sábado, 25 de enero de 2020

Lecturas 25 de Enero de 2020

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Hechos 22:3-16
    3 «Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la Ley de nuestros padres; estaba lleno de celo por Dios, como lo estáis todos vosotros el día de hoy.
    4 Yo perseguí a muerte a este Camino, encadenando y arrojando a la cárcel a hombres y mujeres,
    5 como puede atestiguármelo el Sumo Sacerdote y todo el Consejo de ancianos. De ellos recibí también cartas para los hermanos de Damasco y me puse en camino con intención de traer también encadenados a Jerusalén a todos los que allí había, para que fueran castigados.
    6 «Pero yendo de camino, estando ya cerca de Damasco, hacia el mediodía, me envolvió de repente una gran luz venida del cielo;
    7 caí al suelo y oí una voz que me decía: "Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?"
    8 Yo respondí: "¿Quién eres, Señor?" Y él a mí: "Yo soy Jesús Nazoreo, a quien tú persigues."
    9 Los que estaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba.
    10 Yo dije: "¿Qué he de hacer, Señor?" Y el Señor me respondió: "Levántate y vete a Damasco; allí se te dirá todo lo que está establecido que hagas."
    11 Como yo no veía, a causa del resplandor de aquella luz, conducido de la mano por mis compañeros llegué a Damasco.
    12 «Un tal Ananías, hombre piadoso según la Ley, bien acreditado por todos los judíos que habitaban allí,
    13 vino a verme, y presentándose ante mí me dijo: "Saúl, hermano, recobra la vista." Y en aquel momento le pude ver.
    14 El me dijo: "El Dios de nuestros padres te ha destinado para que conozcas su voluntad, veas al Justo y escuches la voz de sus labios,
    15 pues le has de ser testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído.
    16 Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su nombre."

    O también:
    Hechos 9:1-22
    1 Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote,
    2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.
    3 Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo,
    4 cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?»
    5 El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
    6 Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.»
    7 Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto; oían la voz, pero no veían a nadie.
    8 Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Le llevaron de la mano y le hicieron entrar en Damasco.
    9 Pasó tres días sin ver, sin comer y sin beber.
    10 Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: «Ananías.» El respondió: «Aquí estoy, Señor.»
    11 Y el Señor: «Levántate y vete a la calle Recta y pregunta en casa de Judas por uno de Tarso llamado Saulo; mira, está en oración
    12 y ha visto que un hombre llamado Ananías entraba y le imponía las manos para devolverle la vista.»
    13 Respondió Ananías: «Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los muchos males que ha causado a tus santos en Jerusalén
    14 y que está aquí con poderes de los sumos sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre.»
    15 El Señor le contestó: «Vete, pues éste me es un instrumento de elección que lleve mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel.
    16 Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre.»
    17 Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.»
    18 Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado.
    19 Tomó alimento y recobró las fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco,
    20 y en seguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas: que él era el Hijo de Dios.
    21 Todos los que le oían quedaban atónitos y decían: «¿No es éste el que en Jerusalén perseguía encarnizadamente a los que invocaban ese nombre, y no ha venido aquí con el objeto de llevárselos atados a los sumos sacerdotes?»
    22 Pero Saulo se crecía y confundía a los judíos que vivían en Damasco demostrándoles que aquél era el Cristo.
  • Salmo responsorial

    Salmo 117:1-2
    1 ¡Alabad a Yahveh, todas las naciones, celebradle, pueblos todos!
    2 Porque es fuerte su amor hacia nosotros, la verdad de Yahveh dura por siempre.
  • Evangelio

    Marcos 16:15-18
    15 Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación.
    16 El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.
    17 Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas,
    18 agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»

viernes, 24 de enero de 2020

Lecturas 24 de Enero de 2020

  • Primera lectura

    Efesios 3:8-12
    8 A mí, el menor de todos los santos, me fue concedida esta gracia: la de anunciar a los gentiles la inescrutable riqueza de Cristo,
    9 y esclarecer cómo se ha dispensado el Misterio escondido desde siglos en Dios, Creador de todas las cosas,
    10 para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia,
    11 conforme al previo designio eterno que realizó en Cristo Jesús, Señor nuestro,
    12 quien, mediante la fe en él, nos da valor para llegarnos confiadamente a Dios.
  • Salmo responsorial

    Salmo 37:3-6, 30-31
    3 Ten confianza en Yahveh y obra el bien, vive en la tierra y crece en paz,
    4 ten tus delicias en Yahveh, y te dará lo que pida tu corazón.
    5 Pon tu suerte en Yahveh, confía en él, que él obrará;
    6 hará brillar como la luz tu justicia, y tu derecho igual que el mediodía.
    30 La boca del justo sabiduría susurra, su lengua habla rectitud;
    31 la ley de su Dios está en su corazón, sus pasos no vacilan.
  • Evangelio

    Juan 15:9-17
    9 Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor.
    10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
    11 Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado.
    12 Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
    13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.
    14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
    15 No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
    16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
    17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.»

jueves, 23 de enero de 2020

Lecturas 23 de Enero de 2020

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Samuel 18:6-9; 19:1-7
    6 A su regreso, cuando volvió David de matar al filisteo, salían las mujeres de todas la ciudades de Israel al encuentro del rey Saúl para cantar danzando al son de adufes y triángulos con cantos de alegria.
    7 Las mujeres, danzando, cantaban a coro: «Saúl mató sus millares y David sus miríadas.
    8 Irritóse mucho Saúl y le disgustó el suceso, pues decía: «Dan miríadas a David y a mí millares; sólo le falta ser rey.»
    9 Y desde aquel día en adelante miraba Saúl a David con ojos de envidia.
    1 Saúl dijo a su hijo Jonatán y a todos sus servidores que haría morir a David; pero Jonatán, hijo de Saúl, amaba mucho a David,
    2 y avisó Jonatán a David diciéndole: «Mi padre Saúl te busca para matarte. Anda sobre aviso mañana por la mañana; retírate a un lugar oculto y escóndete.
    3 Yo saldré y estaré junto a mi padre en el campo, donde tú estés, y hablaré por ti a mi padre; veré lo que hay y te avisaré.»
    4 Habló Jonatán a Saúl su padre en favor de David y dijo: «No peque el rey contra su siervo David, porque él no ha pecado contra ti, sino que te ha hecho grandes servicios.
    5 Puso su vida en peligro, mató al filisteo y concedió Yahveh una gran victoria para todo Israel. Tú lo viste y te alegraste. ¿Por qué, pues, vas a pecar contra sangre inocente haciendo morir a David sin motivo?»
    6 Escuchó Saúl las palabras de Jonatán y juró: «¡Vive Yahveh!, no morirá.»
    7 Llamó entonces Jonatán a David, le contó todas estas palabras y llevó a David donde Saúl, y se quedó a su servicio como antes.
  • Salmo responsorial

    Salmo 56:2-3, 9-13
    2 Tenme piedad, oh Dios, porque me pisan, todo el día hostigándome me oprimen.
    3 Me pisan todo el día los que me asechan, innumerables son los que me hostigan en la altura.
    9 De mi vida errante llevas tú la cuenta, ¡recoge mis lágrimas en tu odre!
    10 Entonces retrocederán mis enemigos, el día en que yo clame. Yo sé que Dios está por mí.
    11 En Dios, cuya palabra alabo, en Yahveh, cuya palabra alabo,
    12 en Dios confío y ya no temo, ¿qué puede hacerme un hombre?
    13 A mi cargo, oh Dios, los votos que te hice: sacrificios te ofreceré de acción de gracias,
  • Evangelio

    Marcos 3:7-12
    7 Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea,
    8 de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a él.
    9 Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran.
    10 Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle.
    11 Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.»
    12 Pero él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran.

miércoles, 22 de enero de 2020

Lecturas 22 de Enero de 2020

  • Primera lectura

    I Samuel 17:32-33, 37, 40-51
    32 Dijo David a Saúl: «Que nadie se acobarde por ése. Tu siervo irá a combatir con ese filisteo.»
    33 Dijo Saúl a David: «No puedes ir contra ese filisteo para luchar con él, porque tú eres un niño y él es hombre de guerra desde su juventud.»
    37 Añadió David: «Yahveh que me ha librado de las garras del león y del oso, me librará de la mano de ese filisteo.» Dijo Saúl a David: «Vete, y que Yahveh sea contigo.»
    40 Tomó su cayado en la mano, escogió en el torrente cinco cantos lisos y los puso en su zurrón de pastor, en su morral , y con su honda en la mano se acercó al filisteo.
    41 El filisteo fue avanzando y acercándose a David, precedido de su escudero.
    42 Volvió los ojos el filisteo, y viendo a David, lo despreció, porque era un muchacho rubio y apuesto.
    43 Dijo el filisteo a David: «¿Acaso soy un perro, pues vienes contra mí con palos?» Y maldijo a David el filisteo por sus dioses,
    44 y dijo el filisteo a David: «Ven hacia mí y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.»
    45 Dijo David al filisteo: «Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo voy contra ti en nombre de Yahveh Sebaot, Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado.
    46 Hoy mismo te entrega Yahveh en mis manos, te mataré y te cortaré la cabeza y entragaré hoy mismo tu cadáver y los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, y sabrá toda la tierra que hay Dios para Israel.
    47 Y toda esta asamblea sabrá que no por la espada ni por la lanza salva Yahveh, porque de Yahveh es el combate y os entrega en nuestras manos.»
    48 Se levantó el filisteo y fue acercándose al encuentro de David; se apresuró David, salió de las filas y corrió al encuentro del filisteo.
    49 Metió su mano David en su zurrón, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda e hirió al filisteo en la frente; la piedra se clavó en su frente y cayó de bruces en tierra.
    50 Y venció David al filisteo con la honda y la piedra; hirió al filisteo y le mató sin tener espada en su mano.
    51 Corrió David, se detuvo sobre el filisteos y tomando la espada de éste de sacó de su vaina, le mató y le cortó la cabeza. Viendo los filisteos que había muerto su campeón, huyeron.
  • Salmo responsorial

    Salmo 144:1-2, 9-10
    1 De David. Bendito sea Yahveh, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la batalla;
    2 él, mi amor y mi baluarte, mi ciudadela y mi libertador, mi escudo en el que me cobijo, el que los pueblos somete a mi poder.
    9 Oh Dios, quiero cantarte un canto nuevo, salmodiar para ti al arpa de diez cuerdas,
    10 tú que das a los reyes la victoria, que salvas a David tu servidor. De espada de infortunio
  • Evangelio

    Marcos 3:1-6
    1 Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada.
    2 Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle.
    3 Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio.»
    4 Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban.
    5 Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano.» El la extendió y quedó restablecida su mano.
    6 En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle.

martes, 21 de enero de 2020

Lecturas 21 de Enero de 2020

    Primera opción

  • Primera lectura

    I Samuel 16:1-13
    1 Dijo Yahveh a Samuel: «¿Hasta cuándo vas a estar llorando por Saúl, después que yo le he rechazado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite y vete. Voy a enviarte a Jesé, de Belén, porque he visto entre sus hijos un rey para mí.»
    2 Samuel replicó: «¿Cómo voy a ir? Se enterará Saúl y me matará.» Respondió Yahveh: «Lleva contigo una becerra y di: "He venido a sacrificar a Yahveh."
    3 Invitarás a Jesé al sacrificio y yo te indicaré lo que tienes que hacer, y me ungirás a aquel que yo te diga.»
    4 Hizo Samuel lo que Yahveh le había ordenado y se fue a Belén. Salieron temblando a su encuentro los ancianos de la ciudad y le preguntaron: «¿Es de paz tu venida, vidente?»
    5 Samuel respondió: «Sí; he venido a sacrificar a Yahveh. Purificaos y venid conmigo al sacrificio.» Purificó a Jesé y a sus hijos y les invitó al sacrificio.
    6 Cuando ellos se presentaron vio a Eliab y se dijo: «Sin duda está ante Yahveh su ungido.»
    7 Pero Yahveh dijo a Samuel: «No mires su apariencia ni su gran estatura, pues yo le he descartado. La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero Yahveh mira el corazón.»
    8 Llamó Jesé a Abinadab y le hizo pasar ante Samuel, que dijo: «Tampoco a éste ha elegido Yahveh.»
    9 Jesé hizo pasar a Sammá, pero Samuel dijo: «Tampoco a éste ha elegido Yahveh.»
    10 Hizo pasar Jesé a sus siete hijos ante Samuel, pero Samuel dijo: «A ninguno de éstos ha elegido Yahveh.»
    11 Preguntó, pues, Samuel a Jesé: «¿No quedan ya más muchachos?» El respondió: «Todavía falta el más pequeño, que está guardando el rebaño.» Dijo entonces Samuel a Jesé: «Manda que lo traigan, porque no comeremos hasta que haya venido.»
    12 Mandó, pues, que lo trajeran; era rubio, de bellos ojos y hermosa presencia. Dijo Yahveh: «Levántate y úngelo, porque éste es.»
    13 Tomó Samuel el cuerno de aceite y le ungió en medio de sus hermanos. Y a partir de entonces, vino sobre David el espíritu de Yahveh. Samuel se levantó y se fue a Ramá.
  • Salmo responsorial

    Salmo 89:20-22, 27-28
    20 Antaño hablaste tú en visión a tus amigos, y dijiste: «He prestado mi asistencia a un bravo, he exaltado a un elegido de mi pueblo.
    21 «He encontrado a David mi servidor, con mi óleo santo le he ungido;
    22 mi mano será firme para él, y mi brazo le hará fuerte.
    27 «El me invocará: ¡Tú, mi Padre, mi Dios y roca de mi salvación!
    28 Y yo haré de él el primogénito, el Altísimo entre los reyes de la tierra.
  • Evangelio

    Marcos 2:23-28
    23 Y sucedió que un sábado, cruzaba Jesús por los sembrados, y sus discípulos empezaron a abrir camino arrancando espigas.
    24 Decíanle los fariseos: «Mira ¿por qué hacen en sábado lo que no es lícito?»
    25 El les dice: «¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y él y los que le acompañaban sintieron hambre,
    26 cómo entró en la Casa de Dios, en tiempos del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió los panes de la presencia, que sólo a los sacerdotes es lícito comer, y dio también a los que estaban con él?»
    27 Y les dijo: «El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado.
    28 De suerte que el Hijo del hombre también es señor del sábado.»

lunes, 20 de enero de 2020

Lecturas 20 de Enero de 2020

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Samuel 15:16-23
    16 Pero Samuel dijo a Saúl: «Basta ya y deja que te anuncie lo que Yahveh me ha revelado esta noche.» El le dijo: «Habla.»
    17 Entonces Samuel dijo: «Aunque tú eres pequeño a tus propios ojos ¿no eres el jefe de las tribus de Israel? Yahveh te ha ungido rey de Israel.
    18 Yahveh te ha enviado por el camino y te ha dicho: "Vete, y consagra al anatema a estos pecadores, los amalecitas, hazles la guerra hasta el exterminio".
    19 Por qué no has eschuchado a Yahveh? ¿Por qué te has lanzado sobre el botín y has hecho lo que desagrada a Yahveh?»
    20 Saúl respondió a Samuel: «¡Yo he obedecido a Yahveh! Anduve por el camino por el que me envió, he traído a Agag, rey de Amalec, y he entregado al anatema a los amalecitas.
    21 Del botín, el pueblo ha tomado el ganado mayor y menor, lo mejor del anatema, para sacrificarlo a Yahveh tu Dios en Guilgal.»
    22 Pero Samuel dijo: ¿Acaso se complace Yahveh en los holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la palabra de Yahveh? Mejor es obedecer que sacrificar, mejor la docilidad que la grasa de los carneros.
    23 Como pecado de hechicería es la rebeldía, crimen de terafim la contumacia. Porque has rechazado la palabra de Yahveh, él te rechaza para que no seas rey.
  • Salmo responsorial

    Salmo 50:8-9, 16-17, 21, 23
    8 «No es por tus sacrificios por lo que te acuso: ¡están siempre ante mí tus holocaustos!
    9 No tengo que tomar novillo de tu casa, ni machos cabríos de tus apriscos.
    16 Pero al impío Dios le dice: «¿Qué tienes tú que recitar mis preceptos, y tomar en tu boca mi alianza,
    17 tú que detestas la doctrina, y a tus espaldas echas mis palabras?
    21 Esto haces tú, ¿y he de callarme? ¿Es que piensas que yo soy como tú? Yo te acuso y lo expongo ante tus ojos.
    23 El que ofrece sacrificios de acción de gracias me da gloria, al hombre recto le mostraré la salvación de Dios.»
  • Evangelio

    Marcos 2:18-22
    18 Como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vienen y le dicen: «¿Por qué mientras los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, tus discípulos no ayunan?»
    19 Jesús les dijo: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras tengan consigo al novio no pueden ayunar.
    20 Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán, en aquel día.
    21 Nadie cose un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, pues de otro modo, lo añadido tira de él, el paño nuevo del viejo, y se produce un desgarrón peor.
    22 Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino reventaría los pellejos y se echaría a perder tanto el vino como los pellejos: sino que el vino nuevo, en pellejos nuevos.

Lecturas 19 de Enero de 2020

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Isaías 49:3, 5-6
    3 Me dijo: «Tú eres mi siervo (Israel), en quien me gloriaré.»
    5 Ahora, pues, dice Yahveh, el que me plasmó desde el seno materno para siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que Israel se le una. Mas yo era glorificado a los ojos de Yahveh, mi Dios era mi fuerza.
    6 «Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob, y de hacer volver los preservados de Israel. Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.»
  • Salmo responsorial

    Salmo 40:2, 4, 7-10
    2 En Yahveh puse toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
    4 Puso en mi boca un canto nuevo, una alabanza a nuestro Dios; muchos verán y temerán, y en Yahveh tendrán confianza.
    7 Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas,
    8 dije entonces: Heme aquí, que vengo. Se me ha prescrito en el rollo del libro
    9 hacer tu voluntad. Oh Dios mío, en tu ley me complazco en el fondo de mi ser.
    10 He publicado la justicia en la gran asamblea; mira, no he contenido mis labios, tú lo sabes, Yahveh.
  • Segunda lectura

    I Corintios 1:1-3
    1 Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y Sóstenes, el hermano,
    2 a la Iglesia de Dios que está en Corinto: a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con cuantos en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor nuestro, de nosotros y de ellos
    3 gracia a vosotros y paz de parte de Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.
  • Evangelio

    Juan 1:29-34
    29 Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
    30 Este es por quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo.
    31 Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel.»
    32 Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él.
    33 Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: "Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo."
    34 Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios.»