Lecturas del día:
Primera lectura
Ezequiel 37:1-141 La mano de Yahveh fue sobre mí y, por su espíritu, Yahveh me sacó y me puso en medio de la vega, la cual estaba llena de huesos.2 Me hizo pasar por entre ellos en todas las direcciones. Los huesos eran muy numerosos por el suelo de la vega, y estaban completamente secos.3 Me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán vivir estos huesos?» Yo dije: «Señor Yahveh, tú lo sabes.»4 Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos. Les dirás: Huesos secos, escuchad la palabra de Yahveh.5 Así dice el Señor Yahveh a estos huesos: He aquí que yo voy a hacer entrar el espíritu en vosotros, y viviréis.6 Os cubriré de nervios, haré crecer sobre vosotros la carne, os cubriré de piel, os infundiré espíritu y viviréis; y sabréis que yo soy Yahveh.»7 Yo profeticé como se me había ordenado, y mientras yo profetizaba se produjo un ruido. Hubo un estremecimiento, y los huesos se juntaron unos con otros.8 Miré y vi que estaban recubiertos de nervios, la carne salía y la piel se extendía por encima, pero no había espíritu en ellos.9 El me dijo: «Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre. Dirás al espíritu: Así dice el Señor Yahveh: Ven, espíritu, de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos para que vivan.»10 Yo profeticé como se me había ordenado, y el espíritu entró en ellos; revivieron y se incorporaron sobre sus pies: era un enorme, inmenso ejército.11 Entonces me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos andan diciendo: Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, todo ha acabado para nosotros.12 Por eso, profetiza. Les dirás: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo abro vuestras tumbas; os haré salir de vuestras tumbas, pueblo mío, y os llevaré de nuevo al suelo de Israel.13 Sabréis que yo soy Yahveh cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío.14 Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en vuestro suelo, y sabréis que yo, Yahveh, lo digo y lo haga, oráculo de Yahveh.»Salmo responsorial
Salmo 107:2-92 Que lo digan los redimidos de Yahveh, los que él ha redimido del poder del adversario,3 los que ha reunido de entre los países, de oriente y de poniente, del norte y mediodía.4 En el desierto erraban, por la estepa, no encontraban camino de ciudad habitada;5 hambrientos, y sedientos, desfallecía en ellos su alma.6 Y hacia Yahveh gritaron en su apuro, y él los libró de sus angustias,7 les condujo por camino recto, hasta llegar a ciudad habitada.8 ¡Den gracias a Yahveh por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán!9 Porque él sació el alma anhelante, el alma hambrienta saturó de bienes.Evangelio
Mateo 22:34-4034 Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo,35 y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba:36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?»37 El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.38 Este es el mayor y el primer mandamiento.39 El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.40 De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»Primera lectura
I Tesalonicenses 2:2-82 sino que, después de haber padecido sufrimientos e injurias en Filipos, como sabéis, confiados en nuestro Dios, tuvimos la valentía de predicaros el Evangelio de Dios entre frequentes luchas.3 Nuestra exhortación no procede del error, ni de la impureza ni con engaño,4 sino que así como hemos sido juzgados aptos por Dios para confiarnos el Evangelio, así lo predicamos, no buscando agradar a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones.5 Nunca nos presentamos, bien lo sabéis, con palabras aduladoras, ni con pretextos de codicia, Dios es testigo,6 ni buscando gloria humana, ni de vosotros ni de nadie.7 Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de Cristo, nos mostramos amables con vosotros, como una madre cuida con cariño de sus hijos.8 De esta manera, amándoos a vosotros, queríamos daros no sólo el Evangelio de Dios, sino incluso nuestro propio ser, porque habíais llegado a sernos muy queridos.Salmo responsorial
Salmo 89:2-5, 21-22, 25, 272 El amor de Yahveh por siempre cantaré, de edad en edad anunciará mi boca tu lealtad.3 Pues tú dijiste: «Cimentado está el amor por siempre, asentada en los cielos mi lealtad.4 «Una alianza pacté con mi elegido, un juramento hice a mi siervo David:5 Para siempre jamás he fundado tu estirpe, de edad en edad he erigido tu trono.»21 «He encontrado a David mi servidor, con mi óleo santo le he ungido;22 mi mano será firme para él, y mi brazo le hará fuerte.25 «Mi lealtad y mi amor irán con él, por mi nombre se exaltará su frente;27 «El me invocará: ¡Tú, mi Padre, mi Dios y roca de mi salvación!Evangelio
Juan 21:15-1715 Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.»16 Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.»17 Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.
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