viernes, 26 de enero de 2018

Evangelio meditado

El bosque de mi corazón
Santo Evangelio según San Marcos 4, 26-34. Viernes III de Tiempo Ordinario.


Por: H. Rodrigo Marín,L.C. | Fuente: missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, quiero glorificarte y alabarte en este rato de oración. Gracias por todo lo que has hecho por mí a lo largo de mi vida. Quiero disponer mi corazón para que tu Palabra vaya penetrando poco a poco y, así, pueda conocerte y amarte cada día más.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha".
Les dijo también: "¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra".
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Es impresionante pensar que los grandes bosques y selvas comenzaron con una semilla. En el parque nacional Redwood existe un árbol que mide115. 55 metros de altura. Y pensar que todo comenzó con una semilla que no era más grande que la uña del dedo más pequeño de la mano.
Jesús nos trae a nuestra mente esta imagen. El reino de los cielos es semejante al hombre que echa la semilla en la tierra. Sin que él sepa cómo la semilla va produciendo su fruto. Crece, germina y se pone bella.
El reino de los cielos es impresionante, pero comienza con una semilla. Cada día el sembrador pasa para dejar en nosotros una semilla de su reino. Dios pasa en nuestra vida en cada momento, pero es tan sencillo como un grano de mostaza. Cuando dejamos que se plante la semilla se convierte en un gran arbusto. Quiere hacer de nuestro corazón un bosque vivo.
Todo lo que nos acerca a Dios es una semilla que Él planta en nuestro corazón. Ir a misa, ayudar a un hermano, ser honesto, rezar… todo esto va haciendo que el reino de Dios crezca en nosotros. ¿Qué es el Reino de Dios? Muy sencillo: Ser feliz. Vivir a un lado de Dios.
Pidámosle a María que nos ayude a mantener siempre vivo el deseo de que crezca en nuesro corazón el Reino de Dios.
El primer paso es acoger la palabra, el primer paso en el camino de la docilidad es acoger la palabra: abrir el corazón, recibirla, dejarla entrar como la semilla que luego germinará.
(Homilía de S.S. Francisco, 12 de mayo de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
En una visita al Santísimo Sacramento le pediré al Señor la gracia de estar atento a las semillas que Él quiere sembrar en mi corazón.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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