1ª Lectura
Ez 18,1-10
1 El Señor me dijo: 2 «¿Por qué circula entre vosotros este refrán en el país de Israel: Los padres comieron el agraz y los dientes de los hijos tienen la dentera? 3 Por mi vida, dice el Señor Dios, que no repetiréis más este refrán en Israel. 4 Pues todas las vidas son mías; la vida del padre lo mismo que la vida del hijo; quien peque es el que morirá. 5 Si un hombre es justo y observa el derecho y la justicia; 6 si no banquetea en los montes ni alza sus ojos a los ídolos de la casa de Israel; si no deshonra a la mujer de su prójimo ni se acerca a la mujer en la menstruación; 7 si no oprime a nadie, devuelve la prenda al deudor, no comete robo, da su pan al hambriento y viste al desnudo; 8 si no presta con usura ni toma interés; si aparta su mano de la injusticia y juzga con imparcialidad entre hombre y hombre; 9 si camina en mis preceptos y observa mis leyes obrando con fidelidad, tal hombre es justo y vivirá, dice el Señor Dios. 10 Y si éste engendra un hijo violento y sanguinario que cometa alguna de estas cosas
Ez 18,13
13 presta con usura y acepta interés, este hijo no vivirá, porque ha cometido todas estas monstruosidades; morirá y su sangre recaerá sobre él.
Ez 18,30-32
30 Yo juzgaré, pues, a cada cual según su conducta, casa de Israel, dice el Señor Dios. Convertíos y abandonad todas vuestras injusticias, y la injusticia no será más vuestra ruina. 31 Libraos de todos los pecados que habéis cometido contra mí, formaos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué queréis morir, casa de Israel? 32 Yo no quiero la muerte de nadie, sea quien sea, dice el Señor Dios. Convertíos y viviréis.
Salmo Responsorial
Sal 51,12-13
12 Oh Dios, crea en mí un corazón puro, implanta en mis entrañas un espíritu nuevo; 13 no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu;
Sal 51,14-15
14 dame la alegría de tu salvación y que el espíritu generoso me mantenga firme. 15 Enseñaré tus caminos a los descarriados, los pecadores volverán a ti.
Mt 19,13-15
13 Entonces le presentaron unos niños para que les impusiera las manos y rezase por ellos. Los discípulos los regañaban, 14 pero Jesús dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí y no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el reino de Dios». 15 Y después de imponerles las manos, continuó su camino.