje!

Autor: P Idar Hidalgo | Fuente: Catholic.net
Estamos celebrando el día de la Manifestación del Señor… así que ¡ánimo! El día de encontrar lo que están buscando ha llegado.
Queridos Reyes Magos ¡Feliz fin de viaje!
Queridos Reyes Magos:

Se muy bien que desde que han visto la estrella aparecer en el firmamento y después de consultar sus mapas de astronómicos, y sobre todo sondear su corazón, se han puesto en camino con gran docilidad para ir al encuentro del Rey hecho niño, del Salvador del Mundo.

Y llevan sus regalos, que han elegido de una manera extraordinaria, Oro, Incienso, y Mirra; porque lo reconocen como Rey, como Dios, y como hombre. Y se han puesto en camino dejándose guiar por aquella estrella, que solo se deja ver por las noches… y les va marcando el rumbo y les va orientando sus pasos.

Y ustedes con gran alegría, venciendo el cansancio y la sed de tanto caminar, el calor y el frío del desierto, han continuado su camino y están por llegar. También venciendo innumerables dificultades, como los engaños de Herodes, que sabiamente han podido burlar, siendo obedientes al ángel.

Estamos celebrando el día de la Manifestación del Señor… así que ¡ánimo! El día de encontrar lo que están buscando ha llegado.

Gracias por su fidelidad, por su obediencia, y por esos regalos que llevan en sus manos. Pero más agradezco el signo que nos regalan a toda la humanidad de que la salvación es para todos los pueblos.

Desde que ha empezado el tiempo de Adviento, he pensado en ustedes, y en la carta que habría de escribirles para pedirles, como lo hice cuando era niño, algunos regalos. Pero el tiempo se ha pasado tan rápido, entre posadas, la Fiesta de Navidad, Fin de año, Fiesta de Nuestra Santísima Madre… que es hasta este momento en la solemnidad de su venida que les escribo mi carta. De todas maneras tengo la confianza que les llegará a tiempo porque le pediré a mi Ángel de la Guarda que se las haga llegar en forma prioritaria.

Les pido, con humildad que me compartan:

La sencillez para saber distinguir en los signos de los tiempos la presencia de la Buena Noticia, para saber observar desde la fe todas la realidades tanto de la tierra como del cielo.

Que puedan compartir conmigo la docilidad a las divinas inspiraciones del alma, y seguir el camino que me marque la estrella. A ustedes los ha guiado una estrella en el cielo, para mi esa estrella que me lleva a Jesús es María, por eso pido tener esa docilidad de ustedes para saber descubrirla en todo momento, para no perder el rumbo que conduce al Salvador de todas las naciones, al Rey de todos los Pueblos.

Valentía para hacerme al camino, para saber dejarlo todo y lanzarme a la aventura de un camino, a desinstalarme con frecuencia para vivir de la fe y no de la seguridad de mis reinos, de mis posesiones. Confiar que, dejando todo, es la única forma de encontrar El Todo.

Obediencia a las guías que tengo en el camino, obediencia a lo que se cree, a lo que se espera, a lo que se ama. Obediencia humilde a las inspiraciones y a los ángeles, especialmente a mi Ángel de la Guarda, para que no pierda el camino, y tenga la alegría de que todo se me ha dado como regalo, confiando y dependiendo totalmente en Aquel que me ha llamado a un encuentro.

Alegría de un encuentro, del encuentro que más se desea: encontrarse con Dios, por eso ese encuentro es una Celebración. Porque es el encuentro de la criatura con su Creador, alegría de encuentro porque es la manifestación de Dios hecho hombre como Dios, como Rey, y como hombre. Quiero, tener esa alegría de encuentro que para mi se realiza en cada Eucaristía, en cada sacramento, en cada encuentro con el más necesitado. Alegría de encuentro, que es una gran celebración, porque cuando el encuentro esta tocado por el amor solo puede ser celebrativo, y toda nuestra vida es encuentro y toda nuestra vida es celebración si lo vivimos en la dimensión del amor.

Abusando de su generosidad, pido la paciencia para seguir en el camino, para que el cansancio no me haga desistir, para que las dificultades no resten el ánimo, para que los obstáculos del camino solo sean oportunidades de crecimiento, que sean retos que me permitan crecer como persona, como cristiano, como discípulo del Maestro.

Que no pierda la esperanza del encuentro, que no pierda la esperanza que la promesa se hará realidad.

Que no pierda la esperanza que en el camino no se anda solo, que ángeles, estrellas y hermanos caminamos juntos. Tener siempre y cada día, la esperanza de que es posible vivir la caridad entre los hermanos que caminamos en comunidad como lo hicieron ustedes, que se acompañaron hasta el final.

Todo lo anterior no lo pido solo para mi, lo pido para poder compartirlo con todos mis hermanos, quiero descubrir en cada hermano a Cristo, quiero descubrirlo especialmente en los más pobres, en los más necesitados, los enfermos, los encarcelados, los que están solos o se sienten solos; quiero reconocer al Rey en aquellos que llevan con humildad la cruz de cada día, en los que se esfuerzan por dar testimonio del amor, en las personas que perdonan y aquellos que se niegan a recibir el perdón, recocerlo en los amigos y también en los enemigos.

Quiero compartir todo lo que les he pedido con todos aquellos que se acerquen a mi vida, y quiero ser yo el que se ponga en camino hacía el encuentro. Me gustaría, ser el primero que tienda un puente por donde el otro se pueda acercar a mi, y por donde yo me pueda acercar a él.

Todo lo que les he pedido, también se los pido para todos mis amigos, familiares y benefactores… para que todos seamos instrumentos de paz. Para que todos busquemos el reino de Dios, sabiendo que si Dios reina en nuestros corazones, reinará en nuestras familias, en nuestras comunidades, en nuestras ciudades, y en nuestras naciones.

Les deseo a ustedes queridos Reyes Magos, feliz fin de viaje. Y me despido agradecido por la ilusión que guardaron en mi cuando era un niño.

Gracias porque un día los espere con la ilusión de niño y hoy los puedo esperar con la ilusión de sacerdote.

Con afecto, en el Señor que buscamos y que encontramos en la Eucaristía.

Evangelio 3 de Diciembre de 2010

  • Queridos hermanos: Cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

    Queridos: no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo. Podréis conocer en esto el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios: es del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo. Vosotros, hijos míos, sois de Dios y lo habéis vencido. Pues el que está en vosotros es más que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.

  • Salmo Responsorial: 2
    "Te daré en herencia las naciones."

    Voy a proclamar el decreto del Señor; / el me ha dicho: / "Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy. / Pídemelo: te daré en herencia las naciones, / en posesión, los confines de la tierra." R.

    Y ahora, reyes, sed sensatos; / escarmentad, los que regís la tierra: / servid al Señor con temor, / rendidle homenaje temblando. R.

  • Evangelio: Mateo 4,12-17.23-25
    "Está cerca el reino de los cielos"

    En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: "País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló."

    Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: "Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos." Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curaba. Y le seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Trasjordania.

La Epifanía del Señor

Autor: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
Mateo 2, 1-12. Navidad. Esos magos le llevaron unos regalos al Niño Dios, pero no se dieron cuenta de que ellos fueron quienes recibieron el mayor regalo.
La Epifanía del Señor
Mateo 2, 1-12


Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.» AL oír esto, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel.Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino.


Reflexión


Hoy es uno de esos días en que todos quisiéramos de nuevo ser niños. ¡Qué alegría y qué ilusión al habernos ido a la cama pensando: “Esta noche pasarán por casa los Magos de Oriente y dejarán en ella muchos regalos para mí” El ejemplo de estos “magos” (en la actualidad equivaldrían a una especie de astrónomos y no a aquellos que aparecen y desaparecen un conejo de su sombrero) es un ejemplo de fe y de sencillez. Su vida estaba resuelta. Eran felices. Tenían una familia maravillosa. ¿Para qué despeinarse? ¡Vaya ganas de complicarse la vida! Y sin embargo, ven la estrella y no tardan en seguirla.

Tenían fe y supieron descubrir en el brillo de esa estrella diminuta, que a ratos se les escabullía, el paso de Dios por sus vidas. Y es que, hace falta tener los oídos interiores bien limpios para escuchar la voz de Dios. El rey Herodes, a través de estos magos, recibió también una invitación de Dios para sumarse a los que adorarían al Niño. Pero la basura del egoísmo y el ruido del poder acumulado en sus oídos, no le permitieron escuchar. Se quedó en su palacio y se ensució el alma con la muerte de tantos inocentes. La sencillez de los magos, se nos presenta unida a su fe, en el momento del encuentro con el Niño: «Y de hinojos le adoraron, abriendo sus cofres, le ofrecieron como dones de oro, incienso y mirra...”


Unos hombres venían de oriente. Ellos habían visto una estrella diferente a las demás. Una estrella nacida hacía unos días, lo que equivaldría a un fenómeno extraordinario. Lo comentan con todos los habitantes de la ciudad en donde están. La ciudad se sobresalta por tal anuncio. ¿Qué harías si hoy te preguntaran si has visto la estrella que acaba de nacer? Al menos yo me sentiría confuso, dado que no soy un astrónomo, además las noches las ocupo en otras cosas que en estar mirando el cielo.

Estos hombres los recordamos hoy. Hace más de dos mil años que observaron el fenómeno de la estrella, y aún hoy se observa este milagro. Una estrella ha nacido, y nace en esta Navidad, y nacerá en las siguientes navidades. Esa Estrella la llamamos Jesús. Un Niñito nacido un lejano 24 de diciembre, y que sigue recibiendo la visita de unos magos cada año. Unos magos que eran de oriente y que hoy los niños del mundo quieren muchísimo. Esos magos le llevaron unos regalos al Niño Dios, pero no se dieron cuenta de que ellos fueron quienes recibieron el mayor regalo, el conocimiento de Dios a través de la Fe.

Ojalá que en este día, escuchemos la voz del recién nacido. Y si no la percibimos, lavémonos los oídos, curemos nuestra sordera de alma y no nos quedemos solos y tristes como Herodes.

Vayamos al portal de Belén y con fe y sencillez, desde lo más profundo de nuestro corazón, adoremos a Jesús, prometiéndole que seguiremos siempre su estrella.

Evangelio 2 de Enero de 2011

  • Primera Lectura: Isaías 60, 1-6
    "La gloria del Señor amanece sobre ti"

    ¡Levántate y resplandece, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Es verdad que la tierra está cubierta de tinieblas y los pueblos de oscuridad, pero sobre ti amanece el Señor y se manifiesta su gloria. A tu luz caminarán los pueblos, y los reyes al resplandor de tu aurora.
    Levanta los ojos y mira a tu alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Al ver esto te pondrás radiante, palpitará y se emocionará tu corazón, porque derramarán sobre ti los tesoros del mar y te traerán las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor.

  • Salmo Responsorial: 71
    "Que te adoren, Señor, todos los pueblos."

    Dios mío, da tu juicio al rey, tu justicia al heredero del trono, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus humildes con equidad.
    R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

    Que florezca en sus días la justicia y haya gran prosperidad mientras alumbre la luna; que domine de mar a mar, desde el Eufrates hasta los extremos de la tierra.
    R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

    Que los reyes de Tarsis y de los pueblos lejanos le traigan regalos, y que le paguen tributos los monarcas de Arabia y de Sabá; que se postren ante él todos los reyes, y lo sirvan todas las naciones.
    R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

    Porque él librara al necesitado que suplica, al humilde que no tiene defensor; tendrá compasión del necesitado y del abandonado, y salvará la vida de los necesitados.
    R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

  • Segunda Lectura: Efesios 3, 2-3a. 5-6
    "También los paganos participan de la misma herencia que nosotros"

    Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha confiado en favor de ustedes.
    Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no fue manifestado a los hombres de otras generaciones y que ahora ha sido revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: un plan que consiste en que todos los pueblos comparten la misma herencia, son miembros del mismo cuerpo y participan de la misma promesa en Jesucristo, por medio del Evangelio.

  • Evangelio: Mateo 2, 1-12
    "Venimos de Oriente para adorar al Rey"

    Jesús nació en Belén de Judá en tiempo del rey Herodes. Por entonces, Magos de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando:
    «¿Dónde está el Rey de los judíos que acaba de nacer?
    Hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo».
    Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y todo Jerusalén con él; entonces convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron:
    «En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel».
    Entonces, Herodes llamó en secreto a los Magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén con este encargo: «Vayan y averigüen cuidadosamente sobre ese niño; y, cuando lo encuentren, avísenme para ir yo también a adorarlo».
    Después de oír al rey, los Magos se pusieron en camino, y la estrella que habían visto en oriente los guió hasta que llegó y se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra.
    Y advertidos en sueños de que no volvieran donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Evangelio 1 de Enero de 2011

  • Primera Lectura: Números 6, 22-27
    "Invocarán mi nombre y yo los bendeciré"

    En aquel tiempo el Señor dijo a Moisés:
    «Di a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas: El Señor te bendiga y te proteja; haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor; que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz. Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré».

  • Salmo Responsorial: 66
    "El Señor tenga piedad y nos bendiga."

    Que Dios se apiade y nos bendiga, que haga brillar su rostro sobre nosotros; para que se conozcan en las tierra tus caminos, tu salvación en todas las naciones.
    R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.

    Que se alegren y canten de júbilo las naciones, porque juzgas rectamente los pueblos y gobiernas las naciones de la tierra.
    R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.

    Oh Dios, que te den gracias los pueblos, que todos los pueblos te den gracias. Que Dios nos bendiga y que lo teman hasta los más remotos lugares de la tierra.
    R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.

  • Segunda Lectura: Gálatas 4, 4-7
    "Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer"

    Hermanos: Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su propio Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo el dominio de la ley, para liberarnos del dominio de la ley y hacer que recibiéramos la condición de hijos adoptivos de Dios.
    Y la prueba de que ustedes son hijos es que Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que grita: ¡Padre! De modo que ya no eres siervo, sino hijo, y como hijo, también heredero por gracia de Dios.

  • Evangelio: Lucas 2, 16-21
    "Encontraron a María, a José y al niño."

    En aquel tiempo, los pastores fueron de prisa y encontraron a María, a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que el ángel les había dicho de este niño. Y cuantos escuchaban lo que decían los pastores, se quedaban maravillados. María, por su parte, conservaba todos estos recuerdos y los meditaba en su corazón.
    Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios, porque todo cuanto habían visto y oído era tal como les habían dicho.
    A los ocho días, cuando lo circuncidaron, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel ya antes de la concepción.