En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey Nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Hoy, Señor Jesús, vengo ante Ti para sanarme. Sana las heridas de mi corazón, sana todo aquello que no me permite permanecer en tu amor.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 16, 20-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría.
Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero una vez que ha dado a luz, ya no se acuerda de su angustia, por la alegría de haber traído un hombre al mundo. Así también ahora ustedes están tristes, pero yo los volveré a ver, alegrará su corazón y nadie podrá quitarles su alegría. Aquel día no me preguntarán nada".
Palabra de Dios.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El padre de un buen amigo solía repetirle: "En este vida lo único que necesitas para conseguir cosas es a Dios y tener amigos". Esto es un hecho constatado. El mundo gira a través de influencias y recomendaciones.
Por ejemplo, para conseguir un puesto de trabajo, solemos pedir la recomendación de alguien. Es más, al momento de elegir un candidato para una vacante laboral, no sólo se toma en cuenta lo cualificado del candidato, sino también por quién viene recomendado.
Si esto funciona con personas influyentes y poderosas, pero que no dejan de ser personas humanas limitadas, cuanto más si pedimos al Padre con la recomendación de Jesús, que es perfecto Dios y perfecto hombre.
Dios Padre no se resiste ante las recomendaciones de su Hijo y, además, en su nombre nos prepara y regala el mejor lugar en su Reino.
Ayúdame, Jesús, a comprender que toda tristeza se transforma en alegría si tengo fe y confianza en tus promesas. Nada ni nadie podrá quitarme del corazón esa alegría que sólo Tú me puedes dar.
"Un cristiano sin alegría no es cristiano. Un cristiano que continuamente vive triste, no es cristiano. Y un cristiano que, en el momento de las pruebas, de las enfermedades, de tantas dificultades, pierde la paz, le falta algo. La alegría cristiana no es una simple diversión, no es una alegría pasajera; la alegría cristiana es un don, es un don del Espíritu Santo. Y hay que tener el corazón siempre alegre porque el Señor ha vencido, el Señor reina, el Señor está a la derecha del Padre, el Señor me ha mirado y me ha enviado y me ha dado su gracia y me ha hecho hijo del Padre… Es esa la alegría cristiana. Un cristiano vive en la alegría".
(Homilía de S.S. Francisco, 15 de mayo del 2015, en santa Marta)
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración. Disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Rezaré la coronilla a la misericordia Divina por todas aquellas personas tristes, abandonadas, para que experimenten la misericordia de Dios y sientan el consuelo del Espíritu Santo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.