viernes, 26 de junio de 2015

Evangelio 26 de Junio de 2015

  • Primera Lectura: Génesis 17,1.9-10.15-22
    "Circuncidad a todos vuestros varones en señal de mi pacto. Sara te va a dar un hijo"
    Cuando Abrán tenía noventa y nueve años, se le apareció el señor yle dijo: "Yo soy el Dios Saday. Camina en mi presencia con lealtad."Dios añadió a Abrahán: "Tú guarda mi pacto, que hago contigo y tusdescendientes por generaciones. Éste es el pacto que hago con vosotrosy con tus descendientes y que habéis de guardar: circuncidad a todosvuestros varones." Dios dijo a Abrahán: "Saray, tu mujer, ya no sellamará Saray, sino Sara. La bendeciré, y te dará un hijo, y lobendeciré; de ella nacerán pueblos y reyes de naciones."
    Abrahán cayó rostro en tierra y se dijo sonriendo: "¿Uncentenario va a tener un hijo, y Sara va a dar a luz a los noventa?" YAbrahán dijo a Dios: "Me contento con que te guardes vivo a Ismael."Dios replicó: "No; es Sara quien te va a dar un hijo, a quien llamarásIsaac; con él estableceré mi pacto y con sus descendientes, un pactoperpetuo. En cuanto a Ismael, escucho tu petición: lo bendeciré, loharé fecundo, lo haré multiplicarse sin medida, engendrará docepríncipes, y haré de él un pueblo numeroso. Pero mi pacto lo establezcocon Isaac, el hijo que te dará Sara el año que viene por estas fechas."Cuando Dios terminó de hablar con Abrahán, se retiró.
  • Salmo Responsorial: 127
    "Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor."
    Dichoso el que teme al Señor 
    y sigue sus caminos. 
    Comerás del fruto de tu trabajo, 
    serás dichoso, te irá bien. &R.

    Tu mujer, como parra fecunda, 
    en medio de tu casa; 
    tus hijos, como renuevos de olivo, 
    alrededor de tu mesa. R.

    Ésta es la bendición del hombre / que teme al Señor. 
    Que elSeñor te bendiga desde Sión, 
    que veas la prosperidad de Jerusalén 
    todos los días de tu vida. R.
  • Evangelio: Mateo 8,1-4
    "Si quieres, puedes limpiarme"
    En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. Enesto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: "Señor, siquieres, puedes limpiarme." Extendió la mano y lo tocó, diciendo:"Quiero, queda limpio." Y en seguida quedó limpio de la lepra. Jesús ledijo: "No se lo digas a nadie, pero, para que conste, ve a presentarteal sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés."

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