sábado, 19 de diciembre de 2015

Evangelio 19 de Diciembre de 2015

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Jueces 13:2-7, 24-25
    2 Había un hombre en Sorá, de la tribu de Dan, llamado Manóaj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos.
    3 El ángel de Yahveh se apareció a esta mujer y le dijo: «Bien sabes que eres estéril y que no has tenido hijos,
    4 pero concebirás y darás a luz un hijo. En adelante guárdate de beber vino ni bebida fermentada y no comas nada impuro.
    5 Porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño será nazir de Dios desde el seno de su madre. El comenzará a salvar a Israel de la mano de los filisteos.»
    6 La mujer fue a decírselo a su marido: «Un hombre de Dios ha venido donde mí; su aspecto era como el del Angel de Dios, muy terrible. No le he preguntado de dónde venía ni él me ha manifestado su nombre.
    7 Pero me ha dicho: "Vas a concebir y a dar a luz un hijo. En adelante no bebas vino ni bebida fermentada y no comas nada impuro, porque el niño será nazir de Dios desde el seno de su madre hasta el día de su muerte.»
    24 La mujer dio a luz un hijo y le llamó Sansón. El niño creció y Yahveh le bendijo.
    25 Y el espíritu de Yahveh comenzó a excitarle en el Campamento de Dan, entre Sorá y Estaol.
  • Salmo responsorial

    Salmo 71:3-6, 16-17
    3 ¡Sé para mí una roca de refugio, alcázar fuerte que me salve, pues mi roca eres tú y mi fortaleza.
    4 ¡Dios mío, líbrame de la mano del impío, de las garras del perverso y del violento!
    5 Pues tú eres mi esperanza, Señor, Yahveh, mi confianza desde mi juventud.
    6 En ti tengo mi apoyo desde el seno, tú mi porción desde las entrañas de mi madre; ¡en ti sin cesar mi alabanza!
    16 Y vendré a las proezas de Yahveh, recordaré tu justicia, tuya sólo.
    17 ¡Oh Dios, desde mi juventud me has instruido, y yo he anunciado hasta hoy tus maravillas!
  • Evangelio

    Lucas 1:5-25
    5 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote, llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una mujer descendiente de Aarón, que se llamaba Isabel;
    6 los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin tacha en todos los mandamientos y preceptos del Señor.
    7 No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos de avanzada edad.
    8 Sucedió que, mientras oficiaba delante de Dios, en el turno de su grupo,
    9 le tocó en suerte, según el uso del servicio sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso.
    10 Toda la multitud del pueblo estaba fuera en oración, a la hora del incienso.
    11 Se le apareció el Angel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.
    12 Al verle Zacarías, se turbó, y el temor se apoderó de él.
    13 El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Juan;
    14 será para ti gozo y alegría, y muchos se gozarán en su nacimiento,
    15 porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre,
    16 y a muchos de los hijos de Israel, les convertirá al Señor su Dios,
    17 e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.»
    18 Zacarías dijo al ángel: «¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad.»
    19 El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva.
    20 Mira, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.»
    21 El pueblo estaba esperando a Zacarías y se extrañaban de su demora en el Santuario.
    22 Cuando salió, no podía hablarles, y comprendieron que había tenido una visión en el Santuario; les hablabla por señas, y permaneció mudo.
    23 Y sucedió que cuando se cumplieron los días de su servicio, se fue a su casa.
    24 Días después, concibió su mujer Isabel; y se mantuvo oculta durante cinco meses
    25 diciendo: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor en los días en que se dignó quitar mi oprobio entre los hombres.»

Evangelio meditado

No temas, Zacarías, tu petición ha sido escuchada
Adviento


Lucas 1, 5-25. Adviento. El anuncio de este nacimiento se produce en el lugar de la oración. Pongamos todo en manos de Dios.


Por: Santiago Garza | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 1, 5-25
En tiempo de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote, llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una mujer descendiente de Aarón, que se llamaba Isabel; los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin tacha en todos los mandamientos y preceptos del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos de avanzada edad. Sucedió que, mientras oficiaba delante de Dios, en el turno de su grupo, le tocó en suerte, según el uso del servicio sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. Toda la multitud del pueblo estaba fuera en oración, a la hora del incienso. Se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verle Zacarías, se turbó, y el temor se apoderó de él. El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Juan; será para ti gozo y alegría, y muchos se gozarán en su nacimiento, porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre, y a muchos de los hijos de Israel, les convertirá al Señor su Dios, e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto». Zacarías dijo al ángel: «¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad». El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva. Mira, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo». El pueblo estaba esperando a Zacarías y se extrañaban de su demora en el Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y comprendieron que había tenido una visión en el Santuario; les hablaba por señas, y permaneció mudo. Y sucedió que cuando se cumplieron los días de su servicio, se fue a su casa. Días después, concibió su mujer Isabel; y se mantuvo oculta durante cinco meses diciendo: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor en los días en que se dignó quitar mi oprobio entre los hombres». 

Oración introductoria
Padre mío, te suplico que esta meditación me ayude a no caer en la situación de Zacarías, que aunque dedicaba su vida a la oración y estaba en el templo, dudó del anuncio y de tu poder. Dame tu gracia para que sepa ser dócil y acepte gustoso lo que hoy quieras pedirme.

Petición
Jesucristo, ayúdame a confiar plenamente en las inspiraciones del Espíritu Santo.

Meditación del Papa Benedicto XVI
¿De dónde viene esta vida, esta interioridad tan fuerte, tan recta, tan coherente, gastada así completamente por Dios, y preparar el camino para Jesús? La respuesta es simple: de la relación con Dios, de la oración, que es el hilo conductor de toda su existencia. Juan es el don divino por mucho tiempo invocado por sus padres, Zacarías e Isabel; un don inmenso, humanamente inesperado, porque ambos eran de edad avanzada y Isabel era estéril; pero nada es imposible para Dios.
El anuncio de este nacimiento se produce en el lugar de la oración, en el templo de Jerusalén, es más, sucede cuando a Zacarías le toca el gran privilegio de entrar en el lugar santísimo del templo para quemar incienso al Señor. También el nacimiento de Juan el Bautista estuvo marcado por la oración: el canto de gozo, de alabanza y de acción de gracias que Zacarías eleva al Señor, y que recitamos cada mañana en los Laudes, el "Benedictus", exalta la acción de Dios en la historia y muestra proféticamente la misión de su hijo Juan: preceder al Hijo de Dios hecho carne, para preparar sus caminos. Toda la existencia del Precursor de Jesús es alimentada por una relación con Dios, especialmente el tiempo de permanencia en el desierto.  (Homilía de Benedicto XVI, 29 de agosto de 2012).
Reflexión
El Evangelio de hoy nos presenta a Zacarías, hombre justo e íntegro, que caminaba sin tacha en todos los mandamientos y preceptos del Señor. Se le apareció el ángel Gabriel para anunciarle que su mujer, Isabel, daría a luz un hijo a pesar de su avanzada edad y esterilidad. Y, ¿cómo reacciona Zacarías? Duda, no cree. Le parece imposible que aquello que había escuchado fuese verdad.

Sí, así es, vemos cómo a pesar de ser un hombre justo y de cumplir todos los mandamientos le falta fe. Fe en la omnipotencia de Dios, fe en la voluntad de Dios. Hoy en nuestros días hay también muchos "Zacarías" que viven sin creer ni en Dios ni en sus hermanos, los hombres. Esta falta de confianza se manifiesta de muchísimas maneras. El hombre de nuestro tiempo parece que vive huyendo de los demás. Vive a la defensiva, olvidándose así de la caridad y de la fraternidad humana. Desconfía de aquellos que están a su alrededor y se cubre con la caparazón de la indiferencia para que el mundo externo no le afecte. Todo esto por falta de fe y de amor a Dios y por falta de fe y amor a los hombres.

Propósito
Abramos, pues, nuestros corazones y dejemos que la gracia de Dios actúe en cuestas vidas. Pidamos fe, mucha fe, para creer en Dios aceptando su voluntad divina sobre nuestras vidas. Fe para confiarnos en los demás pensando siempre bien de aquellos que se encuentran en nuestro alrededor.

Diálogo con Cristo 
Jesucristo, dame tu gracia para vivir con un auténtico espíritu contemplativo estos días previos a la Navidad. Te ofrezco darle prioridad a mi oración y a mi misión como apóstol de tu Reino, alejándome de las tentaciones propias de este tiempo, que en vez de propiciar el silencio y la contemplación, invitan a la disipación y a equivocar el camino que lleva a la santidad.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Evangelio 18 de Diciembre de 2015

  • Primera Lectura: Jeremías 23,5-8
    "Suscitaré a David un vástago legítimo"
    "Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: "El-Señor-nuestra-justicia". Por eso, mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que no se dirá: "Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto", sino que se dirá: "Vive el Señor, que sacó a la raza de Israel del país del Norte y de los países adonde los expulsó, y los trajo para que habitaran en sus campos.""
  • Salmo Responsorial: 71
    "Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente."
    Dios mío, confía tu juicio al rey, / tu justicia al hijo de reyes, / para que rija a tu pueblo con justicia, / a tus humildes con rectitud. R. Él librará al pobre que clamaba, / al afligido que no tenía protector; / él se apiadará del pobre y del indigente, / y salvará la vida de los pobres. R. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, / el único que hace maravillas; / bendito por siempre su nombre glorioso; / que su gloria llene la tierra. / ¡Amén, amén! R.
  • Evangelio: Mateo 1,18-24
    "Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David"
    El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados." Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"." Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Evangelio meditado

José hizo como el Angel del Señor le había mandado
Adviento


Mateo 1, 18-24. Adviento.María y José escriben una historia de amor única e irrepetible porque ambos se fían de Dios.


Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24
La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros». Despertado José del sueño, hizo como el Angel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.

Oración introductoria
Jesús, el misterio de la Encarnación es un maravilloso misterio de humildad y de amor. Todos los protagonistas me dan una lección de vida que quiero llegar a vivir. Permite que esta oración abra mi mente y mi corazón para tener esa docilidad de san José y la humildad de María.

Petición
Señor, dame el espíritu generoso y obediente de san José para vivir mi vocación cristiana con esa misma magnanimidad.

Meditación del Papa Francisco
También san José tuvo la tentación de dejar a María, cuando descubrió que estaba embarazada; pero intervino el ángel del Señor que le reveló el diseño de Dios y su misión de padre putativo; y José, hombre justo, “tomó consigo a su esposa” y se convirtió en el padre de la familia de Nazaret.
Toda familia necesita al padre. Hoy nos detenemos sobre el valor de este rol, y quisiera iniciar por algunas expresiones que se encuentran en el Libro de los Proverbios, palabras que un padre dirige al propio hijo y dice así: “Hijo mío, si tu corazón es sabio, también se alegrará mi corazón: mis entrañas se regocijarán, cuando tus labios hablen con rectitud”. No se podría expresar mejor el orgullo y la conmoción de un padre que reconoce haber transmitido al hijo lo que cuenta de verdad en la vida, o sea, un corazón sabio.
Este padre no dice: “Estoy orgulloso de ti porque eres igual a mí, porque repites las cosas que digo y que hago”. No, no dice eso. Le dice algo más importante, que podríamos interpretar así: “Estaré feliz cada vez que te vea actuar son sabiduría, y estaré conmovido cada vez que te escuche hablar con rectitud. Esto es lo que he querido dejarte, para que se convirtiera en una cosa tuya: la costumbre de escuchar y actuar, de hablar y juzgar con sabiduría y rectitud. Y para que tu pudieras ser así, te he enseñado cosas que no sabías, he corregido errores que no veías. Te he hecho sentir un afecto profundo y a la vez discreto, que quizá no has reconocido plenamente cuanto eras joven e incierto. Te ha dado un testimonio de rigor y de firmeza que quizá no entendías, cuando hubieras querido solamente complicidad y protección. Yo mismo he tenido que, en primer lugar, ponerme a prueba de la sabiduría del corazón, y vigilar en los excesos del sentimiento y del resentimiento, para llevar el peso de las inevitables comprensiones y encontrar las palabras justas para hacerme entender. Ahora, continúa el padre, cuando veo que tú tratas de ser así con tus hijos, y con todos, me conmuevo. Soy feliz de ser tu padre”. Y así, es lo que dice un padre sabio, un padre maduro. (Audiencia S.S. Francisco, 4 de febrero de 2015).
Reflexión
Con una brevedad telegráfica, San Mateo nos cuenta en diez versículos lo que ocurrió desde la concepción al nacimiento de Jesús. Llama la atención que lo que resalta de este período, a diferencia de San Lucas, es la difícil situación en que se encontró José.

Si nos ponemos en su lugar, ¡no era para menos! Mientras María sufría en silencio, el bueno de José se debatía en medio de tremendas dudas. ¡Y pensar que él pudo haber denunciado a María por adúltera! ¡Y pensar que ella no tenía manera de probar lo sucedido! Todo forma parte del misterio que se hace historia humana, historia de Amor.

Los actores de cualquier obra teatral o de cine estudian concienzudamente sus diversos papeles, los ensayan una y otra vez, los ejecutan en privado y en público, hasta que los dominan totalmente. La improvisación en este ámbito es preludio de fracaso. No es así cuando Dios decide servirse de los hombres y por amor los elige. María y José son capaces de seguir las inspiraciones y la voluntad de Dios, aunque nadie les ha pasado de antemano sus "papeles". Dios irrumpe en sus vidas y las "trastorna". No obliga, seduce. Suscita el amor del hombre y entonces lo lleva por donde no hubiera soñado jamás... Cuando alguien se deja guiar por Dios, debe improvisar, y a pesar de la oscuridad de la fe, al final siempre brilla la luz. La actitud correcta es entonces el abandono en su voluntad.

María y José escriben una historia de amor única e irrepetible porque ambos se fían de Dios. A nosotros nos invitan a confiar más en su gracia que en nuestras cualidades, más en sus planes que en los propios. No hay mejor intérprete que aquel que deja que Dios haga la parte que en su vida tiene asignada ¡que no es poca! Cuando nos empeñamos en caminar dejando de lado su voz y preferimos no saber lo que Él quiere, sin darnos cuenta nos quedamos sin el "apuntador", sin aquel que sabe en cada momento lo que mejor nos conviene y desea dárnoslo a conocer. Confiemos más y más en el Señor. Digamos con Pedro aquella bella oración: "Señor, a quién iremos, sólo tú tienes palabras de vida eterna".

Propósito
Crear y fomentar, en todo lugar y momento, un ambiente de acogida y alegría.

Diálogo con Cristo 
Jesucristo, ayúdame a edificar mi propia santificación en la entrega generosa, en la búsqueda de tu gloria y en una esforzada abnegación de mí mismo, especialmente en el seno de mi propia familia, siguiendo el ejemplo de san José, quien ante una crisis, su primera reacción fue la caridad.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Evangelio 17 de Diciembre de 2015

  • Primera Lectura: Génesis 49,2.8-10
    "No se apartará de Judá el cetro"
    En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dijo: "Reuníos, que os voy a contar lo que os va a suceder en el futuro; agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob, oíd a vuestro padre Israel: A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos, se postrarán ante ti los hijos de tu padre. Judá es un león agazapado, has vuelto de hacer presa, hijo mío; se agacha y se tumba como león o como leona, ¿quién se atreve a desafiarlo? No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos."
  • Salmo Responsorial: 71
    "Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente"
    Dios mío, confía tu juicio al rey, / tu justicia al hijo de reyes, / para que rija a tu pueblo con justicia, / a tus humildes con rectitud. R. Que los montes traigan paz, / y los collados justicia; / que él defienda a los humildes del pueblo, / socorra a los hijos del pobre. R. Que en sus días florezca la justicia / y la paz hasta que falte la luna; / que domine de mar a mar, / del Gran Río al confín de la tierra. R. Que su nombre sea eterno, / y su fama dure como el sol; / que él sea la bendición de todos los pueblos, / y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.
  • Evangelio: Mateo 1,1-17
    "Genealogía de Jesucristo, hijo de David"
    Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey. David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

¡Feliz Cumpleaños 79 Papa Francisco!

ROMA, 16 Dic. 15 / 06:00 pm (ACI).- Ya son las 00:00 horas del 17 de diciembre en Roma y el Papa Francisco cumple 79 años de vida. Millones de fieles se alegran en todo el mundo por el cumpleaños del Pontífice nacido en la Argentina y que siempre pide que se acuerden de rezar por él.
Este año 2015 ha sido de grandes momentos para el Santo Padre. En julio de este año, por ejemplo, el Papa Francisco realizó un viaje especial a Sudamérica en el que visitó Ecuador, Bolivia y Paraguay. Uno de los hechos más significativos fue el encuentro del Santo Padre con los convictos de la cárcel de Palmasola en Bolivia.
Allí escuchó los testimonios de algunos presos y dirigió un discurso a los encarcelados en el que transmitió la cercanía de la Iglesia, los alentó a mirar el rostro crucificado de Jesús cuando se sientan desalentados y pidió a las autoridades penitenciarias "dejar una lógica de buenos y malos para pasar a una lógica centrada en ayudar a la persona".
Con este mismo espíritu reconciliador viajó en septiembre a Cuba y Estados Unidos. En la isla, el Papa Francisco se reunió con diversos líderes políticos como Fidel Castro y a los pies de la Virgen de la Caridad del Cobre recordó a los cubanos que el alma de esa nación fue forjada entre dolores y penurias “que no lograron apagar la fe”, desafiando a todos a “vivir la revolución de la ternura como María”.
Luego el Santo Padre se dirigió a Estados Unidos, donde se convirtió en el primer Pontífice en hablar ante el Congreso de este país. “La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vidahumana en todas las etapas de su desarrollo”, enfatizó el Santo Padre.
“Esta certeza es la que me ha llevado, desde el principio de mi ministerio, a trabajar en diferentes niveles para solicitar la abolición mundial de la pena de muerte. Estoy convencido que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada”, añadió.
Asimismo tuvo un histórico discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) y en Nueva York, donde fue muy bien acogido, celebró la SantaMisa en el emblemático Madison Square Garden.
En noviembre, el Papa Francisco viajó también al continente africano, recibiendo una gran bienvenida por los ciudadanos de Kenia, Uganda y República Centroafricana.
En este último país el Santo Padre alentó a los jóvenes a ser como el árbol del plátanoporque siempre da vida y, sobre todo, porque tiene el don de la resistencia, una virtud necesaria ante la complicada situación de ese territorio que es considerado zona de guerra.
El Papa Francisco inauguró el Jubileo o Año Santo de la Misericordia el 8 de diciembre de 2015 en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María al abrir, acompañado de Benedicto XVI, la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro.
Este Jubileo concluirá el 20 de noviembre de 2016, en la Solemnidad de Cristo Rey.
Durante este año los fieles podrán obtener la indulgencia plenaria haciendo una peregrinación hacia la Puerta Santa que cada obispo haya designado en su respectiva diócesis además de cumplir los requisitos generales.
Biografía
Jorge Mario Bergoglio nació en el seno de una familia católica el 17 de diciembre de 1936, en el barrio porteño de Flores, siendo el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Mario José Bergoglio y Regina María Sívori, inmigrantes italianos.
En su cumpleaños 79 te contamos en 1 minuto la biografía del Papa Francisco.
Posted by ACI Prensa on Wednesday, December 16, 2015
Fue bautizado el día de Navidad de 1936 en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro en Buenos Aires.
Durante su infancia fue alumno del Colegio Salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles y estudió en la Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 27 Hipólito Yrigoyen en la que se graduó como técnico químico. Luego trabajó en el laboratorio Hickethier-Bachmann.
Durante su juventud, sufrió una enfermedad a los pulmones por lo que fue sometido a una operación quirúrgica en la que le fue extirpada una porción de pulmón, lo que no le impidió desarrollar sus actividades con normalidad.
El 11 de marzo de 1958 ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en el Seminario de Villa Devoto.  Como novicio de la Compañía de Jesús terminó sus estudios en el Seminario Jesuita de Santiago de Chile.
Entre 1967 y 1070 cursó estudios de teología en la Facultad de Teología del Colegio Máximo de San José. Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, casi a los 33 años de edad.
Continuó sus estudios de 1970 a 1971 en la Universidad de Alcalá Henares (España) y el 22 de abril de 1973 realizó su profesión de jesuita. De regreso a Argentina fue maestro de novicios en la Villa Barilari; profesor en la Facultad de Teología de San Miguel; consultor provincial de la Compañía de Jesús, cargo que ocupó hasta 1979; y rector del Colegio Máximo de la Facultad.
Fue nombrado Obispo Auxiliar de Buenos Aires por el Papa Juan Pablo II el 20 de mayo de 1992. Cuando la salud del entonces Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Antonio Quarracino, empezó a debilitarse, Mons. Bergoglio fue designado Arzobispo Coadjutor el 3 de junio de 1997. Al fallecer el Cardenal Quarracino lo sucedió en el cargo de Arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998.
Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el Papa Juan Pablo II lo creó Cardenal. Como Purpurado formó parte de la Comisión para América Latina; la Congregación para el Clero; el Pontificio Consejo para la Familia; la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Fue Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, en dos períodos consecutivos desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011. Integró también el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
El Cardenal Bergoglio siempre tuvo un estilo de vida sencillo y austero. Vivía en un apartamento pequeño en vez de la residencia episcopal, renunció a su limosina y a su chofer, se movilizaba en transporte público y preparaba su comida.
El Cardenal Bergoglio disfrutaba de la ópera, el tango y el fútbol, cuya pasión aún disfruta al ser socio activo del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Evangelio 16 de Diciembre de 2015

  • Primera Lectura: Isaías 45,6-25
    "Cielos, destilad el rocío"
    "Yo soy el Señor y no hay otro: artífice de la luz, creador de las tinieblas, autor de la paz, creador de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad la victoria; ábrase la tierra y brote la salvación, y con ella germine la justicia; yo, el Señor, lo he creado." Así dice el Señor, creador del cielo _él es Dios_, él modeló la tierra, la fabricó y la afianzó; no la creó vacía, sino que la formó habitable: "Yo soy el Señor, y no hay otro. No hay otro Dios fuera de mí. Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más. Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra, pues yo soy Dios, y no hay otro. Yo juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia, una palabra irrevocable: "Ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua"; dirán: "Sólo el Señor tiene la justicia y el poder". A él vendrán avergonzados los que se enardecían contra él; con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel."
  • Salmo Responsorial: 84
    "Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo."
    Voy a escuchar lo que dice el Señor: / "Dios anuncia la paz / a su pueblo y a sus amigos." / La salvación está ya cerca de sus fieles, / y la gloria habitará en nuestra tierra. R. La misericordia y la fidelidad se encuentran, / la justicia y la paz se besan; / la fidelidad brota de la tierra, / y la justicia mira desde el cielo. R. El Señor nos dará la lluvia, / y nuestra tierra dará su fruto. / La justicia marchará ante él, / la salvación seguirá sus pasos. R.
  • Evangelio: Lucas 7,19-23
    "Anunciad a Juan lo que habéis visto y oído"
    En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?" Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron: "Juan, el Bautista nos ha mandado a preguntarte: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?"" Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Después contestó a los enviados: "Id a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí."

Evangelio meditado

Anuncien a todos lo que han visto y oído
Adviento


Lucas 7, 19-23. Adviento. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan.


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 7, 19-23
Juan envió a sus discípulos a decir al Señor: "¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?" Llegando donde él aquellos hombres, dijeron: "Juan el Bautista nos ha enviado a decirte: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?" En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y dolencias, y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos. Y les respondió: "Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no se halle defraudado en mí!"

 
Oración introductoria
Abre, Señor, mi corazón para que sepa experimentar tu amor en esta meditación. Creo, espero, te amo y te pido tu gracia para saberte reconocer en los demás. ¡Ven, Espíritu Santo!

Petición
Señor, prepara mi corazón para que sepa esperar con alegría y caridad tu próxima venida.

Meditación del Papa Francisco
Su vida [la de Juan el Bautista] comenzó a abajarse, a disminuir para que creciera el Señor, hasta anularse a sí mismo. Esta ha sido la etapa difícil de Juan, porque el Señor tenía un estilo que él no había imaginado, hasta tal punto que en el cárcel -porque estaba en la cárcel en este momento- sufrió no solo la oscuridad de la celda, sino la oscuridad del corazón: 'Pero, ¿será Éste? ¿No me habré equivocado? Porque el Mesías tiene un estilo tan a mano... No se entiende...' Y como era hombre de Dios, pide a sus discípulos ir donde Él a preguntar: 'Pero, ¿eres Tú realmente o debemos esperar a otro?'"
La humillación de Juan es doble: la humillación de su muerte como precio de un capricho pero también la humillación de la oscuridad del alma. Juan ha sabido esperar a Jesús, que ha sabido discernir, ahora ve a Jesús lejos.
Esa promesa se ha alejado. Y termina solo. En la oscuridad, en la humillación. Se queda solo porque se ha destruido mucho para que el Señor creciera.


Juan ve que el Señor está lejos y él humillado, pero con el corazón en paz. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 24 de junio de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
El Bautista está en la cárcel. Desde su calabozo ha oído de Jesús y de sus obras, pero no corresponde con la idea del mesías que todos esperaban. Jesús anuncia la buena nueva, cura enfermos , tiene compasión de todos. Por eso Juan envía a sus discípulos a preguntarle a Jesús: "¿Eres tú el que ha de venir?"

Nos sorprende la duda de Juan. ¿Se sentía defraudado de Jesús? Cristo contesta: "dichoso aquel que no se sienta defraudado de mi" y le manda decir que los ciegos ver, los sordos escuchan.

No podemos desilusionarnos de Jesús por no cumplir con lo que nosotros esperamos que haga por nosotros. Él va más alla de todo lo que podemos esperar, curará nuestras necesidades y dolores, nos anuncia la buena nueva. Nos pide confianza y alegría, dejarnos en sus manos.

Llega a nosotros el mensaje de alegría y esperanza en el Adviento.

Dios superará todo lo que podamos esperar en esta Navidad si buscamos ese encuentro con Él.

Propósito
Reflexionar sobre los medios concretos con los que me preparo para la Navidad.

Diálogo con Cristo
¡Señor, me alegra tanto saber que la Navidad está cerca! Con tu Encarnación me vienes a recordar la verdad fundamental de mi fe: ¡Dios me ama! Ayúdame a dedicarme con la oración y el celo ardiente a transmitir esta hermosa realidad a todas las personas, especialmente a aquellos miembros de mi familia que se han olvidado del verdadero sentido del Adviento, como camino de preparación.

martes, 15 de diciembre de 2015

Evangelio 15 de Diciembre de 2015

  • Primera Lectura: Sofonías 3,1-2.9-13
    "Se promete la salvación mesiánica a todos los pobres"
    Así dice el Señor: "¡Ay de la ciudad rebelde, manchada y opresora! No obedeció ni escarmentó, no aceptaba la instrucción, no confiaba en el Señor, no se acercaba a su Dios. Entonces daré a los pueblos labios puros, para que invoquen todos el nombre del Señor, para que le sirvan unánimes. Desde más allá de los ríos de Etiopía, mis fieles dispersos me traerán ofrendas. Aquel día no te avergonzarás de las obras con que me ofendiste, porque arrancaré de tu interior tus soberbias bravatas, y no volverás a gloriarte sobre mi monte santo. Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá mentiras, ni se hallará en su boca una lengua embustera; pastarán y se tenderán sin sobresaltos."
  • Salmo Responsorial: 33
    "Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha."
    Bendigo al Señor en todo momento, / su alabanza está siempre en mi boca; / mi alma se gloría en el Señor: / que los humildes lo escuchen y se alegren. R. Contempladlo, y quedaréis radiantes, / vuestro rostro no se avergonzará. / Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha / y lo salva de sus angustias. R. Pero el Señor se enfrenta con los malhechores, / para borrar de la tierra su memoria. / Cuando uno grita, el Señor lo escucha / y lo libra de sus angustias. R. El Señor está cerca de los atribulados, / salva a los abatidos. / El Señor redime a sus siervos, / no será castigado quien se acoge a él. R.
  • Evangelio: Mateo 21,28-32
    "Vino Juan, y los pecadores le creyeron"
    En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?" Contestaron: "El primero." Jesús les dijo: "Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis."

Evangelio meditado

El cumplimiento de la Voluntad de Dios
Adviento


Mateo 21, 28-32. Adviento. Nuestro egoísmo hace que no acudamos a la invitación de Cristo de ir a trabajar a su lado.


Por: Gilberto Martínez Morales, LC | Fuente: Catholic.net 



Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 21, 28-32
Pero ¿qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: Hijo, vete hoy a trabajar en la viña. Y él respondió: No quiero, pero después se arrepintió y fue. Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: Voy, Señor, y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?» - «El primero» - le dicen. Jesús les dijo: «yo les aseguro que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en él, mientras que los publicanos y las rameras creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en él. 

Oración Introductoria
Jesucristo, me pongo en tu presencia como el hijo que viene a trabajar en tu viña. Quiero ayudarte, aunque muchas veces te he dejado "plantado" por culpa de mi egoísmo y mi amor propio. Estoy dispuesto a demostrarte lo mucho que te quiero. Quiero cumplir tu voluntad, esa voluntad que a veces es costosa a mi naturaleza humana, pero que al ver los frutos me llena de felicidad y plenitud. ¡Cuánto me ayuda tu ejemplo de amor en el huerto de Getsemaní! Dame fuerzas para nunca negarte nada. Concédeme tenerte como el soporte y motor que me mueva a darme a mi prójimo y a cumplir la voluntad del Padre en mi vida.

Petición
Jesús, ayúdame a valorar todas las muestras de amor que me has dado, especialmente la eucaristía, y concédeme la gracia de agradecerte y demostrarte mi amor con obras.

Meditación del Papa Francisco
Cuando abrimos el corazón en la verdad de nuestros pecados, es el lugar privilegiado del encuentro con Jesucristo.
Reconocer nuestra miseria, reconocer lo que nosotros somos y lo que somos capaces de hacer o hemos hecho es precisamente la puerta que se abre a la caricia de Jesús, al perdón de Jesús, a la Palabra de Jesús «Ve en paz, tu fe te ha salvado», porque has sido valiente y has abierto tu corazón al único que puede salvarte.
Jesús dice a los hipócritas que las prostitutas y los publicanos les precederán en el Reino de los Cielos. "¡Es fuerte esto! Porque los que se sienten pecadores abren su corazón en la confesión de los pecados, al encuentro con Jesús, que ha dado la sangre por nosotros. (Cf. Papa Francisco, homilía en santa Marta, 18 de septiembre de 2014)

Reflexión 
El misterio eucarístico es el corazón de la vida cristiana. La Eucaristía es el mayor acto de amor que se haya realizado en la humanidad, ya que es el sacrificio de Cristo por nuestra salvación. Es el cumplimiento de las palabras y promesas que Jesús dijo estando en el mundo. Jesús nos habló del amor "hasta el extremo", ¡y qué amor tan apasionado me demostró al sacrificarse por mí!
Nosotros somos distintos. Muchas veces nuestro egoísmo hace que no acudamos a la invitación de Cristo de ir a trabajar a su lado. Ahora es el tiempo de decirle: “Sí, Señor, ten la seguridad de que acudiré a tu viña para ayudarte”. Necesitamos ingeniárnoslas para ver cómo podemos hacer feliz a la Persona que nos amó y ama tanto, buscando lo que más le agrada. Y lo que Cristo quiere es nuestro corazón y nuestra vida entera, para que trabajemos junto a Él en la viña de nuestro entorno social, para poder realizarnos dándonos a nosotros mismos y ayudar a los demás; dando testimonio de su amor.

Propósito
Le demostraré mi amor y gratitud a Jesucristo dando una ayuda considerable a cualquier persona necesitada.

Diálogo con Cristo
Jesús, ahora veo que Tú eres un hombre que cumples lo que prometes, y comparando todas las cosas buenas que me has dado, con lo ingrato que he sido contigo, veo que mi corazón me empuja a ir a tu viña y trabajar a tu lado. ¡Qué mejor trabajo que ayudarte Señor! Me he dado cuenta lo tonto que he sido al no querer estar contigo desde el principio. Concédeme el regalo de ser un hombre de palabra, especialmente contigo. Ayúdame a ser fiel a todas las promesas de cambio y de mejora en mi vida, y que la Eucaristía sea mi soporte cuando vea que estoy a punto de fallarte y serte infiel.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Evangelio 14 de Diciembre de 2015

  • Primera Lectura: Números 24,2-7.15-17a
    "Avanza la constelación de Jacob"
    En aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus. El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos: "Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios, que contempla visiones del Poderoso, en éxtasis, con los ojos abiertos: ¡Qué bellas las tiendas de Jacob y las moradas de Israel! Como vegas dilatadas, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor o cedros junto a la corriente; el agua fluye de sus cubos, y con el agua se multiplica su simiente. Su rey es más alto que Agag, y su reino descuella." Y entonó sus versos: "Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios y conoce los planes del Altísimo, que contempla visiones del Poderoso, en éxtasis, con los ojos abiertos: Lo veo, pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto: Avanza la constelación de Jacob, y sube el cetro de Israel."
  • Salmo Responsorial: 24
    "Señor, instrúyeme en tus sendas."
    Señor, enséñame tus caminos, / instrúyeme en tus sendas: / haz que camine con lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R. Recuerda, Señor, que tu ternura / y tu misericordia son eternas; / acuérdate de mi con misericordia, / por tu bondad, Señor. R. El Señor es bueno y es recto, / y enseña el camino a los pecadores; / hace caminar a los humildes con rectitud, / enseña su camino a los humildes. R.
  • Evangelio: Mateo 21,23-27
    "El bautismo de Juan ¿de dónde venía?"
    En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle: "¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?" Jesús les replicó: "Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venia, del cielo o de los hombres?" Ellos se pusieron a deliberar: "Si decimos "del cielo", nos dirá: "¿Por qué no le habéis creído?" Si le decimos "de los hombres", tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta." Y respondieron a Jesús: "No sabemos." Él, por su parte, les dijo: "Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto."

Evangelio meditado

¿Con qué autoridad haces esto?
Adviento


Mateo 21, 23-27. Adviento. Habrá quien no crea en sus palabras, pero ¿y a los hechos? ¿quién los podía negar?


Por: P. Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Mateo 21, 23 - 27
Llegado al Templo, mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?» Jesús les respondió: «También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?» Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: "Del cielo", nos dirá: "Entonces ¿por qué no le creísteis?" Y si decimos: "De los hombres", tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por profeta». Respondieron, pues, a Jesús: «No sabemos». Y él les replicó asimismo: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

Oración preparatoria
Señor, creo, confío y te amo. Inicio mi oración desprendiéndome de mis pendientes y de mis preocupaciones; dejo a un lado mis deseos para poder abrir mi corazón y darte gloria, alabarte como mi único Señor y escuchar lo que hoy me quieres decir.

Petición
Jesús, ayúdame a ser ese instrumento que Tú necesitas para que muchas personas puedan encontrarse contigo.

Meditación del Papa Francisco
¿Con qué autoridad hacéis estas cosas? Quieren tender "una trampa" al Señor, tratando de llevarlo contra la pared, hacerle equivocarse. Pero ¿cuál es el problema que esta gente tenía con Jesús? ¿Son quizás los milagros que hacía? No, no es esto. En realidad el problema que escandalizaba a esta gente era el de que los demonios gritaban a Jesús: "¡Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Santo!". Este "es el centro”, esto escandaliza de Jesús: “Él es Dios que se ha encarnado".
También a nosotros nos tienden trampas en la vida, pero lo que escandaliza de la Iglesia es el misterio de la Encarnación del Verbo. Y esto no se tolera, esto el demonio no lo tolera. Cuántas veces se oye decir: "Pero, vosotros cristianos, sed un poco más normales, como las otras personas, ¡razonables!". Este es un discurso de encantadores de serpientes: "Pero, sed así ¿no?, un poco más normales, no seáis tan rígidos..." Pero detrás de esto está: ´Pero, no vengáis con historias ¡que Dios se ha hecho hombre!
La Encarnación del Verbo, ¡ese es el escándalo que está detrás! Podemos hacer todas las obras sociales que queramos, y dirán: "Pero qué buena la Iglesia, qué buena la obra social que hace la Iglesia" Pero si decimos que hacemos esto porque aquellas personas son la carne de Cristo, viene el escándalo. Y esa es la verdad, esa es la revelación de Jesús: esa presencia de Jesús encarnado. (cf S.S. Francisco, 1 de junio de 2013).

Reflexión
Los fariseos y todos aquellos que habían sido perjudicados por la expulsión de los vendedores del Templo, se unen para poner a prueba a Jesús. Podrían tramar algo así: "A ese maestro tenemos que acusarle de blasfemo. Si le tiramos de la lengua y le provocamos con adulaciones nos dirá quien es, lo que la chusma anda pregonando de él: que es "divino", que es hijo del Altísimo... o algo por el estilo. Entonces será más sencillo acusarle..."

Pero Jesús conoce sus pensamientos, sus intenciones torcidas y su mala fe. No responde, porque ellos tampoco tienen el valor de reconocer su pecado: “No echéis vuestras perlas delante de los puercos” diría en otra ocasión...

Jesús enseñaba con autoridad, no como los escribas y fariseos. Mientras ellos se refieren a las tradiciones, a interpretaciones o a normas, Jesús habla en primera persona. "Yo os digo"... su autoridad moral es incomparable porque a su doctrina añade la convincente fuerza de sus milagros. Habrá quien no crea en sus palabras, pero ¿y a los hechos? ¿quién los podía negar? Como arguyó ante los fariseos el ciego de nacimiento recién curado: "si éste (Jesús) no viniera de Dios, no podría hacer nada". Pero he aquí que "topamos" con el misterio de nuestra libertad humana, que es capaz hasta de negar lo que es evidente.

La libertad es el mayor don que hemos recibido y también nuestro mayor riesgo. Con ella podemos aceptar a nuestro Creador, pero paradójicamente también negarle. Dios no nos ha "programado", para que le aceptemos por obligación. No somos ordenadores, sino que nuestras opciones son libres. Prueba de ello es que podemos optar por lo que no es de Dios. ¡Qué responsabilidad tenemos para saber usar bien de ella! Y ser libre es optar por obrar según la conciencia. No según es simple gusto... porque la conciencia responde ante Dios del bien, de lo mejor, y también del mal. Por ejemplo: una mentalidad materialista, no puede ser libre, porque está condicionada por el dinero, etc. Por tanto, si la libertad está gobernada por una conciencia recta, regida por la ley del amor (generosa, veraz, sincera y sacrificada), aunque pueda equivocarse alguna vez, también sabrá reencontrar el camino y elegir siempre lo bueno.