sábado, 11 de octubre de 2025

Lecturas 11 de Octubre de 2025

 

  • Primera Lectura

    Joel 4:12-21

    12
    Que se levanten y suban las naciones
    al valle de Josafat, que allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor.
    13
    Meted la hoz,
    que la mies ya está madura. Venid, pisad, que está lleno el lagar, rebosan las cavas, pues abundó su maldad.
    14
    ¡Muchedumbres, muchedumbres
    en el valle del Jarús!, porque está próximo el día del Señor en el valle del Jarús.
    15
    Sol y luna se oscurecen,
    los astros retiran su brillo.
    16
    El Señor ruge desde Sión,
    alza su voz desde Jerusalén: cielos y tierra se estremecen. El Señor es refugio para su pueblo, fortaleza para los hijos de Israel.
    17
    Y sabréis que Yo soy el Señor, vuestro Dios,
    que habito en Sión, mi monte santo, y Jerusalén será el lugar santo: ya no pasarán por ella extranjeros.
    18
    En aquel día
    los montes destilarán mosto, y las colinas manarán leche. Por todos los torrentes de Judá correrán las aguas; y brotará una fuente del Templo del Señor que regará el valle de Sitim.
    19
    Egipto se volverá una desolación,
    y Edom, un desierto solitario, por su violencia contra los hijos de Judá, porque derramaron sangre inocente en su tierra.
    20
    Judá será habitada por siempre,
    y Jerusalén, de generación en generación.
    21
    Vengaré su sangre,
    no la dejaré impune. Y el Señor habitará en Sión.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 97:1-2, 5-6, 11-12

    1
    El Señor reina: exulte la tierra,
    alégrense las islas incontables.
    2
    Nubes y tinieblas lo rodean,
    justicia y derecho son el fundamento de su trono.
    5
    Los montes se derriten como cera ante el Señor,
    ante el Dueño de toda la tierra.
    6
    Los cielos anuncian su justicia,
    y todos los pueblos contemplan su gloria.
    11
    La luz ha sido esparcida para el justo,
    la alegría, para los rectos de corazón.
    12
    Alegraos, justos, en el Señor,
    celebrad su memoria santa. 

  • Evangelio

    Lucas 11:27-28

    27
    Mientras él estaba diciendo todo esto, una mujer de en medio de la multitud, alzando la voz, le dijo:
    —Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.
    28
    Pero él replicó:
    —Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan.

viernes, 10 de octubre de 2025

Lecturas 10 de Octubre de 2025

 

  • Primera Lectura

    Joel 1:13-15; 2:1-2

    1
    13
    Ceñíos de sayal y haced duelo, sacerdotes;
    lamentaos, ministros del altar; entrad, pasad la noche vestidos de saco, ministros de mi Dios, que desapareció del Templo de vuestro Dios ofrenda y libación.
    14
    Promulgad el santo ayuno,
    convocad a asamblea, reunid a los ancianos, a todos los habitantes del país, en el Templo del Señor, vuestro Dios, y clamad al Señor:
    15
    «¡Ay de aquel día!
    Porque el día del Señor está cerca, y va a venir como azote del Omnipotente.
    2
    1
    ¡Tocad la trompeta en Sión!
    Dad gritos en mi monte santo, tiemblen cuantos habitan el país; porque está al llegar el día del Señor, ya está cerca.
    2
    Día de tinieblas y oscuridad,
    día de nubes y niebla. Como la aurora sobre los montes, así se despliega un pueblo numeroso y fuerte como no lo ha habido nunca, ni lo habrá después de él por generaciones y generaciones.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 9:2-3, 6, 16, 8-9

    2
    (Alef) Te alabo, ¡Señor!, con todo mi corazón;
    contaré todas tus maravillas.
    3
    Me alegro, me regocijo en Ti,
    y canto salmos a tu Nombre, ¡oh Altísimo!
    6
    (Guímel) Has reprobado a los gentiles,
    has hecho perecer a los impíos, has borrado su nombre para siempre.
    8
    (He) El Señor está sentado eternamente,
    tiene preparado su trono para el juicio;
    9
    Él rige el orbe con justicia,
    y juzga a los pueblos con rectitud.
    16
    (Tet) Las naciones se hunden en la fosa que cavaron,
    su pie queda preso en el cepo que escondieron.

  • Evangelio

    Lucas 11:15-26

    15
    pero algunos de ellos dijeron:
    —Expulsa los demonios por Beelzebul, el príncipe de los demonios.
    16Y otros, para tentarle, le pedían una señal del cielo.
    17
    Pero él, que conocía sus pensamientos, les replicó:
    —Todo reino dividido contra sí mismo queda desolado y cae casa contra casa.
    18Si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo se sostendrá su reino? Puesto que decís que expulso los demonios por Beelzebul.
    19Si yo expulso los demonios por Beelzebul, vuestros hijos ¿por quién los expulsan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces.
    20Pero si yo expulso los demonios por el dedo de Dios, es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros.
    21»Cuando uno que es fuerte y está bien armado custodia su palacio, sus bienes están seguros;
    22pero si llega otro más fuerte y le vence, le quita las armas en las que confiaba y reparte su botín.
    23»El que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama.
    24»Cuando el espíritu impuro ha salido de un hombre, vaga por lugares áridos en busca de descanso, pero al no encontrarlo dice: «Me volveré a mi casa, de donde salí».
    25Y al llegar la encuentra bien barrida y en orden.
    26Entonces va, toma otros siete espíritus peores que él, y entrando se instalan allí, con lo que la situación última de aquel hombre resulta peor que la primera.

Lecturas 9 de Octubre de 2025

 

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Malaquías 3:13-20

    13
    Duras contra Mí son vuestras palabras,
    dice el Señor. Y aún decís: “¿Qué hemos hablado contra Ti?”.
    14
    Lo que habéis dicho: “Vano es servir a Dios;
    ¿qué hemos ganado con guardar sus preceptos, y con andar en duelo ante el Señor de los ejércitos?
    15
    Ahora, pues, nosotros
    tendríamos que llamar dichosos a los arrogantes, incluso a los que prosperan practicando la impiedad y a los que tientan a Dios y quedan a salvo”.
    16»Pero los temerosos del Señor hablan entre sí de otra manera, y el Señor les atiende y les escucha. En su presencia se escribe un libro de memorias en favor de los que temen al Señor y honran su Nombre.
    17Serán mi propiedad —dice el Señor de los ejércitos— el día que Yo actúe. Me apiadaré de ellos como se apiada un hombre de su hijo que le sirve.
    18Entonces volveréis a distinguir entre el justo y el impío, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
    19
    Ved que llega el día,
    ardiente como un horno, en que todos los arrogantes y los que practican la impiedad serán como paja: el día que ha de venir los abrasará —dice el Señor de los ejércitos—, hasta que no les quede ni raíz ni rama.
    20
    Mas para vosotros, los que teméis mi Nombre,
    se elevará el sol de justicia, que trae la salud en sus alas; y saldréis brincando como becerros cebados.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 1:1-4, 6

    1
    Dichoso el hombre
    que no sigue el consejo de impíos, ni se detiene en el camino de pecadores, ni toma asiento con farsantes,
    2
    sino que se complace en la Ley del Señor,
    y noche y día medita en su Ley.
    3
    Será como un árbol
    plantado al borde de la acequia, que da fruto a su tiempo, y no se marchitan sus hojas: cuanto hace prospera.
    4
    No así los impíos, no así.
    Son como polvo que dispersa el viento.
    6
    Porque el Señor vela sobre el camino de los justos,
    mientras el de los impíos acaba en perdición. 

  • Evangelio

    Lucas 11:5-13

    5
    Y les dijo:
    —¿Quién de vosotros que tenga un amigo y acuda a él a medianoche y le diga: «Amigo, préstame tres panes,
    6porque un amigo mío me ha llegado de viaje y no tengo qué ofrecerle»,
    7le responderá desde dentro: «No me molestes, ya está cerrada la puerta; los míos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos»?
    8Os digo que, si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos por su impertinencia se levantará para darle cuanto necesite.
    9»Así pues, yo os digo: pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá;
    10porque todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
    11»¿Qué padre de entre vosotros, si un hijo suyo le pide un pez, en lugar de un pez le da una serpiente?
    12¿O si le pide un huevo, le da un escorpión?
    13Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

miércoles, 8 de octubre de 2025

Lecturas 8 de Octubre de 2025

 

  • Primera Lectura

    Jonás 4:1-11

    1Pero Jonás se llevó un gran disgusto y se enojó.
    2
    Y oró al Señor, diciendo:
    —¡Ah, Señor! ¿No era esto lo que yo me decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me adelanté a huir a Tarsis, porque sabía que Tú eres el Dios clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en misericordia, y que te dueles del mal.
    3Ahora, Señor, te suplico, quítame la vida: más me vale morir que vivir.
    4
    El Señor le respondió:
    —¿Te vale más enojarte?
    5Jonás salió de la ciudad y se detuvo a levante de la ciudad. Allí se hizo una cabaña, y se sentó debajo, a la sombra, a la espera de lo que sucediese en la ciudad.
    6El Señor Dios dispuso que un ricino creciera por encima de Jonás para darle sombra en la cabeza y librarlo de su malestar. Jonás sintió gran dicha por aquel ricino.
    7Pero el Señor dispuso que, al rayar la aurora, al día siguiente, un gusano atacara el ricino, que se secó.
    8
    Y, al brillar el sol, Dios dispuso un viento solano sofocante, y pegó el sol en la cabeza de Jonás, que se desvaneció. Entonces pidió morirse, y decía:
    —Más me vale morir que vivir.
    9
    Respondió Dios a Jonás:
    —¿Te parece bien enojarte por un ricino? Y contestó: —Me parece bien enojarme hasta morir.
    10
    Replicó el Señor:
    —Tú te apiadas del ricino, por el que no te has pasado fatiga alguna, ni le has hecho crecer, que una noche ha nacido y una noche ha perecido.
    11Pues Yo, ¿no he de apiadarme de Nínive, la gran ciudad, en la que hay mucho más de ciento veinte mil personas que no saben distinguir entre su derecha y su izquierda, e innumerables animales?

  • Salmo Responsorial

    Salmo 86:3-6, 9-10

    3
    Ten piedad de mí, Señor mío,
    que te invoco todo el día.
    4
    Alegra la vida de tu siervo,
    que a Ti, Señor, levanto mi alma.
    5
    Pues Tú, Señor, eres bueno e indulgente,
    rico en misericordia con los que te invocan.
    6
    Escucha, Señor, mi plegaria,
    atiende a la voz de mi súplica.
    9
    Todas las naciones que hiciste
    vendrán a postrarse ante Ti, Señor, y a dar gloria a tu Nombre;
    10
    porque Tu eres grande y haces maravillas:
    Tú solo eres Dios.

  • Evangelio

    Lucas 11:1-4

    1
    Estaba haciendo oración en cierto lugar. Y cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos:
    —Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.
    2
    Él les respondió:
    —Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino;
    3danos cada día nuestro pan cotidiano;
    4
    y perdónanos nuestros pecados,
    puesto que también nosotros perdonamos a todo el que nos debe; y no nos pongas en tentación.

martes, 7 de octubre de 2025

Lecturas 7 de Octubre de 2025

 

  • Primera Lectura

    Hechos 1:12-14

    12Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está cerca de Jerusalén a la distancia de un camino permitido el sábado.
    13Y cuando llegaron subieron al Cenáculo donde vivían Pedro, Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago de Alfeo y Simón el Zelotes, y Judas el de Santiago.
    14Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la madre de Jesús, y sus hermanos.

  • Salmo Responsorial

    Lucas 1:46-55

    46
    María exclamó:
    —Engrandece mi alma al Señor,
    47y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador:
    48
    porque ha puesto los ojos
    en la humildad de su esclava; por eso desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones.
    49
    Porque ha hecho en mí cosas grandes
    el Todopoderoso, cuyo nombre es Santo;
    50
    su misericordia se derrama de generación
    en generación sobre los que le temen.
    51
    Manifestó el poder de su brazo,
    dispersó a los soberbios de corazón.
    52
    Derribó de su trono a los poderosos
    y ensalzó a los humildes.
    53
    Colmó de bienes a los hambrientos
    y a los ricos los despidió vacíos.
    54
    Auxilió a Israel su siervo,
    recordando su misericordia,
    55
    como había prometido a nuestros padres,
    Abrahán y su descendencia para siempre.

  • Evangelio

    Lucas 1:26-38

    26En el sexto mes fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,
    27a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David. El nombre de la virgen era María.
    28
    Y entró donde ella estaba y le dijo:
    —Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo.
    29Ella se turbó al oír estas palabras, y consideraba qué podía significar este saludo.
    30
    Y el ángel le dijo:
    —No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios:
    31concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
    32Será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre,
    33reinará eternamente sobre la casa de Jacob y su Reino no tendrá fin.
    34
    María le dijo al ángel:
    —¿De qué modo se hará esto, pues no conozco varón?
    35
    Respondió el ángel y le dijo:
    —El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que nacerá Santo será llamado Hijo de Dios.
    36Y ahí tienes a Isabel, tu pariente, que en su ancianidad ha concebido también un hijo, y la que llamaban estéril está ya en el sexto mes,
    37porque para Dios no hay nada imposible.
    38
    Dijo entonces María:
    —He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Y el ángel se retiró de su presencia.

lunes, 6 de octubre de 2025

Lecturas 6 de Octubre de 2025

 

  • Primera Lectura

    Jonás 1:1--2:2, 11

    1
    1La palabra del Señor fue dirigida a Jonás, hijo de Amitay, diciéndole:
    2—Levántate, vete a Nínive, la gran ciudad, y pregona en contra de ella, porque su perversidad ha subido hasta mi presencia.
    3Jonás se levantó para huir a Tarsis, lejos de la presencia del Señor. Bajó a Jope, y encontró una nave que se dirigía a Tarsis. Pagó el pasaje y embarcó en ella, para ir con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del Señor.
    4Pero el Señor envió un viento impetuoso sobre el mar y se levantó una tempestad tan recia que la nave estaba a punto de zozobrar.
    5Los marineros se llenaron de miedo. Cada uno clamaba a su dios y arrojaban al mar los pertrechos que había en la nave para aligerar la carga. Mientras tanto, Jonás había bajado a la bodega del barco, se había acostado y estaba durmiendo profundamente.
    6
    Entonces se le acercó el capitán y le dijo:
    —¿Qué haces tú dormido? ¡Levántate, invoca a tu dios! A ver si Dios se ocupa de nosotros y no perecemos.
    7
    Luego se decían unos a otros:
    —Vamos a echar suertes para saber por quién nos ha venido este mal. Echaron suertes y cayó la suerte sobre Jonás.
    8
    Entonces le dijeron:
    —Haz el favor de decirnos por causa de quién nos ha venido este mal. ¿Cuál es tu oficio y de dónde vienes? ¿Cuál es tu país y de qué pueblo eres?
    9
    Él les respondió:
    —Yo soy hebreo, y adoro al Señor, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra firme.
    10
    Los hombres se llenaron de un gran temor y le preguntaron:
    —¿Qué es lo que has hecho? —pues comprendieron que estaba huyendo de la presencia del Señor, por lo que les había contado.
    11
    Y le dijeron:
    —¿Qué hemos de hacer contigo para que se nos calme el mar? —pues el mar arreciaba en su tormenta.
    12
    Él les contestó:
    —Agarradme y arrojadme al mar, y el mar se os calmará, pues sé que esta tremenda tormenta os ha venido por mi causa.
    13Los hombres se pusieron a remar para volver a tierra firme, pero no podían, porque el mar arreciaba en su tormenta contra ellos.
    14
    Entonces clamaron al Señor diciendo:
    —¡Te suplicamos, Señor, que no perezcamos por culpa de la vida de este hombre; no nos hagas responsables de sangre inocente! Pues Tú, Señor, obras según tu beneplácito.
    15Y agarraron a Jonás y lo arrojaron al mar. Y se calmó la furia del mar.
    16Los hombres se llenaron de un gran temor al Señor. Ofrecieron un sacrificio al Señor y le hicieron votos.
    2
    1El Señor dispuso que un pez enorme se tragara a Jonás. Estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.
    2Y Jonás oró al Señor, su Dios, desde el vientre del pez,
    11Entonces, el Señor dio orden al pez, que vomitó a Jonás sobre tierra firme.

  • Salmo Responsorial

    Jonás 2:3-5, 8

    3
    diciéndole:
    —Desde mi angustia clamé al Señor, y Él me respondió. Desde el vientre del sheol grité, y escuchaste mi voz.
    4
    Me arrojaste en el fondo, en el seno del mar,
    y la corriente me volteaba; todas tus rompientes y tus olas me anegaban.
    5
    Y yo me decía: «Soy expulsado
    lejos de tus ojos. ¿Cómo contemplaré de nuevo tu Templo santo?».
    8
    Cuando mi alma estuvo a punto de desfallecer
    me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta Ti, hasta tu Templo santo.

  • Evangelio

    Lucas 10:25-37

    25
    Entonces un doctor de la Ley se levantó y dijo para tentarle:
    —Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?
    26
    Él le contestó:
    —¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees tú?
    27
    Y éste le respondió:
    —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo.
    28
    Y le dijo:
    —Has respondido bien: haz esto y vivirás.
    29
    Pero él, queriendo justificarse, le dijo a Jesús:
    —¿Y quién es mi prójimo?
    30
    Entonces Jesús, tomando la palabra, dijo:
    —Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos salteadores que, después de haberle despojado, le cubrieron de heridas y se marcharon, dejándolo medio muerto.
    31Bajaba casualmente por el mismo camino un sacerdote y, al verlo, pasó de largo.
    32Igualmente, un levita llegó cerca de aquel lugar y, al verlo, también pasó de largo.
    33Pero un samaritano que iba de viaje se llegó hasta él y, al verlo, se llenó de compasión.
    34Se acercó y le vendó las heridas echando en ellas aceite y vino. Lo montó en su propia cabalgadura, lo condujo a la posada y él mismo lo cuidó.
    35Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: «Cuida de él, y lo que gastes de más te lo daré a mi vuelta».
    36¿Cuál de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los salteadores?
    37
    Él le dijo:
    —El que tuvo misericordia con él. —Pues anda —le dijo Jesús—, y haz tú lo mismo.