sábado, 24 de junio de 2017

Evangelio 24 de Junio de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Isaías 49:1-6
    1 ¡Oídme, islas, atended, pueblos lejanos! Yahveh desde el seno materno me llamó; desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre.
    2 Hizo mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me escondió; hízome como saeta aguda, en su carcaj me guardó.
    3 Me dijo: «Tú eres mi siervo (Israel), en quien me gloriaré.»
    4 Pues yo decía: «Por poco me he fatigado, en vano e inútilmente mi vigor he gastado. ¿De veras que Yahveh se ocupa de mi causa, y mi Dios de mi trabajo?»
    5 Ahora, pues, dice Yahveh, el que me plasmó desde el seno materno para siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que Israel se le una. Mas yo era glorificado a los ojos de Yahveh, mi Dios era mi fuerza.
    6 «Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob, y de hacer volver los preservados de Israel. Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.»
  • Salmo responsorial

    Salmo 139:1-3, 13-15
    1 Del maestro de coro. De David. Salmo. Yahveh, tú me escrutas y conoces;
    2 sabes cuándo me siento y cuándo me levanto, mi pensamiento calas desde lejos;
    3 esté yo en camino o acostado, tú lo adviertes, familiares te son todas mis sendas.
    13 Porque tú mis riñones has formado, me has tejido en el vientre de mi madre;
    14 yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus obras. Mi alma conocías cabalmente,
    15 y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo formado en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra.
  • Segunda lectura

    Hechos 13:22-26
    22 Depuso a éste y les suscitó por rey a David, de quien precisamente dio este testimonio: He encontrado a David, el hijo de Jesé, un hombre según mi corazón, que realizará todo lo que yo quiera.
    23 De la descendencia de éste, Dios, según la Promesa, ha suscitado para Israel un Salvador, Jesús.
    24 Juan predicó como precursor, ante su venida, un bautismo de conversión a todo el pueblo de Israel.
    25 Al final de su carrera, Juan decía: "Yo no soy el que vosotros os pensáis, sino mirad que viene detrás de mí aquel a quien no soy digno de desatar las sandalias de los pies."
    26 «Hermanos, hijos de la raza de Abraham, y cuantos entre vosotros temen a Dios: a vosotros ha sido enviada esta Palabra de salvación.
  • Evangelio

    Lucas 1:57-66, 80
    57 Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo.
    58 Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella.
    59 Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías,
    60 pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan.»
    61 Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre.»
    62 Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase.
    63 El pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Y todos quedaron admirados.
    64 Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios.
    65 Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas;
    66 todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues ¿qué será este niño?» Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.
    80 El niño crecía y su espíritu se fortalecía; vivió en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.

Evangelio meditado

Confiar en la Providencia
Santo Evangelio según San Lucas 1, 57-66. 80. Solemnidad del Nacimiento de San Juan Bautista.


Por: H. Luis Alberto de Ávila, L.C. | Fuente: www.missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Me pongo en tu presencia, Señor Jesús. Quiero escuchar aquello que quieres comunicarme en este momento de oración. Abre mi mente a tu voz. Permíteme dejar a un lado todo aquello que no seas Tú.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Lucas 1, 57-66. 80
Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: "No, su nombre será Juan". Ellos le decían: "Pero si ninguno de tus parientes se llama así".
Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. Él pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre". Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios.
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello, se preguntaban impresionados: "¿Qué va a ser de este niño?". Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él.
El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que se dio a conocer al pueblo de Israel.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Este pasaje nos presenta algunas escenas que narran el nacimiento de Juan el Bautista, aquél que Dios mandó por delante del Mesías para preparar al pueblo escogido llamándolo a un bautismo de conversión para perdón de los pecados.
Dios eligió a Zacarías y a Isabel para ser los padres del último de los profetas. Se sirvió de su infortunio, su imposibilidad de engendrar vida, para traer una gran bendición al mundo. Eran un matrimonio de vida recta delante a Dios, que aceptaban en todo su voluntad, confiando en su providencia bondadosa. Mantenían la esperanza incluso en el silencio de Dios.
¡Oh Señor!, cuántas veces nos cuesta aceptar tu voluntad, creer en tu providencia. Cuántas veces quizás hemos arruinado un maravilloso plan tuyo porque nos quedamos con lo que vemos y olvidamos que estás actuando. Estamos tan metidos en la vida del mundo y sus afanes, que nos gana la desesperación y recurrimos al camino fácil. Queremos solucionar los problemas como los resuelven los que tienen puestas sus esperanzas en sus propias fuerzas. Nos pasa como a Israel que construyó un becerro de oro porque Moisés tardaba.
Isabel y Zacarías no entendían por qué no podían tener una familia, sin embargo, para ellos lo más importante era vivir en tu amor, confiados ciegamente a tu providencia. Lo que para ellos era el misterio, tu silencio, para Ti era un plan maravilloso. Su fe se convirtió en bendición para el mundo entero.
"La voz del Bautista grita también hoy en los desiertos de la humanidad, que son —¿cuáles son los desiertos de hoy?— las mentes cerradas y los corazones duros, y nos hace preguntarnos si en realidad estamos en el buen camino, viviendo una vida según el Evangelio. Hoy, como entonces, nos advierte con las palabras del profeta Isaías: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos". Es una apremiante invitación a abrir el corazón y acoger la salvación que Dios nos ofrece incesantemente, casi con terquedad, porque nos quiere a todos libres de la esclavitud del pecado."
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de diciembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
A lo largo de mi día aceptaré con amor aquello que no entienda, porque sé que la Providencia de Dios siempre me asiste, y no perderé la esperanza ante su silencio.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

viernes, 23 de junio de 2017

Evangelio 23 de Junio de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Deuteronomio 7:6-11
    6 Porque tú eres un pueblo consagrado a Yahveh tu Dios; él te ha elegido a ti para que seas el pueblo de su propiedad personal entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra.
    7 No porque seáis el más numeroso de todos los pueblos se ha prendado Yahveh de vosotros y os ha elegido, pues sois el menos numeroso de todos los pueblos;
    8 sino por el amor que os tiene y por guardar el juramento hecho a vuestros padres, por eso os ha sacado Yahveh con mano fuerte y os ha librado de la casa de servidumbre, del poder de Faraón, rey de Egipto.
    9 Has de saber, pues, que Yahveh tu Dios es el Dios verdadero, el Dios verdadero, el Dios fiel que guarda la alianza y el amor por mil generaciones a los que le aman y guardan sus mandamientos,
    10 pero que da su merecido en su propia persona a quien le odia, destruyéndole. No es remiso con quien le odia: en su propia persona le da su merecido.
    11 Guarda, pues, los mandamientos, preceptos y normas que yo te mando hoy poner en práctica.
  • Salmo responsorial

    Salmo 103:1-4, 6-7, 8, 10
    1 De David. Bendice a Yahveh, alma mía, del fondo de mi ser, su santo nombre,
    2 bendice a Yahveh, alma mía, no olvides sus muchos beneficios.
    3 El, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias,
    4 rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y de ternura,
    6 Yahveh, el que hace obras de justicia, y otorga el derecho a todos los oprimidos,
    7 manifestó sus caminos a Moisés, a los hijos de Israel sus hazañas.
    8 Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor;
    10 no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas.
  • Segunda lectura

    I Juan 4:7-16
    7 Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
    8 Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.
    9 En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él.
    10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.
    11 Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
    12 A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
    13 En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu.
    14 Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo, como Salvador del mundo.
    15 Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece em él y él en Dios.
    16 Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él. Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
  • Evangelio

    Mateo 11:25-30
    25 En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.
    26 Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.
    27 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
    28 «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.
    29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
    30 Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»

Evangelio meditado

El punto de conexión.
Santo Evangelio según San Mateo 11, 25-30. Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús (Tercer viernes después de Pentecostés). Ciclo A


Por: H. Cristian Gutiérrez, L.C. | Fuente: www.missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
  1. quiero estar contigo. Concédeme aquella gracia que más necesito y tal vez no me atrevo a pedirte. Aumenta mi fe, mi confianza en Ti y mi amor. Ayúdame a serte fiel y no dejarte solo. Inflama mi alma de celo apasionado por que más personas te conozcan, te amen y te sigan. Ayuda a todos mis familiares, amigos, conocidos y miembros del Regnum Christi para que podamos encontrarnos contigo y lograr una experiencia profunda y real de Ti y de tu amor.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30


En aquel tiempo, Jesús exclamó: "¡Te doy gracias, Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy es la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Tu corazón tiene mucho valor para mí. Es un corazón como el mío, un corazón de carne, un corazón que sufre, que se alegra, que palpita por amor a otros. Un corazón que padece por la infidelidad del amado, por la partida del hijo, por la traición del que le ha dado todo de sí. Un corazón que se alegra con la conversión del pecador, con la correspondencia del amante, con la fidelidad de sus discípulos, con el esfuerzo por la santidad de sus amigos. Un corazón que ama, que se enternece, que siente compasión.
¡Contemplando tu corazón aprendo tanto para mi vida! Aprendo el valor del sacrificio, el sentido del dolor, el verdadero amor, el cariño por los seres queridos, el auténtico perdón, la más pura caridad, la más profunda humildad, el más sincero respeto, el más alto temor divino, la más correcta autoestima, el mejor espíritu de donación.
En tu corazón encuentro la fuente de mi espiritualidad, la riqueza de mi oración, el centro de atracción de mi amor, el tesoro de dónde puedo obtener todo lo que necesito, el motivo de mi existencia, el precio que da valor a todas mis acciones.
Tu corazón es cofre de todas las virtudes humanas, de las mejores definiciones divinas; de los más altos retos para el hombre, de las más heroicas acciones de Dios. Tu corazón es para mí el punto de conexión de tu humanidad con la mía. Es el lugar de mayor intimidad entre Tú y yo. Es el fruto surgido del amor más grande que me hayas podido demostrar: el de mi Dios hecho carne por mí.
El palpitar de tu corazón es lo que bombea tu sangre vital a toda la Iglesia, y a mí, parte de tu cuerpo místico. Tu latir al unísono con el mío es el latido que marca el ritmo de mi día a día; es el incesante repetir de un "te amo, te amo, te amo"; es el medio de sentirte vivo y presente; es el pulso silencioso de Dios en mi alma.
Tu corazón es el modelo de mi corazón humano, aquel primer corazón modelado en el pecho de Adán y Eva, y que con el pecado se fue convirtiendo en corazón de piedra. Tu corazón es arca de todas las virtudes; es carne y sangre de hombre que se mezcla con la divinidad.
En tu corazón encuentro conforto para mis penas, consuelo para mis dolores, calor y fervor para mi tibieza, descanso para mi cansancio, salud para mi enfermedad, gracia para mi pecado, perdón para mis ofensas, misericordia para mis delitos, ejemplo para todas mis situaciones, ternura para mis asperezas, valentía para mis temores, fortaleza para mis debilidades, respuesta a mis interrogantes, razones para mis dudas, motivos para mis incredulidades, afirmación para mis inconsistencias, autenticidad para mi incoherencia, paciencia para mis depresiones, sencillez para mis complicaciones, verdad para mis falsedades, luz para mis tinieblas, sabor para mi aburrimiento, amor para mi sed de amor, libertad para mis esclavitudes, seguridad para mis inseguridades…
¡Jamás me pudiste haber dado tesoro más sublime que tu corazón, oh Jesús!
Jesús manso y humilde de corazón. Haz mi corazón semejante al tuyo.
"Dios nos da la gracia, la alegría de celebrar en el corazón de su Hijo las grandes obras de su amor. Se puede decir que hoy es la fiesta del amor de Dios en Jesucristo, del amor de Dios por nosotros. Hay dos aspectos del amor. Primero, el amor está más en el dar que en el recibir. El segundo: el amor está más en las obras que en las palabras. Cuando decimos que está más en el dar que en el recibir, es porque el amor se comunica: siempre comunica. Y es recibido por el amado. Y cuando decimos que está más en las obras que en las palabras, es porque el amor siempre da la vida, hace crecer. Para entender el amor de Dios, el hombre tiene que buscar una dimensión inversamente proporcional a la inmensidad: es la pequeñez, "la pequeñez del corazón"."
(Homilía de S.S. Francisco, 27 de junio de 2014, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy haré varias veces durante el día la jaculatoria: "Sagrado Corazón de Jesús. En Ti confío."
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 22 de junio de 2017

Evangelio 22 de Junio de 2017

Color: Rojo

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    II Corintios 11:1-11
    1 ¡Ojalá pudierais soportar un poco mi necedad! ¡Sí que me la soportáis!
    2 Celoso estoy de vosotros con celos de Dios. Pues os tengo desposados con un solo esposo para presentaros cual casta virgen a Cristo.
    3 Pero temo que, al igual que la serpiente engañó a Eva con su astucia, se perviertan vuestras mentes apartándose de la sinceridad con Cristo.
    4 Pues, cualquiera que se presenta predicando otro Jesús del que os prediqué, y os proponga recibir un Espíritu diferente del que recibisteis, y un Evangelio diferente del que abrazasteis ¡lo toleráis tan bien!
    5 Sin embargo, no me juzgo en nada inferior a esos «superapóstoles».
    6 Pues si carezco de elocuencia, no así de ciencia; que en todo y en presencia de todos os lo hemos demostrado.
    7 ¿Acaso tendré yo culpa porque me abajé a mí mismo para ensalzaros a vosotros anunciándoos gratuitamente el Evangelio de Dios?
    8 A otras Iglesias despojé, recibiendo de ellas con qué vivir para serviros.
    9 Y estando entre vosotros y necesitado, no fui gravoso a nadie; fueron los hermanos llegados de Macedonia los que remediaron mi necesidad. En todo evité el seros gravoso, y lo seguiré evitando.
    10 ¡Por la verdad de Cristo que está en mí!, que esta gloria no me será arrebatada en las regiones de Acaya.
    11 ¿Por qué? ¿Porque no os amo? ¡Dios lo sabe!
  • Salmo responsorial

    Salmo 111:1-4, 7-8
    1 ¡Aleluya! Doy gracias a Yahveh de todo corazón, en el consejo de los justos y en la comunidad.
    2 Grandes son las obras de Yahveh, meditadas por los que en ellas se complacen.
    3 Esplendor y majestad su obra, su justicia por siempre permanece.
    4 De sus maravillas ha dejado un memorial. ¡Clemente y compasivo Yahveh!
    7 Verdad y justicia, las obras de sus manos, leales todas sus ordenanzas,
    8 afirmadas para siempre jamás, ejecutadas con verdad y rectitud.
  • Evangelio

    Mateo 6:7-15
    7 Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados.
    8 No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
    9 «Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;
    10 venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
    11 Nuestro pan cotidiano dánosle hoy;
    12 y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
    13 y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
    14 «Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
    15 pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    I Pedro 4:12-19
    12 Queridos, no os extrañéis del fuego que ha prendido en medio de vosotros para probaros, como si os sucediera algo extraño,
    13 sino alegraos en la medida en que participáis en los sufrimientos de Cristo, para que también os alegréis alborozados en la revelación de su gloria.
    14 Dichosos de vosotros, si sois injuriados por el nombre de Cristo, pues el Espíritu de gloria, que es el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.
    15 Que ninguno de vosotros tenga que sufrir ni por criminal ni por ladrón ni por malhechor ni por entrometido:
    16 pero si es por cristiano, que no se avergüence, que glorifique a Dios por llevar este nombre.
    17 Porque ha llegado el tiempo de comenzar el juicio por la casa de Dios. Pues si comienza por nosotros, ¿qué fin tendrán los que no creen en el Evangelio de Dios?
    18 Si el justo se salva a duras penas ¿en qué pararán el impío y el pecador?
    19 De modo que, aun los que sufren según la voluntad de Dios, confíen sus almas al Creador fiel, haciendo el bien.
  • Salmo responsorial

    Salmo 126:1-6
    1 Canción de las subidas. Cuando Yahveh hizo volver a los cautivos de Sión, como soñando nos quedamos;
    2 entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegría. Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho Yahveh con éstos!
    3 ¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros Yahveh, el gozo nos colmaba!
    4 ¡Haz volver, Yahveh, a nuestros cautivos como torrentes en el Négueb!
    5 Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos.
    6 Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas.
  • Evangelio

    Mateo 10:34-39
    34 «No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada.
    35 Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra;
    36 y enemigos de cada cual serán los que conviven con él.
    37 «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
    38 El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí.
    39 El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.

Evangelio meditado

La oración del hermano
Santo Evangelio según San Mateo 6, 7-15. XI Jueves de Tiempo Ordinario.


Por: H. Balam Loza, LC | Fuente: www.missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Padre mío, vengo como tu hijo para estar a tus pies. Quiero gozar de estos minutos. A veces no hace falta decirte mucho para saber que Tú me amas y para recibir tu gracia y tu misericordia. Quiero cumplir tu voluntad en cada momento de mi vida, por eso te pido que me hables y me indiques qué es lo que quieres de mí y cuál el camino que me estás marcando. Muchas veces el ruido de mi corazón me impide escuchar y es por eso que vengo aquí, para escuchar tu voz sin ruidos.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando ustedes hagan oración, no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes pues, oren así:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
"Padre nuestro" "Danos hoy nuestro pan". Jesús, hoy te veo orar. Me doy cuenta que tu oración, más que una formula ordinaria, es el fruto de un corazón sumamente tierno y filial. Sin embargo, me doy cuenta de que, a pesar de tu fuerte amor al Padre, no te olvidas de los que están a tu lado. En tus palabras está constantemente la petición no sólo en singular, sino principalmente en plural.
Y pienso que ésa es una de las grandes enseñanzas que me dejas. Es decir, jamás acercarme al Padre creyéndome diferente a los demás, creyéndome superior en rango, inteligencia, capacidad. Tú eras Dios y te hiciste nuestro hermano, te hiciste uno de nosotros y nos diste a tu Padre como uno de los mayores regalos. Sin ser dignos, ni merecerlo, te pusiste a servirnos, a lavarnos los pies, a darnos hasta la última gota de tu sangre para limpiarnos y purificarnos.
¿Qué es lo que debo hacer? Escuchar tu voz, ver tu ejemplo y tratar de imitarte. Qué cada vez que escuche a mis hermanos diciendo "tengo sed" o viendo el hambre en sus rostros no me quede indiferente. Pero… ayúdame a ser hermano. Sí, como nos enseñaste en el Padre nuestro. Un hermano auténtico siempre está disponible, quiere al otro como es, lo ve como es, lo acepta como es. El hermano dice lo que piensa y deja de lado las palabras formales, que a veces son frías e hipócritas. El hermano, en definitiva, ama, habla, escucha y se sacrifica en silencio y en la sencillez.
"La unión de fraternidad que se forma en la familia entre los hijos, se lleva a cabo en un clima de educación a la apertura a los otros, es la gran escuela de libertad y de paz. En la familia entre hermanos se aprende la convivencia humana, cómo se debe convivir en sociedad. Quizá no siempre somos conscientes, ¡pero es precisamente la familia la que introduce la fraternidad en el mundo! A partir de esta primera experiencia de fraternidad, nutrida por los afectos y la educación familiar, el estilo de la fraternidad se irradia como una promesa sobre toda la sociedad y sus relaciones entre los pueblos."
(Homilía de S.S. Francisco, 18 de febrero de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy, voy a dar de comer a un pobre y estaré con él un rato pensando en que yo puedo llevar cariño a aquellas personas que Jesús me pone por el camino.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

miércoles, 21 de junio de 2017

Evangelio 21 de Junio de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

    Primera opción

  • Primera lectura

    II Corintios 9:6-11
    6 Mirad: el que siembra con mezquindad, cosechará también con mezquindad; el que siembra en abundancia, cosechará también en abundancia.
    7 Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues: Dios ama al que da con alegría.
    8 Y poderoso es Dios para colmaros de toda gracia a fin de que teniendo, siempre y en todo, todo lo necesario, tengáis aún sobrante para toda obra buena.
    9 Como está escrito: Repartió a manos llenas; dio a los pobres; su justicia permanece eternamente.
    10 Aquel que provee de simiente al sembrador y de pan para su alimento, proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará los frutos de vuestra justicia.
    11 Sois ricos en todo para toda largueza, la cual provocará por nuestro medio acciones de gracias a Dios.
  • Salmo responsorial

    Salmo 112:1-4, 9
    1 ¡Aleluya! ¡Dichoso el hombre que teme a Yahveh, que en sus mandamientos mucho se complace!
    2 Fuerte será en la tierra su estirpe, bendita la raza de los hombres rectos.
    3 Hacienda y riquezas en su casa, su justicia por siempre permanece.
    4 En las tinieblas brilla, como luz de los rectos, tierno, clemente y justo.
    9 Con largueza da a los pobres; su justicia por siempre permanece, su frente se levanta con honor.
  • Evangelio

    Mateo 6:1-6, 16-18
    1 «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
    2 Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
    3 Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha;
    4 así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
    5 «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
    6 Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
    16 «Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga.
    17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,
    18 para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
  • Segunda opción

  • Primera lectura

    I Juan 5:1-5
    1 Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a aquel que da el ser ama también al que ha nacido de él.
    2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.
    3 Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados,
    4 pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.
    5 Pues, ¿quien es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
  • Salmo responsorial

    Salmo 16:1-2, 5, 7-8, 11
    1 media voz. De David. Guárdame, oh Dios, en ti está mi refugio.
    2 Yo digo a Yahveh: «Tú eres mi Señor. mi bien, nada hay fuera de ti»;
    5 Yahveh, la parte de mi herencia y de mi copa, tú mi suerte aseguras;
    7 Bendigo a Yahveh que me aconseja; aun de noche mi conciencia me instruye;
    8 pongo a Yahveh ante mí sin cesar; porque él está a mi diestra, no vacilo.
    11 Me enseñarás el caminó de la vida, hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre.
  • Evangelio

    Mateo 22:34-40
    34 Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo,
    35 y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba:
    36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?»
    37 El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
    38 Este es el mayor y el primer mandamiento.
    39 El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
    40 De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»