sábado, 6 de enero de 2018

Evangelio 6 de Diciembre de 2018

Color: Blanco

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Juan 5:5-13
    5 Pues, ¿quien es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
    6 Este es el que vino por el agua y por la sangre: Jesucristo; no solamente en el agua, sino en el agua y en la sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la Verdad.
    7 Pues tres son los que dan testimonio:
    8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres convienen en lo mismo.
    9 Si aceptamos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios, pues este es el testimonio de Dios, que ha testimoniado acerca de su Hijo.
    10 Quien cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo. Quien no cree a Dios le hace mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
    11 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo.
    12 Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida.
    13 Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna.
  • Salmo responsorial

    Salmo 147:12-15, 19-20
    12 ¡Celebra a Yahveh, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión!
    13 Que él ha reforzado los cerrojos de tus puertas, ha bendecido en ti a tus hijos;
    14 pone paz en tu término, te sacia con la flor del trigo.
    15 El envía a la tierra su mensaje, a toda prisa corre su palabra;
    19 El revela a Jacob su palabra, sus preceptos y sus juicios a Israel:
    20 no hizo tal con ninguna nación, ni una sola sus juicios conoció.
  • Evangelio

    Marcos 1:7-11
    7 Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias.
    8 Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
    9 Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán.
    10 En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él.
    11 Y se oyó una voz que venía de los cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco.»

    O también:
    Lucas 3:23-38
    23 Tenía Jesús, al comenzar, unos treinta años, y era según se creía hijo de José, hijo de Helí,
    24 hijo de Mattat, hijo de Leví, hijo de Melkí, hijo de Jannái, hijo de José,
    25 hijo de Mattatías, hijo de Amós, hijo de Naúm, hijo de Eslí, hijo de Nangay,
    26 hijo de Maaz, hijo de Mattatías, hijo de Semeín, hijo de Josec, hijo de Jodá,
    27 hijo de Joanán, hijo de Resá, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Nerí,
    28 hijo de Melkí, hijo de Addí, hijo de Cosam, hijo de Elmadam, hijo de Er,
    29 hijo de Jesús, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Mattat, hijo de Leví,
    30 hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonam, hijo de Eliaquim,
    31 hijo de Meleá, hijo de Menná, hijo de Mattatá, hijo de Natán, hijo de David,
    32 hijo de Jesé, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Sala, hijo de Naassón,
    33 hijo de Aminadab, hijo de Admín, hijo de Arní, hijo de Esrom, hijo de Fares, hijo de Judá,
    34 hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Tara, hijo de Najor,
    35 hijo de Serug, hijo de Ragáu, hijo de Fálek, hijo de Eber, hijo de Sala,
    36 hijo de Cainam, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lámek,
    37 hijo de Matusalén, hijo de Henoc, hijo de Járet, hijo de Maleleel, hijo de Cainam,
    38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adam, hijo de Dios.

    O también:
    Lucas 3:23, 31-34, 36, 38
    23 Tenía Jesús, al comenzar, unos treinta años, y era según se creía hijo de José, hijo de Helí,
    31 hijo de Meleá, hijo de Menná, hijo de Mattatá, hijo de Natán, hijo de David,
    32 hijo de Jesé, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Sala, hijo de Naassón,
    33 hijo de Aminadab, hijo de Admín, hijo de Arní, hijo de Esrom, hijo de Fares, hijo de Judá,
    34 hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Tara, hijo de Najor,
    36 hijo de Cainam, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lámek,
    38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adam, hijo de Dios.

Evangelio meditado

¿Dónde está el rey de los judíos?
Santo Evangelio según San Mateo 2, 1-12. La Epifanía del Señor.


Por: H. Rubén Tornero, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, una vez más vengo a Ti. Conoces bien todo lo que hay en mi corazón, todas mis heridas y todos mis deseos... Todo lo pongo en tus manos para que lo transformes y lo pongas en tu Corazón. Me amas. Muchas veces, en medio del ajetreo diario, me olvido que tu mirada amorosa se posa sobre mí y que sonríes con mis alegrías y lloras conmigo. Nunca me abandonas. Siempre estás dispuesto a tenderme la mano cuando estoy caído, a consolarme cuando triste, y recibirme en tus brazos en todo momento. Gracias. Aumenta mi fe para descubrirte en mi vida y escuchar lo que me quieres decir en esta oración.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 2, 1-12
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo".
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel".
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: "Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo".
Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.


Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús, hoy en el Evangelio me hablas del encuentro que los magos tuvieron con Herodes. En mi corazón resuena la pregunta que le hicieron al tetrarca: "¿Dónde está el rey de los judíos?" Esa pregunta lo turbó profundamente porque cuestionaba su identidad, la manera en que él mismo se veía.
Muchas veces, amado Jesús, yo he tenido la misma experiencia cuando hay momentos, personas y situaciones que hacen saltar por el aire lo que yo creo de mí mismo, la imagen que con el paso del tiempo me he forjado de mí, pero que no siempre corresponde con la manera que Tú me vez. Tantas veces me he creído mejor o peor de lo que realmente soy y me he convertido en un adulador solapado o en un juez inmisericorde. Tú sabes quién soy y sabías quién era realmente Herodes. Cuando miro la figura de Herodes, muchas veces he visto a un rey despiadado y asesino…no he sabido mirarlo como Tú lo ves: un hijo tuyo muy amado por Ti.
¡Si tan sólo fuera más consciente de esta verdad, mi vida cambiaría! Sabría mirar a los demás como Tú los ves… Me vería como lo que soy: ¡Tu hijo muy amado! No me enojaría porque las situaciones o los demás metieran en crisis mi identidad, pues sabría que, pase lo que pase, haga lo que haga, nunca dejaría de ser lo que soy: uno muy amado por Ti.
Esa pregunta que turbó a Herodes no es otra cosa que un intento de tu amor de quitarle la máscara que él mismo se había hecho y mostrarle su verdadero ser, su identidad más profunda; no fue otra cosa que un intento de tu infinito amor para mostrarle lo que era realmente.
Jesús, ayúdame a mirar como Tú miras y a grabar en mi corazón con letras de fuego mi identidad más verdadera y profunda: Soy TU hijo y me amas.
"Los Magos lo hicieron: encontraron al Niño, "postrándose, le adoraron" (v. 11). No le miraron solamente, dijeron solo una oración circunstancial y se fueron, no, sino que le adoraron: entraron en una comunión personal de amor con Jesús. Después le regalaron oro, incienso y mirra, es decir, sus bienes más preciados. Aprendamos de los Magos a no dedicar a Jesús sólo los ratos perdidos de tiempo y algún pensamiento de vez en cuando, de lo contrario no tendremos su luz. Como los Magos, pongámonos en camino, revistámonos de luz siguiendo la estrella de Jesús, y adoremos al Señor con todo nuestro ser".
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de enero de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré tener una mirada como la de Jesús: Misericordiosa para conmigo y para con los demás.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

viernes, 5 de enero de 2018

Evangelio 5 de Enero de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Juan 3:11-21
    11 Pues este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros.
    12 No como Caín, que, siendo del Maligno, mató a su hermano. Y ¿por qué le mató? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran justas.
    13 No os extrañéis, hermanos, si el mundo os aborrece.
    14 Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte.
    15 Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él.
    16 En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos.
    17 Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?
    18 Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad.
    19 En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestra conciencia ante Él,
    20 en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.
    21 Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios,
  • Salmo responsorial

    Salmo 100:1-5
    1 Salmo. Para la acción de gracias. ¡Aclamad a Yahveh, toda la tierra,
    2 servid a Yahveh con alegría, llegaos ante él entre gritos de júbilo!
    3 Sabed que Yahveh es Dios, él nos ha hecho y suyos somos, su pueblo y el rebaño de su pasto.
    4 ¡Entrad en sus pórticos con acciones de gracias, con alabanzas en sus atrios, dadle gracias, bendecid su nombre!
    5 Porque es bueno Yahveh, para siempre su amor, por todas las edades su lealtad.
  • Evangelio

    Juan 1:43-51
    43 Al día siguiente, Jesús quiso partir para Galilea. Se encuentra con Felipe y le dice: «Sígueme.»
    44 Felipe era de Bestsaida, de la ciudad de Andrés y Pedro.
    45 Felipe se encuentra con Natanael y le dice: «Ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.»
    46 Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.»
    47 Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
    48 Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
    49 Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
    50 Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.»
    51 Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

Evangelio meditado

Invitación inesperada
Santo Evangelio según San Juan 1, 43-51. Viernes I de tiempo de Navidad.


Por: H. Michael Vargas, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, enséñame a ser dócil a Ti y a vivir con sencillez cada momento de mi vida.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 1, 43-51
En aquel tiempo, determinó Jesús ir a Galilea, y encontrándose a Felipe, le dijo: “Sígueme”. Felipe era de Betsaida, la tierra de Andrés y de Pedro.
Felipe se encontró con Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”. Natanael replicó: “¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?” Felipe le contestó: “Ven y lo verás”.
Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.
Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Somos buscadores por naturaleza, ya sea de la verdadera felicidad, del sentido a nuestras vidas, en fin, buscamos un tesoro; pero, ¿qué tan bien buscamos? Es un hecho, a todos nos gusta, en dicha búsqueda, vivir nuevas experiencias y, si no, al menos renovarnos constantemente para seguir adelante y encontrar ese gran tesoro.
En el Evangelio de hoy el Señor nos hace una invitación, clara, sencilla, hermosa, pero que a su vez, requiere un poco de esfuerzo personal. Hoy el Señor nos invita a hacer una pausa en nuestro día y nos elige para vivir una verdadera experiencia con Él. ¿Para qué? Sencillamente para que le conozcamos más y, en base a eso, podamos amarlo más, pues no se ama aquello que no conocemos en profundidad. Nos puede gustar, llamar la atención, pero si no lo conocemos realmente, si no hacemos la experiencia, simplemente no lo podremos amar o lo amaremos superficialmente y, ante las dificultades, ante las contrariedades, este amor se esfumará.
Jesús nos llama a descubrirle. Así como invitó a Felipe así nos invita a cada uno. ¿Qué sucedería si realmente confiáramos más? ¡Cuanta confianza hay al aceptar esta invitación!, pues así como Él reconoce a Natanael debajo de la higuera, así también nos conoce a nosotros, sabe de qué estamos hechos y ve todo lo que hay en el fondo de nuestro corazón.
Pidamos al Señor y a nuestra Madre, la Santísima Virgen María, la gracia de amar más a Jesucristo y de poder compartir momentos en nuestras vidas para degustar de su presencia.
"Un cristiano es un invitado. ¿Invitado a qué? ¿A un negocio? ¿Invitado a un paseo? El Señor nos quiere decir algo más: ‘¡Estás invitado a una fiesta!’. El cristiano es el invitado a una fiesta, a la alegría, a la alegría de ser salvados, a la alegría de estar redimidos, a la alegría de participar en la vida con Jesús".
(Homilía de S.S. Francisco, 5 de noviembre de 2013).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Me esforzaré por tener un verdadero diálogo con Dios y viviré en comunión con Él durante mi día.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 4 de enero de 2018

Evangelio 4 de Enero de 2018

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Juan 3:7-10
    7 Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo.
    8 Quien comete el pecado es del Diablo, pues el Diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del Diablo.
    9 Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado porque su germen permanece en él; y no puede pecar porque ha nacido de Dios.
    10 En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del Diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.
  • Salmo responsorial

    Salmo 98:1, 7-9
    1 Salmo. Cantad a Yahveh un canto nuevo, porque ha hecho maravillas; victoria le ha dado su diestra y su brazo santo.
    7 Brama el mar y cuanto encierra, el orbe y los que le habitan;
    8 los ríos baten palmas, a una los montes gritan de alegría,
    9 ante el rostro de Yahveh, pues viene a juzgar a la tierra; él juzgará al orbe con justicia, y a los pueblos con equidad.
  • Evangelio

    Juan 1:35-42
    35 Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos.
    36 Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios.»
    37 Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús.
    38 Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscáis?» Ellos le respondieron: «Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?»
    39 Les respondió: «Venid y lo veréis.» Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Era más o menos la hora décima.
    40 Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús.
    41 Este se encuentra primeramente con su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías» - que quiere decir, Cristo.
    42 Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» - que quiere decir, "Piedra"

Evangelio meditado

Efecto domino
Santo Evangelio según San Juan 1, 35-42. Jueves I de Tiempo de Navidad


Por: H. Rogelio Suárez, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, dame la gracia de poder imitarte, que todo lo que haga sea como lo haces Tú. Que con mi testimonio de vida, pueda edificar a los que me rodean y llevarlos siempre a Ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 1, 35-42
En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios". Los dos discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos, y viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué buscan?". Ellos le contestaron: "¿Dónde vives, Rabí?" (Rabí significa 'maestro'). Él les dijo: "Vengan a ver".
Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías" (que quiere decir 'el Ungido'). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás" (que significa Pedro, es decir, 'roca').
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio


Dicen que"Las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra", y lo vemos muy claramente en este Evangelio. La misión de Juan, era llevar a todos los que lo rodean, a Cristo. Era dar testimonio de la verdad. Esta misión la realizó al inicio de palabra, pero tomó más efecto cuando la hizo vida; cuando con su testimonio pudo llevar a sus discípulos, al verdadero maestro. Él era consciente de que todo lo que hacía tenía un efecto en los demás.
Seamos conscientes de que todo lo que hacemos, deja huella en los demás. No debemos de ser indiferentes con nuestros actos, debemos de ser conscientes de que todo lo que hagamos edifica o destruye a los que nos rodean. Pero no debemos actuar para que los demás digan que somos unos tipazos, unos líderes, unos santos; debemos actuar para que en nosotros vean a Dios mismo. Actuar desinteresadamente, sólo por amor a Dios.
Nuestro testimonio, al dejar una huella en los demás, no permanece solamente en esa persona; sino que ella podrá también dar testimonio de aquello que vio y escuchó. El testimonio, sea bueno o malo, tiene efecto domino.
Ese es el secreto, queridos amigos, que todos estamos llamados a experimentar. Dios espera algo de ti. ¿Lo habéis entendido? Dios quiere algo de ti, Dios te espera a ti. Dios viene a romper nuestras clausuras, viene a abrir las puertas de nuestras vidas, de nuestras visiones, de nuestras miradas. Dios viene a abrir todo aquello que te encierra. Te está invitando a soñar, te quiere hacer ver que el mundo contigo puede ser distinto. Eso sí, si tú no pones lo mejor de ti, el mundo no será distinto. Es un reto.
(Homilía de S.S. Francisco, 30 de julio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré una visita al Santísimo, pidiéndole la gracia de ser un fiel imitador suyo y trataré de vivir este día siendo consciente de que mis actos dejan huella.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

miércoles, 3 de enero de 2018

Evangelio 3 de Enero de 2017

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Filipenses 2:5-11
    5 Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo:
    6 El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios.
    7 Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre;
    8 y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.
    9 Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre.
    10 Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos,
    11 y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SENOR para gloria de Dios Padre.
  • Salmo responsorial

    Salmo 113:1-8
    1 ¡Aleluya! ¡Alabad, servidores de Yahveh, alabad el nombre de Yahveh!
    2 ¡Bendito sea el nombre de Yahveh, desde ahora y por siempre!
    3 ¡De la salida del sol hasta su ocaso, sea loado el nombre de Yahveh!
    4 ¡Excelso sobre todas las naciones Yahveh, por encima de los cielos su gloria!
    5 ¿Quién como Yahveh, nuestro Dios, que se sienta en las alturas,
    6 y se abaja para ver los cielos y la tierra?
    7 El levanta del polvo al desvalido, del estiércol hace subir al pobre,
    8 para sentarle con los príncipes, con los príncipes de su pueblo.
  • Evangelio

    Mateo 1:18-23
    18 La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo.
    19 Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.
    20 Así lo tenía planeado, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.
    21 Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»
    22 Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta:
    23 Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros.»

Evangelio meditado

Míralo y déjate ver
Santo Evangelio según San Juan 1, 29-34. Santísimo nombre de Jesús.


Por: H. César Yali Molina Flores, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Concédeme la gracia, Señor,de dejarme ver por Ti y aprender a verte.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 1, 29-34
Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: "Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel."
Y Juan dio testimonio diciendo: "He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio


El Evangelio que nos propone la Iglesia para hoy tiene dos momentos, el primero - que se leyó ayer, en el que Juan reconoce lo que no es y acepta lo que es - y el segundo, el de hoy, en que Juan ve a Jesús ir hacia él. Es de notar que Jesús ya había visto a Juan, razón por la que se acercaba a éste, pero lo que importa es lo que el evangelista plasma: el encuentro de dos miradas, momento en el que Juan exclama "Éste es el cordero…"
Piensa en esos momentos en que, por la calle, centro comercial o algún otro sitio, te encuentras a un familiar o amistad, seguramente le reconoces a distancia o probablemente cuando está muy cerca de ti; y, seguramente, con el pensamiento o en voz alta dices "si es xy persona…"- sea agradable o no la persona que te encuentres - lo que pienses o digas parte de una mirada.
En este contexto, Dios quiere intercambiar miradas contigo.Descubre la belleza de la vida en sus ojos, en los ojos de quien te encuentras y con quienes compartes momentos de tu vida. Supera el temor de ver en los demás su dignidad de hija (o) de Dios, y deja que los demás vean que eres hija (o) de Dios. Dirígele tu mirada a Jesús y a cuantos encuentras en tu camino. Dios se encarnó porque en su inocencia quiere que le veas sin temor, y que reconozcas cuanto te ama, quiere encontrarse contigo, Él te ve y quiere que le veas.
Su amor nos precede, su mirada se adelanta a nuestra necesidad. Él sabe ver más allá de las apariencias, más allá del pecado, más allá del fracaso o de la indignidad. Sabe ver más allá de la categoría social a la que podemos pertenecer. Él ve más allá de todo eso. Él ve esa dignidad de hijo, que todos tenemos, tal vez ensuciada por el pecado, pero siempre presente en el fondo de nuestra alma. Es nuestra dignidad de hijo.
(Homilía S.S. Francisco, 21 de septiembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Trataré de ver a los demás sin juzgarlos. Una sonrisa, un servicio, un gracias desinteresado…
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.