sábado, 23 de mayo de 2009

Evangelio 24 de Mayo de 2009

  • Primera Lectura: Hechos 1,1-11
    "Lo vieron levantarse"

    En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios.

    Una vez que comían juntos, les recomendó: "No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo." Ellos lo rodearon preguntándole: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?" Jesús contestó: "No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo." Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse."

  • Salmo Responsorial: 46
    "Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas"

    Pueblos todos batid palmas,
    aclamad a Dios con gritos de júbilo;
    porque el Señor es sublime y terrible,
    emperador de toda la tierra. R.

    Dios asciende entre aclamaciones;
    el Señor, al son de trompetas;
    tocad para Dios, tocad,
    tocad para nuestro Rey, tocad. R.

    Porque Dios es el rey del mundo;
    tocad con maestría.
    Dios reina sobre las naciones,
    Dios se sienta en su trono sagrado. R.

  • Segunda Lectura: Efesios 4,1-13
    "A la medida de Cristo en su plenitud"

    Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.

    A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. [Por eso dice la Escritura: "Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres." El "subió" supone que había bajado a lo profundo de la tierra; y el que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenar el universo.] Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

  • Evangelio: Marcos 16,15-20
    "Subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios"

    En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos." Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Evangelio 23 de Mayo de 2009

  • Primera Lectura: Hechos 18,23-28
    "Apolo demostraba con la Escritura que Jesús es el Mesías"

    Pasado algún tiempo en Antioquía, emprendió Pablo otro viaje y recorrió Galacia y Frigia, animando a los discípulos. Llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en la Escritura. Lo habían instruido en el camino del Señor, y era muy entusiasta; aunque no conocía más que el bautismo de Juan, exponía la vida de Jesús con mucha exactitud.

    Apolo se puso a hablar públicamente en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Aquila, lo tomaron por su cuenta y le explicaron con más detalle el camino de Dios. Decidió pasar a Acaya, y los hermanos lo animaron y escribieron a los discípulos de allí que lo recibieran bien. Su presencia, con la ayuda de la gracia, contribuyó mucho al provecho de los creyentes, pues rebatía vigorosamente en público a los judíos, demostrando con la Escritura que Jesús es el Mesías.

  • Salmo Responsorial: 46
    "Dios es el rey del mundo."

    Pueblos todos, batid palmas,
    aclamad a Dios con gritos de júbilo;
    porque el Señor es sublime y terrible,
    emperador de toda la tierra. R.

    Porque Dios es el rey del mundo:
    tocad con maestría.
    Dios reina sobre las naciones,
    Dios se sienta en su trono sagrado. R.

    Los príncipes de los gentiles se reúnen
    con el pueblo del Dios de Abrahán;
    porque de Dios son los grandes de la tierra,
    y él es excelso. R.

  • Evangelio: Juan 16,23b-28
    "El Padre os quiere, porque vosotros me queréis y creéis"

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Yo os aseguro, si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente. Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre."

jueves, 21 de mayo de 2009

Evangelio 22 de Mayo de 2009

  • Primera Lectura: Hechos 18,9-18
    "Muchos de esta ciudad son pueblo mío"

    Estando Pablo en Corinto, una noche le dijo el Señor en una visión: "No temas, sigue hablando y no te calles, que yo estoy contigo, y nadie se atreverá a hacerte daño; muchos de esta ciudad son pueblo mío."

    Pablo se quedó allí un año y medio, explicándoles la palabra de Dios. Pero, siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se abalanzaron en masa contra Pablo, lo condujeron al tribunal y lo acusaron: "Éste induce a la gente a dar a Dios un culto contrario a la Ley." Iba Pablo a tomar la palabra, cuando Galión dijo a los judíos: "Judíos, si se tratara de un crimen o de un delito grave, sería razón escucharos con paciencia; pero, si discutís de palabras, de nombres y de vuestra ley, arreglaos vosotros. Yo no quiero meterme a juez de esos asuntos." Y ordenó despejar el tribunal. Entonces agarraron a Sóstenes, jefe de la sinagoga, y le dieron una paliza delante del tribunal. Galión no hizo caso.

    Pablo se quedó allí algún tiempo; luego se despidió de los hermanos y se embarcó para Siria con Priscila y Aquila. En Cencreas se afeitó la cabeza, porque había hecho un voto.

  • Salmo Responsorial: 46
    "Dios es el rey del mundo."

    Pueblos todos, batid palmas,
    aclamad a Dios con gritos de júbilo;
    porque el Señor es sublime y terrible,
    emperador de toda la tierra. R.

    Él nos somete los pueblos
    y nos sojuzga las naciones;
    él nos escogió por heredad suya:
    gloria de Jacob, su amado. R.

    Dios asciende entre aclamaciones;
    el Señor, al son de trompetas:
    tocad para Dios, tocad,
    tocad para nuestro Rey, tocad. R.

  • Evangelio: Juan 16,20-23a
    "Nadie os quitará vuestra alegría"

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Os aseguro que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada."

miércoles, 20 de mayo de 2009

Evangelio 21 de Mayo de 2009

  • Primera Lectura: Hechos 18,1-8
    "Se quedó a trabajar en su casa. Todos los sábados discutía en la sinagoga"

    En aquellos días, Pablo dejó Atenas y se fue a Corinto. Allí encontró a un tal Aquila, judío natural del Ponto, y a su mujer Priscila; habían llegado hacía poco de Italia, porque Claudio había decretado que todos los judíos abandonasen Roma. Se juntó con ellos y, como ejercía el mismo oficio, se quedó a trabajar en su casa; eran tejedores de lona. Todos los sábados discutía en la sinagoga, esforzándose por convencer a judíos y griegos. Cuando Silas y Timoteo bajaron de Macedonia, Pablo se dedicó enteramente a predicar, sosteniendo ante los judíos que Jesús es el Mesías.

    Como ellos se oponían y respondían con insultos, Pablo se sacudió la ropa y les dijo: "Vosotros sois responsables de lo que os ocurra, yo no tengo culpa. En adelante me voy con los gentiles." Se marcho de allí y se fue a casa de Ticio Justo, hombre temeroso de Dios, que vivía al lado de la sinagoga. Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia; también otros muchos corintios que escuchaban creían y se bautizaban.

  • Salmo Responsorial: 97
    "El Señor revela a las naciones su victoria."

    Cantad al Señor un cántico nuevo,
    porque ha hecho maravillas:
    su diestra le ha dado la victoria,
    su santo brazo. R.

    El Señor da a conocer su victoria,
    revela a las naciones su justicia:
    se acordó de su misericordia y su fidelidad
    en favor de la casa de Israel. R.

    Los confines de la tierra han contemplado
    la victoria de nuestro Dios.
    Aclama al Señor, tierra entera;
    gritad, vitoread, tocad. R.

  • Evangelio: Juan 16,16-20
    "Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría"

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver." Comentaron entonces algunos discípulos: "¿Qué significa eso de "dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver", y eso de "me voy con el Padre"?" Y se preguntaban: "¿Qué significa ese "poco"? No entendemos lo que dice." Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: "¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: "Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver"? Pues sí, os aseguro que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría."

martes, 19 de mayo de 2009

Evangelio 20 de mayo de 2009

  • Primera Lectura: Hechos 17, 15.22-18,1
    "Eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo"

    En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con Pablo cuanto antes.

    Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: "Atenienses, veo que sois casi nimios en lo que toca a religión. Porque, paseándome por ahí y fijándome en vuestros monumentos sagrados, me encontré un altar con esta inscripción: "Al Dios desconocido." Pues eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo. El Dios que hizo el mundo y lo que contiene, él es Señor de cielo y tierra y no habita en templos construidos por hombres, ni lo sirven manos humanas; como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo. De un solo hombre sacó todo el género humano para que habitara la tierra entera, determinando las épocas de su historia y las fronteras de sus territorios. Quería que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo dicen incluso algunos de vuestros poetas: "Somos estirpe suya." Por tanto, si somos estirpe de Dios, no podemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Dios pasa por alto aquellos tiempos de ignorancia, pero ahora manda a todos los hombres en todas partes que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre designado por él; y ha dado a todos la prueba de esto, resucitándolo de entre los muertos."

    Al oír "resurrección de muertos", unos lo tomaban a broma, otros dijeron: "De esto te oiremos hablar en otra ocasión." Pablo se marchó del grupo. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más. Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.

  • Salmo Responsorial: 148
    "Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria."

    Alabad al Señor en el cielo,
    alabad al Señor en lo alto.
    Alabadlo, todos sus ángeles;
    alabadlo, todos sus ejércitos. R.

    Reyes y pueblos del orbe,
    príncipes y jefes del mundo,
    los jóvenes y también las doncellas,
    los viejos junto con los niños. R.

    Alaben el nombre del Señor,
    el único nombre sublime.
    Su majestad sobre el cielo y la tierra. R.

    Él acrece el vigor de su pueblo.
    Alabanza de todos sus fieles,
    de Israel, su pueblo escogido. R

  • Evangelio: Juan 16,12-15
    "El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena"

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que toma de lo mío y os lo anunciará."

Discurso del papa Benedicto XVI a jóvenes discapacitados

Beatitudes,

excelencias,

queridos amigos:

Estoy muy contento de estar aquí, con vosotros, y de saludaros a cada uno de vosotros, así como a los miembros de vuestras familias, allí donde estén. Doy las gracias a Su Beatitud el Patriarca Fouad Twal por las gentiles palabras de saludo y de manera especial deseo destacar la presencia entre nosotros del obispo Selim Sayegh, cuyos proyectos y trabajo para este centro, junto a los de Su Beatitud el patriarca emérito Michel Sabbah, hoy son honrados con la bendición de las ampliaciones que acaban de concluir. Deseo también saludar con gran afecto a los miembros del Comité Central, a las Hermanas Combonianas, y al personal laico comprometido, incluidos aquellos que trabajan en las diferentes áreas y unidades comunitarias del Centro. La estima por vuestra notable competencia profesional, la atención compasiva y la promoción decidida del debido puesto en la sociedad de quienes tienen necesidades especiales son bien conocidas aquí y en todo el reino. Doy las gracias a los jóvenes presentes por su bienvenida conmovedora. Es una gran alegría para mí estar aquí con vosotros.

Como sabéis, mi visita al Centro Nuestra Señora de la Paz, aquí, en Ammán, es la primera etapa de mi peregrinación. Como miles de innumerables miles de peregrinos antes que yo, ahora me toca satisfacer ese profundo deseo de tocar, de encontrar apoyo en los lugares en los que vivió Jesús y que fueron santificados por su presencia, y de venerarlos. Desde los tiempos apostólicos, Jerusalén ha sido el principal lugar de peregrinación para los cristianos, pero antes todavía, en el antiguo Oriente Próximo, los pueblos semitas edificaron lugares sagrados para indicar y conmemorar una presencia o una acción divina. Y la gente común solía acudir a estos centros llevando una parte de los frutos de su tierra y de su ganado para ofrecerlos como acto de homenaje y gratitud.

Queridos amigos: cada uno de nosotros es un peregrino. Todos estamos orientados a avanzar decididamente por el camino de Dios. Naturalmente, después tendemos a volver a atrás la mirada, hacia el recorrido de la vida --en ocasiones con arrepentimientos y recriminaciones, con frecuencia con gratitud y aprecio--, pero de todos modos seguimos adelante, a veces con trepidación y ansia, siempre con expectativa y esperanza, sabiendo que hay otros que nos alientan en el camino. Sé que los viajes que habéis recorrido muchos de vosotros hacia el Centro Reina de la Paz han estado marcados por el sufrimiento y las pruebas. Algunos de vosotros luchan valientemente con formas de invalidez, otros han soportado el rechazo, y algunos de vosotros han sido atraídos por este lugar de paz simplemente para buscar aliento y apoyo. Sé lo importante que es para este centro sensibilizar sobre el puesto que corresponde a los inválidos en la sociedad y asegurar que se ofrezcan los medios adecuados para facilitar su válida integración. ¡Por esta amplitud de miras y determinación, todos vosotros merecéis elogio y aliento!

A veces es difícil encontrar una razón para aquello que se nos presenta sólo como un obstáculo que superar o como una prueba -física o emotiva- que soportar. Pero la fe y la razón nos ayudan a ver un horizonte más allá de nosotros para imaginar la vida como Dios la quiere. El amor incondicional de Dios, que da la vida a cada individuo, tiene un significado y un objetivo para cada vida humana. Su amor salva (Cf. Juan 12,32). Como lo profesan los cristianos, a través de la Cruz, Jesús nos introduce en la vida eterna y de este modo nos indica el camino hacia el futuro, el camino de la esperanza que guía cada paso que damos a través del camino, de manera que también nosotros nos convertimos en difusores de esta esperanza y caridad para los demás.

Amigos, a diferencia de los peregrinos de otra época yo no traigo regalos u ofertas. Vengo sencillamente con una intención y una esperanza: rezar por el precioso regalo de la unidad y de la paz, más concretamente por Oriente Medio. La paz para los individuos, para los padres y los hijos, para las comunidades, paz para Jerusalén, para Tierra Santa, para la región, para toda la familia humana; la paz duradera engendrada por la justicia, la integridad y la compasión, que brota de la humildad, del perdón y del deseo profundo de vivir en armonía como una realidad única

La oración es esperanza en acción. Y, de hecho, la verdadera razón queda contenida en la oración: entramos en contacto amoroso con el único Dios, el creador universal, y de este modo nos damos cuenta de la futilidad de las divisiones y los prejuicios humanos y advertimos las posibilidades maravillosas que se abren ante nosotros cuando nuestros corazones se convierten a la verdad de Dios, a su proyecto para cada uno de nosotros y para nuestro mundo.

Queridos jóvenes amigos: deseo deciros a vosotros, en particular, que al estar entre vosotros siento al fuerza que procede de Dios. Vuestra experiencia del dolor, vuestro testimonio en favor de la compasión, vuestra determinación para superar los obstáculos que encontráis me empujan a creer que los sufrimientos pueden determinar un cambio a mejor. En nuestras pruebas personales y estando al lado de los demás en sus sufrimientos nos hacemos, de alguna forma, más humanos. Y empezamos a aprender que, en otro nivel, también los corazones endurecidos por el cinismo o la injusticia o por la reluctancia a perdonar no están nunca fuera del alcance del radio de acción de Dios y pueden abrirse siempre a un nuevo modo de ser, a una visión de paz.

Os exhorto a todos a rezar cada día por nuestro mundo. Y hoy quiero pediros que asumáis una tarea especifica: rezad, por favor, por mí, cada día de mi peregrinación; por mi renovación espiritual en el Señor y por la conversión de los corazones a la manera de perdonar y de manifestar la solidaridad que es propia de Dios, de manera que mi experiencia, nuestra experiencia, por la unidad y la paz en el mundo traiga abundantes frutos.

Que Dios os bendiga a cada uno de vosotros y a vuestras familias, a los maestros, los enfermeros, los administradores y los bienhechores de este Centro. Que Nuestra Señora Reina de la Paz os proteja y guíe a través de la peregrinación del su Hijo, el Buen Pastor.

[Traducción por Jesús Colina

http://www.zenit.org/article-31094?l=spanish

lunes, 18 de mayo de 2009

Evangelio 19 de Mayo de 2009

  • Primera Lectura: Hechos 16,22-34
    "Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia"

    En aquellos días, la plebe de Filipos se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados dieron orden de que los desnudaran y los apalearan; después de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los vigilara bien; según la orden recibida, los metió en la mazmorra y les sujetó los pies en el cepo.

    A eso de media noche, Pablo y Silas oraban cantando himnos a Dios. Los otros presos escuchaban. De repente, vino una sacudida tan violenta que temblaron los cimientos de la cárcel. Las puertas se abrieron de golpe, y a todos se les soltaron las cadenas. El carcelero se despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada para suicidarse, imaginando que los presos se habían fugado. Pablo lo llamó a gritos: "No te hagas nada, que estamos todos aquí." El carcelero pidió una lámpara, saltó dentro, y se echó temblando a los pies de Pablo y Silas; los sacó y les preguntó: "Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?" Le contestaron: "Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia." Y le explicaron la palabra del Señor, a él y a todos los de su casa. El carcelero se los llevó a aquellas horas de la noche, les lavó las heridas, y se bautizó en seguida con todos los suyos, los subió a su casa, les preparó la mesa, y celebraron una fiesta de familia por haber creído en Dios.

  • Salmo Responsorial: 137
    "Señor, tu derecha me salva."

    Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
    delante de los ángeles tañeré para ti,
    me postraré hacia tu santuario. R.

    Daré gracias a tu nombre
    por tu misericordia y tu lealtad.
    Cuando te invoqué, me escuchaste,
    acreciste el valor en mi alma. R.

    Tu derecha me salva.
    El Señor completará sus favores conmigo:
    Señor, tu misericordia es eterna,
    no abandones la obra de tus manos. R.

  • Evangelio: Juan 16,5-11
    "Si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor"

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Adónde vas?" Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor. En cambio, si me voy, os lo enviaré. Y cuando venga, dejará convicto al mundo con la prueba de un pecado, de una justicia, de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el Príncipe de este mundo está condenado."

Evangelio 18 de Mayo de 2009

  • Primera Lectura: Hechos 16,11-15
    "El Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo"

    En aquellos días, zarpamos de Troas rumbo a Samotracia; al día siguiente salimos para Neápolis y de allí para Filipos, colonia romana, capital del distrito de Macedonia. Allí nos detuvimos unos días. El sábado salimos de la ciudad y fuimos por la orilla del río a un sitio donde pensábamos que se reunían para orar; nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba al verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo. Se bautizó con toda su familia y nos invitó: "Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa." Y nos obligó a aceptar.

  • Salmo Responsorial: 149
    "El Señor ama a su pueblo."

    Cantad al Señor un cántico nuevo,
    resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
    que se alegre Israel por su Creador,
    los hijos de Sión por su Rey. R.

    Alabad su nombre con danzas,
    cantadle con tambores y cítaras;
    porque el Señor ama a su pueblo
    y adorna con la victoria a los humildes. R.

    Que los fieles festejen su gloria
    y canten jubilosos en filas,
    con vítores a Dios en la boca;
    es un honor para todos sus fieles. R.

  • Evangelio: Juan 15,26-16,4a
    "El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí"

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando venga el Defensor, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo. Os he hablado de esto, para que no tambaleéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho."

domingo, 17 de mayo de 2009

Evangelio 17 de Mayo de 2009

  • Primera Lectura: Hechos 10,25-26.34-35.44-48
    "El don del Espíritu Santo se ha derramado también sobre los gentiles"

    Cuando iba a entrar Pedro, salió Cornelio a su encuentro y se echó a sus pies a modo de homenaje, pero Pedro lo alzó, diciendo: "Levántate, que soy un hombre como tú." Pedro tomó la palabra y dijo: "Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea." Todavía estaba hablando Pedro, cuando cayó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban sus palabras. Al oírlos hablar en lenguas extrañas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes circuncisos, que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los gentiles. Pedro añadió: "¿Se puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?" Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo. Le rogaron que se quedara unos días con ellos.

  • Salmo Responsorial: 97
    "El Señor revela a las naciones su salvación."

    Cantad al Señor un cántico nuevo,
    porque ha hecho maravillas;
    su diestra le ha dado la victoria,
    su santo brazo. R.

    El Señor da a conocer su victoria,
    revela a las naciones su justicia:
    se acordó de su misericordia y si fidelidad
    en favor de la casa de Israel. R.

    Los confines de la tierra han contemplado
    la victoria de nuestro Dios.
    Aclama al Señor, tierra entera;
    gritad, vitoread, tocad. R.

  • Segunda Lectura: I Juan 4,7-10
    "Dios es amor"

    Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.

  • Evangelio: Juan 15,9-17
    "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos"

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros."