sábado, 21 de septiembre de 2019

Lecturas 21 de Septiembre de 2019

  • Primera lectura

    Efesios 4:1-7, 11-13
    1 Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados,
    2 con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor,
    3 poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
    4 Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados.
    5 Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,
    6 un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.
    7 A cada uno de nosotros le ha sido concedido el favor divino a la medida de los dones de Cristo.
    11 El mismo «dio» a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros,
    12 para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo,
    13 hasta que llegemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo.
  • Salmo responsorial

    Salmo 19:2-5
    2 Los cielos cuentan la gloria de Dios, la obra de sus manos anuncia el firmamento;
    3 el día al día comunica el mensaje, y la noche a la noche trasmite la noticia.
    4 No es un mensaje, no hay palabras, ni su voz se puede oír;
    5 mas por toda la tierra se adivinan los rasgos, y sus giros hasta el confín del mundo. En el mar levantó para el sol una tienda,
  • Evangelio

    Mateo 9:9-13
    9 Cuando se iba de allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme.» El se levantó y le siguió.
    10 Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Mateo, vinieron muchos publicanos y pecadores, y estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos.
    11 Al verlo los fariseos decían a los discípulos: «¿Por qué come vuestro maestro con los publicanos y pecadores?»
    12 Mas él, al oírlo, dijo: «No necesitan médico los que están fuertes sino los que están mal.
    13 Id, pues, a aprender qué significa aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.»

viernes, 20 de septiembre de 2019

Lecturas 20 de Septiembre de 2019

  • Primera lectura

    Sabiduría 3:1-9
    1 En cambio, las almas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará tormento alguno.
    2 A los ojos de los insensatos pareció que habían muerto; se tuvo por quebranto su salida,
    3 y su partida de entre nosotros por completa destrucción; pero ellos están en la paz.
    4 Aunque, a juicio de los hombres, hayan sufrido castigos, su esperanza estaba llena de inmortalidad;
    5 por una corta corrección recibirán largos beneficios. pues Dios los sometió a prueba y los halló dignos de sí;
    6 como oro en el crisol los probó y como holocausto los aceptó.
    7 El día de su visita resplandecerán, y como chispas en rastrojo correrán.
    8 Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos y sobre ellos el Señor reinará eternamente.
    9 Los que en él confían entenderán la verdad y los que son fieles permanecerán junto a él en el amor, porque la gracia y la misericordia son para sus santos y su visita para sus elegidos.
    O también:
    Romanos 8:31-39
    31 Ante esto ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?
    32 El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas?
    33 ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica.
    34 ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros?
    35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?,
    36 como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero.
    37 Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó.
    38 Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades
    39 ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.
  • Salmo responsorial

    Salmo 126:1-6
    1 Canción de las subidas. Cuando Yahveh hizo volver a los cautivos de Sión, como soñando nos quedamos;
    2 entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegría. Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho Yahveh con éstos!
    3 ¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros Yahveh, el gozo nos colmaba!
    4 ¡Haz volver, Yahveh, a nuestros cautivos como torrentes en el Négueb!
    5 Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos.
    6 Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas.
  • Evangelio

    Lucas 9:23-26
    23 Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
    24 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará.
    25 Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?
    26 Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles.

jueves, 19 de septiembre de 2019

Lecturas 19 de Septiembre de 2019

  • Primera lectura

    Filipenses 2:13-18
    13 pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece.
    14 Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones
    15 para que seáis irreprochables e inocentes, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación tortuosa y perversa, en medio de la cual brilláis como antorchas en el mundo,
    16 presentándole la Palabra de vida para orgullo mío en el Día de Cristo, ya que no habré corrido ni me habré fatigado en vano.
    17 Y aun cuando mi sangre fuera derramada como libación sobre el sacrificio y la ofrenda de vuestra fe, me alegraría y congratularía con vosotros.
    18 De igual manera también vosotros alegraos y congratulaos conmigo.
  • Salmo responsorial

    Salmo 112:1, 4-7, 9
    1 ¡Aleluya! ¡Dichoso el hombre que teme a Yahveh, que en sus mandamientos mucho se complace!
    4 En las tinieblas brilla, como luz de los rectos, tierno, clemente y justo.
    5 Feliz el hombre que se apiada y presta, y arregla rectamente sus asuntos.
    6 No, no será conmovido jamás, en memoria eterna permanece el justo;
    7 no tiene que temer noticias malas, firme es su corazón, en Yahveh confiado.
    9 Con largueza da a los pobres; su justicia por siempre permanece, su frente se levanta con honor.
  • Evangelio

    Juan 15:12-17
    12 Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
    13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.
    14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
    15 No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
    16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
    17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.»

miércoles, 18 de septiembre de 2019

Lecturas 18 de Septiembre de 2019

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    I Corintios 12:31; 13:1-10, 13
    31 ¡Aspirad a los carismas superiores! Y aun os voy a mostrar un camino más excelente.
    1 Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.
    2 Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.
    3 Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.
    4 La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe;
    5 es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal;
    6 no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.
    7 Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.
    8 La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia.
    9 Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía.
    10 Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial.
    13 Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.
  • Salmo responsorial

    Salmo 25:1-5, 8-10
    1 De David A ti, Yahveh, levanto mi alma,
    2 oh Dios mío. En ti confío, ¡no sea confundido, no triunfen de mí mis enemigos!
    3 No hay confusión para el que espera en ti, confusión sólo para el que traiciona sin motivo.
    4 Muéstrame tus caminos, Yahveh, enséñame tus sendas.
    5 Guíame en tu verdad, enséñame, que tú eres el Dios de mi salvación. En ti estoy esperando todo el día,
    8 Bueno y recto es Yahveh; por eso muestra a los pecadores el camino;
    9 conduce en la justicia a los humildes, y a los pobres enseña su sendero.
    10 Todas las sendas de Yahveh son amor y verdad para quien guarda su alianza y sus dictámenes.
  • Evangelio

    Mateo 11:25-30
    25 En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.
    26 Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.
    27 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
    28 «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.
    29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
    30 Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»

martes, 17 de septiembre de 2019

Lecturas 17 de Septiembre de 2019

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Gálatas 6:14-18
    14 En cuanto a mí ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo!
    15 Porque nada cuenta ni la circuncisión, ni la incircuncisión, sino la creación nueva.
    16 Y para todos los que se sometan a esta regla, paz y misericordia, lo mismo que para el Israel de Dios.
    17 En adelante nadie me moleste, pues llevo sobre mi cuerpo las señales de Jesús.
    18 Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
  • Salmo responsorial

    Gálatas 2:16, 20; Filipenses 1:20-21
    16 conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley, pues por las obras de la ley nadie será justificado.
    20 y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí.
    20 conforme a lo que aguardo y espero, que en modo alguno seré confundido; antes bien, que con plena seguridad, ahora como siempre, Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte,
    21 pues para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia.
  • Evangelio

    Lucas 9:23-26
    23 Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
    24 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará.
    25 Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?
    26 Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles.

lunes, 16 de septiembre de 2019

Lecturas 16 de Septiembre de 2019

  • Primera lectura

    I Timoteo 2:1-8
    1 Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres;
    2 por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad.
    3 Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador,
    4 que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad.
    5 Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también,
    6 que se entregó a sí mismo como rescate por todos. Este es el testimonio dado en el tiempo oportuno,
    7 y de este testimonio - digo la verdad, no miento - yo he sido constituido heraldo y apóstol, maestro de los gentiles en la fe y en la verdad.
    8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar elevando hacia el cielo unas manos piadosas, sin ira ni discusiones.
  • Salmo responsorial

    Salmo 28:2, 7-9
    2 Oye la voz de mis plegarias, cuando grito hacia ti, cuando elevo mis manos, oh Yahveh, al santuario de tu santidad.
    7 Yahveh mi fuerza, escudo mío, en él confió mi corazón y he recibido ayuda: mi carne de nuevo ha florecido, le doy gracias de todo corazón.
    8 Yahveh, fuerza de su pueblo, fortaleza de salvación para su ungido.
    9 Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad, pastoréalos y llévalos por siempre.
  • Evangelio

    Lucas 7:1-10
    1 Cuando hubo acabado de dirigir todas estas palabras al pueblo, entró en Cafarnaúm.
    2 Se encontraba mal y a punto de morir un siervo de un centurión, muy querido de éste.
    3 Habiendo oído hablar de Jesús, envió donde él unos ancianos de los judíos, para rogarle que viniera y salvara a su siervo.
    4 Estos, llegando donde Jesús, le suplicaban insistentemente diciendo: «Merece que se lo concedas,
    5 porque ama a nuestro pueblo, y él mismo nos ha edificado la sinagoga.»
    6 Iba Jesús con ellos y, estando ya no lejos de la casa, envió el centurión a unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo,
    7 por eso ni siquiera me consideré digno de salir a tu encuentro. Mándalo de palabra, y quede sano mi criado.
    8 Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: "Vete", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo hace.»
    9 Al oír esto Jesús, quedó admirado de él, y volviéndose dijo a la muchedumbre que le seguía: «Os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande.»
    10 Cuando los enviados volvieron a la casa, hallaron al siervo sano.

sábado, 14 de septiembre de 2019

Lecturas 15 de Septiembre de 2019

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Éxodo 32:7-11, 13-14
    7 Entonces habló Yahveh a Moisés, y dijo: «¡Anda, baja! Porque tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, ha pecado.
    8 Bien pronto se han apartado el camino que yo les había prescrito. Se han hecho un becerro fundido y se han postrado ante él; le han ofrecido sacrificios y han dicho: "Este es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de la tierra de Egipto."»
    9 Y dijo Yahveh a Moisés: «Ya veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz.
    10 Déjame ahora que se encienda mi ira contra ellos y los devore; de ti, en cambio, haré un gran pueblo.»
    11 Pero Moisés trató de aplacar a Yahveh su Dios, diciendo: "¿Por qué, oh Yahveh, ha de encenderse tu ira contra tu pueblo, el que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y mano fuerte?
    13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel, siervos tuyos, a los cuales juraste por ti mismo: Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; toda esta tierra que os tengo prometida, la daré a vuestros descendientes, y ellos la poseerán como herencia para siempre.»
    14 Y Yahveh renunció a lanzar el mal con que había amenazado a su pueblo.
  • Salmo responsorial

    Salmo 51:3-4, 12-13, 17, 19
    3 Tenme piedad, oh Dios, según tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito,
    4 lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame.
    12 Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí renueva;
    13 no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu.
    17 abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.
    19 El sacrificio a Dios es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.
  • Segunda lectura

    I Timoteo 1:12-17
    12 Doy gracias a aquel que me revistió de fortaleza, a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me consideró digno de confianza al colocarme en el ministerio,
    13 a mí, que antes fui un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero encontré misericordia porque obré por ignorancia en mi infidelidad.
    14 Y la gracia de nuestro Señor sobreabundó en mí, juntamente con la fe y la caridad en Cristo Jesús.
    15 Es cierta y digna de ser aceptada por todos esta afirmación: Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores; y el primero de ellos soy yo.
    16 Y si encontré misericordia fue para que en mí primeramente manifestase Jesucristo toda su paciencia y sirviera de ejemplo a los que habían de creer en él para obtener vida eterna.
    17 Al Rey de los siglos, al Dios inmortal, invisible y único, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
  • Evangelio

    Lucas 15:1-32
    1 Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírle,
    2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos.»
    3 Entonces les dijo esta parábola.
    4 «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra?
    5 Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros;
    6 y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido."
    7 Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión.
    8 «O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra?
    9 Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido."
    10 Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.»
    11 Dijo: «Un hombre tenía dos hijos;
    12 y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda.
    13 Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.
    14 «Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.
    15 Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos.
    16 Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba.
    17 Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre!
    18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti.
    19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros."
    20 Y, levantándose, partió hacia su padre. «Estando él todavía lejos, le vió su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.
    21 El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo."
    22 Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies.
    23 Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta,
    24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta.
    25 «Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas;
    26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
    27 El le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano."
    28 El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba.
    29 Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos;
    30 y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!"
    31 «Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo;
    32 pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."»

Lecturas 14 de Septiembre de 2019

Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Números 21:4-9
    4 Partieron de Hor de la Montaña, camino del mar de Suf, rodeando la tierra de Edom. El pueblo se impacientó por el camino.
    5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable.»
    6 Envió entonces Yahveh contra el pueblo serpientes abrasadoras, que mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel.
    7 El pueblo fue a decirle a Moisés: «Hemos pecado por haber hablado contra Yahveh y contra ti. Intercede ante Yahveh para que aparte de nosotros las serpientes,» Moisés intercedió por el pueblo.
    8 Y dijo Yahveh a Moisés: «Hazte un Abrasador y ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá.»
    9 Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y éste miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida.
  • Salmo responsorial

    Salmo 78:1-2, 34-38
    1 Poema. De Asaf. Escucha mi ley, pueblo mío, tiende tu oído a las palabras de mi boca;
    2 voy a abrir mi boca en parábolas, a evocar los misterios del pasado.
    34 Cuando los mataba, le buscaban, se convertían, se afanaban por él,
    35 y recordaban que Dios era su roca, su redentor, el Dios Altísimo.
    36 Mas le halagaban con su boca, y con su lengua le mentían;
    37 su corazón no era fiel para con él, no tenían fe en su alianza.
    38 El, con todo, enternecido, borraba las culpas y no exterminaba; bien de veces su cólera contuvo y no despertó todo su furor:
  • Segunda lectura

    Filipenses 2:6-11
    6 El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios.
    7 Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre;
    8 y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.
    9 Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre.
    10 Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos,
    11 y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SENOR para gloria de Dios Padre.
  • Evangelio

    Juan 3:13-17
    13 Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
    14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre,
    15 para que todo el que crea tenga por él vida eterna.
    16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
    17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Lecturas 13 de Septiembre de 2019

  • Primera lectura

    Efesios 4:1-7, 11-13
    1 Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados,
    2 con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor,
    3 poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
    4 Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados.
    5 Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,
    6 un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.
    7 A cada uno de nosotros le ha sido concedido el favor divino a la medida de los dones de Cristo.
    11 El mismo «dio» a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros,
    12 para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo,
    13 hasta que llegemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo.
  • Salmo responsorial

    Salmo 40:2, 4, 7-11
    2 En Yahveh puse toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
    4 Puso en mi boca un canto nuevo, una alabanza a nuestro Dios; muchos verán y temerán, y en Yahveh tendrán confianza.
    7 Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas,
    8 dije entonces: Heme aquí, que vengo. Se me ha prescrito en el rollo del libro
    9 hacer tu voluntad. Oh Dios mío, en tu ley me complazco en el fondo de mi ser.
    10 He publicado la justicia en la gran asamblea; mira, no he contenido mis labios, tú lo sabes, Yahveh.
    11 No he escondido tu justicia en el fondo de mi corazón, he proclamado tu lealtad, tu salvación, ne he ocultado tu amor y tu verdad a la gran asamblea.
  • Evangelio

    Marcos 4:1-10, 13-20
    1 Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar.
    2 Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción:
    3 «Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar.
    4 Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron.
    5 Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra;
    6 pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó.
    7 Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto.
    8 Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento.»
    9 Y decía: «Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
    10 Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas.
    13 Y les dice: «¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, comprenderéis todas las parábolas?
    14 El sembrador siembra la Palabra.
    15 Los que están a lo largo del camino donde se siembra la Palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, viene Satanás y se lleva la Palabra sembrada en ellos.
    16 De igual modo, los sembrados en terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, al punto la reciben con alegría,
    17 pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumben en seguida.
    18 Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la Palabra,
    19 pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda sin fruto.
    20 Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la Palabra, la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento.»

jueves, 12 de septiembre de 2019

Lecturas 12 de Septiembre de 2019

  • Primera lectura

    Gálatas 4:4-7
    4 Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,
    5 para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva.
    6 La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!
    7 De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios.
    O también:
    Efesios 1:3-6, 11-12
    3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo;
    4 por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor;
    5 eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad,
    6 para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado.
    11 A él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano según el previo designio del que realiza todo conforme a la decisión de su voluntad,
    12 para ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo.
  • Salmo responsorial

    Lucas 1:46-55
    46 Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor
    47 y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador
    48 porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
    49 porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre
    50 y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.
    51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.
    52 Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.
    53 A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.
    54 Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
    55 - como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»
  • Evangelio

    Lucas 1:39-57
    39 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá;
    40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
    41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo;
    42 y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno;
    43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?
    44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.
    45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»
    46 Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor
    47 y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador
    48 porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
    49 porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre
    50 y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.
    51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.
    52 Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.
    53 A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.
    54 Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
    55 - como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»
    56 María permanceció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.
    57 Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo.