sábado, 23 de marzo de 2024

Lecturas 23 de Marzo de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Ezequiel 37:21-28

    21y diles: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo recojo a los hijos de Israel de entre las naciones a las que marcharon. Los congregaré de todas partes para conducirlos a su suelo.22Haré de ellos una sola nación en esta tierra, en los montes de Israel, y un solo rey será el rey de todos ellos; no volverán a formar dos naciones, ni volverán a estar divididos en dos reinos.23No se contaminarán más con sus basuras, con sus monstruos y con todos sus crímenes. Los salvaré de las infidelidades por las que pecaron, los purificaré, y serán mi pueblo y yo seré su Dios.24Mi siervo David reinará sobre ellos, y será para todos ellos el único pastor; obedecerán mis normas, observarán mis preceptos y los pondrán en práctica.25Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, donde habitaron vuestros padres. Allí habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos, para siempre, y mi siervo David será su príncipe eternamente.26Concluiré con ellos una alianza de paz, que será para ellos una alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré mi santuario en medio de ellos para siempre.27Mi morada estará junto a ellos, seré su Dios y ellos serán mi pueblo.28Y sabrán las naciones que yo soy Yahveh, que santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre.

  • Salmo Responsorial

    Jeremías 31:10-13

    10Oíd la palabra de Yahveh, naciones, y anunciad por las islas a lo lejos, y decid: «El que dispersó a Israel le reunirá y le guardará cual un pastor su hato.»11Porque ha rescatado Yahveh a Jacob, y le ha redimido de la mano de otro más fuerte.12Vendrán y darán hurras en la cima de Sión y acudirán al regalo de Yahveh: al grano, al mosto, y al aceite virgen, a las crías de ovejas y de vacas, y será su alma como huerto empapado, no volverán a estar ya macilentos.13Entonces se alegrará la doncella en el baile, los mozos y los viejos juntos, y cambiaré su duelo en recocijo, y les consolaré y alegraré de su tristeza;

  • Evangelio

    Juan 11:45-56

    45Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él.46Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.47Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales.48Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.»49Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada,50ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación.»51Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación52- y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.53Desde este día, decidieron darle muerte.54Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudada llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos.55Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse.56Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?»

viernes, 22 de marzo de 2024

Lecturas 22 de Marzo de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Jeremías 20:10-13

    10Escuchaba las calumnias de la turba: «¡Terror por doquier!, ¡denunciadle!, ¡denunciémosle!» Todos aquellos con quienes me saludaba estaban acechando un traspiés mío: «¡A ver si se distrae, y le podremos, y tomaremos venganza de él!»11Pero Yahveh está conmigo, cual campeón poderoso. Y así mis perseguidores tropezarán impotentes; se avergonzarán mucho de su imprudencia: confusión eterna, inolvidable.12¡Oh Yahveh Sebaot, juez de lo justo, que escrutas los riñones y el corazón!, vea yo tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.13Cantad a Yahveh, alabad a Yahveh, porque ha salvado la vida de un pobrecillo de manos de malhechores.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 18:2-7

    2Dijo: Yo te amo, Yahveh, mi fortaleza, (mi salvador, que de la violencia me has salvado).3Yahveh, mi roca y mi baluarte, mi liberador, mi Dios; la peña en que me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvación, mi ciudadela y mi refugio.4Invoco a Yahveh, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos.5Las olas de la muerte me envolvían, me espantaban las trombas de Belial,6los lazos del seol me rodeaban, me aguardaban los cepos de la Muerte.7Clamé a Yahveh en mi angustia, a mi Dios invoqué; y escuchó mi voz desde su Templo, resonó mi llamada en sus oídos.

  • Evangelio

    Juan 10:31-42

    31Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle.32Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?»33Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios.»34Jesús les respondió: «¿No está escrito en vuestra Ley: Yo he dicho: dioses sois?35Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios - y no puede fallar la Escritura -36a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: "Yo soy Hijo de Dios"?37Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis;38pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre.»39Querían de nuevo prenderle, pero se les escapó de las manos.40Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado antes bautizando, y se quedó allí.41Muchos fueron donde él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad.»42Y muchos allí creyeron en él.

jueves, 21 de marzo de 2024

Lecturas 21 de Marzo de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Génesis 17:3-9

    3Cayó Abram rostro en tierra, y Dios le habló así:4«Por mi parte he aquí mi alianza contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos.5No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre de muchedumbre de pueblos te he constituido.6Te haré fecundo sobremanera, te convertiré en pueblos, y reyes saldrán de ti.7Y estableceré mi alianza entre nosotros dos, y con tu descendencia después de ti, de generación en generación: una alianza eterna, de ser yo el Dios tuyo y el de tu posteridad.8Yo te daré a ti y a tu posteridad la tierra en que andas como peregrino, todo el país de Canaán, en posesión perpetua, y yo seré el Dios de los tuyos.»9Dijo Dios a Abraham: «Guarda, pues, mi alianza, tú y tu posteridad, de generación en generación.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 105:4-9

    4¡Buscad a Yahveh y su fuerza, id tras su rostro sin descanso,5recordad las maravillas que él ha hecho, sus prodigios y los juicios de su boca!6Raza de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido:7él, Yahveh, es nuestro Dios, por toda la tierra sus juicios.8El se acuerda por siempre de su alianza, palabra que impuso a mil generaciones,9lo que pactó con Abraham, el juramento que hizo a Isaac,

  • Evangelio

    Juan 8:51-59

    51En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás.»52Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: "Si alguno guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás."53¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?»54Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: "El es nuestro Dios",55y sin embargo no le conocéis, yo sí que le conozco, y si dijera que no le conozco, sería un mentiroso como vosotros. Pero yo le conozco, y guardo su Palabra.56Vuestro padre Abraham se regocijó pensando en ver mi Día; lo vio y se alegró.»57Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?»58Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy.»59Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo.

miércoles, 20 de marzo de 2024

Lecturas 20 de Marzo de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Daniel 3:14-20, 91-92, 95

    14Nabucodonosor tomó la palabra y dijo: «¿Es verdad, Sadrak, Mesak y Abed Negó, que no servís a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que yo he erigido?15¿Estáis dispuestos ahora, cuando oigáis sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, a postraros y adorar la estatua que yo he hecho? Si no la adoráis, seréis inmediatamente arrojados en el horno de fuego ardiente; y ¿qué dios os podrá librar de mis manos?»16Sadrak, Mesak y Abed Negó tomaron la palabra y dijeron al rey Nabucodonosor: «No necesitamos darte una respuesta sobre este particular.17Si nuestro Dios, a quien servimos, es capaz de librarnos, nos librará del horno de fuego ardiente y de tu mano, oh rey;18y si no lo hace, has de saber, oh rey, que nosotros no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has erigido.»19Entonces el rey Nabucodonosor, lleno de cólera y demudada la expresión de su rostro contra Sadrak, Mesak y Abed Negó, dio orden de que se encendiese el horno siete veces más de lo corriente,20y mandó a los hombres más fuertes de su ejército que ataran a Sadrak, Mesak y Abed Negó y los arrojaran al horno de fuego ardiente.91Entonces el rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó a toda prisa y preguntó a sus consejeros: «¿No hemos echado nosotros al fuego a estos tres hombres atados?» Respondieron ellos: «Indudablemente, oh rey.»92Dijo el rey: «Pero yo estoy viendo cuatro hombres que se pasean libremente por el fuego sin sufrir daño alguno, y el cuarto tiene el aspecto de un hijo de los dioses.»95Nabucodonosor exclamó: «Bendito sea el Dios de Sadrak, Mesak y Abed Negó, que ha enviado a su ángel a librar a sus siervos que, confiando en él, quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a ningún otro fuera de su Dios.

  • Salmo Responsorial

    Daniel 3:52-56

    52«Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, loado, exaltado eternamente. Bendito el santo nombre de tu gloria, loado, exaltado eternamente.53Bendito seas en el templo de tu santa gloria, cantado, enaltecido eternamente.54Bendito seas en el trono de tu reino, cantado, exaltado eternamente.55Bendito tú, que sondas los abismos, que te sientas sobre querubines, loado, exaltado eternamente.56Bendito seas en el firmamento del cielo, cantado, glorificado eternamente.

  • Evangelio

    Juan 8:31-42

    31Decía, pues, Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos,32y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.»33Ellos le respondieron: «Nosotros somos descendencia de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?»34Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo.35Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre.36Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres.37Ya sé que sois descendencia de Abraham; pero tratáis de matarme, porque mi Palabra no prende en vosotros.38Yo hablo lo que he visto donde mi Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído donde vuestro padre.»39Ellos le respondieron: «Nuestro padre es Abraham.» Jesús les dice: «Si sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham.40Pero tratáis de matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham.41Vosotros hacéis las obras de vuestro padre.» Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; no tenemos más padre que a Dios.»42Jesús les respondió: «Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que él me ha enviado.

martes, 19 de marzo de 2024

Lecturas 19 de Marzo de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    II Samuel 7:4-5, 12-14, 16

    4Pero aquella misma noche vino la palabra de Dios a Natán diciendo:5«Ve y di a mi siervo David: Esto dice Yahveh. ¿Me vas a edificar tú una casa para que yo habite?12Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré el trono de su realeza.13(El constituirá una casa para mi Nombre y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre.)14Yo seré para él padre y él será para mí hijo. Si hace mal, le castigaré con vara de hombres y con golpes de hombres,16Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí; tu trono estará firme, eternamente.»

  • Salmo Responsorial

    Salmo 89:2-5, 27, 29

    2El amor de Yahveh por siempre cantaré, de edad en edad anunciará mi boca tu lealtad.3Pues tú dijiste: «Cimentado está el amor por siempre, asentada en los cielos mi lealtad.4«Una alianza pacté con mi elegido, un juramento hice a mi siervo David:5Para siempre jamás he fundado tu estirpe, de edad en edad he erigido tu trono.»27«El me invocará: ¡Tú, mi Padre, mi Dios y roca de mi salvación!29«Le guardaré mi amor por siempre, y mi alianza será leal con él;

  • Segunda Lectura

    Romanos 4:13, 16-18, 22

    13En efecto, no por la ley, sino por la justicia de la fe fue hecha a Abraham y su posteridad la promesa de ser heredero del mundo.16Por eso depende de la fe, para ser favor gratuito, a fin de que la Promesa quede asegurada para toda la posteridad, no tan sólo para los de la ley, sino también para los de la fe de Abraham, padre de todos nosotros,17como dice la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones: padre nuestro delante de Aquel a quien creyó, de Dios que da la vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean.18El cual, esperando contra toda esperanza, creyó y fue hecho padre de muchas naciones según le había sido dicho: Así será tu posteridad.22Por eso le fue reputado como justicia.

  • Evangelio

    Mateo 1:16, 18-21, 24

    16y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo.18La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo.19Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.20Así lo tenía planeado, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.21Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»24Despertado José del sueño, hizo como el Angel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.

    OR

    Lucas 2:41-51

    41Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua.42Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta43y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres.44Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos;45pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.46Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles;47todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.48Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.»49El les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»50Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.51Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.

lunes, 18 de marzo de 2024

Lecturas 18 de Marzo de 2024

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Daniel 13:1-9, 15-17, 19-30, 33-62

    1Vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín.2Se había casado con una mujer llamada Susana, hija de Jilquías, que era muy bella y temerosa de Dios;3sus padres eran justos y habían educado a su hija según la ley de Moisés.4Joaquín era muy rico, tenía un jardín contiguo a su casa, y los judíos solían acudir donde él, porque era el más prestigioso de todos.5Aquel año habían sido nombrados jueces dos ancianos, escogidos entre el pueblo, de aquellos de quienes dijo el Señor: «La iniquidad salió en Babilonia de los ancianos y jueces que se hacían guías del pueblo.»6Venían éstos a menudo a casa de Joaquín, y todos los que tenían algún litigio se dirigían a ellos.7Cuando todo el mundo se había retirado ya, a mediodía, Susana entraba a pasear por el jardín de su marido.8Los dos ancianos, que la veían entrar a pasear todos los días, empezaron a desearla.9Perdieron la cabeza dejando de mirar hacia el cielo y olvidando sus justos juicios.15Mientras estaban esperando la ocasión favorable, un día entró Susana en el jardín como los días precedentes, acompañada solamente de dos jóvenes doncellas, y como hacía calor quiso bañarse en el jardín.16No había allí nadie, excepto los dos ancianos que, escondidos, estaban al acecho.17Dijo ella a las doncellas: «Traedme aceite y perfume, y cerrad las puertas del jardín, para que pueda bañarme.»19En cuanto salieron las doncellas, los dos ancianos se levantaron, fueron corriendo donde ella,20y le dijeron: «Las puertas del jardín están cerradas y nadie nos ve. Nosotros te deseamos; consiente, pues, y entrégate a nosotros.21Si no, daremos testimonio contra ti diciendo que estaba contigo un joven y que por eso habías despachado a tus doncellas.»22Susana gimió: «¡Ay, qué aprieto me estrecha por todas partes! Si hago esto, es la muerte para mí; si no lo hago, no escaparé de vosotros.23Pero es mejor para mí caer en vuestras manos sin haberlo hecho que pecar delante del Señor.»24Y Susana se puso a gritar a grandes voces. Los dos ancianos gritaron también contra ella,25y uno de ellos corrió a abrir las puertas del jardín.26Al oír estos gritos en el jardín, los domésticos se precipitaron por la puerta lateral para ver qué ocurría,27y cuando los ancianos contaron su historia, los criados se sintieron muy confundidos, porque jamás se había dicho una cosa semejante de Susana.28A la mañana siguiente, cuando el pueblo se reunió en casa de Joaquín, su marido, llegaron allá los dos ancianos, llenos de pensamientos inicuos contra Susana para hacerla morir.29Y dijeron en presencia del pueblo: «Mandad a buscar a Susana, hija de Jilquías, la mujer de Joaquín.» Mandaron a buscarla,30y ella compareció acompañada de sus padres, de sus hijos y de todos sus parientes.33Todos los suyos lloraban, y también todos los que la veían.34Los dos ancianos, levantándose en medio del pueblo, pusieron sus manos sobre su cabeza.35Ella, llorando, levantó los ojos al cielo, porque su corazón tenía puesta su confianza en Dios.36Los ancianos dijeron: «Mientras nosotros nos paseábamos solos por el jardín, entró ésta con dos doncellas. Cerró las puertas y luego despachó a las doncellas.37Entonces se acercó a ella un joven que estaba escondido y se acostó con ella.38Nosotros, que estábamos en un rincón del jardín, al ver esta iniquidad, fuimos corriendo donde ellos.39Los sorprendimos juntos, pero a él no pudimos atraparle porque era más fuerte que nosotros, y abriendo la puerta se escapó.40Pero a ésta la agarramos y le preguntamos quién era aquel joven.41No quiso revelárnoslo. De todo esto nosotros somos testigos.» La asamblea les creyó como ancianos y jueces del pueblo que eran. Y la condenaron a muerte.42Entonces Susana gritó fuertemente: «Oh Dios eterno, que conoces los secretos, que todo lo conoces antes que suceda,43tú sabes que éstos han levantado contra mí falso testimonio. Y ahora voy a morir, sin haber hecho nada de lo que su maldad ha tramado contra mí.»44El Señor escuchó su voz45y, cuando era llevada a la muerte, suscitó el santo espíritu de un jovencito llamado Daniel,46que se puso a gritar: «¡Yo estoy limpio de la sangre de esta mujer!»47Todo el pueblo se volvió hacia él y dijo: «¿Qué significa eso que has dicho?»48El, de pie en medio de ellos, respondió: «¿Tan necios sois, hijos de Israel, para condenar sin investigación y sin evidencia a una hija de Israel?49¡Volved al tribunal, porque es falso el testimonio que éstos han levantado contra ella!»50Todo el pueblo se apresuró a volver allá, y los ancianos dijeron a Daniel: «Ven a sentarte en medio de nosotros y dinos lo que piensas, ya que Dios te ha dado la dignidad de la ancianidad.»51Daniel les dijo entonces: «Separadlos lejos el uno del otro, y yo les interrogaré.»52Una vez separados, Daniel llamó a uno de ellos y le dijo: «Envejecido en la iniquidad, ahora han llegado al colmo los delitos de tu vida pasada,53dictador de sentencias injustas, que condenabas a los inocentes y absolvías a los culpables, siendo así que el Señor dice: "No matarás al inocente y al justo."54Conque, si la viste, dinos bajo qué árbol los viste juntos.» Respondió él: «Bajo una acacia.»55«En verdad - dijo Daniel - contra tu propia cabeza has mentido, pues ya el ángel de Dios ha recibido de él la sentencia y viene a partirte por el medio.»56Retirado éste, mandó traer al otro y le dijo: «¡Raza de Canaán, que no de Judá; la hermosura te ha descarriado y el deseo ha pervertido tu corazón!57Así tratabais a las hijas de Israel, y ellas, por miedo, se entregaban a vosotros. Pero una hija de Judá no ha podido soportar vuestra iniquidad.58Ahora pues, dime: ¿Bajo qué árbol los sorprendiste juntos?» El respondió: «Bajo una encina.»59En verdad, dijo Daniel, tú también has mentido contra tu propia cabeza: ya está el ángel del Señor esperando, espada en mano, para partirte por el medio, a fin de acabar con vosotros.»60Entonces la asamblea entera clamó a grandes voces, bendiciendo a Dios que salva a los que esperan en él.61Luego se levantaron contra los dos ancianos, a quienes, por su propia boca, había convencido Daniel de falso testimonio62y, para cumplir la ley de Moisés, les aplicaron la misma pena que ellos habían querido infligir a su prójimo: les dieron muerte, y aquel día se salvó una sangre inocente.

    OR

    Daniel 13:41-62

    41No quiso revelárnoslo. De todo esto nosotros somos testigos.» La asamblea les creyó como ancianos y jueces del pueblo que eran. Y la condenaron a muerte.42Entonces Susana gritó fuertemente: «Oh Dios eterno, que conoces los secretos, que todo lo conoces antes que suceda,43tú sabes que éstos han levantado contra mí falso testimonio. Y ahora voy a morir, sin haber hecho nada de lo que su maldad ha tramado contra mí.»44El Señor escuchó su voz45y, cuando era llevada a la muerte, suscitó el santo espíritu de un jovencito llamado Daniel,46que se puso a gritar: «¡Yo estoy limpio de la sangre de esta mujer!»47Todo el pueblo se volvió hacia él y dijo: «¿Qué significa eso que has dicho?»48El, de pie en medio de ellos, respondió: «¿Tan necios sois, hijos de Israel, para condenar sin investigación y sin evidencia a una hija de Israel?49¡Volved al tribunal, porque es falso el testimonio que éstos han levantado contra ella!»50Todo el pueblo se apresuró a volver allá, y los ancianos dijeron a Daniel: «Ven a sentarte en medio de nosotros y dinos lo que piensas, ya que Dios te ha dado la dignidad de la ancianidad.»51Daniel les dijo entonces: «Separadlos lejos el uno del otro, y yo les interrogaré.»52Una vez separados, Daniel llamó a uno de ellos y le dijo: «Envejecido en la iniquidad, ahora han llegado al colmo los delitos de tu vida pasada,53dictador de sentencias injustas, que condenabas a los inocentes y absolvías a los culpables, siendo así que el Señor dice: "No matarás al inocente y al justo."54Conque, si la viste, dinos bajo qué árbol los viste juntos.» Respondió él: «Bajo una acacia.»55«En verdad - dijo Daniel - contra tu propia cabeza has mentido, pues ya el ángel de Dios ha recibido de él la sentencia y viene a partirte por el medio.»56Retirado éste, mandó traer al otro y le dijo: «¡Raza de Canaán, que no de Judá; la hermosura te ha descarriado y el deseo ha pervertido tu corazón!57Así tratabais a las hijas de Israel, y ellas, por miedo, se entregaban a vosotros. Pero una hija de Judá no ha podido soportar vuestra iniquidad.58Ahora pues, dime: ¿Bajo qué árbol los sorprendiste juntos?» El respondió: «Bajo una encina.»59En verdad, dijo Daniel, tú también has mentido contra tu propia cabeza: ya está el ángel del Señor esperando, espada en mano, para partirte por el medio, a fin de acabar con vosotros.»60Entonces la asamblea entera clamó a grandes voces, bendiciendo a Dios que salva a los que esperan en él.61Luego se levantaron contra los dos ancianos, a quienes, por su propia boca, había convencido Daniel de falso testimonio62y, para cumplir la ley de Moisés, les aplicaron la misma pena que ellos habían querido infligir a su prójimo: les dieron muerte, y aquel día se salvó una sangre inocente.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 23:1-6

    1Salmo. De David. Yahveh es mi pastor, nada me falta.2Por prados de fresca hierba me apacienta. Hacia las aguas de reposo me conduce,3y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre.4Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan.5Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa.6Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de los días.

  • Evangelio

    Juan 8:1-11

    1Mas Jesús se fue al monte de los Olivos.2Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles.3Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio4y le dicen: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.5Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?»6Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acuasarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra.7Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.»8E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra.9Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio.10Incorporándose Jesús le dijo: «Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?»11Ella respondió: «Nadie, Señor.» Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.»