viernes, 22 de agosto de 2008

Evangelio y lecturas Sabado 23 Agosto

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
Ez 43,1-7
1 Me llevó luego al pórtico que mira al este: 2 la gloria del Dios de Israel llegaba a la parte de oriente. Su ruido era como el ruido de una masa de agua, y la tierra resplandecía de gloria. 3 Esta visión era como la que había visto cuando vine para la destrucción de la ciudad y como la visión que tuve junto al río Quebar. Yo caí de bruces en el suelo, 4 mientras la gloria del Señor entraba en el templo por la puerta este. 5 Entonces el espíritu me levantó y me llevó al atrio interior. La gloria del Señor llenaba el templo. 6 Oí una voz que me hablaba desde el templo, mientras aquel personaje permanecía en pie junto a mí. 7 La voz me decía: «Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono y el lugar donde se posarán mis pies, donde yo habitaré, en medio de los israelitas, para siempre. El pueblo de Israel no profanará más mi santo nombre, como tampoco sus monarcas, con sus fornicaciones, ni con los cadáveres de sus reyes difuntos.

Salmo Responsorial
Sal 85,9-10
9 Voy a escuchar lo que Dios dice: «El Señor anuncia la paz para su pueblo y sus amigos, con tal que a su locura no retornen». 10 Su salvación está cerca de sus fieles, su gloria va a habitar en nuestra tierra;
Sal 85,11-12
11 el amor y la lealtad se darán cita, la justicia y la paz se abrazarán; 12 la tierra producirá lealtad y la justicia mirará desde los cielos.
Sal 85,13-14
13 El mismo Señor traerá la lluvia y nuestra tierra dará sus cosechas.14 La justicia marchará delante de él, irá preparándole el camino.
Evangelio
Mt 23,1-12
1 Entonces Jesús dijo a la gente y a sus discípulos: 2 «Los maestros de la ley y los fariseos se sientan en la cátedra de Moisés. 3 Haced y guardad lo que os digan, pero no hagáis lo que ellos hacen, porque dicen y no hacen. 4 Atan cargas pesadas e insoportables y las echan a los hombros del pueblo, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. 5 Hacen todas sus obras para que los vean los demás. Ensanchan sus filacterias y alargan los flecos del manto. 6 Les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y en las sinagogas, 7 ser saludados en las plazas y que los llamen ¡maestros! 8 Pero vosotros no os dejéis llamar maestro, porque uno es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos. 9 A nadie en la tierra llaméis padre, porque uno solo es vuestro Padre, el celestial. 10 Ni os dejéis llamar preceptores, porque uno solo es vuestro preceptor: el mesías. 11 El más grande de vosotros que sea vuestro servidor. 12 Pues el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado».

Evangelio y lecturas 22 Agosto 2008

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
Ez 37,1-14
1 El Señor puso su mano sobre mí, me trasladó por medio de su espíritu y me dejó en medio de la vega, que estaba llena de huesos. 2 Me hizo pasar por ellos en todas las direcciones. Era una cantidad inmensa a lo largo de la vega y estaban completamente secos. 3 Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?». Yo le respondí: «Señor Dios, tú lo sabes». 4 Y me dijo: «Profetiza sobre estos huesos y diles: ¡Huesos resecos, escuchad la palabra del Señor! 5 Esto dice el Señor Dios a estos huesos: Yo haré que entre de nuevo el espíritu en vosotros y reviviréis. 6 Os cubriré de nervios, haré crecer sobre vosotros la carne, os echaré encima la piel y os infundiré el espíritu y viviréis, y sabréis que yo soy el Señor».7 Yo profeticé como me había ordenado, y mientras profetizaba se sintió un ruido; hubo un estremecimiento y los huesos se juntaron unos a otros. 8 Miré y vi aparecer sobre ellos los nervios, crecer la carne y recubrirse todo de piel. Pero no tenían el espíritu de vida. 9 Entonces él me dijo: «Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Esto dice el Señor Dios: ¡Ven, espíritu, de los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos para que revivan!». 10 Profeticé como el Señor me había ordenado, y el espíritu entró en aquellos huesos, que se reanimaron y se pusieron en pie. Era una cantidad inmensa.
EXPLICACIÓN DE LA VISIÓN
11 Y me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos andan diciendo: ¡Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, estamos perdidos para siempre! 12 Pr eso profetiza y diles: Esto dice el Señor Dios: Mirad, yo abriré vuestras tumbas, os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel. 13 Y sabréis que yo soy el Señor, cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestros sepulcros, pueblo mío. 14 Infundiré en vosotros mi espíritu y reviviréis; os estableceré en vuestro suelo y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago», dice el Señor.

Salmo Responsorial
Sal 107,2-3
2 Que lo digan los que el Señor ha liberado, los que él ha rescatado de la mano de los opresores,3 los que ha reunido de todos los países del norte y del sur, del este y del oeste.
Sal 107,4-5
4 Andaban errantes por el desierto solitario sin encontrar camino de ciudad habitada; 5 hambrientos y sedientos, su vida se agotaba.
Sal 107,6-7
6 En su angustia gritaron al Señor, y él los libró de sus apuros.7 Los puso en el camino justo y llegaron a ciudad habitada.
Sal 107,8-9
8 Den gracias al Señor por su amor, por sus milagros en favor de los humanos.9 Porque él apagó la sed de los sedientos y colmó de comida a los hambrientos.

Evangelio
Mt 22,34-40
34 Cuando los fariseos oyeron que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron, 35 y uno de ellos, doctor en la ley, le preguntó para tentarlo: 36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?». 37 Él le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. 38 Éste es el principal y primer mandamiento. 39 El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 En estos dos mandamientos se resume toda la ley y los profetas».

miércoles, 20 de agosto de 2008

Evangelio y lecturas jueves 21 de Agosto

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
Ez 36,23-28
23 Santificaré mi gran nombre, profanado entre las naciones, deshonrado por vosotros en medio de ellas, y sabrán las naciones que yo soy el Señor, dice el Señor Dios, cuando me glorifique en vosotros a la vista de ellos. 24 Os tomaré de entre las gentes donde estáis, os recogeré de todos los países y os conduciré a vuestra tierra. 25 Os rociaré con agua pura y os purificaré de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos. 26 Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo; quitaré de vuestro cuerpo el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 27 Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que viváis según mis preceptos, observando y guardando mis leyes. 28 Habitaréis entonces en la tierra que di a vuestros padres, seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.

Salmo Responsorial
Sal 51,12-12
12 Oh Dios, crea en mí un corazón puro, implanta en mis entrañas un espíritu nuevo;
Sal 51,14-15
14 dame la alegría de tu salvación y que el espíritu generoso me mantenga firme. 15 Enseñaré tus caminos a los descarriados, los pecadores volverán a ti.
Sal 51,18-19
18 Tú no quieres ofrendas ni holocaustos; si te los ofreciera, no los aceptarías. 19 El sacrificio que Dios quiere es un espíritu contrito, un corazón contrito y humillado, tú, oh Dios, no lo desprecias.

Evangelio
Mt 22,1-14
1 Y Jesús se puso a hablar de nuevo en parábolas: 2 «El reino de Dios es semejante a un rey que celebró las bodas de su hijo. 3 Envió sus criados a llamar a los invitados a las bodas, y no quisieron venir. 4 Mandó de nuevo a otros criados con este encargo: Decid a los invitados: Mi banquete está preparado, mis terneros y cebones dispuestos, todo está a punto; venid a las bodas. 5 Pero ellos no hicieron caso y se fueron, unos a su campo y otros a su negocio; 6 los demás echaron mano a los criados, los maltrataron y los mataron. 7 El rey, entonces, se irritó, mandó sus tropas a exterminar a aquellos asesinos e incendió su ciudad. 8 Luego dijo a sus criados: El banquete de bodas está preparado, pero los invitados no eran dignos. 9 Id a las encrucijadas de los caminos y a todos los que encontréis convidadlos a la boda. 10 Los criados salieron a los caminos y recogieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de invitados. 11 El rey entró para ver a los invitados, reparó en un hombre que no tenía traje de boda 12 y le dijo: Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin tener un traje de boda? Pero él no contestó. 13 Entonces el rey dijo a los camareros: Atadlo de pies y manos y arrojadlo a las tinieblas exteriores: allí será el llanto y el crujir de dientes. 14 Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos».

evangelio y lecturas 20 de agosto 2008

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)
1ª Lectura
Ez 34,1-11
1 El Señor me dijo: 2 «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel y diles: Pastores, esto dice el Señor Dios: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No es el rebaño al que deben apacentar los pastores? 3 Vosotros os tomáis la leche y os vestís con la lana; matáis las ovejas cebadas, pero no apacentáis el rebaño. 4 No habéis fortalecido a las débiles ni habéis curado a las enfermas; no habéis vendado a las heridas, no habéis hecho volver a las descarriadas ni buscado a las perdidas, sino que las habéis conducido con crueldad y violencia. 5 Y ahora andan dispersas, por falta de pastor, presa de todas las fieras del campo; 6 andan dispersas mis ovejas; errantes por todos los montes, por todos los collados; dispersas mis ovejas por todo el país, sin que las busque nadie ni las cuide. 7 Escuchad, pues, pastores, la palabra del Señor: 8 Por mi vida, dice el Señor Dios, que por haber sido mi rebaño expuesto al pillaje y mis ovejas pasto de todas las fieras del campo por falta de pastor, por no haber cuidado mis pastores mi ganado y haberse en cambio apacentado a sí mismos en lugar de mi rebaño, 9 por eso, escuchad, pastores, la palabra del Señor. 10 Esto dice el Señor Dios: Aquí estoy yo contra los pastores reclamando mi rebaño de sus manos. No les confiaré más el pastoreo de mi rebaño; así no se apacentarán más a sí mismos. Les arrebataré mi ganado de su boca y ya no les servirá de pasto.
EL PASTOR FIEL, FIGURA DEL MESÍAS
11 Pues esto dice el Señor Dios: Yo mismo cuidaré de mi ganado y le pasaré revista.
Salmo Responsorial
Sal 23,1-3
1 Salmo de David El Señor es mi pastor, nada me falta: 2 en verdes praderas me hace reposar, me conduce hacia las aguas del remanso 3 y conforta mi alma; me guía por los senderos de justicia, por amor a su nombre;
Sal 23,3-4
3 y conforta mi alma; me guía por los senderos de justicia, por amor a su nombre; 4 aunque vaya por un valle tenebroso, no tengo miedo a nada, porque tú estás conmigo, tu voz y tu cayado me sostienen.
Sal 23,6
6 Lealtad y dicha me acompañan todos los días de mi vida; habitaré en la casa del Señor por siempre jamás.

Evangelio
Mt 20,1-16
1 «El reino de Dios es como un amo que salió muy de mañana a contratar obreros para su viña. 2 Convino con los obreros en un denario al día, y los envió a su viña. 3 Fue también a las nueve de la mañana, vio a otros que estaban parados en la plaza 4 y les dijo: Id también vosotros a la viña, yo os daré lo que sea justo. 5 Y fueron. De nuevo fue hacia el mediodía, y otra vez a las tres de la tarde, e hizo lo mismo. 6 Volvió por fin hacia las cinco de la tarde, encontró a otros que estaban parados y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día sin hacer nada? 7 Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a la viña. 8 Al caer la tarde dijo el dueño de la viña a su administrador: Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros. 9 Vinieron los de las cinco de la tarde y recibieron un denario cada uno. 10 Al llegar los primeros, pensaron que cobrarían más, pero también ellos recibieron un denario cada uno. 11 Y, al tomarlo, murmuraban contra el amo 12 diciendo: Esos últimos han trabajado una
sola hora y los has igualado a nosotros, que hemos soportado el peso del día y el calor. 13 Él respondió a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No convinimos en un denario? 14 Toma lo tuyo y vete. Pero yo quiero dar a este último lo mismo que a ti. 15 ¿No puedo hacer lo que quiera con lo mío? ¿O ves con malos ojos el que yo sea bueno? 16 Así pues, los últimos serán los primeros, y los primeros los últimos».

lunes, 18 de agosto de 2008

Evangelio y lecturas martes 19 de Agosto

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)

1ª Lectura
Ez 28,1-10
1 El Señor me dijo: 2 «Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Esto dice el Señor Dios: Tu corazón se ha enorgullecido y has dicho: Un dios soy yo, en la morada de un dios habito, en medio del mar. Tú, que eres un hombre y no un dios, has equiparado tu corazón al corazón de Dios. 3 ¡Oh, sí!, más sabio eres que Daniel, ningún sabio te iguala.4 Con tu sabiduría y tu inteligencia te has procurado riquezas, has acumulado oro y plata en tus tesoros;5 por tu gran habilidad en el comercio has aumentado tus riquezas, y tu corazón se ha engreído por tu opulencia. 6 Por eso, esto dice el Señor Dios: Porque has hecho tu corazón semejante al corazón de Dios, 7 he aquí que yo haré venir contra ti a extranjeros, los más feroces de los pueblos, y desenvainarán su espada contra la prez de tu sabiduría y borrarán tu esplendor. 8 Te harán bajar a la fosa y morirás atravesado en el corazón del mar. 9 ¿Podrás decir aún: Un dios soy yo, ante los verdugos? Un hombre eres, y no un dios, en manos de quienes te traspasan. 10 ¡Tendrás la muerte de los incircuncisos, en manos de extranjeros! He hablado yo», dice el Señor Dios.

Salmo Responsorial
Dt 32,26-27
26 Yo hubiera querido reducirlos a polvo, / borrar de entre los hombres su memoria; 27 pero pensé en la arrogancia / de los enemigos, / en la falsa interpretación / que ellos harían: / Ha sido nuestra mano poderosa, / y no el Señor, / la que hizo todo esto.
Dt 32,27-28
27 pero pensé en la arrogancia / de los enemigos, / en la falsa interpretación / que ellos harían: / Ha sido nuestra mano poderosa, / y no el Señor, / la que hizo todo esto. 28 Es una nación que ha perdido la cabeza / y no tiene entendimiento.
Dt 32,30
30 ¿Cómo puede uno solo perseguir a mil / y dos poner en fuga a diez mil, / sino porque su roca los ha vendido / y el Señor los ha entregado?
Dt 32,35-36
35 para el día de la venganza y el desquite, / para el tiempo en que sus pies tropezarán. / Está cerca el día de su ruina, / se precipita su destino. 36 El Señor saldrá en defensa de su pueblo, / tendrá misericordia de sus siervos, / cuando vea que se agotan sus fuerzas / y que no queda entre ellos ni esclavo ni libre.

Evangelio
Mt 19,23-30
23 Jesús dijo a sus discípulos: «Os aseguro que un rico difícilmente entrará en el reino de Dios. 24 Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios». 25 Al oír esto los discípulos, se quedaron asombrados y dijeron: «Entonces, ¿quién puede salvarse?». 26 Jesús los miró y les dijo: «Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible».
PREMIO A LA POBREZA EVANGÉLICA
27 Entonces Pedro le dijo: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos espera?». 28 Jesús les dijo: «Os aseguro que vosotros, los que me habéis seguido, en la nueva creación, cuando el hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. 29 Y todo el que deje casa, hermanos o hermanas, padre o madre, o hijos o campos por mi causa recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna». 30 «Muchos primeros serán los últimos, y los últimos los primeros».

domingo, 17 de agosto de 2008

Evangelio y lecturas Lunes 18 de agosto

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)

1ª Lectura
Ez 24,15-24
15 El Señor me dijo: 16 «Hijo de hombre, mira, voy a quitarte, de improviso, la delicia de tus ojos; pero tú no te lamentes, no llores, no dejes correr tus lágrimas. 17 Suspira en silencio, no hagas luto; cíñete el turbante a tu cabeza, ponte en los pies las sandalias; no te cubras la barba, no comas el pan del duelo».18 Había hablado yo por la mañana al pueblo, y por la tarde murió mi esposa. Al día siguiente hice como se me había ordenado. 19 El pueblo me dijo: «Explícanos qué significado tiene para nosotros lo que estás haciendo». 20 Yo les respondí: «El Señor me dijo: 21 Di a la casa de Israel: Esto dice el Señor Dios: Mirad, voy a profanar mi santuario, orgullo de vuestra fuerza, delicia de vuestros ojos, amor de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas, que habéis dejado, caerán a espada. 22 Y habéis de hacer como he hecho yo: no os cubriréis la barba, no comeréis el pan del duelo. 23 Llevaréis vuestro turbante a la cabeza y las sandalias en los pies; no os lamentaréis ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras iniquidades y os lamentaréis unos con otros. 24 Ezequiel será para vosotros como un símbolo; cuando esto suceda, haréis exactamente lo que él ha hecho y sabréis que yo
soy el Señor.

Salmo Responsorial
Dt 32,18-19
18 Te olvidaste de la roca / que te engendró, / ya no te acuerdas del Dios que te dio a luz. 19 Lo vio el Señor y se irritó, / disgustado por sus hijos y sus hijas,
Dt 32,20
20 y dijo: Voy a volverles las espaldas y veremos qué pasa en adelante, / pues es una generación pervertida, / hijos desleales.

Dt 32,21
21 Me dan celos con un dios que no es dios, / me irritan con dioses ilusorios; / pues yo les daré celos con un pueblo que no es pueblo / y los irritaré con una nación fatua.

Evangelio
Mt 19,16-22
16 Se le acercó un hombre y le dijo: «Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para alcanzar la vida eterna?». 17 Él le dijo: «¿Qué me preguntas acerca de lo que es bueno? El único bueno es Dios. Pero, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos». 18 Replicó: «¿Cuáles?». Jesús dijo: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falsos testimonios, 19 honra a tu padre y a tu madre y ama a tu prójimo como a ti mismo». 20 El joven le dijo: «Todo eso lo he guardado. ¿Qué más hace falta?». 21 Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; después, ven y sígueme». 22 Al oír esto, el joven se fue muy triste, porque tenía muchos bienes.

Evangelio y lecturas para Domingo 17 de Agosto

Tiempo Ordinario: (2ª Parte)

1ª Lectura
Is 56,1
1 Esto dice el Señor: Guardad el derecho, practicad la justicia, porque mi salvación está para llegar y mi justicia para manifestarse.
Is 56,6-7
6 Y a los extranjeros que se entregan al Señor para venerarlo, amar su nombre y ser sus siervos; que guardan el sábado sin profanarlo, que se mantienen en mi alianza, 7 los llevaré a mi monte santo y les daré alegría en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios
serán aceptos en mi altar, pues mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos.

Salmo Responsorial
Sal 67,2-3
2 Que Dios tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro entre nosotros 3 para que en la tierra se conozca su camino y su salvación en todas las naciones.
Sal 67,5
5 Que canten de alegría las naciones, pues tú juzgas al mundo con justicia y gobiernas los pueblos de la tierra.
Sal 67,6
6 Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Sal 67,8
8 Que Dios nos bendiga y que le rinda honor el mundo entero.

2ª Lectura
Rom 11,13-15
13 Ahora me dirijo a vosotros, los paganos. Como apóstol vuestro, procuro dar gran realce a mi ministerio, 14 por ver si a los de mi raza les entra envidia y logro salvar a algunos de ellos. 15 Porque si su pérdida ha servido para la reconciliación del mundo, su readmisión será como un volver de la muerte a la vida.
Rom 11,29-32
29 porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables. 30 Pues así como vosotros en otro tiempo fuisteis desobedientes a Dios y ahora habéis conseguido misericordia por la desobediencia de ellos, 31 así también ahora ellos han sido desobedientes, para que con ocasión de la misericordia que os ha concedido a vosotros también ellos alcancen misericordia. 32 Pues Dios encerró a todos en la desobediencia para tener misericordia con todos.

Evangelio
Mt 15,21-28
21 Jesús salió de allí y se fue a las regiones de Tiro y Sidón. 22 Y una mujer cananea salió de aquellos contornos y se puso a gritar: «¡Ten compasión de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está atormentada por un demonio». 23 Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le dijeron: «Despídela, porque viene gritando detrás de nosotros». 24 Él respondió: «No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel». 25 Pero ella se acercó, se puso de rodillas ante él y le suplicó: «¡Señor, ayúdame!». 26 Él respondió: «No está bien quitarle el pan a los hijos para echárselo a los perros». 27 Ella dijo: «Cierto, Señor; pero también los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos». 28 Entonces Jesús le dijo: «¡Oh mujer, qué grande es tu fe! Que te suceda como quieres». Y desde aquel momento su hija quedó curada.