sábado, 16 de febrero de 2019

Lecturas 16 de Febrero de 2019

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Génesis 3:9-24
    9 Yahveh Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?»
    10 Este contestó: «Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí.»
    11 El replicó: «¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?»
    12 Dijo el hombre: «La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí.»
    13 Dijo, pues, Yahveh Dios a la mujer: «¿Por qué lo has hecho?» Y contestó la mujer: «La serpiente me sedujo, y comí.»
    14 Entonces Yahveh Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
    15 Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.»
    16 A la mujer le dijo: «Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará.
    17 Al hombre le dijo: «Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida.
    18 Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo.
    19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás.»
    20 El hombre llamó a su mujer «Eva», por ser ella la madre de todos los vivientes.
    21 Yahveh Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de piel y los vistió.
    22 Y dijo Yahveh Dios: «¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre.»
    23 Y le echó Yahveh Dios del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde habiá sido tomado.
    24 Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de Edén querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida.
  • Salmo responsorial

    Salmo 90:2-6, 12-13
    2 Antes que los montes fuesen engendrados, antes que naciesen tierra y orbe, desde siempre hasta siempre tú eres Dios.
    3 Tú al polvo reduces a los hombres, diciendo: «¡Tornad, hijos de Adán!»
    4 Porque mil años a tus ojos son como el ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche.
    5 Tú los sumerges en un sueño, a la mañana serán como hierba que brota;
    6 por la mañana brota y florece, por la tarde se amustia y se seca.
    12 ¡Enseñanos a contar nuestros días, para que entre la sabiduría en nuestro corazón!
    13 ¡Vuelve, Yahveh! ¿Hasta cuándo? Ten piedad de tus siervos.
  • Evangelio

    Marcos 8:1-10
    1 Por aquellos días, habiendo de nuevo mucha gente y no teniendo qué comer, llama Jesús a sus discípulos y les dice:
    2 «Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer.
    3 Si los despido en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido de lejos.»
    4 Sus discípulos le respondieron: «¿Cómo podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?»
    5 El les preguntaba: «¿Cuántos panes tenéis?» Ellos le respondieron: «Siete.»
    6 Entonces él mandó a la gente acomodarse sobre la tierra y, tomando los siete panes y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran, y ellos los sirvieron a la gente.
    7 Tenían también unos pocos pececillos. Y, pronunciando la bendición sobre ellos, mandó que también los sirvieran.
    8 Comieron y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes siete espuertas.
    9 Fueron unos 4.000; y Jesús los despidió.
    10 Subió a continuación a la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanutá.

viernes, 15 de febrero de 2019

Lecturas 15 de Febrero de 2019

  • Primera lectura

    Génesis 3:1-8
    1 La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yahveh Dios había hecho. Y dijo a la mujer: «¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los árboles del jardín?»
    2 Respondió la mujer a la serpiente: «Podemos comer del fruto de los árboles del jardín.
    3 Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte.»
    4 Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis.
    5 Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.»
    6 Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió.
    7 Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos ceñidores.
    8 Oyeron luego el ruido de los pasos de Yahveh Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaron de la vista de Yahveh Dios por entre los árboles del jardín.
  • Salmo responsorial

    Salmo 32:1-2, 5-7
    1 De David. Poema. ¡Dichoso el que es perdonado de su culpa, y le queda cubierto su pecado!
    2 Dichoso el hombre a quien Yahveh no le cuenta el delito, y en cuyo espíritu no hay fraude.
    5 Mi pecado te reconocí, y no oculté mi culpa; dije: «Me confesaré a Yahveh de mis rebeldías.» Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado.
    6 Por eso te suplica todo el que te ama en la hora de la angustia. Y aunque las muchas aguas se desborden, no le alcanzarán.
    7 Tú eres un cobijo para mí, de la angustia me guardas, estás en torno a mí para salvarme.
  • Evangelio

    Marcos 7:31-37
    31 Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis.
    32 Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él.
    33 El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua.
    34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: «¡Abrete!»
    35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente.
    36 Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban.
    37 Y se maravillaban sobremanera y decían «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

jueves, 14 de febrero de 2019

Lecturas 14 de Febrero de 2019

  • Primera lectura

    Génesis 2:18-25
    18 Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.»
    19 Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera.
    20 El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada.
    21 Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne.
    22 De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre.
    23 Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.»
    24 Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.
    25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro.
  • Salmo responsorial

    Salmo 128:1-5
    1 Canción de las subidas. Dichosos todos los que temen a Yahveh, los que van por sus caminos.
    2 Del trabajo de tus manos comerás, ¡dichoso tú, que todo te irá bien!
    3 Tu esposa será como parra fecunda en el secreto de tu casa. Tus hijos, como brotes de olivo en torno a tu mesa.
    4 Así será bendito el hombre que teme a Yahveh.
    5 ¡Bendígate Yahveh desde Sión, que veas en ventura a Jerusalén todos los días de tu vida,
  • Evangelio

    Marcos 7:24-30
    24 Y partiendo de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido,
    25 sino que, en seguida, habiendo oído hablar de él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies.
    26 Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio.
    27 El le decía: «Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.»
    28 Pero ella le respondió: «Sí, Señor; que también los perritos comen bajo la mesa migajas de los niños.»
    29 El, entonces, le dijo: «Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija.»
    30 Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido.

miércoles, 13 de febrero de 2019

Evangelio 13 de Febrero de 2019

  • Primera lectura

    Génesis 2:4-9, 15-17
    4 Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados. El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos,
    5 no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado todavía, pues Yahveh Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo.
    6 Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo.
    7 Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.
    8 Luego plantó Yahveh Dios un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había formado.
    9 Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
    15 Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase.
    16 Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer,
    17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.»
  • Salmo responsorial

    Salmo 104:1-2, 27-30
    1 ¡Alma mía, bendice a Yahveh! ¡Yahveh, Dios mío, qué grande eres! Vestido de esplendor y majestad,
    2 arropado de luz como de un manto, tú despliegas los cielos lo mismo que una tienda,
    27 Todos ellos de ti están esperando que les des a su tiempo su alimento;
    28 tú se lo das y ellos lo toman, abres tu mano y se sacian de bienes.
    29 Escondes tu rostro y se anonadan, les retiras su soplo, y expiran y a su polvo retornan.
    30 Envías tu soplo y son creados, y renuevas la faz de la tierra.
  • Evangelio

    Marcos 7:14-23
    14 Llamó otra vez a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended.
    15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
    16 Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
    17 Y cuando, apartándose de la gente, entró en casa, sus discípulos le preguntaban sobre la parábola.
    18 El les dijo: «¿Conque también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no puede contaminarle,
    19 pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado?» - así declaraba puros todos los alimentos -.
    20 Y decía: «Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
    21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos,
    22 adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez.
    23 Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre.»

martes, 12 de febrero de 2019

Lecturas 12 de Febrero de 2019

  • Primera lectura

    Génesis 1:20--2:4
    20 Dijo Dios: «Bullan las aguas de animales vivientes, y aves revoloteen sobre la tierra contra el firmamento celeste.»
    21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente, los que serpean, de los que bullen las aguas por sus especies, y todas las aves aladas por sus especies; y vio Dios que estaba bien;
    22 y bendíjolos Dios diciendo: «sed fecundos y multiplicaos, y henchid las aguas en los mares, y las aves crezcan en la tierra.»
    23 Y atardeció y amaneció: día quinto.
    24 Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes de cada especie: bestias, sierpes y alimañas terrestres de cada especie.» Y así fue.
    25 Hizo Dios las alimañas terrestres de cada especie, y las bestias de cada especie, y toda sierpe del suelo de cada especie: y vio Dios que estaba bien.
    26 Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra.
    27 Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó.
    28 Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»
    29 Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para vosotros será de alimento.
    30 Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento.» Y así fue.
    31 Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. Y atardecío y amaneció: día sexto.
    1 Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato,
    2 y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera.
    3 Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.
    4 Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados. El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos,
  • Salmo responsorial

    Salmo 8:4-9
    4 Al ver tu cielo, hechura de tus dedos, la luna y las estrellas, que fijaste tú,
    5 ¿qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán para que de él te cuides?
    6 Apenas inferior a un dios le hiciste, coronándole de gloria y de esplendor;
    7 le hiciste señor de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies:
    8 ovejas y bueyes, todos juntos, y aun las bestias del campo,
    9 y las aves del cielo, y los peces del mar, que surcan las sendas de las aguas.
  • Evangelio

    Marcos 7:1-13
    1 Se reúnen junto a él los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén.
    2 Y al ver que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas,
    3 - es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos,
    4 y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -.
    5 Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?»
    6 El les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
    7 En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.
    8 Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres.»
    9 Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición!
    10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre y: el que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte. Pero vosotros decís:
    11 Si uno dice a su padre o a su madre: "Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro Korbán - es decir: ofrenda -",
    12 ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre,
    13 anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas.»

lunes, 11 de febrero de 2019

Lecturas 11 de Febrero de 2019

  • Primera lectura

    Isaías 66:10-14
    10 Alegraos, Jerusalén, y regocijaos por ella todos los que la amáis, llenaos de alegría por ella todos los que por ella hacíais duelo;
    11 de modo que maméis y os hartéis del seno de sus consuelos, de modo que chupéis y os deleitéis de los pechos de su gloria.
    12 Porque así dice Yahveh: Mirad que yo tiendo hacia ella, como río la paz, y como raudal desbordante la gloria de las naciones, seréis alimentados, en brazos seréis llevados y sobre las rodillas seréis acariciados.
    13 Como uno a quien su madre le consuela, así yo os consolaré (y por Jerusalén seréis consolados).
    14 Al verlo se os regocijará el corazón, vuestros huesos como el césped florecerán, la mano de Yahveh se dará a conocer a sus siervos, y su enojo a sus enemigos.
  • Salmo responsorial

    Judit 13:18-19
    18 Ozías dijo a Judit: «¡Bendita seas, hija del Dios Altísimo más que todas las mujeres de la tierra! Y bendito sea Dios, el Señor, Creador del cielo y de la tierra, que te ha guiado para cortar la cabeza del jefe de nuestros enemigos.
    19 Jamás tu confianza faltará en el corazón de los hombres que recordarán la fuerza de Dios eternamente.
  • Evangelio

    Juan 2:1-11
    1 Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.
    2 Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos.
    3 Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.»
    4 Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»
    5 Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga.»
    6 Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una.
    7 Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba.
    8 «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.» Ellos lo llevaron.
    9 Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio
    10 y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.»
    11 Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.

Lecturas 10 de Febrero de 2019

  • Primera lectura

    Isaías 6:1-2, 3-8
    1 El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en un trono excelso y elevado, y sus haldas llenaban el templo.
    2 Unos serafines se mantenían erguidos por encima de él; cada uno tenía seis alas: con un par se cubrían la faz, con otro par se cubrían los pies, y con el otro par aleteaban,
    3 Y se gritaban el uno al otro: «Santo, santo, santo, Yahveh Sebaot: llena está toda la tierra de su gloria.».
    4 Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que clamaban, y la Casa se llenó de humo.
    5 Y dije: «¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Yahveh Sebaot han visto mis ojos!»
    6 Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar,
    7 y tocó mi boca y dijo: «He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado está expiado.»
    8 Y percibí la voz del Señor que decía: «¿A quién enviaré? ¿y quién irá de parte nuestra»? Dije: «Heme aquí: envíame.»
  • Salmo responsorial

    Salmo 138:1-5, 7-8
    1 De David. Te doy gracias, Yahveh, de todo corazón, pues tú has escuchado las palabras de mi boca. En presencia de los ángeles salmodio para ti,
    2 hacia tu santo Templo me prosterno. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu promesa ha superado tu renombre.
    3 El día en que grité, tú me escuchaste, aumentaste la fuerza en mi alma.
    4 Te dan gracias, Yahveh, todos los reyes de la tierra, porque oyen las promesas de tu boca;
    5 y cantan los caminos de Yahveh: «¡Qué grande la gloria de Yahveh!
    7 Si ando en medio de angustias, tú me das la vida, frente a la cólera de mis enemigos, extiendes tú la mano y tu diestra me salva:
    8 Yahveh lo acabará todo por mí. ¡Oh Yahveh, es eterno tu amor, no dejes la obra de tus manos!
  • Segunda lectura

    I Corintios 15:1-11
    1 Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis firmes,
    2 por el cual también sois salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué... Si no, ¡habríais creído en vano!
    3 Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;
    4 que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras;
    5 que se apareció a Cefas y luego a los Doce;
    6 después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron.
    7 Luego se apareció a Santiago; más tarde, a todos los apóstoles.
    8 Y en último término se me apareció también a mí, como a un abortivo.
    9 Pues yo soy el último de los apóstoles: indigno del nombre de apóstol, por haber perseguido a la Iglesia de Dios.
    10 Mas, por la gracia de Dios, soy lo que soy; y la gracia de Dios no ha sido estéril en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Pero no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.
    11 Pues bien, tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.

  • Evangelio

    Lucas 5:1-11
    1 Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios,
    2 cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes.
    3 Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre.
    4 Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.»
    5 Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes.»
    6 Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse.
    7 Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.
    8 Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.»
    9 Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado.
    10 Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.»
    11 Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.