sábado, 7 de abril de 2018

Evangelio 7 de Abril de 2018

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Hechos 4:13-21
    13 Viendo la valentía de Pedro y Juan, y sabiendo que eran hombres sin instrucción ni cultura, estaban maravillados. Reconocían, por una parte, que habían estado con Jesús;
    14 y al mismo tiempo veían de pie, junto a ellos, al hombre que había sido curado; de modo que no podían replicar.
    15 Les mandaron salir fuera del Sanedrín y deliberaban entre ellos.
    16 Decían: «¿Qué haremos con estos hombres? Es evidente para todos los habitantes de Jerusalén, que ellos han realizado una señal manifiesta, y no podemos negarlo.
    17 Pero a fin de que esto no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen ya más a nadie en este nombre.»
    18 Les llamaron y les mandaron que de ninguna manera hablasen o enseñasen en el nombre de Jesús.
    19 Mas Pedro y Juan les contestaron: «Juzgad si es justo delante de Dios obedeceros a vosotros más que a Dios.
    20 No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.»
    21 Ellos, después de haberles amenazado de nuevo, les soltaron, no hallando manera de castigarles, a causa del pueblo, porque todos glorificaban a Dios por lo que había occurrido,
  • Salmo responsorial

    Salmo 118:1, 14-21
    1 ¡Dad gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor!
    14 mi fuerza y mi cántico es Yahveh, él ha sido para mí la salvación.
    15 Clamor de júbilo y salvación, en las tiendas de los justos: «¡La diestra de Yahveh hace proezas,
    16 excelsa la diestra de Yahveh, la diestra de Yahveh hace proezas!»
    17 No, no he de morir, que viviré, y contaré las obras de Yahveh;
    18 me castigó, me castigó Yahveh, pero a la muerte no me entregó.
    19 ¡Abridme las puertas de justicia, entraré por ellas, daré gracias a Yahveh!
    20 Aquí está la puerta de Yahveh, por ella entran los justos.
    21 Gracias te doy, porque me has respondido, y has sido para mí la salvación.
  • Evangelio

    Marcos 16:9-15
    9 Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios.
    10 Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con él, que estaban tristes y llorosos.
    11 Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron.
    12 Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una aldea.
    13 Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos.
    14 Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado.
    15 Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación.

Evangelio meditado

¿Crees realmente en mi resurrección?
Santo Evangelio según San Marcos 16, 9-15. Sábado de la Octava de Pascua.


Por: H. Rubén Tornero, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, vengo ante ti, uva vez más para poner en tus manos todo lo que soy y todo lo que tengo. Tú me conoces y sabes que es lo que llevo en el corazón, cuáles son mis tristezas y mis alegrías. Te doy las gracias porque nunca me has abandonado, siempre has estado a mi lado, aun cuando no me he dado cuenta.
Aumenta mi fe para creer en ti, en tu omnipotencia en mi vida y para saberte descubrir siempre en cada momento de mi vida. Aumenta mi confianza; no permitas que ponga mi esperanza en nada ni en nadie fuera de ti, Jesús mío, pues todo es tuyo. Dame el amor que más necesito: el tuyo. No permitas que me separe nunca de ti... y si llego a alejarme de tu amor, que nunca me canse de volver a tus brazos amorosos. Ayúdame a escuchar tu voz en esta oración.


Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 16, 9-15
Habiendo resucitado al amanecer del primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Ella fue a llevar la noticia a los discípulos, los cuales estaban llorando, agobiados por la tristeza; pero cuando la oyeron decir que estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.
Después de esto, se apareció en otra forma a dos discípulos, que iban de camino hacia una aldea. También ellos fueron a anunciarlo a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron.


Por último se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no les habían creído a los que lo habían visto resucitado. Jesús les dijo entonces: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Muy amada alma:
Has visto que reprendí a mis discípulos por la dureza de su corazón al no creer en mi resurrección.
¿Tú darías la vida por un muerto?, ¿invitarías a tomar un café hoy al bisabuelo de tu bisabuelo?, ¿serías capaz de preguntarle su opinión sobre la decisión más importante de tu vida a alguien que dejó este mundo hace miles de años?Probablemente no.
Lo más común es que cuando damos la vida por alguien, sea una persona viva. Consultamos a los vivos, no a los muertos, al tomar una decisión importante. Invitamos a pasar un tiempo junto a los vivos no a los muertos.
¿Sabes? Hoy muchas personas me tratan como si estuviera muerto. Dicen con los labios que creen en mi resurrección, muchos de ellos se dicen cristianos, seguidores míos, pero para ellos no soy más que un personaje del pasado, una persona que quizá fue buena y ayudó a otros hace mucho tiempo, pero que ahora no pude hacer nada. Eso me lastima. Me tratan como si estuviera muerto. No se dan cuenta que siempre estoy a su lado. Son como mis discípulos que, aunque se los dije muchas de veces, no terminaban de creer que yo estuviera vivo y me trataban igual que muchas personas hoy en día.
ESTOY VIVO. Date cuenta de que te amo y puedo - y quiero hacer - mucho bien por y en ti. Déjame entrar en tu vida, mira que estoy vivo.
Atte. Jesús
La oración humilde del hijo, que nosotros podemos hacer, es: "Padre, atráeme hacia Jesús; Padre, condúceme a conocer a Jesús”. Y el Padre enviará al Espíritu a abrir nuestro corazón y nos llevará hacia Jesús. Un cristiano que no se deja atraer por el Padre hacia Jesús es un cristiano que vive una situación de huérfano; y nosotros tenemos un Padre, no somos huérfanos. Hay que dirigirse al Padre como nos enseñó Jesús -"Padre nuestro, que estás en el cielo..."- y pedir la gracia de ser atraídos hacia Jesús.
(Homilía de S.S. Francisco, 19 de abril de 2016, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré involucrar a Jesús en mi vida cotidiana, preguntándole cómo actuaría Él en mi lugar en cada situación.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

viernes, 6 de abril de 2018

Evangelio 6 de Abril de 2018

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Hechos 4:1-12
    1 Estaban hablando al pueblo, cuando se les presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del Templo y los saduceos,
    2 molestos porque enseñaban al pueblo y anunciaban en la persona de Jesús la resurrección de los muertos.
    3 Les echaron mano y les pusieron bajo custodia hasta el día siguiente, pues había caído ya la tarde.
    4 Sin embargo, muchos de los que oyeron la Palabra creyeron; y el número de hombres llegó a unos 5.000.
    5 Al día siguiente se reunieron en Jerusalén sus jefes, ancianos y escribas,
    6 el Sumo Sacerdote Anás, Caifás, Jonatán, Alejandro y cuantos eran de la estirpe de sumos sacerdotes.
    7 Les pusieron en medio y les preguntaban: «¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho vosotros eso?»
    8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: «Jefes del pueblo y ancianos,
    9 puesto que con motivo de la obra realizada en un enfermo somos hoy interrogados por quién ha sido éste curado,
    10 sabed todos vosotros y todo el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de Jesucristo, el Nazoreo, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre y no por ningún otro se presenta éste aquí sano delante de vosotros.
    11 El es la piedra que vosotros, los constructores, habéis despreciado y que se ha convertido en piedra angular.
    12 Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos.»
  • Salmo responsorial

    Salmo 118:1-2, 4, 22-27
    1 ¡Dad gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor!
    2 ¡Diga la casa de Israel: que es eterno su amor!
    4 ¡Digan los que temen a Yahveh: que es eterno su amor!
    22 La piedra que los constructores desecharon en piedra angular se ha convertido;
    23 esta ha sido la obra de Yahveh, una maravilla a nuestros ojos.
    24 ¡Este es el día que Yahveh ha hecho, exultemos y gocémonos en él!
    25 ¡Ah, Yahveh, da la salvación! ¡Ah, Yahveh, da el éxito!
    26 ¡Bendito el que viene en el nombre de Yahveh! Desde la Casa de Yahveh os bendecimos.
    27 Yahveh es Dios, él nos ilumina. ¡Cerrad la procesión, ramos en mano, hasta los cuernos del altar!
  • Evangelio

    Juan 21:1-14
    1 Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera.
    2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos.
    3 Simón Pedro les dice: «Voy a pescar.» Le contestan ellos: «También nosotros vamos contigo.» Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada.
    4 Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
    5 Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron: «No.»
    6 El les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces.
    7 El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el Señor», se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar.
    8 Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos.
    9 Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan.
    10 Díceles Jesús: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.»
    11 Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red.
    12 Jesús les dice: «Venid y comed.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor.
    13 Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez.
    14 Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.

Evangelio meditado

Un horizonte que tiene un nombre específico: Cristo
Santo Evangelio según San Juan 21, 1-14. Viernes de la Octava de Pascua.


Por: H. Adrián Olvera, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, te pido que la experiencia de tu resurrección sea luz que dirija mi vida.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 21, 1-14
En aquel tiempo, Jesús se les apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Se les apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás (llamado el Gemelo), Natanael (el de Caná de Galilea), los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "También nosotros vamos contigo". Salieron y se embarcaron, pero aquella noche no pescaron nada.
Estaba amaneciendo, cuando Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: "Muchachos, ¿han pescado algo?". Ellos contestaron: "No". Entonces él les dijo: "Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán peces". Así lo hicieron, y luego ya no podían jalar la red por tantos pescados.
Entonces el discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro: "Es el Señor". Tan pronto como Simón Pedro oyó decir que era el Señor, se anudó a la cintura la túnica, pues se la había quitado, y se tiró al agua. Los otros discípulos llegaron en la barca, arrastrando la red con los pescados, pues no distaban de tierra más de cien metros.
Tan pronto como saltaron a tierra, vieron unas brasas y sobre ellas un pescado y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos pescados de los que acaban de pescar". Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red, repleta de pescados grandes. Eran ciento cincuenta y tres, y a pesar de que eran tantos, no se rompió la red. Luego les dijo Jesús: "Vengan a almorzar". Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: '¿Quién eres?', porque ya sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio y también el pescado.


Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
"Voy a pescar" - dijo Pedro. Casi se puede escuchar el tono de alguien que regresa a la rutina, en donde se hace lo que se tiene que hacer porque se tiene que hacer y nada más.
Parece que Pedro experimentó el aburrimiento del hombre que ha estado en la cima de una montaña y ha contemplado el paisaje; y ahora se tiene que contentar con ver ese mismo paisaje en una fotografía.
Voy a pescar, es decir, vuelvo a mi trabajo, vuelvo a hacer lo que en sí me gusta hacer pero... ya no es lo mismo... no encuentra el sentido.
Pedro había conocido a Cristo. Vivió con Él, comió junto a Él; lo escuchó..., lo traicionó, lo amó; era su amigo. De repente se ve sin Él, se ve sin el amigo que a su vida le dio sentido; el amigo que alguna vez le dijo: "desde ahora ya no solo serás pescador sino que serás pescador de hombres..., uno de los apóstoles, mi discípulo, mi amigo."
"Es el Señor". Pedro no piensa nada, simplemente actúa y lo primero que hace es dirigirse hacia lo único que le hace falta, hacia lo único importante..., se dirigió hacia el Amigo.
De la nada, la rutina de la vida desaparece. El aburrimiento se olvida. No es una fotografía..., es el verdadero paisaje.
Esto es lo que significa la resurrección. La vida verdaderamente cobra un sentido; aparece un horizonte hacia dónde dirigir la vida. Un horizonte que tiene un nombre específico: Cristo.
El relato se sitúa en el marco de la vida cotidiana de los discípulos, que habían regresado a su tierra y a su trabajo de pescadores, después de los días tremendos de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Era difícil para ellos comprender lo que había sucedido. Pero, mientras que todo parecía haber acabado, Jesús va nuevamente a "buscar" a sus discípulos. Es Él quien va a buscarlos. Esta vez los encuentra junto al lago, donde ellos habían pasado la noche en las barcas sin pescar nada. Las redes vacías se presentan, en cierto sentido, como el balance de su experiencia con Jesús: lo habían conocido, habían dejado todo por seguirlo, llenos de esperanza... ¿y ahora? Sí, lo habían visto resucitado, pero luego pensaban: "Se marchó y nos ha dejado... Ha sido como un sueño...
(Homilía de S.S. Francisco, 10 de abril de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hacer un pequeño examen de conciencia donde profundice en la pregunta: ¿hacia dónde estoy dirigiendo mi vida?
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 5 de abril de 2018

Evangelio 5 de Abril de 2018

Color: Blanco

Santos:

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Hechos 3:11-26
    11 Como él no soltaba a Pedro y a Juan, todo el pueblo, presa de estupor, corrió donde ellos al pórtico llamado de Salomón.
    12 Pedro, al ver esto, se dirigió al pueblo: «Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto, o por qué nos miráis fijamente, como si por nuestro poder o piedad hubiéramos hecho caminar a éste?
    13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis y de quien renegasteis ante Pilato, cuando éste estaba resuelto a ponerle en libertad.
    14 Vosotros renegasteis del Santo y del Justo, y pedisteis que se os hiciera gracia de un asesino,
    15 y matasteis al Jefe que lleva a la Vida. Pero Dios le resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello.
    16 Y por la fe en su nombre, este mismo nombre ha restablecido a éste que vosotros veis y conocéis; es, pues, la fe dada por su medio la que le ha restablecido totalmente ante todos vosotros.
    17 «Ya sé yo, hermanos, que obrasteis por ignorancia, lo mismo que vuestros jefes.
    18 Pero Dios dio cumplimiento de este modo a lo que había anunciado por boca de todos los profetas: que su Cristo padecería.
    19 Arrepentíos, pues, y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados,
    20 a fin de que del Señor venga el tiempo de la consolación y envíe al Cristo que os había sido destinado, a Jesús,
    21 a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus santos profetas.
    22 Moisés efectivamente dijo: El Señor Dios os suscitará un profeta como yo de entre vuestros hermanos; escuchadle todo cuanto os diga.
    23 Todo el que no escuche a ese profeta, sea exterminado del pueblo.
    24 Y todos los profetas que desde Samuel y sus sucesores han hablado, anunciaron también estos días.
    25 «Vosotros sois los hijos de los profetas y de la alianza que Dios estableció con vuestros padres al decir a Abraham: En tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra.
    26 Para vosotros en primer lugar ha resucitado Dios a su Siervo y le ha enviado para bendeciros, apartándoos a cada uno de vuestras iniquidades.»
  • Salmo responsorial

    Salmo 8:2, 5-9
    2 ¡Oh Yahveh, Señor nuestro, qué glorioso tu nombre por toda la tierra! Tú que exaltaste tu majestad sobre los cielos,
    5 ¿qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán para que de él te cuides?
    6 Apenas inferior a un dios le hiciste, coronándole de gloria y de esplendor;
    7 le hiciste señor de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies:
    8 ovejas y bueyes, todos juntos, y aun las bestias del campo,
    9 y las aves del cielo, y los peces del mar, que surcan las sendas de las aguas.
  • Evangelio

    Lucas 24:35-48
    35 Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.
    36 Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.»
    37 Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu.
    38 Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón?
    39 Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como véis que yo tengo.»
    40 Y, diciendo esto, los mostró las manos y los pies.
    41 Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?»
    42 Ellos le ofrecieron parte de un pez asado.
    43 Lo tomó y comió delante de ellos.
    44 Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."»
    45 Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras,
    46 y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día
    47 y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.
    48 Vosotros sois testigos de estas cosas.

Evangelio meditado

La fuente de paz
Santo Evangelio según San Lucas 24, 35-48. Jueves de la Octava de Pascua


Por: H. Michael Vargas, L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, enséñame a conservar tu paz, a pesar de las circunstancias adversas.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48
Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Ellos, desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: "No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo yo". Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: "¿Tienen aquí algo de comer?". Le ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de ellos.
Después les dijo: "Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos".
Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: "Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto".


Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Una de las experiencias más enriquecedoras que podemos tener, como seres humanos, es el poder experimentar la verdadera paz en el corazón, una paz que nos da serenidad, tranquilidad, alegría, goce; pero que a su vez es una paz difícil de encontrar.Muchas veces nos parece ajena, imposible en los momentos de dificultad, sentimos temor, nos encontramos desconcertados como lo estuvieron también los apóstoles, nos surgen preguntas, ya que no tenemos las seguridades humanas y, por tanto, no sabemos qué sucederá.
Ante estos momentos, de incertidumbre o de pérdida de paz, el Señor hoy nos quiere mostrar dos maneras de vivir que nos pueden ayudar. En primer lugar,hay que poner en práctica la visión sobrenatural de fe, lo cual quiere decir que, si Jesucristo murió y resucitó por cada uno de nosotros, Él es la fuente de la paz; lo único que tenemos que hacer es confiar más en Él pues su muerte es redención de aquello que nos quita la paz, el pecado.
En segundo lugar, para no perder la paz, tenemos que conservar en todo momento la esperanza, pues por Dios hemos sido creados y, por ende, nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Él como nos enseña san Agustín.
"La paz os dejo, mi paz os doy; Yo no os la doy como el mundo la da."(Juan 14,27)
En la Cruz, ha cargado con todo el mal del mundo, también con los pecados que generan y fomentan las guerras: la soberbia, la avaricia, la sed de poder, la mentira... Jesús ha vencido todo esto con su resurrección. Cuando se apareció en medio de sus amigos les dijo: "Paz a vosotros" (Jn 20,19.21.26). Nos lo repite también a nosotros aquí, en esta noche: "Paz a vosotros".
Sin ti, Señor, vana sería nuestra oración y engañosa nuestra esperanza de paz. Pero tú estás vivo y obras para nosotros y con nosotros; tú, nuestra paz.
(Homilía de S.S. Francisco, 23 de noviembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy mantendré la paz, a pesar de las dificultades que afronte.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.