jueves, 24 de junio de 2010

Evangelio 25 de Junio de 2010

  • Primera Lectura: Isaías 49,1-6
    "Te hago luz de las naciones"

    Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso." Mientras yo pensaba: "En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas", en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel -tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza-: "Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra."

  • Salmo Responsorial: 138
    "Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente"

    Señor, tú me sondeas y me conoces; me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R. Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras. Conocías hasta el fondo de mi alma. R. No desconocías mis huesos, cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R.

  • Segunda Lectura: Hechos 13,22-26
    "Antes de que llegara Cristo, Juan predicó"

    En aquellos días, dijo Pablo: "Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: "Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos." Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: "Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias." Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: a vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación."

  • Evangelio: Lucas 1,57-66.80
    "El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre"

    A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: "¡No! Se va a llamar Juan." Le replicaron: "Ninguno de tus parientes se llama así." Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. El pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre." Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: "¿Qué va ser este niño?" Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

Evangelio 24 de junio de 2010

  • Primera Lectura: II Reyes 22, 13; 23, 1-3
    "El rey leyó al pueblo el libro de la alianza encontrado en el templo y selló ante el Señor la alianza"

    En aquellos días, el sumo sacerdote Helcías dijo al cronista Safán: "He encontrado en el templo el libro de la Ley." Entregó el libro a Safán, y éste lo leyó . Luego fue a dar cuenta al rey Josías: "Tus siervos han juntado el dinero que había en el templo y se lo han entregado a los encargados de las obras." Y le comunicó la noticia: "El sacerdote Helcías me ha dado un libro." Safán lo leyó ante el rey; y, cuando el rey oyó el contenido del libro de la Ley, se rasgó las vestiduras y ordenó al sacerdote Helcías, a Ajicán, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Miqueas, al cronista Safán y a Asaías, funcionario real: "Id a consultar al Señor por mí y por el pueblo y todo Judá, a propósito de este libro que han encontrado; porque el Señor estará enfurecido contra nosotros, porque nuestros padres no obedecieron los mandatos de este libro cumpliendo lo prescrito en él." Ellos llevaron la respuesta al rey, y el rey ordenó que se presentasen ante él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. Luego subió al templo, acompañado de todos los judíos y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes. El rey les leyó el libro de la alianza encontrado en el templo. Después, en pie sobre el estrado, selló ante el Señor la alianza, comprometiéndose a seguirle y cumplir sus preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y con toda el alma, cumpliendo las cláusulas de la alianza escritas en aquel libro. El pueblo entero suscribió la alianza.

  • Salmo Responsorial: 118
    "Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes"

    Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes, y lo seguiré puntualmente. R. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R. Guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo. R. Inclina mi corazón a tus preceptos, y no al interés. R. Aparta mis ojos de las vanidades, dame vida con tu palabra. R. Mira cómo ansío tus decretos: dame vida con tu justicia. R.

  • Evangelio: Mateo 7, 15-20
    "Por sus frutos los conoceréis"

    En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis".

martes, 22 de junio de 2010

Evangelio Miercoles 21 de Junio de 2010

  • Primera Lectura: II Reyes 22, 13; 23, 1-3
    "El rey leyó al pueblo el libro de la alianza encontrado en el templo y selló ante el Señor la alianza"

    En aquellos días, el sumo sacerdote Helcías dijo al cronista Safán: "He encontrado en el templo el libro de la Ley." Entregó el libro a Safán, y éste lo leyó . Luego fue a dar cuenta al rey Josías: "Tus siervos han juntado el dinero que había en el templo y se lo han entregado a los encargados de las obras." Y le comunicó la noticia: "El sacerdote Helcías me ha dado un libro." Safán lo leyó ante el rey; y, cuando el rey oyó el contenido del libro de la Ley, se rasgó las vestiduras y ordenó al sacerdote Helcías, a Ajicán, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Miqueas, al cronista Safán y a Asaías, funcionario real: "Id a consultar al Señor por mí y por el pueblo y todo Judá, a propósito de este libro que han encontrado; porque el Señor estará enfurecido contra nosotros, porque nuestros padres no obedecieron los mandatos de este libro cumpliendo lo prescrito en él." Ellos llevaron la respuesta al rey, y el rey ordenó que se presentasen ante él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. Luego subió al templo, acompañado de todos los judíos y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes. El rey les leyó el libro de la alianza encontrado en el templo. Después, en pie sobre el estrado, selló ante el Señor la alianza, comprometiéndose a seguirle y cumplir sus preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y con toda el alma, cumpliendo las cláusulas de la alianza escritas en aquel libro. El pueblo entero suscribió la alianza.

  • Salmo Responsorial: 118
    "Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes"

    Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes, y lo seguiré puntualmente. R. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R. Guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo. R. Inclina mi corazón a tus preceptos, y no al interés. R. Aparta mis ojos de las vanidades, dame vida con tu palabra. R. Mira cómo ansío tus decretos: dame vida con tu justicia. R.

  • Evangelio: Mateo 7, 15-20
    "Por sus frutos los conoceréis"

    En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis".

Evangelio Martes 22 de junio de 2010

  • Primera Lectura: II Reyes 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36
    "Yo escudaré a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David"

    En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías, para decirle: "Decid a Ezequías, rey de Judá: "Que no te engañe tu Dios en quien confías, pensando que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria. Tú mismo has oído hablar cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países, exterminándolos, ¿y tú te vas a librar?"" Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y la leyó ; después subió al templo, la desplegó ante el Señor y oró: "Señor, Dios de Israel, sentado sobre querubines; tú solo eres el Dios de todos los reinos del mundo. Tú hiciste el cielo y la tierra. Inclina tu oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha el mensaje que ha enviado Senaquerib para ultrajar al Dios vivo. Es verdad, Señor: los reyes de Asiria han asolado todos los países y su territorio, han quemado todos sus dioses, porque no son dioses, sino hechura de manos humanas, leño y piedra, y los han destruido. Ahora, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que sepan todos los reinos del mundo que tú solo, Señor, eres Dios." Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: "Así dice el Señor, Dios de Israel: "He oído lo que me pides acerca de Senaquerib, rey de Asiria. Ésta es la palabra que el Señor pronuncia contra él: 'Te desprecia y se burla de ti la doncella, la ciudad de Sión; menea la cabeza a tu espalda la ciudad de Jerusalén. Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte Sión los supervivientes. ¡El celo del Señor lo cumplirá! Por eso, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, no disparará contra ella su flecha, no se acercará con escudo ni levantará contra ella un talud; por el camino por donde vino se volverá, pero no entrará en esta ciudad -oráculo del Señor-. Yo escudaré a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David, mi siervo."" Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres. Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, se volvió a Nínive y se quedó allí.

  • Salmo Responsorial: 47
    "Dios ha fundado su ciudad para siempre"

    Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, su monte santo, altura hermosa, alegría de toda la tierra. R. El monte Sión, vértice del cielo, ciudad del gran rey; entre sus palacios, Dios descuella como un alcázar. R. Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo: como tu renombre, oh Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra; tu diestra está llena de justicia. R.

  • Evangelio: Mateo 7, 6. 12-14
    "Tratad a los demás como queréis que ellos os traten"

    En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos"

lunes, 21 de junio de 2010

Evangelio Lunes 21 de junio de 2010

  • Primera Lectura: II Reyes 17, 5-8. 13-15a.18
    "El Señor arrojó de su presencia a Israel, y sólo quedó la tribu de Judá"

    En aquellos días, Salmanasar, rey de Asiria, invadió el país y asedió a Samaria durante tres años. El año noveno de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaria, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las poblaciones de Media. Eso sucedió porque, sirviendo a otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de Egipto, del poder del Faraón, rey de Egipto; procedieron según las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos y que introdujeron los reyes nombrados por ellos mismos. El Señor había advertido a Israel y Judá por medio de los profetas y videntes: "Volveos de vuestro mal camino, guardad mis mandatos y preceptos, siguiendo la ley que di a vuestros padres, que les comuniqué por medio de mis siervos, los profetas." Pero no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios. Rechazaron sus mandatos y el pacto que había hecho el Señor con sus padres, y las advertencias que les hizo. El Señor se irritó tanto contra Israel que los arrojó de su presencia. Sólo quedó la tribu de Judá.

  • Salmo Responsorial: 59
    "Que tu mano salvadora, Señor, nos responda"

    Oh Dios, nos rechazaste y rompiste nuestras filas; estabas airado, pero restáuranos. R. Has sacudido y agrietado el país: repara sus grietas, que se desmorona. Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo, dándole a beber un vino de vértigo. R. Tú, oh Dios, nos has rechazado y no sales ya con nuestras tropas. Auxílianos contra el enemigo, que la ayuda del hombre es inútil. Con Dios haremos proezas, él pisoteará a nuestros enemigos. R.

  • Evangelio: Mateo 7, 1-5
    "Sácate primero la viga del ojo"

    En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "No juzguéis y no os juzgarán. Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano"